Partida Rol por web

Achaikos y Lisandra transmiten una sensación de seguridad tremenda a sus dos jóvenes amigos y encaminan los pasos del grupo hacia la taberna donde trabaja Lis, la "Alegría de Raxus", allí por lo menos hay bebidas y comida... y algo de refugio y algún amigo.

Pero entre los túneles pobremente iluminados, y el bombardeo que se ha reanudado, las calles no son seguras, como lo demuestra un enorme derrumbe que ocurre justo delante de los cuatro voluntariosos supervivientes. Provocado por un enorme trozo de metal que es derribado del cielo.

Por un instante parece que todo está tranquilo y que el derrumbe no les ha afectado... pero empiezan a oler a gas y en ese momento una bola de fuego y llamas explota en el edificio derruido ¡Mandando trozos de metal ardiente y otros materiales en todas direcciones!.

La onda expansiva es brutal...

El golpe ha sido fuerte, pero no te duele nada, te levantas y ves a tu hermano abriendo los ojos intacto delante de tí, pero cuando miras alrededor ves los contenidos de tu mochila por el suelo, entre ellos el extraño cubo, Mizaa sacudiendo la cabeza... y al pobre Teebo agarrándose el hombro y desangrándose por él.

El golpe ha sido fuerte, pero no te duele nada, solo te ha empujado la onda de aire, te levantas y ves a tu hermana abriendo los ojos intacta pero en el suelo delante de tí, pero cuando miras alrededor ves los contenidos de su mochila por el suelo, entre ellos el extraño cubo, Mizaa sacudiendo la cabeza... y al pobre Teebo agarrándose el hombro y desangrándose por él.

Conjunta

Lisandra: Iba a soltar un "y tu que vas a ser..." pero no me da tiempo, una explosión de gas alcanza uno de los edificios de la calle por donde estamos cruzando para llegar a la taberna y aunque intento cubrir a Teebo y a Mizaa como puedo, pierdo el mundo de vista por unos momentos al golpearme contra el suelo, en la ola expansiva. Me quedo sin respiración por unos segundos y empiezo a toser, seguidamente. El polvo y el humo se meten en mis pulmones y ojos, haciéndome lagrimear. Cuando consigo por fín enfocar mis ojos veo sangre y nuestras cosas desparramadas por el suelo, cubo incluido.
"Maldita sea y malditos invasores, ya podrían darles mucho por el c..." reniego mentalmente. Veo a Teebo quejándose y sangrando, recojo nuestras cosas, cubo incluido, deprisa y corriendo, buscando algo para hacer de vendaje. Finalmente arranco una manga de mi blusa e intento hacer algo de presión sobre la herida.

-Teebo, no llores, todo está bien, saldremos de aquí, vale?- le digo con dulzura y miro hacia Achaikos, de forma significativa.

Achaikos: Camino animadamente a la delantera del grupo, demasiado alegre teniendo en cuenta que están invadiendo el planeta con la de muertes que éso supone, feliz de cambiar de aires. A decir verdad, llevábamos ya mucho tiempo en ésa casa que encontramos. "¡Yupi! ¡Aventuras!". Corro hacia atrás al ver el techo derrumbándose sobre mí, para poco después salir inevitablemente hacia atrás ante la explosión.

Me levanto, notando el golpe de la caída, algo aturdido al no comprender qué es lo que ha explotado. Instintivamente compruebo cómo está Lis, para acto seguido buscar a Mizaa y finalmente a Teebo. Sangre. Al fin veo los cristales y restos que hay desperdigados por toda la zona. Corro hacia él al entender que algo afilado le hirió al salir disparado, parándome a mirar unos segundos cómo Lis le venda. Guardo silencio sin dejar de mirar a mi pequeño amigo, mientras pienso la suerte que he tenido que ni siquiera me había enterado de los trozos.

Capto la mirada de mi hermana pero no me entero de nada.
- Deberíamos curarle. ¿Me adelanto y busco refugio? ¿O prefieres que vaya a robar medicamentos?

