Partida Rol por web

Jesse alzó una ceja ante los comentarios de su amiga, no le parecía precisamente lo más sensato el esperar para llamar, pero aun así hizo caso, tampoco le importaba mucho, aunque como no estuviese al día siguiente donde debía iba a lamentar cada minuto aquella decisión.

-Bueno, si quiere ser miembro seguro que se las apaña con la furgo y que la pierna no es problema.- Dijo con cierta maldad, aunque la verdad era que confiaba en el chico, bastante más de lo que lo hacía en Kate, ella estaba bien pero solo se le ocurrían desastres si era a ella a quien llamaba.- Tal y como lo has dicho parece que asumieras que nos vamos a quedar aquí a vivir para siempre, ¿voy buscando un taparrabos?- Preguntó divertido mientras aseguraba la moto y sacaba la comida.

Echó un vistazo a la elevación cuando Maddie se la señaló, y le dio el visto bueno, no parecía mal sitio para su pequeño picnic. Cargado con las birras y una manta, pues las pizzas se las había dado a Maddie, el motero echó a andar hacia el claro.

-Mucho mejor.- Dijo Jesse con cierta ironía.- Solo falta que vengan unos cuantos coyotes y será una cita espectacular.- Añadió divertido.

Sin más el muchacho extendió la manta en el suelo, seguro que a Maddie le daba igual, pero él prefería no llenarse de mierda el pantalón, aunque tampoco es que la manta fuese la panacea de la higiene, pero sin duda era mejor que el suelo.

—Qué malo eres con el pobre cachorro —respondió, aunque su sonrisa delataba que le había divertido. Y parecía que iba a añadir algo más cuando escuchó lo del taparrabos y alzó una ceja, mirándolo valorativamente—. No seré yo la que se oponga nunca jamás a que te quedes en taparrabos. 

Caminó junto a él hasta el lugar indicado y esperó hasta que Jesse terminó de extender la manta para mirarla desde arriba, analizando su estado.

—No quiero saber qué es esa mancha. No me lo cuentes.

Pero a pesar de las bromas, no tardó en sentarse sobre ella, cruzando las piernas a lo indio.

—Esos coyotes saldrán malparados si intentan robarme la pizza —amenazó; y puso una expresión llena de fiereza que se diluyó enseguida cuando volvió a reír—. En serio. Harán bien en mantenerse lejos. Pero, eh, si te dan miedo los animales podemos hacer una hoguera. Seguro que sabes encender un fuego, tienes cara de boy scout —terminó, haciéndole una mueca arrugando la nariz. 

-No me extraña que luego tu padre me odie, está claro que es totalmente culpa tuya.- Le dijo Jesse divertido a Maddie tras el comentario del taparrabos.

Tras ello intentó no reír al ver como la chica analizaba la manta, sobre todo un punto en concreto.

-Si, mejor será...- Se limitó a responder al comentario sobre la mancha con una sonrisilla traviesa.

Jesse intentó imaginar como espantaría Maddie con sus gruñiditos a los coyotes, y la verdad es que la escena en si le hacía demasiada gracia, aunque no tenía absolutamente ningún interés en llevarla a cabo, era feliz manteniéndola solo en su imaginación.

-Maddie... si hubiese puesto un pie en los boy scout probablemente me hubieran echado antes ni de presentarme.- Dijo el joven divertido.- Aunque he de admitir que si que he hecho varias hogueras, muchas noches de moto y manta yendo de acá para allá.- Aclaró Jesse. Entonces pareció acordarse de algo que le hizo gracia.- Esta manta y yo hemos vivido muchas aventuras.- Dijo señalando a su fiel compañera, sobre la que ya se había sentado.- Aunque aquí no es que haya mucha leña la verdad, no hay mas que ramuchas de mierda.- Dijo echando un vistazo alrededor, aunque tampoco necesitaba fuego realmente, pero quizás más tarde lo lamentaran.

