Partida Rol por web

Realmente esta era la clase de cosas que menos le gustaban, wolverine no tenía muchas ganas de socializar, o mejor dicho, no es sociable en lo más mínimo, un francotirador es solitario, o solo tiene un compañero, un observador, no necesita a nadie más para hacer bien su trabajo, pero pasó del Barret al Morita, que ante el, es cómo pasar de una camienota ford, a un Mini cooper.

Había estado pensando en no bajar a la "Recreación" no se sentía cómodo con los demás fuera de su "ambiente de trabajo" pero debía hacerlo. Después de acearse y vestirse, bajó para encontrarse con los miembros de ambos equipos, y Jericó estaba ahí, en la puerta del ascensor después de volver a subir y baja el mismo con el adentro.

Un soldado en toda regla, con una botella de agua en vez de una cerveza, se ve que sabe que el alcohol perturba los sentidos, eso agradaba al marine.

-Jericó, que bueno verte colega, ¿quieres jugar dardos? Quiero ver si puedes superarme-

Sonaba un duelo amistoso. 

Mart era un tipo listo, siguiendo la norma "si no puedes con tu enemigo, únete a él", en este caso al estrambótico baile de la muchacha, que demostraba ante todo tener ganas de reír, estaba claro que ella tenía muy presente que bailaba fatal, pero eso no era un motivo suficiente como para dejar de hacerlo.

En ese instante el sargento hizo su aparición y cómo no, fue a meterse precisamente con ella, algo que esperaba como las aguas de lluvia en primavera -...¿Qué sucede sargento Smith? ¿No hay valor suficiente como para unirse con nosotros en la pista? ¡¡¡Apuesto que no es capaz de bailar siquiera un poco!!!... ¡¡¡O quizás quiera demostrar que esta soldado tan bocazas está completamente equivocada!!!... - rió la joven mientras Mart secundaba para que Cassius se les uniera, ya el baile no podía ser peor... ¿O sí?... Por supuesto, cuando saltó hacia él, si llegaba a hacerlo contra cualquier otro, podría haber acabado en una lesión de lumbago, desembocando el proceso en una caída libre hacia atrás.

- ¡jajajajajajajajajajajajaja!.... - la muchacha se reía como nunca ninguno de los presentes la había visto, la situación había terminado siendo algo ridícula, con Sammy tendida sobre Friday, una suerte que él la abrazase o hubiera salido despedida -....oh..., jajajaja....ha sido espectacular... - la muchacha se incorpora para dejar respirar al varón -...y eso que todavía no he terminado mi copa.... - le tiende la mano a la mole masculina -...Por cierto... - señala el abdomen del hombre, que asomaba entre la camisa hawaiana -...¿son de verdad?... si te llamo "tabletita de chocolate" que sepas que la culpa es tuya.... - le guiña el ojo siguiendo el buen humor -...¡¡claro qué seguimos!!..., un soldado no debe tirar el fusil en la primera de cambio..., ¿pensabas que iba a dejarlo?.... ¡Vamos!.... Pero te reto a algo..., a ver quien de los dos conseguimos que salga a bailar más gente...¿te hace, guapo?... no quiero ver a nadie sin sudar ni reír- le guiña el ojo, la chica más que ingeniera podría ser la dinamita de los explosivos, era toda mecha -... Si sale a bailar el sargento me lo apunto como mío y vale por dos...., al fin y al cabo es un mando.... - también demostraba ciertas dotes de negociación

Sonríe ante aquellas palabras pero niega con la cabeza- la pista y yo no somos muy buenas amigas que digamos. Prefiero ver como bailáis... si a eso se le llama bailar- responde finalmente- Treize, ten cuidado con ella, es una mujer de armas tomar. Demasiado para ti, diría incluso. 

Tras dar ese consejo a su compañero, Cassius se dirige a coger una copa para meterse algo en el gaznate. 

Mart aceptó la mano que le tendía Sam y se incorporó, sonriendo abiertamente ante el comentario. - Todo natural Sam, trabajo duro y ejercicio - dijo mientras hacía ondular sus abdominales para dar efecto a sus palabras, lo cierto era que a Friday le gustaba su cuerpo y no tenía empacho en mostrarlo - "tabletita de chocolate"- repitió con una sonrisa pícara - cuidado con los dientes cuando muerdas - respondió guiñandole el ojo mientras comenzaba a moverse nuevamente al ritmo de la música.

Lo cierto era que lo estaba pasando genial, y la chica sabía como escalar las cosas - Desafío aceptado - le dijo  tomándola de la mano y haciéndola girar sobre si misma - Y para que veas que no soy tramposo, no le ordenaré a mi tropa que salga a la pista, y si haces salir bailar a Cassius te doy tres puntos. -  recorrió la sala con la mirada y encontró a su primera víctima, - Prepárate a perder, y ve pensando en el premio.