Lisandra: Me quedo pensativa, no es el tipo de emergencias a las que estamos acostumbrados, quiero decir, pasar hambre o incluso hacernos algún corte o enfermar, sí, pero que te explote un edificio a pocos metros de tu cara, como que no.

-Refugio - respondo instintivamente. "En la taberna hay cuartos en la parte de atrás, es un posible sitio, pero hay poco espacio, no cabremos los cuatro... pero al menos hay una cama donde poner a Teebo mientras le curamos, pero también necesitaremos cosas para evitar la infección, en el caso de que consiga parar la hemorragia y no... No pienses en eso, Lis, a Teebo no le pasará eso, vivirá porque es un niño y adorable y no le pasará eso!". -Adelantate y busca un sitio lo más seguro posible, si encuentras un sitio donde haya medicamentos avisame e iremos- le pido a éste. Mi cara es de preocupación, tenemos que encontrar un techo seguro anti-bombardeos a la de ya!

Achaikos: Asiento con la cabeza, dejando en sus manos la tarea de salvar a Teebo. Voy a girarme cuando se me ocurre algo.

- No sé cuánto alcanzan éstos comunicadores, así que a las malas, en un rato en la Taberna, ¿vale? Lleva allí a Teebo y ya veremos cómo continuamos adelante, ¿eh? -Sonrío. Al fin y al cabo es lo que se nos da bien: seguir adelante-. Voy a... hmm... voy a buscar en la Zona Subterránea o medicamentos... a ver qué encuentro con todo el jaleo que habrá formado.

Absortos en su pequeño amigo, los dos hermanos no se dan cuenta que el cubo empieza a brillar justo cuando Achaikos dice:

Deberíamos curarle

Lo que antes parecía un cubo empieza a iluminarse proyectando una especie de campo holográfico a su alrededor. Pero centrados en conseguir refugio y medicamentos, ni Achaikos ni Lisandra lo ven.

Mientras siguen hablando la imagen se condensa en una figura holográfica de una humana o humanoide, de unos veinte centímetros de alto y no se ve muy bien.

Justo cuando Achaikos se da la vuelta para marcharse, Mizaa solloza y mira a Lisandra.

-No se va a salvar ¿verdad? Siento como la vida se le va...-

Lisandra nota en ese momento como la sangre vuelve a salir a borbotones a través del improvisado vendaje y mancha toda su ropa... Todos sienten en ese momento, ¡no saben como! pero sienten... que Teebo se apaga. Y Achaikos vuelve a mirar a su hermana y a su amiga que sostienen al niño... a su amigo.

Y ve la imagen en el cubo, detrás, junto con el montón de cosas.

La voz se oye muy bajito, no sabéis si debido a que la explosión ha dañado vuestros tímpanos o que simplemente... no se oye muy alto.

-Curarle, para curar a alguien a través de la Fuerza hace falta entrega total, sentir la Fuerza Viva y estar dispuesto a darlo todo.-

-Vuestro amigo morirá en unos momentos si no lo hacéis así... abrazarle, cerrar los ojos, abrid vuestra mente a la Fuerza, sentid la Fuerza en todas las criaturas vivas y entregaros a ella, hacedle sentir que os preocupáis por él y entregadle vuestra Fuerza.-

Vuelvo a girarme al oír a Mizaa, con la sensación de que -aún sin saber explicar por qué lo sé- efectivamente se estaba muriendo. Teebo estaba muriendo y nosotros sin poder hacer nada. Lo único que estaba en mis manos era ir lo más rápido posible a robar algo para él, todo lo demás está fuera de mi alcance. Con pena, alzo la mirada para buscar los ojos de Teebo, pero en vez de éso me encuentro con que el cubo está brillando y... sale una imagen.

Sin mediar palabra me acerco rápidamente al objeto, para ver y oír mejor. Llamo la atención de Lis y le señalo la figura holográfica. ¿Fuerza? ¿Fuerza Viva? No sé qué pensar, pero creo que es la única opción. "Sentir la Fuerza... ¿qué es la Fuerza? ¿Cómo sé si la siento?".

