Partida Rol por web

Te asomas a la barandilla y disparas al guardia del rellano. Aprietas el gatillo dos veces seguidas, abriendo sendos agujeros en el pecho del hombre, que cae al suelo sin vida, dejando caer el subfusil por el hueco de la escalera.

- ¡Maldito cabrón! - escuchas a su compañero mientras se asoma por la puerta y te dispara con su pistola semiautomática.

Notas un lacerante dolor en la pierna y estás a punto de caer por la escalera. La salida de incendios está a penas a unos pasos y sólo un guardia se interpone entre ti y tu vía de escape... Un guardia con un arma.

Angelo: -Estoy saliendo. Ahora Missy  no puede ser rescatada...

Por fin algo razonable.

Hago un par de disparos para mantener a los guardias con la cabeza gacha. Salgo pegado a la fachada opuesta de la escalera de incendios. Pero mientras lo hago se que no va a funcionar.

-La puta cueva de Lemmings. -Pienso. Los puñeteros bichos no destacan por su instinto de autoconservación. Estos seguratas actúan como si no quisieran cobrar la pensión. Esos disparos no los iban a retrasar y yo no iba a tener tiempo de perderme en los callejones.

Escuchas el mensaje de Angelo y suspiras aliviado. Disparando al aire, corres de vuelta hacia la salida. Llegas a la puerta y empujas, pensando que, después de todo, tal vez salgas entero de esta. No es así. Sientes un terrible pinchazo en el hombro que está a punto de hacerte caer. Por suerte, el impacto de la bala te impulsa hacia adelante, empujando la puerta aún con más fuerza.

Tropiezas mientras sales al tiempo que varios disparos impactan en el cristal de la entrada, que se agrieta y amenaza con estallar en mil pequeños trocitos encima de ti. Pero el bendito cristal multicapa aguanta las balas y consigues correr para quitarte de la vista de los guardias del interior.

Tu hombro empieza a sangrar y te sientes mareado por el dolor, pero la adrenalina hace que corras alejándote de la entrada. Escuchas sirenas a lo lejos y maldices mientras miras la calle, esperando que alguien pase a recogerte pronto. Pero Mr. L no aparece con ningún vehículo y los guardias, o parte de ellos, no tardarán en salir a perseguirte. ¿Dónde narices se habrá metido?

-No he podido retener a la pasma. Largáos de allí. ¡YA! -dijo la hacker mientras miraba a todos sus lados, intentando que no la pillaran.

Deslizo mis dedos por la cerradura, no lo tengo tan olvidado como creía, pero por desgracia, no cuento con la alarma sonora.

"¡Mierda!" reniego mentalmente y me cago en todo cuando oigo una voz diciendo "Alto deténgase!". Alzo las manos al ver al hombre uniformado de seguridad ciudadana.

-Lo siento, lo siento, me he equivocado de coche, ¡estaba convencido de que era el mío! Se lo juro. Es que es idéntico. Aish, es que vengo de una cena de empresa y ya sabe, uno sale algo atolondrado de esos sitios...- uso mis gestos y tono de voz más afable y confiado. Luego sonrío ingenua y encantadoramente -Y voy a reconocerlo, he bebido alguna copita de más durante la comida. Pero es que a ver quién le dice que no a su jefe, ¿sabe? No paraba de echar vino en las copas y al final uno ya no sabe ni dónde meterse...- acompaño a toda mi perorata con los gestos algo torpes de alguien que ha bebido algo más de la cuenta, mientras trato de mantener la calma y que no se note mi actuación.

-Pero ahora que lo pienso, creo que no lo aparqué aquí. Aish, que memoria más mala tengo, en serio. Ya decía yo que no me sonaba de nada...- añado, finalmente, poniendo mi mejor tono de tío inocente y despistado. Por favor, que cuele, por favor, que cuele...

Mientras, voy oyendo de fondo, en mi cabeza, los gritos de mis compañeros de equipo. La misión no podía ir peor, en serio. Pero he de mantener la fachada y no delatarme...

El policía mira con seriedad a Mr. L y al coche que sigue pitando y encendiendo y apagando las luces rápidamente. Frunce el ceño y olfatea un poco para confirmar las palabras del fixer sobre las copas de más.

- Está bien... - dice finalmente. - Lárguese de aquí. Y ni se le ocurra coger un coche ahora después de haber bebido. - Saca algo parecido a una porra electrónica y la pasa por el brazo de L, leyendo su identificación. - De gracias a que no le encierro directamente por alterar el orden público...

Adisa no tarda en darse la vuelta y dar un paso hacia la salida de la calle más próxima al edificio, pero la voz del policía le frena en seco.

