Partida Rol por web

- Si conseguimos las grabaciones de hoy del espaciopuerto tendremos algo más con lo que negociar. ¿Alguno podría conseguirlas?-

La mujer parece extrañada, pero las comunicaciones y los datos son su especialidad.-Estarán guardadas en el archivo central del planeta, en algún puesto de seguridad bien abajo, como todos los datos de seguridad. Si no reducen a polvo el planeta, claro. Se podrían conseguir con los códigos de seguridad de cualquier oficial o político importante. O con un buen descifracódigos.-

-Y sí Caesar , ella tiene razón, si queremos encontrar una nave... lo mejor es pillar un contrabandista, o una nave similar.-

-Y yo me llamo Dalla, Dalla Brightstar.-

El improbable trío se interna entre cables, tubos y sistemas de ventilación antiguos, se dan cuenta que el espaciopuerto se construyó sobre otro más antiguo cuando éste dejó de ser útil y éste a su vez sobre otro.

-¿Y cómo piensas encontrar a tu padre Caesar?. Aquí hay muchísima gente-dice vuestra acompañante cuando pasáis al lado de un grupo de refugiados.-Y muchísimo espacio.-

Pero tanto Alex como Caesar se dan cuenta de algo, mientras la otra mujer habla, ellos sienten unos ojos clavados en su espalda, vamos, que les están siguiendo.

- Un chiss es fácilmente reconocible. Raxus es un lugar muy rico en razas pero alguien con la piel azul es fácil de localizar. En cualquier caso me lleve el tiempo que me lleve yo no dejaré este planeta si no es con mi padr...

Las palabras murieron en los labios del muchacho. Una sensación desagradable le había poseído. Les seguían... era un hecho. Pero, ¿quién? Bien podrían ser los maleantes de más atrás que no habían aceptado la pequeña derrota a la que el blaster de Alex les había sometido y querían recuperar sus vibrofilos. El vibrofilo... Caesar había echado la mano sobre el pomo de éste como un acto reflejo. Pero, ¿sería capaz de utilizarlo llegado el momento?

La incertidumbre pudo con él... quizá habría sido operativamente más sabio hacerlo de manera más discreta pero finalmente se giró en redondo para plantar cara a éso de les acechaba.

-¿Un chiss? ¿Qué es un chiss? Yo pensaba que eras un wroonio con una enfermedad en los ojos...-

En ese momento te das la vuelta y ella también lo hace deseosa de saber qué está pasando.

Una pareja de humanos os está siguiendo, son un hombre y una mujer de mediana edad, no lo están haciendo muy discretamente, pero tampoco parecen amenazadores, y no podeís ver que lleven armas. Ambos están sucios, como,está todo el mundo debido al polvo y a la carbonilla.

Aquella gente que les seguía ponía nervioso al muchacho pero no eran tan molestos o amenazadores como para forzar un encontronazo desagradable. ¿Qué demonios pretendían entonces? De un modo o de otro, la mujer piloto no dejaba de parlotear y, a tenor de las afirmaciones que profería, Caesar le dedicó una mirada cargada de profundo desprecio.

- Un wroonio... phew - masculló el chiss con desagrado. Él era bien consciente que no eran una raza demasiado conocida y que, precisamente por eso, debían pagar muchos de su raza por lo que unos pocos habían hecho en el pasado... pero el hecho de que alguien le confundiese con otra especie tan evidentemente distinta a ojos de un chiss de sí mismo era poco menos que insultante. 

Caesar dejó por imposible a la mujer. Convino consigo mismo que cuanto menos la escuchara menos enervante sería su presencia por lo que prefirió volver a poner la atención en Alex... aunque su actitud fuera irritante al menos era respetuosa. El chico la observó atentamente y de algún modo percibió que ella también se había percatado de que los perseguidores se acercaban de manera poco disimulada.

- ¿Y bien...? - comentó el chiss con intención.

