Partida Rol por web

Tiempos Difíciles en el Norte

El ataque a la torre

Cargando editor
23/01/2012, 11:15
Director

Durante toda la noche, de la oscuridad que rodeaba al fuerte surgían gritos y alaridos de dolor: Los granjeros estaban siendo torturados donde todo Ilmaryen pudiera oírles gritar. A las 4 de la madrugada las pocas y pequeñas casas que había al pie de la elevación, casas de granjeros con algunos animales y huertos, fueron quemadas y arrasadas. Ante aquella barbarie, y con ánimo de venganza de vengar  a sus conocidos, los granjeros que se encontraban en el interior de la fortaleza, 15, se unieron a la soldadesca.

El día amaneció gris, mientras pequeños copos de nieve no dejaban de caer. Desde las ventanas y torres, el panorama era asolador, una pila de cadáveres se erguía como una macabra broma a pocos metros de los portones de Ilmaryen. Más atrás, una masa de más de cuatrocientos individuos de oscuras ropas y armaduras, hombres y orcos, construían parapetos y catapultas, preparando los pertrechos para asaltar la fortaleza.

Cargando editor
23/01/2012, 11:15
Dimrod

Dimrod, completamente equipado para el asalto, imponente, fue despertando a todos, si es que habían podido dormir.- Seguidme, Eresgal va a hablar.-

Cargando editor
23/01/2012, 11:15
Eresgal

Eresgal estaba reuniendo a todos los hombres que no estaban vigilando en las torres para hablarles de la situación, en la sala de reuniones(22). Los aventureros se unieron a la masa de soldados inquietos y callados que observaban a Eresgal, que miraba fijamente a estos que se dedicaban afanosamente a apuntalar los portones. Los personajes divisaron a Eoden. Estaba vestido de soldado, unido a un grupo de los más jóvenes.

Pasados unos minutos, el capitán se puso en pie en la tarima y habló alto y decidido.- Soldados, ya sabéis qué hacer, honrar a vuestros muertos y defended vuestro sitio. Ahora os asignaré una posición por grupos, y ahí es donde comeréis y donde dormiréis. Ni por un instante os distraigáis, y, por todos los dioses, no os dejéis matar por esas sucias flechas orcas. ¡VALOR!-

Cuando terminó, Eresgal bajó de la tarima y fue hablando con los grupos de hombres para darles un sitio donde colocarse. Al llegar a los aventureros, les saludó sombrío.- Sé por Faramis, que habéis ofrecido vuestra ayuda, más no es de justicia pediros que resistáis con nosotros, y por ello os pido disculpas. Pero la situación es en verdad desesperada, y no podéis huir, las puertas han sido ya bloqueadas. Es por esto que os pido que luchéis con honor y orgullo, mas no os daré obligación alguna. Hasta el día en que venzamos o caigamos, sois libres de elegir lugar para defender nuestra plaza, o para ocultaros. Vosotros decidís. Que vuestros ancestros os cuiden, mis amigos.-

Cargando editor
23/01/2012, 11:17
Director

Nagredog se dio cuenta, por sus ojos, que Eoden había estada llorando.

Notas de juego

Por cierto, creo recordar que al final no decidiste si dejabas la armadura en la forja o no para ser reparada. ¿Al final lo haces o no?

Cargando editor
23/01/2012, 11:20
Director

Notas de juego

Cargando editor
23/01/2012, 11:46
Emyr

Agradecí el soldado su amabilidad por prestarme su piedra de afilar y sus indicaciones ya que no había acudido al lugar más correcto para el menester que necesitaba.

Tras esto me afané en dirigirme a la torre para ver al enemigo, por la escasa luz no se podía ver mucho pero si hacerme una idea de la cantidad que allí fuera se iba acumulando, lo que más me preocupara era… ¿Hasta cuando seguirían viniendo?

Tras escuchar el horrible tipo de bestias que eran ya me fui a descansar, ahora si tenía claro que aunque quizás mañana consiguieran entrar en la fortaleza había que estar preparados para lo peor.

Pero no conseguí descansar mucho, los gritos de aquella pobre gente inocente me atormentaba, sentía la necesidad de hacer algo, de ponerle remedio, pero por ahora resultaba imposible, traté de canalizar todo ese odio para ponerlo a mi servicio durante la batalla.

Dimrod irrumpió en la habitación anunciándonos nuevas de Eresgal y presto me levanté para acudir, allí todos escuchamos en silencio, la arenga erizó el bello de mi piel y me armó de más valor aún, hubiese aceptado gustoso cualquier destino o tarea encomendada, pero no la hubo, se nos daba libertad de movimientos.