  Sin dudarlo se acercó a Adriana haciendo pasitos de rock'n roll al ritmo de la música, sonriéndole y llamándola con la mirada, y cuando llegó ante ella tendió una mano invitadora. 

¡¡¡¡Ohhhhhhhhh un retoooooo!!!!.... Los ojos de Sam brillaron ante la posibilidad de ganar tres puntos solo por sacar a Cassius y hacer que bailara, pero aquella batalla podía ser algo perdido si no era lo suficientemente convincente. Debía pensar cómo hacerlo y no llevarse una segunda negativa.

A la ingeniera le gustaba el carácter de Mart, era un tipo desenfadado cuando no gruñía órdenes, y la muchacha se permitía un poco el lujo de decirle cosas que a otros mandos no se atrevería, o mejor dicho, sí que tendría valor para hacerlo, pero daría más vueltas por si enojaba a alguno.

- Natural y muy bien puesto, prodigio... Y no me tiendes con morderte, no vaya a ser de que caigas rendido ante mi encanto y pases malas noches soñando conmigo....- le guiña un ojo riendo abiertamente, era una mujer con un profundo sentido del humor, algo valorado en momentos de discernimiento, solo luchar minaba la moral de hasta el mejor de los soldados.

Sam volvió a girar guiada de la mano de Friday, el jodido tenía ritmo, hasta para ella, arrítmica profunda, era más que evidente. El reto se aceptaba y debían ahora mover el trasero del resto de los compañeros, algunos de los cuáles ya estaban pegados a sus vasos de licor o a los juegos. Pero Sammy tenía su objetivo en mente.

- Sería muy decepcionante si obligases a la tropa a bailar... - le da con la yema del dedo índice en el abdomen, estaba claro que la tabletita le gustaba -... Así que sé un buen chico y gana limpiamente..., pero fíjate..., yo también seré buena, te doy tres puntos si sacas a bailar a Erik Bruskotter.... y un punto más si hacéis una balada... - y riendo ampliamente se fue en busca de su "víctima", dejando su reto en el aire. El ingenio tenía un nombre, Sam Rodriguez.

Chocolatito marchaba hacia Adriana, seguramente necesitaba concienciarse antes de sacar a bailar al cabo, era evidente que la mujer era más atractiva para él. Sam se aproxima con su movimiento extraño hacia Cassius y le toma de la mano, colocándola sobre su cintura.

- Sargento, tiene que esforzarse en elevar la moral de su escuadrón, es su obligación como jefe... - riendo le dice al oído -.... venga hombre, no puede hacerlo peor que yo y si me ayuda a ganar el reto seré una buena chica en el campo de batalla, prometo no protestar sus órdenes... - no se lo creía ni ella, le costaba callarse cuando estaba convencida de algo -... Además, no será capaz de negarse ante una mujer y menos con esta cara...  ¿verdad?.... - se puso bizca, al menos así rompería su coraza, o eso esperaba -... Venga haga un esfuerzo y mueva las piernas, como si pisara brasas ardiendo, eso cuenta como baile...

El capellán estaba dispuesto a interrumpir todo aquello con una pequeña charla sobre lo que deberían estar haciendo y lo que se espera de ellos. No era un tipo especialmente serio, de hecho le gustaba bromear, sacar punta a comentarios e incluso meterse amistósamente con los compañeros, pero eso era cuando todo marchaba bien y esa misión desde luego que no iba bien.

Entonces Wolverine interrumpió sus pensamientos.-¿tú entiendes algo de esto?- le dijo con verdadera indignación en su cara sabiendo que el francotirador le entendía- hemos matado a un puñado de bichos, nos han dicho que esto puede estar lleno de enemigos y aquí estamos, bebiendo alcohol y bailando.

Ante el ofrecimiento de una partida, Jericó recogió el paquete de dardos y montó la improvisada diana que traía el juego.

-Una partida de dardos con un tirador, joder- soltó media risa algo más relajado- por lo menos así no soltaré un sermón para avergonzar a todo el mundo- tiró el primer dardo con verdadera rabia, lo que hizo que rebotara en el suelo- me cago en los bichos de este planeta, será mejor que empieces tu o usaré la pistola con la diana.

Su colega está bastante cabreado, se notaba en todo lo que hacía, desde sus palabras hasta su forma en la que lanzó el dardo, más que evidente.

-La respuesta es muy sencilla, no oson cómo nosotros, el común le hace frente a la muerte de esta forma, abandonando la idea de que aún estamos en combate, un acto peligroso, pero para ellos es necesario-

Tomó un dardo, y lo arrojó, dando a unos 5 centímetros aproximadamente del centro. 

