Partida Rol por web

- Lo siento, Olga, pero no sé quiénes son esos tipos de los que me hablas. Supongo que pasar varios años en un campo de refugiados de un país arrasado por la guerra en África te desconecta bastante de la cultura.

Acepto las tijeras, aunque no me hace ninguna gracia el tono que ha usado.

- Sí, venimos de Santuario. Nos toca. ¿Tienes el Ojo de Neptuno?

- Lo sabía... tú podías haber venido de cualquier lado pero ese traje que lleva ella tiene la marca de Caronte

Su tono es cada vez más histriónico y tiene un toque de maldad que empieza a asustar a los chicos que no se atreven ni a intercambiar una mirada

Cogiendo las tijeras se las pone enfrente de su ojo, a un escaso centímetro y dice

- NO. No tengo el Ojo de Neptuno. Y que no lo tengáis vosotros ya me da demasiada información. Ah, excelente, excelente:  ¿Está en Santuario un niño varón menor de dos años y raza mestiza? 

MODO AUTOMÁTICO

Eva se levanta corriendo de la arena y va hacia John. No le puede dejar sólo con todo lo que le está pasando. Primero la deconstrucción salió mal, vino algo asustado de su paseo,  luego le ocurre esto... Parece que todo le toca a él. 

- John, tranquilo, no ha sido culpa tuya, ya oíste a Evaki, lo que deberíamos hacer es tratar de olvidar todo esto y descansar un poco. Yo me eché la siesta y aún así estoy muerta. Debe ser este clima tropical. Vamos a las barracas, no creo que haya nada que hacer esta noche por aquí. Seguro que mañana es un mejor día para todos. 

Mientras Eva se levanta, Jeliel va rápido a donde está Nelkhael.

- Nelkhael ¿qué te ha pasado en la piel? No creo que el sol de este mundo pueda producirnos estas heridas. ¿Qué fue, entonces?

Cuando Nelkhael le cuenta que fue la máquina de Caronte, Jeliel, enfadada, le coge de la muñeca y se dirige hacia Wondra  a pedir explicaciones. Pero alguien se le ha adelantado. Es Wayne, que afectado por lo que ha visto está hablando con ella y con el Maestro Kensei

- De acuerdo, Arsenal, de acuerdo, mañana veremos todos los archivos de Wei y averiguaremos si hay algo que podemos hacer por ella y que le impida descansar en paz. Pero sigo pensando que es un efecto secundario de estos funerales... Serán muy profundos pero estamos tratando con espíritus y eso no siempre es controlable

- Toda esta isla juega con espíritus, Wondra- le corrige el Maestro oriental- ¿U olvidas la Cala Yurei?

Wondra se ajusta las gafas y le dedica una mirada a Jeliel 

- ¿Y tú qué querías, Jeliel? 

- Wondra... este chico de mi raza ha sufrido estas quemaduras por el proceso de deconstrucción de Caronte... Ya hemos hablado muchas veces que para los nuestros sufrir esos experimentos no nos parece....

Wondra que ya estaba algo alterada alza la voz y hasta Eva y John pueden oír lo que dicen

- Vale, vale... ¿se ha quemado? ¡Pues que se eche crema! Seguro que Caronte le avisó de los riesgos ¿Dónde está el gran problema? El funeral ha quedado deslucido, la gente está frustrada y enfadada ¿no todo es felicidad en la Isla? ¡Me alegro! ¡Porque este no es el Paraíso! Este es el mundo real, y todos estos chicos tienen que saber que no somos sino dos docenas de personas que estamos tratando de sacar a flote una manera de entender la vida ¿entendéis? ¡Esto no es el sueño de los Dioses! Vivimos en un jodido mundo imperfecto y la gente muere y no podemos hacer nada por evitarlo. Y nosotros caemos, y sufrimos y lloramos y, oh, mierda, a veces las cosas no salen como queremos ¿y entonces qué? ¿debemos dejar por ello de seguir intentándolo sólo porque Santuario no es el jodido Disneyworld? Vamos, vamos, Jeliel, Arsenal, pensad bien que es lo que queremos enseñar. Para mí es mucho más valioso que vean que no tenemos todas las respuestas a que crean que no tienen derecho a hacer preguntas. 

Hoy ha sido un día difícil. Mañana seguro que estamos todos más tranquilos. Creo que... sí, Maestro Kensei, creo que mañana se podría organizar una gran batalla. Creo que es justo lo que nos hace falta. 

Jeliel, sin estar del todo conforme asiente con comprensión y dando un beso en la mejilla a Nelkhael le desea que descanse y que mañana sus heridas estén mejor. 

Mientras tanto Jacob, que también ha oído todo esto, sigue abrazado a Diamond. Hasta que el tal Montparnasse se acerca a él.