—Uhh, ¿tocan las batallitas del abuelo? ¿Me vas a contar las aventuras de tu manta? —preguntó, metiéndose con él con media sonrisa traviesa y descarada—. Pues mira, ahora puedes sumar una aventura más a tu manta, pero cuando volvamos te voy a regalar una nueva. 

Alargó la mano para abrir una de las cajas de pizza y cogió una porción. No estaba ardiendo y humeando como cuando estaba recién hecha, pero aún se mantenía lo suficientemente caliente como para que el olor a queso y orégano escapase al abrirla y Mad notó cómo empezaba a salivar. Estaba muerta de hambre después de la liberación de adrenalina y supuso que Jesse estaría aún más canino, porque se había saltado la comida. 

—Yo no he encendido una hoguera en la vida. Como mucho he hecho barbacoas. ¿Eso cuenta? Podemos hacer coyotes a la brasa.

Se rio antes de darle un mordisco a la pizza y entonces puso los ojos en blanco y echó la cabeza un poco hacia atrás. 

—Mmmmmmm, qué buena está. Joder. Qué hambre tenía.

Mientras masticaba aquel primer pedazo cogió una birra para ella y otra para él. Puso una junto a la pierna de Jesse y abrió la otra para ella. 

—Pizza, birra, aire libre y buena compañía. No podría pedir nada más —declaró, olvidado ya por completo el asunto de que no tenían gasolina para volver.

Asenti, pues era obvio que si tocaban a Char, mi tia iba a ponerse de los nervios como poco, aunque lo guardara todo tras esa mascara suya de "matriarca".

Mencionaste la cercania al Cara Cara y eso al mismo tiempo, llamo mi atencion sobre el hecho de que la casa del yonqui, contacto de Zmeya estaba bastante cerca. Demasiado cerca. Me quede por unos segundos pensativo. Era demasiada casualidad y ultimamente habian demasiadas. Si era territorio de Zmeya, entrar ahi podia considerarse de muchas formas pero seguia forzando nuestra posicion para con los rusos. Menuda mierda.

Te mire tras esos segundos. - No... y no menciones nada en general de lo que escuches conmigo. - Dejando claro que mi puesto provocaba que tuviera informacion sensible. - Si saben cosas estaran atentos y si estan atentos atraeran la atencion, sobretodo si Kill es culpable y esta pendiente. - Era un SEAL despues de todo.

Tu sonrisa me animo, lo pudiste notar en mis ojos aunque el resto de mi rostro estaba serio y concentrado. Podias notarlo, no te habia apartado pero una parte de mi ya se estaba concentrando en lo que venia adelante.

Mejor. - Te mire detenidamente por unos segundos, viendo como te adaptabas, como aceptabas lo que decia de una forma que me gustaba. No era control o dominio, era confianza.

Entendido. - Te mire y antes de atravesar la puerta me quede parado. - Los arios parecen ser buenos con la tecnologia... para asegurar que no hayan conseguido ir mas alla de lo que creemos y para evitar problemas, evita usar la wifi del Club y cuando mandes sms, si hay problemas y no puedes decirlo, cuela un "mi Scar", asi sabre que hay problemas y que el mensaje trae problemas.

Volvi a ti y te bese por unos cinco segundos antes de separarme.

Haces que sea tan dificil irme de tu lado...

No lo dije, solo te mire a los ojos antes de irme. - Ten cuidado tu tambien.

No iria directo al granero, ni tampoco por la parte mas visible del Cara Cara, sino que buscaria los callejones para inspeccionar los mismos para ver si veia algo raro y buscaria la posible moto de Killian. Tras una inspeccion del terreno, me centraria en investigar el propio granero desde la distancia con las gafas, consciente de la profunda oscuridad que ahora nos rodeaba. Estaria tambien pendiente de rusos o de la pasma.

