Otro gran capitulo de Leandro:
Lo que si hay que ver si puedo meter a ambos aunque sea como espiritus. Igual tengo que hacer una consulta pero como sientes ustedes a los santos locales respecto a hombre lobo.
Calafate
Se dice que cierta vez Koonex, la anciana curandera de una tribu de Tehuelches, no podía caminar más, ya que sus viejas y cansadas piernas estaban agotadas, pero la marcha no se podía detener. Entonces, Koonex comprendió la ley natural de cumplir con el destino. Las mujeres de la tribu confeccionaron un toldo con pieles de guanaco y juntaron abundante leña y alimentos para dejarle a la anciana curandera, despidiéndose de ella con el canto de la familia.
Koonex quedaba sola para morir. El cielo multicolor se fue extinguiendo lentamente. Pasaron muchos soles y muchas lunas, hasta la llegada de la primavera. Entonces nacieron los brotes, arribaron las golondrinas, los chorlos, los alegres chingolos, las charlatanas cotorras. Volvía la vida.
Sobre los cueros del toldo de Koonex, se posó una bandada de avecillas cantando alegremente. De repente, se escuchó la voz de la anciana curandera que, desde el interior del toldo, las reprendía por haberla dejado sola durante el largo y riguroso invierno.
Un chingolito, tras la sorpresa, le respondió: «nos fuimos porque en otoño comienza a escasear el alimento. Además durante el invierno no tenemos lugar en donde abrigarnos.» «Los comprendo», respondió Koonex, «por eso, a partir de hoy tendrán alimento en otoño y buen abrigo en invierno, ya nunca me quedaré sola» y luego la anciana calló.
Cuando una ráfaga de pronto volteó los cueros del toldo, en lugar de Koonex se hallaba un hermoso arbusto espinoso, de perfumadas flores amarillas. Al promediar el verano las delicadas flores se hicieron fruto y antes del otoño comenzaron a madurar tomando un color azul morado de exquisito sabor y alto valor alimentario. Desde aquél día algunas aves no emigraron más y las que se habían marchado, al enterarse de la noticia, regresaron para probar el novedoso fruto del que quedaron prendados.
Los Tehuelches también lo probaron, adoptándolo para siempre. Desparramaron las semillas en toda la región y, a partir de entonces se dice que «el que come Calafate, siempre vuelve.»
Esta leyenda esta buena y mas para un posible uso de los cambiantes. Aunque suene oscuro lo pienso como algo usado para que la parentela se quede o al menos vuelva siempre a las tierras del sur. Pero tambien podria ser para dar a un enemigo haciendo que no pueda escapar de volver.
Esta vez no vamos a contar la historia de la princesa más hermosa, sino la de la más valiente. Así era la indiecita Anahí, pero nadie lo sabía porque no era necesario saberlo. Los guaraníes vivían en paz.
Lo que todos conocían de Anahí era la belleza de su voz, con la que cantaba canciones de amor y alegría. Entonces, llegó el hombre blanco. Trajo la destrucción y la guerra. Los españoles estaban decididos a apoderarse de todo y comenzó la lucha. Emboscados en las orillas del Paraná, los guerreros aborígenes atacaban a los españoles. Anahí conducía a su tribu. Su voz maravillosa cambió las canciones de amor por cantos de guerra. Ella también luchaba como un valiente más. Atrapar a esa mujer india , cuya voz enloquecía de valor a sus guerreros, se volvió importantísimo para los españoles. Y finalmente, en una batalla, lo consiguieron. ¡Anahí había caído prisionera!
Esa noche, después de horas de luchar con sus ataduras Anahí logró soltarse. ¡Estaba libre!. Intentó correr hacia el monte, hacia la libertad. El centinela que la custodiaba la persiguió y cayó sobre ella. El ruido de la lucha había despertado a los demás y entre varios consiguieron atraparla de nuevo. Los españoles no podían aceptar que una débil mujer hubiera sido capaz de escapar sin ayuda. ¡Solamente una bruja podía haber logrado algo así!. Y a las brujas se las quemaba en la hoguera. Anahí fue condenada al fuego.
El día señalado la ataron a un árbol y apilaron leña a su alrededor. Todos los soldados se reunieron para ver el espectáculo. Se encendió la hoguera. Entonces, en lugar de gritar y aterrarse ante el fuego que la cercaba, la valiente princesa empezó a cantar. Los españoles no entendían las palabras, pero no pudieron dejar de sentirse conmovidos ante la dulzura de esa voz. Anahí cantaba a su tierra, a sus guerreros, a sus dioses a todo lo que amaba y conocía y las llamas, en lugar de atrapar su cuerpo, parecían bailar al compás de su melodía. Mudos de asombro, los españoles se dieron cuenta que el fuego nunca quemaría a la princesa india. Rodeando el cuerpo de la mujer, pero sin tocarlo las llamas subían hacia las ramas del árbol. Una extraña magia sucedía ante sus ojos. De pronto, una nube de humo cubrió la escena. Cuando la nube se disipó, la princesa india no estaba allí. Él árbol, transformado, se había cubierto de bellísimas flores rojas y aterciopeladas.
Había nacido la flor del ceibo.
Ahora Anahí era eterna y ya no podrían vencerla jamás. En cada árbol de ceibo, nacía una y mil veces, para siempre, el recuerdo de la princesa india, la más fuerte de su tribu.
