Partida Rol por web

Espacio extradimensional

Bosque de Tamar

Valle del Sarda.

    Como un guepardo que esconde sus presas en los árboles, el monje demostró su forma física subiendo al extraño hasta el escondite extradimensional.

Jess estaba acurrucada. Demasiado abatida para pensar en comida y el mago se limitó a advertir los peligros de sobrecargar el habitáculo. Jagga bajó sus orejas puntiagudas, se negó a abandonar a su salvadora y se quedó observando los extraños ritos de Shanshar.

El joven mago estaba absorto con el arcanábulo. El grueso tomo lo observaba con el mismo recelo que Shanshar tenía hacia él. El mago acababa de dispersar uno de los glifos, había sobrevivido a otro y se enfrentaba al tercero.

-Polimorfar funesto…En pez- Murmuró entrecerrando los ojos.

La maga asintió y acercó uno de sus odres de agua para evitar que Shanshar muriese asfixiado si cometía el más mínimo error al disipar el glifo.

-Deberías quitarte la ropa por si acaso- Sugirió Talitha en tono divertido.

Shanshar no se dignó a responder a la calavera y ejecutó la disipación del glifo.

Las arrugas del libro se transformaron en bocas que se abrían y cerraban como truchas fuera del agua. Shanshar negó con la cabeza, convencido de haber realizado los signos precisos pero entonces sus manos se palmearon como las de un pato y después se redujeron hasta quedar transformadas en aletas. Trató de ejecutar una nueva dispersión, pero el shock le impidió hacerlo con precisión y al instante se vio enterrado en sus propias ropas incapaz de respirar.

Unas ágiles manos los atraparon y lanzaron al pequeño odre en el que apenas cabía.

Shanshar miró hacia arriba y vio las cabezas de sus compañeros apelotonadas sobre el odre, observándolo con una mezcla de asombro e incredulidad. Todos movían los labios a la vez, pero el sonido no llegaba de forma coherente bajo al agua.

Dámasor se ofreció a “hablar en pez” a Shanshar, pero la maga roja aclaró que ese no era el problema y que ella lo arreglaría al día siguiente. Mientras tanto lo intentaría con el mismo capítulo.

Nerisnath rogó silencio a su calavera mágica y disipó el glifo con una orden arcana, acompañada de los gráciles movimientos de sus manos. Al comprobar que no se había desatado ninguna maldición todos respiraron de nuevo.

-No me arriesgaré más hasta devolver a Shanshar a su forma humana o podríamos quedarnos sin magos para arreglar este desastre- Explicó la mujer mirando el odre con lástima.

La maga se ajustó su monóculo mágico y dedicó el resto de ese día y el siguiente a terminar el trabajo de Shanshar, descifrando las notaciones arcanas del libro. Cuando acabó, polimorfó de nuevo a su compañero a su forma humana y leyó los siguientes tres capítulos a todos en lengua común:

* * *

Arcanábulo de Corvinus

  Marca Sexta:

Las notaciones del maestro Corvinus Heliodon son particularmente enrevesadas, pero salta a primera vista que la cara principal de las hojas es una caligrafía minuciosa y pausada mientras que en la cara posterior son notas rápidas, como si hubieran reaprovechado el espacio en blanco. A medida que se descifra el lenguaje de runas, queda claro que la cara principal es una continuación del capítulo 2. Se amplían las listas de elementos alquímicos y sus propiedades, así como algunos trucos para reconocer pociones usando el olfato.

La cara posterior es una receta para la elaboración de un ungüento llamado: Noche líquida

Corvinus añadió unos comentarios en la parte posterior de la hoja:

La señorita Lustmord es una mente aventajada también en el campo de la alquimia. La adición de flores lunares mejora enormemente los resultados de este compuesto. No debería de sorprenderme por tratarse de una elfa lunar. No quiero desalentar a una alumna tan encantadora, pero la relación de este ungüento con el sol no tiene utilidad alguna y se desvía de mi línea de investigación principal.

Un poco más abajo, escrito de forma aún más apresurada hay otro texto escrito con tinta aguada:

¡Morrigan es una vampira! ¿¡Cómo ha podido engañar al mago más poderoso desde Bigby?! Debo poner mis investigaciones a salvo de esa bruja maquiavélica. Bajaré hasta Tamar. Es un pueblo de catetos supersticiosos, pero en la posada siempre me han tratado bien. Isabella haría cualquier cosa por mí. Esconderé allí mis cosas. No me preocupa que su marido descubra mi arcanábulo. No sabría ni de qué se trata. Si le digo que es un libro de recetas seguro que se lo cree. Mi difunto cuervo era más listo que él…Espera ,¡Eso me da una idea!.