- Lo mismo digo Eresgal, y gracias por todo

Me quedé mirando a mis compañeros a ver que querían hacer ellos, teníamos que cuidar de la dama, pero mientras quizás pudiésemos llevarnos por delante a unos cuantos enemigos y ya a ellos les dije: – Caballeros, no se cuantos días más veré salir el sol, pero lo que si que tengo claro es que si he de luchar y morir prefiero hacerlo junto a mis amigos

Cargando editor
23/01/2012, 14:11
Nagredog

- No, no moriremos, solo segaremos sus vidas. - dijo Nagredog para llenarse el mismo de seguridad.

- Escudos altos, armas afiladas, brazos armados y sobre todo nuestro honor, no me escondere, no, jamas, se levantaran todos mis antepasados de sus tumbas antes de hallarme agazapado. - dijo contestando a Eresgal.

- Por mi parte estare alli donde sea necesario, en todos lados si fuese necesario. Mi martillo esta a vuestra disposicion, sin miramientos. - añadio para despues dirirgirse a la almenada principal, sobre la puerta, queria ver como se las ingeniaban con las mainas...

Cargando editor
23/01/2012, 14:17
Nagredog
Sólo para el director

Notas de juego

Lo de la armadura lo di por hecho. Supuestamente la deje la mañana del dia anterior al que nos encontramos. Supuse  a estaria. Si no es asi, ire a buscarla!!

Cargando editor
23/01/2012, 16:51
Vârkim

La postura de Eresgal era de admirar, él sabía que nosotros eramos guardia personal a sueldo y no podía obligarnos a combatir, aunque cualquier otro señor nos hubiese obligado a defender su plaza, pero Eresgal nos dejaba escoger y eso era de valorar por lo menos para el noble enano.

- Gracias por darnos la opción de hacer lo que nos venga en gana, pero será un orgullo luchar a vuestro lado para defender esta ciudad que nos ha acogido tan bien.

Dicho esto esperó a que sus compañeros se pusieran en marcha y acompañó a Nagredog de camino a la puerta principal, seguramente sería el punto álgido de combate y cuando se trataba de matar Orcos los enanos eran los mejores.

Cargando editor
24/01/2012, 20:59
Lunadan

Lunadan sonrió para sus adentros, en un vano intento por calmarse. La inquietud reinaba en el lugar, los soldados se revolvían inquietos, mientras sus compañeros afirmaban con toda seguridad que lucharían hasta el final. Lunadan, por su parte, sabía bien lo que debía hacer.

Tomó aire, calmando el pulso incierto de su pecho, para impedir que la voz le temblara un ápice. Los soldados que les contemplaban necesitaban ante todo moral, y ellos, como inesperados héroes, podían ayudar a mantenerla alta.

- Al igual que mis compañeros, te agradezco que me des libertad para escoger mi sino, Eresgal. Pero no te quepa la menor duda: lucharé contra la oscuridad que se cierne sobre Ilmaryen, aunque deba dar mi vida en su defensa.

Tras pronunciar esas palabras, Lunadan posó las manos sobre la hebilla de su cinturón, y adoptó una posición marcial.

- Ahora, mi señor Eresgal, estoy a vuestras órdenes.

Notas de juego

Perdón, edito para ajustar la negrita, que me está dando problemas... :S

Cargando editor
27/01/2012, 17:26
Eresgal

- Gracias...- En voz más baja, aunque tampoco parecía hacer falta por el tumulto montado por los grupos que ya habían recibido sus ordenes, que intentaban organizarse.- ...Esa entrega que poséis no abunda mucho por aquí estos días, ojala el resto fuera como vosotros.- Suspiró.

Entonces intervino Lunadan con la intención de dar animo a los que allí se reunían, aunque solo un par de grupos, los más cercanos se giraron ante sus palabras, y luego, como si anda hubiera ocurrido, volvieron a lo que estaban haciendo.

Eresgal puso su mano sobre el hombro del montaraz, y dijo- Agradezco tu intento en darles ánimos, pero...- Se pensó mejor lo que iba a decir, y al final no lo hizo.- ...Bueno, no importa.- Hizo una pequeña pausa para separar los temas, y prosiguió, sabiendo ya que los aventureros ayudarían en la defensa.- Como te he dicho, eres libre, como tus compañeros de elegir donde posicionarte según creas que serás más influyente en la batalla llegado el momento.-

Ya fuera del círculo, que formaban los escoltas, Eresgal se despidió.- Ahora si me disculpáis tengo que seguir dándoles sus posiciones al resto de grupos. Hasta luego.-

Cargando editor
27/01/2012, 17:28
Director

Nagredog y Vârkim ascendieron hasta la almenada principal. Desde allí pudieron ver como el ejército enemigo estaban trasladando grandes maderos para construir parapetos para acercarse a la fortaleza, y catapultas para debilitar su estructura, se podía ver que no serían una obra de la ingeniería de asedio, pero cumplirían sus funciones.

