Partida Rol por web

La conversación fluye en la taberna y también lo hace el tiempo. En un abrir y cerrar de ojos la luz natural empieza a desaparecer y el tabernero enciende la chimenea para ayudar a iluminar y dar un calor acogedor al establecimiento. Todo parece estar tranquilamente hasta que sin previo aviso un estruendo enorme suena fuera de la taberna, provocando que el suelo y todo el edificio se mueva descontroladamente unos segundos.

Cuando el temblor termina todo lo que queda es un silencio mortecino acompañado del repicar de los objetos que siguen cayendo de las estanterias. Tras unos eternos segundos empiezan a escucharse gritos y gente corriendo fuera de la taberna. Sin perder ni un segundo Grog que está cerca de la puerta la abre dejando que entre una luz roja y brillante, aunque para sorpresa y tristeza de muchos de los ciudadanos de rondar no es la luz del ocaso, sino de unas llamas que se extienden altas y vibrantes hacia el cielo desde el puerto.

- Todo el mundo a sus casas ahora! - grita el tabernero rompiendo el silencio de la sala y sacando a más de uno del shock de la escena.  Todos los ciudadanos salen corriendo casi al instante aunque el tabernero vuelve a levantar la voz - Menos vosotros de la esquina - dice refiriéndose a vosotros.

Saca un mandoble de debajo de la barra y abre un armario de debajo de las escaleras donde se equipa con una coraza de hierro que para un ojo experto resulta obvio no ha sido usada demasiado y se planta delante del grupo, levantando el pesado sable con un brazo y apuntándolo al cuerpo del elfo.

- Un grupo de forasteros de otras razas entra a mi taberna y el puerto está en llamas. Habéis tenido algo que ver? - dice con voz y aspecto amenazador mientras os hecha una mirada penetrante uno a uno.

"Un grupo de forasteros entra en tu taberna. Y es algo NORMAL, ya que es una ciudad PORTUARIA! ¡Y no deja de ser RONDAR, en el centro del mundo!" dice la joven, bastante enfurecida.

La ciudad está en apuros, y si la ciudad está ardiendo, puede que sus amigos estén en verdadero peligro. Ella no será una paladín, ni ordenada ni armada como tal, pero seguirá con las enseñanzas de Shibari, ayudando al prójimo.

"Ahora ¿Vas a retenernos en tu posada? O mejor dicho, vas a INTENTAR retenernos, mientras intentamos salvar la piel y al prójimo?"

- Oh cielos, señor tabernero, exclamó el elfo mientras daba un ultimo trago a su bebida. - Esta claro, que mientras usted nos daba bebidas, nosotros ES IMPOSIBLE que provocasemos nada.

- Pero claro, en las sociedades humanas siempre lo facil es acusar al que es diferente. Miró al posadero con ojos frios y duros  Ahora porque en vez de retenernos igual podriamos salir a ayudar a apagar el incendio. Igual hasta con un poco de suerte no se quema SU taberna.

Un solo dia en esta ciudad y ya me voy cruzando con dos idiotas. Increible, penso Neithos mientras esperaba que la cordura entrase en la cabezota del tabernero

Felix se sorprendió al notar todo temblar.

¿Un terremoto? Aunque aquí, más bien, sería un maremoto, pensó el joven, perplejo.

Pronto comenzaron los gritos, la gente aterrada corriendo de un lado para otro... ¡y el fuego! ¡En una ciudad portuaria rodeada por aguas y más aguas donde lo que más podía arder era... el agua!

Cuando observó el miedo y nerviosismo en el semblante de la gente, la población huyendo no sabiendo donde ocultarse, su memoria, sus recuerdos, fluyeron. Y por momentos lo revivió todo de nuevo.

¿Otra vez... lo mismo?, se preguntó incrédulo.

Los berridos de un tabernero nervioso y furioso lo devolvieron a la realidad. Miró fríamente al amenazante hombre.

- No soy forastero - se limitó a decir con tono severo, levantándose de su asiento y caminando lentamente hacia una de las ventanas. Tenía que ver que aquello no se podía estar repitiendo y tenía que ver... cómo diantres era posible hacer arder nada en aquel lugar inundado por el agua.

El edificio esta totalmente cubierto por guardias así que por mucho que buscas una manera de trepar no encuentras ningñun hueco por el que no te puedan ver.

Del fuerte temblor acabo cayéndome de la silla donde estaba sentado con la mujer que acababa de dar la cara por mi y el hombre que hablaba tanto. Cuando me incorpore para levantarme vi al tabernero venir furioso hacia nosotros soltando maldiciones y gritos. ¿Nos estaba acusando a nosotros de provocar un incendio? Entonces es cuando me percate que había un incendio fuera de la taberna.