-Esto no durará mucho, volveremos afuera a pelear contra esas cosas-

-No hacen frente a la muerte Wolverine, solo simulan que no son lo que son. 

Jericó dejó los dardos a un lado.

-No me seas cabrón, los dos sabemos que lo puedes hacer mejor.

Se había dado cuenta que no tenía animo para todo esto. 

-Esto no va a durar nada, nos han metido aquí un par de horas porque los gecko no estaban preparados y calientes y necesitaban retirar los marauders y en cuanto nos den la voz para salir, estaremos desconcentrados y algunos un poco bebidos y habremos perdido el impulso de la bajada. Esto es una mierda Wolverine y preferiría que estuvieras en mi equipo sinceramente.

Esperaba que los que no estaban allí presentes estuvieran preparando sus equipos físicos y mentales o simplemente en calma.

Cuando Treize se acercó a Adriana, ella señaló su zumo con pajita y le apartó de lado con un escueto "Estoy ocupada, Friday". Bebió para disimular su risa con el vaso y se marchó dejando al Don Juan un poco frío. Se acercó entonces al equipo de música, dejó el vaso sobre la mesa y paró la música. Cuando media cantina la miraba, Mart incluido, dijo:

—Baila a mi ritmo, niño. Déjate llevar.—

Flores conectó de nuevo la radio. Pero esta vez el tema que sonaba era completamente distinto. Era un tema más bailable, más para ella.

Se acercó al sargento con unos movimientos de baile sincronizados y muy sugerentes, hasta que estuvo frente a él. Le agarró de las manos y tiró de ellas para empezar a moverse juntos.

Bailar era su pasión, y no sentía motivo para esconderlo, todo lo contrario.

Mart quedó desconcertado por un momento, exactamente lo que le llevó a Adriana cambiar el rock n' roll por un ritmo latino movido. Esperó a la doctora con una sonrisa mientras hacía un pasito en el lugar, y cuando llegó se dejó arrebatar hacia la pista, donde dejó que su sangre caribeña tomara el mando. - Tormenta, te has topado con un Tifón del caribe - Le dijo al tiempo que apoyaba la mano derecha en su cadera izquierda y tomaba con su mano izquierda la derecha de su compañera.

Bailar con Sam había sido divertido, descontracturante, y casi doloroso en algunas ocasiones. Seguir las evoluciones de Adriana por la pista y acompañarla era sensual, eufórico y agotador. Se encontró bailando piel a piel y haciendo figuras y giros, intentando seguirle el ritmo a una bailarina excelente y agradeciendo las clases de baile de la que sus compañeros tanto se habían burlado. -  Tu sí que sabes moverte - le dijo con acento caribeño y una sonrisa de oreja a oreja. 

La bonita muchacha no se daba por vencida, parecía que el sargento no deseaba dar el paso a la pista de baile, pero ella insistía y no le soltaba, intentando ser lo más encantadora posible, al menos más que cuando portaba la Morita entre sus manos. Por un instante la joven observó de nuevo a Mart y a su recién adquirida pareja de baile, era impresionante cómo dominaban la pista, pero estaba vez era ella, Adriana, quien controlaba los pasos y dirigía a "Tabletita de chocolate"... Daban ganas de seguirlos por medio de aquel espacio, aunque para ser sinceros, ella jamás podría siquiera emularles.

- Vamos Cassius... no me digas que no podemos competir contra ellos... - ríe Sammy mirándole a los ojoscon el brillo de ilusión plasmado -... Además, me juego tres puntos por ti, demuestra que los vales... - insiste ella esperando que le dijera que sí le acompañaba a mover el esqueleto, o más bien, a destrozarlo.

Sammy se fija en aquel instante en los dos muchachos que jugaban a los dardos -... ¡Ey vosotros!....¿os animáis?... - uno parecía tener el ceño fruncido aunque quizás fueran imaginaciones suyas. -... Venga el último en bailar será la vergüenza del escuadrón en valentía....

Miró a su compañero, no podía estar más de acuerdo con su posición, sin dejar de mirarle, tomó uno de los dardos, y esta vez, dió en el centro, en un movimiento perfecto, pulido, asombrosamente exacto, compartiendo las consideraciones y opiniones de su colega militar.

-¿Crees que los del Centro de operaciones táctico nos tiene engañados aquí? Por que también es algo que me preocupa, apenas estamos en el ojo del huracán, no faltará mucho para que los vientos vuelvan a soplar de forma brutal, y volvamos a ver a la muerte a los ojos-

El lovezno estaba centrado y tranquilo, inquietante mente tranquilo, por sabía lo que podría llegar a ocurrir, sus compañeros y superiores disfrutaban, pero el francotirador estaba muy centrado en su labor.

