Partida Rol por web

Tengo sed

3.- "Mi verdadero tu"

Cargando editor
26/09/2017, 16:21
San Dámasor el Ilmaterino

Todavía algo mareado por el donativo de sangre, me encuentro atendiendo las heridas del desconocido guardia pelorita cuando de pronto una terrible explosión me ensordece y el espacio extradimensional colapsa sobre sí mismo. Trato de aferrarme a algo pero no veo más que cuerpos que se precipitan al vacío.

Mi espalda impacta contra el suelo y durante un momento me quedo allí tendido, incapaz de moverme y con un molesto zumbido en los oídos. En algún lugar muy, muy lejano escucho los gritos de una mujer pero no sé de dónde vienen.

—¿Qué ha...? —intento preguntar a nadie en particular, pero me resulta imposible seguir articulando la frase porque ni siquiera me escucho a mí mismo.

Trabajosamente, consigo darme la vuelta como una tortuga que ha quedado tendida panzarriba y utilizo mis brazos para ayudarme a incorporarme de nuevo. Busco con la mirada mi bastón pero no lo encuentro. Lo que sí encuentro son los restos mutilados de alguien. No consigo reconocerle y, aunque trato de recomponerle, rápidamente me doy cuenta de que se encuentra en un estado tal que no hay nada que yo pueda hacer por ayudarle.

Suspiro aliviado al ver al valiente Tormund con vida y también a Naerish. El ágil hombre-serpiente parece indemne, como si hubiera caído de pie igual que el gato parlante.

«¿Las serpientes siempre caen de pie? —me pregunto sesudamente— Pero si no tienen pies...»

También el bueno de Nalfeim está vivo. ¡Alabado sea Ilmáter! Y el pelorita parece estar mejor que bien, como si la caída le hubiera devuelto la consciencia perdida, aunque no su buen juicio. Insulta y trata de atacar a la pobre Jessy, enloquecida por el dolor que le provoca el sol en su pálida piel. Tan deprisa como puedo, me quito mi manto sin mangas y se lo echo por encima, para que pueda cubrirse con la cabeza con su capucha.

Para entonces, el pelorita ha terminado de perder la cabeza y afirma que es Tergrar. ¿Y por qué no, si los gatos pueden hablar y un viejo como yo puede hacer milagros?

—Cla-cla-claro que a...yudaremos a E-Eli-Elizabeth —le aseguro, aunque el persistente pitido en mis oídos no ayuda en nada a mi tartamudeo—. Íbamos a ver a... ver a Cor-Corvinus. Si tú no-no-no tienes un... un plan mejor.

Cargando editor
26/09/2017, 17:00
Naja Naja

La explosión pilló a todos por sorpresa. El caos se instaló en los instantes posteriores hasta que pudieron compender que algo había salido mal en la lectura del arcanábulo. Naja Naja se quitó una masa sanguinolenta de la cara, manteniendo la compostura incluso al suponer que serían restos del poderoso mago. Jess aullaba de dolor mientras su piel se quemaba y sus colmillos salían a relucir. El fanático del falso Pelor se abalanzó hacia la vampiresa con malas intenciones pero el monje se interpuso en su camino. 

- Oh shi, alégrame el día...- Entonces todos pudieron presenciar cómo el espíritu de Tergrar poseía al pobre incauto. ¡Era cierto!Tergrar estaba de espíritu presente. El desesperado padre suplicaba ayuda para su retoño y Naja Naja no podía ser inmune a ello. Había viajado hasta allí para ayudar a su viejo amigo. Era su misión y, si tenía que arriesgar su vida lo haría. Volvió a tomar el bastón de Mugarius entre sus manos y, sin saber muy bien lo que hacía, trató de activar su poder.

- Entra en mí viejo amigo. Haré lo poshible por no reshistirme.- No tenía ni idea de qué iba a sentir, de qué iba a pasar con su consciencia. Lo que sí sabía es que lucharía por no resistirse. Era un monje. Su entrenamiento consistía en controlar sus impulsos. Seguro que su cuerpo lucharía por no ser poseído pero haría lo indecible por dejar entrar a Tergrar y que sus compañeros pudieran sacarle la información necesaria para ayudar a Ely. No había tiempo para tomar precauciones, como deseaba el mago fallecido, ni para esperar a la noche.- ¡Vamosh, entra ya!

Notas de juego

¿Puedo activar el bastón? Si es así lo hago para que Tergrar me posea.

Cargando editor
26/09/2017, 22:44
Fornund Thornod

Y el mundo explotó. 

Bueno, quizás decir que el mundo explotó es exagerar. 

El mundo en el interior del espacio intradimensional donde descansaban varios de los héroes explotó. Aquello era más cercano a la realidad. 

Una amalgama de brazos, piernas y cuerpos se precipitaron contra el suelo, así como múltiples trozos de Shanshar. Milagrosamente, Fornund había conseguido evitar todos y cada uno de los trozos simplemente quedándose paralizado por la sorpresa. Siglû no tuvo tanta suerte, pero no parecía importarle demasiado. Realmente no se dio cuenta de lo que había pasado hasta que reconoció varios trozos de los ropajes del mago, junto a su ausencia entre los que estaban en el suelo.

- ¡¡SHANSHAR!! - gritó, mirando desaforado los cachos de carne a su alrededor. - ¡JODER, DIJE DE IR A VER AL MALDITO MAGO!¡NO ME ESCUCHÁIS! - gritó de nuevo, impotente en su dolor. Pero no era el único.

Fornund vio como Jess gritaba de dolor y se abalanzó hacia ella, dispuesto a protegerla del daño. Se percató que lo que le dolía a la muchacha era el contacto con el sol, así que se acercó, con su escudo en alto, pero el viejo Santo, Dámasor, fue más rápido y la cubrió con su manto. Con dificultad, el enano recogió el paraguas que habían encontrado y lo abrió, tendiéndoselo a Jess. - Cúbrete, por favor. - le dijo, sufriendo ante el sufrimiento de ella. No le gustaba verla así, y cada vez tenía más claro que había que acabar con ése Lord Lustmort. 

Pero aquella no era la única sorpresa. Fue en ése momento cuando el fanático de Mugarius decidió levantarse y atacar a Jess, al parecer, con la cordura recuperada, pero el ataque fue fútil, pues la chica-vampiro fue extremadamente rápida en desviar el ataque que a otro le hubiera rebanado el pescuezo. Momentos después, el vociferante seguidor del Inquisidor mostraba de nuevo aquella cara contraída y de sus labios salieron palabras que reconoció como de su amigo y viejo aliado, Tergrar. 

