Partida Rol por web

Traición a la Sangre

La noche de las Alianzas

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03/11/2009, 15:28
Director

2 de Septiembre, 1993

23:00 p.m.

Mansión La Porta Grigia

(Reunión de la comunidad sobrenatural)

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03/11/2009, 16:02
Director

La Mansión de La Porta Grigia era un antiguo caserío heredado por una familia que resultó caer en manos de los vampiros. Era una casa antigua, formada por una recia estructura de piedra y un lujoso decorado victoriano. Un amplio jardín que ahora estaba lleno de maleza y figuras destrozadas, todo bastante tétrico para el ambiente natural y libre en el que se solían mover los garou.

Y allí estabais todos, los cinco, reunidos frente a la puerta esperando la llegada de Dontado Di Salvo junto a las feéricas, a quien él mismo había ido a buscar. Eran las once menos diez de la noche y varios hombres estaban apostados en la entrada junto a un coche fúnebre con un ataúd dentro. Esa imagen os chocó un poco ¿Se habrían matado entre ellos? Parece que al menos las tensiones entre vosotros han menguado. Drail habló con Carlo y Mateo con Ángela, llegando más o menos a un consenso para que mantuvierais la calma, al menos hasta después de aquella noche. Iba a ser muy duro para todos. Lo mínimo era mantenerse unido.

No habían pasado ni tres minutos cuando el Anciano apareció con su impoluto traje, seguido de Flavia, que parecía no encontrarse muy cómoda con la situación, más por timidez que por otra cosa, y una figura encapuchada que todos pudieron identificar como Calíope porque a penas rozaba el suelo con sus pies desnudos. Donato les hizo una seña para que entraran cuando Elissa, la ghoul de los vampiros, salió para abrirles la puerta y hacer una reverencia en señal de respeto. Era una jovencita muy servicial.

En la entrada había una vampiresa pelirroja, algo bajita y de espaldas anchas, que desprendía un aura de magnificencia que a medida que los garou se fueron acercando se acrecentó bastante.

Los Ancianos presentaron a los garou ante los tres vástagos que había. Pietro, al parecer, no había vuelto o no se encontraba allí. Después de recordarles que esto era una tregua, que debían hablar y no pelearse, y que no llegaban a un acuerdo las cabezas de Mateo y Riccardo serían separadas de sus cuerpos, ambos se despidieron de los allí presentes y se marcharon en el coche fúnebre.

Una vez dentro de la mansión, Calíope se deshizo de su capa y los vampiros os hicieron pasar a todos a un salón amplio de aspecto antiguo donde había doce asientos y una larga mesa de roble. Mateo y Riccardo ocuparon las sillas de los extremos y, siguiendo el sentido de las agujas del reloj desde el vampiro estaban: Giulia, un asiento vacío, Flavia, Silvanio, Ángela, Mateo encabezando la otra esquina, Drail, Carlo, Calíope, Elissa y Alexandro. El vampiro se levantó y encabezó la reunión como anfitrión de la casa.

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03/11/2009, 23:23
Director

 

Al entrar en la casa, cuando Elissa sale a abriros la puerta, te mira discretamente y puedes ver cómo esboza una tímida sonrisa ante tu presencia. Por supuesto, nadie más se percata de ese leve gesto.

 

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03/11/2009, 23:24
Director

Después de que Riccardo hablara con Pietro, este quedó recluido en su habitación, y Alexandro se encargó de apostar cuatro hombres vigilando el pasillo y la parte de debajo de la ventana. A Lady Vasnia le pareció bien y los demás no pusieron objeción alguna.

Media hora después, cuando la Anciana ya hubo calmado su mal humor, Elissa, que estaba cotilleando por la ventana, anunció que los garou ya habían llegado. Después de que Riccardo le diera la orden, la chiquilla salió a abrir la puerta para recibir a los invitados. Los cuatro garous iban al frente, seguidos de Carlo, su parentela. Tras ellos iban Donato, el Anciano garou, Flavia y Calíope, cubierta por una capa gris.

