Partida Rol por web

Tenebris diebus - El ladrón de humo

VI — Vanitas Vanitatum

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02/01/2019, 22:45
Narradora

VI — Vanitas Vanitatum

Centro de Londres — Hotel Kesston's Palace 41

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02/01/2019, 22:45
Narradora

Miércoles 19 de Agosto, 1970 — 10:41 am

Nicholas caminaba con el pálpito de sus palabras todavía resonando en su cabeza, igual que un tambor de guerra haciendo eco en la lejanía. Mascaba las palabras que había pronunciado, y también las que había escuchado por parte de quien había considerado su compinche hasta hacía poco. Podía haber esperado muchas cosas de William, pero no aquello. Era cabezonería, lealtad hacia la chica, o quizás simple y puro orgullo, pero fuera lo que fuese no hacía más que empeorar y complicar las cosas. Algo estaba claro, no obstante: tenía una misión que cumplir e iba a hacerlo sin importar quién se ponía de por medio. Eso era lo que realmente importaba.

Achilles Prewett no resultó ni un atisbo de reto, por suerte o por desgracia. Nada más preguntar por él en el Caldero Chorreante, le dijeron que no se había pasado por allí en toda la mañana, por lo que debía encontrarse en el Kesston’s Palace. Tras cruzar varias calles ruidosas llenas de aquellos cachivaches infernales que usaban los muggles para desplazarse, entró en el lujoso hotel. No era la primera vez que Nicholas ponía los pies allí, pero siempre lo envolvía la misma sensación de grandeza y perfección, logrando que todo lo demás se desvaneciera por unos instantes. Era un lugar colmado de buen gusto y donde la geometría y los reflejos del suelo parecían jugar con los sentidos, haciendo el lugar más amplio de lo que realmente era. ¿O quizás era realmente así?

Poco después de entrar, un hombre joven y atractivo lo atendió con una formalidad impecable, guiándolo de inmediato hasta la sala principal, donde se encontraba Prewett. El mago estaba solo en el lugar, sentado en uno de los sofás leyendo tras una gafas de medialuna un volúmen de considerable grosor que descansaba sobre su regazo. Era un hombre que rondaba los cuarenta, de rostro redondeado y ojos pequeños, con el pelo a media melena peinado hacia atrás y una barba picuda bien arreglada. El gris predominaba en su cabello, contrastando con las coloridas vestimentas que lucía y las cuales habían sido escogidas con cuidado y elegancia. Se veía a la legua que su apariencia era algo importante, aunque en aquel instante parecía mucho más interesado en lo que quiera que estuviese leyendo.

Notas de juego

El recepcionista te ha guiado hasta la sala. Te dejo que te acerques y te presentes tú :)

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06/01/2019, 18:50
Nicholas Fawley

Mientras Nicholas seguía al empleado del hotel hasta la sala, con el sonido de los zapatos en el mármol precediéndoles, pensaba en lo mucho que le recordaba la atmósfera del Kesston's Palace a la casa de los Fawley. Opulento y silencioso, transmitía una sensación de poder y clase que no podía comprarse sólo con galones, aunque sin duda ayudasen. Siempre le había gustado aquel sitio. 

Por suerte, Achilles no resultó difícil de localizar. En cuanto lo vio, supo de inmediato que era él, aunque no conociese al hombre más que de oídas. La familia Prewett era una de las auténticas familias de sangre pura de Gran Bretaña y, entre ellos, eso se notaba. No era sólo la apariencia, era el aura de grandeza, la misma que desprendía el hotel. Encajaba perfectamente en la decoración, se notaba que estaba en su sitio. 

- Gracias por su ayuda - respondió al joven de la recepción al llegar a la sala, con cortesía.

Su padre le había intentado enseñar las bondades de tratar a los empleados eficientes con amabilidad, y Nicholas lo tenía presente, aunque no siempre lo hiciese. Pero de alguna manera, aquel lugar le recordaba a él. En aquellos salones, su padre se movía como pez en el agua, adulando y cerrando tratos aquí y allá, y Nicholas no había heredado esa habilidad; era demasiado transparente, incapaz de mantener una fachada falsa durante tanto tiempo. Durante muchos años, había sentido reparos por esa faceta de su padre, viéndola como debilidad, pero en los últimos tiempos, había comenzado a respetarla. Había que ser muy fuerte para mantener buena cara todo el tiempo ante gente que internamente desprecias y sabes que te desprecian a ti. Su padre hubiera sabido llevar a William a su terreno con facilidad...

Por un momento, algunas dudas surgieron en su cabeza mientras se acercaba a Prewett, pensando que debería intentar llevar la conversación como su padre lo hubiera hecho. Pero cuando comenzó a hablar y los ojos del hombre se levantaron hacía él, su auténtico yo volvió a ganar la batalla:

- Señor Prewett - saludó en un tono firme, manteniéndose de pie frente a él - Soy Nicholas Fawley, de la oficina de Aurores. Lizeth necesita algo de usted. 