Flor Del Ceibo de Shua Ana Maria, en Colección Leyendas Latinoamericanas, de Editorial El Gato de Hojalata (2012)
Illapa
Illapa (conocido también como Apu Illapa, Ilyapa, Chuquiylla, Catuilla, Intillapa o Libiac)1es el dios del rayo, el trueno, el relámpago, la lluvia y la guerra dentro de la mitología incaica. El rayo era reverenciado, por lo general, como una deidad de jerarquía suprema dentro de toda el área andina; por lo que recibía diversos nombres: Yana Raman o Libiac, de los Yaros o Llacuaces; Pariacaca, de los Yauyos; Apocatequil, de los Cajamarca; Pusikajcha, del altiplano sur; entre otros. Durante la expansión del Tahuantinsuyo, estas divinidades pasarían a convertirse en variantes regionales del dios Illapa.
Illapa estaba fuertemente vinculado a la agricultura, pues de la mano de él dependía el clima idóneo para fructíferas cosechas y cultivos.
Como dios de la guerra, Illapa también jugaba un papel primordial en contextos bélicos. Illapa era el principal numen protector de las campañas militares incas durante la expansión del Tahuantinsuyo.
Debido a sus facultades como dios del clima y dios de la guerra, Illapa fue venerado a tal punto de ser considerado como el tercer dios más importante dentro del panteón incaico. Solamente era superado por Wiracocha e Inti.
Illapa es la divinidad incaica del rayo, el trueno, el relámpago, la lluvia y la guerra.
Según fray José de Acosta, el panteón incaico se encontraba encabezado por Wiracocha (creador), luego seguía Inti (Sol) y en tercer lugar Illapa, también conocido como: Chuquiylla, Catuilla e Intillapa. Los indígenas lo representaban como un hombre imponente de brillantes vestiduras que habitaba en el mundo celestial. Asimismo, Illapa portaba una warak'a y una maqana de oro. Dichas armas divinas simbolizaban su dominio absoluto sobre el clima (en especial, el rayo y sus demás elementos).
Se cree que Sacsayhuamán habría sido usado tanto como fortaleza militar como templo ceremonial, dedicado a varias divinidades entre las que destacaba Illapa. El cronista Garcilaso de la Vega en sus Comentarios Reales señaló que los incas tenían a Illapa como enviado del dios Inti, y el lugar donde este cayera era tomado como maldito (anatema):
«Al relámpago, trueno y rayo tuvieron por criados del Sol... mas no los tuvieron por dioses, como quiere alguno de los españoles historiadores, antes abominaron y abominan la casa o cualquier otro lugar del campo donde acierta a caer algún rayo: la puerta de la casa cerraban a piedra y lodo para que jamás entrase nadie en ella, y el lugar del campo señalaban con mojones para que ninguno lo hollase; tenían aquellos lugares por malhadados, desdichados y malditos; decían que el Sol los había señalado por tales con su criado el rayo.»
Comentarios Reales de los Incas, Libro Segundo, Capítulo I
Illapa también aparece representado en el retablo del templo mayor del Coricancha, descrito por el cronista Santacruz Pachacuti, con una imagen de un doble zigzag.
A finales del siglo XVI, los conquistadores españoles asemejaban a Illapa con el apóstol Santiago produciendo truenos con el galope de su caballo. Este hecho ocurrió con otros dioses incas, como ejemplo se tiene al dios Pachacámac, el cual era conocido como "El señor de los temblores". Los conquistadores españoles asimilaron al dios telúrico con el Cristo de Pachacamilla.
Se le representaba como un poderoso e imponente hombre de brillantes vestiduras que portaba una maqana de oro y una warak'a. Dichas armas divinas simbolizaban su poder absoluto sobre el clima y su capacidad de generar rayos, truenos y relámpagos.
Según el cronista Bernabé Cobo, otra representación que los incas le daban a Illapa era la de un guerrero formado por estrellas en el mundo celestial.
Sus ritos tomaban lugar en las más altas montañas, pues se creía que Illapa solía habitar en ellas. Sus ritos incluían danzas, cánticos, fiestas y sacrificio de animales (en periodos de suma necesidad, se efectuaban ofrendas humanas). Illapa se manifestaba en el mundo terrenal bajo la forma de un puma o halcón, puesto que estos animales moraban en lo alto de las montañas.
El dios Inca seria un espiritu muy interesante en especial para los pumancas. Sumado a como los catolicos los empezaron a asimilar con un apostol. Serviria como una forma de los felinos para no llamar la atension con una vieja figura pero teniendo varias figuras de Santiago, incluso como recien averigue estarian entre los primeros en festejar sus feriados provinciales y tenerlos como dias para muchos rituales.
Argentina
Santiago Apóstol es el patrono de la provincia de Santiago del Estero, de la provincia de Mendoza y su capital, donde su fiesta es feriado provincial y se realizan importantes festejos en su honor. En esta ciudad cuyana se le considera además protector contra los movimientos sísmicos que se manifiestan frecuentemente en la región.
En la provincia de Salta, es patrono de los municipios de Campo Quijano y de Isla de Cañas.
La Divina Trilogía Andina
Estos son los cóndores, pumas y serpientes, esto es porque estos animales fueron considerados divinidades sagradas en la Cultura Inca.
La Cultura Inca también tuvo una trinidad sagrada: el enorme cóndor andino, el puma y la serpiente; juntos representaron el cielo, la tierra y el mundo de los muertos respectivamente, tengamos en cuenta que el cóndor no caza, se alimenta de los muertos; el puma es paciente y fuerte; la serpiente se arrastra y renace cuando cambia de piel.
-El Cóndor:
El cóndor fue considerado como mensajero de los dioses, era un intercesor y que guiaba al Hanan Pacha (mundo de arriba).
El ritual andino conocido como Yahuar Fiesta, se celebra en el departamento de Apurímac, en él se ata a un cóndor al lomo de un bravo toro. El mensajero de los dioses y quien une el Hanan Pacha con el mundo de los vivos.