-No, ya has dicho que no querías escuchar historias sobre ella, tú te lo pierdes.- Dijo fingiendo estar ofendido, entonces escuchó aquello del regalo.- ¿Eh? ¿qué le pasa a mi manta? no quiero alardear, pero es mucho mejor que tu inexistente manta.- Bromeó devolviéndole el comentario.

Jesse frunció el ceño al escuchar aquello de los coyotes a la brasa, no muy seguro de hasta que punto bromeaba la chica o de verdad creía que eso sería una posibilidad en alguna parte del mundo.

-No creo que eso funcione así.- Respondió intentando seguir su hilo de pensamiento de hoguera, barbacoa, coyotes a la brasa, pero finalmente solo se rio.

Dejó que Maddie echara mano de la pizza, y le dedicó una sonrisa de agradecimiento cuando le alcanzó la birra, que abrió enseguida para darle un trago, tenía mucha hambre, pero tenía más sed, aunque eso era normal en él.

-Yo me conformo con que no aparezca mi padre justo antes de que me decida a comer.- Dijo congelándose en el momento que acercaba su mano a la caja como si aquello fuese una realidad, pero al esperar un instante sin que nada ocurriese frunció un poco el ceño y cogió una porción.- Supongo que de vez en cuando se me permite comer.- Bromeó el joven.- Aunque no bajes la guardia.- Le dijo fingiendo seriedad.

Al menos el punto positivo era que si le llamaban tampoco es que pudiese ir a ningún lado, para bien o para mal estaba atrapado. Aunque sin duda había destinos y compañías peores.

- Teddy de verdad que no son necesarias... por favor... - ¿Como habíamos terminado así? ¿Cómo había pasado esto? No entendía porque el universo me castigaba de esta manera, parecía que al final eso de que ser bueno no valía para mas que llevarte patadas al final seria verdad.

Suspire y lleve mis ojos a los suyos mientras intentaba acomodarme un poco - Me encanta mi trabajo y me ha costado muchísimo tener este puesto, no puedo irme, ni quiero Teddy... podemos pasar tiempo juntos aquí, en casa - Baje la mirada y suspire - Cuando te fuiste... pensé que irme a San Francisco me ayudaría, pero solo sirvió para que te añorara a ti y todo lo demás, no pude estar lejos de Charming, volvía casi cada fin de semana, odiaba estar lejos de casa - Y eso no era mentira, podía haberme ido a trabajar a Los Angeles con Michael, aceptar las ofertas que me habían salido en San Francisco, pero había decidido volver a casa.

- Guarde todas tus cosas... - Susurre humedeciendo los labios - No pude deshacerme de ellas ni cuando creía que habías muerto... - Era demasiado doloroso. 

Mad se rio abiertamente y le señaló con un dedo. 

—Es que eres un chico previsor con su manta. Pero mi futura manta existirá y será mucho mejor que esta. Tendrás que jubilarla. 

Dio otro mordisco a su pizza y lo observó cuando se quedó inmóvil, expectante por un instante, hasta que comprendió lo que hacía y se volvió a reír. Miró alrededor, como asegurándose de que no aparecía Dapper por detrás de alguna roca, y sus ojos volvieron a Jesse, con una mezcla entre diversión y algo de lástima, porque se había perdido los tallarines de la jefa y estaban de muerte. 

Antes de seguir comiendo sacó el móvil y lo toqueteó hasta poner algo de música, no muy alta, que quedase de fondo. 

—Tú deberías apagar el tuyo —aconsejó, balanceando la cabeza ya con los primeros acordes—. Así desconectas. Dices que te quedaste sin batería o algo. Yo te cubro. Necesitas un día de vacaciones, se te nota en las ojeras.

Pegó otro bocado a su pizza y se lo quedó mirando con una sonrisa traviesa mientras masticaba. 

El joven soltó una pequeña risotada mientras se volvía a su amiga.

-Soy lo justo de previsor, lo justo para llevar una manta y no pasar frío, pero no tanto como para no quedarme tirado sin gasofa.- Dijo Jesse en un evidente tono bromista.