- ¡Alto! - Dice de repente. Mr. L se vuelve con un nudo en la garganta. - No vaya por ahí. Hay disturbios en esa zona... - Dice señalando el lado opuesto de la calle para indicarle al hombre la dirección que debe seguir.

Casi me da un infarto cuando vuelve a dirigirse a mi el agente de seguridad, yo que ya ne veía libre de su presencia... Me doy la vuelta, poniendo mi mejor sonrisa.
-Vaya... gracias agente, procuraré evitar esa zona entonces. ¡Muchas gracias por el aviso!- me despido de él, lo más cálida e inocentemente posible, aunque me esté cagando en todo ahora mismo. Esos disturbios tienen un nombre. En fin. Me dirijo hacia otra calle, en dirección opuesta y me adentro en éste hasta asegurarme de que me ha perdido de vista. Y espero a que se vaya del todo.

[Confirmado. Agentes de seguridad por todo el área. He tenido que tomar un desvio, están rodeando la manzana entera. Angelo, sigilo total y escóndete hasta que todo acabe. Hay que extraer a Daanel antes de que lo detengan]

Tengo que pensar en un modo de sacar a Daanel del lío en el que yo mismo le he metido...

-Ve de puntillas, ¡DE PUNTILLAS, ZORRUPIA VERDE!-Chispi se tiró de las rastas azuladas con desesperación intentando dar unas pautas infalibles para que nadie sospechara de R-D-X y fuese indetectable. ¿Quién no caminaba de puntillas y un poco encorvado hacia delante para demostrar normalidad y honradez?

Mr. L se aleja del edificio en el que se encuentran Daanel y su marido siguiendo la dirección que le ha indicado el policía. En seguida llega a una calle principal y se para un momento a recordar el plano de la ciudad. Un par de calles a su izquierda hay un pequeño callejón que le puede llevar hasta la entrada trasera del edificio que utilizó el francotirador sin cruzarse prácticamente con nadie.

Sin dudarlo un momento, a pesar de las advertencias de RDX, el fixer se acerca hasta allí. Tal y como esperaba, desde esa posición se pueden ver las luces de policía acercándose y es probable que no tarden en rodear el edificio, dejándole dentro de la zona acordonada.

La entrada trasera da a una calle de tamaño medio, un par de carriles sin demasiado tráfico, pero ni un sólo sitio de aparcamiento libre, como en toda la maldita ciudad. Parece el sitio habitual donde pondrías un guardia de seguridad, pero la entrada de Daanel al vestíbulo principal y lo que sea que esté haciendo Angelo dentro han dejado el lugar desierto. A pesar de todo, el acceso está cerrado y, por lo que te parece a simple vista, conectado al sistema de seguridad.

[Ranita, ¿Cuál es tu situación dentro de la red? ¿Hay alguna posibilidad de abrirme una puerta trasera en el edificio sin arriesgar tu seguridad? Si no lo hay, no hagas nada, ya hemos corrido demasiados...]

Miro alrededor del callejón donde está la puerta trasera. Si pudiera abrir la puerta sería mucho mejor para mi plan, si no, tendré que improvisar desde aquí y jugármela de nuevo.

"Aunque esta vez el aliento a whisky caro y mi boquita de piñón no me van a salvar, muy probablemente…". Rezo una pequeña plegaria a Papa Legba, para atraer su protección y que salgamos todos de esta situación, vivos y enteros.

-"Oh, buen Legba, escúchame: ábreme la barrera. Papá Legba, ábreme la barrera.

    Ábreme la barrera para que pueda entrar.

    Vudú Legba, ábreme la barrera.

    Daré gracias a los loas cuando vuelva.

    Ababó".- murmuro para mí mismo, casi imperceptiblemente, mientras espero la respuesta de RDX, antes de iniciar mi segundo plan suicida de la noche.

-Déjame que cambie de red y te cuento -salió con todo el sigilo que pudo del lugar, de puntillas como había recomendado su amiga y luego suspiró un momento, buscando un alivio aunque fuera momentáneo para, así, relajarse de la locura de día que estaba siendo antes de entrar de nuevo a la red del edificio.

-Vamos allá, Chispi -dijo cuando intentó conectarse de nuevo a la red del edificio, con la esperanza de no tener que cambiar de alojamiento porque la consiguieran rastrear- solo es abrir una puerta de atrás y que entre el Dios de Ébano.

Estaba siendo un día de mierda.

Cuando oigo el clic de la puerta trasera abriéndose no quepo en mí de gozo. Al menos he podido ahorrarme el tener que intentarlo yo y cagarla aún más, forzar un coche vale, pero una puerta ya queda muy lejos de mis capacidades, claramente.

[Gracias ranita, recuérdame que te traiga dulces de Granny, todos los que quieras!]