  Marca Séptima:

El capítulo está dedicado a los Planos. De nuevo, al final de la hoja, Corvinus añadió unas notas personales sin fecha:

¿Porqué el interés de esta joven por los planos abismales?. ¿Y cómo una alumna tan brillante puede creer que existe una conexión física entre ese plano y el nuestro? Si esa infraoscuridad existe…Cosa que no afirmo ni desmiento, debe ser sólo una continuación subterránea de este mundo.

Mi querida alumna insiste en que existe una sima bajo la montaña que lleva a un lugar todavía más increíble que esa Infraoscuridad. Mi madre, Pelor la tenga en su gloria, me contaba ese cuento de pequeño: “La raja del culo del gigante” de la que salían llamas cuando los dioses se enfadaban. Pobre mujer…Cuanto la echo de menos.

Posteriormente, Corvinus transcribe varias notas de otros libros de su biblioteca sobre el plano abismal. La información no está ordenada, pero aporta una descripción de algunos lugares reseñables del abismo, así como de las criaturas que lo habitan: Babaus, kócrachones, súcubos y otros diablos al servicio de un terrible señor demoníaco con una interminable lista de nombres y títulos. Los textos son tratados como simple mitología como si Corvinus no creyese nada de lo anterior y pasan abruptamente a estudiar la cosmología y el plano Astral de forma más ordenada y minuciosa.

. . .

Marca octava:

No estoy seguro de que haya funcionado, pero ya está hecho. Morrigan me hechizó convirtiéndome en su familiar y ahora yo he hecho lo mismo con ese Infeliz de Tergrar. ¡Que Pelor me perdone!. No es el bobo que creía, sino un gran aventurero que ha renunciado a todo por cuidar de Isabella.

Morrigan me encontrará y seré su esclavo el resto de mis días. Si eso ocurriera, ruego al Radiante que me ayude a contactar mentalmente con ese buen hombre para que el mundo sepa de mi desgracia, pero temo que pierda la cordura cuando oiga mi voz dentro de su cabeza. He subestimado las fuerzas de la oscuridad que se ciernen sobre este valle.

Lord Lustmord está vinculado con lady Morrigan. Ésta a su vez conmigo y yo con Tergrar. Un mago no debería pedir tanto a un hombre común, pero mi labor es tan importante... No puedo resignarme a este fin. Los dioses lo entenderán.

Pensaba que la presencia de Inés servía a algún propósito. Creía que estaba aquí para ayudarnos a convencer a ese tal Corvinus de que tenía que ayudarnos a curar a Elyzabeth pero ahora que su hija ha sido secuestrada por un demonio, la mujer parece haber perdido la fe en recuperarla y regresa al pueblo. Me apena que así sea, sobretodo porque la pequeña Jessy todavía la necesita y también porque el buen Nalfeim se ofrece a acompañarla para que la mujer llegue sana y salva. Dos pérdidas lamentables, sin duda.

Por fortuna, Naerish y el joven mago anónimo nos ofrecen una fabulosa demostración de su talento arcano, obligando al libro encantado a revelarnos sus secretos. Que uno de ellos termine convertido en pez resulta un efecto secundario de lo más pintoresco pero nadie parece preocuparse por ello así que yo decido confiar en aquellos que son más expertos que yo en el asunto.

El contenido del diario me inquieta incluso a mí, que no soy un hombre dado a alarmarse. Me cuesta seguir la cadena de vínculos pero, de algún modo, buena parte de los involucrados parecen estar conectados con un tal Lord Lusmond, sea quien sea. ¿Tal vez un noble local? No dudo en preguntar a mis compañeros si están familiarizados con ese nombre, mientras yo procuro por mi parte hacer memoria también.

En esta clase de situaciones me siento un poco inútil. No hay mucho que pueda hacer para aliviar el mal que aflige a Jessy y tampoco puedo colaborar con mis pobres conocimientos en el delicado trabajo de los magos. Me gustaría seguir adelante y llegar hasta el santuario de Corvinus sin más demora pero no parece que mis compañeros estén muy por la labor.

Había pasado apática todo el proceso de descifrado, de espaldas a los demás. Se había perdido la transformación del Guapo Shanshar en pez, y no había mostrado mayor interés que una mirada furtiva. Pero Jess sí vió cómo Nerisnath convertía al pececillo de nuevo en un hombre atractivo. Y con un hombre atractivo, Jess podía hablar. Puede que antes de transformarse en vampiro se viese obligada a desviar la mirada, para no dejarse llevar por el nerviosismo, pero a día de hoy había perdido esa vergüenza. Al igual que Ely, Jess también empezaba a sentir desapego por la realidad.