- Jacob ¿verdad? Tenemos que hablar. Creo que he metido mucho la pata quedándome dormido. ¿Podemos hablar a solas? 

Todo el mundo se había puesto bastante tenso y Wondra había empezado a soltar palabras malsonantes, pero Jacob se había centrado en Diamond, no le importaba demasiado las discusiones que se estaban llevando a cabo, pues sabía bien que eran el tipo de discusión de la que no se sacaba nada.

Entonces el hombre que lo había mencionado y de quien ya se había olvidado volvió a aparecer interesándose en hablar con él. Jacob seguía con Diamond y no le parecía de todo correcto dejarla para irse a hablar con aquel hombre, aunque sin duda lo intrigaba. Tardó un poco en responder bastante indeciso, hasta que dio con la respuesta correcta, aquella que había tardado en llegarle pero que había estado allí desde el principio.

-No puedo dejarla, es mi amiga... y me necesita... ¿No puedes hablar aquí?- Preguntó inocentemente, no quería dejar a la chica, pero tampoco quería ser borde o desagradable con el hombre.

El melenudo hombre se quita sus finas gafas y se mesa el pelo mientras aprieta los dientes y se balancea de manera divertida

-Ay, no sé, no sé, Esguince me dijo que estuvieras tú sólo pero... pero también me advirtió que erais un grupo muy unido. De no ser así, te habrías venido en mi dirigible pero no queríamos separaros. Vale, vale, que se venga la hermana negra también pero por favooooor, vámonos ya de aquí, creo que la he cagado de manera mítica. Literal.

Unos metros más alejados, Montparnasse no aguanta más para soltar toda la información a Jacob y a Diamond. 

- Esguince me dijo que en cuanto llegaras a Santuario te llevara conmigo todo el rato. Que no te mostraras mucho y que incluso durmieras en mi cabaña. Rollo machos liberados, no liberales, quede claro... Sobre todo que no te dejaras ver  y que no hablaras con nadie del Consejo. Por favor, por favor, dime que milagrosamente no te has cruzado con nadie y que no le has contado a nadie tu vida. ¡Dímelo! 

Aquel hombre empezaba a asustarle, y lo peor es que no sabía si podía fiarse de él. No, lo realmente malo era que estaba empezando a crearle un sentimiento de que no debería fiarse de nadie, y aquello no le gustaba. Se puso bastante nervioso y esto hizo que las palabras se empezaran a aturrullar en su boca, no saliendo con claridad de ella.

-No... no... no se...- No sabía que contar y el ponerse nervioso no le ayudaba a recordar.- Quiero... quiero ver a mi padrino...- Dijo algo asustado.- Mi cuidador decía... que tenía que ser simpático con todo el mundo... y no se quien eres... quiero ver a mi padrino...

Jacob se quedó con esa única idea, el resto parecieron esfumarse, aquel hombre había conseguido que no se sintiese a salvo, y ahora solo quería ver a su padrino.

MODO DIRIGIDO

Sigrid cada vez tenía la sensación que aquella bruja estaba sacando mucha más información de ellos que al revés. Estaba confundida y perdida allí. Si salía de aquella habitación se ahogaría y no sabía si Kwanda sería capaz de llevarla de nuevo de vuelta a la entrada al portal. 
Tragó saliva y miró a Kwanda para que siguiera contestando él. 
Y por si acaso empezó a concentrarse para usar su poder. 

MODO DIRIGIDO

- Sí, ese niño está allí -dice Kwanda sintiéndose muy culpable de revelar esa información. Le tocaba hacer la tercera pregunta pero lo que quería era largarse de allí cuanto antes

¿Estamos ahora en peligro por ti?

- SÍ. Por mi causa y por mi presencia, pero por supuesto la respuesta es sí. ¿No pensaríais entrar en los dominios de Zirnitra como si fuera un paseo, no?... 

Rápidamente Kwanda arrebata las tijeras a la mujer y responde

- NO. Lo que pasa es que no sabíamos que eras el Zirnitra ni que estos eran tus dominios.

Mira durante un segundo las tijeras temeroso y ve que no se mueven. Entonces sonríe

- Y esa ha sido tu tercera pregunta, lo siento. Hemos acabado.

Por un instante la mujer balbucea. Luego aprieta los puños y agita la cabeza en un desdén de ira. Luego, sonríe forzosamente

- Me engañaste. Fuiste muy hábil. Sabes que no pretendía preguntarte eso. Pero soy justa con los tratos. De ahí viene mi reputación. Está bien, hemos acabado... Pero ¿no queríais jugar a los acertijos con premio? 

El malakita se había acercado a sus compañeros y veía en sus caras no más que depresión por las desaventuras vividas. Todo era sufrimiento aquel día, menos el momento que había vivido Nel hacía unos momentos.

Se sentía mal, todos habían sufrido, hasta él mismo había sufrido y no estaba  bien disfrutar algunas cosas mientras el resto de los seres humanos sufre.

