Partida Rol por web

A la mañana siguiente los soldados os despiertan al Alba tocando en vuestras puertas y os conducen a la planta baja del castillo donde se encuentra el comedor social. La sala no es demasiado grande, podría dar cobijo a unas 50 personas, y la mesa de madera alargada, que ahora está llena de diferentes frutas, lácteos y otras comidas para el desayuno, está decorada con 20 sillas. El Rey está sentado en la silla más alejada de la mesa que es más grande que el resto, de aspecto señorial, y está comiendo una pata de jabalí con bastante ansiedad cuando os ve entrar y os invita a sentaros con un gesto.

Cuando termináis de comer Moldas en persona os escolta hasta la caballeriza donde os entrega un caballo a cada uno, menos a Tome a quien ha preparado un pony bastante pequeño, aunque le asegura que es lo suficientemente veloz como para igualar a un caballo. También os entrega un mapa con una ruta marcada con lugares donde los caballos pueden descansar y abrevar, unas raciones para el viaje y a Tome y a Tachi les entrega una carta sellada.

Salis por la parte trasera del castillo y os llevan en barca hasta el borde sureste de la ciudad donde os bajáis para poner rumbo al bosque.

"Okay chicos. En el cuartel secreto donde aprendí a usar la espada, tambien me enseñador a usar un mapa. Así que... ¡Vamos allá!"

Una mañana prometedora ,y aunque se ha perdido ciertos eventos en la medianoche, quizá haya sido lo mejor. Así que revisa el mapa
"Abriré el camino. El mapa dice que este sitio se llama 'bosque de los lobos' ¿Que tal si Kingnomo y Tome van enmedio? Así, si nos ataca un animal o algo así, van los más protegidos... y podrán usar mejor sus poderes, si les conviene" sugiere humildemente

Dentro encuentras una breve nota escrita a mano con una caligrafia con bastante floritura. 

Querida Tachi,

 Perdona por haberte metido en este jaleo con mis ilusiones pero necesitaba que me ayudaras. Al final de este documento tienes pegado un objeto de gran valor que te ayudara cuando estés en el bosque.

 

Un fuerte abrazo y vuelve con vida,

- Dale, La bruja.

Al final de la carta tienes pegada una moneda de oro con el grabado de un escudo que desconoces por completo.

Sin mediar mucha palabra os subis al caballo y empezais la marcha suavemente. Hay bastantes kilómetros hasta el bosque y es mejor no cansar a los caballos pronto.

El continente no parece haber sufrido mucho impacto de la guerra, aparte del gran crater de Rondar. Los pastos verdes se pierden en el horizonte y la hierba y los tallos altos se mueven formando olas al son del viento. Animales salvajes caminan en grupo y pastan tranquilamente aqu´y allí y en el cielo se pueden todo tipo de aves viajando de un lado al otro. Es un día bastante tranquilo, en comparación a todo el ajetreo y la conmoción causada la noche anterior.

El sol empieza a elevarse en el cielo cuando llegáis a un arroyo de agua bastante afluyente donde os bajáis para descansar un rato. Junto al arrollo hay unas mesas y unas sillas de madera donde sentaros y comer o preparar cosas. El lugar parece tranquilo y fuera de cualquier peligro inminente.

Es tachi quien levanta una ceja

"¿Un MERENDERO? ¿Con mesitas y sillitas?" piensa "¿En serio este es un bosque natural, cercano a una ciudad que apenas tiene una década de existencia?"

Y así pregunta al resto

"¿No habrá alguna trampa, o algún animal salvaje o venenoso esperándonos? A ver, un merendero es algo raro"

Felix, tras bajar del caballo, enarcó una ceja al encontrar, en efecto, un merendero como decía Tachi. 

- En el bosque de Septemtrio tenemos uno exclusivo para los guardianes del bosque. Pero uno público... es curioso - admitió con extrañeza mirándolo detenidamente, en busca de anomalías y huellas por el lugar.

Vaya, que modernos están en este bosque...

Miré aquel lugar con repulsión. ¿Que maldita perdida de tiempo era aquello? ¿Para que demonios necesitaban aquello ahí montado? No le encontraba la lógica a ello. Solté un gruñido y seguí caminando.

-Sigamos andando. Ya os ireis de pícnic cuando hayamos aplastado las cabezas de esas ratas y yo tenga mi pago en mis manos. Vamos.

Sin bajar de mi caballo que era mas pequeño de lo normal (ya que sino me seria imposible montarlo), miro a Tachi y la zona de picnic.

-No creo que nos sea necesario descansar ahora, nos queda mucho camino hasta llegar al bosque y cuanto antes terminemos esta tarea antes volveremos con el rey a cobrar la recompensa y la información.

"Bueno, mi señor Grundar, tampoco es para tanto" dice Tachi intentando calmar al impetuoso PiesVerdes "Es un buen lugar como otro, para poder abrebar a nuestras monturas, y para refrescar el agua"
"Al fin y al cabo, si no cuidamos de estos jamelgos ¿Como convencerles para que cuiden de nosotros?"

Tachi se acerca al riachuelo, y primero comprueba que el agua sea potable: Comprobará de un vistazo que no haya peces muertos, que haya larvas (En el agua corriente suele haberlas, y eso significa que es agua viva) y tambien olerá y probará una gota -sin tragarla- Todo trucos de exploradores.