-Es importante que tu y yo no perdamos el impulso, ese impulso que llevará y animará a los otros a pelear, tengo mi equipo preparado siempre pare a salir a combatir, aún qué, quisiera tener un Barret y no esa mierda del Morita-

Era su único pesar, un arma larga y poderosa podría hacer pedazos a un par de insectos con un calibre mayor al clásico 5.56 mm estándar del ejército. 

Deberías de tomarte la cosa con más calma- le dijo a Jericó mientras se acerca hacia donde se encuentran jugando a los dardos- los hombres están concentrados en lo que tienen que hacer, y cuando toque hacer la misión estarán a lo que hay que estar. Ahora quieren aprovechar lo máximo posible para desahogarse y divertirse. 

Oye de nuevo los gritos de Sam para que salga a bailar. Una mujer persistente, de eso no podía caber ninguna duda. Mira hacia la mujer y mientras sonríe niega con la cabeza. Tras esto, prosigue con sus comentarios:

Además, lo que  viene ahora será duro. Si hay un puto bicho inteligente de estos por el lugar, la cosa se nos va a complicar bastante. Quizás estemos bastante tiempo fuera, pegándonos con los bichos. Así que tienen que aprovechar este momento para disfrutar. Más adelante no tendremos esa opción.

- Pufffffff...... - suspiro de frustración. Sammy se ACERCA a Cassius y le COGE del brazo, así, sutilmente -... Señor, justo como le está diciendo a estos soldados, hay que disfrutar, así que vamos a bailar..., es una orden... ¿Acaso no le gusta como lo hago?... Me está desmoralizando y no hay nada peor que poner un arma en las manos de una persona psicológicamente hundida, así que hágame el favor y baile, sólo tiene que mover las piernas.... -...era un poco desvergonzada, eso sí, pero nadie podía negar de su tozudez.

Mira a Adolf y Jericó -... Vosotros también podéis uniros... - sonrisa divertida-... vais a ser los siguientes... - guiño de ojo.

-Nah, nadie nos ha engañado, simplemente creo que alguien la ha cagado, probablemente alguien que no ha estado nunca en combate y no sabe que los ánimos no deben enfriarse hasta la noche.

Jericó escuchó las palabras del francotirador asintiendo. Cassius apareció entonces para animarlos a relajarse.

-¿En serio?¿concentrados?- apareció Rodriguez para dejar patente que había algunos que no estaban precisamente concentrados.

-Venga hombre, llevamos menos de medio día aquí y ya estamos bailando como si hubiéramos conseguido algo. ¡Solo hemos despejado la zona de aterrizaje joder!

Cualquiera podría pensar que Jericó tenía un serio problema con divertirse, con lo que tenía un serio problema era con ver cómo los recursos de la humanidad se gastaban en tonterías.

Cada uno de nosotros decidía como lidiar con el estrés que la lucha contra los insectos nos había provocado, desde unas frenéticas danzas alrededor de la pista de baile, donde cuerpos y risas se entre mezclaban con la vergüenza de otros y la torpeza de unos pasos no tan afortunados, a marcas sobre las mesas de bebidas espirituosas que debían ser consumidas antes de que estas se calentasen lo suficiente como para ser desechadas. 

- Un par de rondas mas por aquí ... 

Aunque por lo visto no todos los soldados se daban por complacidos ante el espectáculo que la SICOM nos había preparado y sus caras largas agriaban un poco el ambiente, sin estar en pleno combate, prefería que fuesen ellos los que decidiesen como pasar estos momentos de asueto, divirtiéndose o amargándose, mismo me daba. 

Poco éxito, así se definía intentar que Cassius moviera el trasero y en Sammy había cierto grado de ansiedad de que Mart tuviera ya una pareja de baile seleccionada, desde luego por conseguir tres puntos no iba a lograr ni uno, así que determinó cambiar de pareja e intentarlo con Adolf o Jericó.

- Bueno...¿cuál de vosotros va a bailar conmigo? ¿Algún voluntario?.... - rostro alegre y feliz, a pesar de que Jericó tenía grandes inconvenientes de que aquella improvisada fiesta se hubiera celebrado, era una forma de pensar lógica y fría, pero el ser humano tenía tintes psicológicos que una mentalidad racional no podía cubrir y era la necesidad clara de divertimento y celebrar los pequeños éxitos, la moral influía en la capacidad combativa, cualquier experto podría corroborarlo.

Sam se mordió el labio inferior, estaba claro que Cassius no, y que Jericó estaba amargado... Miró a Adolf y le tomó de la mano... ¿se atrevería él?... Tony también estaba ocioso...

- ¿Se atreve a seguirme soldado?... - le pregunta a Adolf como segunda opción, necesitaba como mínimo igualar a tabletita de chocolate en el punto que él ya había logrado.