Partida Rol por web

Tiempos Convulsos en Diez Ciudades

3. Una Visita a la Vista del Norte

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28/01/2020, 10:55
Wido Cuervo Blanco

¡Hengaaaaar, no te hagas el dormido ahora! - Le recriminó Wido al cadáver del redhead. 

No podía creer que su amigo estuviera muerto. Caer en manos de una hiena no era una muerte honrosa. No al menos para un norteño, aunque al menos había sido en combate y Tempus acogeria al caído en sus salones atemoporales. Pero fuera como fuera, Wido seguía creyendo que Hengar hacía cuento.

Ver a su compañero en el suelo, posiblemente le despistó y provocó que fallara un tajo directo al cuello de la bestia que tenía encima. Sin embargo, instantes después si logró penetrar tras la armadura de su enemigo causando un profundo cortr en su vientre que por poco no le destripa.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Fallo el primero, segundo 16 o 20 pg.

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28/01/2020, 12:01
Ramiel Gardeniere

Ramiel dio un paso hacia delante, el gnoll estaba distraido, igual que Wido al ver que Hengar había caído. Concentrado, el espadachín atravesó de lado a lado a la criatura, la afilada hoja del estoque asomó por su espalda. Pero Ramiel no se quedó ahí, con la daga apuñaló el costado del gnoll para rematarlo. Con un tirón brusco, sacó las armas del cuerpo del enemigo, salpicando de sangre el suelo y se encaró contra el gnoll que faltaba.

 

- Tiradas (7)

Notas de juego

Paso de 5' a E11, Flanqueo con Wido, (+2 al ataque)

Ataque 1: 20 de ataque, 19 de daño; Ataque 2: falla; Ataque 3: 24 (y como es con daga no hay crítico xD), 17 de daño; daño total: 37 MUERE

Efecto activo: Protección contra el mal (+2 CA, +2 TS contra criaturas malignas)

CA: 21
PG: 46

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28/01/2020, 13:02
Lilandra

A Lilandra le bastó una mirada para comprobar que Hengar había dejado de respirar aún antes de caer al suelo, si hubiera tenido tiempo de descansar... Nada podía hacerse ahora y era escencial que acabaran con los enemigos.

Avanzó hasta tener a tiro al último de los gnolls, el que peleaba con Wido, y le descargó un golpe en la cabeza. Lilandra sabía que ese había sido uno de sus mejores golpes y sin embargo la hiena con dos patas seguía en pié.

- Nahy, no te quedes allí, si nos rodean quedarás expuesta - le gritó a la genasi sabiendo que era posible que los Gnolls de la entrada no vinieran por el interior del burdel

- Tiradas (2)

Notas de juego

Muevo a F11
Golpeo a Gnoll en F12, 9 de daño

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28/01/2020, 13:39
Mercenario de los Mestizos Salvajes

El último gnoll que quedaba en pie retrocedió trastabillando de los golpes que le habían soltado Wido y Lilandra. Soltó el mangual y llevó las manos a la nunca. 

—¡Me rindo, me rindo! —dijo.

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28/01/2020, 13:42
Tezzork

Nahyeeda hizo caso a Lilandra y dio una corta carrera en dirección a vosotros, ahora que el combate había terminado y estaba fuera de peligro. Justo a tiempo, porque Tezzork y Ryssa aparecían acompañados de otros tres gnolls de armaduras negras por el sitio donde había predicho la lathanderita.

—Señor Gardeniere —llamó Tezzork con un acento gutural—, la señora Dulsarra quiere que juguéis con ella una mano a las cartas.

Soltó un gruñido animal cuando vio a dos de sus gnolls desangrándose en el suelo.

—Dime que no quieres venir, para que podamos esparcir tus tripas y las de esta escoria que te acompaña, por este callejón inmundo —dijo, enseñándoos los dientes.

