Partida Rol por web

-Futuro...

A veces esa palabra le traía sutiles susurros al interior de su subconsciente. Una voz trémula y temblorosa que en sueños, y en lo mas profundo de su cosmos hablaba a escondidas. Conversaciones que escapaban de sus sentidos, huían cuando se les prestaba atención. Solo eran sombras que veía por el rabillo del ojo, pero que se desvanecían al fijar la mirada. Desde antes de ródope, a veces tenía pesadillas borrosas. Pero desde la llegada al santuario, a veces despertaba con noción de haber soñado algo, pero sin poder recordar mas que la impresión dulce del sueño, o ácida e hiriente de una pesadilla pavorosa.

Su vista se elevo por un momento, como si viese hacia un lugar lejano. Perdió noción de lo que sucedía a su alrededor. Por un efímero instante, su visión se elevó al mas alto de los planos...

...

Las palabras de Clyde ofendieron de sobremanera a Heve aunque Acacia analiso las mismas antes de tomar una desicion. Realmente no carecian de sentido, ademas supuso que era natural entre todos los dioses. No conseguia imaginarse a Poseidon o alguna otra deidad preguntando a sus fieles servidores si sus desiciones eran aceptadas o no. Por lo que el joven Santos de Cetus levanto y volvio a bajar los hombros omitiendo lo sucedido.

Su interes se perfilo mas bien con las ultimas palabras del que parecia ser mas un enemigo que un aliado. El Futuro... el decia poder verlo, pero es algo que tampoco comprendio del todo.

-Sin embargo... cuando dice que ve el futuro, imagino que se refiere a alguna de sus facetas... y no a todas ellas. Todas las posibilidades que se van abriendo en base a las decisiones que cada uno toma... Porque si alguien podria verlas todas... pues supongo que simplemente se volveria loco, ¿verdad?.

Acacia hablaba con respeto. Aun no estaba seguro de que ese Santo fuera un enemigo, aunque todo indicaba que si, en especial por su copiada Armadura de Geminis. Sin embargo, le resultaba pronto para juzgar, dado que tal vez decia la verdad y el no habia hecho nada a los Santos de Athena desaparecidos.

-Nosotros no obedecemos órdenes que nos envían a la muerte... Nosotros decidimos servir al santuario, porque creemos en la causa de Atenea, en su justicia. ¿Cuál es tu causa? Por lo que parece, te dedicas a intentar asustar a las personas con las que quieres enfrentarte para adquirir ventaja, pero eso no te funcionará con nosotros.

Si tanto odio le tiene a Atenea, ¿acaso no intentará ir en su contra? No podemos permitirlo.

Habían ido en busca de los compañeros de Heve, y en caso de amenaza, tenían que acabar con ella, siguiendo la tarea del caballero de Cerbero. Habían llegado hasta allí... y al parecer habían encontrado el destino de uno de los caballeros perdidos.

Si él es la causa de esto, no esperará a ver qué hacemos antes de atacar. Tenemos que estar preparados.

El ojo mental de Céfir se abrió al mundo, a los infinitos futuros. Algunos más posibles, otros menos.

Vio a Clyde, rodeado de muerte; vio a un muerto levantarse de su tumba, y vio una jarra de cerámica siendo golpeada por un millón de puntos de luz, a punto de partirse.

- Tsh... la boca del enemigo se convirtió en una mueca. Si él, señaló a Heve, no puede exigirme respuestas, menos ustedes, pequeños. Pero sí, dijo mientras se cuadraba, los hombros rectos y las piernas separadas, les diré lo siguiente: mi maestro me ha enviado porque está en su destino vencer a Atenea. Pero necesitamos ayuda...

- NUNCA!! gritó Heve mientras su Cosmos estallaba en una lanza de energía, con esferas con pinchos afilados girando a su alrededor. Se lanzó a por Clyde, volando hacia adelante.

