Partida Rol por web

La masa aprobecha para patear la cara de que está más a tiro, ya que su incompetencia le ha permitido el lujo de dejarse derribar y no poner medidas contra ello. En su carga sigue arrollando gente, como un camión conducido por terroristas. Incluso intenta agarrar a uno y usarlo de ariete, sea para hacer daño, sea para que los impactos hieran a esta inadvertida e improvisada arma, que terminará con los sesos esparramados por la pared contra la que le machacaré la cabeza.

- Más escudo.

En medio de aquella vorágine observa Erika como Sirril sale corriendo con tal de avanzar hacia la nave, pero había un escollo en medio que solventar y era aquel oficial disparando a quemarropa justo en el acceso que debía atravesar. Por esa razón, la Comodoro decide cubrir a su compañero que no abre fuego mientras intenta abrir paso en zigzag. 

- Aakesh toma un phaser, abre fuego cuando salga a la carrera así ayudo a Sirril. Pueden haber más y sorprenderlos en medio de su trayecto. De momento cubro su espalda hasta que caiga el que está disparando ahora. -  afirma con determinación al tomar el arma para lanzarla al Primer oficial, momento en el cual la pelirroja avanza sin dejar de disparar con precisión esperando que no la hieran en el proceso, optando por quedarse detrás de la columna más cercana. 

La idea de Erika es avanzar una vez que el oficial caiga aturdido por el disparo, por ahora se mantenía resguardada a la espera de poder seguir. Su fuerte era el combate cuerpo a cuerpo y creí conveniente meterse dentro de la nave para ayudar al vulcano al no saber cuántos eran los que estaban huyendo. 

-No se preocupe, capitana, no estoy desesperanzada: usar ese término da a entender que en algún momento he estado esperanzada primero.- Contestó con un sarcasmo brusco a de Alba, antes de añadir, casi herida en su amor propio -Evidentemente, eso no significa que me haya rendido; le aseguro que de haberlo hecho no estaría aquí manchándome de sangre las manos. Simplemente me gustaría señalar que va a hacer falta algo más que confianza o meras especulaciones para evitar que este día termine en una tragedia.

Se mordió el labio inferior, dejando en él su primera marca de ese periodo de servicio, mientras la alarma comenzaba a martillearle los oídos. -A buenas horas...- Masculló, más bien para sí misma, volviendo a cambiar otra de las cortinas. No le gustaba nada el aspecto del Almirante: le recordaba demasiado bien a esa palidez cerúlea que adquirían los heridos cuando se encontraban cercanos a la muerte. Había visto ese color en demasiadas ocasiones durante su primer destino como para confundirlo a esas alturas.

-Y, por si fuera poco, también le han acertado a Mukherjee... pues yo lo lamento sinceramente, pero no tengo manos para todos...- Pensó algo preocupada... una preocupación que solo fue en aumento cuando escuchó el plan de su superiora. Sabía que las situaciones de crisis exigían decisiones rápidas y no permitían titubeos, pero desconocían todavía tantas cosas que era demasiado complicado prever cual era la mejor línea de actuación.

Aun así, su deber era velar por la vida de su paciente, así que se vio obligada a indicar. -Capitana, el exterior parece estar tranquilo en estos momentos, pero tenga en cuenta que una vez allí estaremos expuestos a cualquier tipo de ataque. Además, el Almirante se encuentra demasiado débil y no puedo asegurar que sobrevivirá a semejante traslado. Si es necesario, puedo permanecer aquí a la espera del retorno de los MACO con los suministros mientras el resto de personal evacua el edificio: dada la escasez de armamento, tampoco es que suponga mucha diferencia en estos momentos estar o no escoltada.

- Vaya, ahora suena la alarma... Creo que esto cada vez va empeorando. Espero que los demás estén bien.

Escucho las opciones que da la doctora respecto al herido.

- Capitana, me ofrezco para permanecer con el Almirante mientras los demás evacuan y esperar a que vuelvan los MACO con ayuda médica. Conviene no fiarnos, y tal vez el retroceso de los atacantes es para reagruparse y perpetrar una ataque más fuerte y consolidado. Debemos proteger al Almirante si no podemos trasladarlo debido a su estado.

De inmediato los tripulantes menos favorecidos para dar lucha crearon una cuerda con las cortinas disponibles y apilaron algunas mesas para llegar hasta los altos ventanales que dejaban entrar la luz al salón de conferencias.

Bajo el consejo de Diane el almirante no sería movido en primer lugar, dando oportunidad a aquellos que lograran escapar por las ventanas a ir en búsqueda de ayuda. El único guardia activo se opuso a dejar el salón y por consiguiente al almirante Leonard, e instó a permanecer junto a los voluntarios en custodiar al moribundo hombre hasta las últimas consecuencias.

Los primeros en salir al campus de la academia y cuartel general alcanzaron los edificios cercanos sin problemas, además fueron interceptados por las fuerzas de seguridad que raudamente se aproximan al edificio. El único problema era que las fuerzas de seguridad debían rodear el complejo y cruzar varios pasillos para llegar al salón.

