Partida Rol por web

- Bueno, ya que he contando mis expectativas y retos de este año ¿qué teneis pensado vostros? -, digo mientras le indico a Luca que tenía un poco de espuma de cerveza en los labios, - ¿Aventuras épicas, hermosos romances o grandes descubrimientos que cambiarán el modo de pensar de generaciones futuras?-

Muchas veces me preguntaba a mi mismo si la gente de por aquí también era ambiciosa como yo, pero nunca había tenido la oportunidad de hablar y conocer a gente de mi propia edad para comparar sus aspiraciones con las mias. Puede que sea una oveja negra en ese sentido, pero no lo sabré hasta que confronte el problema cara a cara.

- Puede ser que no tengais grandes planes preparados, sino pequeños trabajos que penséis hacer a lo largo del año. Yo mismo me había propuesto explorar a lo largo del año todos los sectores de la ciudad o, por lo menos, las zonas más importantes.- Al decir esto, apoyo los codos en la mesa y reposo mi cabeza en la palma de mis manos, atento.  -¿Vosotros habéis estado en algún lugar más exótico o popular de otros sectores?-

Es algo bien sabido que estas posibilidades aparecen una única vez en la vida. De hecho, si Luca se lo propusiera seguramente sería capaz de recitar todas las veces que este sorprendente fenómeno se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad.

Y es que por alguna clase de ley universal, extraña e indefinida, de vez en cuando, en lugares remotos y llenos de cerveza nacen las leyendas. Todo el mundo se sabe como tal caballero mató al malvado dragón pero lo que no tantos saben, es quien era ese caballero antes de ser El Caballero. Esto se debe a que verdaderamente no son la misma persona. 

Guiados por la fina mano de las moiras, aparecen en las tabernas ciudadanos inocentes, mas o menos corrientes pero sin ningún propósito al hacerlo. Estos ciudadanos son clave para que el mundo, para que el universo siga funcionando. Porque estos ciudadanos, tienen siempre predestinada una pregunta. 

No importan las palabras, la forma ni el idioma, solo el mensaje. Y tampoco es que el mensaje esté estrictamente prediseñado. Pero ese mensaje es lo que detona, lo que le da fuerza... Lo que da luz a una leyenda.

Y es que cuando contaran su historia, todos rememorarían aquellas palabras. No la pregunta, si no la respuesta. Pues aquí nacía su leyenda, la suya propia, y desafiando a todas las leyes de la ironía, la estadística y la comicidad. Iba a aprovechar la ocasión puesto que no tendría que improvisar o pensar si quiera en lo que quería decir, porque solo tenía que leer el discurso. Este discurso no estaba escrito en papel, en madera, en piedra o en viento. Las palabras ni siquiera habían entrado nunca en contacto con la brisa, porque las palabras dormían en su interior, en Luca. Puesto que esas palabras, ese momento, esa sensación, estaban escritos en el, esperando, impacientes, queriendo saltar a los mil vientos y volar alrededor del mundo contando su historia.

Y con una sonrisa, las palabras aparecieron en el mundo, clavando sus anclas en los principios mismos de la creación y declarando que estaban allí para quedarse. Constatando que eran, son y serán inamovibles.

-Voy a ser un héroe.

Y así permanecerán, por siempre.

Asentí durante un momento ante la respuesta del paradero de Xamd, quizá debí haberle escrito la carta directamente a el. Bueno, al menos aquello estaba solucionado. Sigo observando como siguen hablando, su tono es calmado, pero por las palabras parece como si estuvieran chocando uno contra el otro.

Doy otro sorbito mas a mi jarra y sigo observando sin hacer ningún comentario hasta que Ykki menciona la posible cancelación de la misión. Doy un pequeño brinco como si me hubieran pellizcado, y es que realmente llevaba un tiempo pensando que quizá podríamos tomar un pequeño descanso antes de partir de nuevo. Si aquello era cierto me venia bien aquel tiempo que iba a tener.

Podría terminar de preparar el sótano de casa como me había explicado la profesora Mune, solo me faltaba mercurio y otros componentes más comunes como sal y aceite. No sería tan fuerte como los que había leído en libros, pero quería empezar con algo sencillo.

Seguí bebiendo despreocupadamente mientras mis acompañantes seguían hablando. Realmente la única duda que tenía ya había sido resuelta así que a no ser que me citaran directamente no iba a interrumpirles.

-Lamento la espera. Aquí os dejo algo para comer-Dice una camarera, mientras trae una tabla con algo de queso-Espero que sea de vuestro agrado 

Algo distraído por las palabras de Ykki, Balander toma un poco y se lo mete en la boca. De repente el hombre empieza a ponerse blanco mientras hace movimientos extraños con las manos, golpeando su pecho.

Tras escuchar la corta, pero sin lugar a dudas verdadera, respuesta de Luca, se me ilumina ligeramente la cara. Este es de los míos. Una persona que no se contenta con lo que sabe actualmente, sino que quiere ir más allá. Quedarse a medio camino no es una palabra en su vocabulario.

