Partida Rol por web

Estaba andando por el castillo buscando a mi hermana y a mi maestro, y aunque ya habían pasado varias horas no los encontraba por ningún sitio. Estaba a punto de darme por vencido cuando de pronto una pelota de luz vino hacia mí y pensaba que me iba a envestir pero se paró a poca distancia de ello.

"He recibido un mensaje de tu amiga. Ya ha encontrado a Ykki, todo está resuelto, y se han ido los dos a una taberna llamada "El dragón de plata", cerca del gremio de combate. Un saludo - Balander."

- Hmmm, Balander…. Ese nombre me suena de algo. – Dije en voz alta – Vale pelota, gracias por la información. Diles que voy a ir a casa para prepararme para la misión de mañana y que les espero en el despacho del maestro. – Contesté a la pelota, aunque no sabía si esta podía escucharme o devolver el mensaje. – Enviar – dije en voz alta mientras intentaba darle un empujón a la esfera y luego me dirigía hacia mi casa.

Al llegar a mi hogar empujé la puerta con fuerza, pues llevaba atascada desde que vine. Una pequeña polvoreda se levantó mientras la abría. Me quedé de brazos cruzados pensando. – Tengo que limpiar este sitio, ahora tengo tiempo, así que puedo empezar.

Dicho esto entre en la casa pero sin cerrar la puerta, si iba a ordenar todo necesitaría que el polvo saliese por algún lado. Empezaría por quitar todas las tablas de las ventanas para poder abrir estas también. – Creo que el maestro Ykki me ha estado entrenando para este momento. ¿Cómo era? Concentrarse y utilizar todo el cuerpo para dar un golpe. – dije mientras me ponía delante de una ventana e intentaba partir las tablas con las manos.

Cuando le toca el turno, Ocho pone cara de culpabilidad, como si el mundo se le cayera sobre los hombros y toda su familia hubiera muerto esta misma mañana.

-Yo he perdido el mío durante el último viaje, me gustaría saber si me puede dar una copía, mi nombre es Kakarim'gat, aunque todo el mundo me conoce como Ocho, vivo en la zona norte rural, en el Orfanato de la Luz Celestial- cualquiera pensaría que no es un nido de ratas y lleno de agujeros en el techo- También estoy matriculado en el primer curso de la Universidad, gremio de Gobierno.

Espera que no haya que pagar una multa muy alta, pues estaba muy mal de dinero. Como siempre.

-Uzume Ishino, copiado entonces-rellena unos ultimos datos y lo sella, colocandolo despues en una pila de papeles que tenia cerca

-No tener fecha exacta puede suponer un ligero problema, asi que le asign aremos el dia de hoy ¿le parece bien? 14-04-993 sera su fecha de nacimiento "oficial" a partir de ahora-le dice a Lok mientras sella el formulario y lo pone en la pila de papeles de antes

-Bien, sus casas seran, de forma provisional, las habitaciones del Gremio de Magos-dice mirando a Uzume-Y de Combate-mira a Lok-Y en cuanto a ti...-mira a Ocho

-La tasa de perdida del carne es directamente proporcional al numero de veces que lo hayas perdido, aumentando a cada copia realizada-revisa un fichero cercano-Por suerte, parece que esta es la primera vez que se te extravia, pero teniendo en cuenta que trabajas en esto, no me parece sensato que distraigas estas cosas. De momento, son 10 platas, pero bien sabes que el record lo ostenta un aventurero muy despistado que lo perdio cerca de 15 veces, pagando mas de 100 oros por uno nuevo ¡Estas cosas son importantes!-la personalidad de la chica parece haber cambiado con este tema, mas que un empleado parece una madre regañando a un hijo revoltoso. Suspira-En unos dias o tendremos los vuestros, y no os preocupeis, os los haremos llegar

Cuando terminé de limpiar parte de la casa decidí que era momento para dormir. Lili había dicho que teníamos una misión con el maestro, así que tenía que ir descansado.

A la mañana siguiente me desperté temprano, muy temprano, así que decidí ir a dar una vuelta por el distrito comercial para ver si podía conseguir alguna cosa útil para la misión, puede que unas pociones o cuerdas para escalada o algo.

Aunque cuando llegué a la zona comercial me di cuenta de una cosa bastante importante - ¿De qué se supone que va la misión? El maestro no me dijo nada de ello…… Bueno, compraré un poco de todo. – dije mientras entraba en la tienda más próxima.

Observaba con cierta atención como la mujer trabajaba con los documentos.

-Hm.- Imaginé que se le ocurriría algo parecido, por lo que no me sorprendí mucho cuando dijo que mi fecha exacta seria la de hoy-Claro, como sea necesario.-

​Una vez terminado de llenar mis datos, la chica nos dio los lugares donde viviríamos. Yo fui a dar al gremio de combate, lo cual no sonaba mal, aunque igual tenía que ir a echar un ojo para poder dar mi opinión.