Era esa sensación de que hay algo justo en el límite de la visión, sombras que se alargan cuando no deberían y la impresión de que alguien o algo te sigue. Podía sentirlos más que verlos. Pensé en doblar una esquina y pararme en seco, pero Caesar se me adelantó parandose de golpe. Apreté los labios, demasiado tarde para una emboscada o, incluso, buscar cobertura. Bueno no, para buscar cobertura no era tarde. Dediqué una mirada significativa a Caesar y luego hice un gesto hacia la pared.

Pegué mi cuerpo a la pared y me protegí tras unos escombros de metal y hormigón que, si bien no resistirían el disparo de una nave, si que me protegerían de un blaster o de una ballesta wookie llegado el caso. También visualicé la mejor ruta de escape caso de que las cosas se pusieran feas. Maldije entre dientes, luego adopté mi mejor tono confiado antes de hablar.

- ¿Por qué nos seguís? Salid dónde podamos veros. - dije con mi mano sobre el arma. Con suerte no terminaría en una pelea, pero no me engañaba, a más abajo fuesemos, más peligro.

De entre las sombras, bueno más bien desde la ausencia de luz que marca la mayor parte de los corredores y pasadizos, aparecen un hombre y una mujer, que se miran entre ellos, como si confirmaran algo.

Y luego el hombre se dirige a vosotros.

-Os hemos escuchado antes, y sabemos donde hay una nave, o incluso varias. No lo hemos comentado delante de todos esos pobres desgraciados porque se nos tirarían encima. Pero vosotros parecéis determinados a salir de aquí, y entre todos podemos hacerlo.-

Este era precisamente el motivo por el que prefería, sin lugar a dudas, que fuese otro quien llamase la atención. Naves, sin duda resultaba tentador, pero aquel intercambio de miradas significaba que nos ponían a prueba. Como lo habían hecho esperando a que nos diéramos cuenta de que nos seguían. Y no debían ser del todo incompetentes porque aunque Caesar y yo les habíamos notado, Dalla no. La pregunta era, que les hubiéramos descubierto, ¿era intencional? Supuse que si. 

- Asumo que estarán guardadas. ¿Qué armas lleváis? Y qué sabéis hacer. Ahora mismo tenemos que encontrar a una persona más, si es posible. Después tendremos una tripulación completa. - Miré de reojo a Caesar y luego a Dalla. Mis conocimientos sobre tecnología eran más bien escasos pero, si podíamos hacernos con algún cacharro que captase comunicaciones, tal vez pudieramos ponernos en contacto con su padre y establecer un punto de encuentro.

Una vez más eché de menos alguien que asumiera el papel de líder. Alguien grande y fuerte, que hiciera que la gente se lo pensara dos veces antes de meterse con nosotros. Obviamente yo no era ese alguien, aunque podía fingirlo, claro que si. Miré a los dos humanos estudiando sus rostros. Las gafas me daban ventaja, no sólo porque me permitían ver con mucha más claridad, si no porque ocultaban mi expresión. 

- ¿Dónde estabais cuando empezó todo? 

-Estabamos persiguiendo a una peligrosa criminal, a la que por cierto, no atrapamos, y no, no os asustéis.-dice rápidamente antes de que podáis decir nada.-Ni somos cazarrecompensas ni queremos haceros ningún daño.-

-Sabemos donde están las instalaciones del Sol Negro en ese planeta, y sus hangares ocultos, que de hecho no se encuentran a mucha distancia de aquí, tienen varias naves rapidas y blindadas. Tendríamos que entrar, neutralizar a los pocos guardias que queden y no se hayan ido y conseguir una de sus naves.-

-Vosotros sois de los pocos que hemos visto que se pueden valer por si mismos, no tenemos problema en encontrar a otro más si no está muy lejos. ¿Qué me decís?.-

Ahora que están cerca, podéis comprobar que tanto el hombre como la mujer tienen blasters de calibre medio en los cinturones.

Caesar frunció el entrecejo provocando que sus ojos color carmesí brillaran con un tono ligeramente amenazador. Ahora parecía que la galaxia entera se confabulaba para reclamar su ayuda. El chiss caminó con paso firme hacia el hombre que le hablaba... si había que tratar con él lo prudente era no hacerlo a gran distancia. La conversación se tornaba potencialmente peligrosa para oídos ajenos y aquellos pasadizos estaban plagados de maleantes.