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14/01/2019, 01:32
Achilles Prewett

El hombre ya lo observaba antes de que llegase a su lado con ojos pequeños e inquisitivos, y dejó a un lado su libro para incorporarse y recibirlo con propiedad. Había curiosidad en su gesto, pero su expresión quedó perdida en otro detalle más visible que de lejos quedaba desapercibido. A ambos lados de la boca, medio cubiertas por el bigote, el señor Prewett tenía unas feas cicatrices que se estiraban como una mueca macabra. Eran cicatrices viejas que ya se habían mezclado con el resto de arrugas y marcas de la piel, pero seguían siendo visibles, y a Nicholas se le ocurrían muchas maneras en las que uno se podía ganar una marca tan terrible y, más importante, intencionada.

Fawley —repitió el hombre con cuidado, deleitándose en las sílabas y extendiéndole una sonrisa comedida que estiró las marcas que rodeaban su boca de forma grotesca, y que Nicholas no supo bien dónde encajar. Parecía esconder un parecer, una intención, como si su presencia le hubiese despertado un recuerdo muy concreto, pero de lo que no le cupo duda es de que estaba familiarizado con su apellido. La pregunta era, ¿se refería a él, a ella, a ambos, o a algo más? Le tendió la mano—. William y Edwina Fawley, si no me equivoco. Le conocí hace ya muchos años, pero dudo que se acuerde. Era a penas un muchachito. En cualquier caso, un placer. Por favor.

Su mano señaló el asiento con cordialidad para después hacer lo mismo, prestándole plena atención. A pesar de las cicatrices, había algo amable en su rostro y sus maneras, casi familiar.

¿Qué puedo hacer por usted? O por el Ministerio de Magia, en este caso.

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16/01/2019, 17:38
Nicholas Fawley

Aún midiendo al hombre que tenía delante, Nicholas aceptó su ofrecimiento de sentarse con cortesía, aunque no tuviera pretensiones de alargar esa conversación más de lo estrictamente necesario. 

- En efecto. Tiene usted buena memoria, señor Prewett - respondió Nicholas al comentario sobre sus padres. Nunca había oído su nombre en la casa Fawley, pero seguramente fuera cierto lo que decía. Por desgracia, a cada generación quedaban menos familias verdaderamente puras en Gran Bretaña, y no era extraño que todos acabaran por conocerse, a poco que se desarrollara cierta vida social - Y esa buena memoria es justo lo que necesitamos. 

Barajó durante unos segundos como debía enfocar aquello antes de volver a hablar. Un sólo vistazo, y la forma en que había respondido a su llegada, le habían bastado para darse cuenta de que no se encontraba frente a un estúpido cualquiera. 

No le haré perder el tiempo e iré al grano - acabó diciendo, optando por un enfoque directo, sin subterfugios. La conversación mantenida con William, le había dejado sin ánimos de continuar jugando. No iba a hacer las cosas como las haría su padre. Las haría a su modo - Se ha producido un asalto al Ministerio, señor Prewett, y Lizeth ha sido puesta al mando de una brigada para esclarecer lo sucedido. 

Tomó entonces su varita del interior de la chaqueta, comenzando a dibujar unas líneas rojas y luminosas en el aire frente a ellos mediante un sencillo hechizo. Dibujó la caja de forma rápida, sin perderse demasiado en los intrincados patrones de sus caras, con un resultado mediocre. La expresión artística nunca había sido su fuerte, pero al menos permitía hacerse una idea. Y la cara que pusiera Achilles al ver el objeto y oír el nombre de Beery, le diría más sobre si sabía algo o no que sus propias palabras. 

- Se ha sustraído un objeto con forma de caja, que fue confiscada a la contrabandista Goretta Beery en 1954. Los empleados del Ministerio no han sido capaces de determinar su utilidad real, pero siendo que alguien se ha tomado muchas molestias para recuperarlo, es evidente que esconde algo que se nos ha pasado por alto - Hizo desaparecer la imagen del aire con una sacudida de varita, volviéndola a guardar e inclinándose hacía delante en el asiento - Necesitamos encontrar el objeto y a la señora Beery, y Lizeth piensa que usted puede proporcionarnos alguna ayuda en este sentido. Dice que ya es hora de que le devuelva lo que le debe. 

- Tiradas (1)
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17/01/2019, 02:13
Achilles Prewett

Prewett asintió entre frase y frase, dando a entender que seguía su explicación.

¿Lizeth Fawley al mano de una brigada? Sí que cambian rápido las cosas —comentó con cierta sorpresa y una sonrisa ladina bajo el cuidado bigote.

Un instante después, Nicholas extrajo su varita y pudo advertir un latido de tensión en su gesto, apenas una fracción mal disimulada y que se disolvió nada más empezar a trazar líneas en el aire. El mago frunció el ceño enarcando una ceja, no muy seguro de saber qué estaba mirando exactamente, al menos hasta que Nicholas prosiguió su explicación. Su expresión de desconcierto ante la mención de la caja se desvaneció por completo ante el nombre de Goretta Beery. Aquel parecía terreno familiar.