Dudando por momento, mantuvo la guardia alta, pero el hombre, poseído ahora por el espíritu del viejo guerrero, les saludó y le cogió de los hombros, conminándole a ayudar a Ely. Miró al extraño a los ojos, intentando reconocer a su viejo amigo en ellos... - Sí, haremos lo posible, Tergrar, pero ésto nos empieza a venir grande. ¿Corvinus es accesible? Necesitamos hablar con él. ¿Cómo llegar a Ely? ¿Cómo anular las maldiciones que aflijen a tu hija y a Jess? - preguntó, intentando que el espíritu les diera información mientras lo veía luchar contra el cuerpo poseído. Aquello empezaba a ser demasiado para el recto enano. 

Mientras tanto, Naja-Naja ofrecía su cuerpo para ser poseído. Desde luego, el caos se había aposentado en aquel lugar, rodeados de estirges, con marcas maléficas y demoníacas alrededor, una compañera convertida en Vampiro, un amigo reventado por sus ansias de poder, el espíritu de otro poseyendo a gatos o a enemigos....cada vez la cosa pintaba peor. 

Cargando editor
28/09/2017, 10:18
Bosque

- Entra en mí viejo amigo.

    Naja Naja sontió un leve hormigueo en las manos al activar el poder del bastón de Mugarius. El pelorita por el contrario, empezó a aullar y retorcerse como un demente.

La bruma del espectro de Tergrar comenzó a abandonar el cuerpo de aquel hombre a medida que el espíritu que lo había poseido era succionado por el bastón.

El terrible poder del artefacto mostró el fantasma de Tergrar a los ojos mortales de los presentes. El viejo aventurero tenía el pelo largo y enmarañado como siempre, pero caía lacio y sin vida sobre su triste rostro. Sus ojos eran dos profundas cuencas vacías en cuyo fondo refulgía un halo blanquecino que podía ver más allá de su plano de existencia y atravesaba la carne de los presentes. Su aura de desesperación inundó el bosque durante la fracción de tiempo que duró la transmigración del alma de Tergrar. Todos salvo Jess pudieron sentir su profunda pena. Un instante más tarde, todo ese dolor entró de golpe en el Monje, sacudiendo sus entrañas como no lo habían hecho ni los más duros los entrenamientos de su monasterio.

 

El paladín estaba demasiado ocupado cubriendo a Jess con la sombrilla como para auxiliar Naja, y el manto de Dámasor no parecía suficiente para evitar que la joven se quemase bajo el sol.

 El pelorita reculó con los ojos abiertos de par en par. Sus ojos volvieron a clavarse en el monje tatuado rebosando rencor:

-Tú controlabas esa cosa…Hablaba por mí, caminaba por mí, pensaba por mi. ¡SOYS HECHICEROS DEL DEMONIO!- Gritó enfurecido.

Naja logró superar la oleada de dolor y consternación gracias a su disciplina mental. Superada la traumática experiencia, se sintió más fuerte y consciente de todo lo que sucedía a su alrededor y no mostró un ápice de miedo ante la ridícula porra del Secuaz de Mugarius.

El fanático echó mano de la clava que llevaba en el cinto, pero el monje eran un hábil luchador y respondió sin pestañear:

- Oh shi, alégrame el día...-

El matón vio algo aterrador en los ojos del monje y dudó unos instantes con su arma en alto antes de darse media vuelta y echar a correr. -¡Malditos herejes! ¡Arderéis en el infierno! Haré que os cuelguen a todos, ¡os lo juro!- Gritó el pelorita mientras se alejaba. No dio ni diez zancadas cuando las primeras estigres comenzaron a picarle. Sus gritos fueron entonces de pánico y aceleró el paso tratando de dejar a tras a los insectos demoníacos.

Cargando editor
28/09/2017, 11:35
La Gran Jess

¡AAAAAAAAAAAAAAGH!

Dolía. A estas alturas, ni recuperar a Ely, ni volver a ver al Gran Tergrar, ni la muerte de Shanshar... Una vez que conoces el dolor, el dolor de verdad, el mundo pasa a importarte una mierda. Y un trozo de tela con olor a geriátrico y un escudo no pueden protegerte del dolor. Notas los rayos de sol filtrarse entre las fibras entretejidas, y cómo el sol incide en el borde curvo del escudo dejando escapar un destello, como un sol en el horizonte al amanecer. Y cuando en un último acto de fé, a la desesperada, te agarras a una frágil sombrilla recién arreglada, el dolor sigue ahí, en reminiscencias, recordándote que el sol volverá para causarte más daño.

Jess fue una tonta por haberse quedado con sus antiguos amigos. Ellos no tuvieron en cuenta la vulnerabilidad de la chica, tan solo querían estudiar aquel estúpido libro con dientes, dejando transcurrir las horas. Debió huir a las minas cuando cayó la noche. Aún estaba a tiempo...

Su no-vida era tan frágil como el artefacto que la protegía del sol. Era un buceador limitado por los últimos restos de aire en sus pulmones. Si el hombre del hacha volvía, una lucha con él rompería la sombrilla. Si una estirge se posaba sobre la tela y la doblaba, la piel de Jess se volvería a ver expuesta. Si la torpe Jess tropezaba y el objeto mágico se le caía de las manos, el dolor volvería. Ni tan siquiera podía usarlo de bate, para espantar al molesto Yrlinand, porque ese instante sería aprovechado por el pérfido sol para lacerarla.

Aún estaba a tiempo...

¡Hasta luego!-dijo Jess repentinamente, con la sombrilla en la mano, dándose media vuelta y echando a correr hacia las montañas.

Cargando editor
28/09/2017, 21:38
San Dámasor el Ilmaterino

En vano me afano por proteger a la pequeña Jessy de los benditos rayos solares que tan perniciosos le resultan cuando la repentina visión de mi viejo amigo Tergrar me deja sin palabras. Claro que nunca he tenido una gran facilidad con ellas. Me froto los ojos y cuando vuelvo a abrirlos la imagen fantasmal se ha desvanecido, aunque dejando tras de sí una profunda sensación de tristeza en mi interior. El pobre Tergrar no puede entregarse a su merecido descanso en tanto que sus dos hijas no se encuentren a salvo y nosotros estamos fracasando estrepitosamente en la tarea de protegerlas.

En un visto y no visto, me encuentro mirando hacia un lado y hacia el otro de manera alternativa. Por allí se aleja a la carrera el devoto pelorita entre la nube de sobrealimentados mosquitos; por allá, la asustada Jessy a la carrera, armada con un negro paraguas.

