Partida Rol por web

En apenas un instante, Ronon consiguió arrebatarle la lanza al soldado Wraith antes de que pudiera dispararle por segunda vez. Éste, aunque algo aturdido por el ataque hizo un último intento por defenderse, pero ya era demasiado tarde. Con el aturdidor ya en sus manos, disparó sin pensarlo dos veces a su oponente. A pesar de ser a quemaropa, conocía demasiado bien a los Wraith para saber que tal vez uno no fuera suficiente, así que continuó disparando al soldado hasta que éste cayó al suelo inconsciente o, probablemente, muerto debido a las múltiples ráfagas. A Ronon le daba absolutamente igual.

Una vez eliminados los guardias que las custodiaban se apresuró a recoger todo el equipo que los Wraith les habían quitado. Aunque los chalecos no hacían falta se puso uno aprovechando que llevaba el C4 y una radio en sus bolsillos y cogió el C4 del resto por si acaso. Localizó su preciada pistola, que mantuvo desenfundada (pues la tendría que utilizar muy probablemente por el camino), y se colgó los rifles de asalto de sus compañeros gracias a las útiles correas que llevaban.

Ronon llega hasta la armería en cuestión, o al menos el lugar donde descansan las armas de todo el quipo y la suya incluída.
Recoge uno de los chalecos asegurándose de meter todos los objetos útiles en él y después se hace con los P90 y su propia y querida pistola láser que tantas envidias despierta, algo normal teniendo en cuenta su eficacia.

Mira alrededor y observa más armas y armaduras wraith, pero la verdad es que ya va muy cargado y sólo conseguiría ir más lento y torpe así que decide acelerar el ritmo y deshacer el camino hasta el pasillo donde dejó al resto.

Apenas ha girado un par de ellos, cuando se topa de lleno con un wraith de aspecto más imponente y armadura algo más consistente. Está claro que no es un soldado a pesar de estar escoltado por un par de ellos, probablemente sea un ciéntifico, técnico o vete a saber qué. De todos modos tampoco debe importarle demasiado... y a los gyardias tampoco, porque enseguida le apuntan y uno de ellos dispara sin pensárselo dos veces.

El comandante sin pensárselo pone mano en el lateral donde tiene anclada la funda de su aturdidor, con un movimiento extremadamente rápida desenfunda su arma y dispara. Un ligero resplandor azul brilla por el cuerpo del aturdidor antes de expulsar un pequeño proyectil de una materia indefinida a gran velocidad.

Intrusos localizados en la armería del sector 3

Una vez equipado, Ronon avanzó raudo por los pasillos pseudo-orgánicos de la nave colmena Wraith. No había tiempo que perder, pues sus compañeros le necesitaban, pero tal vez a causa de las prisas se percató algo tarde de la presencia de un grupo de "bichos" que acababan de girar la esquina. Sus músculos se tensaron instantáneamente inundados por la adrenalina que liberó su cuerpo al momento y sin pensarlo un solo instante corrió a protegerse de nuevo en la esquina que acababa de franquear.

El disparo del primer soldado es demasiado lento y no consigue alcanzar al satedano, sin embargo el wraith que parece liderarlos es más rápido y hábil y consigue impactar de refilón en uno de los brazos de Ronon antes de que éste se esconda tras la esquina, entumeciéndole la parte derecha del cuerpo de forma bastante incómoda.

Quizá no tarden en llegar más refuerzos pero eso tampoco parece preocupar demasiado a los wraith dado que ellos son tres y el "humano" sólo uno, así que uno de ellos se acerca hasta el final del pasillo dispuesto a disparar de nuevo de forma frontal.

Aunque Ronon había actuado rápido, parecía que no lo suficiente. Consiguió refugio tras la esquina del pasillo y, aunque aturdido por el disparo que había recibido, se puso en guardia para enfrentarse a los guardias. Aún así, no esperaba que fuesen tan suicidas, puesto que uno de ellos giró sin vacilar la esquina para toparse con la pistola de Ronon, que le esperaba a tocar de nariz.

El wraith que gira la esquina se sorprende tanto al toparse de lleno con Ronon que da un respingo, totalmente sobresaltado, y al parecer no es el único ya que el satedano no maneja su casi infalible pistola tan bien como de costumbre y pierde el valioso disparo.

El soldado no pierde más el tiempo e intenta golpear seca y fuertemente el antebrazo de Ronon con su lanza. No lo consigue, al menos no del todo, y al final ambas armas chocan estrepitosamente provocando que caigan al suelo (esto es por las pifias), pero aún así el satedano cuenta con las "poco" prácticas armas de los miembros de la Expedición, los P90, los cuáles el comandante puede apreciar con claridad, resultándole muy familiares... aunque ahora mismo no cae exactamente de qué.

El otro guardia wraith sigue avanzando entonces, dejando al Comandante algo rezagado varios metros, apareciendo al cabo de poco junto a su compañero y delante del satedano, apuntándole amenazadoramente con la lanza-aturdidora más que dispuesto a disparar.

Tal vez debido al entumecimiento que sentía Ronon por el disparo recibido, vaciló por un instante ante la llegada de su enemigo, el cuál aprovechó, aunque muy torpemente, para desarmarle. Pero por suerte para el satedano, aún disponía de los rifles terrestres colgados a su hombro.

Sin perder un instante, descargó una intensa ráfaga de disparos sobre sus dos atacantes con uno de los P90, llenando el tenebroso ambiente de un ruido ensordecedor.

El comandante se queda un poco aturdido por la ráfaga, no por el echo del disparo, sino del tipo de armas, las recordaba de algún sitio...pero ahora mismo no le venia a la cabeza.