¿Qué se siente durante la transformación, Shanshar?-la bailarina bajó los ojos hacia su propia mano-Algún día, mis manos se transformarán en alas, y volaré muy alto...

También encontró un momento para dedicarle unas palabras a Jagga.

Tú trabajaste en las minas, Jagga. ¿Conoces alguna grieta que escupa fuego?

El comentario parecía querer reorientar el viaje hacia las profundidades. No era solo que tratase de alejarse de la luz... También buscaba un modo de volver a estar cerca de Ely.

   La orco aún le costaba creer que los libros hablasen por boca de nadie, pero en los últimos días su mundo se había expandido de forma inquietante. Cuando Jess dejó de darla la espalda, se sintió mucho más animada a hablar.

Tú trabajaste en las minas, Jagga. ¿Conoces alguna grieta que escupa fuego?

-Muchu, muchu fuegu y peztez.- asintió sin dudarlo- Sîglü vivía juzto enzima antez de antez- Dijo refiriéndose hasta donde recordaba la piel verde. – Yu conocer mum pocu también- Dijo sacando pecho. -Yu evitar trampaz y prezentarte miz primuz. –

 Jagga se rascó la cicatriz de la cara y se lo pensó: -…Mejur pazar de puntillaz y no prezentar-

La minera describió un poblado orco excavado en las paredes entorno a una profunda sima, cuyo fondo a veces “tronaba” y se iluminaba con un lejano fulgor rojizo.

Aun a riesgo de sobrecargar el espacio interdimensional, Naja Naja se quedó para escuchar. Era todo oídos. Aún no se había mutilados los cartílagos que conformaban las orejas. Quizá lo tuviera que hacer a la vuelta de esta misión, siempre que regresara al templo con éxito. Los estudios de los magos del arcanábulo le resultaron soporíferos pero, aún así, el monje aguantaba estoico. Estaba acostumbrado a soportar el sufrimiento y ser paciente. Lo que no esperaba era la transformación de Shanshar en pez. Hasta trastabilló un poco hacia atrás, desmontado toda aquella fachada tan seria de estatua humana.

- ¿También podeish transformarme en sherpiente?- Dijo en un momento más tranquilo a Nerishnath, al ver que poseía el don de invertir poderoso hechizo. A Naja Naja le parecía maravilloso, obsesionado como estaba a la fuerza por su aspecto ofídico, por adoptar una forma lo más próxima a la Sarpa Rajnï. Pronto desechó esa idea pues estaba seguro que los atajos no estaban permitidos en su camino. Debía sufrir para llegar para aprender.

Así que el monje subía y bajaba, vigilaba un rato y atendía a los descubrimientos que los magos hacían, todos muy útiles a su juicio.

- Lord Lushtmord...- Repitió.- Eshe esh el que tiene a Ely.-Para Naja Naja su objetivo estaba claro. El mago Corvinus habí sido embaucado por la vampiresa Mórrigan pero, en el último momento, había logrado descubrir sus intenciones ocultas y avisado a Tergrar. Ahora Tergrar estaba muerto.- ¿Vamos a bushcar a Corvinush o a ir directamente a por eshe monshtuo?- No le gustaba dar rodeos pero encontrar a Corvinus podría darles mucha información, entre otras cosas sobre la entrada a ese inframundo, aunque Siglu parecía saber donde estaba situada. Además les daría más tiempo a los magos a desentrañar el diario. El problema era que cuanto más tiempo pasara más sufriría Jess en su estado. Las "cantimploras" estirges no darían para mucho y, la otra opción, alimentarse del pobre desgraciado ese, suponía un gran dilema moral y un engorro. El monje aflojó la correa de cuero que sujetaba el bastón de Mugarius a su espalda.-  Yo eshtoy preparado. Shi pensháis que shería útil comunicarshe con Tegrar eshtoy dishpueshto a hacerlo. 

Nada alarmante había surgido de la irrupción del humano "ido". Al final el peor parado había sido él mismo, pues las estirges aprovecharon su estado para cebarse en él. Naja Naja consiguió traerlo con vida y allí estábamos protegiendo a nuestros compañeros y a un extraño.

Su compañero hizo un comentario sobre dar de comer a Jess aquellos mosquitos gigentes, y a Fornund, en cierta medida, no le parecía mal, ahora bien, en cuanto mencionó aquello de darle al prisionero, el enano paladín miró a Naja Naja y ladeó ligeramente la cabeza... - ¿Estás de broma, verdad? - le preguntó.  - Espero que sea así. - pensó, sin añadir nada más.

