Partida Rol por web

El posadero se acercó con tres cervezas, una más clara que el resto seguramente al estar aguada y que sirvió al joven recien llegado. Las otras dos se las dió al enano y al dunadan.

De parte de vuestro amigo. Dijo señalando al recien llegado. Aprovechó también para llevarse la jarra vacia de Nagredog.

Dos tipos aparecieron en escena y se acercaron con cierta discrección a la mesa donde estaban los Emyr, Nagredog y Alraim.

Uno de ellos tenía cara de veterano soldado, la barba recortada y el pelo corto, negro pero entrado ya en canas, por lo que más bien tenía un color grisaceo.

El otro tenía el pelo rubio y era mucho más joven, de espaldas anchas y el clásico atractivo que hace suspirar a todas las mujeres.

Se sentaron en la mesa y saludaron a los allí presentes.

Muy buenas tardes a todos. Dijo el fornido veterano. Me llamo Dimrod y este que me acompaña es Eoden. Si estaís aquí es por que os habeis interesado en el cartel. El motivo por el cual hemos colocado los carteles es porque necesitamos escolta para un joven dama de Gondor, que viaja hacía el este. Vuestro deber, si aceptarais la misión, sería acompañar y defender a la dama si se diera la ocasión. No os dire el motivo del viaje ni la procedencia de la dama, pero os puedo prometer una pieza de plata y una ración de viaje al día. No es mucho, pero tampoco tenemos ninguna amenaza directa, será un trabajo fácil.

Miró esperando su contestación expectante. Había sido directo y claro.

- Una moneda de plata y comida diaria.. - digo pensativo. - no es demasiado, no, y mas aun para alguien que necesita escolta... - añado pensando en voz alta, - bien, podria valer, ¿pero que tal algun incentivo mas?, ¿otra de oro por cada vez que nos ataquen?, si lo que dices es cierto, no te costara mas que la de plata ¿cierto?. La verdad es que un buen enano ha de ser codicioso, y yo no iba a tirar por tierra esa creencia generalizada por mi raza, a veces venia bien.

Tras decir eso, miro a mis compañeros en busca de aprovacion, y luego miro tranquilamente a Dimrod, pues el me hizo la oferta. Mientras le miro, doy otro largo trago de cerveza.

Tras su respuesta, formulo alguna pregunta mas.

-¿Viajaremos a pie?, ¿con alguna cabalgadura prestada, quizas? o ¿sencillametne en un carro?- despues espero respuesta la pregunta, degustando la pinta que esta llegando a su fin.

- ¿Seremos tres escoltas, o esperamos a alguien mas?, La dama ¿viaja sola o lleva sequito?- digo segun termina la respuesta del veterano - siento todas estas preguntas, pero como comprendera,  hay que saber a que nos enfrentamos- termino diciendo, acto seguido apuro la cerveza.

Esta vez no pedire una mas, aunque una cuarta cerveza caeria en mi sin mayor efecto, pero no quiero beber mas que los demas, no al menos hasta que haya algo que celebrar.

Despues de todo esto, escucho que han de decir los demas.

 Emyr se inclina ligeramente hacia atrás en su asiento, escuchando las respuestas a las preguntas lanzadas por su "nuevo amigo" enano. Permanece con los labios cerrados mientras no haya nada que decir, puesto que de este tema está claro que hay en la mesa quien sabe más. Bebe un pequeño trago de su cerveza, agradeciendo el poco alcohol para mantener la cabeza clara.

 Alraim escudriñó con sus penetrantes ojos grises a Dimrod mientras hablaba. Quizá todo este asunto pudiera ayudarle a encontrar lo que él buscaba. Ir hasta Fornost le haría perder demasiado tiempo...y eso es justamente lo que no tenía. Necesitaba salvar a Harold...

Aguardó a que Nagredog terminara de hablar, para exponer sus condiciones

Mi espada estará a vuestro servicio, si pagáis mi precio. No quiero vuestra plata, solo quiero un ingrediente. Una pequeña y rara flor que únicamente crece en los bosques de Fornost. Si sois capaces de proporcionarme dicha flor, protegeré a vuestra dama con mi vida. Es el único pago que aceptaré.  

Alraim hablaba totalmente serio, imperturbable. Los ojos vivos y el rostro sereno. Su elegancia innata casi se podía palpar a su alrededor. Sin duda hablaba de un asunto de vida o muerte. 

Dimrod miró a Eoden ante las pretensiones del enano y el hombre alto.

Verá maese enano, no puedo prometerle ese precio porque sería abusivo. Pero si le garantizo que podrá quedarse con todo lo que encontremos por el camino: armas de enemigos, sus dotes economicos...

Respecto a lo otro sí, nosotros viajaremos a pie y la dama ira montada. También llevaremos dos lleguas para un par de cofres con provisiones y efectos personales de la dama. De momento solo somos nosotros. Dijo señalando al selecto grupo de individuos con la mano.

Miró al humano pensativo. No puedo garantizarle esa hierba que me comenta, porque no la conozco y tampoco se como conseguirla, pero puedo prometerle que si en el camino la encontramos o hay algún sitio donde la vendan, quizá un animista, la compraremos gustoso. Pero tendrá que estar con nosotros hasta el final.  Comentó eso al notar que aquel hombre parecía tener prisa por encontrar la hierba, como si el resto no le importara.

 Alraim niega con la cabeza

Lo siento, pero obtener esa hierba es mi objetivo principal. Sólo la vaga promesa de que si la encontramos por casualidad me pertenece, no me sirve de nada. La encontraría yo solo más rápido.