Parecía que no tenía nada más que hacer allí, pero me quede para escuchar la información sobre la perdida de los carnets y sobre como recibiríamos los nuestros. Lo ideal era que una vez lo tuviese, no lo soltase nunca; No me gustaba la posibilidad de que en algún futuro pudiese llegar a tener que pagar 100 o más oros por una copia.

-Muchas gracias.- Tras agradecer a la chica por sus servicios, pase a ver a los dos que me acompañaban.- Creo que iré a dar al Gremio de Combate. Si necesitan de los servicios de un espadachín, pueden buscarme...-

Y tras despedirme, me dispuse a salir del castillo para ir a buscar el Gremio de Combate.

Ocho siempre va con el dinero justo, ni que decir de lo que debe. Diez platas es mucho dinero, era casi todo lo que le quedaba para poder comer caliente. Intenta poner una cara de pena que haría que a un oso hambriento se diera la vuelta y se alejara sintiéndose culpable de haber intentado comerlo.

Baja un poco la cabeza y murmura con las cejas en arco invertido, mirando a la chica encargada del turno.

- No dispongo de diez platas ahora mismo- era la voz de la auténtica desolación- ¿sabes cómo se pondrá el maestro cuando se entere? por favor, ¿no puedes hacer la vista gorda sólo por esta vez, te prometo que no la perderé más?- pone tono de hijo arrepentido intentado sacar a la madre compasiva que ha atisbado en ella.

Decido poner mis pies en la dirección de la casa que se me ha sido asignada y comenzar a avanzar hacia ese destino. Ya habrá tiempo de pelear en otro momento.

La mujer te mira por encima de tus gajas. Un horrible recuerdo te viene a la mente, de tu epoca de estudiante, cuando una profesora vieja y eternamente malhumorada te pilló haciendo "una fechoria", te puso la misma cara antes de castigarte haciendo copiar 100 veces "No volvere a (introducir cosas extraña aqui)". Tras unos segundos que te parecieron años, la chica suspira

-Ains... no es necesario que lo pagues ahora, pero si en un plazo inferior a 15 dias, de lo contrario tendras que pagar una segunda multa, asi que ponte las pilas y haz algun trabajo, que con algo de esfuerzo deberias poder conseguir 10 veces ese dinero en 3 dias

Tras la corta reunión que acababa de tener en el Sector Este, me dirigo a la zona Baja del Castillo. Tantos acontecimientos hoy me habián cansado ligeramente, así que era momento de parar, pensar y consultar todo con una almohada. Si hubiese algo de lo que me podía dar algún consejo, estaría encantado de escucharlo.

A diferencia de las casas de otras zonas, todos los que habitan en la zona residencial del castillo tienen sus hogares de un tamaño ya prediseñado, a fin de cuentas, se podria decir que viven en una habitacion del mismo. Para acceder, hay que recorrer un largo pasillo que rodea el castillo hasta encontrar tu puerta, o en caso contrario, cambiar de planta, pero no hay mucha diferencia entre un piso y otro. El exterior, igual que la mayor parte del castillo, esta formado por piedra y una especie de hielo magico igual o mas resistente que el acero. Aunque no esta del todo frio, la temperatura en el castillo siempre es algo mas fresca que en el resto de la ciudad, segun los rumores, porque la Directora proviene de un pais frio y, bueno, ella lo hizo a su gusto, a fin de cuentas; aunque no da muchos problemas a los demas habitantes, como mucho, a aquellos provenientes de paises calientes, pero basta con ir a cualquier sector para tener una temperatura mas normal.

El interior, bueno, eso depende de los gusto del dueño, pero es un lugar espaciosos, con varias habitaciones, dos salas, una cocina y baño, ideal para que una familia de 4 personas vivan sin problemas de espacio.

Dailen sonreía llevándose las manos a la nuca, mientras una canción resonaba en su mente, provocandole el caminar dando pequeños saltos de vez en cuando al ritmo de esta. Su cola se movía de lado a lado, así como sus orejas lo hacían al escuchar algún sonido. Su ritmo era acorde a la melodía que no dejaba de repetir mentalmente y que ampliaba su sonrisa todo lo posible para animarse, e incluso jugaba a evitar a la gente cuando estaba a punto de chocar con ellos, dirigiéndose hacia el barrio municipal.

-A ver... Era... Zoma... Zoma de la calavera -dijo para si, asintió conforme iba caminando hacía su destino, determinado a ayudar a la joven espíritu que había accedido a ayudarle también- A ver si hay suerte... Si no en el registro... ¿Donde mas podrían ayudarme a saber mas de ese tipo?