-El Puma:
El puma era símbolo de sabiduría, fuerza, inteligencia y se dice que de ahí se da la idea de construir Qosqo en forma de puma, cuando fue la capital del imperio de los incas
La ciudad del Cusco, tenia forma de Puma, y aunque en la actualidad se necesita mucha imaginación para ver al puma en los mapas de Google, pero hay muchos mapas antiguos en los museos de la ciudad, donde podrá ver el Cusco, con forma del puma, donde la cabeza se encuentra en la fabulosa fortaleza de Sacsayhuaman; el puma representa al Kay Pacha (mundo de los vivos).
En algunos relatos míticos nos dicen que cuando se producía un eclipse lunar, se entraría en tinieblas y en ese momento la luna sería atacada por el puma, y tiene la significación de Kay Pacha (mundo de aquí)
-La Serpiente:
La serpiente representó el infinito para los Incas, la serpiente simboliza el mundo de abajo o mundo de los muertos, el Ukhu Pacha. Representa cuando las personas abandonan el mundo terrenal para unirse al mundo de los espíritus. (Mundo de los muertos).
Los pobladores de la mayoría de culturas en Perú representaban esta trilogía en pinturas, en cerámicas, y en la actualidad pobladores de casi toda la Ciudad Imperial y también de Puno – los Uros, representan esta trilogía en artesanías, como parte de su cultura.
Una posible coneccion entre estos feras. Cada uno teniendo incluso una tarea y un lugar en la tierra segun su creencia. Por lo que bien si primero los feras condores y las serpientes salieran a la luz, algunos de los Pumoncas podrian ver a ambos feras como algo necesario para el equilibrio por lo que ayudarian a ambos.
De paso le damos mas funciones a cada fera.
Por otro lado es interesante que el Puma ataque a la luna, ya que hay una leyenda guarani de un jaguar atacando a la luna. Se ve que no es perfecta la relacion entre los felinos y la luna.
La Coca
El consumo de la coca se remonta a las primeras sociedades andinas, pues hay evidencias de su consumo en culturas tan antiguas como la de Las Vegas, en Ecuador 8850-4650 a.C. Sin embargo, fue durante el Imperio inca, a partir del siglo XIII cuando alcanzó una particular significación religiosa y socioeconómica. Los registros del uso de esta hoja en culturas pre-incas, son por sus propiedades anestésicas que estabilizan el cansancio y el estrés.
Puede ser cosechada desde 1500 a 1900 metros sobre el nivel del mar y era considerada como una planta mística. Sin embargo, esta planta divina de los incas no fue valorada por los colonialistas europeos y hombres de ciencia que llegaron a América.
En las culturas preincaicas el uso de las hojas de coca estaba muy extendida entre la población, ayudando calmar dolores, servía como aliciente en los trabajos que necesitaban esfuerzo físico, y también se las regalaba como señal de estima.
Sus hojas servían como ofrendas a los dioses que representaban a la naturaleza. También se depositaba en la boca de los difuntos para que tuvieran una mejor acogida en el más allá.
Los indígenas llevaban siempre con ellos una pequeña bolsa con hojas de coca llamada chuspa, también un pedazo de pasta hecha de ceniza de vegetales "llujkta". Mezclan un puñado de hojas con un poco de ceniza, luego lo mastican, secretando mucha saliva. Una vez ingerida, el jugo de la coca, mezclada con la saliva, produce poco a poco sus efectos: disminución momentánea de la sensación de hambre, frío y cansancio.
Servían a los "yatiris", aquellos que saben, para realizar una gran parte de sus sortilegios y de sus augurios. Al arrojar la coca sobre un tejido tradicional "haguayo" preparado para este efecto, podían descubrir a los ladrones y a las cosas que desaparecieron.
La persona que se interrogaba sobre la infidelidad, la conducta o las intenciones de su cónyuge consultaba a un "yatiri", quien después de haber realizado varias oraciones, le entregaba hojas de coca que debían ser puestas en contacto con la persona de la que se desea descubrir algún secreto. Luego se devolvían las hojas al "yatiri" quién en una breve ceremonia, antes de dejarlas caer bruscamente al suelo para ver como caían.
Para tener noticias de una persona ausente, conocer su salud, su conducta o sus negocios, había que llevar sus prendas de vestir u objetos, se los extendía por el suelo y se arrojaba la coca por encima. Se dice que se podía ver la imagen de un difunto en su ropa.
La coca masticada se utilizaba como amuleto y como ofrenda a las divinidades. Y escupiendo el jugo de la coca en la palma de la mano, con los dedos extensos y observando la manera como cae, se podía predecir el futuro y si se la siente amarga, alguna desgracia se preparaba.
Mas:
https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---oci...
Una de las plantas que me faltaba y me imaginaba que la usarian mucho los cambiantes de esa zona pero tambien de otra. Obviamente por la cultura europea se los veria mal pero para ellos es un mayor beneficio en lo fisico y espiritual.
Luison
El Luisón del Guaraní también llamado, Juicho, Luisón o Luisõ (en guaraní), es uno de los siete monstruos de la mitología guaraní, es el séptimo hijo de Tau y Keraná. Se trata de una criatura mitad hombre y mitad bestia, cuya figura guarda similitudes con la leyenda europea del hombre lobo. Es un mito paraguayo muy popular en Paraguay, Nordeste de Argentina, norte de Uruguay, el sur de Santa Cruz-chaco boliviano (Bolivia) y los estados de Mato Grosso do Sul, Santa Catarina y Paraná (Brasil), en donde existe la creencia de que el séptimo hijo varón, al llegar a la adolescencia, se transforma en un Luisón.
En Paraguay y en Argentina se acostumbra desde el siglo XIX, que el Presidente de la Nación sea nombrado "padrino" del séptimo hijo varón de un matrimonio consolidado bajo las mismas la costumbres. Esta costumbre irregular se debió a que los supersticiosos a veces sacrificaban a su séptimo hijo a pedradas en especial en Paraguay por el terror que les producía la "posibilidad" de que les hubiera nacido un Luisón o Luisónte(Luisón prematuro).