Los Ancianos presentaron a los todos los integrantes de la reunión y después de recordarles que esto era una tregua, que debían hablar y no pelearse, y que no llegaban a un acuerdo las cabezas de Mateo y Riccardo serían separadas de sus cuerpos, ambos se despidieron de los allí presentes y se marcharon en el coche fúnebre.

Una vez dentro de la mansión, Calíope se deshizo de su capa y Riccardo hizo pasar a todos a un salón amplio de aspecto antiguo donde había doce asientos y una larga mesa de roble. Mateo y Riccardo ocuparon las sillas de los extremos y, siguiendo el sentido de las agujas del reloj desde el vampiro estaban: Giulia, un asiento vacío, Flavia, Silvanio, Ángela, Mateo encabezando la otra esquina, Drail, Carlo, Calíope, Elissa y Alexandro. El vampiro se levantó y encabezó la reunión como anfitrión de la casa.

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03/11/2009, 23:37
Director

Después de hablar con Riccardo quedaste recluido en tu habitación. Lady Vasnia se había encargado de apostar cuatro ghouls para vigilarte, dos en la puerta de tu habitación que impedían que cualquiera que no fuera Riccardo se acercara, y otros dos en el jardín, debajo de tu ventana que daba a la fachada principal del edifico, permitiéndote ver la entrada.

No pasaron ni veinte minutos cuando escuchaste revuelo en la calle. Al asomarte viste a los cuatro garous junto con su parentela detrás de la valla, esperando a algo. Iban más o menos bien alegrados e incluso desde tu posición podías percibir la tensión ante el encuentro. Desde luego no era para menos.

Dos minutos más tarde la viste a ella. Calíope llegaba caminando con soltura bajo su capa, completamente cubierta, al lado de Donato Di Salvo, el garou Anciano. Y Flavia, la pobre Falvia caminaba cabizbaja, tímida y cohibida por los demás, no muy lejos del hada. Donato les dijo algo a los garou y enseguida viste a Elissa caminar casi corriendo hasta la puerta para abrirla con una reverencia. Mientras todos caminaban en tropel hasta el pórtico de la casa ella te miró. Era muy lista y teníais un vínculo muy especial. Normal que se hubiera dado cuenta enseguida de tu presencia. Siempre te había dicho que te percibía diferente que a los demás vampiros.

Fue una mirada breve, de a penas unos segundos, en los que sus ojos verdes y los tuyos se encontraron. Una clama te invadió y supiste de repente que ella ya lo sabía y que estaría bien. Claro que estaría bien… era un hada.

Escuchaste la puerta de la casa cerrándose y después murmullos, aunque por más que intentaste escuchar, las paredes de piedra te impedían comprender nada.Iba a ser una nochemuy larga, y no había hecho más que comenzar.

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04/11/2009, 04:14
Riccardo di Lorenzo

Riccardo sonrió.

- Sed todos bienvenidos. Es horrible que nos encontremos aquí para hacer frentes a tan funestas noticias. - dijo, casi teatralmente. - Pero estoy seguro que entre todos, queridos amigos, encontraremos una solución a ese intento de ruptura de nuestro sólido y leal pacto. Por supuesto, huelga decir, que yo y mis Chiquillos estaremos encantados de colaborar en todo lo que se pueda para poder solucionar este entuerto, pero lo cierto es que la información de la que dispongo a la hora de hacer frente a este desastre, es bastante escasa... ¿Quizás alguien para iluminarme? ¿Mateo? ¿Flavia? ¿Alexandro?

Volvió a sentarse, apoyó un codo en el brazo del sillón, y cruzó la pierna, dispuesto a escuchar.