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28/01/2020, 14:22
Ramiel Gardeniere

El espadachín apretó los labios. Todo aquel desastre había sido por su culpa, por no haber llevado bien la situación, por haber pedido ayuda a sus compañeros cuando, en realidad, tenía que haberlo hecho solo para no poner en peligro sus vidas. Ahora, el hombre al que esa mañana había salvado de la muerte, había caído asesinado y su sangre le estaba manchado las botas. Si Lilandra no podía hacer nada por él... Todo eso no hacía más que enfurecer a Ramiel, quería sangre, quería ver arder el puñetero burdel. ¿Esa maga tan explosiva no podía prenderle fuego? No podía ser tan complicado. 

Se adelantó a los demás, con las armas cubiertas de sangre apuntando hacia abajo, pasando por encima del cadáver del desgraciado Hengar. Si sobrevivían a aquella noche, su siguiente misión sería la que el bárbaro había dejado inacabada. Le debían eso, al menos.

-A eso he venido, a jugar -comentó con la sonrisa canalla de siempre. Que Dulsarra quisiera verle o bien quería decir que no quería que le destrozaran el burdel y los creía capaces de ello, o que quería ofrecerle un trato; o puede que nada de esas cosas y solo estaba yendo hacia el cadalso él solito-. Entraré a jugar con la señora, pero mis amigos se quedarán fuera y no sufrirán ningún daño. O podéis dejarles entrar y que disfruten de las comodidades que la Vista del Norte puede ofrecer.

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28/01/2020, 17:20
Wido Cuervo Blanco

Wido no podía creer lo que Ramiel estaba apunto de hacer. ¿De verdad creía que Dulsarra quería jugar a las cartas? ¡Nada más entrar por la puerta iban a destriparle! Pero fuera como fuera, sabía que Ramiel era alguien cabezota y que cuando tomaba una determinación, no había quien le hiciera cambiar de opinión. Su viejo amigo se iba a meter en la boca del lobo y él poco o nada podía hacer para evitarlo. 

Por otra parte, tenía que tomar una determinación sobre que diantre iba a hacer él en esos momentos. Como bien les había comentado Lilandra, poco o nada podía aportar si no se tomaba un tiempo para meditar y recuperar sus conjuros. De Nahyeeda no podía esperar mucho, pues realmente no la conocía y no sabía de lo que era capaz. Es más, no tenía ni la más remota idea de hasta donde quería llegar. Lo único cierto era que Hengar no podía ayudarle y él solo contra todas aquellas bestias, no podía vencer.

Ramiel le había defraudado. Rehuir un combate no era su estilo y tampoco lo era el del Ramiel que conoció años atrás. El paso del tiempo le había vuelto blando y cobarde. O puede que no, al fin y al cabo, meterse en aquel burdel escoltado por aquellas hienas, era de valientes. De valientes o de estúpidos, Wido no lo tenía claro, aunque lo más probable era que Ramiel fuera simplemente un valiente estúpido.

Yo me llevaré a mi amigo... - Le dijo a la hiena. - No dejaré que se pudra en éste callejón. 

Dudaba que le dejasen partir, pero tenía que intentarlo. Morir combatiendo era honorable, como lo había hecho Hengar, pese a haber caído a manos de una hiena. Pero morir ajusticiado por pura estupidez era... era simplemente una estupidez. Si no le daban más opción, no tendría más remedio que seguir el juego que le habían propuesto a Rami. Esperaba que saliera bien, porque de no salir bien, más le valdría a Ramiel que le mataran bien, porque de lo contrario, sería él mismo el que le estrujaría el cuello y no le iba a gustar ni un pelo.

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29/01/2020, 11:15
Lilandra

Lilandra bajó la maza cuando escuchó a Ramiel claudicar, estuvo tentada de cargar sólo para forzar un desenlace en el que el sacrificio de Hengar no hubiera sido en vano... pero sabía que era un gesto fútil. Cuando Wido pidió permiso para llevarse al bárbaro resultó evidente que las opciones eran ambas malas. Abandonar a Ramiel a su suerte para salvar las armas y volver a luchar otro día, o acompañarlo dentro para morir o peor... porque no le cabía duda de que no saldría entera si atravesaba esas puertas.