Si bien este padrinazgo se realizaba de modo informal hasta 1907, se tienen registros de que en ese año se hizo el primer bautismo oficial, con el presidente de la Nación como padrino. Ya el 12 de marzo de 1973, el presidente Juan Domingo Perón dio formato legal a esta costumbre a través del decreto número 848, conocido como ley de padrinazgo presidencial. El decreto otorga además becas totales para estudios primarios y secundarios, a la vez que aclara que este padrinazgo "no crea derechos ni beneficios de naturaleza alguna en favor del ahijado ni de sus parientes".
Me faltaba ponerlo. Agregado a lo anterior.
En especial por lo que se ocurrio hace poco. Si bien en Vampiro lo pongo como un hombre lobo convertido en abominación. Para la mitologia de hombre lobo es solo un hombre lobo corrupto, uno que aparece siempre que un lider ignora al 7 hijo de su dominio. Lo que en la actualidad seria un presidente ignorando a uno de argentina.
En si seria facil que salieran muchos lobisones (danzantes de espiral), pero es algo que la propia poblacion supersticiosa evita. Haciendolo matando al 7 sin pensarlo. Pero por otro lado en el gobierno de peron se busco a esos 7mos para que no los mataran, eso los convirtió en hombres lobos normales. Eso si, tras de él cualquier presidente o dictador que ignore a los 7mos hijos creaba un nuevo lobo de danzante, dejando en claro el fracaso del estado o el olvido de estos por esta tradicion.
Asi saldrian danzantes en los peores momentos.
Bastón de Mando de los Indios Comechingones
El bastón de mando de los indios comechingones (también llamado “Toquí lítico”, “Piedra de la sabiduría”, “simihuinqué” o igual que el vocablo “Somuncurá” “piedra que habla” es un símbolo de poder.
Según el profesor Terrera (actualmente está en poder de su familia) “fue ordenado construir con una piedra de basalto por el gran cacique Voltán de los comechingones hace 8.000 años”, edad comprobada por varios estudios científicos.
Se sabe que fue encontrado en las proximidades del cerro Uritorco y posee una forma cónica perfecta con una longitud de 1,10 metros con cuatro centímetros en su base redondeado y afinado en su extremo superior, con lo cual toma la forma de un cono alargado y cuyo peso alcanza los cuatro kilos, siendo su color negro brillante, por ser de roca basáltica de origen magmático y tiene la apariencia de un metal, produciendo asimismo un sonido de tipo metálico. Cuenta la leyenda que en él “se encontraría mágicamente codificada toda la sabiduría de la humanidad”.
Ahora bien, esos atributos de mando están muy relacionados en todas las civilizaciones del mundo. Y entre mapuches y tehuelches se encuentran las denominadas hachas de mando o líticas, atributo de gran poder entre los caciques. Les confería autoridad como la famosa “piedra azul” de Calfulcurá. Algunas tienen inscripciones finamente grabadas, lo que sería una forma muy particular de colocar el linaje del propietario y su familia. O sea un curioso árbol genealógico, una especie de tótem familiar. De la misma forma existen las placas grabadas.
En el caso específico del bastón este bastón de mando “en las pruebas de espectrografía a que fue sometido se detectó un campo electromagnético de singular intensidad, con irradiación intensa por sus dos extremos y también en su zona central”.
Según detalla el “Portal para las ciencias del hombre”, “esta piedra sagrada de la antigüedad americana, otorgaba sabiduría cósmica y protección, a quién la poseyera dentro de las normas herméticas establecidas. Y también conferiría poder espiritual para producir el regeneramiento humano luego que la humanidad se destruyera por el materialismo, la violencia, el egoísmo y la ambición”.
“Funciona –agregan- como un guardián, banco de memoria y consejero que orienta sobre los caminos de la humanidad y contiene también una información completa sobre los orígenes de los pueblos que habitaron las épocas más remotas de del continente americano”.
El maestro Orfelio Ulises quién realizara el descubrimiento de este bastón de mando, también poeta- dejó en herméticos versos esa búsqueda:
“Por allí camina el maestro en su larga noche,
El que por tantos años en Samballah estudiara
Aquel que aprisiona la música del cielo
En melodías eternas que solo Parsifal escucha.
El monte guarda en su vientre de piedra dura
Algo que han dejado las antiguas culturas
En la ciudad perdida o en un mágico templo”.
Una herramienta mas para los cambiantes de la zona. Si bien se habla que esta en posesion de la familia terrara podemos decir que es una replica y que la original esta perdida. Seria un objeto muy buscado por los felinos ya que se supone que ahi se guarda la respuesta a toda las preguntas que tienen.
Por lo que podrian empezar una aventura con su busqueda o si un master se arriesga podria ser una aventura luego que un PNJ la encuentra empezando a responder todas las preguntas que se le hacen.
El mito de la creación de los indios Pampa
Chachao se aburría en la eternidad del Cielo. Quiso bajar a la tierra aún anegadiza y lluviosa donde las cosas eran efímeras y mutables; tomó la Vía Láctea, que entonces llegaba hasta la pampa, y es llamada "el Camino del Cielo" en la lengua vernácula. Gozó el indio Viejo, que era solamente un eterno niño, ensuciándose las manos y chapoteando la tierra anegadiza; moldeó con barro figuras de fantasía y ensayó soplarlas para infundirles vida. Así fueron creados los animales. Para darles espacio donde correr, de otro soplo aventó las lluvias, secó los pantanos y dio firmeza a la pampa.
Vio su imagen reflejada en una laguna y tuvo el capricho de reproducirla en estatuillas de dos pies que vestían como él chiripá y poncho. No eran reproducciones perfectas, pues el Viejo estaba de buen humor y solamente buscaba reírse de si mismo.