No le gustaba el cáriz que estaba cogiendo el asunto. Siguió vigilando a su alrededor, y ahora, con el tiempo que tenía para instruir a Siglû, se permitió hacerlo, así que de nuevo, le dio una clase de religión, indicando otras vez los porqués, cómos, etc... A fuerza de repertir, la haría entender, unque pasaron un rato también enfocado al combate, má bien entrenamiento de la nueva recluta.

Fornund no cotilleó como Naja Naja, pero sí le pidió que le contara todo.

Alli pasaban muchas cosas extrañas, vínculos sobre vínculos sobre vínculos...la idea le mareaba y pensaba que sería mejor si Corvinus no hubiera intentando ser tan poderoso.

- No sé que será mejor, si ir a por Corvinus o ir a rescatar a Ely, la verdad. Explicadme qué está pasando y tomaremos una decisión. - dijo al resto.

Deseaba poder hablar con La Gran Jess, pero le estaba costando algo más de lo normal, pues el impacto de la bronca les había dejado la boca amarga a ambos. Ella permanecía dentro del espacio dimensional, y él hizo, implacablemente la guardia fuera.

    El sol seguía dando vueltas sobre el horizonte sin llegar a ocultarse como ocurría en las zonas más septentrionales del continente durante el verano. Sin embargo, Jess supo en lo más hondo de sí, que había transcurrido al menos un día desde que Nalfeim le había brindado su generoso sacrificio. La joven notaba la boca seca y mostraba cada vez más interés en sus compañeros del refugio, a los que no podía dejar de mirar fijamente. La bailarina se agarraba el estómago con cara de hambrienta, mientras miraba las estigres con escepticismo.

   Naja trató de nuevo de entabla conversación con Shanshar, pero el mago parecía cada vez más obsesionado con los poderes que aún guardaba el arcanábulo.

Al tomar el bastón en sus manos y al sentir el poder del artefacto, se le puso la piel de gallina. Pero el monje solo pensaba en Ely; lo ajustó a su espalda y trató de coordinar a sus compañeros para ir en su búsqueda.

   Shanshar estaba más interesado en el poderoso tomo y con todas las precauciones imaginables, odres de agua incluidos, continuó estudiando el arcanábulo. Identificó los siguientes tres glifos custodios: De la carne a la piedra, Glifo explosivo y un extraño conjuro de desplazamiento que no pudo concretar. Nerisnath se abalanzó para estudiar las runas y con cuidado de no liberar su poder, susurró: “puerta dimensional” y “alterar el propio aspecto”. Fuera lo que fuese ese último glifo, era algo endiabladamente elaborado. La pareja de magos se tomó una pausa para decidir cómo actuar.

    Entretanto Nalfeim regresó de Tamar. Con Isabella a salvo quiso descansar unos momentos, pero no pudo evitar preguntar por el hombre tendido en el suelo

-Parece uno de los matones de Mugarius. Las estigres lo han dejado seco…o casi- Murmuró tomándole el pulso, casi inexistente.

El viejo clérigo se dejó caer en un rincón del espacio extradimensional y señaló el odre del suelo:

-¿Puedo beberme eso o habéis empezado a orinar aquí dentro?-

Tras recuperar el aliento preguntó por el curso a tomar. Miró las estigres que zumbaban al otro lado de la ventana y relató lo callado que estaba el bosque desde que apareciesen aquellos bichos. Finalmente leyó las transcripciones del libro, miró a Jess y se pudo a disposición de sus compañeros para cualquier plan que tuvieran, por descabellado que pareciese.

Yo no soy más que un pobre viejo y si con mi cuerpo decrépito puedo preservar la lozanía y juventud de la pequeña Jessy, ese es un sacrificio que estoy bien dispuesto a realizar.

Que Ilmáter me proteja.

Pido un cuchillo a mis compañeros, que vienen mucho mejor preparados que yo mismo, y también algún recipiente donde derramar mi sangre. Uso el instrumento proporcionado para infligirme un largo y profundo corte en el brazo izquierdo, que va desde la mitad de mi antebrazo hasta la muñeca. La sangre corre copiosa por la extremidad y gotea incesantemente sobre el improvisado cáliz.

Cuando noto que comienzo a marearme y que ni siquiera mi bastón me ayuda ya a mantenerme en pie, ruego a Ilmáter que detenga la hemorragia y me dejo caer en el suelo de la habitación extradimensional con cuidado de no derramar el preciado sustento de la encantadora muchacha.

—Bebe, que... querida, esto te ayudará a re-re-resistir —le aseguro, señalando con una mano temblorosa el recipiente.

Esto le dará algo de tiempo para seguir resistiendo la sed y no abalanzarse sobre los ocupados magos. Ellos son los que saben lo que es mejor para nosotros, aunque no sé durante cuánto tiempo mi débil cuerpo podrá seguir aguantando semejantes sacrificios.

