Partida Rol por web

Despiertas y tienes la sensación de escuchar tu propia voz. No, aún debes estar bajo los efectos de ese narcótico... Sin embargo, empiezas a despejarte y abres los ojos. En un sillón frente a ti, un tipo está sentado en frente de una consola informática que aparenta tener gran calidad. Teclea rápidamente y, tal y como te había parecido en un principio, es tu voz la que resulta sintetizada por su equipo. Conectado a él está el teléfono que RDX modificó para ti.

- Si Mahoma no va a la montaña... - dice el tipo cortando la comunicación.

Se levanta y recoge su consola antes de acercarse a ti. Intentas moverte y gritar, pero te das cuenta de que estás amordazado y amarrado a una especie de camilla en posición vertical.

- ¡Ah! Buenos días... - dice mirándote. - Bueno, te gustará saber que tus amigos siguen vivos. Más o menos. Recibimos un encargo para realizar una pequeña operación en sus cuellos - la referencia a una bomba cortical está perfectamente clara. - Desgraciadamente para ti, en tu caso recibimos una oferta mejor... No sé qué les habrás hecho a la gente de Raven, pero creo que quieren recuperar algo que se dejaron ahí dentro - dice dándote unos golpecitos en la frente con el dedo. - En fin, un placer habernos conocido, aunque fuera brevemente... - Mira por encima de tu hombro y hace un gesto con la cabeza. - Todo tuyo, Nora. Pero date prisa, tendremos que irnos de aquí antes de que llegue esa loca de pelo verde. Por si acaso...

Sientes un ligero pinchazo en el cuello y poco a poco se empieza a nublar tu visión. Cuando cierras los ojos tienes la seguridad de que, esta vez, no volverán a abrirse.

El taxi te lleva hasta la intersección que le has indicado, cobrándote un extra por la peligrosidad de la zona, y sale quemando rueda en cuanto pones un pie en el suelo. Desde luego, el conductor no parecía muy cómodo en este barrio.

Tal y como te habían dicho, estás a un par de calles de un antiguo polígono industrial y, muy probablemente, estos edificios fueran las viviendas de mucha de la gente que trabajaba allí. Abandonado el polígono, seguramente tras ser absorbido por alguna megacorporación cuyo único interés era quitar de en medio a algún competidor, esta zona quedó prácticamente deshabitada. Sin embargo, las casas abandonadas pronto se convirtieron en el hogar de okupas, mendigos y otro tipo de inadaptados que prefieren habitar en un sitio al que la policía jamás se va a acercar aunque carezcan de los servicios más básicos para lo que la mayoría consideraría una vida aceptablemente cómoda.

El edificio en el que se encuentra Daanel está justo en la esquina, con la entrada por el chaflán. Parece completamente vacío. Miras un momento a tu alrededor, por si se tratase de una trampa y ves algo de movimiento en las calles. Parece que la llegada del taxi ha atraido a algunos mendigos, que se agrupan como pensando qué hacer. Algo te dice que no va a tardar demasiado en que lleguen otro tipo de gente mucho menos recomendable que esos desgraciados.

-Ahora que veo que estás bien, yo también -Angelo sonríe sin alegría, pero visiblemente aliviado al comprobar que la mujer no mentía y que su esposo seguía vivo.

-Ni te molestes en mirar, me tienen cogido por los huevos -le dice al ver que L intenta descubrir qué es lo que le han implantado-. No lo entiendo... en verdad habría sido mejor eliminarme... -al ver el horror que cruza en la cara de su amado, le toma la mano, interrumpiendo su tarea de soltarlo unos momentos.

-No te pongas mal... sigo vivo, no? pero piensa... si ahora soy un títere en sus manos, ¿qué impedirá que un día de estos me ordenen hacerte daño? -Angelo sabe que nunca podrá cumplir esa orden, lo que significa que está condenado a muerte de una manera horrible desde el momento que le han hecho el implante. Definitivamente preferiría haber muerto en combate.

-En fin, mejor nos largamos de aquí... ya tendremos tiempo de hacer el control de daños como corresponde -se termina de soltar con ayuda de su amado y, antes de comenzar a vestirse, lo atrae hasta sí y lo besa profundamente-. Es bueno volver a tenerte.