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04/11/2009, 16:18
Pietro Cacciatore
Sólo para el director

 Los olió antes de escuchar los vehículos en los que los hombres lobo vinieron. Luego observó a Caliope. Sabía perfectamente que ella le veía. Y el vampiro la sonrió con debilidad y... ¿había miedo en su sonrisa? Sea lo que fuere, estaba demasiado resguardado como para poder compartir opiniones. ¿Y si Pietro no volvía a salir de aqui? Terminase como terminase, Pietro sonrió a Caliope como lo hacía cuando estaba a solas con ella. Transmitiendo mucho en esa sonrisa. Tal vez última. Y después miró a Flavia. La miró severamente, para que Caliope la mirara. Para que supiera que se refería a ella cuando, con el pulgar, se recorrió la garganta. Cuando, a su modo, le dijo los planes de los vampiros de matar a Flavia. Flavia estaba en peligro. Y Caliope también. Los vampiros hacían especialmente daño a las hadas, un daño que podía destruirlas con una sola caricia.

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05/11/2009, 17:58
Mateo Garello

- Y todavía tienes la moral de hablar del Pacto como algo sólido y real... Admiro tu frialdad cuando tu cabeza está en juego, Riccardo. - dijo el Alfa, posando ambos brazos en la mesa y posando su peso sobre ellos. Él no tenía el estilo de los vampiros. - Yo te iluminaría, pero empezarías a arder y me meterían a mi en el saco de los traidores... aunque tampoco me debería importar mucho contando que me van a cortar la cabeza si no descubrimos quién ha sido el listo que ha jodido nuestro pequeña tregua. -

- Pues así, en resumidas cuentas, o encontramos pronto a los culpables o a ti y a mi nos cortan la cabeza... ¿Qué te parece? -

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05/11/2009, 20:18
Alexandro Arcuri

Alexandro se adelantó en su asiento.

- Entonces, Mateo, lo primero que habrá que hacer es encontrar pruebas de quién o quiénes han sido. Estamos todos reunidos. Alguien tiene que sospechar de alguien, ¿no?

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05/11/2009, 21:28
Drail Emser

A Drail, en cierto sentido, le divirtieron las palabras de Mateo tras la pésima interpretación dramática del vampiro líder, quien parecía, en su opinión, bastante tranquilo ante la perspectiva de la decapitación. Tras escuchar a Alexandro, Drail comenzó a hablar:

- Te equivocas Alexandro, no estamos todos... Discúlpenme, pero a mí, antes de barajar sospechosos me gustaría que alguien aclarase la ausencia de uno de los vuestros en la reunión - dijo Drail dirigiéndose a los vampiros -. Porque supongo que alguien sabrá algo de Pietro... ¿no? - y pasó sus ojos por cada uno de los vampiros de la mesa buscando alguna respuesta. También miró a Calíope, aunque de ella no esperaba ni siquiera un gesto-.

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05/11/2009, 21:49
Mateo Garello

En cuando Drail habló Mateo puso una sonrisa divertida mientras miraba a Alexandro, abriendo una mano en dirección hacia el asiento vacío por parte de los vampiros. Sí, exactamente aquel en el que no estaba Pietro. Drail había dado en el blanco.

Su sonrisa y su mano no podían ser mejor respuesta a la 'pregunta' de Alexandro. - ¿Te parece poca sospecha? -

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05/11/2009, 21:46
Riccardo di Lorenzo

Riccardo sonrió a Drail, y luego miró a Mateo.

- Querido Alfa... ¿Te han importunado alguno de mis chiquillos? Entonces controla a tus cachorros impetuosos. Yo nunca me he metido en la manera en la que tienes que quitarle las pulgas, así que explícales qué es la insolencia. Precisamente porque no lo sabía, Pietro no está aquí.

El vampiro agachó la cabeza, pensativo. Gracias, Drail, por darme un motivo.

- No voy a mentiros. Lo cierto es que albergo varias dudas sobre él y su lealtad. Es muy duro para mí decir esto, pero... No lo considero de fiar, y por ese motivo no está aquí. Está en su habitación, vigilado por cuatro hombres.

Descruzó la pierna, y apoyó los codos en la mesa entrelazando las manos y apoyando la barbilla en ellas.