Ah, Beery hija. Sí, puedo orientar su búsqueda, por fortuna, aunque he de advertirle de que me sorprendería tremendamente que tenga nada que ver con el asunto del robo. No obstante, pondría la mano en el fuego a que recuerda ese objeto. O cualquier otro que haya pasado por sus manos, realmente. —El señor Prewett se acomodó en su asiento, inclinándose ligeramente hacia adelante con una mueca de satisfacción—. Ella no era la que adquiría este tipo de mercancías, pero sí se encargaba de que llegasen a… buen puerto. Siempre tuvo un algo especial para dar con objetos peculiares. Tengo entendido que hace algunos años heredó una propiedad en Hogsmeade, algo conveniente ya que uno de sus lugares favoritos era, y es hasta donde yo sé, la Cabeza de Puerco. No creo que le de problemas. Quiere al Ministerio tan lejos de su escoba como le sea posible.

Sonrió sin mostrar los dientes, estirando los labios en una delgada línea que se extendía más allá de sus comisuras. Después se llevó los dedos al mentón en un gesto pensativo muy artificial.

Lizeth Fawley —pronunció, saboreando las sílabas de aquel nombre—. ¿Es prima segunda suya? Dígale, si puede y no es mucha molestia, que no muerdo. Una lechuza habría sido más que suficiente para algo tan... trivial. Los asuntos de verdad han de tratarse cara a cara, ¿no cree?

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18/01/2019, 20:58
Nicholas Fawley

Dejó que Achilles hablase sin detenerlo, reflexionando en su mente sobre lo que iba escuchando y juzgando su expresión corporal. Parecía demasiado sincero, demasiado sencillo. ¿Tanto "debía" a Lizeth como para colaborar tan fácilmente, sólo con escuchar su nombre?... Algo no le terminaba de encajar en ello. Pero desde luego, no iba a rechazar esa información gratuita, fuese por los motivos que fuese. 

- No creo que la señora Geery esté implicada en el robo - respondió finalmente, cuando el señor Prewett terminó de hablar - Pero debo hacerle algunas preguntas sobre el objeto, y las circunstancias en que este pasó por sus manos. Si determinamos que es, será más sencillo saber quién podría tener interés en hacerse con él. 

Tras ello, se puso de pie, habiendo escuchado ya todo lo que necesitaba oír. Pensó preguntarle a Achilles por el aspecto de Geery, pero lo desdeñó inmediatamente, pues su respuesta sería irrelevante. Si no quería ser encontrada por el Ministerio, a buen seguro estaría adoptando una imagen diferente a la suya natural. Hogsmeade era un sitio bastante transitado, a fin de cuentas. 

Estaba a punto de ofrecer su mano a Achilles para irse, pero este hizo un último comentario sobre Lizeth, reforzando su curiosidad. ¿Qué asuntos se tendría ella con ese hombre? 

- Sí lo creo, señor Prewett, por eso he venido yo en persona. Esto es una investigación importante - respondió inexpresivo, de pie frente a él. Se hizo de rogar unos segundos antes de aceptar su petición. No le gustaba hacer de mensajero, pero la curiosidad se estaba imponiendo - Se lo diré, ya que ha sido usted de gran ayuda. Gracias por su colaboración. 

Le tendió la mano para estrechársela fugazmente y luego dirigirse a la salida del local. La siguiente parada era Hogsmeade, donde residían Diomedae Banges y Geery. Lizeth creía que la primera podía saber algo sobre el objeto, pero ahora mismo, Geery parecía más prioritaria. Si de alguna manera se enteraba que había un empleado del Ministerio rondando por Hogsmeade y haciendo preguntas, era bastante probable que desapareciera.

Decidió ir al Cabeza de Puerco en primer lugar. 

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22/01/2019, 01:49
Narradora

Prewett se levantó un instante después de él, estrechando su mano con energía y firmeza, esgrimiendo una sonrisa amable.

A usted por acudir a mí, señor Fawley. Ha sido un placer verle de nuevo.

Tras un gesto cordial, Nicholas se alejó notando los ojos del mago clavados en él en la distancia. Lo escuchó sentarse de nuevo, entonando por lo bajo una melodía irreconocible. Demasiado fácil, demasiado extraño, rumiaba, pero el objetivo estaba claro y sus pasos lo sacaron de allí con rapidez. Si se movía más rápido que los rumores, probablemente pudiese dar con Beery antes de que todo se transformase en una telaraña de humo.

O eso habría sido lo ideal, de no ser porque a veces los planes de uno no seguían el esquema que las casualidades habían tejido.