Otros en cambio ingresaron por las mismas ventanas que utilizaron los tripulantes para salir.

Por el momento la situación mejora, al contar con efectivos preparados para el combate.

Tres MACO acceden al salón desde las ventanas, y uno de ellos se dirige a los cuatro presentes mientras los otros dos aseguran la entrada al salón.

El hombre luego de revisar el acceso de ventilación por donde Cristina había ingresado se dirige a los presentes, especialmente a la doctora, quien es la persona que tiene los galones de mayor graduación en la sala*. – Señora. El salón es seguro, por favor informe la situación del almirante. ¿Es posible extraerlo por allí? – pregunta, con mirada seria y pensativa, mientras señala las ventanas.

No había tenido la oportunidad de siquiera juntar algunos cables cuando la Comodoro, una mujer de gesto severo, y Sirril, nuestro extraño Oficial Científico, salieron del lugar cuya puerta custodiábamos a toda velocidad. Seguirlos fue la acción siguiente, y con el Primer Oficial herido no tuve otra opción que cargarlo durante la mayoría del trayecto. 

Finalmente, la bahía no estaba vacía, como era de esperar. No obstante, yo esperaba más resistencia. Que solo hubiera un sujeto armado me daba la pauta de que el ataque había sido muy mal planeado o directamente había salido muy mal.

Sin armas con las que colaborar, mi instinto fue el de seguirle los pasos al Oficial Científico, quién no se detuvo ni un instante en su carrera hacia el hangar.

De Alba no hizo caso del comentario de Walker, empezaba a conocer lo suficiente a la doctora para adivinar su preocupación por el estado de su paciente, por ese motivo no le recriminó su tono entre otras cosas porque al haber sido despojada de sus galones que la distinguía como capitán, técnicamente Diane era la oficial superior... además la opinión de los oficiales médicos podía imponerse a las de sus superiores como en aquella ocasión e incluso Cristina le debía una a la doctora y eso era algo que tenía muy en cuenta.
- Señora Walker, usted es la oficial medico, si no ve conveniente no mover al almirante, no lo haremos.-le dijo en un primer momento a la doctora antes de que los MACO llegasen-Correcto señor Lightman, ambos escoltaremos tanto a la doctora como al almirante

Cuando los soldados irrumpieron en la sala la capitán se sobresaltó en un primer momento haciendo un movimiento defensivo con la barra metálica, pero al verlos esbozó una ligera sonrisa,parecía que se empezaba a ver la luz. Entonces el MACO se dirigió a Walker, al principio se sintió algo molesta pero al mirarse el hombro y advertir la ausencia de sus galones se limitó a suspirar y mirar a Diane para ver la respuesta que le daba al soldado.

-Señora Walker, dígame que necesita para atender al almirante y se lo traeré mientras evalua la posibilidad de evacuarlo.-añadió para tratar de ayudar a la oficial medico

Aakesh sigue a los demás como puede. No han acabado de llegar al subsuelo cuando un guardia les dispara. Muk no entra, protegiéndose con el marco de la puerta. Ante las órdenes de la comodoro asiente y coge el pháser que le lanza.

-¡Les cubriré desde aquí!

Apunta al guardia y dispara.

Al tumbar a su objetivo Jankowsky se acercó a comprobar su estado, parecía inconsciente. Mientras tanto Unger noqueaba al suyo.

-Creo que estos van a dormir un buen rato, sigamos buscando no tenemos tiempo que perder. Inmovilicémosles por si despiertan

Jankowsky procedió a atar manos y pies  y amordazar al hombre que había tumbado. Además registró sus pertenecias y le quitó el arma. Hecho esto y esperando a su compañero se puso en marcha.

La pasmosa velocidad de reacción del oponente hace que Unger use al compañero aturdido del enemigo como ariete para su próximo golpe, incluso sin dar tiempo a Jankowsky que ate al sujeto desmayado. Había pensado que los dos oponentes estaban derrotados pero no es así. Ahora deberá ayudar al coloso verde o esperar a que este termine su pelea, porque es improbable que el guardia salga ganador de este encuentro.

La acción explota con múltiples situaciones en apenas una decena de segundos. El oponente comenzó a disparar en cuanto Erika y los demás entraron al nivel, pero falló estrepitosamente por la gran distancia y el poco alcance de la pistola.

Sirril vio la oportunidad y echó a correr por la salida adyacente al utilizar las columnas como refugio. Ollander siguió al vulcano y de ese modo dos tendrían mas oportunidad que uno.

En ese momento el falso guardia eligió un blanco rápidamente y apretó el gatillo. El disparo cruzó todo el complejo hasta impactar contra el marco de la puerta de acceso, a escasos centímetros del rostro del Indu.

Con Sirril y Jack a punto de salir del angulo de tiro del Guardia, Erika y Aakesh devolvieron el fuego con tres disparos. Dos dieron en el blanco aturdiendo por partida doble al enemigo y el tercero se perdió en la lejanía.

