Partida Rol por web

—Antes de bajar, de hecho incluso de entrar quiero comprobar si hay aire ahí dentro, la intensidad del campo magnético. 

Mi-Neb estaba completamente en alerta. 

Zated seguía mirando los sensores. Era raro que hubiera dos naves destruidas y no hubiera nada más. O el dueño no estaba en casa, o algo le decía que quizás necesitase la Cimitarra para salir de allí. Esperaba que fuera la primera, ya que la segunda conllevaba un choque de conflictos. 

Por lo que podían ver desde fuera el campo magnético que mantenía la integridad del asteroide estaba intacto. Había un pequeño campo de fuerza haciendo de barrera en el hagar, el habitual en esos casos. Y dentro parecía haber un ambiente respirable. Aún así el traje de vacio podía ser una buena opción.

Mirando hacia el exterior podía ver su nuevo destino, el asteroide no era demasiado grande y ya mostraba las primeras sorpresas. El hangar guardaba esos cazas en mal estado.

- Mirad esas dos naves destruidas, como si ya hubieran sido atacados desde dentro. Cómo si no explicarlo, ¡han tenido fiesta!

Acabar con dos cazas no era tarea sencilla, era cuestión de investigar un poco.

- Entremos, no debería de haber problema y así podremos encontrar pistas de lo que ha sucedido.

Xostun ya estaba dispuesto, llevaría su armadura consigo, un traje de vacío no le serviría de mucho pues en el primer combate terminaría con agujeros.

Zated no se planteó en ningún momento no llevar el traje. Al menos hasta estar seguro de lo que había en el interior del asteroide. Siempre estaba a tiempo de quitárselo luego. Era un poco incómodo, pero tampoco lo suficiente como para prescindir de él. 

Siguiendo a Xostum y a Mi-Neb es encaminó hacia el hangar. No tenía buenas sensaciones y trató de hacer un barrido a su alrededor. Al menos para ver si sentía la presencia de algún ser sensible. 

Dentro del asteroide se podía respirar sin problema, y estaba bastante bien iluminado. Los dos cazas parecían haberlos volado externamente. Como si les hubiesen disparado estando amarrados. De hecho podía verse todavía alguna parte anclada al suelo magneticamente.

No se escuchaba nada, salvo el roce de los trajes y algún que otro chisporroteo de las luces.

Mi-Neb se había puesto también el traje de vacío. Toda precaución era poca, y bajó de la nave con sus compañeros. 

—Vamos poco a poco. No creo que esta sea la base definitiva de nuestro objetivo. 

Nada más pisar el suelo del asteroide el soldado hizo una seña a sus compañeros indicando que iba a ver el primero de los cazas. Acercándose quiso saber más sobre su estado y el motivo por el que había sido destruido. Sospechaba que alguien se les había adelantado.

Zated se concentró en la Fuerza, pero a su alrededor tan sólo podía captar las sensaciones de sus compañeros.

Mientras Xostum se acercaba a uno de los cazas destrozados pero no pudo sacar mucho más en claro salvo que los habían destruido allí dentro. No había cuerpos entre los restos, lo que quería decir que estaban vacios al explotar. Y era obvio que les habían disparado hasta destruirlos con algún arma potente. No habían explotado.

Zated no sentía nada, y salvo que hubiera alguien que se pudiera ocultar de los poderes Jedi, allí no había ningún ser vivo. Se adelantó para cubrir las puertas, con el sable laser en la mano por si acaso, mientras Xostun se acercaba a los restos de las naves. Iba mirando por donde pisaba, lo normal era que hubiera alguna trampa o algo preparado para intrusos no deseados. 

Mirando los cazas no sacaba nada en claro, solo veía que habían unas puertas cerca que valía la pena investigar.

- Si os parece, tomemos la primera de esas puertas, prestos para capturar a quien podamos encontrar.

Miró a los Jedi y tras dejar unos segundos por si Zated quería tomar la delantera fue hacia la primera. 

Mi-Neb siguió a Xostum.

—Venimos a hablar, no demostremos hostilidad, al menos no letal. 

Nadie se escandalizba mucho por unos cuantos disparos aturdidores.

En el hangar no había mucho que ver aparte de los dos cazas destruidos, por lo que el grupo decidió empezar por la primera puerta que encontraron.
No había ningún tipo de código de seguridad, tan solo el botón de abrir. Era posible que no esperasen que nadie llegara hasta allí.

Al abrir pudieron ver una sala vestuario. Tenia pinta que ahí era donde se cambiaban o preparaban los pilotos para acceder a los cazas. Algunas taquillas estaban abiertas, pero no se veía nada de valor o interesante.

Al fondo había otra puerta.

—Creo que no nos va a gustar lo que encontremos en la sala común —dijo Mi-Neb, frunciendo los labios con disgusto. Era un gesto muy Jedi, porque no había nada más Jedi que no te gustara nunca nada y desaprobaras todo. Se lo había visto a los maestros. 

Si alguna vez acaba esta guerra, me retiraré como sanador en algún planeta apartado y feliz donde puedan gustarme cosas y me dedique a sanar a la gente y hacerla feliz. 

Zated estaba pensando lo mismo que Mi-Neb y asintió con la cabeza. 

Después miró en los armarios. Quizás podría haber alguna pista o algún objeto útil que pudiera servirles de algo. 

El joven zabrak observó el interior de la sala, desierto. Le empezaba a recordar a la estación anterior ocupada por alienígenas aunque estaba vez no temía por encontrar criaturas como aquellas.

- Yo también lo creo, alguien ha pasado ya por aquí y sin diplomacia ninguna. Con suerte hay información en alguna parte, incluso alguien vivo que quiera salvar el pellejo a cambio de ayudarnos.

Se dedicó a mirar también los armarios.

Xostum y Zated se dedicaron a examinar la estancia mientras Mi-Neb vigilaba la puerta. No había demasiado útil, aunque sí que se fijaron que de las ocho taquillas que había, tan solo seis de ellas parecía tener algún tipo de uso. Alguna holo imagen, collares, créditos, o ropa sucia es lo que tenían. Nada que pareciese útil en ese momento, al menos con un rápido vistazo.

Al otro lado de la puerta a Zated le pareció sentir por un momento algo de ira, aunque fue sólo un instante.