Pero el falso caballero de Géminis levantó la mano, y una explosión de luces se alzó como una pared. Las luces absorbieron a Heve, deteniéndolo en el aire. Con un sonido sordo, y una onda expansiva de presión, el Caballero de Plata salió despedido hacia atrás, cayendo sobre su espalda. La armadura de Cerbero cubría su cuerpo en pedazos astillados. Es... demasiado fuerte... escupió sangre, mientras sus ojos luchaban por mantenerse abiertos y enfocados.

Clyde se observó las manos, divertido. Alguien más quiere intentar algo tonto? Les ofrezco una oportunidad, de cooperar, de ayudarme. Necesito a uno de ustedes, solo uno... para que me haga un favor.

Habiendo derrotado a un Santo de Plata tan rapidamente, estaba claro que ninguno de los tres tendrian posibilidad con el. Acacia no queria parecer traidor, pero si aquel Caballero de Falsa Armadura era enviado de Poseidon, quizas era el indicado.

-Antes seria prudente que supieramos a que dios sirves y tener tu palabra. No esperaras que actuemos en contra de nuestra diosa sin mas, aunque tampoco creo que sea necesario una pelea con la diferencia de poder que hay entre nosotros.

Confiaba en que sus palabras fueran tomadas como reales para Clyde pero a su vez entendidas por sus compañeros, aunque el mismo no estaba tan seguro de que cual seria la mejor manera de actuar ahora que debian relevar a Heve.

Céfir volvió a reaccionar con el estallido y el golpe. Se acuclilló rápidamente junto al caballero de Cerbero, examinando su estado.

-Temo que ya no está en condiciones. Por favor, no muerta, ponga toda su energía en ello. Nosotros haremos lo propio para finalizar lo que empezó.

Se puso de pie nuevamente, con suavidad.

-Acacia, creo que es un poco inadecuado ya mediar palabra. La reacción de Heve fue normal teniendo en cuenta las cosas que ha dicho, y he visto la jarra de poseidon a punto de partirse. Evidentemente este caballero tiene algo que ver con eso, y no me inspira confianza alguna ya. De hecho...pareciera que consideras la posibilidad de ir en contra de la Diosa.

No dijo mas, simplemente adoptó una pose de lucha de combate, evidenciando su intención. Pese a que sentía mucha compasión por el caballero, su lógica fría le decía que nada podía hacer por él en ese momento...meditó. Era extraño que hubiese réplicas corrompidas de las armaduras de la Diosa...Y sin embargo el cosmos de la misma estaba enrarecido, se le hacía ímpio y agobiante. Aunque poderoso, claro. Pero Céfir no temía, hacía años había pasado junto a sus compañeros aquella difícil situación, donde aún con todo en contra habían conseguido seguir adelante. Con este y otros pensamientos en mente, se sintió un poco desconectada nuevamente del entorno. Un solo instante, que le llevó una pizca mas cerca de algo superior.

¿Necesita nuestra ayuda? No hay nada que tengamos o sepamos que pueda ayudarlo, aun cuando fuese nuestra voluntad. De todas formas, puede sernos de ayuda, si podemos sacar partido.

El ataque de Heve le pilló desprevenido, por lo que no puso sumarse a él, aunque después del resultado quedó claro que no habría servido para nada. Ha vencido tan fácilmente...

Miró de reojo a Acacia al oír sus palabras. Confiaba en su amigo, era lógico que ambos hubiesen tenido la misma idea, aunque Céfir no estaba a favor.

-Céfir, ¿para qué luchar si la derrota es evidente? - No estaba de acuerdo con sus propias palabras, ante un enemigo así era mejor combatir y morir que arrodillarse, pero si fingir les era de utilidad, aprovecharía al máximo esa opción. Tenía que encontrar una forma de hacer entender su plan a los demás, pero parecía imposible-. Uno contra uno no seríamos capaz de vencer, y no sabemos cómo nos compenetraríamos si luchamos a la vez. Apenas nos conocemos.