Se apartó de donde estaban los gnolls y se acercó al cuerpo de Hengar - Tus compañeros necesitan atención - le dijo a la sacerdotisa cediéndole el paso. Había pensado en curarlos ella misma como gesto de buena voluntad, pero con toda su bondad sabía que ese gesto le valdría la enemistad definitiva de Wido, y era algo que no se podía permitir. Perder dos amigos una misma noche sería demasiado para su corazón. 

Tenía ganas de sentarse y llorar, el cansancio del día se le hacía cada vez más pesado, cuatro horas de marcha desde la madrugada hasta llegar a una ciudad sitiada. El combate con los trolls no había sido agotador para ella, pero había invertido casi todas sus fuerzas en sanar a los heridos de la masacre. Una tarde de planificar y negociar, y habían defendido el almacén con éxito, y ahora esto... fingió que revisaba el estado de Hengar y se aseguró  de que el hacha de plata quedara bajo su cuerpo, y luego se levantó y meneó la cabeza con gesto apesadumbrado. 

Endureció el gesto y se acercó a Ramiel a pasos agigantados - Espera - le dijo al espadachín y lo obligó a girarse y a mirarla, y le dio un abrazo y un beso de despedida - Que no encuentren la daga de plata, y por lo que quieras no reveles que tenemos el cargamento, volveremos a rescatarte. - susurró en su oído, y luego se separó con lágrimas en los ojos - No dejes que te maten - dijo en alto con la voz quebrada - No vuelvas a abandonarme maldito bastardo. - gritó entre lágrimas.

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29/01/2020, 12:41
Tezzork

Ryssa miró a Tezzork y el líder de la banda de mercenarios asintió, de modo que la clériga extrajo una varita lisa de madera de caoba y avanzó para ir a atender a sus heridos. 

—Dejaremos que te marches con tu amigo —asintió Tezzork, conforme con el intercambio de favores tras la rápida masacre del callejón—, pero no os quiero volver a ver por aquí, o la próxima vez seréis vosotros los que acabéis con el contenido de vuestra cabeza salpicando todo el callejón.

Tezzork se aseguró de que estabais conformes y, sobretodo que no hicierais ninguna estupidez antes de marcharos del callejón y alejaros del burdel.

—Venga, ven conmigo señor Gardeniere, no querrás hacer esperar a La Madame.

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29/01/2020, 14:36
Wido Cuervo Blanco

Wido no esperaba para nada que les dejasen marchar. Supuso que sabían que si no lo hacían, la sangre correría de nuevo y alguno de ellos acabaría muerto. No era un mal trato para ninguno de ellos, no obstante, le preocupaba lo que le pudiera pasar a Ramiel. Aquel norteño estaba convencido de que combatiendo, podrían salir victoriosos, siempre y cuando todos fueran a una y parecía no obstante, que su viejo amigo prefería jugar a las cartas que cortar gargantas. De esa manera, era imposible salir airoso. 

- Ten cuidado allí dentro... - Le dijo sin más.

Quería darle algún tipo de consejo, pero él no sabía jugar a las cartas y romper una jarra en la cara de Dulsarra, pero ese no era el estilo de Ramiel. De hecho, tras pensar aquello y sabiendo cual era su forma de hacer las cosas, no le quedó más remedio que reflexionar acerca de su suerte hasta la fecha. Actuando de la manera que actuaba, debería haber muerto muchos años atrás. Se encogió de hombros ante la única conclusión lógica que se le ocurría, Tempus le amaba.

Recogió el cadáver de Hengar y le indicó a Lilandra que recogiera las pertenencias de su amigo. Había muerto como un héroe y como tal, debía recibir un rito funerario adecuado. No podría dejar que aquellas ratas con cara de hiena lo desvalijaran y lo dejaran allí para que las alimañas se lo comieran.

Suerte... - Le deseó a Ramiel. - Si sales de ésta, nos veremos en las montañas.

