Partida Rol por web

Aquello, sin duda, se estaba yendo de las manos. No solo Kavanagh me habia pasado por alto, ignorando deliberadamente mi cargo y proponiendo cosas sin consultar, sino que incluso aquel preso parecia ahora ser más científico que yo.

¿Pero qué se habían creido?

Y no solo eso. De repente, todo el mundo parecía saber, todo el mundo quería opinar y todo el mundo pretendía decidir. Y, de todas las voces que estaba oyendo, solo algunas me parecían acertadas... aunque, por desgracia, seguía habiendo otras bastante ignorantes.

Esperé, paciente, cruzado de brazos, hasta que encontre un pausa en la que poder intervenir. Y entonces carraspeé, mirando directamente a Riddick- Su análisis sería perfecto, de no ser por la existencia de nuestros queridos sintéticos... Si... esas criaturillas de la ciencia que, a diferencia de nosotros, no necesitan oxígeno. Lo que les facilitaria enormemente las cosas... ¿No cree? -dije, molesto con la correción- Toda una ventaja... Pero claro, puedo estar equivocado... añadí cargado de cinismo.

Y mire a Kavanagh, fulminándolo con la mirada, sin añadir nada mas, mientras dejaba que el resto siguiera trazando planes y realizando pesquisas. Sin embargo, justo cuando iba a comentar algo más, la atención se puso en Young, a quien parecian plantearle la posibilidad de un ataque informático.

Mi atención se centró entonces tambien en él, a la espera de su respuesta. Una respuesta que me hizo fruncir ligeramente el ceño. Así pues, volví a cruzarme de brazos, evaluando la situación, con aire perspicaz y los labios apretados en un gesto que dejaba algo claro: estaba pensando.

Escucho con atención las palabras de Bester, Young, Baltar y, finalmente, de Mckay. Me duele ver a Everett en ese estado pues se nota que está agotado y que ha estado trabajando duro. Debo mandarlo a descansar cuanto antes.

- Bien señores, tenemos dos cosas claras. Por un lado nuestra misión no es algo sencillo, pues nos enfrentamos sin duda a un enemigo con mucho poder, capaz de reclutar a mercenarios o antiguos soldados, de piratear sistemas informáticos de alta seguridad o de usar sintéticos. Por otro lado tenemos un lugar, Palas, cuyos beneficios se han disparado poco después del robo del cargamento. Creo que ambos datos son unas buenas hipótesis para ir trabajando. Si nadie tiene nada que añadir, creo que lo más acertado es poner rumbo a dicho lugar -sugiero a los presentes, esperando las opiniones de muchos de ellos.

Tras los instantes de silencio que han seguido a las palabras del comandante Adama, el primer oficial de la nave, Mayor Saúlt Tigh, interviene para corroborar sus órdenes y hacer una propuesta:

- Modifico el rumbo trazado para dirigirnos hacia Palas, asteroide de tipo C, segundo cuerpo de mayor tamaño y tercero de mayor masa del Cinturón de Asteroides -informa protocolariamente, en un inusual detalle quizás dirigido hacia los civiles presentes en el puente de mando- Por fortuna nuestra ruta no quedaba demasiado alejada de su localización orbital en estos momentos, ya que está terminando de atravesar la zona incógnita de la desaparición del convoy minero.

Una información que en este contexto resulta de lo más sugerente...

- Me gustaría hacer una recomendación, señor -añade a continuacion, dirigiéndose a Adama- Deberíamos pasar ya a modo silencioso, limitarnos a sensores pasivos... y ordenar silencio de comunicaciones -propone con un brillo rapaz en la mirada- Así podremos acercarnos a nuestro objetivo sin que nos detecte hasta tenernos encima...

Escuchó las palabras del Alférez Young, y después la intervención de Baltar. Le llamó la atención de forma exponencial tal división de opiniones entre dos personas a las que se consideraba, dentro del campo, como verdaderos profesionales y expertos del tema. Lo que le llevaba a una simple y llana conclusión mediante la navaja de Ockham: uno de los dos intentaba ocultar algo.

