La reación de Acacia me pilla por sorpresa.
- ¿Tramará algo?
Cuando observo que no trama nada relajo mi Cosmos y voy en su encuentro.
- Acacia. - digo llegando a su lado. ¿Me aceptas un consejo? - añado caminando a su lado esperando a su respuesta antes de proseguir.
OK. Aunque a mi este sistema casi me gusta más que el otro (ahora que me he acsotumbrado a el). ;)
Agradecido por aceptar posponer el combate, Acacia aguardo a que Harjas se acercase. Acepto su consejo con un gesto afirmativo de la cabeza, y cuando estuvo cerca encendio su cosmos. Esta vez se trataba de uno mucho mas calido y acojedor. Acacia tomo con ambas manos una de las del Santo del Pavo Real, y empezo a apaciguar las quemaduras que le habia ocacionado durante el combate, mientras lo escuchaba con atencion.
Eh... no se si podra curarlo, pero muchas veces en SS el que causa una afliccion tambien la puede sanar.
Cuando Acacia dió su consentimiento le doy el consejo.
- No debes dejar que las palabras de los demás te afecten tanto. - le digo. A veces la Palabra es más Fuerte que el Puño pero no dejes que sea así cuando seas tú el Objeto de las Palabras que buscan debilitar tu Voluntad. Eres Digno de la Armadura y lo sabes. No dudes de ello. - añado apoyando una mano sobre su hombro.
Después Acacia coje mis manos y empieza a sanar mis heridas.
- Gracias. - le comento. No hacía falta.
- Por cierto. Un Gran Ataque. - añado. Desconocía que podías llegar tan lejos.