Partida Rol por web

Daniel cortó, ropa, ajustes secundarios de la mochila, la pistolera que estaba vacía, cualquier cosa que fuese un problema. Necesitaba hacer aquello rápido y limpio. 

Estaba él, tan metido en su mundo, que no escuchó lo que Hilv sí, que no vió lo que Hilv sí. En uno de los bolsillos, que el buen doctor había dejado a recaudo lejos de la horrible herida que no dejaba de sangrar o más bien, casi borbotear, salpicar, inhundar, como uno de esos dibujos infantiles al haber retirado la ropa. 

Bip-Bip-Bip-Bip- Sonaba bajísimo, pero provenía de un objeto negro, apenas del tamaño de un móvil de concha de hace una década con una pantallita donde aparecían unos números y un poco mas arriba, una especie de pequeño radar en miniatura. La mar de mono. Nada mas ella se acercó del todo, subió un poco mas la cadencia. 

Daniel aplicó de nuevo la droga para cerrar la herida, allí no había pasado nada, toooodo estaba bien. Solo habían sido dos segundos, y con las drogas que iba a meterle, debería de aguantar. Supuestamente. Esponja en mano, limpió la zona, dándose cuenta de algo peculiar. 

Bajo la piel, viste una especie de malla metálica muy fina, casi invisible, que parecía, parecía, ir cerrando muy muy lentamente el hueco de la perforación. 

¿Qué coño es eso?

La chica observó el curioso objeto con el ceño fruncido.

¿Por qué hostias pita cuando me acerco?

Prefirió no especular al respecto, porque no tenía ninguna ganas de hacerlo.

Intentó descifrar lo que significaban los números, y para ello no tuvo ningún reparo en coger el objeto para ver si tenía botones o alguna otra cosa que le diera una pista sobre su funcionalidad.

Espero que no me electrocute.

- Que interesante... -musitó el doctor agachándose para verlo más de cerca. Ese efecto era del todo inesperado, pero no especialmente sorprendente, dado que en Titan se probaban muchas cosas que, bueno, no encajaban con lo conocido de forma tradicional.

- Oye, este... Hilv -dijo chasqueando los dedos, sin mirar a la mujer para no perder detalle del fenómeno- ¿Tu amigo ha sido objeto de algún experimento medico o militar¿ ¿Que tu sepas?

Mientras hablaba, preparó la droga reanimante. En cuanto viese que el tejido parecía firme, le pondría una dosis. Se sintió más relajado. El peligro para su paciente había pasado. Ahora tenían que huir.

Tenía el típico teclado numérico, a un lateral, oculto tras un desplegable del mismo material que el objeto. Del 0 al 9, contaba con símbolos como:  _    *    #     &      ^

Giró la cabeza hacia el doctor con el ceño fruncido mientras sostenía con la mano el nuevo descubrimiento que acababa de hacer ¿Dag? Intentó hacer memoria que yo sepa no, pero creo que lleva prácticamente toda la vida en Titán, así que… es más que posible aquel lugar había pasado de maravillarle a darle muy mal rollo por eso Becky te dice que siempre has sido una ingenua se acercó a la posición del paciente.

¿Está bien? Preguntó a Daniel, el médico parecía más relajado, y el chico seguía respirando ¿podremos llevarlo en la camilla? El tiempo seguía corriendo, no se había olvidado del dicho mensaje, ni tampoco de lo que le había dicho en aquella celda.

¿Sabes que puede ser esto? Le enseñó el dispositivo que seguía emitiendo el dichoso zumbido.

Daniel asintió, mirando por fin a Hilv. Parecía que su interés por la evolución de Dag había declinado lo suficiente para permitirle separar los ojos. Mientras hablaba, tocaba la piel circundante con cautela, tratando de sentir la circulación de la sangre, la pulsación, la temperatura local. Cosas sin sentido que le hablaban más a su intuición que a su razonamiento. Aquello parecía estar en marcha.

- Me gusta la pinta que tiene. Puede que salga de esta. Si conseguimos llegar al ascensor, claro. Esta camilla nos dará un rato de alivio. Yo me encargaré de moverla. He... visto más de estas. No parecía muy difícil. Pero se que no tenían una batería enorme.

Daniel miró con curiosidad el aparato que Hilv había encontrado. Frunció el cejo y lo examinó de cerca.

- Lo primero que diría es que se trata de una llave de algún tipo, ¿no crees?-devolvió el aparato a Hilv y preparó la inyección reanimante- Bueno, dulce princesa. Aquí viene el beso de tu príncipe azul. Hora de despertar.