—¡Eh, e-e-espera! —pido, a ninguno de los dos en particular, pero ambos se alejan en direcciones opuestas y visiblemente alterados.

Viendo que el furibundo guardia se encamina hacia el pueblo, únicamente puedo esperar que le proteja Pelor. Jessy en cambio se dirige directamente hacia las montañas y temo por la suerte que corra si la dejamos sola de nuevo. Localizo por fin mi nudoso bastón tirado en el suelo a varios metros de donde me encuentro y miro a mis compañeros, haciéndoles gestos con la mano para animarles a seguirme antes de echar a andar tras la muchacha, apoyándome pesadamente en mi vieja cachava de madera.

Cargando editor
29/09/2017, 20:47
Naja Naja

Naja Naja ya tenía la firme determinación de cumplir su misión pero, por si eso no fuera suficiente, el dolor y la pena que Tergrar le transmitió acabó reafirmando más aún al monje. Toda esa angustia, esa melancolía...de pronto sintió la boca pastosa y una necesidad casi incontrolable por beber para mitigar las incómodas sensaciones que no le dejaban pensar con claridad. Sin embargo no le dio tiempo a descorchar su bastón, en el que siempre llevaba algo de alcohol fuerte, pues primero el fanático y luego Jess ponían pies en polvorosa. El uno era bien recibido por un grupo de famélicas estirges mientras que la otra huía despavorida del contacto con el sol.

Esta chica ya no es Jess.- Pensó como para justificarse ante la posibilidad de que Tergrar pudiera escucharlo en su cabeza y antes de salir a la carrera en su persecución. Era un pensamiento horrible pero cierto. Debían tener cuidado o podrían acabar como su merienda, incluso aún peor, convertidos en vampiros.

- ¡Yo me adelanto!- El monje se puso en movimiento tras el Padre Damasor pero no tardó en adelantarlo. Su duro entrenamiento le hacía pensar que aún podía ser más rápido que una vampira chamuscada. Necesitaban replantearse el plan.pero tampoco le apetecía perder la pista de dónde iba Jess. Los demás eran demasiado lentos, podían quedarse a recoger el arcanábulo y los enseres mientras que Naja Naja se las arreglaba para seguir a la traviesa vampiresa y se aseguraba de que no caía asada por el perpetuo e inclemente sol.

Tergrar, ¿puedes escucharme?- En su mente Naja Naja no seseaba pues no le hacía falta usar su bífida lengua para escucharse. ¿Podría comunicarse con su viejo amigo sin necesidad de hablar?

Cargando editor
30/09/2017, 10:38
Fornund Thornod

La sensación de tristeza fue abrumadora, y le recordó a ciertos momentos de su pasado, cuando en su corazón había pesado una losa igual de pesada. Pero pronto pasó, y el pelorita corrió, maldiciéndolos, libre del yugo del fantasma de su amigo Tergrar. 

El monje era ahora el receptáculo de su espíritu, y a pesar de que Fornund esperaba alguna clase de revelación o respuesta a sus preguntas, no sucedió nada de eso, si no que La pequeña Gran Jess salió corriendo hacia las montañas, con el viejo santo y el monje detrás. 

Fornund los vio alejarse, demasiado rápido para sus cortas piernas, pero estaba seguro que pararían, y él, al ser enano y cabezón, podría andar durante más rato, recuperando el terreno perdido. Miró alrededor, al desastre que tenían allí, y recogió rápidamente las cosas de Shanshar, incluido aquel maldito libro del demonio que cogió con cuidado y encerró en algún saco, hasta nueva orden. Tras eso, comenzó a seguir a los otros mientras sendas lágrimas caían por su cara, mojando su barba y cayendo al suelo, como una ofrenda al amigo caído. 

- ¿En ésto me he convertido ahora? ¿En amigo de fantasmas, vampiros, invocadores de criaturas demoníacas? Moradin, dame fuerzas....pero son mis amigos...no han hecho nada malo, les han obligado a ser así y sólo estoy intentando ayudarles, y castigar al responsable, un lord demoníaco. Un lord demoníaco que nos ha llevado a ésto, que me ha quitado a varios.... - pensó, intentando que los acontecimientos no le sobrepasaran, intentando justificarse ante lo que parecía una incongruencia total. - Vamos Siglû, no nos entretengamos más.

Sus palabras fueron duras, como duro era en su corazón el sentimiento de justicia que reclamaba cada fibra de su ser.

Castigo, justicia, honor. 

Cargando editor
02/10/2017, 13:51
Bosque

   El paladín vio como Naja se quedaba absorto mirando a Nalfeim antes de correr montaña arriba. No había tiempo para pensar en aquello ahora y ordenó a su nueva pupila que apretase el paso.

-Pero…¿Y Shanshar?- Balbuceó Nalfeim señalando lo poco que quedaba del mago. Realmente no había mucho que enterrar. -¿Que tal unas palabras?- Preguntó consternado, pero lo habían dejado solo.

El fanático pelorita corría en dirección contraria. Montaña abajo llegaría a Tamar, y si lograba regresar al pueblo les causaría más problemas.

-¡Yrlinand¡- Llamó al familiar de Shanshar. El pequeño petirrojo acudió todavía en estado de shock por la desaparición de su amo. El clérigo susurró unas palabras de ánimo y le dio instrucciones de prevenir a Ric en Tamar.

  

   La gran Jess marcó un ritmo frenético de subida. Sus piernas no se cansaban y solo aflojaba el paso en los escasos claros del bosque donde, a pesar de la sombrilla mágica, la luminosidad parecía querer atacarla por todas partes.

Naja caminaba distraído. Cando no hurgaba la hojarasca con su bastón, dedicaba largas miradas a Nalfeim, como si tuviese cuentas pendientes con el viejo clérigo.

  Después de varias horas de caminata, llegaron a la entrada inferior de las minas, al pie de los picos de las montañas. Para entonces, el errático sol había tenido a bien ocultarse tras la cordillera nevada y el humor de Jess mejoró un poco.

Nalfeim observó las inscripciones enanas talladas en el umbral de piedra y levantó la mano para pedir un descanso. -Ya conocemos este camino. Lo limpiamos de monstruos hace unos días, pero debemos ser precavidos, sobre todo cerca de las vetas de ámbar. -Resumió a Dámasor y Naja -No todos los orcos son tan amistosos como nuestras guías- Dijo señalando a Sîglü y Jagga.

 

De nuevo Jess abrió la marcha adentrándose por el oscuro túnel. Sortearon los restos del gigante al que habían derrotado y llegaron hasta la atronadora cascada subterránea. Tras subir una escalinata jalonada de hongos y helechos luminiscentes, alcanzaron un viejo portón reforzado rodeado de cadáveres enanos. La puerta seguía abierta y así alcanzaron las galerías del otro lado, donde se extraía el preciado ámbar.