Tras estar una rato observando, se fijaron que los que en realidad trabajan en la construcción de las máquinas de asedio eran sólo los hombres, no los orcos, de los cuales sólo unos pocos vigilaban que todo se cumpliera según su jefe se lo hubiera estipulado mientras intentaban cobijarse como podían entre sus capas y mantas de su odiado Sol.

Cuando se marchaban se fijaron, que desde una torre cercana, alguien, creía que era Faramis, aunque no lo podían asegurar, vestido con sus galas guerreras contemplaba el exterior como ellos momentos antes acompañada por otra persona, que deducían que podía tratarse del segundo al mando en Ilmaryen, Thangon.

Después, Nagredog y Vârkim se separaron por un instante en el primer piso, pues el primero debía de ir a recoger sus cota de malla a la forja/taller(17). El herrero encargado de arreglar su armadura, como el resto, estaba liado, trabajaba a marchas forzadas y sobre todo más después de que se encontrarán bajo asedio, sin embargo, le había dado tiempo de realizar el trabajo.- No es que sea mi mejor trabajo pero hará bien su función cuando te enfrentes a esos apestosos orcos, y los idiotas humanos que les siguen.- Dijo, mientras señalaba un momento hacia donde se encontraba la cota de malla, para que el enano se encargará de recogerla el mismo.

Tras unos minutos volvieron a juntarse en la puerta principal, Vârkim no tenía nuevas, en el corto periodo de tiempo,  de movimientos del enemigo que informar a Nagredog. Según lo que habían visto aun faltaría mucho para que el asalto final a la fortaleza se produjera.

Notas de juego

Por ahora, suponed que Lunadan y Emyr no están con vosotros. Si no se mueven de la puerta principal ya os avisaré, y marcaré los mensajes que hayáis posteado (para ellos) antes de ello, siempre que crea que estos también los pueden escuchar y/o ver ellos.

Cargando editor
27/01/2012, 17:29
Director

Notas de juego

Supondremos que tras la despedida de Eresgal, Nagredog y Vârkim ya no están, pues han subido a la almenada principal.

Cargando editor
27/01/2012, 19:21
Emyr

Los amigos enanos se fueron echando pestes hacia la puerta principal, el lugar clave a priori para una invasión.

No tenía nada claro que hacer, por un lado estaba por ir a ver si me podían dejar un arco y flechas para subirle a las murallas y desde allí tratar de abatir al enemigo, pero por otro no olvidaba mi misión principal.

Lo más sencillo sería consultarlo, pues a mi no me importaba hacer ni una cosa ni otra, me dirigí a donde Dimrod y le pregunté - ¿La dama requiere de mi protección? Decidme si es así, de lo contrarió iré a defender la fortaleza…

Cargando editor
28/01/2012, 12:50
Lunadan

Lunadan asió su arco por el mango, y miró a Dimrod y a Emir.

- Si me disculpáis, me marcho en busca de un buen lugar desde el que disparar. Espero que volvamos a vernos pronto.

Dicho esto, se marchó a toda prisa hacia las murallas.

Notas de juego

Lunadan va a buscar un punto desde el que se vea la puerta, para tratar de ayudar disparando a impedir que la derriben. Si es algún punto desde el que pueda ayudar a impedir el asalto, mejor.

Cargando editor
28/01/2012, 20:33
Nagredog

Maquinas de guerra, parapetos, esos hombres servian a los orcos y Nagredog no comprendia por que alguna raza ayudaba a esos malnacidos.

Faramis observaba, al igual que los enanos, la escena. Nada se podia hacer salvo esperar. El enano se acordo de su armadura, la habia dejado reparando y escusandose ante Vârlim fue a por ella. Cuando la recogio no dudo en ponersela. Por lo general era complicado hacerlo y se necesitaba de ayuda externa, pero Nagredog habia aprendio a hacerlo solo, era fuerte y se apañaba bien. Tras colocarse la cota, se ajusto el yelmo, las grebas y los brazales. Limpio por encima su escudo y lo embrazo. Su martillo tardaria en estar colgado de su cinto. Pertrechado como estaba no pretendia solo estar preparado, si no demostrar a los soldados que no estaban solos.

Volvio junto a su amigo, en la almenada principal. Tras observar un rato mas hablo con su compañero.

