Partida Rol por web

Simplemente, mantuvo las manos a la espalda, dejando que su pupila hiciera el trabajo sucio. No, no era la idea del magnate que no quería mancharse las manos, más bien la de padre y mentor orgulloso, que deseaba que sus hijos, sus pupilos hicieran y deshacieran, que aprendieran, que investigaran, desarrollaran y crecieran en fuerza e ideas.

Limitar la genialidad era de necios.

Una lección que muy pocos comprendían.

- Pasaremos. Comprobaremos que todo ha ido bien y después iremos a hablar con Adama. Muchas gracias, Mathew. - Miró de reojo a su pupila y asintió con la cabeza, permitiendole el paso primero. Esta vez se lo había ganado.

Al escuchar la megafonía, el pequeño hombrecillo torció el gesto del labio, mostrando cierto grado de disgusto. Miró a su pupila, y señaló hacia el pasillo. - Parece que nos llaman en el puente. Y por los implicados, será una más que interesante conversación. - Se dio media vuelta, y marchó hacia el puente.

Visitar la nave debería pasar a un evento futuro.

La totalidad de las tropas pertenecientes a la dotación de la AURORA realizan una ordenada maniobra de repliegue, dejando a los tripulantes de la Valentina Tereshkova todavía maniatados por cintas de material plástico y flotando en la ingravidez reinante.

Y es una suerte que las miradas no puedan matar, aunque todos ellos tienen la sensatez de mantenerse callados, a fin de cuentas les están devolviendo el control de su propia nave... que es lo máximo que podían desear en esta situación.

Cuando llegan hasta la bodega por la que han accedido sellan la compuerta con un bloqueo de seguridad para evitar la descompresión del resto de la nave cuando se retiren del punto en que su nave militar se ha acoplado. Entonces el propio mayor Tigh, como oficial al mando, activa el mecanismo de cierre de la plataforma de descenso en la cubierta inferior del AURORA. En el exterior del casco la corona de espuma expansiva de secado rápido que ha estado sellando el punto de entrada se resquebraja... y las dos naves vuelven a estar separadas.

Sois libres de reemprender el rumbo que decidais...

El primer oficial contacta con el puente de mando del AURORA:

- Comandante, aquí Tigh, hemos completado la maniobra de desacoplamiento -reporta- Me dirijo al puente.

Una vez que nos encontramos cerca de la estación prospectora preparo las primeras fases del plan

- Iniciemos la fase uno del plan, que comience el abordaje por medio de los drones. Esperemos que nuestros hombres lleguen sanos y salvos antes de llamar la atención de nuestros enemigos.

Navegando en modo silencioso, el AURORA abre sus compuertas y tres de sus tripulantes salen al vacío espacial equipados únicamente con un traje presurizado y algo de armamento ligero, para recorrer la distancia que los separa de la Estación Orbital que pretenden asaltar impulsados por unos pequeños drones de exploración.

El trayecto hasta la estación orbital ilegal conocida como Olvido, impulsados por los drones de exploración que controlan desde la AURORA, dura apenas unos diez minutos... durante los que la angustia de sentirse insignificante ante la inmesidad del espacio os asalta con una fuerza inusitada. En estos instantes no sois dueños de vuestro destino, estáis literalmente en manos de otros... y cualquier pequeño error acabará con algunas diminutas motas de materia orgánica sumándose a la miriada de cuerpos que orbitan eternamente en el Cinturón de Asteroides.

Sin embargo, la clave en estas circunstancias es mantener la calma a toda costa, la cabeza fría para cumplir con lo que habéis venido a hacer. Los drones teledirigidos os acercan hasta casi contactar con el casco de la destartalada estación orbital y cuando os anclás a ella con las botas magnéticas una sensación de gratitud infinita os invade a todos irremisiblemente. Ahora sólo resta avanzar hasta una compuerta y abrirse paso a través con un soldador de vacío, aunque eso implique perforar el casco y provocar una descompresión localizada que sin duda hará saltar alguna alarma ahí dentro.