Jess no parecía necesitar más a las mineras y guio con determinación al grupo a través del laberinto de túneles incluso en los tramos más oscuros, donde no había las fascinantes formaciones cristalinas brillando con su luz fantasmagórica.

La joven solo dudó al olfatear el peludo aroma a pies de las toporratas. Evitando los túneles más peligrosos, alcanzaron los niveles superiores de las minas. Las paredes de roca allí estaban finamente talladas por canteros enanos, pero el lugar mostraba los signos de abandono y maltrato que le habían causado las razas salvajes, desde que sus creadores originales hubieran sido expulsados.

   Sîglü levantó su mano regordeta para pedir a todos que se detuviesen. Fornund se sintió orgulloso de que en lugar de dar voces, empezase a utilizar el lenguaje de signos que le acababa de enseñar.

-Es el rugido de una toporrata gigante, está en un túnel a la derecha bajo nosotros. Podemos continuar; ya la hemos dejado atrás- Informó Jess. Todos la miraron asombrada, pues nadie, incluida Sîglü, había escuchado nada.

-Ez el caminu a la zima- Susurró la orco señalando una bifurcación de la galería.

  Nalfeim se asomó y vio unas escaleras empinadas que descendían hasta perderse en la oscuridad.

-Te refieres a la “Sima”, o a la “cima”- Quiso aclarar el clérigo.

La minera asintió: -¡A la zima!- Gruñó al viejo clérigo como si fuera lelo. Al levantar la voz se volvió a escuchar otro rugido. Esta vez todos pudieron sentirlo, y el suelo comenzó a retumbar con los pasos lejanos de algún ser colosal.

Notas de juego

Confirmarme si subís a la cima a buscar a Corvinus o tomáis la bifurcación al inframundo.

Tiradas por favor: Supervivencia (para evitar encuentros), moverse sigilosamente y las que se os ocurran.

Jess: Gracias a las donaciones de Nalfeim y Dámasor descubres tu rasgo: Absorción de sangre. Y una vez en las minas, también tu Visión en la oscuridad 60'.

Cargando editor
03/10/2017, 11:44
Naja Naja

¡Podía comunicarse con Tergrar! Pero también éste podía hacerle más lento de lo que era, lo cual era algo que al monje le preocupaba sobre manera. A veces Naja Naja se sorprendía a sí mismo haciendo cosas...cosas impropias de él. ¿Eso era a lo que se había arriesgado al dejar al fantasma poseer su cuerpo? Ambas voluntades cohabitaban en el cuerpo esculpido a base de duro entrenamiento del monje. Sin ir más lejos sentía una imperiosa necesidad de llevarse algo dulce a la boca y, cuando por fin se detuvieron, se puso a rebuscar en su mochila como una ardilla rebusca en su despensa.

Nalfeim tomaba la palabra y Naja Naja atendía absorto a todo aquello que salía de la boca del clérigo de Boccob. Era un comportamiento extraño en el monje, siempre impertérrito, mientras que ahora escuchaba a Nalfein boquiabierto, como si quisiera decir algo pero las palabras no le saliesen de la boca. De pronto el monje recobró la consciencia y se golpeó con la palma de la mano el lateral de la cabeza tatuada.

- ¡Bwrriiiilfp!- Resopló algo avergonzado por su inusitado lenguaje corporal.-Nerish, ¿creesh que podrásh preparar algo de noche líquida para Jessh?- El monje miró a la jovenzuela con una mezcla entre desconfianza y una tremenda ternura. Le daban ganas de arrancarse las tripas puesto que era un sentimiento a que no solía estar acostumbrado. Era realmente incómodo tener la boca del estómago encogida y no podía ser otra cosa que un efecto secundario de la posesión. La recién creada vampiresa empezaba a mostrar sus colmillos. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que se volviera en contra de los que antes eran sus compañeros y amigos?

Por Naja Naja irían a buscar a Corvinus para que rindiera cuentas. En parte todo aquello había sido provocado por él, por sus aires de grandeza, y tendría que ayudar a solucionarlo y rendir cuentas. Sin embargo estaba el tema del rapto de Ely. ¿Les convenía más apresurarse y  arriesgarse a internarse en el inframundo sin preparación, o sería mejor ir paso a paso y buscar la ayuda y colaboración, aunque fuese a la fuerza, de Corvinus? Para el monje, siempre de mente fría, la ayuda de Corvinus era algo inestimable, que podría suponer la diferencia al enfrentarse a Lord Lustmond.

Cuando Naja Naja salió de su ensimismamiento notó el tacto cálido de algo contra su cuerpo. Parpadeó un par de veces para volver a situarse y vio que se se encontraba abrazado a Nalfeim.- Cierra los ojosh y mira deshde tu corazón, viejo amigo.- Las palabras salieron de su boca sin él provocarlo y trastabilló hacia atrás con tanta torpeza que dio con su trasero en el frío suelo rocoso de las minas.- ¡Perdón!- Se disculpó visiblemente azorado por haber abrazado a Nalfeim, pensando en lo que el clérigo y los demás pudieran pensar de él. 

¿Qué haces, Tergrar?- Se incorporó de un ágil salto y se limpió el pantalón con un par de golpes de la mano.

- En mi opinión deberíamosh encontrar a Corvinush primero. No shabemosh qué podemosh encontrarnosh en el inframundo pero debemos ir lo mejor preparadosh que podamosh.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Superv.

Tirada: 1d20

Resultado: 16(+5)=21

Tirada oculta

Motivo: Mov sigiloso

Tirada: 1d20

Resultado: 4(+12)=16

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 9(+7)=16

Notas de juego

Noche líquida [Libris Mortis p.74] (Una criatura Muerta viviente puede ignorar sus vulnerabilidades a la luz solar durante 1h) 150Po, creación: Artesanía-Alquímia CD 25 (20 si se dispone del texto).

Edito. Se me olvidaron las tiradas. Yo haría de explorador si nadie se presenta como mejor opción. Si no, pues que se use mi tirada para ayudar a otro. Dejo movimiento sigiloso y avistar.

Cargando editor
03/10/2017, 15:18
Fornund Thornod

- No, no ahora, Nalfeim. - contestó Fornund a la quasi exigencia del clérigo. La respuesta había sido emitida con tristeza infinita, pero con resolución. Aquel bosque infestado de Estirges Demoníacas no era el mejor sitio para pararse a realizar una ceremonia en pro del alma de un compañero caído. - En cuanto hayamos acabado con ésto, rezaremos por él o rezarán otros por nosotros. - lo que equivalía a un "más tarde", dicho de otra forma.

