Partida Rol por web

Thanes de Carrera Blanca

2. Una Espada en la Oscuridad.

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26/04/2014, 18:21
Narrador

Uthgerd y tú os separasteis del resto del grupo y os dirigisteis a Cauce Boscoso. Llegasteis al pueblo ribereño después de desayunar. Tu compañera había estado silenciosa todo el camino, aún afectada por la discusión que había tenido con Suro. Tú, por tu parte, tenías una sensación fría en el estómago, y por una vez no estaba producida por el consumo excesivo de alcohol. Te preguntabas qué sabía Delphine de todo este asunto de los Thalmor. Helgen estaba a sólo un día a caballo de aquí. ¿Se habría marchado a espiar por su cuenta?

Cuando te acercaste al desmoronada puerta de entrada al pueblo, el único vestigio de muralla, supiste que algo iba terriblemente mal. Había dos jinetes elfos vigilando la posición, enfundados en armaduras de combate doradas. No eran dos aventureros, ni mercenarios. Eran soldados thalmor vigilando el camino. Y tú mejor que nadie sabías que los thalmor eran como ratas. Donde había uno...

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26/04/2014, 18:35
Uthgerd

Uthgerd enarcó una ceja y te miró con aire inquisitivo.

—¿Qué hacemos?

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27/04/2014, 01:34
Khaled

—Jodido reflejo —gruñó Khaled, protegiéndose los ojos entreabiertos del maldito brillo con una mano.

El sol ya asomaba completamente sobre las montañas. Era bastante desagradable cabalgar con el disco dorado tan bajo, brillando en los mismos morros. No hacía falta que los cauceños colocaran espejos, o lo que quisiese ser aquello que le estaba deshaciendo los ojos, junto a las murallas.

La cabalgada nocturna había sido silenciosa. Uthgerd se la había pasado malhumorada, pero esta vez de verdad. La mujer siempre parecía cabreada con el mundo, pero no era difícil percibir cuándo estaba verdaderamente tocada. El feo asunto de los Compañeros le había hecho una herida profunda. En su orgullo, sin duda, pero también más allá. Khaled sospechaba que se sentía culpable de la muerte del chaval. No era, en cualquier caso, algo que fuera a admitir fácilmente. Y él prefería no sacar el tema a relucir. Para qué tocarle los ovarios con historia antigua, cuando ni siquiera le interesaba escuchar nada sobre los Compañeros. Para ella era distinto. Era nórdica, y había crecido como todos los niños de Skyrim, escuchando historias de los Compañeros de Jorrvaskar. Mercenarios glorificados, en opinión de Khaled. No tenía nada contra los mercenarios, pero no era el tipo de vida que era saludable ensalzar.

Se encogió de hombros. Un par de jarras de aguamiel, y las penas se escapan junto con el primer eructo.

No tardaron en estar lo bastante cerca de las puertas de Cauce Boscoso para que Khaled y Uthgerd reconocieran la fuente del deslumbrante resplandor. No eran espejos, por desgracia, sino bruñidas armaduras doradas, encima de caballos, alrededor de tipos estilizados de orejas puntiagudas, fácilmente reconocibles como altmer. Una pareja de jinetes thalmor, nada menos. Y si había dos jinetes allí, habría más dentro, y puede que incluso un justiciar.

Hubiera pensado que iban a por Delphine, pero estaban demasiado vivos. La buena señora era bastante más aterradora que los elfos.

Uthgerd acercó su caballo a la yegua del guardia rojo y preguntó por el siguiente paso. Khaled soltó una carcajada. ¿Qué podían hacer? ¿Tratar de colarse sigilosamente? ¿Contar algún cuento a los thalmor? Tonterías. O se daban la vuelta, o seguían adelante, como si no pasara nada. La primera opción ni siquiera la contempló.

—Vamos a entrar al pueblo por esa puerta —respondió—. Y después vamos a ir al Gigante Dormido a beber unas jarras. Y después, ya veremos.

Khaled puso en marcha a su yegua de nuevo, hacia Cauce Boscoso. Nadie esperaba nunca a los thalmor, y su llegada no era nunca bienvenida. Pero esta vez, incluso podía ser un encuentro afortunado. No merecía la pena pensar lo contrario mientras no supiera qué estaba pasando.