He aquí que un incidente hace tragedia la comedia de la Creación. El ñandú, cansado de correr por la pampa seca, quiso subir al Cielo por la Vía Láctea y aprovechó la distracción de Chachao para ascender algunos tramos. Al darse cuenta el indio Viejo que una criatura de barro iba a ensuciar las alturas celestiales, desató sus boleadoras y las arrojó al osado, que de una espantada volvió a la pampa dejando en el cielo a comienzos de la Vía Láctea la huella de sus tres dedos y garrón: la Cruz del Sur; también quedaron las boleadoras del Viejo, alfa y beta del Centauro, junto a la huella del avestruz. Ocupado en espantar al ñandú no se dio cuenta Chachao que su hermano Wualichú había descendido a la tierra y le gastaba la broma de soplar las caricaturas bípedas acabadas de esculpir. Se llenaron de espanto ambos hijos del Cielo cuando vieron a los objetos de barro moverse y discurrir como si fueran dioses. Chachao escapó horrorizado por la Vía Láctea; con su cuchillo de piedra cortó el camino del Cielo para que los monstruos no subieran. Dejó a Wualichú en la tierra en castigo de haberles infundido el aliento divino a unos grotescos y efímeros monigotes de barro.
Chachao no volvió más a la pampa, ni pudo salir Wualichú de ella. Desde entonces éste clama misericordia en las noches de tormenta con su voz de trueno cuando ve el rayo de su hermano en el Cielo. Inútilmente, pues la cólera del indio Viejo es definitiva. Busca Wualichú destruir su imprudencia aniquilando a los hombres con enfermedades, guerras y hambres. Lo hace de lejos, pues verlos le causa horror y remuerde la conciencia; por eso vive en lo profundo de los montes y sólo se arriesga a salir cuando las noches son oscuras. Como teme a los hombres, ha resuelto hacerse temer por ellos para que los hombres lo eviten: ulula en las noches para asustar a los viajeros rezagados con quienes tropieza imprevistamente, y se ha rodeado de una corte de espíritus malignos y retozones cuyo único objeto es protegerlo con un cerco de terror.
De esa travesura de un niño nacieron los hombres, híbridos de un aliento de dios en una envoltura de barro perecedero. Temen a Wualichú que se oculta en la naturaleza hostil. Contra el terror cósmico de los lugares inconocibles, y contra los rayos y truenos, diálogo constante de Chachao y Wualichú, sólo hay el recurso de estrechar los vínculos humanos. Nació así la toldería. El espíritu maligno no se atreve a entrar en ella y no se acerca al fogón que alumbra la oscuridad.
Seguirá para siempre la lucha de Wualichú con los humanos. Si éstos han sido "buenos", si han logrado dominar el miedo y la prudencia guió sus acciones, podrán ascender al Cielo una vez perdida su envoltura de barro, pues el camino de las alturas sólo es accesible a las almas. Allí serán estrellas de mayor o menor magnitud según haya sido el brillo de sus buenas acciones. Los otros, los cobardes y mezquinos, volverán al barro originario.
En su lucha contra el espíritu del mal, los hombres pueden valerse de muchas armas. La primera es juntarse en comunidades, pues Wualichú no entra en los lugares habitados: la sociedad se yergue contra el dios perseguidor como sola protección de los hombres; la toldería tiene un valor mágico, que se extiende a su nombre y a los símbolos de las estirpes que la habitan. Es la defensa contra el pánico que se esconde en la naturaleza hostil, el refugio necesario contra las fuerzas malignas que ambulan por la pampa. También pueden los hombres tener propicio a Wualichú concertando pactos que el dios acepta y respeta: darle la primicia de las comidas, ofrendarle algunos productos de la caza. Y pueden engañarlo porque la inteligencia de Wualichú no parece penetrante: ocultando su rostro con una máscara o con pinturas, se hacen pasar por Chachao que le promete el regreso al Cielo si hace cesar una peste, trae la victoria en una guerra, o vuelve propicia la caza. Claro que no todos conocen las palabras que llaman a Wualichú ni poseen astucia para engañarlo. Solamente las brujas centenarias, conocedoras de la magia y sabedoras del ritual secreto y las palabras vedadas.
Muy interesante mito de creacion.
Creo que en este damos mas fuerza en principio al Suri, cambiante ñandu. Le damos una historia de origen para él y sus poderes. Ademas de un objetivo que es volver del nuevo a la via lactea ya sea para tener un lugar seguro para pasar el apocalipsis o por querer comunicarse con Chachao. Tambien se puede interpretar que es una busqueda de alma, talvez un viaje a la umbra.
Por otro lado tambien los demas cambiantes buscarian acceder a la via lactia como un lugar seguro o para buscar espiritus. Se encontrarian los Pumoncas buscando el secreto para poder volver a ese lugar y tambien se hablaria de la leyenda del cuchillo de piedra de Chachao, el cual tendria poderes misticos importantes.
Finalmente la presencia del Wualichú seria explicada, junto a su razon de ser. Se lo combatiria juntandose en toldos sagrados, algo que los pumoncas tomarian para hacer sus reuniones especiales. Ya sea para organizarse o hacer rituales propios de ellos.
La idea de engañar al Wualichú es buena aunque peligrosa. Solo los cambiantes mas inteligentes podrian hacerlo. Con una mascara, con un ritual de invocacion poco conocido y finalmente mucha astucia. Eso si si se logra se consigue un poder o una solucion para un gran problema, aunque la mancha del wyrn queda fresca en quien lo haga.