- Teebo, no te mueras -Mascullo, acercándome a él para abrazarle. Cierro los ojos, como si así fuese a ser más sencillo sentir la Fuerza. "Fuerza, fuerza, fuerza...". A cada segundo y sensación que pasa, me debato por si es la Fuerza lo que estoy sintiendo. Pero no, lo primero era una araña y después la idea de que parezco tonto. Abro un ojo, para ver si se ha curado-. Lis, ¡se nos muere!

Lo abrazo con más fuerza. Igual es éso a lo que se refería, con la "Fuerza".

Apreto el intento de vendaje pero nada, sé que la herida es grave pero no soy médico, apenas llego para cosas básicas y me siento desesperada. No sé que pasará si Teebo muerte, es el pequeño del grupo, de mis niños, he cuidado de él cuando tenía fiebre y le he arropado cuando hacía frío, he hecho cosas indecibles para conseguirles comida a todos ellos y ropa que ponerse. No puede morirse en mis brazos de este modo!

-Mizaa, no llores, no morirá, te lo prometo...- balbuceo, en un intento de acallar a la niña, con escaso éxito.

Miro a Achaikos cuando propone encontrar medicamentos, agito la cabeza en sentido afirmativo, muy nerviosa y casi me da algo cuando oigo como una voz desconocida y susurrante habla cerca nuestro, me giro para ver que procede del cubo, que parece proyectar una imagen femenina. No entiendo nada, me aferro a presionar la herida, pero la sangre no para de salir y salir y...

"Cerrar los ojos y abrir nuestra mente a la Fuerza? Qué demonios...?! Eso suena a rollo místico raro..." En los segundos que dudo, Achaikos se lanza a hacer lo que dice la imagen holográfica. "Se está muriendo, no tienes nada que perder por intentarlo, Lis", me digo a mi misma, mentalmente.

Trato de calmarme, respiro hondo, cierro los ojos y trato de... no tengo ni idea de a que se refiere esa mujer pero intento pensar en la vida que hay a mi alrededor, en la gente que conozco, en los bichos, en los seres vivos que hay en la ciudad... en como debe de ser de grande el universo con tanta gente y criaturas vivientes y con la mente "concentrada" en eso, me uno a mi hermano Achaikos en el abrazo a Teebo.

-Teebo, te queremos y daría la vida por tí, no te mueras mi pequeño regordete...- murmuro, a punto de echarme a llorar -Siempre te cuidaré y te protegeré...

La sangre de Teebo mancha vuestras ropas y no os importa lo más mínimo, una criatura luminosa, un niño rodiano que no ha hecho daño a nadie, que es gentil y generoso, que siempre estaba con una sonrisa y un apoyo se desangra por los designios de un loco galáctico.

Alguien debería detener a ese tipo de gente.

Y sentís como la vida del niño se va, como muere en vuestros brazos, como exhala su último aliento y su corazón deja de latir, vuestra desesperación es horrible porque LO ESTÁIS SINTIENDO como si fuérais vosotros, y es aún peor, porque no os importaría morir si con ellos salvabais a vuestro amigo.

Vuestras palabras caen en el vacío - Teebo, no te mueras... se oye-Siempre te cuidaré y te protegeré... sigue escuchándose... son totalmente huecas y...

Y en ese momento vuestros sentimientos se amplian, notáis a la pequeña Mizaa que no para de llorar... ella que nunca lloraba... sumida en la tristeza absoluta. Notáis una ciudad de seres vivos que mueren debido a las atrocidades cometidas por gentuza. Y notáis, con una súbita esperanza, una pequeña chispa de vida en el ser que abrazáis. Y sentís que podéis avivarla. Que la gente que muere a vuestro alrededor, ya desprovista de envoltura carnal, todos los animales, todas las cosas vivas en este momento están con vosotros, que os apoyan, que cantan juntos en un coro maravilloso de vida. Que vuelven a una Fuente luminosa, y aunque sea prematuramente, os prestan su Fuerza, y lo harían aunque estuvieran vivas y no se dieran cuenta. Porque la vida es infinita.