Dio un bocado a la pizza y su estómago se lo agradeció al momento mientras observaba en segundo plano como Maddie ponía algo de música. Acto seguido escuchó las palabras de su amiga, pero parecían más una fantasía que otra cosa. No habría apagado el móvil, si hubiese podido lo habría lanzado muy lejos, de hecho ni si quiera le gustaban esos trastos, siempre había preferido hablar con la gente cara a cara, igual se estaba convirtiendo en un viejo gruñón, pero aquella idea le hizo sonreír.

-Si, eso estaría bien, y seguro que me cubrirías excepcionalmente bien, pero no puedo apagarlo, hay demasiadas cosas que se pueden torcer de un momento a otro, y demasiado es que estemos aquí aislados como para que tampoco me entere.- Dijo el muchacho resoplando.- No, me temo que esta es toda la liberación que puedo tener.- Dijo entonces encogiéndose de hombros.- Pero oye, está bien, no me quejo.- Finalizó entonces para darle un trago a la cerveza y otro mordisco a la pizza.- Oye, pues no está nada mal.- Dijo aun con la boca llena y una sonrisa mientras señalaba con la mano libre su propia porción.

Al escuchar la risa de su amigo lo miró con curiosidad, pero cuando explicó el motivo, ella también soltó una sonora carcajada. 

—Eso ya es el nivel avanzado de previsor. Yo me temo que tendré que ir a Previsión 101. 

Lo escuchó después mientras seguía comiendo pizza y frunció un poquito el ceño al escucharlo. Lo entendía, en verdad lo hacía, pero también le parecía una lástima que no pudiera desconectar del todo. 

—Peor va a ser cuando se te acabe la batería. ¿O tu máster de señor previsor ha hecho que cargaras el móvil antes de venir? —Miró la pantalla de su teléfono y se rio—. A mí me queda como el cincuenta por ciento y con la música baja que da gusto. Cuando eso pase será desconexión forzada, no sé si el mundo podrá seguir rodando sin ti.

Sí, se estaba metiendo un poquito con él, pero lo hacía con una sonrisa encantadora y la gracia chispeando en sus ojos. Dio un trago más de su birra y su sonrisa se acentuó. 

—Las mejores pizzas de la ciudad. No encontrarás nada mejor en Charming, ya lo sabes.

El joven miró con curiosidad a Maddie, le gustaba que intentase cuidar de él aunque fuese totalmente imposible que lo convenciera, pero aquello le traía recuerdos, eran lejanos y un tanto tristes, pero aun así eran preciados para él.

-Bueno, mientras yo no gaste la batería poniendo música creo que estaré bien.- Dijo Jesse con una sonrisa.

Efectivamente el chico no se había molestado en cargarlo, pero tampoco le preocupaba mientras no hiciese un uso excesivo de él.

-Está bien Maddie, no pasa nada, con un poco de suerte nadie llamará.- Le dijo entonces intentando convencerla.

Durante unos instantes Jesse se quedó prendado por aquella sonrisa, y los ojos de la chica que chispeaban a pesar de que comenzara a verse cada vez un poco peor. Tras aquello sus pensamientos se disiparon un poco y desvió la mirada para buscar el horizonte, la verdad es que lo de la luz igual si que acababa siendo un problema, tenía que haber estado más pendiente de la gasolina... Aun así no quiso darle más vueltas, se pasó una mano por la cara y dio otro trago a la cerveza dispuesto a por una noche olvidarse un poco de preocupaciones.

-Y dime, de todos los sitios que tenías para elegir, ¿porqué volver a Charming? ¿por la pizza?- Preguntó entonces mostrándole su porción y enseguida le dio otro bocado.