A menos que el aparatito de Baltar sea capaz de anularlo tomando el control de los sistemas informáticos.

Posar los pies sobre la estación espacial fue un momento tranquilizador. Odiaba los paseos espaciales, odiaba volar en naves y por encima de todo, odiaba los trajes presurizados. Restaban elegancia y movilidad a lo que debía ser la fuerza más poderosa conocida: el ser humano.

Por ello miró a los otros dos hombres que le acompañaban, esperando que comenzaran a soldar. Miró entonces a Riddick un momento, y esperó a que este le mirara para encogerse de hombros sin decir palabra, señalandose el casco un segundo y después volver a señalar la compuertas que debían cortar. Miró entonces hacia el metal, concentrado y esperando algo.

- Comandante ¿Me escucha? No, no mire el intercomunicador, ni se ponga nervioso. Le hablo directamente a su mente. Intente mantener la concentración en mi persona y podré comunicarme con usted en todo momento, sin señales de radio.

- Chacal, hacia tiempo que deseaba hablar con usted en privado. No... no esta roto. El intercomunicador esta cerrado. Tampoco esta volviéndose loco. Le hablo directamente a su mente. Sí, míreme y vea como no muevo la boca. Y ahora piense en esto... ¿Que mejor compañero podría tener alguien que puede ver dentro de la gente? Yo necesito a alguien como usted. Y usted a alguien como yo. Le ofrezco un trato... uno que estoy seguro que aceptará. El fin de las corporaciones. Levante el pulgar si esta de acuerdo. -

Intento detectar si hay "mentes" detrás de la puerta que vamos a soldar.

Alfred Bester se concentra para sondear cualquier pensamiento consciente en el entorno más inmediato, esforzándose por focalizar su don a través del casco de la estación orbital que están a punto de abordar. Las barreras físicas bloquean la mayor parte de sensores, pero la suya es una habilidad muy peculiar que no está sometida a ese tipo de limitaciones...

Barre sistemáticamente su entorno en círculos concéntricos y sólo detecta la firme determinación de sus dos camaradas, aunque uno de ellos, el implacable revolucionario, está ahora mismo genuinamente confundido.

No, definitivamente no hay nadie al otro lado de esta compuerta de servicio. Detecta algunos destellos de pensamiento más lejanos, parece que hay bastante gente a bordo de esta estación orbital, pero todos están en torno al eje central y la plataforma superior. Es decir que, a menos que les detecte algún sensor electrónico, tienen campo libre...

Salimos de la nave enganchados a los drones. Armadura, cuchillos, pistola con silenciador y fusil con silenciador. Si es que desde luego tienen de todo, con la de maravillas que pueden hacerse con un poco de ingenio, los utensilios de una cocina básica y la estupidez de un enemigo que te infravalora. Pero no, aquí estoy yo armado hasta los dientes y encima con una de esas bonitas armaduras. Sin duda tiene su jodida gracia, aunque no muchos sepan apreciarla.

El paseo espacial se me antoja liberador. Primero el hecho de ya no llevar mi joyería particular, después no estar ya metido en un trasto de metal controlado por nadie con varias decenas de tíos dispuestos a hacer todo lo que ordenen. Aquí, en medio del vacío, sin duda disfruto de una libertad que hacia años no encontraba. Una sonrisa casi de placer asoma a mis labios mientras el dron surca el espacio hasta el Olvido. Dejándonos justo sobre el cascaron de la misma, las botas magnéticas se activan y no puedo mas que alzar la mirada en dirección al complejo.

Sin duda, hay gente que sabe como montárselo. Tendré que hablar con ese Kaiju, una vez Bester termine sus negociaciones.

Avanzamos en busca de un punto de entrada. No tardamos mucho en dar con uno, miro a Rogers y hablo por el comunicador codificado. - Si el genio ese de los ordenadores puede desactivar la alarma de vacío de este sector, o módulo, sería realmente muy interesante. Más que nada para no llamar al comité de bienvenida antes de tiempo. - El tono tiene su punto de humor y sarcasmo. No es plan de joder nuestra teatral entrada, antes de empezar la puta función.