Estaba ya casi en la puerta cuando el eco de varios pasos advirtieron la presencia de dos personas que avanzaban hacia él. La primera, el apuesto joven que lo había guiado hasta el salón. La segunda, una cabellera rubia recogida en una coleta alta, seguida de un rostro redondeado y atractivo, más maduro de lo que recordaba, coronado por labios carmín y unos ojos verdes tan claros y punzantes como una daga hecha de esmeraldas. Nicholas la vio antes, apenas dos segundos en los que el tiempo pareció detenerse, dándole un valioso espacio para procesar aquel encuentro absolutamente fortuito. ¿Cuánto había pasado? ¿Dos? ¿Cuatro años? Había visto su nombre aquí y allá en El Profeta, incluso conocía a gente que se movía en su mismo círculo de amigos. Hacía unos años había escuchado incluso que estaba saliendo con un tal Angus, pero hacía demasiado que no se cruzaba con ella, con esos ojos verdes que tiempo atrás le habían robado el aliento. Quizás había sido un sueño, uno de los que ya no parecían tan tangibles con la edad.

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22/01/2019, 01:50
Sophie Bell

Entonces Sophie levantó la cabeza ligeramente hacia el frente, lo justo como para cruzar su mirada con Nicholas, reconociéndolo. Hubo un instante de confusión, quizás sorpresa, hasta que fue capaz de ubicar al auror en sus pensamientos.

¿Nicholas?

Se detuvo en mitad del pasillo, los labios entreabiertos con una pregunta que no lograba formular y los brazos cruzados sobre el pecho sosteniendo una carpeta con papeles. Parecía haber crecido, o al menos Nicholas no la recordaba tan alta y esbelta. Estaba... guapa. Muy guapa. Había perdido del todo los rasgos redondeados de la juventud, y en aquella ocasión vestía con una túnica ceñida y elegante, nada de ropas muggles o moda juvenil. Le dio la impresión de que estaba demasiado arreglada, como si se hubiese esmerado para algo en concreto. ¿O era sólo la impresión de verla?

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24/01/2019, 04:49
Nicholas Fawley

Al llegar a la recepción, aún dando vueltas en su mente al misterio que envolvía a Prewett, Nicholas se detuvo en seco como si hubiera sido golpeado por una maldición. De entre todas las personas que conocía, Sophie Bell era la última que hubiese querido ver en ese momento. Ni en ningún momento, en general. 

Durante su estancia en Hogwarts, Sophie había sido más que una amiga para él, cuando sólo era un niño tímido e idiota. Sintiéndose aislado del resto de alumnos de su casa, la risueña joven era la única que conseguía sacarle una verdadera sonrisa la mayoría de los días. Tal vez la había amado inclusive... Pero aquello era cosa del pasado. Sus vidas tomaban caminos que les llevaban en dirección en opuestas, y así debía ser.  

Aún parado en el sitio, su mente barajó varias opciones para escapar sin ser visto antes de que se produjera el incómodo encuentro, pero todos sus planes se difuminaron cuando ella levantó la vista y sus ojos se cruzaron. Estaba seguro de que lo reconocería, y si simplemente desaparecía ahora hubiera sido aún peor. Con resignación, no le quedó otra que dar unos pasos en su dirección, justo a la vez que la chica preguntaba su nombre:

- Hola, Sophie.

Estuvo a punto de añadir algo estúpido como "cuanto tiempo sin vernos", pero por suerte aún conservaba algo de sensatez. Se notaba ciertamente incómodo y sólo podía esperar que no se apreciase externamente. Una parte de él estaba deseando salir corriendo pero, ¿por qué iba a tener miedo?... Los sentimientos tantos malos como buenos, habían quedado atrás hace mucho....

- He leído algunos artículos tuyos en el Profeta - añadió tras unos segundos, intentando mantenerse inexpresivo - Me alegra saber que te va bien. 

 

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26/01/2019, 03:26
Sophie Bell

Sophie sonrió, y por un instante hubo un ademán de acercarse, quizás para darle un abrazo o dos besos. El gesto y sus intenciones no llegaron a manifestarse del todo, quedando tan sólo en un movimiento indeciso e incómodo.

Gracias. Es… complicado, pero sí, me va bien. —Y algo en sus palabras no terminó de encajar del todo, el tono, la credibilidad… Parecía tensa, probablemente igual que él, quizás sencillamente por lo fortuito del encuentro. Aun así, el brillo claro de su mirada y los pequeños hoyuelos que se formaban alrededor de su boca porque no dejaba de sonreír, no mentían: se alegraba de verle—. ¿Y tú? Sigues en el Departamento de Aurores, ¿no? La última vez que vi a Daniel* me dijo que estabas despuntando. Es un trabajo que demanda mucho, el tuyo, pero siempre quisiste llegar ahí y, bueno, ahí estás.

Su mirada se detuvo en el joven recepcionista, que aguardaba a varios pasos de distancia ofreciéndoles algo de privacidad.

¿Podría decirle que estaré ahí en unos minutos? Gracias —El hombre asintió con un breve «por supuesto» y se alejó—. Disculpa; trabajo. ¿Y tú? ¿Cómo estás? Nunca nos cruzamos en el Ministerio y da la casualidad de que nos vemos aquí.

La bruja cambió el peso de pierna y la carpeta y papeles al otro lado, y fue entonces cuando lo vio, en el dedo anular de su mano. Un anillo sencillo, de oro y con una pequeña gema engarzada de manera elegante. 