Dicho aquello comenzó a andar camino de... ¿El cementerio? ¿Algún templo? No conocía demasiado la ciudad y tampoco sabía donde podía quemar los restos de Hengar. Igual Lilandra podría ayudarle con eso. Al fin y al cabo, ella era una sacerdotisa y las sacerdotisas sabían de esas cosas.

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29/01/2020, 15:08
Ramiel Gardeniere

Ramiel devolvió el abrazo de Lilandra, estaba preocupada por él, aunque él lo estaba mucho más por el lugar en el que iba a meterse. Pero si lo ponía en perspectiva, un burdel era un entorno conocido, sabía lo que podía esperar y encontrar de un lugar así. La Vista del Norte era, como poco, más segura que el Diosa de la Fortuna en mitad de una tormenta. Solo tenía que tener cuidado con los puñales que podía venir por la espalda.

-No le digas a la Portavoz donde estoy -le dijo al oído, fingiendo darle un beso en la oreja.

Luego se apartó de ella, enfundó las armas y miró a Wido. Su amigo se lo había tomado muy a pecho, pero superaría lo ocurrido con unas cuantas jarras de cerveza y un par de tortazos. Ramiel no quería pensar demasiado en la muerte de Hengar, ya lo haría cuando hubiese salido de allí. Asintió sin decir nada, Wido estaba enfadado y cualquier gesto podía provocar que le soltase un puñetazo en la cara. Finalmente, se volvió hacia Nayheeda. Tampoco le dijo nada, pero por si acaso iba a ser la última vez que lo hiciera, le dedicó su mejor sonrisa y le guiñó un ojo. 

Por último se encaró con la gnoll.

-Adelante, escóltame ante la Madame.

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30/01/2020, 16:56
Lilandra

Lilandra se quedó pensando en la frase de Ramiel, no sabía por que iría ella a decirle a la Portavoz de la ciudad, que no recibía a nadie, que él había sido capturado por los Luskanitas. Por otro lado tampoco sabía a quien más podía confiarle la tarea de rescatarlo a él, a Nadja, y a desbaratar la banda de licántropos... o mejor dicho sí lo sabía y probablemente a la Portavoz no le gustaría nada el resultado.

Como fuera no había más que hacer allí, fingió pesadumbre al moverse hacia la salida del callejón, al tomar las pertenencias de Hengar, e incluso al indicarle a Nahyeeda que la siguiera con un movimiento de cabeza. Cuando estuvo segura de que los Gnolls estaban fuera del rango auditivo habló - Wido, puedo pedirle a Lathander que devuelva a Hengar a este mundo, antes de aceptar a ciegas ten en cuenta que su alma debe querer volver, y que lo hará en un cuerpo diferente al suyo, muy probablemente no sea humano, e incluso puede vuelva como un gnoll. - apoyó la mano en el hombro del bárbaro - Tienes una semana para pensarlo, sólo se necesita una parte de su cuerpo, incluso un hueso servirá.

Cuando se alejaron un poco más, y estuvo segura de que no los seguían, se enderezó. - Debemos mover el cajón de armas desde el almacén hasta mi carreta, no podemos dejar que las destruyan y las necesitaremos para sacar a Ramiel del prostíbulo. - miró a la genasi y sus dedos tañeron las cuerdad de un arpa invisible - Necesitaremos a nuestros amigos, hay que hablar con Aglonell y con Mishann para repartir las armas y organizar un golpe en forma a la Visita... o intentar capturar al flaco y a sus hombres fuera de la misma. - meneó la cabeza - No lo sé, el combate no es lo mío, si Gunther estuviera aquí el sabría como actuar. - dijo abatiendo los hombros. 

Suspiró y volvió a levantar la cabeza. - Como sea, primero las armas, vamos al almacén de Dunavan y roguemos que no haya recibido otra visita.

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30/01/2020, 19:35
Wido Cuervo Blanco

Podemos intentarlo... - Dijo bastante desanimado Wido. - Pero para ese entonces, para cuando estemos organizados, puede que Rami ya no este con nosotros. - Resopló. 