- Una vez acabados los rumores de prensa amarilla... ¿Podemos continuar con lo importante?

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05/11/2009, 21:53
Calíope

Calíope solo hizo un leve giro de cabeza ante el nombre de Pietro. Estaba con los ojos cerrados, completamente inmóvil en su sitio. Parecía una estátua griega.

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05/11/2009, 22:33
Flavia DiAngello

Flavia había abierto la boca para hablar hacía un rato, pero de repente habían empezado a lanzarse pullas unos a otros e, intimidada como estaba, prefirió guardar silencio medio encogida en su asiento con la cabeza gacha.

- Pero entonces, Pietro podría ser culpable ¿no? Si nadie sabe dónde estuvo anoche, el podría ser el vampiro traidor.- afirmó.- A demás, tampoco acudió a la reunión de después del incendio…

Eso era una acusación bastante directa hacia el hada, y Flavia prefirió mirar hacia otro lado dado que la tenía en frente.

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05/11/2009, 22:36
Giulia Ricci

Giulia echó un vistazo rápido a los presentes en la sala. Estaban todos allí inclusive Ángela. Una ira inmensa la invadió, en ese mismo momento se hubiera abalanzado sobre la garou pero no era ni por un casual el momento adecuado. Al oír las palabras de Flavia se acordó de aquella noche con total perfección.

 
- He de decir que no se lo que hizo durante toda esa noche Pietro, sin embargo, si les puede servir de ayuda, parte de la noche estuvo conmigo en el cine, mas luego, ignoro lo que pudo hacer. También me gustaría decir que en esta reunión en la que se esta acusando a Pietro Cacciatore también debería estar el, pues tiene el mismo derecho que todos nosotros a defendernos de cualquier acusación- Dijo Giulia con cierta tensión.
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06/11/2009, 00:10
Ángela Camilleri

Ángela, que estaba muy seria y con cara de malas pulgas, enarcó una ceja.

- ¿Estabais juntos?  Eso nos sigue poniendo en el mismo punto que al principio. A mi me interesa quién atacó, no quién faltó a la reunión de después. Así que nada de encasquetar falsos culpables. A mi me sigue preocupando el Pacto, por lo tal, que la gente pierda la cabeza por chorradas creo que no nos beneficia a ninguno.

La loba se cruzó de brazos y se recostó en el respaldo.

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06/11/2009, 13:18
Drail Emser

Drail escuchaba atentamente a cada uno de los presentes. Al oir hablar a la joven vampiresa se sorprendió de que la cordura por parte de los vampiros apareciese de parte de la más joven y sonrió complaciente. Después habló Ángela, o más bien, habló su habitual impaciencia y, en cierto sentido, Drail la entendía, pero pensaba que había otras formas de decir las cosas, aunque en eso de "encasquetar falsos culpables" tenía parte de razón, pero tampoco se sabía si era falso o no:

- En cualquier caso, la chica lleva razón; Pietro debería estar presente al menos para defenderse, ya que hay algunos dispuestos a achacarle culpas sin nisiquiera estar presente. Si Pietro no está aquí con nosotros, nadie tiene derecho a hacer acusaciones sobre él. Así que, señor di Lorenzo, le rogaría perdone mi insolencia y haga bajar al vampiro, por favor... - dijo en un tono casi socarrón -.

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08/11/2009, 02:47
Riccardo di Lorenzo

El rostro de Riccardo se enfureció y se levantó de la silla, apoyando las manos en la mesa e inclinándose hacia adelante.

- Os he abierto la puerta de mi casa para debatir, y vosotros no hacéis más que darme problemas. Pietro no saldrá de la habitación por motivos que no os incumben. Yo no digo cómo debéis organizaros entre vosotros, ni quién debe ser el líder entre los vuestros. Entre los vampiros, yo soy la ley, y Pietro es un vampiro. Así que no bajará porque yo no lo considero necesario. ¿Lo acusáis de traidor? Sea. Le daremos muerte esta misma noche, pero está bajo castigo, y no cederé. He visto muchísimas más noches que vosotros, y sin duda me habré enfrentado a peligro que vuestra joven mente no llega a imaginar, así que no voy a tolerar que ninguno de vosotros, vampiro o Garou, me de órdenes. Y si tenéis algún problema con eso, os invito a salir fuera de mis dominios y a despedazaros si queréis. Pero esta es mi casa, tiene sus reglas, y se respetan.