Aquello no iba a salir bien de ninguna manera y yo lo único que podía hacer era dejar que la corriente siguiera, dejarme arrastrar e improvisar, porque ahora mismo no estaba solo aturdid por la perdida de consciencia, si no por todo lo que podía estar por venir y que no iba a poder frenar, porque las opciones, todas tenían un final que me iba a destrozar.

- Si desaparecemos sin mas sabes que nada terminara bien - Le dije mirándolo a los ojos y suspirando - Teddy, sabes que te quiero, que ni cuando quise odiarte cuando te fuiste, o cuando creí que estabas muerto, no deje de quererte - Eso era verdad, había cosas que no podía controlar, y quererlo era una de ellas - Volvamos a casa, no diré nada de hoy y lo sabes, porque jamas haría nada que te diera problemas - Eso tambien era verdad - Diremos que necesitábamos estar solos y ya, nadie preguntara de mas. - Porque todos darían por sentado que estábamos juntos o algo así - Y cuando todo este mas calmado en el club y yo pueda hablar en el trabajo podemos irnos unos días, pero ahora las cosas están fatal, y yo tengo cosas que no puedo dejar a medias en el bufete - Lo primero era cierto, lo segundo no, ya había pedido mis dias. Pero todo lo que le estaba diciendo era la única forma que veía de conseguir tiempo, tiempo para ayudarlo, tiempo para que no terminara muerto por secuestrarme, tiempo para buscar una solución a toda esta locura.

No sabia si mi madre había escuchado antes, pero si no lo había hecho esta era la única opción y si lo había hecho… solo esperaba que algo se me ocurriera antes de que llegara mi padre y lo cosiera a balazos, porque no era tan complicado encontrarme, solo tenia que hablar con Daniel o Taylor y ver las grabaciones de las cámaras del pueblo, no era tan grande como para no poder localizarnos tarde o temprano.

Al final se encogió de hombros. Aunque llamasen no iba a servir de mucho, Jesse no podía volver corriendo a Charming, no llegaría ni a un cuarto del camino. Así que dejó de lado la desconexión fallida y se dedicó a la pizza.

Mientras masticaba subió sus ojos hacia arriba, donde ya se veían algunas estrellas titilando. Buscó las que conocía, le encantaba eso, contemplar constelaciones, y se sabía un montón. El mapa estelar era una de esas cosas que se había dedicado a memorizar en su época del instituto, en lugar de estudiar lo que tocaba. No le importaba quedarse en silencio con Jesse, estaba cómoda con él y no sentía la necesidad de llenar los espacios con charla insustancial. 

Aún así, sonrió sin darse cuenta al escuchar su voz y bajó la mirada para fijar sus ojos en él. 

—¿Qué iba a hacer? ¿Quedarme en Nevada con la pesada de mi madre y el cara-sapo? —Chasqueó la lengua al mencionar a su padrastro—. Ni hablar. En Charming está mi padre y está el club. Es mi sitio, ¿sabes? Donde quiero estar y me siento en casa. 

Lo miró con más atención e hizo un gesto con la barbilla, señalándolo.

—¿Y tú qué? ¿Por qué volviste? —preguntó, antes de dar otro mordisco a su pizza. 

Escuchó con atención la respuesta de Maddie, que parecía interesarle especialmente, pero ante ella solo ladeo un poco la cabeza para luego dar un trago, lo comprendía, o bueno, más o menos lo hacía, aun así el mundo era tan grande...

-Supongo que te sigo, pero el mundo es mucho más grande que Charming y Nevada, no es que solo tuvieses esas dos opciones...- Casi parecía que pensaba en voz alta, quizás a él le hubiese gustado elegir otro destino, pero las cosas no eran siempre tan simples.- Me fui corriendo cuando...- Dijo haciendo una pequeña pausa que aprovechó para dar un trago.- Cuando pasó lo que pasó, y no podía dejar el tema así sin más, tenía que volver y cerrar esto para poder avanzar.- Dijo finalmente, hablaba de una forma un poco más trascendental de lo normal.- No si, si es que eso tiene sentido.- Añadió enseguida mirándola con una sonrisa.- Pero me gustaba mucho estar ahí fuera solo con la moto y la carretera ¿sabes? conoces a un montón de gente interesante.- Hablar de aquello parecía hacerle cierta ilusión, y es que aquellos años le traían cierta nostalgia.- Pero bueno, ahora tengo una enorme familia de cazurros de los que cuidar.- Dijo entonces con un guiño.