Notas de juego

Me he tomado una pequeña licencia, pero asumo que habiendo coincidido en Hogwarts es más que probable que se conozcan.

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28/01/2019, 23:08
Nicholas Fawley

Asintió parcamente cuando la chica le preguntó por su continuidad en los aurores. No le sorprendía que Daniel mantuviera el contacto con ella, siempre le había gustado salir en la prensa y estaba seguro de que consultaba los periódicos todos los días para comprobar si él o su departamento eran citados. 

- Daniel me tiene en demasiada estima. Sólo hago mi trabajo como debe hacerse - respondió, en lo que podía parecer una muestra de humildad desde fuera. Nada más lejos de la realidad. Nicholas realmente pensaba que si destacaba no era tanto por su propio mérito, sino por la incapacidad y la desidia que exhibían muchos de sus compañeros y mandos aurores, más ocupados en pavonearse de su cargo y cuidar "la opinión pública del Ministerio" que de cumplir sus cometidos. 

Cuando Sophie se giró hacía el recepcionista, pensó en aprovechar la situación y salir de allí con la excusa de dejarla trabajar y una falsa promesa de verse otro día, pero ella habló primero, adelantándose y quedándose allí, comentando algo trivial que Nicholas apenas escuchó por encima. Su atención se había quedado en un pequeño brillo dorado que había visto en su mano al girar, y lo que pensaba se confirmó cuando cambió la carpeta de mano y pudo apreciarlo mejor. Era... ¿un anillo de compromiso? 

- El trabajo de oficina no es lo mío. Intento pasar fuera del Ministerio el mayor tiempo posible... - respondió a su comentario de manera casi automática, pues su cabeza estaba a otras cosas. Alguien, quizás el propio Daniel, había mencionado a un tal Angus alguna vez, pero Nicholas no solía prestar demasiada atención a ese tipo de conversaciones. Sin embargo, al verlo ahora reflejado físicamente en forma de anillo en su dedo, se había quedado absorto. Tanto que pasó varios segundos mirándolo fijamente, debiendo parecer más rarito que de costumbre, hasta que finalmente se dio cuenta y levantó la mirada de nuevo hasta los ojos de la chica. Se forzó a sonreír, y habló de nuevo, tratando de que no trasluciera al exterior su debate interno - Por lo que veo, supongo que ya no es señorita Bell, ¿no? - preguntó, apuntando con la vista al anillo. 

Una parte de él, se alegraba por ella. Sophie era una buena chica, de la que era fácil enamorarse, y merecía alguien a su lado que pudiera darle una vida normal y feliz, y Nicholas no era ese alguien. Pero otra pequeña parte, se preguntaba si podría haberlo sido, y sentía una ligera punzada de celos al hacerlo.  

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30/01/2019, 20:11
Sophie Bell

Hubo un instante de mutuo reconocimiento, esa clase de momento en el que uno piensa y es consciente de que la otra persona sabe en lo que está pensando exactamente, aunque no haya palabras de por medio. Un reflejo particular en la mirada, un gesto, un instante en el que la verdad quedaba expuesta sin remedio. Pudo sentir los ojos claros de Sophie sobre él, atravesados por una sombra, y poco a poco su sonrisa se desvaneció hasta quedar tan solo una mueca tensa pero cordial. Extendió los dedos para mirar ella misma el anillo, como si quisiera cerciorarse de que seguía allí.

Ah, sí. Bueno, todavía soy Bell, y no creo que vaya a cambiar hasta dentro de unos cuantos meses. Nos prometimos hace unas semanas, así que todavía no hemos hablado de fechas. Estamos muy ocupados con el trabajo y esas cosas, pero es un gran tipo. Creo que te caería bien. O no, no lo sé, tampoco es que sepa con qué tipo de gente sales ahora...

Suspiró de forma notoria, incómoda, y se llevó la mano a la frente.

Lo siento. Esto es raro. —añadió, y por primera vez sonó a algo real, no a la conversación cordial e incómoda de dos desconocidos que ya no se reconocen—. Éramos buenos amigos y no te he visto en siglos y no sé de qué diablos estoy hablando. Solo espero de verdad que estés bien, Nick. Y me alegro de verte.

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03/02/2019, 04:11
Nicholas Fawley

Nicholas asintió, pero en su fuero interno dudaba de que le fuera caer bien. Se imaginaba a algún idiota, muy por debajo de su nivel. Y había un detalle que el observador auror no podía dejar pasar... Una chica enamorada, apunto de casarse, hubiera sonreído inconscientemente al hablar de su prometido... 

- No tienes que disculparte conmigo, Sophie - En cualquier caso, ya no es mi problema. Esa etapa ha quedado atrás. Y a medida que se autoconvencía, fue recuperando su determinación natural, que había perdido por la sorpresa - Es lo que hacen los amigos que no se ven desde hace un tiempo, ¿no?... Ponerse al día. 

Dio un paso hacía ella, acortando la distancia y clavando la mirada en la suya, hablando con total sinceridad:

- Me alegro de que te cases, y espero que os vaya bien y seas feliz. De verdad. Conmigo no hubieras podido serlo. 