Volvió a sentarse, recuperó su sonrisa y habló, con otra tesitura distinta, casi de terciopelo.

- Ahora, sin perder más el tiempo, podemos seguir con el problema que nos atañe. El problema que veo, queridos amigos, es que todo el mundo confía en los suyos. Excepto mi pequeño problema con mi chiquillo, todo el resto tenemos claro que ninguno de los nuestros ha sido, si no me equivoco. Siendo así, es absurdo llegar nunca a un concenso. Entonces, la pregunta es: ¿qué pretendemos con esta reunión? ¿Elegir un sambenito y cargarle el muerto, o trazar una línea de acción futura? Es eso lo que debemos preguntarnos.

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12/11/2009, 19:42
Mateo Garello

Alzó una ceja ante el rápido cambio de 'humor' de Riccardo. Odiaba la capacidad de los vampiros de cambiar de humor tan fácilmente. Bueno... dejémoslo en que odiaba a los vampiros. Por si fuera poco, el vampiro volvió a sentarse y se puso a hablarles en un tono que le dió náuseas. - Maricón. - dijo con un tosido.

- Bien, Riccardo, pretendemos sacar sospechosos. Yo no es que esté seguro de que los míos no hayan sido, es que CONFÍO en que no lo hayan sido. Es una gran diferencia. ¡Y como sea algun Garou mataré al propio traidor y a todo aquel que trate de impedírmelo! - gruñó Mateo, golpeando la mesa con el puño en la última frase. Volvió a cruzarse de brazos, mirando a todos los presentes. - Y, por cierto, si queremos que tu colmillitos esté aquí es porque necesitamos escuchar la versión de todos. ¿Quién dice que no hayas sido tú u otro de tus compañeros y sea el apresado el que sabe la verdad? O que sepa que ha sido uno de los míos... ¡o incluso yo mismo! ¿Te niegas a bajarle aquí? Creo que no estamos en una situación apropiada para exigir que se cumplan nuestras normas cuando uno o varios de nosotros hemos violado la norma más necesaria de todas. -

 

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12/11/2009, 20:08
Alexandro Arcuri

Alexandro carraspeó para llamar la atención de los presentes.

- Yo tengo algo que quizás a todos los presentes les interese. Sobre todo a ti, Mateo, y a vuestro parentela- le lanzó una mirada socarrona.

El vampiro se levantó y caminó hasta un mueble que había en uno de los laterales de la habitación. De un cajones sacó un sobre, lo abrió y sacó varias fotos que comenzó a distribuír por la mesa entre los presentes. En ella se podía observar con claridad a Carlo, el parentela de los garou en el bosque, acompañado de otro garou en forma humanoide que ninguno de los demás componentes de la manada supo reconocer. Mantenía una actitud amigable, sonriénte cais. No se parecía a ninguno que hubieran visto hasta la fecha.

- Los Ancianos dicen que han peinado la zona, y han comprobado que no hay otros seres sobrenaturales. No voy a cuestionar sus métodos, pero como se puede comprobar en estas fotos recientes (mirar la fecha de abajo, son de hace una semana y poco), el parentela Carlo está hablando de forma bastante amigable con ese garou. Mis fuentes, humanos, por supuesto, tomaron estas fotos porque yo se lo pedí dado que más de una noche he visto al parentela con una catitud extraña. Si los Ancianos dicen que no hay nadie más, y son los primeros que van a rebanar cabezas si no salen los culpables, no nos quedan muchas opciones en las que pensar.

El vampiro miró alternativamente a las feéricas.