- Una respuesta más que interesante. Podría calificarla como simbólica, en cierto aspecto-, respondo mientras tomo una postura más relajada. No me gusta intrometerme en los asuntos de los demás, pero había encontrado a una persona que, aunque no tuviesemos las mismas metas, sus ideas y pensamientos se encontraban, de una manera extraña, paralelas. No podía perder la oportunidad de preguntar. Si alguna vez me convierto en uno de ellos, quiero saber qué piensan las personas que se dirigen por ese camino.

- ¿Y qué tipo de héroe quieres ser?-

Apurando las últimas gotas de la jarra con una sonrisa (y demostrando una sobrehumana habilidad para ello en el proceso porque pese a estar sonriendo, no se le caía cerveza por las comisuras ni nada. Debe ser otro de los fenómenos sobrenaturales que se manifiestan de vez en cuando en las tabernas.) Luca se quedó meditabundo.

-¿Tipo de héroe?-Eso no le sonaba... Vamos, piensa rápido Luca, dale a los bardos algo que contar.- Pues... legendario, el tipo de héroe que da juego a los juglares, cuyas hazañas se cantan en bares y... bueno, lugares donde se cuentan hazañas... supongo.

Le habían pillado con la guardia baja pero juraría que ha salido del apuro.

En otro universo, se consideraría a esto sacar un 6 sin estudiar... seguramente.

-Tenemos aqui un chico prometedor!-dice un fornido guerrero mientras le da a Luca un fuerte golpe en la espalda-Aspiras a ser un heroe de leyendas, ¿eh? Pues suerte con ello, pocos son los soñadores con esas metas, y menos los que logran cumplirlas.

De su mesa trae un modesta bandeja con algo de comida

-Dices cosas muy divertidas, asi que permiteme unirte, puedo trasmitirte todo mi "saber de heroe veterano" si asi lo deseas

Antes de que alguno de los chico pudiera decirle algo, el hombre empieza a contar "epicas batallas" libradas por él... solo que la exageracion que da produce la sensacion de que, o bien se lo esta inventando todo, o se esta atribuyendo el merito de otros

De repente, Shael, que habia aprovechado el ofrecimiento de la comida del hombre, cae de frente, estrellando su cabeza contra el plato. Antes de que pudierais reaccionar, el hombre, que estaba en medio de una extraña representacion de un combate contra un dragon imaginario, se cae igualmente hacia atras, ambos tienen el rostro azulado.

Viendo que ninguno de los de la mesa hace nada, el posadero salta de la barra y trata de atender a Balander, aunque al poco se vuelve hacia los petrificados Lihl e Ykki y niega con la cabeza.

Sin embargo, lo peor viene de fuera. Varios gritos, provenientes del gremio de combate, alertan a los vecinos de la zona, pidiendo un medico o algo. Al poco cambian el mensaje, de "ayuda" a "asesino"...

Todos hemos oído dichos del tipo: "Del amor al odio hay un paso" o "tras la tempestad viene la calma". Es cierto que son frases un tanto estúpidas, al fin y al cabo... no puedes caminar entre el amor y el odio, ni siquiera puedes caminar, ver o tocar ninguna de estas emociones. Sin embargo esto no hace que estén equivocadas. Simplemente se enfocan mal.

Estas expresiones no son mas que una forma de expresar sentimientos para los que las palabras "amor" y "odio" se quedan cortas. Y es que el problema no radica en su intensidad, si no en el cambio. 

Un instante luz y color... charlas, bebida, historias sobre héroes y promesas heroicas a la luz del alba. Ahora... esto.

-¡Shael!-Gritó Luca al ver a su amigo desplomarse.-Se está poniendo azul. ¿Asfixia?¿Veneno? ¡Vamos, haz algo!

Dubitativo y con el rostro deformado en una súbita expresión de pánico, Luca señaló a su amigo y recitó con el alma en vilo.

-Tir Ovherun Lia

-Porfavorfuncionaporfavorfuncionaporfavorfuncionaporfavorfuncionaporfavorfuncionaporfavorfunciona-Repetía el jóven para si mismo, recordaba que hay otro hombre herido al lado, pero no por nada Shael es su mejor amigo.

Mientras vuelas, por la zona, puedes notar mucha actividad por cierto lugar: el gremio de combate. Pensando que ahi podrias preguntar por mas informacion, te acercas y, a medida que vas llegando, puedes escuchar varios gritos de alarma y gente corriendo preocupada. Parece que no ha ocurrido uno, si no 3 asesinatos en la zona: un joven, un guerrero y un mago; y aunque la causa parece la misma, ha sido en diferentes lugares

Sorprendido por el rápido giro de los acontecimientos, me levanto rápidamente de mi silla y empiezo a dirigir mi mirada alrededor. Al mismo tiempo, comienzo a gritar a la gente de la tabera: -¡Necesitamos a un médico urgentemente! ¡Debemos ayudar a nuestros amigos!-

No se tiene que ser un genio para averiguar que no soy una persona adecuada para salvar a alguien cuando está en apuros. Especialmente si esto signifca envenenamiento. Por esa misma razón, a grandes males, grandes remedios.