-Tu acusación no tiene ningún sentido, igual que cuando me acusaste de que te debía dinero -aunque realmente si que le debía las 3 monedas pero eso jamas lo admitiría – Nosotros podríamos acusarte de la misma forma que lo hiciste tu ¿Quien nos dice que no sacarías ningún beneficio de ese incendio? - Le mire con una mirada acusadora.

Ya estaban otra vez los humanos haciendo gilipolleces, y para colmo también me acusaban a mi. Dejé mi bebida en la mesa después de darle un trago y salté a la mesa en la que estaba el otro grupo para ponerme justo delante de el.

- Mira, me importa una mierda la ciudad, yo solo he venido aquí en busca de algo que no tienes ni por que saberlo, y me toca las narices que no tengo que venga un humano a acusarme de mierdas. ASÍ QUE SI NO QUIERES ARDER COMO EL INCENDIO QUE HAY FUERA MÁS TE VALE LARGARTE A CASA. - dije levantando la voz y poniendo una voz muy grave. Desde luego el genio lo había heredado de mi maestra.

Y luego tenían el valor de llamarme a mi idiota. ¿En serio creía ese idiota que podría pararme? Y no solo a mi, sino también a otros 5 mas. Aunque el unico al que le confiaria mi espalda era Tome, el resto parecian demasiado santurrones como para fiarme de ellos. Una mala persona sabes que antes o despues te traicionará, pero nunca sabes que es lo que hará una buena persona.

-Mira, pequeña rat...-iba a seguir la amenaza cuando una jarra caída en la escapada se colocó bajo mi pie, haciendo que me resbalara y rodara hasta reventar una mesa. Me levanté con cara de pocos amigos y volví murmurando-Sucios humanos.

El tabernero os examina a cada uno de vosotros por separado, estudiando vuestras reacciones. Tras unos momentos se apoya la espada ene l hombro y sin perder ni un segundo se dirige a la salida de la taberna.

- Si tenéis algo de corazón en vuestro interior seguidme a ayudar a los necesitados. Se nota que estáis curtidos en batalla. - comenta mientras camina a paso ligero hacia la salida y se pierde entre las nubes de fuego y humo.

Al asomarte por la ventana puedes ver que todos los barcos del puerto están en llamas, junto con algunos puestos y las casas mas cercanas a la zona del muelle.

Cuando sigues al tabernero con la mirada y sale del edificio te parece ver en lo alto del edificio de enfrente mirando al fuego a Dale, Parece que se mueve hacia los tejados de la derecha aunque desaparece tras un pestañeo de tus ojos.

Cuando sigues al tabernero con la mirada y sale del edificio te parece ver en lo alto del edificio de enfrente mirando al fuego a tu maestra. Da unos pasos hacia la derecha y parece señalar a un punto, aunque desaparece tras un pestañeo de tus ojos.

Cuando sigues al tabernero con la mirada y sale del edificio te parece ver en lo alto del edificio de enfrente mirando al fuego a Tharlatos. Se gira y da un paso hacia la derecha aunque desaparece tras un pestañeo de tus ojos.

- Están atacando el lugar - dijo con voz grave mientras la luz de las llamas se reflejaba en el pálido rostro del joven asomado por la ventana - Otra vez...

Su habitual calmado porte se tornó iracundo. Vio al posadero salir corriendo por la puerta y él comenzó a hacer lo propio.

- Voy a ver qué o quien ha provocado esto. Y si puede matarse, hacerlo - dijo repentinamente -. ¿Alguien viene? - invitó a los presentes.

"Contad conmigo, Maese Félix. No se me da mal seguir los rastros"

Tachi se ajusta una vaina a la espalda, con una descomunal Katana, unas jabalinas, y... algo más. Y tambien se coloca una máscara en el rostro

"¿Vamos?" la invitación es practicamente a todos, aunque especialmente al buen Kinogmo, y tendiendo el brazo

"Creo que he encontrado una pista ¡Seguidme, por favor!" y se echa a correr hacia la derecha del edificio de enfrente.

Tachi usa un talento especial que aprendió por su cuenta. A Estudiar un objetivo. Y viendo a Dale, se apresura en estudiarla. A analizar sus movimientos para poder rastrearla con mayor facilidad.

Y tras esto, empieza a seguir el rastro como sólo un ninja puede hacerlo, ignorando el peligro, el fuego y el riesgo. Todo por ayudar a una vieja amiga si está en algún riesgo.

"No se que te traes entre manos, amiga mia. Pero no dejaré que camines sóla hacia el peligro"

Cual ninja entrenada por la élite buscas rastros meticulosamente sin embargo para tu sorpresa no encuentras absolutamente nada. Perpleja desistes en seguir ya que estas segura de que se ha desvanecido sin dejar rastro.