Mientras preparo el cortador y espero recibir confirmación por parte de la gallinita, o de Rogers, no puedo evitar mirar al tercer miembro de la partida. Ladeo levemente la cabeza, algo nimio teniendo en cuenta la armadura que llevamos y levanto el pulgar en su dirección.

Recibir las palabras de Bester me hace mirar el comunicador, no suena como una de esas maquinitas retransmitiendo sonidos. Cuando encima él mismo desvela que esta hablando a mi cabeza, no puedo evitar abrir los ojos y girar mi cuello lentamente hacia él.

Hablándome a la cabeza, lo que sin duda implica que también puede leer lo que pienso... o mas me vale contemplar esa opción hasta que esté seguro de lo contrario.

Sin poder remediarlo, estudio los acontecimientos previos intentando ver si en algún momento ha podido sacarme algo en especial, mas pronto me detengo... si tuviera algo contra mí ya me lo habría hecho saber. Y si no, no tiene sentido preocuparse.

Le escucho cuando habla y no puedo mas que mirar al hombre con algo más de respeto. Sin duda, sus bazas son mas que simplemente interesantes. El poder o habilidad que posee es algo muy útil en según que juegos. Los de las corporaciones. Simplemente es cojonudo.

Si quiere joder a las corporaciones, perfecto. Pero esto sólo es el comienzo, Bester. Acepto jugar a ese juego, el mismo que me ha propuesto Adama, pero tendremos que hablar largo y tendido cuando esta excursión haya terminado.

Los drones nos llevan sin problemas hasta la estación y espero a que mis compañeros me confirmen que todo está en orden para empezar la carga del programa de Gaius Baltar. Antes de eso, yo mismo compruebo que mi equipo sigue bien asegurado; dos cuchillos, pistola y rifle con silenciador, exactamente el mismo que Riddick. Pero, además de las herramientas que están integradas en la armadura, llevo los grilletes magnéticos y algunos explosivos.

Antes de volverme hacia las compuertas de la estación, conecto la terminal al drone tal y como me explicó el informático, sabiendo que Henderson ya ha realizado la parte más técnica del trabajo. Pulsando el icono que me habían mostrado, lanzo el proceso de inicio de la consola. Supongo que podrá utilizar algún tipo de señal inalámbrica para conectarse a los sistemas de la estación y, de entrada, abrir alguna compuerta sin activar ninguna alarma pero, incluso si no es el caso, prefiero esperar a que cargue sin problemas antes de infiltrarnos en la estación llamando la atención de todo su personal.

- Si todo va bien, Baltar podrá obrar su magia en breve... - les digo a mis compañeros por la radio de las armaduras. Tal vez el informático también haya pensado en hacer que el drone se conecte a esa misma frecuencia para darnos comunicación directa con la estación.

El comunicador codificado se activa, resonando en el puente de mando del AURORA, ante la espectación del comandante Adama, su primer oficial Tigh y el oficial de comunicaciones Gaeta, así como el doctor Gaius Baltar, que está a cargo de una parte tan esencial de esta misión como los tres hombres de han enviado a territorio enemigo.

- Si el genio ese de los ordenadores puede desactivar la alarma de vacío de este sector, o módulo, sería realmente muy interesante. Más que nada para no llamar al comité de bienvenida antes de tiempo. -

La voz pertenece a Riddick, aunque suena muy distorsionada por la baja intensidad con que se está realizando la emisión y las múltiples capas de encriptación del mensaje. La consigna es mantener las comunicaciones al mínimo, para evitar ser detectados por Olvido, aunque lo más probable es que una señal tan alterada sea confundida con simple estática...

- Si todo va bien, Baltar podrá obrar su magia en breve... -

Suena una nueva voz, que sin duda pertenece a Steve Rogers.

Escucho con atención los mensajes y no puedo más que mostrar cierto disgusto ante su llegada. 

- Señor Gaius, trate de proceder como le piden, espero que tenga éxito y no active las alarmas del enemigo.

Tras la corta orden me concentro en mis propios pensamientos.