Jacob se acercó al ángel pidiendo una respuesta, una respuesta que no estaba seguro de poder dar. 

-¿Por qué muere la gente buena Nel?

La pregunta resonó en la mente del malakita durante unos largos segundos pero se mantuvo en silencio, no sabía que responder a la pregunta de su amigo.

Cuando Wei apareció ante todos como una especie de espíritu, una lagrima cayo por la mejilla de Nel, la vio como la veía antes, era solo una niña... aunque su alma dormiría en paz.

El sobresalto fue extremo cuando todo se fue al demonio, la muchacha sufriría tanto en éste plano como en el próximo, definitivamente no dormiría en paz.

Encerrado en sus pensamientos negativos ni escuchó cuando Jeliel le hablaba, solo respondió como si estuviese en modo automático, practiacamente no sabía ni con quien hablaba ni de qué. Fue tan automático que para cuando se dio cuenta estaba en medio de una discusión entre Jeliel y Wondra.

Se lamentó por el momento vivido, pero no por eso sería menos, es más, sintió placer por ver a la mujer de su raza discutid abogando por su seguridad.

Cuando Jeliel lo besó en la mejilla, deseando que se mejore un torbellino de ideas pasaron por su mente. La muerte de Wei, el sexo con Ariadna, los sentimientos por Jeliel... todo junto. El malakita no resistió tanta presión de su mente, no pudo hacerlo.

Luego del beso en la mejilla sus lagrimas brotaron sin más y tomó vuelo... subió como si su vida dependise de ello, tratando de escapar de algo inescapable. Su propia mente.

John bastante abatido y sin ningún ánimo de protestar la sugerencia de Eva asintió ante su comentario.

Solo se detuvieron antes de ir hacia las barracas para escuchar la discusión que a unos metros estaban llevando con Wondra. Las sentidas palabras de la mujer calaron muy hondo en el joven. Se dio cuenta que no existía diferencia entre el mundo que habian dejado atrás y la tierra prometida donde se encontraban.
El caprichoso hazar seguía rigiendo sus vidas, no importaba cuan importante o poderoso fuera uno, ni el suelo que pisara. Lo importante como bien habian dicho era la actitud para ir afrontando los duros golpes que el destino les tenia reservado, sin desfallecer, siempre mirando hacia delante.

Pese a entenderlo no era algo fácil de seguir a la práctica. Deberia sacar fuerzas para levantar su ánimo, unas fuerzas que hoy no le acompañaban.

Durante todo el ascenso por las escaleras hasta lo alto de la isla John permaneció silencioso y pensativo. Ya no se mostraba tan triste como en la playa, pero estaba muy serio y apagado, contrastando con el carácter risueño que era habitual en el.

- Gracias por acompañarme.... Le dijo a Eva sin esperar respuesta, antes de desaparecer al interior de la barraca de los chicos. Se tumbó sobre su lecho y por una vez en mucho tiempo deseo no soñar nada y que pasara ese dia interminable.

MODO AUTOMÁTICO

"Vale que yo me esté haciendo la llorona para evitar que me hagan cantar aquí, con mi miedo escénico y con un público que aún se le sale el corazón por la boca, pero parece que Jacob está llorando de verdad. Ya sabía yo que Sigrid no me le estaba haciendo un hombre. Ya tengo pensadas las fotos que iba a poner en mi carpeta el curso que viene de mi futuro novio, así que si ahora tengo que enfrentarme a este colgado para que Jacob no se me desmonte, pues lo hago

- Oye, perdona, si tienes algo de mierda que meter contra el Consejo por qué no vas a la "otra hermana negra" de ahí y le cuentas tus problemas. O mejor, voy yo y le digo que no quieres que Jacob hable con ellos, a ver qué me dice... ¿te gustaría eso, eh? Pues si no quieres que mueva mi lindo culo hasta ahí, dinos qué está pasando... 

- Nonononono, no hagas eso, shhh, calla, calla.. Ay, me cago en... Jacob, tienes que creerme y confiar en mí. No me conoces de nada, pero Esguince estaba seguro que si me presentaba aquí en su nombre y te decía esto, me harías caso, dijo que eras muy simple, digo muy ingenuo, no, muy... inocente, eso es. Si no queréis venir a mi cabaña lo entiendo, pero por favor, trata de no hablar mucho con los otros miembros del Consejo. Pasado mañana tu padrino estará aquí junto al resto del Consejo que falta y seguro que él te podrá explicar mejor que yo todo ¿vale? Y si necesitas cualquier cosa mi cabaña está ahí, al otro lado de ese risco. De acuerdo. ¿Todo guay entonces? 

Sonríe de manera graciosa a Diamond buscando su aprobación... Tras esto, y si nadie le reclama, se da la vuelta y se aleja. 