Solo hacía falta saber cuál de ellos podría tener más motivos para intentar... jugar a la desinformación. Su mirada fue primero hacia Baltar, asintiendo con la cabeza y dejando claro que había tomado en cuenta su respuesta, y después a Young, imitando el gesto anterior con la misma evidencia. Ahora necesitaría un tiempo para deliberar y poner puntos en común con su aprendiz y ayudante, Lucy.

Por su parte, había terminado. Seguiría con su investigación fuera de aquella sala, y pediría reunirse con el Comandante para expresarle sus opiniones y consejos... cuando no hubiese tantos oídos dispuestos a escuchar, claro estaba. Así, se limitó a llevar las manos a la espalda y esperar a que de allí fuera marchando la gente, una vez la reunión hubiera llegado a su conclusión.

Gaeta se aclara la garganta y hace una nueva intervención para proporcionar datos que considera de interés:

- El tiempo estimado tránsito hasta Palas es de cerca de tres semanas, de modo que esta vez no es imperativo el uso de las cámaras de criogenia -informa al comandante- El sistema de soporte vital de la nave puede tolerar perfectamente una actividad continuada de toda la tripulación, pues nuestra autonomía con dotación completa es de más de tres meses. Además, podremos renovar nuestras reservas cuando lleguemos a destino.

Consulta los datos de su terminal y completa el informe:

- La estación minera de superficie en Palas extrae y procesa principalmente olivinio y piroxeno -compuestos de silicatos, nada particularmente valioso- pero también algunos depósitos de agua bajo su superficie, que una vez disociados proporcionan el oxígeno del soporte vital, así como hidrógeno para los propulsores de combustión de todas las lanzaderas y prospectores que trabajan en el grupo de asteroides de la Familia Palas.

Es decir que ahí radica su utilidad, es la base de mantenimiento de toda la actividad minera en su zona.

- No -niego ante la propuesta de Saúl- Prefiero ir con los sensores activos para evitar posibles conflictos. No sabemos que nos esperará en Palas, solo tenemos unos datos que no nos confirman si son amigos o enemigos.

Escucho con atención las palabras de Gaeta, siempre atento para darnos nuevos datos- Muchas gracias teniente.

Observo a todos los reunidos en el puesto de mando para ir despidiendo a aquellos que no nos sean de utilidad -Como ya he dicho, el equipo científico puede volver a sus labores. Es probable que les dé nuevas órdenes durante el viaje. Señor Baltar, espere en la puerta de mi camarote, le atenderé de inmediato. 

Mi mirada se dirige directa hacia Riddick- Espero su respuesta, Riddick. En cuanto la haga podrá ir junto al Brigada Rogers a comer algo y a asearse. 

Espero con tranquilidad a que salga el equipo científico y a que el reo coopere, antes de seguir con todo lo que tengo en mente.

- Comandante. - Dijo, de forma seca y seria, esperando que le diera confirmación para abandonar la sala y poder comenzar a indagar sobre sus sospechas de forma paralela. No había tiempo que perder.

Usted y Lucy pueden ausentarse. Nos veremos en mi camarote dentro de tres horas -respondo a Bester dejando claro que puede marcharse pero que pronto necesitaré su ayuda. El cansancio se dibuja en mis ojos pero queda mucho que hacer antes de poder descansar.

No hizo falta que se lo repitieran dos veces, tan pronto el comandante Adama dio la orden de salida, Gaius se aproximó al grupo de personas que se estaban retirando y desapareció entre ellas. Ya hablaría después con el comandante y quizás, más tarde podría… dedicarse a asuntos más apremiantes. Al fin y al cabo quedaban por delante tres aburridas semanas antes de llegar a Palas.

Las diferentes partes exponen la información que han estado recopilando a lo largo de este tiempo, incluso hay alguno que lo ha hecho a escondidas de su jefe... o mejor dicho, del jefe de científicos. Los números y las cifras aparecen por doquier, sobretodo cuando la ejecutiva decide dar un paso adelante, y no solo para mostrar en qué áreas tiene verdadera competencia, sino para lanzar un dardo afilado contra el pobre carroñero. Las cifras son realmente impresionantes, pero al igual que el comandante Adama mi mirada recae sobre Pallas, la media de beneficios es extremadamente buena estos últimos cuatro meses y eso sin duda atraería la atención de cualquiera... un punto, pues, para la ejecutiva. Sin duda sabe lo que vale.