Los impactos de las balas y su ruido extremadamente ensordecedor, provocara que acudan bastantes mas soldados en la zona, no hacen falta pero nunca esta de mas...al fin y al cabo han conseguido escapar de la celda.

Sin dudarlo mantiene el aturdidor levantado y dispara al enemigo cuando ve un agujero entre los dos soldados.

El satedano no se lo piensa dos veces, aprovecha la torpeza del primer wraith y los escasos segundos de apuntar del segundo para coger el primer P90 que encuentra y descargar todo su contenido en ambos cuerpos mientras retrocede unos pasos.

Cuando las balas acaban de rebotar en el suelo después de sus explosiones continuadas y sonoras, los cuerpos inertes de los guardias las acompañan, consiguiendo entonces que el Comandante recuerde perfectamente su letal poder: son armas humanas, de los humanos de Atlantis concretamente. Está bastante seguro de ellos, hay pocos humanos capaces de abatir wraiths con su propia tecnología.

Para entonces, el Comandante surge de entre el humo provocado por la ráfaga de balas y sin mediar palabra dispara al cuerpo de satedano, el cual se contrae dolorido y entumecido, pero todavía no cae redondo. Está claro que es un hueso duro de roer, pero es imposible que aguante más de dos disparos.

Ronon fulminó sin piedad a aquellos dos soldados con la P90, pero antes de que pudiera reaccionar el tercer wraith ya se encontraba ante él. Con un fuerte estremecimiento sintió como todo su cuerpo se entumecía a causa del disparo, pero todo su esfuerzo se concentró en centrarse y reaccionar para sobrevivir a aquello. Sus compañeros estaban esperándole y no podía dejarles tirados. Por no hablar de dejarse capturar de nuevo por sus archienemigos...

Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban, pues, fijó la vista en su objetivo y se abalanzó contra él para intentar arrebatarle su arma e igualar así el combate cuerpo a cuerpo que tan bien se le daba.

El comandante, no es un soldado como los del suelo, sabe cuando las cosas rozan a la peligrosidad, sin mediar palabra vuelve a abrir fuego contra el probable superviviente de Atlantis, inmediatamente se desplaza unos pasos laterales hasta la esquina que acababan de girar para quedarse sorprendidos por el fugitivo de las celdas.

El comandante se encuentra a punto de apretar el gatillo, dispuesto a no fallar esta vez y avatir de una maldita vez a ese humano problemático, pero el satedano demuestra estar acostumbrado a todo tipo de situaciones adversas y se adelanta desarmando al wraith con un golpe seco en la muñeca.

El arma del wraith cae al suelo, cerca de sus propios soldados, y después retrocede un par de pasos.

Por el fondo, empiezan a distinguirse múltiples pasos de lo que sin duda son más tropas wraith, lo cual probablemente haga sentirse satisefcho y más triunfal al Comandante, pero la sensación dura poco ya que al cabo de poco también escucháis una ráfaga de sonoras balas, generadas sin ddua por una arma similar al P90 o quizá esa misma arma. Después se escuchan algunos disparos láser de los aturdidores y más disparos de rifle antes de que domine el silencio.

Ronon se alegró al escuchar disparos amigos al fondo del pasillo, pero su adversario aún estaba en pie, así que no podía desviar la atención hasta que se deshaciera de él. Una vez desarmado, intentó aprovechar la distracción para coger de nuevo una de las P-90 que llevaba al hombro y dispararle de manera, esperaba, definitiva.

Ronon no era el único acostumbrado a los combates en espacios cerrados, el golpe en la muñeca contra el fue mas que suficiente para que el Wraith dejara el aturdidor, pero con un movimiento extremadamente rápido, vuelve a coger la pistola al vuelo antes de que caiga al suelo, sin duda una posición inesperada para el Saetano que el Comandante no piensa desaprovechar. Una luz azulada resplandece a los ropajes de su atacante milésimas de segundo antes de salir el rayo aturdidor.

El Comandante es sorprendido por completo por el satedano, ¿cómo lo ha hecho? El humano parece ser más diestro y fuerte que la mayoría de los de su raza, sin duda sería un divertido ejemplar para Runner, pero ahora no puede perder el tiempo con eso y necesitará varias respuestas, sobretodo respecto a las armas que está usando.

No pierde más tiempo en cabilaciones ni dudas y se agacha con rapidez para recoger su arma y disparar a Ronon. Parece haber más estúpidos humanos acercándose y no quiere perder la oportunidad de volver a retenerlos y torturarlos y doblegarlos como se merecen.

Ronon dispara su arma, pero algo sucede, algo inesperado para él. Al parecer la tensión de sus músculos provoca que éstos apenas reaccionen y cuando consigue convencerse de pulsar el gatillo el Comandante ya ha dejado de estar a tiro y le dispara de forma precisa, consiguiendo así que el satedano caiga desplomado al suelo.

El Wraith sonríe triunfal, acercándose a su presa sólo para investigar mejor sus armas y chaleco. Desearía matarle ahí mismo pero no sería la opción más inteligente, resultará más útil si le da respuestas y a bien seguro que la Reina las conseguirá.

Es entonces cuando se oyen ruidos de pasos acercándose por el pasillo. El Comandante se dispone a echar un discurso acerca de disicplina y rapidez a sus tropas, pero descbre con asombro que no se trata de él, si no de un humano vestido de soldado algo entrado en años (O'neill) y otro que se ademeja a su raza pero cuyos ojos y tonalidad de piel distan de la habitual. Demasiado pálido y blanco...

El soldado albino apunta al Comandante con una de las lanzas aturdidoras wraith y éste cae al suelo irremediablemente, justo junto al satedano.