Y ahora empieza mi otro plan kamikaze, adentrarme en el edificio, buscar un cuarto de la limpieza e iniciar un incendio que haga desalojar todo el edificio, como buen protocolo de seguridad que hay en todos estos mega-buildings. Eso debería darle un respiro a Daanel para salir por patas...

Camino con cuidado y todo el sigilo que soy capaz de acumular, vestido con un traje caro, en busca del sitio perfecto.

No le quedan muchas opciones a Angelo. Las heridas recibidas comienzan a debilitarlo, y sin Missy se siente perdido, desnudo. Sabe que puede lograrlo pero sus reflejos no están al 100%. Solo un guardia más. Un puto guardia más y el refrescante aire de la noche besará su rostro.

Tu puedes cabrón, L te espera, no lo defraudes.

RDX sigue observando las cámaras y le da información a Mr. L de lo que va ocurriendo:

En el exterior Daanel está siendo perseguido por tres guardias armados y, sin un medio rápido de huida, la cosa no pinta demasiado bien, pues parece que ha sido herido por algún disparo.

Cinco pisos más arriba, Angelo no se encuentra en una situación mucho mejor. Aunque ha acabado con uno de los dos guardias que le separan de la escalera de incendios, ha tenido que recular temporalmente antes de poder alcanzar la salida. Además de los golpes que recibió en la sala de interrogatorios, también tiene una herida de bala.

Mr. L se cruza con un par de guardias más que corren en su dirección, seguramente hacia la entrada trasera por la que ha accedido, dado que si hay alguien vigilando el sistema de seguridad habrá detectado la intrusión. Sin embargo, la hacker le advierte con tiempo y le indica dónde esconderse para dejarles pasar. No tarda demasiado en llegar a una sala de limpieza y, con cuidado, empieza a derramar todos los líquidos que tengan una etiqueta de inflamable. En pocos segundos el humo empieza a ascender y, cuando el fixer se aleja del armario de limpieza, suena la alarma de incendios y se encienden varios aspersores desde el techo.

RDX, desde su monitor, vigila tanto el edificio como las cámaras exteriores. Algunos policías han empezado a montar un bloqueo a una manzana del edificio, mientras que un par de patrullas se dirige hacia la puerta principal. Tal vez haya tiempo para escapar, pero la cosa se complica cada vez más.

R-D-X estaba viendo como todo se iba al traste y tenía que conseguir sacarles de allí, tenía que hacer algo, lo que fuera, y con el precio que le costara, así que intentó ponerse en contacto con Jack-of-all-Trades, un tipo conocido en la red porque era capaz de hacer lo que fuera si podías pagarle, aunque muchas veces acababas más endeudado con él que otra cosa, lo que acababa siendo una auténtica putada; pero tenía que hacer todo lo que pudiera para ayudar a sus compañeros.

-Vamos, Jack, vamos -decía mientras intentaba contactar con él- venga, te deberé una de las gordas.

A medida que voy recibiendo los informes de RDX en mi cabeza, voy buscando lo que necesito para crear el elemento de distracción. Ni siquiera sé si funcionará como debería, pero hay protocolos y esto es una sede de una mega-corporación, no creo que se arriesguen a no seguirlos... aunque a saber.

Juego al gato y al ratón con los guardias y deslizándome cual gato negro callejero, consigo mi objetivo, iniciar el fuego que dispare el protocolo de seguridad ante un incendio, que supone desalojar el edificio de todo personal que haya en su interior.

Oigo los reniegos de RDX en mi cabeza, creo que a veces se olvida de que puedo oírla de todos modos, como si fuera un esquizo que oye voces en su cabeza...

"Prueba en el Black Gorgon, la mayoría de pervertidos se gastan ahí todo su cred" le transmito a ésta. "Es la Casa de Dolor y Placer más "popular" en el Mercado de la Carne. Si no está allí, podrás encontrar a alguien que sepa cuáles son sus vicios y facilitarte su localización".

Todos tenemos nuestros pecados personales.

RDX tiene problemas para encontrar a Jack, el tipo del que ha escuchado que puede echaros una mano para salir de ahí. Mr.L, intentando salir del edificio, escucha a la hacker y le recomienda dónde localizar al tipo que busca.

La voz ronca del hombre contesta a su commlink y escucha a RDX.

- Joder, ¿ahora mismo? - dice. - Sí, claro que podría, pero no va a ser barato... ¡Coño! Me estás diciendo que quieres que recoja a tres pringaos que se han quedado encerrados en un edificio con seguridad y que está siendo rodeado por la pasma. Y, para más cojones, sin más preparación que lo que lleve en el coche... ¿Qué esperas? Si te interesa la vida de esa peña, pagarás, si no... Bueno, no me la voy a jugar si no saco beneficio...