El mago seguía absorto en el libro, no es que no escuchase a los demás en los momentos que su recargada mente necesitaba descansar, simplemente las hipótesis de las fórmulas arcanas necesarias para desentrañar todo seguían brillando con fuerza en su mente en abstracciones n-dimensionales cada vez más complejas.

No obstante en los momentos de descanso intentó dar conversación a sus compañeros, especialmente respuestas, todos querían respuestas.

¿Qué se siente durante la transformación, Shanshar?-la bailarina bajó los ojos hacia su propia mano-Algún día, mis manos se transformarán en alas, y volaré muy alto...

No ha sido muy agradable que digamos, ese conjuro convierte tu mente junto al cuerpo, es poderoso ya que incapacita el uso de conjuros para recuperar la forma original... - espera, eso no es lo que quiere escuchar. Pero en realidad... mi magia no es suficiente para transformar a un no-muerto en vivo, ni tan siquiera temporalmente- en vez de eso miró a la joven a los ojos y dijo -hay cambios buenos y cambios no deseados, encontraré la forma de deshacer aquellos que no queremos, entonces podremos adoptar la forma de halcones y surcar el aire inobservados- ¿no es más fácil un hechizo de vuelo...? Pero no, no es lo que ella necesita, creo...- a pesar de su inteligencia y su carisma, Shanshar no derrochaba empatía y se encontraba visiblemente perdido a la hora de animar a Jess.

 - ¿También podeish transformarme en sherpiente?- Dijo en un momento más tranquilo a Nerishnath, al ver que poseía el don de invertir poderoso hechizo. A Naja Naja le parecía maravilloso, obsesionado como estaba a la fuerza por su aspecto ofídico, por adoptar una forma lo más próxima a la Sarpa Rajnï. Pronto desechó esa idea pues estaba seguro que los atajos no estaban permitidos en su camino. Debía sufrir para llegar para aprender.

Asiente, eso si que era sencillo, demasiado incluso -puedo transformarte en la génesis mágica de las serpientes en caso de necesidad. Fue el conjuro que usé en Dámasor- el día que reconociese como santo a alguien lloverían libros de conjuro del cielo, aún de la mismísima Mystra. Lo único a reconocer eran los Elegidos y el Magister y tenían poco de santos-algo útil en caso de que nos encontremos en batalla. Si no eres quisquilloso una víbora de unos... veinte metros de largo, o un cocodrilo gigante son posibilidades. No obstante dada tu forma de pelear... un ent sería mejor opción... - se acaricia la barbilla pensativo antes de añadir - lo mejor en combate sería que si te cambio de forma confíes en que he pensado en la mejor opción, no obstante... si cometo una equivocación puedes volver a tu forma original con tan sólo concentrarte en ti mismo y en como deberías ser normalmente, eso deshará el hechizo.

   El monje aflojó la correa de cuero que sujetaba el bastón de Mugarius a su espalda.-  Yo eshtoy preparado. Shi pensháis que shería útil comunicarshe con Tegrar eshtoy dishpueshto a hacerlo. 

Podríamos hacerlo de noche, muchos de nosotros no necesitamos dormir apenas y de esa forma no gastaríamos tiempo de estudio del libro - y es que había prioridades y PRIORIDADES en la mente de Shanshar. Eso y la firme creencia de que en el libro se encontraba la clave para salvar a Ely, a Jess y para deshacer el cambio del sol.

Al día siguiente con el estudio quedó claro el curso a seguir, el glifo de carne a la piedra era obligatorio dispersarlo, pero el de las runas explosivas podía abrirse por la fuerza salvando varios valiosos dispersar magia. El problema era el último, la única incógnita. Puerta dimensional exigía visión del punto al que querías enviar a alguien, mezclado con alterar el propio aspecto parecía pensado para encerrar a alguien en un sitio donde no pudiese defenderse... pero quizá... ¡quizá Nalfeim tenía la solución. El mago se acercó a él antes de que rezase y le dijo -¿puedes evitar que me teleporte de ser necesario? Con eso el glifo podrá convertirme en goblin o algo que necesita agua o algo parecido, pero no deberíamos tener problema para solucionar eso. Si de verdad se trata de una forma mortal Nerisnath puede polimorfarme a una mas apropiada para la vida, como la mía propia.

Parecía un buen plan y con eso sólo un glifo debía ser dispersado, por lo que quizá... mejor dejar el quizá a cuando hubiese descifrado estos tres.