En su interior, ella debía de saberlo. Nicholas ya no era el Nick estúpido de antes. Ahora tenía un deber, una deuda con la sociedad mágica, y simplemente no podía permitirse siquiera el pensarlo. Y al ver el anillo en el dedo de Sophie, su convicción se había afirmado aún más. 

- Tendrás mucho trabajo. No te robo más tiempo - dijo finalmente, pensando si sería la última vez que la viese. Con ese pensamiento en mente, comenzó a andar hacía la salida a paso rápido pero, casi al final se detuvo y se giró para añadir algo - Sophie - ¿Por qué me detengo?, no es mi problema... - Si alguna vez necesitas ayuda, sabes que puedes contar conmigo. 

Y dicho eso, se dirigió a la salida sin pararse a oír su respuesta, con la intención de dirigirse a Hogsmeade para seguir el rastro de la contrabandista y el objeto. No podía permitirse que su juicio se nublara más. Tenía que estar concentrado y resolver ese caso, para empezar. Y luego, habría tiempo para tener conversaciones con mucha gente. 

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05/02/2019, 02:41
Sophie Bell

Si llamas a esto ponerse al día… —comenzó a decir con cierto sarcasmo, pero dejó la frase a medias, mirándolo detenidamente al acercarse.

Escuchó cada una de sus palabras como bebiendo de ellas, de sus ojos color miel, y cuando dijo que con él nunca hubiera podido serlo, negó con la cabeza lentamente. Su mano se alzó hasta posarse en su antebrazo y sus labios describieron la palabra “gracias” en un gesto silencioso.

Espero que sepas que puedes hacer lo mismo, Nicholas.

Con un gesto frágil se despidió, aunque él ya le diese la espalda. El sonido de sus pasos alejarse en dirección contraria llegó hasta sus oídos instantes antes de desaparecerse hacia su destino.

Notas de juego

Va otro post después.

Asumo que Nicholas de Aparece en Hogsmeade. Si he asumido mal, avisa y edito :)

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05/02/2019, 02:42
Narradora

Hogsmeade — Taberna La Cabeza de Puerco

 

Miércoles 19 de Agosto, 1970 — 11:14 am

 

Hogsmeade estaba helado. No literalmente, pero en comparación con el agradable tiempo de finales de verano que se respiraba en Londres, el pequeño pueblo escocés era un témpano de hielo. A uno se le olvidaba con facilidad que a un hechizo de distancia, en otras partes del mundo, se vivía en un clima totalmente diferente. Tuvo que arrebujarse bajo la capa, oteando a su alrededor. Se había aparecido cerca de la plaza principal, donde los lugareños se congregaban animadamente. Quizás fuese por su encontronazo con Sophie, o porque la memoria tenía formas extrañas de funcionar, pero sintió una punzada de nostalgia que le dejó un regusto agridulce.

Nicholas había descubierto Hogsmeade y Zonko y muchas otras tiendas junto a su madre, antes de llegar a Hogwarts incluso. Pero había sido durante sus años en el colegio donde realmente había formado recuerdos, muchos de ellos no tan agradables, pero alguno había que se salvaba y, casualidad, casi siempre incluía la cabellera rubia y los ojos deslumbrantes de Sophie.

Pero esa no era la razón por la que estaba allí, ni tenía tiempo de detenerse mucho en ello. La Cabeza de Puerco se encontraba a las afueras, pasado Zonko y la Oficina de Correos, por lo que pudo caminar unos minutos por la calle principal, renovando sus pulmones con el aire fresco de la montaña. Era un lugar agradable y pintoresco, donde los magos y brujas caminaban con sus atuendos libremente sin tener que pretender nada. El último bastión de Gran Bretaña lo llamaban algunos, y suponía que mientras Hogwarts siguiese existiendo en las inmediaciones, ningún muggle pondría un pie cerca de allí.

No tardó en divisar el letrero con su peculiar cabeza de puerco goteando sangre, y apostados en la puerta, dos magos charlando y fumando en pipas alargadas. Ahora sólo quedaba dar con la tal Beery.

 

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08/02/2019, 18:13
Nicholas Fawley

Mientras avanzaba cubierto por la capa, a Nicholas se le pasaba por la cabeza un pensamiento, cómo un mismo lugar podía tener asociados sentimientos tan contradictorios.

Cuando era niño, solía evitar las visitas a Hogsmeade. La mayor parte de las veces, prefería quedarse en el castillo, disfrutando de ese Hogwarts prácticamente vacío tan inusual. Era genial tener la sala común y el resto de instalaciones sólo para él. Sin embargo hoy, tal vez debido al reciente encuentro con Sophie, sentía cierta nostalgia de aquellos días. Se recordaba a si mismo parado frente los escaparates de Dervish y Banges, las visitas a Honeydukes con Sophie, o la vez que Daniel y él habían conseguido encantar unas bolas de nieve para que persiguieran a otros estudiantes... Había pasado buenos momentos allí, aunque generalmente se hubiera encontrado reticente a ir. 