Chachao (Soychu)
Los pampas tenían una religión dualista, con el dios del bien y el del mal. Llamaban Chachao al bueno y lo imaginaban como un viejo con alma de niño -“de forma humana, es inmensamente bueno y hay que quererlo", escribió Lucio V. Mansilla-, aunque no lo representaban ni rendían culto. En oposición estaba Gualicho o Wualichú, el mal.
Chachao ("el padre de la gente") vivía en el cielo como un dios Sol que los espera a su muerte; pero también era la protección social para oponerla al temor que inspira la naturaleza. Es la agrupación de hombres que se protege mutuamente, es la toldería donde habla por los chamanes y acciona por el cacique.
Un nombre mas para el dios sol y para los dones de proteccion de lugares. Relacionado con el gualincho.
Las Piedras de Tandil
Para los nómades pampas (pertenecientes al Complejo Tehuelche), los sistemas de Tandilia y Ventania eran sitios que visitaban recurrentemente por los abundantes recursos que le ofrecían esos "oasis serranos". En Tandil dos formaciones geológicas de gran antigüedad dieron lugar a leyendas que nos permiten conocer sus ideas cosmológicas: La Piedra Movediza y El Centinela.
El nombre Tandil se debería al nombre de un cacique indígena que habitaba en la zona, también se cuenta que había un río que tenía ese nombre. Otros indican que sería una deformación de la lengua mapuche siendo su significado "piedra que late".
La Piedra Movediza
El puma, el Sol y la Luna
Era el principio de los tiempos. El Sol y la Luna eran marido y mujer: dos dioses gigantes, tan buenos y generosos como enormes eran. El Sol era el dueño de todo el calor y la fuerza del mundo; tanto era su poder que de sólo extender los brazos la tierra se inundaba de luz y de sus dedos prodigiosos brotaba el calor a raudales. Era el dueño absoluto de la vida y de la muerte. Ella, la Luna, era blanca y hermosa. Dueña de la sabiduría y el silencio; de la paz y la dulzura. Ante su presencia todo se aquietaba. Andando por la tierra crearon la llanura: una inmensa extensión que cubrieron de pastos y de flores para hacerla más bella. Y la llanura era una lisa alfombra verde por donde los dioses paseaban con blandos pasos. Luego crearon las lagunas donde el Sol y la Luna se bañaban después de sus largos paseos.
Pero los dioses se cansaron de estar solos: y poblaron de peces las aguas y de otros animales la tierra. ¡Qué felices se sentían de verlos saltar y correr por sus dominios! Satisfechos de su obra decidieron regresar al cielo. Entonces fue cuando pensaron que alguien debía cuidar esos preciosos campos: y crearon a sus hijos, los hombres. Ahora ya podían regresar. Muy tristes se pusieron los hombres cuando supieron que sus amados padres los dejarían. Entonces el Sol les dijo:
-Nada debéis temer; ésta es vuestra tierra. Yo enviaré mi luz hasta vosotros, todos los días. Y también mi calor para que la vida no acabe.
Y dijo la Luna:
-Nada debéis temer; yo iluminaré levemente las sombras de la noche y velaré vuestro descanso.
Así pasó el tiempo. Los días y las noches. Era el tiempo feliz. Los indios se sentían protegidos por sus dioses y les bastaba mirar al cielo para saber que ellos estaban siempre allí enviándoles sus maravillosos dones. Adoraban al Sol y la Luna y les ofrecían sus cantos y sus danzas.
Un día vieron que el Sol empezaba a palidecer, cada vez más y más y más... ¿qué pasaba?, ¿qué cosa tan extraña hacía que su sonriente rostro dejara de reír? Algo terrible, pero que no podían explicarse, estaba sucediendo. Pronto se dieron cuenta que un gigantesco puma alado acosaba por la inmensidad de los cielos al bondadoso Sol. Y el Dios se debatía entre los zarpazos del terrible animal que quería destruirlo. Los indios no lo pensaron más y se prepararon para defenderlo.
Los más valientes y hábiles guerreros se reunieron y empezaron a arrojar sus flechas al intruso que se atrevía a molestar al Sol. Una, dos, miles y miles de flechas fueron arrojadas, pero no lograban destruir al puma, que, por el contrario, cada vez se ponía más furioso. Por fin uno dio en el blanco y el animal cayó atravesado por la flecha que entraba por el vientre y salía por el lomo. Sí, cayó, pero no muerto. Y allí estaba, extendido y rugiendo; estremeciendo la tierra con sus rugidos. Tan enorme era que nadie se atrevía a acercarse y lo miraban, asustados, desde lejos.
En tanto el Sol se fue ocultando poco a poco; había recobrado su aspecto risueño. Los indios le miraban complacidos y él les acariciaba los rostros con la punta de sus tibios dedos. El cielo se tiñó de rojo... se fue poniendo violeta.., violeta. ... y poco a poco llegaron las sombras. Entonces salió la Luna. Vio al puma allá abajo, tendido y rugiendo. Compadecida quiso acabar con su agonía. Y empezó a arrojarle piedras para ultimarlo. Tantas y tan enormes que se fueron amontonando sobre el cuerpo hasta cubrirlo totalmente. Tantas y tan enormes que formaron sobre la llanura una sierra: la Sierra de Tandil. La última piedra que arrojó cayó sobre la punta de la flecha que todavía asomaba y allí se quedó clavada. Allí quedó enterrado, también, para siempre, el espíritu del mal, que según los indios no podía salir. Pero cuando el Sol paseaba por los cielos, se estremecía de rabia siempre con el deseo de atacarlo otra vez. Y al moverse hacía oscilar la piedra suspendida en la punta de la sierra.
La leyenda de Mini
Cuenta la antigua tradición que el Cacique Tandil al quebrantar una ley religiosa de la tribu, provocó una sublevación en la que intervino la que era su esposa, una bella india llamada Mini.