Wido estaba triste. Había perdido a Hengar. Hacía mucho tiempo que no le veía, casi ni le recordaba, pero ahora que se había reencontrado con él, hubiera querido compartir más tiempo a su lado. Mucha cerveza tenían que beber juntos, muchas putas que compartir y sobre todo, muchas cabezas de hijos de puta que cercenar. Pero ahora estaba muerto y la alternativa que Lilandra le proponía, no le acababa de gustar. ¿Y si se convertía en un gnoll? ¡O peor aún, en un orco! 

Wido gruñó. Aquello no le gustaba ni un pelo. También era cierto, que no sería barato y que el espíritu de Hengar tenía que querer regresar. Aquel norteño tenía claro que Hengar querría volver. No había acabado sus asuntos en el mundo de los vivos. Tenía que darle matarile a aquella zorra de la bruja de hielo y tenía que salvar a su pueblo. Eso sin duda era una deuda lo suficientemente grande como para querer regresar a cobrarla. Pero... ¿Cuanto tenían que reunir y de donde podían sacarlo?

¿Cuanto costaría devolverle a la vida? - Le preguntó. - ¿Vendiendo alguna de sus pertenencias bastaría?

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30/01/2020, 19:44
Lilandra

Lilandra sonrió tristemente ante las palabras de Wido - Lo se, quisiera pensar que estamos organizando un rescate y no una misión de venganza. No podíamos acompañar a Ramiel dentro del burdel una vez que decidió que entraría, nos habrían sacado las armas y no sólo no habríamos podido hacer nada sino que hubieran descubierto que tenemos las armas de plata. - meneó la cabeza - Tendríamos que haber seguido peleando, derribado a los gnolls y entrado a saco en el burdel para sacar a la chica... - pateó una piedra - ¡¡Mierda!!, ni siquiera deberíamos haber ido esta noche, no sin saber a que nos enfrentábamos. - miró al bárbaro - No lo entiendo, ¿Para que nos pidió ayuda si terminó entregándose? 

Volvió a suspirar más profundamente y se centro en la pregunta de Wido, algo que podía responder y que le permitiría concentrarse - El costo de los materiales para el ritual es de mil piezas de oro aproximadamente, es muy posible que tenga lo que necesitamos pero necesitaré reponerlo en algún momento. Recuerda que no hay apuro, podré hacer el ritual siempre que no haya pasado una semana. 

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31/01/2020, 08:40
Wido Cuervo Blanco

- ¡Es lo que yo he dicho! - Exclamó sulfurado el norteño. - ¡Deberíamos haberles triturado! ¡Joder, abandonar el jodido combate! ¡A quien se le ocurre, maldita sea! - Dio un puñetazo al aire lleno de ira y deno rabia. - ¡Mierda, deberíamos haber vengado a Hengar! - Alzó todavía más la voz iracundo.

Wido tomó aire tratando de serenarse. Estaba rojo como un tomate y sudaba en abundancia, aunque no era por el peso de Hengar a su espalda, sino por la rabia que llevaba en su interior. Elsbeth le había enseñado a controlar su ira. Le había dicho lo que tenía que hacer para rebajar la tensión y controlar su ira. Lástima que no aprendiera nada de las lecciones de la curandera.

- ¡Mierda, joder, puta mierda! - Gritaba enfurecido. - ¡Pero que mierda es ésta! ¡Nunca me había encontrado ante tal jodienda! ¡Puuuutaaaaaaaa!

Si, Wido estaba fuera de si. Sentía vergüenza por haberse tenido que retirar del combate. Casi prefería haber caído junto a Hengar. De  haber sido así ahora se encontraría junto al reghed en los salones de Tempus bebiendo cerveza y fornicando con preciosas mujeres del norte y no cargando un cadáver junto con una mojigata y una mujer fogosamente volatil.

Pues nada... - Dijo más calmado tras lanzar los suficientes improperios. - No es tu culpa... - Le comentó a Lilandra. - Ha sido Ramiel. - Se encogió de hombros. - Probaremos con Hengar lo que dices. Tendremos que vender sus mierdas, pero antes hablemos con Mishann... ¡O como se llame!