¿Porque el guardia no disparo a los corredores y desperdició su oportunidad contra un oponente a cubierto? El tiempo corre, al igual que la lanzadera en el exterior.

Y que no se queje el e JAN que encima no dejo que caiga al suelo.

Aakesh notó el calor del pháser impactando contra el marco de la puerta, y con el impacto, el hindú no pudo evitar echarse hacia atrás unos centímetros.

¡Por poco!

Apuntó y devolvió el fuego, impactando en su oponente.

¡Bien!

Al verlo caer Aakesh corre como puede hacia dónde se encuentran sus compañeros

-¡Vayan con cuidado!, me parece muy raro que me haya disparado y no a ustedes..... Ollander, vigile esa esquina -le señala

Aakesh se asoma por una entrada que da a una gran sala

-Podemos ir hacia la bahía desde aquí o desde dónde se encuentra el guardia. Es de suponer que ambos lugares estarán vigilados. Podemos hacer dos grupos, coger el arma del guardia e intentar avanzar uno por cada lado.

- Esto es muy raro... ¿Por qué no disparó a quienes están desarmados? Obviar al Vulcano lo veo lógico, considerando... -  sus pensamientos se interrumpieron ante la caída de aquel oficial y las palabras de su amigo. - Podrán pasar años pero siempre tenemos el excelente promedio de ir generando bajas. -  bromeó al hindú al rememorar tiempos donde eran unos simples estudiantes que tenían la osada idea de divertirse dentro de la Academia.

- Avanzaré, cuánto más seamos mejor. Cubre nuestras espaldas mientras nos acercamos. -  le indica a Mukherjee dispuesta a continuar con el camino que al principio había surcado Sirril y Ollander, había que impedir el secuestro y salvar a esos oficiales. 

La cuestión es que Erika reconoce la rareza de la situación y como aquel sujeto solo con todas las posibilidades de caer, cubre la retaguardia en este secuestro. Por esa razón imagina que la mayoría de estos "oficiales" deben estar abordo de la nave o esperando muy cerca de ellos. No se le daba mal el combate cuerpo a cuerpo, así que sin pensarlo demasiado avanza corriendo haciendo un zig zag siempre respaldándose entre las columnas, con el arma enfundada. 

La idea era llegar hasta donde se encuentra el guardia caído y observar desde esa pared como está la situación, sin correr mayores riesgos. 

Diane asintió levemente con la cabeza en una discreta muestra de agradecimiento a la capitana haber escuchado su sugerencia y siguió centrada en su paciente, controlando el ritmo entrecortado de su respiración y contando los minutos que pasaban hasta la vuelta de Urmoz y Jankowski. Decididamente, no esperaba que fuera un equipo MACO quien les encontrara primero a través de las ventanas, pero a pesar del sobresalto no le miro el diente a caballo regalado: era mejor eso que nada.

-¿Señora?- No pudo evitar repetir, un tanto desorientada, cuando el soldado se dirigió a ella, y solo entonces fue consciente de que de Alba no llevaba sus galones. Sus cejas se fruncieron durante un breve instante, sin saber si los había perdido por los conductos de ventilación o si había ocurrido algo más grave que desconocía, pero en ese momento tenía problemas más urgentes que atender. Por ello, se hizo cargo de la situación con rapidez y respondió lo más precisa y sucintamente que pudo -El almirante ha sido atacado por enemigos infiltrados entre el personal de seguridad y ha recibido una herida en el estómago. Como mínimo, sufre de desangramiento, pero si el disparo ha alcanzado alguno de sus órganos internos podríamos estar arriesgando todavía más su vida al trasladarlo en unas condiciones así de precarias: al menos, mientras exista la posibilidad de tratarle sin tener que desplazarlo.

Volviéndose hacia de Alba e ignorando conscientemente su graduación al comprobar que, por alguna razón, había decidido no hacer notar su rango ante los recién llegados, contestó -Un tricorder médico para comprobar la gravedad de los daños sería un buen lugar para empezar y no descarto la posibilidad de necesitar un nuevo hígado para un trasplante; sin embargo, en este momento me contentaría con vendas esterilizadas e incluso con aguja, hilo y agua hervida como en la prehistoria.

Jankoswky esperó a aue Unger redujera al guardia, pudo disparar su phaser pero no quería arriesgarse a impactar en su compañero por error. Además, ofendería al orionita si se metía en la pelea para ayudarle. Por tanto esperó pacientemente, Unger era fuerte y un buen luchador el guardia no le causaría problemas.

- Si lo ablandas lo suficiente quizá podamos interrogarle- dijo como si estuviera pensando en voz alta.

Mientras su compañero terminaba comprobó las pertenencias del otro guardia.

- Realmente hasta que no sepamos si su estado es crítico no veo adecuado intentar evacuarlo, y menos por una ventana.

Aprovechando que la situación parece un poco más tranquila, saco la cabeza por la ventana por donde han accedido los MACO y hecho un vistazo alrededor.

- ¿Se sabe algo de los atacantes? ¿Su número, armas, posición...? - pregunto a uno de los MACO