- ¿Por qué? - preguntó resuelto, - ¿Por qué quieres ayudarnos...? Estoy buscando a mi padre... es un chiss igual que yo. No creo que sea demasiado difícil de encontrar alguien con mi aspecto y sé que anda por aquí. Pero me escama que de pronto aparezca alguien dispuesto a ayudar a cambio de... ¿qué?

El muchacho estaba visiblemente molesto. No soportaba esas actitudes carentes de lógica de la gente... hipócritas. Si algo había aprendido aquel día en Raxus es que no se puede uno fiar de nadie.

- ¿En serio pretendes que asaltemos las instalaciones de la organización mafiosa más grande de la galaxia con dos blasters y un par de vibrofilos? ¿Cómo te llamas... quién eres?

Eché un vistazo a nuestro alrededor, para asegurarme de que no intentaban emboscarnos. En realidad, la "propuesta" del tipo me parecía dentro de lo razonable, pero claro, robarle una nave al sol negro podía no ser particularmente... prudente. Así que tenía que asegurarme de que nunca lo supieran o, al menos, que otro quedase como rostro visible de esto. Me eché la capucha por encima tapando mi pelo.

Su comentario sobre la criminal llamo mi atención, casi podría haber apostado. 

- ¿Cómo se llama esa criminal? ¿Qué aspecto tiene? ¿Hay alguna recompensa? - sonreí ligeramente, que él no fuera un cazarrecompensas no implicaba que no hubiera recompensa. Y si la había, tal vez podría vender la información por el trato habitual. Qué diablos, esta vez podría hacer precio especial.

Terminé por acercarme a Caesar con cuidado, manteniendo la guardia y asegurándome de que hubiera cobertura cerca. Luego respondí a la pregunta de Caesar. 

- No nos ayudan, se ayudan - Eché otro vistazo, la gente del sol negro no eran precisamente torpes - Solos tienen menos posibilidades de entrar, con nosotros tienen más opciones. Todos ganamos - Me encogí de hombros -Por i bien, es un trato justo ¿Por qué buscáis a la criminal si no sois cazarrecompensas? ¿Sois de la república? ¿Qué ha hecho?

Hice un gesto a Caesar para que sacase su comunicador. 

-Intenta captar a tu padre, que Dalla te ayude. Mientras explicadme lo que sepáis sobre esa criminal y el sol negro en este planeta. Vamos a salir de aquí.

Lo decía en serio, todo fluía y se iba colocando en posición. De algún modo sabía que todo saldría como tenía que ser. Lo que no significaba necesariamente bien, pero sí como debía. La vida siempre encuentra el modo de prosperar. 

Caesar apretó la mandíbula y se alejó un par de pasos para conectar el comunicador. Confiaba en que su padre estuviera lo suficientemente cerca como para ofrecerle una referencia clara dónde encontrarse. No dudaba de la posibilidad de huir en una nave de Sol Negro pero sabía que no iba a ser fácil. Claro que la alternativa de quedarse a contemplar como Raxus se veía reducido a escombros alentaba a enfrentarse a una docena de banthas enfurecidos si fuese necesario.

- Gaius... gaius... ¿me recibes?

-Tu amiga te ha contestado, pero te aclararé más las cosas, entiendo que para los no iniciados el Sol Negro parece una organización monolítica y todopoderosa, pero realmente eso es sólo si vas a por alguno de sus capitanes y no lo matas de un golpe, ellos responden con fuerza.

-Un ataque a una cédula de la organización para robar una nave, y encima cuando medio planeta está siendo bombardeado no atraerá casi ninguna antención. Además la mayor parte de ellos se habrán largado ya... es posible que quede algún droide de defensa o algunos guardias estúpidos... pero todos los importantes habrán intentado huir.