Y así lentamente, poco a poco conseguís empezar a avivar la llama, la chispa en el pequeño ser... hasta que crece y vuelve a ser casi tan fuerte como antes, y no os importa que las vuestras se vayan apagando poco a poco. Porque compartís generosamente lo que tenéis, y vuestra llama, la de los dos hermanos unidos, es mucho más brillante que una sola.

Teebo vuelve a inspirar, cuando vosotros os derrumbáis pálidos y sin poder moveros en el suelo a su lado.

La negrura os abraza, pero antes de eso podéis ver a Teebo incorporándose.

Sentís como os arrastran, como os llevan hasta algún sitio protegido y como, cada poco, os dan de beber algo dulce ¿Fizzyglug...? y luego agua pura.

No sabéis cuanto tiempo ha pasado cuando abris los ojos y os encontráis en lo que debe ser el cuarto de calderas y de droides (saqueado hace milenios) de algún edificio antiquísimo. En un lecho cómodo hecho con vuestras ropas. Teebo duerme como un lirón a vuestro lado y podéis ver a Mizaa vigilando a través de la puerta por si se acercara alguien.

En un rincón hay unas cuantas botellas vacías de Fizzyglug llenas de agua. Y tenéis una sed bestial.

Me esfuerzo y me esfuerzo por expandir mi mente hasta que no me queda ni una gota de pensamiento o energías en mi interior. Lo último que entreveo antes de caer en la aliviante negrura es a Teebo incorporándose, como si no estuviera muerto. Tras eso, dejo de ser persona, sólo soy un fardo, agotado y medio muerto, que no piensa ni es capaz de moverse por sí mismo.

Cuando despierto me duele todo el cuerpo, noto el sabor dulce en mis labios del Fizzyglug, pegajoso al tacto. Me paso la lengua por los labios, aún sabe a eso. La boca la tengo completamente seca, parece que me haya hartado a comer arena de lo deshidratada que me siento. Me duele algo la cabeza, migraña. Intento removerme de mi posición echada pero cada dedo que muevo o cada músculo que intento activar parecen protestar, como si hubiera estado corriendo toda la noche, en un intento de escapar de algún soldado psicópata para salvar la vida.

-Mizaa...?- murmuro levemente -Teebo...?- pregunto, en un intento por saber qué ha sido de los dos niños -Ach? Ach!- me entra algo de pánico, mi hermano pequeño, donde está? Intento mirar a mi alrededor, pero no recuerdo haber llegado a donde sea que estemos.

-Donde estamos...?- mi voz suena algo quebrada, a causa de la sequedad. Me siento tremendamente agotada.

Lenta y pesadamente, abro los ojos al oír la llamada de mi hermana. Sin siquiera mover cualquier otro músculo del cuerpo, giro la cabeza lo suficiente como para buscar a mi hermana con la mirada y preguntarme por qué grita si está a mi lado. Los mayores... siempre gritan cuando se ponen histéricos. Vaya, incluso se me ha ocurrido una broma para... pero estoy tan cansado, que ni ganas de reírme tengo.

Con esfuerzo y tiempo, finalmente salgo de la improvisada cama y me levanto. Me siento como si hubiese corrido sin parar en toda la semana. Hmmm... se ve tan cómoda la cama.

- Teebo se ha salvado -Observo con una media sonrisa, mirando cómo duerme con tranquilidad. ¿Y qué importa estar tan cansado si al final se salva? Suelto un suspiro de agotamiento y miro a nuestro alrededor-. Mizaa, ¿qué ha sucedido con la caja que brillaba? 

"Me pregunto qué ha sido lo que hemos notado" pienso, deambulando por el cuarto a un ritmo cansino, decidiendo si echar un vistazo al exterior era lo más apropiado o no. Agotado, me siento en medio del suelo con las piernas cruzadas, para pensar cómo formular lo que me reconcomía.

- Lis, lo que he notado cuando Teebo moría... ¿tú también? -Dejo recostar mi espalda en el suelo-. Ha sido... raro -Bostezo-...y tengo mucho sueño.