No prestó atención a la huída del seguidor de Mugarius, no le importaba lo que pudiera decir, y menos en el estado de ánimo que se encontraba. La furia iba cogiendo carrerilla en su corazón, y deseaba tener a los demonios delante para darles su justo castigo, una justa venganza. Si hubiera estado algo más sereno quizá hubiera podido ver el posible peligro que corría la mujer de Tergrar y su amigo allí, pero ahora mismo estaba todo fuera de su mente.

Las largas horas de caminar mejoraron un poco su humor, pero su resolución estaba en su cénit. Si debía abandonar éste mundo en breve, prefería mil veces que fuera peleando contra demonios intentando salvar la vida de la hija de un amigo, y su alma, que enfrentándose a un viejo mago loco que había causado todo ésto.

Atravesar las minas por las que ya habían tenido que lidiar con varios monstruos, no mejoró mucho su humor, algo que sí consiguió Siglû, al usar los signos gestuales que el Enano estaba empecinado en enseñarle. El recorrido reveló poco a poco el mal que iba carcomiendo a la Pequeña Gran Jess por dentro. Por eso, cuando llegaron a la bifurcación, tras haber comprobando con intranquilidad como en la Pequeña Gran Jess se hacía cada vez más evidente la corrupción que la invadía por dentro, no dudó. - Yo digo de ir a por los demonios, muerto el perro, se acabó la rabia. Estoy harto de ése mago loco, sus delirios de grandeza nos han traido hasta aquí, han provocado todo ésto, y nos han arrebatado mucho. Si algo merece ése mago, es un buen martillazo en su cabezota cabeza. Deberíamos llevarlo ante los de su orden y que lo juzguen por todo lo acaecido aquí. Eso es lo que deberíamos hacer. -

Su respuesta era inapelable, pero no abandonaría a sus compañeros. Si decidían ir a ver al mago, no los dejaría sólos, pero luego los arrastraría al inframundo, si hacía falta. La Pequeña Gran Jess y Ely le necesitaban, y él no iba a fallarles más.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Saber (Arq. e Ing.)

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+7)=24

Motivo: Supervivencia (ayudar a otro)

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 15(+2)=17 (Exito)

Notas de juego

Yo tiro:

Saber (Arq. e Ing.): Para evitar las escaleras en peor estado, los posibles derrumbes, y si es posible, guiarme correctamente por los túneles. Si vale lo de "afinidad con la piedra", tengo un +2 adicional a la tirada, a aplicar a posteriori.

Supervivencia: Intento darle un +2 a la tirada a otro. Éxito (en teoría, a validar por el DM). Si el DM lo concede, quien tire tiene un +2 a la tirada gracias a mi apoyo.

Cargando editor
03/10/2017, 20:06
San Dámasor el Ilmaterino

Persiguiendo más que siguiendo a la pequeña e inquieta Jessy, alcanzamos finalmente un lugar que mis compañeros llaman mina a pesar de que lo que mis ojos le ponen el nombre de "cementerio", tal es la cantidad de cadáveres que se ven por doquier.

Mis incansables compañeros tienen el vigor de la juventud pero yo llego derrengado y no puedo evitar tomar asiento en los escalones que se adentran en las profundidades, pensando en el terrible esfuerzo que me aguarda todavía por delante. Los peldaños son, desde tiempo inmemoriales, enemigos declarados de los vejestorios como yo.

Miro a mi alrededor con ojos cansados. A pesar de la semipenumbra que lo invade todo, mi mirada todavía es penetrante y mis ojos están menos fatigados que mis articulaciones. Hay algo en este lugar que me causa una gran intranquilidad a pesar de que mi buen amigo Nalfeim asegura que los peligros que habitaban aquí ya han sido erradicados.

¿Cada vez somos menos o es cosa mía? ¿Dónde se quedó el bueno de Dick? Estoy seguro de que a él le harían tan poca gracia como a mí esas escaleras. Escucho al encantador hombre-serpiente preguntar acerca de fabricar no-sé-qué. ¿Y el joven mago, ese tan inteligente? Por más que trato de hacer memoria no consigo recordar qué ha sido de ninguno de ellos. Pero, por suerte, seguimos teniendo con nosotros a la brillante Naerish y seguro que ella sabe cómo preparar cualquier pócima mágica.

—Si ese Co-corvinus sabe cómo cu...rar a Jessy, de-de-deberíamos ir a buscarle —me muestro de acuerdo con la sugerencia—. Antes de que la en-en-enfermedad se agrave. Seguro que... que es un bu-buen hombre y nos a-a-ayuda a buscar a Elizabeth des... después.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Supervivencia

Tirada: 1d20

Resultado: 16(+6)=22

Tirada oculta

Motivo: Moverse sigilosamente

Tirada: 1d20

Resultado: 5(-2)=3

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 10(+6)=16

Notas de juego

Dámasor tendría que sacar un 21 natural (sobre 20) para tener éxito en esa prueba de "artesanía (alquimia)" xD

Cargando editor
03/10/2017, 20:53
La Gran Jess

Jo, ¿no podéis ser un poco menos ruidosos? Parad vuestros corazones un rato, porque si siguen retumbando así de fuerte, los primos de Jagga nos encontrarán.

Si es que de verdad...

Jess trataba de dar ejemplo en el tema de no hacer ruido con los latidos del corazón. Así, paradito y silencioso. Llegaron hasta los escalones de la "zima", todos se detuvieron... ¿a qué? ¿A deliberar? Eso no salvó al Gran Tergrar, ni a Ely, ni a los otros. Pero se estaba decidiendo algo importante, así que la Jess mala burbujeó en el borde del vaso de su alma, y se pronunció...

Sí, por favor... Si Corvinus tiene una cura para una pobre chica como yo... o si por lo menos pudiese curar a Ely... ¡Vayamos a verle! ¡Es nuestra última esperanza!

Si Jess la mala quería tener un futuro con su amiga Ely, tendría que matar a Corvinus para evitar que lograse el día eterno. Aunque puede que baste con darle una patada en la espinilla de modo intimidatorio, para que al mago se le quiten las ganas de andar a hacer experimentos locos. O mejor, sería suficiente con convencerle de que les acompañase. Total, aquel grupo tenía una larga tradición de pérdida de vidas, y no parecía que les fuese a ir mucho mejor la racha en la dimensión del abismo demoniaco.