El joven se echó hacia atrás en la manta hasta acabar recostado, con lo que todo el cielo se abrió ante sus ojos, aquello le sacó una sonrisa al venirle una pequeña anécdota a la cabeza, la verdad es que había sido complicado vagar por el mundo con una mano delante y otra detrás y tener que buscarse la vida, pero también había sido divertido. O por lo menos ahora con aquella perspectiva se lo parecía.

-¿Te he contado alguna vez como fue mi primer día fuera de Charming?- Le preguntó sin apartar la vista del cielo.

Lo escuchó con atención y pensó en preguntarle por qué se había quedado una vez había logrado tener el cierre que necesitaba, qué le impedía marcharse de nuevo. Pero él mismo respondió a esas preguntas y la chica sonrió al darse cuenta de que en el fondo sus motivos eran los mismos.

—La familia escogida —dijo, contenta de que hubieran llegado a ese punto.

Contempló cómo se tumbaba en la manta y se dio cuenta de que cada vez tenían menos luz. Pronto estarían en penumbra y poco después a oscuras. Lejos de la civilización aquello se iba a poner muy negro y eso sin contar con que en el desierto de noche refrescaba. Pero Mad no tenía por costumbre preocuparse por lo que vendría, así que tal y como vino ese pensamiento, lo envió lejos y lo desechó. 

Se tumbó a su lado, pero de lado, con el codo apoyado en la manta y la cabeza sujeta por la mano. Con la otra sujetaba un trozo de pizza, pero los ojos se le iban al atractivo perfil de su amigo, que se delineaba por la luz de la luna. Sonrió para sí y dio otro mordisco mientras lo contemplaba. 

—No —respondió, cuando tragó—. Nunca me lo has contado. ¿Cómo fue?

Dio otro bocado y se preparó para escuchar con atención.

Jesse sonrió pues ya tenía aquella historia en la cabeza, ¿cómo se llamaba aquel tipo?, no se acordaba, aunque tampoco era lo más importante de la historia. El joven volvió un poco la cabeza para encontrarse con la mirada de Maddie que también había decidido tumbarse, entonces ensanchó un poco más la sonrisa.

-En cuanto tuve edad decidí dejarlo todo atrás, estaba cansado de mi padre, del club, de Charming y de todo.- Comenzó a relatar.- No solo eso, sentía que si me quedaba aquí un segundo más mucha gente iba a salir herida. No es que me preocupase acabar mal, pero me fastidiaba la idea de que lo que yo hiciera acabara pasando factura a otra familia...- Dijo un poco más serio, aunque enseguida recuperó la sonrisa.- Total, que lo deje todo, cogí la moto de mi madre y me fui sin mirar atrás. No llevaba casi nada de hecho, una muda de ropa, la manta y poco más.- Dijo recordando el origen de la manta, pero esa era otra historia en la que prefería no profundizar.- Total, que no llevaba ni 200 millas y me quedé sin gasolina.- Dijo entonces haciendo una pequeña pausa y sonriendo aun más con cierta picardía.- Si, no es la primera vez que me pasa...- Confesó finalmente.- Intenté robar en una gasolinera, pero me pillaron en menos de 3 segundos y tuve que salir corriendo. Y entonces encontré una caravana vieja e intenté eso que intentan en las pelis con un tubo ¿sabes?- Dijo gesticulando para darle algo de gracia a la historia.- Acabé bebiéndome la gasolina y potando, en las pelis parece muuuucho más fácil.- Admitió al final.