- Vamos Vârkim, demos un paseo, vayamos a ver las defensas, y echemos un vistazo a la ruta de escape, por si Melyanna tubiese que salir de aqui. Mas tarde me gustaria hablar con Faramis, me gustaria conocer sus intenciones o planes de defensa.

Cargando editor
30/01/2012, 11:21
Dimrod

- Como ya dijo ella misma, mientras no caigan las defensas, este será un sitio seguro para ella. Sin embargo, no me importaría que fueras a echarle un vistazo de vez en cuando para ver cómo y dónde se encuentra.- Respondió Dimrod a Emyr.

Más tarde, excusó a Lunadan de permanecer junto a los dos.- Eso espero.-

Cargando editor
30/01/2012, 11:24
Director

Los enanos pudieron comprobar que las defensas eran escasas para una fortaleza, pero comprendían que con los efectivos de los que disponía Faramis, no se podía hacer más. Siempre, y en cada piso por encima de la planta baja, dos hombres hacían la guardia por los pasillos y cada cierto tiempo por cada habitación, no fuera a ser que algún orco se colará por uno de los ventanales y les diera un susto, mientras sus compañeros de planta vigilaban la mitad de las entradas por las torres a cada piso, alternándose estas por cada nivel. El cumplir uno de estos roles le había tocado a Eoden y a Isten, el escudero de Faramis.

También, se encontraban arqueros apostados en las torres, y sobre la almenada principal, entre ellos Lunadan, que ya parecía haber escogido su lugar desde donde defender la fortaleza. Y cuando bajaron, a comprobar la ruta de escape, vieron a Emyr y Dimrod, que se encontraban con la mayor multitud de hombres, que habían visto en la fortaleza, tras la puerta principal, listos para defenderla enseguida si llegará a hacer falta hasta que el resto de soldados de las demás plantas pudieran llegar a ayudarles.

Cuando hubieron acabado de revisar las defensas, ya era demasiado tarde para revisar el túnel secreto, por lo menos antes de comer.*

Notas de juego

* Esta parte va un poco más tarde de algunos hechos que explico en el siguiente post.

Cargando editor
30/01/2012, 11:24
Director

Poco antes del mediodía, los enemigos comenzaron a lanzar ráfagas de flechas negras a los centinelas de las torres, pero ninguno cayo. Poco después, llego la hora de la comida, en la que todos, como los días anteriores se reunieron, excepto Faramis, que seguía en una de las torres observando al enemigo. Esto último, como se lo había explicado Lunadan, que se encontraba apostado en otra torre con su arco listo a abatir a cualquier enemigo que osará acercarse lo más mínimo a la puerta.

Matha y Melyanna, habían  acudido "escoltadas" por Emyr, tras recibir órdenes de Dimrod, y tras la sugerencia del propio eriadoriano, de que no estaría mal que les echará un vistazo de vez en cuando. Por su parte, los enanos habían pasado la mañana revisando las defensas, y como comentaron, manteniendo el secretismo que les había pedido Faramis, que después de comer revisarían el túnel secreto.

Tras la comida los campesinos que se habían unido a la soldadesca, se afanaron en apuntalar todos los ventanales, que no fueran imprescindibles para la defensa, con tablones de madera por órdenes de Eresgal, pero tras haber escuchado las quejas de sus hombres de que era demasiado pedir que vigilarán cada uno de ellos para que ningún enemigo se colará, sobre todo de noche, en los que a los vigías de las torres les podía pasar más desapercibido cualquier enemigo que se acercará.

Mientras, Fimalcá y Melebrian se erigían como cabecillas de la retaguardia, afanándose en que hubiera comida, descanso y cuidados para la guarnición. Los herreros no cesaban de hacer flechas y armas, pues hasta los viejos se hacían con armaduras y lanzas. Faramis no quería a un hombre sin armas, excepto los niños, que fueron refugiados en los sótanos junto a Matha y Melyanna, para mantenerlos alejados de la guerra y sus horrores.

Cargando editor
30/01/2012, 11:25
Director

Tras traspasar los alimentos de las estancias superiores a los almacenes y las bodegas de los sótanos, entre ellas la bodega de vinos(11) donde se encontraba el túnel secreto, estos estaban abarrotados, y los dos enanos tuvieron que ir apartando los sacos de alimentos hasta poder llegar a la entrada del túnel secreto. Revisaron el túnel, y no encontraron nada extraño, y a su salida no había huellas que indicaran que nadie se hubiera acercado hace poco.

Después, intentaron dejar más o menos todo como lo habían encontrado, excepto porque dejaron un pequeño hueco por donde poder pasar en el caso de tener que utilizar el túnel pronto para no tener que ir quitando sacos a su paso, otra vez, llegado ese caso.