- Tiradas (6)

Tirada oculta

Motivo: Supervivencia con +2 de sinergia para evitar peligros y evitar perderse; si es contra orcos tendría un +2 de enemigo predilecto

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+8)=14

Tirada oculta

Motivo: Saber dungeons

Tirada: 1d20

Resultado: 15(+4)=19

Tirada oculta

Motivo: Esconderse

Tirada: 1d20

Resultado: 12(+5)=17

Tirada oculta

Motivo: Moverse sigilosamente

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+5)=6

Tirada oculta

Motivo: Avistar en la oscuridad

Tirada: 1d20

Resultado: 11(+5)=16

Tirada oculta

Motivo: Escuchar (tanto en avistar como en escuchar tengo +2 extra contra orcos por enemigo predilecto, si es que lo que veo o escucho es un orco)

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+5)=25

Cargando editor
05/10/2017, 10:23
Director

Hora indeterminada

Minas Dungapur

Bifurcación a la sima.

  -Nerish, ¿creesh que podrásh preparar algo de noche líquida para Jessh?-

La maga roja apretó los labios pensativa, pero terminó negando con la cabeza: -Sin los materiales básicos, lo veo fuera de mis posibilidades. Si al menos contase con un laboratorio…- Se lamentó.

Cierra los ojosh y mira deshde tu corazón, viejo amigo.

-El gato no se separa de ti, no haces más que mirarme y ahora te pones “mimoso” ¿Que serpiente te ha picado?- Respondió Nalfeim estupefacto.

Naja parecía haber tenido algún tipo de revelación tal y como el paladín había presentido, pero los rugidos de alguna bestia de las profundidades interrumpieron la explicación del monje.

El grupo decidió por mayoría continuar con su ascensión hacia la superficie y solicitar ayuda a Corvinus. Todos esperaban que Jess encabezara la marcha cuando el rostro de la muchacha palideció hasta parecer un muñeco de nieve. La bestia rugía cada vez mas cerca.

-Debemos de llevar 24h de marcha y solo hemos parado una vez. Hasta tú tienes tus limitaciones- Replicó Nalfeim masajeándose sus doloridas rodillas. -Pero ahora te ruego que avancemos un poco más y alejarnos de lo que sea que hace ese ruido- suplicó el clérigo. -Espera…¿Estás bien?-

Jess levantó la mano restándole importancia, sin embargo, comenzó a sufrir fuertes arcadas y poco después algo pequeño, oscuro y arrugado salió de su cuerpo y acabó en el suelo. No era la primera vez que presenciaban ese horror, pero el impacto emocional no fue menor.

Una vez fuera, Jess se sintió mucho mejor. Pudieron continuar la marcha y alejarse de la amenaza.

Con la ayuda de Jagga, encontraron un nido orco abandonado. Era el lugar más inmundo donde se habían resguardado en sus vidas, pero dadas las circunstancias y el agotamiento, acamparon con resignación. Consistía en una gruta resguardada del goteo de la roca y las heladas corrientes de aire en la que se apiñaban varios jergones hechos a base de harapos, plumas y pieles. Una verja oxidada hacía las veces de puerta, dando una mínima sensación de seguridad en aquel oscuro y decadente laberinto de túneles.

Tras unas breves horas de sueño, reanudaron la marcha. El grupo no fue sigiloso y se toparon con algunos trasgos y otras alimañas a los que derrotaron con facilidad. La experiencia y aptitudes de Jess sirvieron para evitar encuentros más peligrosos y cubrieron una gran distancia en poco tiempo.

Atardecer

Santuario de Pelor

Cima de las montañas

   Día y medio después, el grupo de aventureros encontró la salida a la superficie a través de unas ruinas semienterradas. El santuario de Pelor era un amplio complejo de edificios en torno a una imponente catedral. Las vidrieras estaban cubiertas con andamios y los trabajadores se disponían a terminar la jornada. A un lado del gran edificio se extendían los jardines y al otro, sobre un cortado, el observatorio de Corvinus. Del complejo partía un camino. La calzada empedrada descendía de la montaña en dirección a Tamar. En la otra dirección se podía ver el pequeño pueblo de Dungapur y la entrada principal a las minas que acababan de abandonar.

Nerisnath señaló el observatorio y se sorprendió de su penoso estado. El edificio circular tenía unas dimensiones modestas y solo destacaba la cúpula que lo remataba. La escalera exterior estaba destartalada. Numerosos cuervos de tamaño considerable se apostaban en las maltrechas balaustradas. Un pequeño estruendo sonó en el interior y las aves, alzaron el vuelo con desgana.

Los aventureros llamaron a la puerta usando la aldaba. La figura de bronce pulido en forma de sol radiante sonrió y les invitó a entrar con una amistosa voz musical.

El hall era una abarrotada biblioteca de triple altura de la que colgaban maquetas de numerosos cuerpos astrales. Desde ella se veía un enorme telescopio al que le habían acoplado un sinfín de artefactos.

   -¿Quién anda ahí?¡Ahora no puedo atenderles, estoy muy ocupado!- Gruñó la voz de un anciano. Corvinus asomó su nariz aguileña tras una pila de libros de la segunda planta y su frente se llenó de arrugas. La útlima vez que Nalfeim, Fornund y Jess lo habían visto, el mago aún seguía polimorfado en forma de pájaro, pero su forma de expresarse era igual de despegada.

-¡Por todos los astros del cielo!¡Habéis sobrevivido!...Bueno, casi todos- Dijo arqueando una ceja al ver a Jess. Su insensible pésame terminó ahí y volvió a lo que estaba haciendo.

Nalfeim avanzó unos pasos hasta el centro del hall y carraspeó para llamar la atención del famoso mago.

-En serio, no tengo tiempo. Os estoy muy agradecido por liberarme, acabar con Morrigan, su plaga de vampiros y demás, pero eso es agua pasada y tengo un sol que poner en orden- Explicó dando por zanjado el tema y volviendo a sus estudios.

Cargando editor
05/10/2017, 10:24
Director

Notas de juego

Jess: Tu organismo te reclama otro trago de sangre o una TS-Vol CD 25 para resistirte al ansia ineludible o en caso de fallar, sufrir un daño de característica de 1d6 a Sab.

Cargando editor
05/10/2017, 21:10
San Dámasor el Ilmaterino

Me resulta fácil perder la noción del tiempo en el interior de las minas y también cuando finalmente logramos salir al exterior pero el sol persiste en describir su errático curso en el firmamento. Únicamente el número de veces que nos detenemos para comer o dormir algo me ayudan a tener una idea pero incluso con eso termino perdiendo la cuenta.