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27/04/2014, 09:47
Guerrero Thalmor

Uno de los guerreros le dijo algo al otro y os salieron al paso. Los emblemas de sus armaduras doradas, y sus capas negras confirmaron lo que ya sabías: eran soldados del Dominio Aldmeri, y no lo escondían.

—Vosotros dos, ¿cuáles son vuestros asuntos en Cauce Boscoso?

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27/04/2014, 11:06
Khaled

Khaled dejó que la yegua se acercara hasta que los thalmor pudieran olerle el aliento. Talos sabe qué le habían dado de comer a ese pobre animal, pero el guardia rojo hubiera hecho el menor gesto de sopresa si la hubiera descubierto regurgitando sus propias heces.

—Un asunto de capital importancia —respondió, rascándose el vello incipiente alrededor de la nuez—: beber aguamiel. Quizás también echar una cabezada. O algo más. —Guiñó un ojo a Uthgerd antes de proseguir.— ¿Y los vuestros? ¿Turismo? Puede que se me escapen los detalles más sutiles del Concordato, pero creo que vuestra jurisdicción es exclusivamente el culto de Talos.

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27/04/2014, 14:33
Guerrero Thalmor

El thalmor que había hablado te echó una mirada desdeñosa que evidenciaba su opinión sobre beber a primera hora de la mañana.

—¿Y quién eres tú para opinar lo que es jurisdicción del Dominio de Aldmer? Idos por donde habéis venido, que la posada está cerrada. El tabernero está ocultando a una peligrosa terrorista. O habla... —se encogió de hombros y esbozó una sonrisa —, o morirá.

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27/04/2014, 15:33
Khaled

—¿Has oído? —Khaled giró el rostro para hablar con Uthgerd—. Bebida y espectáculo. En el Gigante Dormido no se privan de nada.

Así que una peligrosa terrorista... A pesar de los indicios, se negaba a creer que Delphine se hubiera dejado atrapar por los thalmor. La mujer no había sobrevivido tantos años por ser descuidada. Incluso había sobrevivido a su propio padre, y el viejo Ibram era duro como los tendones de un gigante.

Se dejó caer de la yegua e hizo señas a Uthgerd para que hiciera lo propio.

—A mí me abrirán, soy habitual —aseguró al thalmor que hablaba—. Podéis ocuparos de los caballos mientras tanto. Hemos cabalgado toda la noche, y los pobres necesitan un descanso. Pero tened cuidado con la mía, es toda una rebelde, y si no os andáis con ojo os dará una coz.

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27/04/2014, 16:27
Guerrero Thalmor

El soldado desenvainó su espada y te apuntó con ella.

—He dicho que está cerrada. Idos por donde habéis venido.

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27/04/2014, 17:08
Khaled

Y ahí se encontraba el meollo del problema. Khaled no estaba dispuesto a darse la vuelta. Si hubiera sido Suro, podría haberse colado sigilosamente, escalando la muralla, y colado de algún modo en la posada. Si hubiera sido Karin, podría haber hechizado a los guardias, o haberles convencido de que le dejaran pasar de algún modo. Y los demás también se las hubieran arreglado de alguna forma sutil, sin duda. Él era él, y la sutileza y la diplomacia la producían un insoportable tedio. Y tenía que entrar.

—Estoy cansado y tengo sed —dijo, avanzando con parsimonia—. Y vengo en asuntos oficiales del Jarl Balgruuf, así que no me hagas perder más el tiempo. Asuntos, por cierto, cuya naturaleza no os concierne, así que no os molestéis en preguntar, y franqueadme el paso.

Y si eso no funcionaba, lo que llevaba dentro de la cabeza y en sus músculos rara vez le fallaba.

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01/05/2014, 11:15
Guerrero Thalmor

Los thalmor no repitieron su amenaza más veces. Picaron espuelas y embistieron contra ti, blandiendo sus espadas por encima de sus cabezas. Te agachaste con rapidez y tus espadas sólo cortaron el aire por encima de tu cabeza.

Sí que estoy bueno. Se me ha olvidado quitarte el bono de Des a la CA porque aún no has actuado en este asalto, y el bono +1 de los thalmor por atacarte desde el caballo. Sea como fuere, fallan sendos golpes.

Los thalmor designan su esquiva contra ti.