La miró fijamente mientras decía esto, para darle a entender el motivo de su mentira. Juntos ya habían vencido a alguien más fuertes, y si esperaban al momento idóneo lo conseguirían otra vez, estaba seguro. Pero si alguien moría ahora, no habría vuelta atrás.

Acacia suspiro. Y era un suspiro familiar. El mismo suspiro de resignacion que tenia Vehiott para cuando el en raras ocaciones no queria hacerle caso. El mismo suspiro que su Maestro algun vez tuvo por momentos en que cariño se deslizaba y podia ver en el curso de las olas lo que le esperaba su callado discipulo.

El trio de almas suspiro y los oceanos del cosmos de Acacia crujieron. El Santo de Bronce se puso por delante de Cefir con los ojos cerrados y el temple tranquilo, aunque triste pero decidido.

-Yo ire Cisne -le dijo poniendose por delante suyo. Jamas la habia llamado asi, pero le parecio correcto dada la situacion. No necesitaba de un compromiso de camaderia sino de Santos de Athena en aquel momento. Uds vayan a buscar ayuda. Cerbero lo precisa.

-Ni hablar, no te dejaremos ir solo- ¿Qué sentido tiene que quiera ir solo? Ninguno. ¿Quiere sacrificarse? No lo permitiré-. Estamos juntos en esto, no lo olvides.

Ya se habían separado, ninguno podía preveer a lo que tendrían que enfrentarse, pero aún así había sucedido. Pero no por ello perderían, ni se rendirían. No era la primera vez que se enfrentaban a un enemigo estando separados, cada uno demostró su valía, y seguían mejorando. 

-No me moveré -declaró, inalterable. Exendió los brazos con suma suavidad y elegancia, adoptando una postura muy moderada de lucha.

-Falso Géminis, también he visto el futuro, y este es extraño, pero también se que no es el único posible. También se que hay uno donde tu eres derrotado sin cumplir tu profecía, entre los miles de destinos posibles. Tu solo nos has dicho el que mas te agrada.

Una pequeña cadena, de brillantes y preciosas estrellas, se formó entre los caballeros de Atenea. Hábilmente, separó el lugar en dos: en uno Céfir, Delenias y el caido Heve; en la otra él y Acacia.

- Si él es más sensato que todos ustedes, y quiere ayudarme... entonces no hay más que decir. Nosotros nos iremos; y por consideración a su buena decisión los dejaré vivir.

Se giró, señalando a Acacia la entrada de una cueva detrás de él, entre las sombras. Aunque parecía excavada en la roca viva, dos trabajadas columnas la enmarcaban, como surgidas de la piedra misma. Columnas decoradas con el nombre de Atenea.

- Por supuesto, no podré tolerar que quieran seguirnos... la amenaza colgó en el aire.

La situacion no era nada buena, Acacia hubiese preferido tomarse con un enemigo al que pudieran vencer, pero con un Santo de Plata en ese estado... no podian hacer mas que intentar ganar algo de tiempo. Y le tocaba a el ser el abogado del diablo, por alguna razon, no le sorprendia, despues de todo su propia constalecion debia elegir un bando entre dos divinidades que luchaban entre si desde la era mitologica.

-Ire. Uds cuiden de Cerbero, por favor. Y no pierdan la Fe ni la Determinacion, la necesitare. Con estas ultimas palabras Cetus esperaba que sus compañeros entiendan que necesitarian ayuda, del resto del grupo. Ellos solos no podrian con Clyde.

El falso Caballero de Géminis hace una seña con el brazo y Acacia lo sigue. Ambos se pierden en la oscuridad.

Delenias y Céfir se quedan, sobre el cuerpo de Heve. El Caballero de Cerbero respira aún, levemente. Los vientos aullan sobre ellos en la estepa helada.

Fin del Episodio 2