El paladín permanecía pacientemente de guardia, dando algún bocado que otro y bebiendo cuando era necesario. El monje no le había contestado a su pregunta, pero Fornund decidió que era mejor dejar pasarlo por el momento, ya actuaría cuando tocara - No tengo muy claro si estamos haciendo lo correcto. Parece lógico pensar que, si las soluciones de todos nuestros problemas están dentro de ése libro, busquemos a su autor. Él nos las resolvería más rápidamente. -

Conforme pasaba el tiempo, y a pesar de que parte de dicho tiempo lo empleaba adoctrinando a Siglu, él estaba más incómodo, no sabía qué le pasaría a Jess, pero lo que estaba claro es que habían perdido a la hija de Tergrar, Ely, y no se estaban moviendo para rescatarla.

- Si vais a tardar mucho más, lo mejor es que busquemos a Corvinus y nos lleve a donde está Ely. Al fin y al cabo, si Corvinus es "esclavo" de Morrigan, y Morrigan del Demonio Lord Lustmort...es lógico pensar que sabrá dónde está dicho demonio y cómo llegar, ¿no? - preguntó.

A saber qué tipo de maldades estarían practicando con la muchacha.

Mediodía

Bosque de Tamar

Valle del Sarda.

  -¿Entonzez Moradin nu ez orcu ni tiene la piel verde?- insistió Sîglü, decepcionada por las revelaciones de su nuevo mentor.

-Zerá morau…de ahí el nombre- Dedujo ella sola.

Fornund lo intentó mejor con el entrenamiento de combate. Mientras permaneciesen cerca del aura del santo, las estigres los dejaban entrenar al aire libre, e incluso servían de blanco móvil para mejorar la agilidad de la minera. Muy limitada por su sobrepeso.

En mitad de una de aquellas sesiones escucharon unos bufidos feroces. Temiendo que fuera un tigre de las montañas, Fornund hizo una señal a sus compañeros del refugio y se acercó con cautela. Los terribles aullidos venían de un pequeño hueco bajo las raíces de un árbol y resultaron ser de un simple gato. Al espantar los insectos que lo acosaban, descubrió que se trataba de Nero, el gato de Tergrar. Sorprendido de encontrarlo tan lejos de la posada, lo puso a salvo en el refugio. Al subirlo, el gato se puso a lamer al desconocido. El hombre siguía inconsciente y tras lanzar varios maullidos lastimeros, se giró hacia Dámasor y maulló al ilmaterino sin separarse del hombre tendido.

.

-¡Bigotes y sardinas! ¡Tergrar está ahí dentro!-

Dámasor trató de que el gato fuera más concreto y le explicase de qué hablaba.

El felino olisqueó las ropas del santo para asegurarse de que era el mismo humano con el que había hablado en la posada y continuó:

-Tergrar atravesaba paredes y cosas hasta que se metió en el cuerpo de este humano. Entonces todos podían volver a verlo. El los llevó al bosque, lejos del establo donde se escondía su hija. Allí los despistó, pero siguen buscándolo. Son malos y peligrosos como el retaquito al que llamabais Mugarius.- Nero se volvió para lamer la nariz del hombre inconsciente y volvió a insistir: -Es el, es Tergrar, ¡tenéis que ayudarme a despertarle!-

No conocía demasiado al misterioso mago pero lo poco que había visto le gustaba. Si creía que transformado en ent iba a ayudar más al grupo, que así fuera. Esperaba que no le tomara el pelo. Si al convertirlo en pez no mantenía su mente ni sus poderes, ¿conservaría él su técnica al convertirse en lo que el mago desease? Pero todas esos pensamientos quedaron atrás cuando apareció Fornund con el gato de Tergrar. Su extraño comportamiento llamó la atención de Naja Naja, que abrió los ojos como platos.

- ¿Creeish que...que Tergrar eshtá ahí dentro?- Eso descartaba al seguidor de Mugarius de ser la comida de Jess.- Shanshar, hagámoshlo eshta noche.- Dijo con una firme determinación. Tenían que darse prisa. Al igual que el paladín de Moradín estaba de acuerdo con que, encontrando a Corvinus, no haría falta tanto trabajo para descifrar esos malditos glifos.

Medio desmayado a causa de la pérdida de sangre, creo ver al negro gato de la posada plantado frente a mí y hablándome de nuevo. ¿De dónde demonios ha salido? ¿Está ahí realmente o mi cabeza me está jugando una mala pasada?

—¿E-eres de verdad? —le pregunto, mientras me pierdo en la profundida de sus brillantes ojos—. ¿De qué hu-humano me..? ¡Ah, ya veo... ese hu-hu-humano!

Lo cierto es que tampoco sé de dónde ha salido ese tipo desmadejado que está ahí tirado en el suelo de la habitación extradimensional. ¿Lo trajo el hombre-serpiente? Todo está bastante confuso y la cabeza me da vueltas. ¿De verdad estamos en lo alto de una cuerda?