De madrugada todos duermen en los barracones. 

En el de las chicas Eva descansa plácidamente junto a otras seis chicas que no conoce. 

Nelkhael trata de encontrar una postura donde las quemaduras no le molesten continuamente. Su cabeza también arde con pensamientos. 

John trata de dormir deseoso de no soñar. Tal vez por eso pesadillas difusas alteran su descanso. 

Nelkhael le escucha farfullar y maldecir y moverse agitado

- El cuello, el cuello cortado- le oye claramente decir. 

Jacob estaba cada vez más confuso, y eso lo irritaba ligeramente, que ahora no pudiera confiar en nadie era el comlo, y aquel hombre parecía querer irse sin mas después de soltarle aquella "bomba".

-¿Pero por qué?, el padrino quería que viniese aquí, ¿y ahora no puedo confiar en la gente de aquí?- Preguntó visiblemente ofendido.- ¿Qué pasa?

- ¿Quería que vinierais? Que yo sepa tuvo varias dudas... ¿No os dijo que tenía que venir él antes a hablar de vosotros? Creo que era precisamente por ti, Jacob. Tenía un conflicto con traerte precisamente a ti aquí.  

Jacob estaba cada vez más confuso, la verdad es que si su padrino hubiera querido llevarlos allí lo podría haber hecho mucho antes, y había sido más bien una medida desesperada, pero eso no quitaba que estuviera enfadado, por fin encontraba un buen lugar con gente buena, y ahora no podía fiarse.

-Está bien...- Dijo no muy seguro de sus palabras.- Iré... ya no se que hacer... solo quiero ver a mi padrino...

Entonces le dedicó una mirada confusa a Diamond, no sabía si aquello sería peligroso. Un buen chico, un héroe no la dejaría ir, lo había visto en miles de películas, pero tenía que admitir que estaba asustado y le gustaría contar con al menos un amigo, alguien de quien se pudiera fiar al 100%, y esa persona sin duda era Diamond.

John despertó entre sudores en la oscuridad de la habitación. Se alegraba de comprobar que todo no había sido mas que una pesadilla. Real, muy real, pero al fin y al cabo un mal sueño.

Se levanto a hurtadillas sin hacer ruido ya que no queria despertar a sus compañeros. Parecía bien entrada la madrugada, ya que la luna amenazaba bajo el horizonte con volverse a esconder para dar paso al nuevo dia. Cogió sus ropas y se vistió apresuradamente para salir a tomar el aire ya que se habia desvelado.

Antes de darse cuenta, tras andar sin rumbo entre las crecientes sombras se encontró de nuevo pisando la fina arena donde horas antes habia sucedido aquel grotesco y desafortunado incidente. Ahora aquel lugar volvía a ser hermoso y tranquilo.

Se sentó en la arena y miró a su alrededor. Según le habian dicho la casa de Evaki no debia estar muy lejos de alli. Se sentia avergonzado por su actitud, por como se habia dejado llevar por el dolor y por como le habia contestado a aquella que siempre le habia dado ánimos en sueños. En mucho aspectos se dio cuenta que aun se comportaba como un crio, sabia que debia madurar y no intentar cargar con el peso de la culpa cada vez que las cosas no salieran bien.

Anduvo descalzo por la orilla mientras el amanecer le cegaba . Sentia que le debia una disculpa a Evaki asi que caminó para ver si daba con su cabaña.

JACOB Y DIAMOND

Mientras cae la noche, Jacob y Diamond acompañan a Montparnasse a la playa del este, por un sendero que cruza la Cala Yurei. Allí, a espaldas del resto de Santuario se encuentra una cabaña pintoresca y con bastante peor estado que el resto de construcciones

- Probablemente no les haga gracia que vengáis aquí, pero después de traer sano y salvo el cargamento de chavales en el dirigible, me han dado bastante carta blanca...

Cuando Montparnasse (O Monty como ha pedido que le llamen) abre la cabaña un intenso olor se abre paso. Jacob sabe qué es. Ha visto a chicos del internado fumar marihuana antes. Diamond ya ni hablemos. 

- ... de todas formas si evitáis describir mucho mi estilo de vida, mejor. Adelante, cuidado no os deis con la hamaca, ahora os pondré un colchón para que durmáis. Creo recordar que lo tenía detrás de la tabla de surf, o tal vez debajo de esos cojines. No, ese montón de ropa, no, el otro. ¿Tenéis hambre? He traído curry y pimientos en el globo. Aquí no saben cocinar una buena comida india. Os cocino algo. 

Mientras Monty se pierde entre el enorme caos que reina en su cabaña le escuchan aún decir, 

- Y por favor poned música. ¡Si me vengo aquí tan apartado es, entre otras cosas, para poner el reggae al volumen que Dios Marley pensó que tenía que oírse!