Dicho esto el Dunadan se levanta de su asiento, con intención de marcharse, pero enseguida se detiene pensativo

Sin embargo, aunque vos no conozcais la hierba de la que os hablo, me extrañaría que una dama de este rango no pueda conseguirla con facilidad ¿Podría hablar con ella?

Alraim sonríe mirando a su alrededor y abriendo los brazos  Necesita protección, y no veo mucha más gente dispuesta a ofrecérsela. Sólo os pido una flor

-Por mi parte me parece bien, siempre que no sea el único escolta además de vos, Dimrod. Estaba buscando salir del pueblo, y me pilla de paso. Eso sí, me apunto a la oferta de quedarnos con lo que lleven quien nos asalte.

Sin embargo Emyr no hace ningún gesto de levantarse, esperando a que sus compañeros acaben de negociar su precio.

- Deacuerdo, me cuenta conmigo para esta empresa maese Dimrod, estoy a su disposicion- digo inclinando levemente la cabeza - aunque si he de ser sincero, una promesa de quedarnos cuanto queramos, en un viaje en el que supuestametne no tendremos encontronazos, es algo contradictorio - digo con un ligero desden, y antes de darle tiempo a contestar - Mi martillo tiene sed de lucha, mi bolsillo sed de monedas y yo sed de otra cerveza, ¡vamos a celebrarlo!- digo alegremente mientras llamo al posadero para que traiga mas cerveza.

- Ultimemos los preparativos y cerremos el trato con una buena jarra - digo mientras invito a los "jefes" a hablar con un gesto.

Más contradictorio sería, maese enano, pagaros una moneda de oro. Dimrod asintió a Emyr y miró dubitativo a Alraim.

Lo siento, pero no puedo llevarte ahora hasta la dama. Sus nuevos escoltas estaran de acuerdo conmigo. Dijo señalando a los demás. De que no sería nada seguro para ella.

Nosotros no podemos pintar una flor que no tenemos. No se que tipo de rara flor es esa, pero si unicamente crece en los bosques de Fornost dudo de que nadie que no sea de allí pueda atender semejante petición. Además tengo la impresión de que en cuanto cobres esa flor no ibamos a saber más de tí. Puesto que parece ser que te corre demasiada prisa.

El eotheod intervinó de pronto.

Conozco a un herborista en Fornost que podría tener esa flor de la que habla. Si cumple con su misión podríamos hacerle el pago. Propusó el joven muchacho.

Alraim miró a Dimrod apretando con fuerza la mandíbula, y habló de forma seca y cortante

Yo siempre cumplo mi palabra

Al escuchar hablar a Eoden, centró toda su atención en él.

Ese herborista ¿habita en Fornost? Si es así, sería demasiado tiempo para mi llegar a gondor, para luego volver al norte a buscar al herborista. Sintiendolo mucho, creo que lo mejor será que yo siga mi camino y vosotros el vuestro. 

Alraim miró a cada uno de los alli presentes a los ojos.

Partiré mañana al amanecer, hacia Fornost. Si encontráis alguna alternativa, avisadme. Estaré en mi habitación. Buena suerte

Alraim se volvió, habló brevemente con el posadero, y subió a su habitación

Espera un momento. Dijo Alraim. Fornost queda al este de aquí. Nosotros viajaremos hacía allí. Podemos compartir camino el tiempo que desees.

Espero mienras observo la escena. Mientras ambos llegan a un acuerdo, espero instrucciones observando al resto de compañeros. -Lo que daria por algo de tabaco, una buena pipa y tal vez una buena cerveza - le comento a Emyr sinlevantar demasiado la voz.   -Espero que se pongan de acuero pronto, me muero por una buena pata de cabrito o algo para comer- continuo diciendo mientras miro a Eoden.

 Alraim escuchó las palabras de Dimrod

Si partís al amanecer, partiremos juntos. Por supuesto, estaré encantado de poder conocer a vuestra señora Alraim sonrió, pero sus ojos reflejaron el cansancio de su cuerpo, y un profundo dolor de cabeza Si vais a pie, no creo que compartamos mucho camino, a no ser que finalmente llegemos a un acuerdo, claro. Alraim suspiró y se volvió hacia el posadero. Tras hablar brevemente con él subió a su habitación, despidiéndose antes

Buenas noches 

Emyr habla de manera que su voz se oye claramente mientras Alraim se va, de manera que quizás éste la oiga: 

-Bueno, parece que con Alraim no va a ser posible un fácil acuerdo, como con Nagredog y conmigo. Una pena, me parece un guerrero muy capaz. En todo caso, tengo que preguntar: ¿es Fornost el destino del viaje?

Un brillo de interés aparece agudo en los ojos de Emyr, sin que éste pueda ocultarlo del todo.

Dimrod se mostraba reacio a desvelar tal información. Miró dudando a Eoden, después volvió la vista a Emyr.

De momento iremos hasta la Comarca. El siguiente paso ya se verá. Las palabras del hombre no negaban la pregunta de Emyr, pero aunque tampoco la afirmaban algo en la manera que lo dijo les hizo saber a todos que muy probablemente sería ese el destino final.

Mañana partiremos al alba, podeis hacer hasta entonces lo que querais, pero os recomiendo estar descansados y ser puntuales.

Posadero. Cobreme todo lo que tomen estos señores. Dijo al buen hombre que traía lo que Nagredog le había pedido.