Pero cuando vio a lo lejos el goteante letrero de La Cabeza de Puerco, enseguida su mente volvió a centrarse. No estaba en Hogsmeade para hacer turismo, ni podía estar perdiendo tiempo rememorando inútiles anécdotas del pasado. Venía a por Beery, y necesitaba todas sus facultades enfocadas en la tarea. Tal vez no estuviera en sus tiempos de gloria, pero un contrabandista seguía siendo un contrabandista, gente que estaba habituada a operar al margen de la ley sin ser detectados. Si Prewett tenía razón y Beery estaba intentando mantenerse tan lejos del Ministerio como fuera posible, tal vez no sería sencillo dar con ella, pero Nicholas se estaba cansando de dar vueltas. Y a Beery no le iba a gustar conocer al Nicholas enfadado. 

Lanzó una indisimulada mirada a los hombres que fumaban en la puerta, tratando de grabar sus caras en su memoria. Lo más posible es que sólo fueran dos parroquianos habituales pero, en sitios como este, era bueno extremar las precauciones y mantenerse alerta. La Cabeza de Puerco no era un antro como el Aullido de la Bruja, pero tenía claro que tampoco era el Kesston's Palace. Durante el curso escolar el pueblo estaba más vigilado, pero ahora la presencia allí de miembros del Departamento de Seguridad Mágica era ocasional, y siempre motivada por algún incidente. No era un mal lugar para que un delincuente tratara de ocultarse entre el resto de magos. 

Cruzó el umbral, quitándose la capa, y aprovechando para echar otra breve ojeada, esta vez a la concurrencia que se reunía allí, atento a posibles personas que resultaran extrañas o de una edad similar a la que debía aparentar Beery, si es que no había modificado su aspecto. Sin embargo, no quiso detenerse mucho en ello, para no llamar la atención más de lo debido. Dudaba de que la posada contara con encantamientos anti-aparición, y no podía permitirse que la mujer notase algo raro y desapareciese cuando estaba tan cerca. En lugar de tratar de identificarla por si mismo, prefirió recurrir al respeto que aún inspiraba su oficina, acercándose a la barra.  

- Soy Nicholas Fawley, de la oficina de aurores. Busco a Goretta Beery - comentó al camarero, tras esperar pacientemente a que acabara de atender al resto de la barra -  Sólo quiero hacerle algunas preguntas, no habrá ningún escándalo... - ...si colaboras. 

Esperaba que no fuese tan estúpido de no hacerlo. Nicholas no estaba dispuesto a irse de allí sin sus respuestas. 

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08/02/2019, 22:16
Narradora

Los magos que estaban apostados afuera lo miraron apenas unos segundos, deteniendo la conversación antes de decidir que, fuera quien fuese, no les interesaba, regresando a lo que estaban. La puerta se cerró con un quejido tras Nicholas, y enseguida se cercioró de que si estaba allí, no había dónde ocultarse. La Cabeza de Puerco era un lugar pequeño y lúgubre, con apenas ocho o nueve mesas esparcidas en una única planta y el suelo cubierto de serrín. El aire estaba cebado, como una habitación sin ventilar, y el olor a comida, bebida y madera vieja cubierta de polvo resultaba cargante. No le cupo duda de que seguro contaba con huecos escondidos donde ocultarse u ocultar algo más, pero a simple vista uno no podía esconderse salvo en las sombras. Había pocos parroquianos, y casi todos alzaron la vista para ver quién se pasaba por allí, de nuevo, sin detenerse demasiado en él o su pelo negro indomable. Tras unos segundos el suave rumor de las conversaciones volvió a coger fuerza acompañado por un triste y estridente acordeón que flotaba solo en una esquina.

De un vistazo rápido contó siete cabezas, tan sólo dos de ellas brujas. Una rondaba los treinta, de pelo rizado y cara redondeada, parecía practicar algún tipo de hechizo sobre la jarra. La otra por lo menos doblaba esa edad, llena de arrugas y vestida con una túnica negra. Esta última se encontraba en compañía de un mago que debía rondar la misma edad, encorvado y de nariz ganchuda, y tumbado en el suelo junto a ellos vio algo que le llamó la atención: un gato de piel grisácea, casi verde, y del tamaño de un mastín. Parecía uno de esos gatos egipcios pelados y de orejas puntiagudas pero en tamaño pantera. Parecía dormitar.

El camarero, un hombretón de buen tamaño con una densa barba blanca, leía El Profeta con los codos apostados sobre la barra. Creía recordar que su nombre era Abeforth, pero no estaba del todo seguro. El mago levantó sus diminutos ojos hacia él, casi molesto por haberlo interrumpido en su lectura. No dijo nada, tan sólo emitió un leve gruñido señalando hacia la mesa donde se encontraba el gato, regresando inmediatamente después a la lectura. Para ser el camarero tenía muy pocas ganas de vender.