Como quiera que sea, lo cierto es que en algún momento alcanzamos la cima y llegamos hasta el singular observatorio astrológico de Corvinus. Un lugar que sin duda debió ser maravilloso hace mucho tiempo pero que actualmente se encuentra tan deteriorado como yo mismo.

Lo cierto es que no sabía muy bien qué esperar de aquel encuentro con el solitario ocupante que vive aquí pero uno imaginaría algo más de hospitalidad y colaboración por su parte después del fatigoso viaje que hemos tenido que hacer para encontrarle.

—Es-es-es un pla...cer conocerle al fin... seeeñor Co-Corvinus —le digo al ocupado estudioso, apoyándome en su escritorio para recobrar un poco el resuello—. Soy-soy el padre Dámasor y sé que u-usted está muy... a-a-atareado. Nos envía Inés para decirle que su hi-hi-hijo se encuentra bien en la... posada de Tergrar.

»Y también pa-pa-para devolverle un... libro. Un li-libro, sí, con dientes y muy mal... genio. Solo pe-pe-pedimos a cambio unos mi...nutos de su tiempo para e-examinar a Jessy y de-decirnos cómo curarla. Lue-lue-luego ya no le... molestaremos más.

- Tiradas (1)

Motivo: Prueba de "diplomacia"

Tirada: 1d20

Resultado: 2(+16)=18

Cargando editor
06/10/2017, 09:44
Naja Naja

El ritmo frenético que llevaban no era problema para el monje. Sin embargo, aunque el físico no padecía la carga, su mente empezaba a echar de menos la soledad. Tener a su viejo amigo en la cabeza por una parte gratificante pero, por la otra, extremadamente agotador. Podía escuchar su voz martilleando su cabeza, constantemente y, lo peor, podía sentir su desazón, su angustia, su ira, su dolorosa pena. Sentimientos que el monje no estaba acostumbrado a padecer, puesto que lo habían entrenado en la más absoluta frialdad de sentimientos, emulando la sangre fría de sus adoradas serpientes. Así que, acostumbrado a mantenerse erguido e inmutable, Naja Naja pasó la noche acuclillado, abrazando sus piernas con los brazos, y balanceándose como si hubiese sufrido algún tipo de shock traumático o padeciera síndrome de abstinencia. De vez en cuando lanzaba furtivas miradas a Nalfeim, ora con odio, ora con cariño, y negaba con la cabeza para emitir una especie de siseos entrecortados que podían confundirse con un llanto. Sólo se calmó cuando, con lo poco que pudieron encontrar entre la inmundicia del nido orco, Naja Naja preparó una "suculenta" cena. ¿Desde cuándo sabía cocinar el monje? No cabía duda de que el espíritu de Tergrar influenciaba al joven piel verde. A la hora de repartir la comida el cucharón cayó con demasiada fuerza en el cuenco que sostenía Nalfeim haciéndolo caer al suelo. El monje apretaba tan fuerte el cucharón que la madera comenzó a astillarse. Haciendo gala del control sobre sí mismo, respiró hondo y se dio la vuelta sin más. No pensaba pedirle disculpas.

 

Atardecer

Santuario de Pelor

Cima de las montañas

Ver el estado en el que se encontraba el observatorio de Corvinus ayudó a Naja Naja a no sorprenderse tanto del aspecto de mago loco que tenía el dueño del peligroso arcanábulo.

- Puede que aquí encuentresh eshe laboratorio.- Comentó Naja Naja a Nerishnath, con la esperanza de que allí pudiera fabricar el ungüento para Jess y Ely.

Las frías palabras del poderoso mago, de melgalómano pasado de rosca, carentes de toda empatía hacia el grupo de sufridores que se le presentaban implorantes de ayuda, hicieron que Naja Naja pudiera sentir como propia la furia del espíritu de Tergrar. Nalfeim trataba de llamar su atención en vano y el bueno de San Dámasor probaba con su habitual cándido tono.

¡Todo es culpa de ese cabrón!- Y no dejaba de tener razón. Sus investigaciones sobre el sol habían hecho que Lord Lustmond se fijara en él. Había contactado con Tergrar y, ahora, por su culpa Tergrar estaba muerto y las dos jóvenes, ambas muy queridas por el antiguo aventurero, padecían aquella maldición. Sin poder controlarse, Naja Naja golpeó con fuerza con su puño sobre la mesa en la que trabajaba Corvinus haciendo crujir la madera y saltar todo lo que había sobre ella. Tuvo que refrenarse para no saltar sobre el mago y agarrarlo de sus amplias ropas y zarandearlo. Le daba igual lo poderoso que fuera.

- Vash a ayudarnosh tengash tiempo o no. - Amenzó el monje haciendo crujir los nudillos de su puño cerrado.- Todo lo que ha pashado esh culpa tuya,  "amigo". Mi hija...¡MI HIJA!...¡"Infeliz de Tergrar"!- Y aunque Tergrar no había estado durante las lecturas del diario de Corvinus su espíritu sacaba la información de la mente del monje, quien había estado presente usando la misma expresión con la que el mago le había definido entre sus páginas.-Te metishte en mi cabeza y fui a ayudarte. ¿Ashí esh como me devuelvesh el favor, deshagradecido?- Naja Naja ponía en su boca las palabras que escuchaba en su cabeza. No le importaba, pues estaba totalmente de acuerdo con su difunto amigo. Corvinus, en sus juegos y delirios de grandeza, había metido la pata hasta el fondo. Recuperó con esfuerzo el control de su cuerpo.- Tergrar murió por shalvarte y su hija eshtá maldita por tu culpa. Se lo debesh, Corvinush. Tergrar aún no ha abandonado eshte mundo, shigue aquí, con noshotrosh, dentro de mí.

Cargando editor
06/10/2017, 18:55
La Gran Jess

Jess y Naja Naja podían jugar a guardia de la ciudad bueno / guardia de la ciudad malo. Solo que no iba a haber guardia de la ciudad bueno. Jess arrojó un trozo negruzco de carne sobre el libro abierto que el erudito estaba leyendo antes de que Naja Naja levantase el polvo de aquella mesa. El mismo trozo que había espectorado horas antes, y que había atesorado como si fuese Daisy Sue, la muñeca de trapo.

Arf...-resopló, con un cansancio más mental que físico-Se acabó el juego, cerebro de guisante, mente de caca, sesos de mollera. Vas a hacernos caso o si no... O si no...

Jess se llevó la mano a una sien trastornada, resentida por un inoportuno dolor de cabeza. Se desplomó sobre la mesa, derribando una pila de libros y la "muestra" de su estómago salió lanzada, rodando por el suelo.

Yo... yo... No puedo pensar... No puedo... No puedo... Yo...