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01/02/2020, 17:19
Tezzork

Ryssa atendió a los gnolls que habíais derribado, curándolos con su varita de madera encantada. Los Mestizos Salvajes se levantaron con ferocidad, listos para volver a unirse al combate, pero Tezzork los detuvo con una orden. Te despediste de tus amigos y los mercenarios te escoltaron hacia el burdel.

Dentro de La Visita del Norte el ambiente era de fiesta; la taberna estaba abarrotada de gente y su amalgama de clientes hacía que los gnolls apenas desentonaran. Sin fijarte mucho pudiste ver un par de orcos, un minotauro y hasta un drow sin que a nadie pareciera importarle demasiado. Los clientes bebían y fumaban, jugaban a las cartas y a los dados, e intimaban con las prostitutas semidesnudas. 

—Deje las armas aquí, señor Gardeniere —te dijo a la entrada—. Sin trucos.

Hiciste lo que te pedían y los gnolls te condujeron al piso de arriba a través de una escalera. Allí la gente apostaba más dinero, y las bebidas que se bebían eran más caras, y las prostitutas, más guapas. Había tres gnolls más allí arriba, imponentes en sus armaduras negras. Viste un destello de un cabello rojo escarlata, una cabellera que reconocerías en cualquier lugar: pertenecía a Sarah Fortune, la capitana de la Diosa Fortuna. La semielfa jugaba a las cartas en una de las mesas, si se percató de tu aparición, se cuidó mucho de demostrarlo.

Tezzork pasó al lado de la capitana pirata y te guió hasta la mesa en la que jugaba Dulsarra. La dueña de la Visita del Norte era una mujer entrada en años y en carnes, y ni todo el maquillaje del mundo podía ocultar una vida de excesos e indulgencias oscuras. Estaba completamente calva, y cubría su calvicie con una peluca rubia.

—Aquí tiene al señor Gardeniere, Madame.

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01/02/2020, 18:06
Dulsarra

Dulsarra ni siquiera levantó la mirada cuando Tezzork te presentó. Tenía la vista puesta en las cartas. La Madame se llevó a los labios un cigarro, le dio una larga calada y expulsó el humo a través de los dientes.

—Levántate, Gorch.

El aludido miró a Dulsarra seriamente, durante unos segundos, antes de recoger su dinero y su bebida y dejarte el asiento libre.

—Siéntate Ramiel —dijo, girando la bebida en su vaso—. He oído que no te va del todo bien en ese negocio tuyo. Como era de esperar...

La Madame apuró el último trago de whisky y se lo enseñó a una prostituta para que se lo volvieran a llenar. Dejó el cigarro en un platillo de cobre y enlazó los dedos frente a si. Te miró a los ojos.

—No eres un hombre de negocios, Ramiel. Yo sé lo que eres: un puto, un matón. Un perro que necesita un amo. ¿Y qué me queda a mi? El placer de hacerte un favor y emplearte en algo verdaderamente lucrativo —dijo, y alzó un dedo—. Y de recordarte de paso el papel que la madre naturaleza eligió para ti.

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01/02/2020, 19:42
Nahyeeda

Nahyeeda os había acompañado con gesto peligroso. Apretaba los puños, sus cabellos flotaban en el aire, y sus ojos chispeaban. Hijwyz, temiéndose que su ama estallara de un momento a otro, se había refugiado en el interior de su túnica.

—¿Entonces por qué no os dais la vuelta y vais a rescatarlo? —os recriminó la genasí—. Si no vais vosotros, iré yo. No voy a dejar que se enfrente él solo a el Flaco, sus licántropos y todos esos gnolls. ¡Van a matarlo, y es vuestro amigo!

 

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02/02/2020, 01:37
Wido Cuervo Blanco

- ¡No hay nada que me apetezca masmás! - Le respondió a la fogosa mujer tatuada. - Pero ir a pecho descubierto es un cocompleto suicidio... 