Aunque mi preocupación se mitiga al ver que Angelo sigue siendo él mismo, el dispositivo explosivo de su nuca hace que me vuelva loco por dentro. Definitivamente, alguien tiene que pagar por esto, ¡aunque lo haga desde la ultratumba!

-Sí, será mejor que salgamos de aquí y encontremos a D. Esperemos que vivo- correspondo al beso de Angelo y le abrazo con fuerza y cariño. Echo de menos su presencia y olor, parece que haya pasado una eternidad desde que nos amamos en la ducha de casa. Una verdadera eternidad y un infierno nos separa de todo.

-Tu puerta estaba abierta así que deduzco que no puede ser difícil localizar a nuestro veterano favorito. Siento que todo esto ha sido culpa mía. Tomé malas decisiones y ahora estamos al límite... Lo siento, amor, prometo encontrar un modo de salir de esta- sonrío levemente a Angelo. Es una promesa que igual podría parecer vacía, pero para mí es un juramento de vendetta que pienso cumplir hasta las últimas consecuencias. Una vez ha acabado de vestirse Angelo, me dirijo hacia la puerta para salir y empezar a abrir puertas, todas las que sean precisas, hasta encontrar a Daanel...

No le gustaba nada el mundo real, pero nada de nada. No le gustaba el dolor físico ni nada de las consecuencias que podían tener sus actos sobre su persona. En la red podía evitar ser detectada o incluso huir para que nadie la pillara, pero en ese momento todo el mundo la podía pillar.

Inspiró con profundidad y se lanzó a una carrera ligera para evitar que se siguieran concentrando esos pobres desgraciados que no saben como vivir en una gran ciudad. Buscaría un punto de entrada a ese edificio y se infiltraría como había hecho en el castillo virtual, aunque sus capacidades para enfrentarse a peligros en el mundo real fueran, como mucho, escasas.

Salís del improvisado quirófano de Angelo y buscais una tercera sala para Daanel. No la hay. Las dos únicas zonas separadas para implantar las bombas corticales son las que acabáis de abandonar. Buscáis por el resto del almacén, cubierto de cajas y palés de madera, pero todo parece vacío. No encontráis ni vuestro equipo ni, mucho menos, a vuestro compañero.

Por lo que habéis visto, el almacén parece el mismo al que os trajo Jack, aunque de su vehículo sólo quedan las huellas en el polvo. Estáis en una zona complicada de la ciudad, un antiguo polígono ahora abandonado y salir a la calle puede llegar a ser peligroso.

Entras en el edificio por una puerta lateral sin ninguna dificultad. Desenfundas tu pistola de dardos y te mueves en sigilo por los pasillos. El edificio está abandonado y hace tiempo que arrancaron el cobre de los cables para que haya ninguna luz que puedas utilizar. La planta baja tiene un recibidor con un pequeño mostrador para un portero que, por algún motivo, aún se mantiene ahí. Además de eso, hay una pequeña sala de vigilancia y mantenimiento, completamente desmantelada, y unos baños que han visto tiempos mejores antes de que algún salvaje intentara (y, en algunos lugares, consiguiese) arrancar las tuberías.

Todo parece en silencio y, el único camino que no implique volver a la calle son las escaleras. Con cuidado, te acercas a ellas para ver si hay alguna huella que indique que alguien ha pasado hace poco. Así es. El polvo del suelo está bastante removido, como si varias personas hubieran caminado por aquí en las últimas horas. De hecho, ha habido tanto ajetreo que no parece fácil contar el número de pisadas ni identificar su dirección.

Pistola en mano, miras hacia arriba cuando escuchas una voz que te resulta familiar. La has oido hace poco, pero en un mundo digital. Tera.

- ...la montaña irá a Mahoma - dice como si estuviera terminando una frase. - ¡Cogedla!

No tienes que pensar para deducir quién es Mahoma y quién la montaña, pero las pesadas pisadas de varias pesonas se escuchan por las escaleras y ves aparecer unas botas militares girando en el rellano por encima de ti.

-¿pero qué montaña ni qué montaña? ¡ESE TIO NO SABE NI DÓNDE ESTAMOS! TERAAA, NO HAS VISTO UNA MONTAÑA EN TU SANTA VIDA, DESGRACIAO, VETE DE EXCURSIÓN AL CAMPO A VER UNAAAA-vociferó Chispi en algún rincón de la mente de R-D-X. En la mano esgrimía algún tipo de consola retro de ocio porque cuando la cosa se ponía seria se replegaba amablemente a un segundo o tercer plano donde no había cosas siniestras y aburridas que le apagasen la marcha.