Vencidos los sublevados, el cacique ordenó que todos ellos fueran atados a una gran piedra en la cumbre de un cerro y lacerados hasta la muerte. La inmolación de Mini fue cuando la luna se alzaba y en aquel mismo instante se oyó un trueno que fue rodando sobre las sierras como una amenaza sombría.
Tandil, despavorido, vio que la piedra donde había sido atada Mini cobraba un leve balanceo mientras la india clamaba: "Ay Tandil... mi muerte conmoverá a la montaña y tus ojos verán mi corazón latiendo en este peñasco...!!
El Centinela
Eran los primeros tiempos del Fuerte Independencia, que había incrustada su avanzada civilizadora entre los ricos valles y serranías de la hoy floreciente Tandil. Algunos soldados que se aventuraban, en vespertinas cacerías hacia los inexplorados rincones de las serranías, habían traído la noticia o la leyenda de una extraña jovencita, de piel blanca, de hermoso porte. Que como una gacela sorprendida, desaparecía con habilidad en cuanto se apercibía de ser observada, siendo inútil después cuanto se hiciera para volver a encontrarla.
Amaike era una extraña flor de la región. Su madre, india, había muerto cuando ella era muy niña. Vivía junto al cariño de su padre, un hombre ciertamente curioso en su aspecto y que, por otra parte, denunciaba su ascendencia extranjera, y puede ello admitirse, que era hijo de la cautiva de un gran Cacique. Amaike había heredado la fortaleza de la raza aborigen y una belleza asiática que contrastaba con la rusticidad de las hijas del lugar. Su vida natural, en constante ejercicio y a plena luz y sol, había dado a su cuerpo de moza una esbeltez y flexibilidad que unidas al tinte claro de su piel y a la extraña belleza de su rostro y de sus ojos, la habían convertido en una especie de diosa del paraje.
Los aborígenes respetaban a Amaike como cosa sagrada.
Los sencillos pero valientes pobladores de los valles y del llano, crueles con sus declarados enemigos, pero en el fondo blandos y susceptibles a la superstición, encontraban algo de divino en aquella criatura un tanto misteriosa, de belleza no común, cuya mirada serena, pero profunda, los hacía mantener distancia, en respetuosa contemplación.
Desde lo alto de una colina rocosa, un joven indio, gigante y fuerte solía contemplar inmóvil, horas enteras, hasta que el sol se perdía en el horizonte, a la espera de esa maravillosa aparición de la muchacha.
Al principio la miraba como a una diosa, encandilado y cauto, a la distancia. Más adelante, saltaba a su encuentro en cuanto la divisaba, ganando a poco, con su destreza y su arrogancia, la confianza de Amaike hasta inspirarle el mismo sano y dulce amor que por ella había nacido. Él, vigilante, todas las tardes se situaba en su natural mirador de la colina, como un centinela y paciente esperaba las cada vez más frecuentes salidas de la hermosa muchacha. El amor los iba atando firmemente y en sus lazos, ambos jóvenes se entregaban con la ilusión de sus vidas en flor.
En una oportunidad, dos soldados que hicieron una entusiasta descripción de la muchacha mientras bebían en el bodegón del naciente pueblo de Tandil, juraron traer prisionera a la "endiablada" y blanca indiecita, a fin de justificar su narración. Alguna base tenían para arriesgar ese juramento. Unos de los soldados había sospechado del periódico encuentro de la jovencita serrana con el indio valiente que desde una colina lejana permanecía firme y desafiante. Así es que a fuerza de vigilar, apostados en los senderos, lograron sorprender a la escurridiza muchacha. Esta, que nunca había sabido de violencias, luchó desesperadamente y se defendió con coraje y decisión para no perder la libertad que la alejaba de sus prados y de su amor... Pero nada pudo hacer... Ya en plena noche, los tenaces soldados regresaban complacidos, y al franquear la entrada del fuerte, vióse con ellos a la más hermosa de las prisioneras.
Al día siguiente, con las primeras luces de la madrugada, se tuvo la certeza de que Amaike había sido hecha prisionera por el hombre blanco. Entre los indios, su recuerdo no tardó en apagarse y su existencia fue atribuida únicamente a la leyenda. Pero, en lo alto de la colina, por los días y los días, el atlético indio que aguardaba siguió firme en su mirador, con la esperanza ya vana, de volverla a ver. Quienes visitan el lugar, creen adivinar a través de los contornos de la erguida piedra, la figura imperturbable de quien espera todavía fiel a su amor, que nunca más volverá.
Actualidad
La piedra movediza.
Oscilaba sobre un despeñadero desafiando la ley de la gravedad. Esta mole de granito cuyo peso estimado superaba las 385 toneladas, tenía lo forma de una campana y media aproximadamente cinco metros de diámetro y cuatro de altura. Lo más notable de ella era que se balanceaba continuamente, oscilando a razón de sesenta veces por minuto. Mantuvo su increíble equilibrio hasta el 29 de febrero de 1912, cuando cayó a la base del cerro, partiéndose en tres pedazos.
El 17 de mayo de 2007 se colocó una réplica en el mismo lugar.
Un tomulo antiguo para los cambiantes.
Segun la leyenda de la piedra movediza seria tambien un lugar donde se encontraba atrapado el espiritu de un puma que cayo hacia el wyrm y que ataco al sol para crear mas caos en la tierra. Esta historia quedo en la memoria de los pampas, tanto en los aborigenes como en la parentelas y en los cambiantes. Aunque el tiempo paso y el espiritu se liberaria el 29 de febrero de 1912. Se coloco una replica en mayo del 2007, una posible obra de los cambiantes que volvian a sellar al puma maligno de alguna forma. pero en el mientras tanto causaria desastres.
Segun la leyenda de mini, habria el espiritu de una joven que cuando cayo la piedra en febrero del 1912 hizo que una gran tristeza se formaba alrededor de ella. Podria ser que incluso de las tres piedras que quedaron tras la caida de la piedra movediza salieran tres perdiciones de tristeza.