Wido se detuvo unos instantes a reflexionar. Lo cierto era que estaban jodidos. Sobre todo Ramiel. Podían creer que ganaría aquella partida de cartas, incluso que aún ganando, Dulsarra respetaría su palabra, perola creer en la suerte de ese bribón, era engañarse a uno mismo. Ramiel podía ser un tipo con iniciativa y buenas intenciones, pero siempre tenía que tenerno uno plande B, porque el A, no solía funcionar.

Tenemos que dejar a Hengar en el almacén. - Wido se rascó la cabezota.- Vi ropas de mujer en el almacén. Podríamos disfrazarnos y con un poco de maquillaje, no nos conocerán. ¿Qué me decís? 

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02/02/2020, 11:25
Ramiel Gardeniere

Ramiel se acomodó en la silla como si fuese la de su despacho, cruzó una pierna y dejó una mano sobre la rodilla, la otra sobre el regazo. Tenía la ropa manchada de sangre, arrugada, el pelo revuelto, pero la chaqueta bien apretada y el pantalón bien ajustado. Daba la sensación de llevar viviendo allí, tratando con la madame y trabajando con ella por su postura y su manera de encajar en el entorno, por la expresión hermosa y diabólica de su cara, por lo relajado que parecía aunque por dentro estuviera más tenso que las cuerdas del corsé de la prostituta que llevaba la bebida a su ama. En algo tenía razón Dulsarra, la naturaleza lo había dotado de talento para pertenecer a cualquier parte, sin llegar a pertenecer a ningún lugar en absoluto. Totalmente desarraigado, Ramiel se había pasado la vida dando tumbos, buscando un lugar en el que sentirse como en casa  y le perturbó darse cuenta de que el burdel era lo que él conocía, lo que había conocido siempre; y allí, en ese escenario de depravación, era cómo mejor sabía controlar las cosas.

Y a todo esto se le sumaba la presencia de Sarah a dos mesas de allí. Se había detenido al verla jugar tranquilamente en la mesa, pero el gnoll le había dado un empujón y Ramiel había fingido sentirse acosado por la actitud del guardia. La había creído muerta hacía años; de hecho, prefería creerla muerta que encontrarla precisamente allí. El odio y el desprecio que le causaba era más fuerte que cualquier posible sentimiento cariñoso por verla con vida y su presencia añadía un problema más. Toda la situación era un problema, pero solo si Ramiel dejaba que lo fuese. Si había entrado en la Vista del Norte y dejado a sus amigos atrás era por una razón.

-Me gusta el color de tu manicura -comentó el espadachín cuando ella le señaló con el dedo. En esos momentos era el prostituto que siempre había sido y no el profesor de esgrima. Ramiel se encogió de hombros, la postura indolente, como sino hubiesen pasado ni diez minutos desde que dejara a un gnoll de la guardia del burdel hecho un colador, mientras Dulsarra arrastraba su dignidad por el barro. Pero así funcionaban las cosas, las afrentas y las ofensas pasadas se dejaban a un lado durante un rato, ella le daría cera y Ramiel haría de tripas corazón. Como siempre. Si respondiera a todas las ofensas que le habian dedicado a lo largo de su vida, habría muerto joven-. No sé qué decir, Dulsarra -comentó, quitándose una pelusa invisible del pantalón-. Gracias por ofrecerme trabajo. Tienes razón, lo estaba pasando francamente mal con tantas deudas y tantos problemas para mantenerlo todo. Esta ciudad tiene el corazón frío en todos los aspectos y los dos sabemos que lo estaba haciendo por amor al arte. A eso me dedico. Pero, ya que ponemos las cartas sobre la mesa, ¿puedes decirme qué habéis hecho con mi ayudante?

Sonrió de medio lado, la sonrisa entre canalla e inocente que siempre utilizaba. Incluso aunque la mujer le arrojara a la cara más afrentas, Ramiel sabía cómo tenía que comportarse. Ya vomitaría más tarde.