-y tú mueve el culo, coneja, que nos pillan. ¡BE WATER MY FRIEND!-o lo que en lenguaje Chispi significaba: hagámonos las ninjas que nos crujen.

-¡MIERDA! -gritó la peliverde al escuchar las palabras, pero se quedó un instante paralizada como un cervatillo que hubieran deslumbrado con los faros del coche. No fue hasta las palabras de Chispi, que la hacker se puso en marcha.

-Joder, joder, joder -murmuraba mientras emprendía una huida como un pollo sin cabeza mientras intenta hacer uso de su mejor herramienta, el cerebro. Piensa, piensa, piensa, primero un sitio donde esconderme, y si está Tera podré joderle pero bien si me introduzco, aunque podría estar esperandome.

Miro hacia los lados al salir, esperando algo, alguna señal, alguna pisada o sonido que delatara que no estamos solos. Pero no hay nada, sólo las dos puertas, las nuestras y nada más. Reviso con ayuda de Angelo el almacén entero donde nos habían tomado prisioneros, gracias a una traición que tampoco será olvidada, y nada, ni rastro del soldado veterano.

-Es un mal barrio, pero no podemos quedarnos aquí eternamente. Tenemos que encontrar a D y asegurarnos de que nuestra pequeña princesa verde está entera y sin dispositivos explosivos en el cuerpo. Bueno, más allá de su mente, quiero decir- haciendo alusión a su nick y a sus graciosas idas de olla que tanto cabrean a mi marido las tres cuartas partes de las veces que se cruzan.

-Tiene que haber algo más, uno no puede meter un dispositivo con tanta gente ni dos quirófanos en un almacén cualquiera, de modo improvisado. Tiene que pertenecer a alguien, al mismo que nos ha hecho esto...- me muerdo el labio inferior, tratando de pensar con claridad, a pesar de las circunstancias tan nefasta en las que estamos. Y todavía tenemos que cumplir con dos encargos... Vamos bien.

-Anansi...-casi suplico en un murmullo, reclamando el apoyo del dios araña. Puede que estemos en una era mega-avanzada, pero las viejas creencias, en el fondo, nunca morirán.

-Esto es muy extraño... -Angelo observa todo cuanto lo rodea. Tal como ha señalado su marido, han usado tecnología de punta y equipos caros para hacerles lo que les han hecho. No puede ser que aquel lugar sea un mero depósito abandonado en el medio de la nada-. ¿Tendrán instalaciones subterráneas? Tal vez allí están experimentando con Daanel... -el asesino aguarda a que L termine su oración y responda con su opinión. Luego continúa.

-Tenemos que encontrar la forma de comunicarnos con Erre mediante un canal seguro. Si nos implantaron esto, tal vez nos hayan metido algo más que permitan rastrearnos o algo así... ¿Alguno de tus contacos de confianza nos podrá dar una mano?

Investigáis el local y parece claro que lo que sea que hayan necesitado para las intervenciones, se lo han llevado en los mismos vehículos que seguramente utilizasen para moverlo hasta allí. Tecnología punta, sí, pero preparada para ser fácilmente transportada y retirada a cualquier lugar en el que un runner necesite ser intervenido.

Mr. L analiza el cableado y los restos del equipo y hay algo que le llama especialmente la atención. Una pequeña radio de onda corta, tecnología antigua, pero fiable y difícilmente interceptable por nadie que no se haya escapado del siglo pasado, por el mero hecho de ser tan antiguas. Esas cosas ya no se utilizan, para empezar porque su escasa potencia sólo permite comunicaciones a corta distancia. Si han utilizado uno de esos cacharros que merecerían estar en un museo, seguramente tuvieran otro grupo de apoyo por aquí cerca.

Te paras bruscamente e intentas analizar la situación. Este edificio es demasiado antiguo y no tienen ningún sistema informático del que puedas servirte para controlar y vigilar los movimientos de la gente. Como mucho, en la sala de mantenimiento que has visto abajo, tal vez haya algún control de luces, si es que los mendigos de la zona no han arrancado los cables para vender el cobre, cosa que casi parece improbable.