Presionó ligeramente con dos dedos en la ingle, cerca de la herida. Inyectó la droga y sujetó los hombros de su paciente.

- Sujétale los pies un momento. Solo por si acaso.

Sonrío ampliamente cuando el doctor dijo que el chico saldría adelante, es más, se acercó a su amigo y le cogió la mano apretándola con fuerza, sin saber bien el motivo, pero si hubiera muerto allí...llegaremos, lo haremos dijo con convencimiento, moviendo la cabeza de manera afirmativa y sin perder la sonrisa.

Luego siguió las instrucciones de Daniel, colocando el arma a su espalda para tener espacio delante y las manos libres para sujetar los pies ¿una llave? No era lo que le parecía a ella yo pensaba más bien en una especie de detector de alguna cosa, ¿por qué iba a pitar una llave? No se le ocurría el motivo, pero tampoco había pensado mucho en ello.

Ha sido una suerte que seas médico. Dijo de manera espontánea y esa cosa que nos atacó antes, ¿por qué hiciste eso de la arena? Ahora que el peligro por Dag había pasado, al menos en la cabeza de Hilv, recordaba lo sucedido e intentaba darle sentido.

Gritó, gritó de forma desgarradora mientras se removió salvajemente a los dos segundos de serle inyectada la droga. Incluso a Hilv le pilló un poco de improviso y tuvo que centrarse en agarrarlo muy bien para que no se cayera de allí o hiciera algo peor. 

Pero apenas duró un instante quizás demasiado largo, hasta que sus pulmones se quedaron sin aire, sus ojos se abrieron de para en par, y su cuerpo se relajaba en la camilla mientras su mirada iba de un lado a otro, intentando enfocarse, intentando pensar. 

-Eh, ¡Ehhh! Tranquilo soldado...-grito Daniel, algo alterado por la reacción de Dag.

Al soldado le llevo un momento calmarse, pero Daniel concluyó que lo peor había pasado. Se secó la frente con la manga y sonrió.

- Otro cliente satisfecho. Es posible que en unos días le llamen para valorar mi atención...-Daniel dejo la broma y se giró hacia Hilv.- Disculpa él sarcasmo. Respondiendo a tu pregunta, desde que estoy en Titán he visto mucha mierda. Lo de la arena es un mecanismo de protección que me enseñó una amiga. Contra... Ya sabes. Demonios.

¡Dag! La chica gritó su nombre y se acercó al muchacho dándole un abrazo has despertado sonreía aliviada tranquilo, estamos a salvo de momento, pero tenemos que darnos prisa y salir de aquí, no tenemos mucho tiempo puede que resultara abrumadora para alguien que prácticamente acababa de regresar de la muerte, pero Hilv estaba en uno de esos momentos donde las emociones amenazaban con desbordarla, y esos siempre eran peligrosos... tenía que canalizarlas y moverse. 

Claro, demonios, porque no... la verdad es que le sorprendía menos de lo que debería pues dala las gracias a tu amiga de mi parte cuando la veas dijo con sinceridad ahora tenemos que salir de aquí ya se dirigió de nuevo a Dag hay que moverse no era una sugerencia...

Se dirigió a la puerta de la enfermería, ya le preguntaría a Dag si sabía lo que era el aparato, ahora tenía que asegurarse de que no había demonios, ni lickers, ni nada...

Parpadeó un par de veces mientras os escuchaba hablar, se miró la zona de la herida, a su alrededor, hasta poder fijarla-...Hay que buscar al Doctor Klaus- el pensamiento se quedó en el aire- es un médico genetista que trabaja en la sección infantil, tiene un nivel de salida completa. Según los datos, está junto con varias personas más en una sala médica tres plantas mas arriba.- Se incorporó con mucho cuidado, y antes de poner ambos pies en el suelo, ya tenía claro que necesitaba algo- ¿hay muletas o algo?*- era como si fuera en automático. 

Una vez estemos con él, podemos buscar a mas gente, el abrirá las puertas que se necesiten.

El doctor Daniel miró con fijeza a Dag. Siguió sus movimientos y prestó especial atención a todo lo que decía. Poco a poco, elevó la ceja izquierda hasta niveles casi cómicos. Se aproximó a Dag y le retuvo, con gentileza, sentado en la cama.

- Has sido herido de gravedad, Dag. En tu pierna, aqui. Una zona muy delicada. Si se abriese, te desangrarías. Acabo de parchearte, pero no hay que abusar.