Notas de juego

Percepción + Alerta, pls :)

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09/02/2019, 03:31
Nicholas Fawley
Sólo para el director

A Nicholas le sorprendió la indiferente ayuda que le prestó el posadero; ni una pregunta, ni una pizca de interés en su mirada. ¿Estaría harto de recibir visitas preguntando por ella? ¿O era simple indolencia?... No podía saberlo, pero en cualquier caso, no iba a quejarse. Asintió con la cabeza, y encaminó sus pasos hacía la mesa que le había indicado, fijándose en la extraña pareja y su peculiar "gato". No hacía falta ser un experto en criaturas mágicas para notar que no era un animal corriente. 

Como había confiado a Prewett, Nicholas no creía que Beery tuviera nada que ver en el asalto. Y que estuviera allí lo confirmaba en buena medida. Una bruja como ella se hubiera buscado un mejor refugio de estar implicada, seguro. Pero también estaba seguro de que debía conocer de la importancia o naturaleza del objeto robado, y quería escuchar esas explicaciones con sus propios oídos. Por eso había querido llegar hasta ella, y ahora necesitaba hacer las cosas bien. El caso estaba a punto de ponerse interesante de verdad. 

- Curioso animal. No se ven muchos como este en Gran Bretaña... - Comentó al acercarse, sin ningún cuidado de interrumpirles y dejando asomar una ligera sonrisa. Tal vez este tipo de acercamientos no fueran su fuerte; parecer simpático no era lo suyo. Nicholas hubiera preferido que sus órdenes fueran entrar allí, y detener a Beery y a todos los que estuvieran con ella. Eso hubiera sido sencillo. Y tal vez su juventud jugara en su contra, y no tuviera la apariencia o el nombre de otros miembros de la oficina de aurores, cuya presencia imponía respeto con sólo presentarse. Pero se sabía más inteligente que todos ellos. Y había aprendido de uno de los mejores en esto - Soy Nicholas, trabajo para el Ministerio de Magia - continuó tras unos segundos, tomando una silla y sentándose mientras hablaba, sin pedir permiso - Es bastante importante que le haga unas preguntas a la señora Geery, sobre algo que creo le interesará saber - Dejó pasear su mirada por ellos, pero trataba de mantener siempre al "gato" en su campo de visión - Me han dicho que podría encontrarla por aquí...

Casi podía oír la voz del idiota de William en su cabeza. Si creen que pueden engañarte, déjalos que lo crean. Cometerán un error, y podrás aprovecharlo. 

- Tiradas (1)
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09/02/2019, 06:25
Goretta Beery

El mago miró hacia él; ella se limitó a ladear la cabeza ligeramente tras escuchar su frase de presentación.

Lo cierto es que no. Es un *mauqut egipcio, de la familia de las esfinges —explicó Goretta con una sonrisa amable y también algo cansada. Tenía una voz grave y apagada, atrayente en cierto sentido—. Muy inteligentes.

Ninguno de los dos dijeron nada al verlo sentarse, pero Nicholas se dio cuenta enseguida de que el hombre lo observaba con un interrogante, seguramente preguntándose qué diablos hacía allí y con qué derecho se tomaba tantas libertades. Era un hombre robusto y redondeado, de mandíbula cuadrada como un bulldog, y con pelo blanco ya escaso. Goretta tampoco era una mujer pequeña exactamente, pero parecía que los años le habían pasado factura con severidad. Esta se limitó a alcanzar su vaso y beber lentamente en lo que él se acomodaba.

Cuando Nicholas reveló su nombre y a qué había venido, sin embargo, una incómoda tensión se asentó enseguida entre ellos. El mago miró a Goretta, y esta se tomó un momento de consideración antes de hablar.

Déjanos un momento, Elphias, por favor —pidió con calma, y su mano se extendió torpemente hasta alcanzar la del mago, dándole unas palmaditas suaves.

Elphias se lo pensó unos instantes antes de levantarse pesadamente.

Estaré en la barra.

Fue entonces, en lo que el ambiente se acomodaba tras su marcha, que Nicholas se dio cuenta. No resultaba del todo obvio, pero tras unos segundos se percató de un detalle importante. Los ojos de Goretta parecían totalmente normales, de un color oscuro que danzaba entre el gris y el marrón, e incluso era capaz de mirar de forma convincente en la dirección en la que estaba él. Sin embargo, había un cierto desenfoque, algo que no parecía del todo en su sitio... Beery era ciega.

La mujer sonrió de nuevo, una sonrisa temblorosa pero cordial. Entrelazó las manos sobre la mesa, quizás para mantenerlas quietas de esa manera.

Imagino que tendrá algo que ver con mi pasado, ¿no? —Suspiró con pesadez—. ¿Podría saber también tu apellido, Nicholas?

Nicholas también se dio cuenta de que, aunque no se había movido un ápice ni había abierto los ojos, el mauqut había comenzado a agitar la cola de un lado a otro.

Notas de juego

* ¡Yay! Primer bicho no-oficial que saco. Tenía ya unas ganas de esta escena... xD Aquí una imagen, para que te hagas una idea.