¡TE COMERÉ, VEJESTORIO!-gritó a Corvinus-¡ARGH!

Jess se revolvió sobre la mesa como una posesa. Sus tobillos espolearon la esquina en cuanto los pies encontraron acomodo. Saltó de una forma extraña, a medio camino entre una fiera cazando y una rana alcohólica, tratando de aferrarse al astrónomo para poder así chupar su sangre de pasa vieja.

- Tiradas (5)

Motivo: Voluntad

Tirada: 1d20

Dificultad: 25+

Resultado: 5(+6)=11 (Fracaso)

Motivo: Daño a TS

Tirada: 1d6

Resultado: 3

Motivo: Iniciativa

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+3)=16

Motivo: Presa a Corvinus: toque

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+10)=11

Motivo: Presa a Corvinus: prueba enfrentada de fuerza

Tirada: 1d20

Resultado: 20(+3)=23

Cargando editor
08/10/2017, 11:28
Maese Corvinus Heliodon

Atardecer

Observatorio de maese Corvinus Heliodon

Santuario de Pelor

 

Soy-soy el padre Dámasor y sé que u-usted está muy... a-a-atareado. Nos envía Inés para decirle que su hi-hi-hijo se encuentra bien en la... posada de Tergrar.

»Y también pa-pa-para devolverle un... libro. Un li-libro

-¿Le conozco de algo?-Preguntó al santo arqueando una de sus canosas cejas.

El nombre de Inés no le dijo nada y cuando nombró a su hijo, Corvinus creyó que el anciano estaba senil, pero cuando nombró a Tergrar y el libro, su expresión cambió por completo.

-¿Tenéis mi arcanábulo?¿Lo habéis traído?- Se interesó examinando al grupo de aventureros con más detenimiento. El archimago dejó los libros que estaba ojeando en una de las grandes pilas que se amontonaban en la planta superior y bajó.

Tergrar murió por shalvarte y su hija eshtá maldita por tu culpa. Se lo debesh, Corvinush. Tergrar aún no ha abandonado eshte mundo, shigue aquí, con noshotrosh, dentro de mí.

La revelación que le hizo el monje lo trastocó por completo .-¿Cómo puede ser? ¿A Tergrar se lo comió un lobo!- Preguntó más sorprendido que incrédulo.

-El libro…¡El libro lo cambia todo!- Dijo cogiendo a Naja de los hombros - ¡Puedo arreglarlo!- Sonrió con la mirada perdida. Corvinus empezó a deambular nervioso, cogiendo todo tipo de cachivaches y pergaminos de su interminable biblioteca. -Vamos, tenéis que ayudarme. Está anocheciendo. Lo primero es lo primero- dijo subiendo hacia el telescopio apresuradamente -Tú, gira la manivela del azimut hasta alcanzar la altura solar actual- Dijo señalando a Jagga. Se lo pensó mejor y sacudió la mano -No, será mejor que lo hagas tú- Rectificó señalando a Dámasor.

La rabia en instintos de Jess comenzaron a borbotonear como un caldero al fuego, pero el gran mago solo tenía ojos para su ingenio astronómico y no le prestaba demasiada atención.

la "muestra" de su estómago salió lanzada, rodando por el suelo.

Yo... yo... No puedo pensar... No puedo... No puedo... Yo...

¡TE COMERÉ, VEJESTORIO!-gritó a Corvinus-¡ARGH!

-Oh, por Pélor ¿¿Qué demonios es eso??- Se escandalizó al ver lo que la joven le había lanzado.

Jess Se pasó de largo en su impetuoso salto y acabó derribando un escritorio y un par de sillas. El mago se volvió lentamente y al ver los ojos inyectados en sangre de la vampira se dio cuenta de cuánto había subestimado a la pálida chiquilla.

-Espera, no te pongas así. Sé por lo que estás pasando, pero ¡No es culpa mía!- Protestó y miró a los demás, que no paraban de repetir aquello.

-Siéntate- Le ordenó en vano como s fuera un perrillo.  -No me obligues…No me obligues, ¡Queréis detenerla!- Pidió a Dámasor, que parecía el más razonable de todos.

Pero Jess estaba fuera de sí. Corvinus sacó algo de su bolsillo y ejecutó un par de elegantes movimientos con la mano libre.

-Ҟarpa-ȡrαcoηγs-

Nerisnath identificó de inmediato el poderoso conjuro de convocación y entendió los daños que presentaba el edificio.

   Delante de Corvinus comenzó a elevarse una bruma que iba tomando forma de un inmenso ser. -Ya está, no me dejáis más remedio que echaros de aquí. No se puede confiar en esas criaturas- Dijo a los demás señalando a Jess -Sé lo que me digo, os lo aseguro- Gruñó agitando el índice.

- Tiradas (2)

Motivo: Iniciativa Corvinus

Tirada: 1d20

Dificultad: 16+

Resultado: 19(+7)=26 (Exito)

Motivo: Concentración: conj. Defensiva

Tirada: 1d20

Dificultad: 24+

Resultado: 11(+20)=31 (Exito)

Cargando editor
08/10/2017, 17:03
San Dámasor el Ilmaterino

—¿Qué es un azi-azi-azi...? —pregunto desconcertado, aunque no consigo terminar mi frase tanto a causa de mi tartamudez como de los acontecimientos que se suceden a continuación.

El mundo se mueve demasiado deprisa para un ancianito como yo, acostumbrado a la meditación sosegada y a la contemplación de la vida. De algún modo las palabras del hombre serpiente, que no acabo de entender del todo, consiguen hacer que Corvinus esté dispuesto a colaborar con nosotros. Por desgracia, un instante después, el voluble mago decide cambiar de opinión cuando Jessy decide convertirle en su cena. Muchacha caprichosa...

Supongo que es culpa mía por no haberla alimentado con tanta regularidad como necesitaba. Esto de cuidar a un bebé vampiro siendo padre primerizo es de lo más frustrante, no sé con qué frecuencia le tengo que dar las tomas y sus berrinches terminan siendo de lo más llamativos.

—Tra-tranquila, chiquilla —le pido a la enfurecida muchacha, mostrándole mis manos abiertas y desnudas en actitud apaciguardora.

Nunca he creído en los castigos físicos aunque dicen que en ocasiones una buena azotaina a tiempo...

Notas de juego

Lanzo "calmar emociones" contra la Gran Jess (TS Vol. CD 19 / niega). Si se resiste, activaré el aurea protectora para crear un "círculo de protección contra el mal" de 20' de radio a mi alrededor, para arrinconarla hacia la pared sin causarle daño.