Las palabras del felino, que no maullidos, retumban en mi cabeza en lo que parece ser una cháchara con más sentido para él que para mí. Me habla de Tergrar atravesando paredes, de un bosque, de un establo, de su hija (¿de cuál de las dos?), del pobre Vold Mugarius...

—¿Ese es Tergrar? —pregunto finalmente al minino, no del todo seguro de haber entendido lo que me está diciendo.

Sin esperar una respuesta, gateo por el suelo hacia el desconocido, pues temo que me caeré si intento ponerme de pie. Estoy bastante seguro de que no he visto a este hombre en mi vida y de que no se me parece en nada a mi difunto y viejo amigo, pero eso no significa que vaya a dejar que se muera si puedo hacer algo para salvarlo.

Le impongo las manos sobre el pecho y elevo una silenciosa plegaria a mi dios. Cuando te rinde culto un tartaja, hasta los dioses agradecen que lo haga en silencio.

¡Sssssh! ¡SSSSSH!-trató sin éxito Jess de espantar al gato para que se alejase del sirviente de Mugarius-Jo...

Jess había visto al Gran Tergrar poseer ese cuerpo junto a la posada. Se había guardado el secreto, porque ya casi tenía convencidos a todos de ir a las cuevas (o eso se pensaba ella), y no quería una nueva voz discordante que removiera el debate y propusiese nuevos rumbos de acción.

Frustrada, se volvió al rincón con el "coso ese" en el que el Padre Dámasor había derramado su sangre. Lo abrazó con ternura, como si el cazo fuese un hijo, y jugó tratando de encontrar sin éxito su reflejo en la superficie de la sangre. Después de haber bebido de la sangre de otro hombre santo como el Gran Nalfeim, había aprendido que debía dejarlo reposar para que no supiese tanto a santurronería y bondad. Era como si la sangre pura recién extraída directa e inmediatamente de un sacerdote tuviese un sabor demasiado picante, como si quemase en la lengua.

Ya se notaba que Jess se estaba volviendo diabólica: decía mentirijillas, ocultaba información a sus amigos y ni siquiera daba las gracias cuando le ofrecían sangre fresca. En la escalada de maldad, el siguiente paso sería aguar el vino y venderlo a precio de añejo. No hay nada más perverso que eso. No por lo menos en Villaviña.

Bebió de la sangre de Dámasor chuperreteando la sangre del bordillo, y una parte de sus heridas sanaron. Jess ya estaba deseando que le llegase el turno al Guapo Shanshar de abrirse las venas para ella. Esa sí era una sangre que quería beberse.

Naja Naja permanecía cruzado de brazos, a la espera de que decidieran si probar el bastón de Mugarius esa misma noche. Sin embargo, su cabeza aba vueltas al tema. Si ese seguidor del inquisidor tenía dentro de su cuerpo el espíritu de su viejo amigo, ¿cómo había podido suceder?

- ¿Y shi Mugariush ushó ya el bashtón para que Tergrar posheyera a uno de shus acólitosh y...bueno, eshte esh el reshultado. Esho explicaría también que shupiera ciertsash coshas. O Tergrar she lash arreglara, de alguna manera, para hacerlo por shu cuenta.- El viejo guerrero ya había sorprendido a más de uno. Por ejemplo a Corvinus, quien nunca creyó que fuera capaz de usar su libro más que de libro de recetas. Antes de saber si iba a donar su cuerpo a la causa esperó a ver el resultado de los cuidados del Padre Dámasor sobre el cuerpo allí tendido.

Las exasperantes evoluciones de Siglu le machacaban la paciencia, pero Fornund era como una piedra, incombustible, duro como las roca, cabezón como él sólo. - No, levanta más el escudo, la parte izquierda un paso adelante, y esconde tu arma detrás, que el enemigo no la vea, así no sabrá por dónde viene tu siguiente ataque. - instruía a la Orca. Estaba gorda y fofa, pero con un duro entrenamiento eso cambiaría. Sólo hacía falta ser constantes.

Pero una criatura llamó su atención, y resultó ser un gato. Cuando lo acercó al resto, el gato se puso a maullar y lamer al desconocido, para luego plantarse delante del Santo y maullarle con desespero. Calló y escuchó al resto, y coincidió en su sorpresa ante las sospechas de Naja-Naja de que Tergrar estuviera allí dentro. - Demasiadas incógnitas, debemos empezar a resolverlas, pues parece que estén jugando con nosotros - pensó.