Mizaa se da la vuelta desde su puesto de vigilancia y os mira con lágrimas en los ojos.

-¡Han despertado! Teebo ¡Han despertado!.-La niña se abalanza hasta abrazaros fuertemente.-¡La caja la estás usando de almohada melón!.-

Y es verdad, rodeada de harapos y debajo de la cabeza de Achaikos está la caja.

-¿Tenéis hambre? ¡No habéis comido nada!.- La niña saca de su bolsillo varias bolsitas. En ellas hay raciones concentradas de emergencia. Llevan el sello de la Nueva República.

-Uff.-dice Teebo mientras se despierta y os mira.-¡Hola! ¡Que miedo hemos pasado por vosotros!.¡No os despertábais!-

Jadeo con fuerza cuando Mizaa me abraza, sintiendo la fuerza de la niña multiplicada por onceciento o más. Desde mi posición 'privilegiada' del medio de la habitación, sentado en el frío y duro suelo, observo desde lejos la caja brillante y parlanchina. Me corroe la curiosidad, y mucho, acerca de lo que puede ser. Y, más importante aún, ¿valdrá muchos créditos? Nos ha ayudado a salvar a Teebo, sí, pero no creo que podamos sacarle más provecho. ¿Y si la vendemos?

- Hambre... un poco -reconozco, al sentir repentinamente mi estómago-, pero más cansado que hambriento...

Recojo la ración de emergencia que me ofrece Mizaa y lo miro largo rato. Tras sacar el contenido de la bolsa y comérmelo, vuelvo a examinar el logo de la misma.

- Estoy casi seguro de que antes no teníamos raciones de emergencia... ¿dónde las habéis conseguido? 

Me estiro en el suelo, tumbado, mientras sigo masticando mi ración. Físicamente, estoy muy cansado. Sin embargo, creo que quedarnos mucho rato más aquí (por cierto, ¿cómo nos han traído hasta aquí?) no es ni seguro ni divertido.

- ¿Tú preocupado por nosotros? -Mascullo, con aún algo de comida en la boca-. Tú eras el que se estaba muriendo. ¿Cómo te encuentras?

-Y nosotros por tí, mi pequeño!- se me escapa un par de lágrimas, como a Mizaa y me dedico a abrazarlos y darles besos en la cara a los tres, intermitentemente. Aún me siento muy agotada y tremendamente confusa, no consigo entender qué ha pasado, pero tampoco pienso cuestionarlo, no si supone que ha salvado la vida a Teebo.

-Sí! Estoy muerta de hambre!- río por lo bajo, ante la posibilidad de comer raciones de emergencia en vez de chucherias. Achaikos ha hecho un gran apunte, hace mucho que no tenemos raciones de este tipo, no son de fácil y barato acceso, de donde habrán salido?

"Bueno, a caballo regalado no le mires el dentado..." Y luego está ese cubo, todo lo que lo rodea es extraño y perturbador.

-Y por cierto, como conseguiste traernos a los tres hasta aquí, Mizaa?- porque vale que ha ganado carnes pero es una niña, es imposible que pudiera con los tres, ni siquiera si Teebo la hubiera ayudado...- Mizaa?

Teboo y Mizaa se dejan abrazar a gusto. -Estábamos asustados porque no os movíais y apenas respirábais. Os tapamos con unos cartones para que no pasarais frío.-

La niña no os suelta del abrazo mientras habla. -Vinieron dos hombres y una mujer y nos ayudaron, parecían amables, nos ayudaron a buscar un refugio para vosotros y os trajeron hasta aquí, nos dieron bastantes de estos paquetes de raciones, que están asquerosos... pero deben ser buenos porque no siento hambre después de comerlos.-

-También nos dieron varias pastillas purificadoras de agua, luego nos dijeron varias cosas que no entendimos, pero también que despertaríais en unos días, tuvieron que irse a ayudar a más gente, nos dejaron un comunicador por si teníamos problemas que les llamáramos, y os dejaron un mensaje grabado.-

La niña os tiende un comunicador, es un artefacto de clase militar, debe valer bastante, en la memoria tiene un mensaje grabado.