Dailen sonreía en el camino mientras pensaba las distintas posibilidades para poder cumplir su promesa de ayudar a la espíritu si el registro le fallaba, quizás preguntar a veteranos o encontrar algún otro espíritu. Muchas eran las opciones, pero molestar a los muertos seria la ultima de las opciones que tomaría, al menos si no es necesario, claro.

Tras recorrer el largo pasillo y admirar brevemente la belleza gélida de la arquitectura del castillo, entro a mi casa, cerrando la puerta sin hacer ruido. Al entrar se encuentra el gran salón principal de la casa, con una larga mesa robusta en el centro, ornamentada con diferentes decoraciones de madera negra y una alfombra enorme que imita los colores del hielo del castillo. A la izquierda del salón se encuentra la zona de descanos, en la cual se distinguen dos cómodas anchas que miran a una chimenea apagada. A la derecha del salón se encuentra la cocina, grande pero simple.

La zona de habitaciones se encuentra justo delante de la cocina, a la cual se llega mediante un pasillo. Hay dos habitaciones para invitados, una a la derecha y otra a la izquierda. La habitación principal se encuentra al final del pasillo, considerablemente más grande que las otras dos. No obstante, lo único que se encontraba ahí era una cama grande, un armario mediano y un pequeño escritorio para mi.

Lo único que llamaba un poco la atención era una puerta a la izquierda de la habitación. Detrás de ella se encontraba una sala espaciosa, llena de instrumentos y objetos de entrenamiento físico. Esa era la habitación que había decidido utilizar como sala de entrenamiento. Una zona grande pero privada, perfecta para entrenar sin ser molestado por cualquier persona que se acercase por ahí.

Te acercas a las oficinas de gobierno, un lugar bastante especial dentro de la ciudad. Dentro de los muros del castillo, debajo de la zona urbana, se encuentran las oficinas del gobierno, lugar donde se custodia tanto toda la informacion de la ciudad como los fondos economicos de la misma, siendo el lugar mas parecido a un bunker inexpugnable que un espacio publico. Antes de entrar, ya te encuentras a dos guardias en la puerta, vigilando las cercanias y, tras la puerta, te das de frente con una especie de habitacion con barrotes donde puedes ver a seis mas. Confiado, pues no has hecho nada ilegal, entras en un espacio bastante amplio y alto, con el techo a la altura de un tercer piso. En las paredes se encuentran varios mostradores, con recepcionistas para ayudar el ciudadano, mientras que, ubicado en el centro, hay varias hileras de sillas y alguna que otra mesa para aquellos que deban escribir algo. Encima de cada mostrador, se encontraban diferentes carteles, señalando a cual debias acudir segun tu necesidad: Banco, Correo, Censo, Impuestos e Informacion. Naturalmente, mas guardias se encuentran en esta zona, patrullando entre las hileras de sillas, tanto para ayuda como para vigilar que nadie tenga las manos donde no debe, como bolsillos ajenos.

Dailen dejo escapar un largo silbido, impresionado por la organización de la zona municipal. Se acercó con un ritmo alegre a la zona que hacia del registro, parpadeando al ver mas de cerca aquel sitio fijandose en los guardias que alli habían apostados, alzando una mano para saludarles sin perder la sonrisa.

Una vez dentro, observó con curiosidad el interior, pensativo a que ventana tendria que dirigirse para la consulta sobre la persona a la que buscaba, se decidio por el censo, la opción mas logica, sonriendo animado.

-¡Buenos dias!-dijo en tono animado, sonriendo al recepcionista.

Cuando su mirada se fija en mí, se me eriza la piel con recuerdos de los castigos destinados a aburrirte por medio de la repetición hasta el borde de la locura, sin exagerar ni lo más mínimo. Aguantó como pudo, pasando toda clase de terrores como amontonar hojas en paquetes o sellar una montaña de documentos, hasta que por fin la vieja afloja la presión y me da una salida de lo más digna, a la que acepto moviendo la cabeza con energía.

-Muchas gracias, muchas gracias- cojo mi tarjeta nueva y el recibo con la cantidad de 10 platas*- eso lo consigo yo en un pis pás- chasqueo los dedos sin ruido. Frunzo el ceño. Chaqueo sin éxito. Frunzo el ceño, Chasqueo… etc. Así repitiendo el bucle me marcho de allí y cojo un pasillo para dirigirme al gremio para presentarme como que he llegado.

Es verdad que tengo que hacer alguna misión, he estado investigando por aquí y por allá y mejorando mis habilidades con buenos resultados, creo que tengo bastante soltura para una misión con un poco de riesgo y una recompensa a la altura. Ocho empieza a caminar con pasos más largos, se mete las manos en los bolsillos y ensombrece su mirada. Una vez aquí dentro se pone otra mascara, un tipo alerta, un tanto solitario y saluda con un movimiento de cabeza con aquellos que se encuentra y que conoce de vista.