Jess se escondía de él, alejándose con la sangre recién donada por el Ilmaterino para su sustento. Aquello no gustaba nada a Fornund, pero prefirió callar y esperar. Para bien o para mal, al final todo hallaría su camino.

Mediodía

Espacio extradimensional

Bosque de Tamar, Valle del Sarda.

-Ya te dije que no quiero volver a arriesgarme con ese libro- Rezongó Nalfeim. Pero Shanshar insistió que el clérigo le ayudase a dispersar un glifo.

-Creo que deberíamos ir en busca de Ely y dejar el arcanábulo con su dueño- Respondió sacudiendo la cabeza, pero el joven mago se mostró decidido a desvelar los secretos del tomo antes de desprenderse de él.

El viejo clérigo acabó cediendo. Inspiró profundamente y comenzó a ejecutar la dispersión del glifo custodio. A cada salmo se imaginaba sus brazos transformándose en piedra, hasta que su corazón se detuviese y su cuerpo se hiciese añicos al caer transformado en una perfecta estatua. Pero el veterano sacerdote recitó cada palabra con una perfecta entonación y al concluir, las runas cuasi-invisibles se desvanecieron del papel.

-Te juro que este ha sido el último para mí, Shanshar. Aunque tuviera más conjuros no lanzaría ni uno más- Aseguró Nalfeim cerrándose en banda.

Shanshar tomó el relevo satisfecho. El mago se había tatuado esa misma mañana una serie de runas que le ayudarían a esquivar el glifo explosivo en el remoto caso de que volviese a cometer un error. El monje observaba los dibujos corporales con sumo interés. El santo, por su parte, seguía entretenido con el inoportuno gato mientras el misterioso caminante volvía en si.

Shanshar recorrió cada una de las páginas y comenzó a recitar las palabras que harían desaparecer la trampa mágica oculta en ellas. En mitad del conjuro escuchó Dámasor maullar de forma entrecortada y no pudo evitar pensar: -¿Tartamudea en gatuno?¿…En serio?- La distracción le hizo tartamudear a el mismo, arruinando su conjuro de forma fatal. El libro emitió una fugaz vibración y se produjo una brutal deflagración que le alcanzó de lleno. El estruendo retumbó como un trueno y el fogonazo iluminó todo el espacio extradimensional. Un instante después este colapsaba y todos sus ocupantes se precipitaron al suelo del bosque desde las alturas.

-¿Quiénes sois? ¿Como he llegado aquí?- Gruñó el fanático poniéndose en pie el primero. Su voz era áspera y despiadada. Nero, que había caído a su lado, le bufó y se refugió tras el ilmaterino.

Jess sintió un dolor abrasador en su piel expuesta al sol. La joven despedía humo como si saliese de una sauna, pero su agonía era indescriptible. Sus ojos se inyectaron en un naranja intenso y sus colmillos crecieron de golpe.

El fanático encontró su hacha de mano tirada en el suelo y se la lanzó a la vampira sin dudarlo.

El arma describió una trayectoria perfecta hacia la cabeza de la espadachina pero en el último instante los guanteletes de la joven tomaron vida propia y lo desviaron de un manotazo.

-¡AAH!¡HIJA DE BELCEBÚ!¡BRUJA IMPIA!- Gritó el hombre espantado. Se topó entonces con Naja Naja quien se quitaba algo pegado en su cara. El fanático reconoció el bastón de Mugarius al momento y recogió una piedra para atacar al monje tatuado. Naja se puso en pie con una acrobacia, pero antes de que pudiese contraatacar algo se adueñó de la voluntad del fanático. Su cara volvió a distorsionarse como si sufriese una hemiplegia. La piedra cayó de sus manos y gorgoteó unas palabras apenas comprensibles:

-Sss-soy Tergrar, Sss-soy T-Tergrar- Repitió. Su voz era áspera como antes, pero el tono era diferente. Como si el viejo aventurero les hablase desde el fondo de un profundo pozo.

-T-Te veo perfectam-mente vi-viejo amigo- Señaló al santo. -Y al jo-joven Shanshar- Añadió señalando al aire sobre uno girón de ropa ensangrentado. -Pe-pero no ve-veo a Ric ni-ni a Sandor…Ni a Jess- Dijo apesadumbrado. Tergrar, o el cuerpo que poseía en ese momento se acercó a trompicones hasta Fornund. Abrió los ojos como platos y apoyando sus manos en los hombros del paladín le rogó: -Te-tenéis que ayudar a Ely. La-la están hacie-endo daño…Os lo suplico- Dijo cerrando los ojos anegados de lágrimas. Se dejó caer de rodillas y se abrazó a si mismo: -N-no puedo contro-olar éste cu-cuerpo…Sse resiste to-todo el rato-