- Tiradas (6)
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01/05/2014, 11:24
Uthgerd

Uthgerd había desmontado cuando tú lo hiciste. La nórdica no había mediado palabra en todo la conversación, lo suyo era hablar con los músculos. Se abalanzó como un ariete hacia delante, blandiendo el pesado filo en un golpe de arriba abajo. Profirió un grito, que por un momento te pareció a medio camino entre uno de batalla y uno de dolor.

Sea como fuere, el pesado acero nórdico de Uthgerd atravesó la armadura dorada de uno de los soldados thalmor como si fuera seda. El elfo aulló de dolor cuando su espada estuvo a punto de seccionarle la pierna a la altura de la rodilla.

  1. Thalmor
  2. Uthgerd
  3. Khaled
- Tiradas (2)
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01/05/2014, 12:09
Khaled

—Si íbamos a acabar así, podíais haberme ahorrado la saliva.

Los dos jinetes se abalanzaron sobre él, ignorando a la guerrera. Khaled agarró la empuñadura de la espada con una mano y esperó hasta el último instante, agachándose tanto como pudo para que las armas de ambos jinetes pasaran por encima de su cabeza. El siguiente movimiento fue menos afortunado. Una piedra suelta cedió bajo el pie sobre el que apoyaba la mayor parte de su peso mientras desenvainaba y cargaba de energía el filo del arma, desequilibrándole al ponerse y provocando que fallara su golpe.

Designo al que no está herido para esquiva.
PC= 24/25 (Iba a usar contacto electrizante

- Tiradas (1)
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01/05/2014, 17:37
Guerrero Thalmor

El thalmor al que Uthgerd había herido le devolvió el golpe, y hundió su estilizada espada dorada entre las placas de la gruesa armadura de la nórdica. Tu compañera soltó un gruñido cuando el filo entró y una maldición cuando salió, pero el golpe pareció cabrearla más que otra cosa.

El segundo guerrero te miró con desdén.

—Las babosas como tú tenéis saliva de sobra.

Te confundió con una finta y un golpe más rápido de lo que esperadas, y notaste cómo el dolor te recorrió con un estallido eléctrico desde el hombro hasta la muñeca.

- Tiradas (5)
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01/05/2014, 17:43
Uthgerd

Uthgerd soltó un mandoblazo con más rabia que tino, y el altmer bloqueó el golpe con su escudo con facilidad.

 

Sigo equivocándome con los bonos y tal, y siguen sin tener ningún efecto en el resultado.

  1. Thalmor (1 ileso, el otro con 12 puntos de daño)
  2. Uthgerd (7 puntos de daño)
  3. Khaled (8 puntos de daño)
- Tiradas (1)
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01/05/2014, 18:23
Khaled

La delgada punta de la espada del mer se coló entre las placas de la coraza como una serpiente, clavando sus colmillos en la musculosa carne del hombro de Khaled. El latigazo de dolor recorrió todo el brazo, desde el hombro hasta la punta de los dedos, y hubiera seguido su camino de no ser ese el final. Pero no era nada, ni siquiera tuvo que apretar los dientes para evitar soltar su propia arma; el dolor de verdad llegaba después, cuando el cuerpo se permitía relajarse. Mal asunto, cuando presagiaba más combate para ese día y no llevaba ni una mísera poción para cerrar la herida, mas no podía hacer otra cosa que resignarse y terminar con rapidez.

No respondió con palabras a la pulla que le devolvió el thalmor. Tal y como había declarado, ya había gastado suficiente saliva. Bien afianzado esta vez, confiando en que el elfo se encontraba todavía a distancia de golpe, volvió a cargar de energía el acero y trazó un breve arco transversal ascendente, prácticamente abriendo en canal al jinete.

(La primera tirada de daño de la espada no vale; le he dado a desglosar por costumbre)

Daño= 11 (físico) + 23 (eléctrico) = 34
Pc= 23/25 (contacto electrizante)
Pg= 40/48

Si muere, cambio el objetivo de esquiva (CA 22)

- Tiradas (4)
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01/05/2014, 18:58
Khaled

Por el rabillo del ojo vio cómo el otro jinete deshacía su postura defensiva para rebuscar en su cinturón. Aprovechando la posición de sus brazos al final del primero arco, se dio media vuelta de improviso y descargó el filo del arma contra él.

80 de dañ... esto, 11 de daño.

- Tiradas (3)
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01/05/2014, 19:03
Uthgerd

Uthgerd terminó el trabajo y empaló al guerrero elfo en su armadura. El thalmor gorgoteó unos instantes y cayó al suelo, fulminado antes de que pudiera dar la alarma.