-Y sabemos que tienen muchas naves, y que solo han partido algunas. Si sólo entramos nosotros es poco probable que consigamos entrar, si somos cinco o seis siempre será mejor, además lo qeu tienen son naves de tamaño medio, luego para pilotarlas y salir de aquí puede ser buena idea tener un piloto, alguien que se encargue de los escudos, otros de las torretas, y otro que calcule a toda prisa las rutas hiperespaciales a seguir. Si sólo lo tiene que hacer uno o dos están vendidos, no somos Han Solo.

-Y yo soy Tanner y ella es Mirka. Por si quieres saber nuestros nombres.

Después de que hablarais con los recién llegados y mientras éstos se acercaban a Aleesha para contarle más acerca de la criminal, Dalla se acercó a Caesar, que no lograba comunicar con su padre.

-¿Me dejas? No conseguirás hablar con él en los túneles, tanto metal en estos túneles reduce las comunicaciones a estática, pero si le ampliamos la potencia y le engancho mi datapad puedo rastrear la dirección de la señal que de su comunicador, ya que lo tienes en la memoria del tuyo.- A pesar que antes la habías tratado con dureza, ella te sonreía, no parecía ser una persona con mal carácter. O igual entendía por lo que estabas pasando.

Tanner se acercó a Aleesha mientras Mirka vigilaba los alrededores, en los que no parecía haber ninguna amenaza.

-¿Qué ha hecho la criminal? ¡¿Que no?!- en su rostro se notaba la ira.- La buscamos porque ha matado a un montón de amigos nuestros. No somos de la República, ya no.-De su bolsillo sacó un micro-holoproyector y pudiste ver el rostro de una mujer humana con cara de cabreo, debajo de ella había una recompensa de 15.000 créditos viva o muerta, y estaba aprobada por varios gremios de cazarrecompensas, tanto de la República como del imperio. Los cargos principales eran experimentos Xeno-biológicos ilegales, aparte de asesinatos y secuestros variados.

-Nosotros no queremos el dinero, solo interrogarla sobre el destino de algunos compañeros. Pero ahora puede estar en cualquier sitio, sabíamos que estaba en el planeta pero sería demasiada suerte encontrarla. Centrémonos en escapar.

Miré por un segundo a Tanner, la venganza era el modo más seguro de terminar muerto uno mismo. Además, nunca arreglaba nada. ¿Acaso quemar a los tipos que habían matado a mi abuela me la devolvería? No. Con todo sabía por experiencia que era una pérdida de tiempo discutir con esta gente. 

- Querrás decir mala suerte. Si nos la cruzamos no nos enfrentaremos a ella salvo que no haya más remedio y, si tenemos que hacerlo, asumid que es mejor muerta. - Le miré por un momento - Siento lo de tus amigos pero a veces es mejor no conocer los detalles. Si esa mujer te respondiera, lo haría de forma que sólo te causará más dolor. No tendrás la sensación de paz que buscas por conocer su fin. Los cabrones como ella nunca lo ponen fácil. - meneé la cabeza - Pero tampoco me meteré en medio si vais detrás de ella. Simplemente quiero dejar claro que no va a entrar viva en nuestra nave, podría sabotearnos o matarnos.

-No os preocupéis por ella, a estas alturas ya estará muy lejos de aquí.-Hizo un gesto con la cabeza como apartando esos pensamientos de su mente.- ¿Vamos a por la persona más a la que hacías referencia?

-Luego iremos a por la nave. Este planeta se me hace cada vez más pequeño y quiero largarme de aquí cuanto antes.

En ese momento Dalla rió con alegría.-¡Mirad, he conectado éste comunicador al suyo! Está un par de niveles por debajo, pero calculando las resonancias del metal y las trayectorias de las ondas he podido hacer un mapa...-En su datapad aparecía un borroso mapa de la zona del nivel en el que estábais y de otra un nivel o dos más abajo. Con vuestros conocimientos técnicos no alcanzabais a saber  como lo había hecho pero su datapad no parecía uno corriente sino un modelo bastante avanzado y complicado de usar.

La idea de Aleesha de encontrar personal capacitado había dado sus primeros frutos.

-Se irá aclarando según descendamos. ¡Vamos!-La mujer volvió a sonreir a Caesar, en verdad era una buena noticia que pudiérais encontrar a alguien después de tanta desgracia.