En ese momento aparece de nuevo McKay, y con una simple frase desbarata mi exposición... pero sin embargo olvida un detalle. Un simple grupo de piratas o mercenarios, o un verdadero ataque terrorista, no cuenta con el dinero para tener al menos cuatro sintéticos para un trabajo así. Por lo tanto, parece que todos dirigen sus miradas hacia las corporaciones mas pequeñas, que se dedican a explotar los diferentes asteroides de la zona. No es mala idea, pero incluso financiados por esas corporaciones... necesitarían a gente con experiencia y eso sólo se encuentra en los bajos fondos. Le sonrío con cierto sarcasmo, pero sin llegar a decirle nada. Muevo mi peso de una pierna a la otra mientras las conversaciones o discusiones se multiplican, junto con mas datos a tener en cuenta, perfilándose lentamente quién esta con quién, o al menos los antagonismos claros, evidenciados por sus comportamientos y formas de hablar.

Un detalle sin embargo no desaparece de mi mente, esa lanzadera que no se ha ido a buscar por los costes que supondría... si alguien me dijera a mí que cometiera este atentado... con la nueva normativa vigente...

No puedo evitar sonreír con ironía, al pensar que toda mi actuación de hace cinco años provoco un cambio legislativo espacial. Sin duda mi primera opción sería hacer desaparecer una nave en un punto del espacio donde supiera que no merecía la pena buscarla... así tendría un juguete para mi solo.

De pronto Adama da la orden de movilizarnos en dirección a Palas y todo se pone en movimiento, al mismo tiempo que la gente empieza a ausentarse de la sala. Miro al teniente Gaeta y a Adama cuando me recuerda su pregunta. Había estado tan interesado en escuchar que tenían que decir los demás, que había olvidado por completo su pregunta. Hago memoria antes de volver a mirarle, sonrío y paseo la vista por el resto de la sala... esperando a que la mayoría de ellos salgan antes de hablar con el comandante. - Hace muchas preguntas comandante, y aunque en este caso me gustaría tener algo concreto que responder... solo tengo una respuesta: Marte. - Me encojo de hombros antes de mirar al teniente Gaeta con una sonrisa que muestra mis dientes. - Si requiere información mas detallada por mi parte, necesito ir a donde pueda sacarla. Llevo cinco años en esa nevera... si quiere saber si alguien de los bajos fondos quiere esa mercancía, o el porque, tendrá que poner rumbo a Marte. Allí es donde podré serle mas útil. - Aun así, levanto un dedo para atraer su atención y después señalo al teniente Gaeta. - Gaeta... me gustaría poder tener acceso a los datos de las lanzaderas que ha mencionado previamente. Si yo quisiera robar una de esas, lo haría en un sitio donde supiera que los costes de recuperarla serian tan grandes que nadie vendría a por ella. No digo que sea el caso, pero bien vale echarle un vistazo... después de que coma, claro está.

Daré un paso a un lado para poder encaminarme a la puerta, eso si mirando al bueno del soldadito. Por si el tiene algo que decir antes de que nos pongamos en marcha. Sin embargo, esta vez no le permitiré moverse a mi espalda como si fuera mi carcelero, deteniéndome donde sea necesario para que se coloque a mi misma altura... Creo que ha quedado bastante claro el hecho de que estoy colaborando.

- De acuerdo Riddick. Gracias por su colaboración. Examinaremos los datos y le informaremos de lo que encontremos. Puede ir a comer y le iré informando de todo lo que le influya -respondo a Riddick dejando que este se marche con el Brigada.