Dio un par de palmadas en la camilla.

- Con este trasto te puedo llevar sin esfuerzo unos quince o veinte minutos. No es perfecto, pero son quince o veinte minutos más de cicatrización.

Miró a Dag fijamente a los ojos.

- ¿Que opinas? ¿Vas a ser un buen paciente? Si haces caso al doctor, le diré a la enfermera que te traiga una copa de helado de chocolate con nueces de macadam. ¿Que opinas?

Había asentido cuando el chico dio las instrucciones sobre la mejor opción para salir del complejo, pero en cuanto este se intentó poner de pie ¿Qué crees que estás haciendo? Iba a mandarlo de vuelta a su situación tumbada de una hostia como no se estuviera quieto, sólo faltaba que ahora se le abriera la herida por querer hacerse el héroe o algo parecido.

Por suerte el doctor intervino.

Si quieres te doy un arma, pero no te mueves de la camilla, ¿entendido? Le amenazó con el dedo aunque... ¿sabes lo que es esto? Sacó del bolsillo el aparato que habían encontrado en el botiquín y se lo pasó a Dag tras acercarse a la camilla, sabía de sobra la sensación de inutilidad que se tenía tumbada en una cama sin poder hacer nada haznos caso ¿vale? la chica lo miró con sincera preocupación no quiero que te pase nada el tono intimidante había mutado a uno mucho más afectuoso tu conoces este lugar mucho mejor que nosotros, te necesitamos para salir de aquí la apretó suavemente el brazo antes de mirar al doctor, confiaba que entre ambos lo hubieran convencido de usar el sentido común.

Tres plantas más arriba, vamos a buscar al doctor Klaus... ¿funcionan los ascensores o usamos la escalera?

Dag había bajado hasta aquí, él seguramente lo sabría.

Miró al médico- ¿está loco? Esta camilla es lenta y pesada, se nos verá a kilómetros- casi había perdido los nervios de nuevo, por suerte apareció Hilv y el solo la pudo mirar como quien ve a una hermana que hace demasiado tiempo que no ve-...- Suspiró bajando la mirada- el arma al menos...

Es un localizador, podemos meter los datos de vuestra tarjeta o la de otra persona y encontrarlo siguiendolo, no es extremadamente preciso porque es el modelo básico, pero puede dar una situación en planta aproximada con un error de una planta arriba o abajo, lo que viene siendo un margen de error de unos 300 metros.- Se volvió a medio tumbar.- Tengo una llave negra, podemos usar el ascensor hasta que queden solo diez minutos para el cierre, lo cual nos deja con cuarenta y...- miró alrededor- poco antes de veros faltaban 49 minutos ¿Cuanto tiempo he pasado inconsciente? 

Le dio una de las armas… y lo miró con cariño… no ha pasado mucho tiempo, diez o quince minutos a lo sumo no creía que hubiera sido más, quizás Daniel podía ser más preciso, ella era bastante desastre con eso.

Dame la llave, iré delante, quédate con ese localizador, quizás pueda sernos útil miró al doctor ¿puedes llevar la camilla? Pidió amablemente mientras se encaminaba no nos queda demasiado tiempo y no pensaba perder más, así que, con la Emyl todavía en su posesión, abrió la puerta de la enfermería y se encaminó hacia el ascensor, señalando la dirección contraria a las celdas y buscando confirmación con la mirada por parte de Dag para no errar el camino.

Respiró hondo y echó un vistazo al pasillo antes de salir, si estaba vacío, no perdería ni un segundo más.

Daniel dejó que fuese Hilv la que pusiese en su sitio al paciente. Se conocían y esperaba que fuese capaz de meter un poco de sentido común en aquella cabeza. Cuando ella hubo terminado su alegato, el recogió el guante sin dejarla terminar.

- No, no se que tiempo ha pasado. No he mirado la hora. Y si, claro, soy capaz de manejar este trasto. No es que lo haya hecho muchas veces, pero tampoco te piden siete años de medicina para algo asi.

Daniel pulsó los botones del lateral, esperando dar con la combinación adecuada y no quedar en ridículo.

- Dag, sin entrar a valorar nada de lo que nos podamos encontrar. Si te pones a andar, corres un peligro bastante elevado de reabrir la herida y desangrarte. Has perdido mucha sangre y no te he podido poner ni una mala bolsa de plasma. Además, en caso necesario la camilla se puede convertir en un parapeto. Si nos disparan o algo así. Venga, pongámonos en movimiento.