La nórdica se enjugó el sudor de la frente.

—Ha sido divertido —dijo Uthgerd con una sonrisa torva—. ¿Sabes? Creo que deberíamos buscarnos un arma a cuatro manos y blandirla juntos.

- Tiradas (2)
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01/05/2014, 21:21
Khaled

—¿Cómo una tijera gigante? —bromeó—. No queremos que nuestros enemigos huyan espantados al vernos.

Echó los brazos alrededor del torso del primero de los jinetes derribados y lo arrastró fuera de la vista de quienquiera que pudiera pulular por la muralla. Las probabilidades de que algún lugareño sintiera el menor atisbo de pena por la muerte de un par de soldados thalmor eran escasas. Que la avaricia condujera a algún inconsciente a buscar recompensa de manos de los elfos era totalmente creíble.

—Trae al otro y espanta a los caballos —indicó a su compañera—, ¿quieres? Creo que aún no nos ha visto nadie.

Antes de dejar el cadáver entre los matorrales, se agachó a su lado y registró el cadáver. No esperaba encontrar ningún indicio de lo que estaban haciendo allí los elfos, más allá de lo que le habían confesado, pero no costaba nada buscar. Además, el último en caer tenía se había jugado la vida inútilmente para hacer sonar una trompetilla. Eso podía ser útil. Y si tenían dos, incluso mejor.

Cuando terminaron con los thalmor y ocultaron sus cuerpos entre la maleza, Khaled se dirigió a la guerrera.

—Dos fuera, pero a saber cuántos dentro. ¡Terrorista peligrosa! —exclamó con hastío—. Talos sabe qué cojones están haciendo aquí de verdad esos desgraciados, si hasta tienen que cerrar el pueblo. Tengo amigos en el Gigante Dormido, no puedo darme media vuelta y dejarlo estar.

»Vamos a ver qué se cuece en la calle —añadió, cogiendo las riendas de la yegua proporcionada por el jarl—. Si no nos salen más pingajos al paso, quiero pasar por la tienda de los Valerius. Puede que tengan algo para los pinchazos, y que sepan algo sobre lo que está pasando.

Me llevo la trompetilla. Si hay dos, una para Uthgerd y otra para Khaled. Si hay algo más de interés en los cuerpos, dímelo.

El sigilo no es lo de estos dos, así que entran por la puerta principal, tranquilamente.

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02/05/2014, 09:39
Narrador

Uthgerd soltó una risita e hizo lo que le pediste mientras tú registrabas los cuerpos. No había nada de interés aparte de la trompetilla y un puñado de septims, así que arrastraste los cadáveres hasta los matorrales que flanqueaban el camino.

—Toma, quejica, me sobra una poción —dijo tendiéndote un vial—, por si Lucano no tiene ninguna a la venta.

Ella misma también había recibido una herida leve, pero decidió no beberse otra.

Cauce Boscoso estaba muy silencioso, incluso teniendo en cuenta que acababa de despuntar el alba. La presencia de los thalmor pendía del pueblo como una amenaza fantasma. Todo el mundo estaba metido en su casa, con la puerta atrancada y las cortinas echadas.
 

El dinero que encuentras es poca cosa. Ya sabes que yo no registro los pequeños gastos como comidas, alojamiento o tasas, así que esos septims van a parar a ese dinero en mano que se supone que tenéis pero que no es relevante para comprar objetos mágicos.

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02/05/2014, 09:40
Lucano Valerio

Te acercaste al Comercio de Cauce Boscoso y el fuerte aroma de hierbas y reactivos alquímicos te hizo arrugar la nariz antes de que llegaras. Tardaron bastante tiempo en responder, durante el cual escuchaste el apagado sonido de una discusión entre los hermanos. Al final, Lucano corrió una cortina para echar un vistazo, y la sorpresa se dibujó en el rostro al encontraros allí, con las armaduras salpicadas de sangre de elfo.

Lucano descorrió el cerrojo de la puerta y abrió la puerta, mirándoos de hito en hito. El imperial apoyó la espada de acero que había blandido contra la pared, pero dudabas que supiera usarla para algo más que para trinchar un pollo de todas formas.

—¡Khaled! ¡Uthgerd! ¡Por el amor de Mara! ¿Qué hacéis aquí?