Justo cuando la reunión informativa convocada en el puente de mando estaba disolviéndose, asoma por la puerta la doctora Laura Roslin, que parece haber estado esperando pacientemente para hablar con Adama:

- Comandante, si me hace el favor, será sólo un momento -aprovecha para dirigirse en persona al mando en jefe de la nave- Siento abordarle de esta manera, pero quería recordarle que acordamos ordenar una revisión médica para todos los integrantes de la tripulación, tan pronto como salieran de la crioestasis... y por diferentes causas dicha revisión se ha ido aplazando.

Pero desde luego la oficial médico del AURORA no piensa dejarlo pasar.

Iba a reunirme con usted justo cuando esto acabara -respondo sonriendo a la doctora Roslin, una mujer cuya presencia y profesionalidad siempre me relaja- Voy a informar a la tripulación para que, durante el trayecto, vayan asistiendo a su zona de trabajo ¿A cuanta gente le quiere realizar la revisión cada día? Tampoco quiero que usted se agote sin motivo por culpa de una mala organización por mi parte.

Roslin se sonríe con satisfacción al encontrarse una actitud tan colaboradora:

- No se preocupe, Will, ya los iremos citando uno por uno... sin excluir a su estado mayor ni a usted mismo, recuerde que el comandante de la nave debe dar ejemplo -bromea tomándose ciertas libertades- Lo que desearía es que transmitiesen la orden por megafonía, para darle todo el respaldo de su autoridad... no quiero que haya conflictos con negativas inesperadas.

Lucy se levanta para seguir a Bester, pues por el momento ya no es necesaria la presencia de los agentes. Ahora todo vuelve a la normalidad tras la reunión, y ya veremos que sucede cuando lleguen a Palas.

En cuanto la reunion termino, me gire hacia Kern, fulminandolo con la mirada- Ya hablaremos. - fue lo unico que dije, dirigiendome hacia la salida, visiblemente molesto.

Mi mirada se cruzo un instante con la de Vickers, a modo de despedida y, sin mirar a nadie mas, sali de alli, con destino a quien sabe donde.

Sonrío afablemente ante la respuesta de la doctora, un análisis médico no es para nada inapropiado teniendo en cuenta mi edad y si eso puede ayudar a la misión no hay nada que objetar- En ese caso no hay problema alguno, se transmitirá por megafonía en cuanto concluya de dar las órdenes pertinentes. Doctora Roslin, la veré en su consulta en pocos días.

- Tres horas. - Repitió de forma metódica y tranquila, confirmando los datos del comandante. Se limitó a asentir con la cabeza, y abandonar la sala sin decir palabra.

- Salgamos, tenemos que hablar. Lo mejor será hacer que estamos jugando a las cartas en la sala común, así podremos hablar con más... tranquilidad. -

Asiento mirando al comandante cuando despide a Riddick, sin tener muy claro que Marte pueda ser nuestra mejor opción para continuar esta investigación en estos momentos. Me echo a un lado para dejar pasar al prisionero cuando su gesto para ponerse a mi lado resulta evidente. Le observo un momento con un gesto serio antes de asentir finalmente.

Cuando la doctora Roslin habla con el Comandante fruzo ligeramente el ceño, y la expresión se torna rápidamente en sorpresa cuando se dirige a él por un diminutivo de su nombre de pila. Bueno, después de todo, incluso los oficiales de más rango de la nave tienen una vida fuera de la cadena de mando y los civiles no tienen por qué utilizar el título militar para dirigirse a él, como yo mismo le comenté a Lucy antes.

- Comandante, hablaremos más tarde - le digo pidiendo permiso para abandonar la sala al mismo tiempo que requiero una reunión para recibir más instrucciones después. - Señ... - me corrijo a mitad de la palabra, recordando nuestra conversación anterior - Riddick. Vayamos a comer algo, supongo que su estómago estará deseando ingerir algo sólido. - Por no mencionar cualquier otro tipo de deseo que pueda tener el prisionero, claro. - Me temo que de momento tendremos que conformarnos con una comida para dos lejos del resto de la tropa - observo imaginándome su expresión "una cena romántica con el soldadito". - Supongo que eso cambiará en algún momento... - o no, todo está por ver. Por ahora vamos a ver si me convence a mí igual que hizo con el comandante en la bodega.