Segun la leyenda del centinela es un originario que espera que vuelva su amada. Con el tiempo se notara que la pridra se mueve mas por las mujeres y al final en su caida se sabra que es por notar el espiritu de Amaike. El cuual es un espiritu amigable que no conoce la violencia, pro lo que no ayudara a los cambiantes mas aguerridos. junto a ella volvera estara el espiritu del centinela que servira como vigia en lugares donde lo pongan los cambiantes. Mientras Amaike servira mas como un anzuelo, ya que atraera a los seres del wyrm que desean corromperla sin importar que ella los atraiga a un trampa. El espiritu de ella ha servido asi por muchos años aunque siempre esta el peligro que sea atrapada y con ellos la tristeza vuelva al centinela.
El Santo Grial
Una de las incógnitas que el mundo aún no pudo resolver es la ubicación del Santo Grial. Se trata del Cáliz Sagrado que utilizó Cristo en la celebración de la última cena, un artefacto al que se lo ha buscado por más de 2 mil años y nunca se lo encontró. Entre las variadas hipótesis que lo ubican en distintos puntos del globo, existe una que afirma que el Santo Grial está en algún punto de la Patagonia.
Hay dos versiones que podrían verificar que los caballeros de la Orden del Temple, más conocidos como los templarios, habrían sido los encargados de cruzar el Océano Atlántico –incluso antes de que Cristóbal Colón lo hiciera– para protegerlo.
Los templarios nobles que el papa designaba para cuidar los caminos que hacían los peregrinos para visitar el Santo Sepulcro en Jerusalem. Su fe los llevó a realizar votos de pobreza, por lo que vivían de limosnas, pero con el tiempo comenzaron a acumular riquezas y poder.
Se dice que tenían un gran tesoro, que incluía el Santo Grial.
Durante el siglo XIX, un mapa realizado por Juan Antonio Víctor Martín de Moussy, un cartógrafo contratado por el Gobierno de Justo José de Urquiza, ubicó en el Golfo San Matías –ubicado entre las provincias de Chubut y Río Negro– un "antiguo fuerte abandonado". Actualmente, allí se encuentra una meseta llamada El Fuerte, y se cree que anteriormente fue una isla, dado que se calcula que las aguas del mar abarcaban mayor superficie.
“El Fuerte" puede visualizarse desde Las Grutas, tiene una altura de 150 metros y una superficie de 2500 metros cuadrados. Lo curioso es que, en realidad, no se vislumbra una construcción, y en mapas posteriores, en el mismo lugar donde el cartógrafo marcó al antiguo fuerte abandonado, aparece el mismo punto señalando la presencia de un fuerte.
Ante esto, el grupo Delphos comenzó a creer en la hipótesis de que el Santo Grial esté en la Patagonia y comenzó a investigar en profundidad esa posibilidad, a tal punto de organizar distintas expediciones hasta esa meseta.
En sus trabajos, pudieron constatar que, efectivamente, allí hubo una construcción que tendría características templarias, al tiempo que hallaron objetos que comprobarían la presencia de los caballeros de la Orden del Temple en la zona hace por lo menos 800 años.
Según los miembros de la Fundación Delphos, que se dedicó a investigar esta premisa, el Grial habría llegado a territorio patagónico en 1307, pero no saben en qué punto se encuentra.
Cuenta la historia que Felipe el Hermoso, rey de Francia, decidió exterminar a los templarios ante una deuda que había acumulado con la Orden, por lo que comenzó una persecución para quemarlos en la hoguera con el segundo objetivo de apoderarse de su tesoro. Sin embargo, nunca pudo hacerse de las riquezas.
Distintas versiones indican que 13 naves de la flota de los templarios partieron de un puerto de Francia, y nunca más se las volvió a ver. En una de esas 13 embarcaciones, habría estado el grial.
Otra hipótesis cuenta que un caballero de la mesa del Rey Arturo lo halló y lo sacó de Inglaterra para llevarlo a un lugar recóndito y seguro. La leyenda dice que el caballero llegó a una isla luego de mucho navegar, y le entregó el Grial a un grupo de caballeros que lo protegerían trasladándolo a otro espacio. En este punto es donde vuelven a cobrar importancia el trabajo de los cartógrafos, dado que en mapas anteriores al de Martín de Moussy se menciona la existencia del fuerte abandonado, se ubica en el mismo lugar a la "Isla de los hombres blancos".
La creencia popular indica que, para encontrarlo, habría que trasladarse hacia la meseta de Somuncurá –"la piedra que habla", en mapuche–, un territorio que abarca una superficie de 25 mil kilómetros cuadrados, compartido por las provincias de Chubut y Río Negro.
Allí los mismos mapas señalan un lugar nombrado como Villa Fabulosa de Los Césares. ¿Se tratará de la mítica ciudad que dio lugar a innumerables expediciones de exploradores?
Se dice que oculta tras una piedra con forma de puerta ubicada cerca de la localidad de Telsen, en Chubut, podría estar la Ciudad de Los Césares y, en su interior, el Santo Grial.
Como siempre podemos hacer las leyendas realidad. Ya habia pasado un video de este tema pero me parecia mejor comentar algo de este en el momento.
Ahora con una nueva informacion que se supone que el grial puede convertir a cualquier vampiro en humano sacandole toda la corrupcion de cain, pero tambien viene con una consecuencia no muy hablada que es la muerte tras beber de este. Aunque los mas religiosos ven esto mas como un alivio ya que al morir sin la maldicion pueden acceder al cielo.
Esto podria ser un objetivo de vampiros yendo por chubut. Incluso algo que los bastet encontraron y luego escondieron en otro lado.