No hay muchos lugares para esconderse. El recibidor está al aire y, salvo un aseo y el cuarto de mantenimiento, no hay más salas en la planta baja. Si te han escuchado o visto entrar, tal y como parece ser el caso, no tardarán en buscar allí. Si tienes suerte, tal vez alguien haya intentado arrancar las tuberías y desde el servicio se pueda acceder de alguna forma a las alcantarillas, pero sin haberlo comprobado antes sería jugársela a quedarse atrapado allí.

Dado que el interior no parece plantear las mejores alternativas, siempre puedes volver a la calle. No crees que los criminales de la zona tengan más simpatía por Tera y su gente que por ti y probablemente ellos tengan más cosas que puedan robar. Claro que también son un grupo mejor armado al que atacar sería mucho más arriesgado que ir a por una hacker de pelo verde.

Tras revisar todo lo revisable en aquel local, las opciones son pocas, así que decido probar suerte con mi cybercomm. Aunque hace unas horas (?) no funcionaba, puede que ahora sí. O eso o me volaré la cabeza a mí mismo, a lo tonto. Bueno, es un riesgo que debo correr, no sólo necesitamos salir de aquí, también necesito saber que RDX está bien y que no la han alcanzado como al resto de nosotros. Al menos eso, que uno de nosotros se haya salvado de este desastre completo.

-Amor, voy a activar mi cybercomm. Por si acaso mantente a distancia, sólo por si acaso- respiro hondo. En un impulso, beso a mi marido ardientemente, casi como una posible despedida, y luego me alejo unos metros de él. Activo el cybercomm, busco el contacto de RDX (sólo espero que la encriptación haya sido suficiente como para que no hayan podido meter un troyano en su interior, aparte de la bomba personal).

-¿Ranita? ¿Estás ahí? ¿Estás bien y a salvo?

-¿Por qué coño has entrado? -se dijo a sí misma mientras escuchaba los pasos de sus perseguidores- sal fuera y allí intenta pasar desapercibida respecto a los demás, vamos, vamos, vamos.

Intentó escabullirse por donde había venido para salir fuera. Fuera tendría que enfrentarse a esas bandas de mendigos y desgraciados pero que de lejos serían menos peligrosos que todos los que estaban en ese edificio, aunque para ella todos eran igual de peligrosos.

Estaba jodida y sabía de sobra que el hecho de haber ido en cuerpo presente había sido un gran error. Ella solo destacaba en la red, en el mundo real era una chica histérica y verde que no paraba de gritar y correr por todos los sitios.

-Tendré que pedirle ayuda al dios de ébano si esto termina de forma aceptable.

-Ayuda y lo que no es ayuda también, seguro que el dios de ébano es generoso y comparte su amor

Justo cuando vas a salir corriendo, el dios de ébano parece escuchar tu llamada y recibes un mensaje en el comunicador:

-¿Ranita? ¿Estás ahí? ¿Estás bien y a salvo?
 

-Ay, dios, ay dios. AY DIOS. Nos ama. Nos ama súperfuerte. Respóndele y dile algo ingenioso como que somos súperfuertes... espera no, no le digas eso porque entonces no querrá ayudarnos y no nos vendría mal un poco de ayuda pero tampoco podemos parecer totalmente inútiles. ¡QUÉ DIFÍCIL ES SER YO!

Estaba a punto de salir del edificio como fuera cuando recibió el mensaje del Rey de Ébano y Chispi se puso histérica. Dudó un segundo y al final optó por esconderse en el primer hueco que pilló, abriendo una puerta al azar e introduciéndose en una sala en la que se escondió tras un pequeño montón de cajas y bártulos. Aprovechó para contestar rápidamente a L.

Estoy bien, lo de a salvo aún está por ver. He venido al edificio en el que estáis, pero Tera me ha detectado y me están buscando. ¿Tienes alguna idea o plan?

Estáis ya en la puerta, convencidos de que no os habéis dejado nada importante en el interior, cuando recibís a traves del commlink de Mr. L la respuesta de RDX.

Estoy bien, lo de a salvo aún está por ver. He venido al edificio en el que estáis, pero Tera me ha detectado y me están buscando. ¿Tienes alguna idea o plan?

Os paráis un momento y os miráis el uno al otro antes de giraros hacia el edificio, preguntándoos si habéis pasado por alto algún sitio donde pudiera estar escondida la hacker. Por otro lado, ¿quién es ese Tera? ¿Es posible que RDX esté siguiendo alguna pista falsa?