Trucos para cuidar a la gente que un explorador debe de proteger.
 

Cuando se asegure que el agua es potable, acercará a su jamelga "UrquinaOnna" para que pueda beber, y de paso ella refrescará el agua de su cantimplora.

"Mi señor Kinogmo, si debemos luchar contra una plaga, es mejor hacerlo al cien por cien ¿No?"

"Hay una cosa que tengo que pediros, amigos mios" dice Tachi si nos tomamos un descanso
"Me encontré con unas letras en un lenguaje que no comprendo en absoluto, y necesitaré descifrarlo. Es algo de mi pasado... y quizá la clave de mi futuro"
 

"Quizá os esté pidiendo demasiado" dice un poco avergonzada, y mirando a la punta de sus sandalias "Pero no tengo nadie más en quien confiar para esto ¿Podríais ayudarme?" Dicho esto, saca un papiro en el que ha escrito cuidadosamente unos símbolos. Claramente no es el alfabeto común.

Y toca seguirla, nos guste o no. ;)

Los caballos necesitan abrevar y descansar transcurrido un tiempo, por ese motivo parais "forzadamente". 

Felix miró lo que Tachi le mostraba y se encogió de hombros.

- No me suena a nada que conozca. Si quieres probar a ponerlo delante de un espejo... igual te aclare algo. Pero no lo creo - admitió. Posteriormente volvió su atención a su caballo, acercándolo al arrollo para que bebiera.

Grundar, Grundar, de que me suena eso, pensó Neithos - AJA! dijo de repente cuando el pensamiento afloró en su mente - El famoso semiorco Grundar, cuentan las historias que fue un poderoso guerrero, servidor de Gorum que logró premiado por su dios logró convertirse en un Troll sentado en un trono hecho con las cabezas de sus enemigos.

Miró a Grog, y aunque tambien era un semiorco no veia mucho parecido al Grundar de las historias, Igual la chica sabe algo que yo no se, y se giró ante Grog y le pregunto, Sois el famoso Grundar el semiorco. ¿ Utilizareis vuestro bastón para aplastar la cabeza de todos vuestros enemigos ?

- Tenemos dos cartas selladas, quizas deberiamos abrirlas para saber algo más antes de actuar

Bueno, si no queda mas remedio tocara parar, quizás es buena idea dejar descansar a los caballos..

Me bajo del caballo para sentarme junto a Tachi y ver el papiro que acaba de abrir.

A mi tampoco me suena de nada, al menos no entra en mis conocimientos religiosos, quizás Tome Tometo sepa algo, parece que sabe bastante de brujería.

Saco un sandwitch para empezar a comérmelo habrá que aprovechar la mesa de picnic...

Lance un gruñido al ver que el caballo estaba cansado. No me gustaba pararme cuando iba camino  a aplastar cabezas, y menos rodeado  de malditos humanos y demás ratas, que no sabían ni aprenderse un simple nombre.

-Mi nombre es Grog, no Grundar, humana. Y tu, orejas picudas-le dije al elfo-, vuelve a confundirme con un sangre mestiza y te juro que tu cabeza caerá antes que te de tiempo a arrepentirte. Soy un orco puro, hijo de orcos y criado entre orcos. Espero que no se te olvide.

<Vaya, ya estamos otra vez con las bravuconadas>.Me giré rapidamente al oír aquella voz rezumar en mi cabeza, pero no había nada detrás.

-¿Que demonios...?

<Espera, ¿ahora me escucha? Por fin, después de 14 años ya era hora de que me escucharas, cacho de alcornoque>.

-Me estoy volviendo loco...

<Mas te gustaría, soy lo que hay dentro de ti. Y por cierto, no te mataría ser mas amable con la dama, sería mas agradable de ver que aquello que tuve que ver hace dos años con aquella orca. Aun tengo pesadillas.>

Miré a todos lados, esperando que fuera una broma. Al final gruñí, me moje la cara, e ignore el resto de la charla incesante de lo que fuera. Maldito día estaba siendo aquel.

La parada en el lugar era necesaria para que nuestras monturas recuperasen el aliento y pudiesen descansar. No me hacía mucha gracia tener la montura más pequeña pero los humanos no me veían capaces de montar un caballo. Gruñí por ello.

- Y bueno ¿tu cómo te llamas? – pregunté a mi montura en el idioma que me había enseñado Rufus la noche anterior – Si vas a ser mi compañero de viaje que menos que saber cómo te llamas, yo soy Tome. – Los animales siempre eran más confiables que las razas “inteligentes”, así que qué menos que presentarme ante alguien que me iba a llevar a mi destino.

Al escuchar las palabras de Neithos recordé que tenía una carta sellada que me había entregado el rey. Saqué la carta y la abrí haciendo uso de una de las dagas para leer lo que tenía en el interior.

Cuando abres la carta encuentras un dibujo a mano alzada de un rostro que inmediatamente reconoces como el de tu maestra. Junto al dibujo hay un pequeño papel doblado con cuidado que desdoblas para leer su contenido:

Tengo a mis mejores hombres buscando el paradero de tu maestra.

- Rey Moldas