Sin pensarlo dos veces, me dirigo a la cocina de la taberna a esparcir la noticia y encontrar cualquier ingrediente que puediese sevirnos.

Mi cabeza se reclino hacia un lado cuando Balander empezó a hacer gestos extraños después de tomar el queso. Sin comprender muy bien que quería alargue la mano y cogí un pedacito de queso que poco tiempo tardo en estar en mi boca. Lo mastique de forma tranquila saboreándolo. Estaba rico, pero no comprendía porque tanta efusividad por parte de Balander.

Di un pequeño trago a mi bebida para hacer pasar aquel bocado y mire a ambos maestros como si no entendiera la situación. De pronto, sin previo aviso se empezaron a escuchar voces en el exterior. Los gritos eran confusos, primero pidiendo auxilio para después aclamar con las palabras de asesino. -¿Qué estará pasando?.- Pregunte a Ykki mientras me giraba aun sentada y apoyando el codo sobre el respaldo miraba hacia la puerta del exterior.

-¿Crees que habrá vuelto ese ser?.- Digo ahora ya un poco mas seria mientras me levanto de la silla y pellizcando la manga de Ykki tiro de ella.- Vamos a ver que ocurre. Quizá necesiten nuestra ayuda.

- Qué? Si no puede pasar sin respirar por dos minutos no merece tener el puesto que tiene.- Respondo ante la mirada del posadero, que parece intentar que Balander escupa el trozo de queso que se le había quedado atascado en la garganta por lo que pude suponer por sus movimientos, pero quería disfrutar un poco de la situación antes de actuar. No todos los días se puede ver como una persona de su calibre puede correr el riesgo de morir por el mero echo de no saber tragar en condiciones.

En el momento que me estaba levantando y le doy un golpe en el abdomen a Balander para que escupa ese trozo de comida empiezo a escuchar ruidos del exterior. Primero pidiendo socorro y después hablando de un asesino... ¿Cómo pueden torcerse tanto las cosas? Además, a la hora a la que nos encontramos y tan cerca del gremio de combate... sería un verdadero suicidio aparecer por aquí por las buenas, pero no puedo desentenderme de mi posición en el gremio y estamos al lado, así que decido ir a ver qué es lo que pasa.- El tío de antes estoy convencido que no es. Pero vamos a ver qué ocurre...- Comento a mi aprendiz mientras dejo a Balander en la mesa con total tranquilidad, ya debería estar fuera de peligro.- Prepara tus hechizos por si acaso. Si realmente hay problemas estamos pegados al gremio de combate después de un ataque... eso puede ser un verdadero caos.- Termino mientras cojo camino a la puerta para ver qué es lo que ocurre fuera

Tres asesinatos, una infiltración... que bien, parece que me he metido en el lugar más feliz de la tierra. Pienso al darme cuenta de cuán bien me ha recibido la ciudad. No tengo suficiente confianza como para acercarme a mitad del barullo, así que bajo a una de las calles y sujeto por el brazo a alguna de las personas (previsiblemente un guardia) que pase corre que te corre con el tema de los asesinatos. El agarre no tiene intención de hacer daño, pero sí demuestra a las claras la fuerza del brazo que sujeta a quien quiera que sea.

- ¿El dragón de plata? -pregunto simplemente, mientras esquivo la mirada de mi involuntario interlocutor solo atento a que no me vayan a atizar.

La situacion era un caos dentro y fuera del gremio de combate. En la entrada, un chico habia bajado del cielo, literalmente, preguntando direcciones; del interior, dos jovenes gritaban por ayuda mientras dos cuerpos, a juzgar por los comentarios, sin vida descansaban alrededor de una mesa; y de la calle, varios transeuntes se acercaban a ayudar

Tras salir del castillo, regrese sobre mis pasos hacia la Zona Este. Quería explorar un poco y, de ser posible, terminar en el gremio de combate.

-Hm... ¿Por donde empezar?- Me dije a mi mismo con un tono de voz bajo pero seguro mientras observaba mis alrededores.

Decidido a explorar un poco, me puse a recorrer la zona rural.

Estaba desesperado ansioso. No habían sido mas que un par de minutos desde que se habían reencontrado... Y ya se tenían que despedir. Por última vez.

Un muchacho lloraba de rabia junto al cuerpo de su amigo. Impotente, no sabía que hacer y por mas que lo intentaba, las últimas pizcas de vida simplemente se resbalaban, escapaban de el...

Un sencillo instante. Primero Shael y después un cadáver. Apenas hubo instante de transición. 

Musitaba palabras inteligibles sobre su cuerpo, intentando darles forma, energía, poder. Pero era inútil.

Y es que ya lo sabía, estaba claro, dolorosamente claro. Shael está muerto. Y Luca no podía hacer nada para evitarlo... Pese a vivir prácticamente aislado, pese a no conocer a nadie en aquel lugar nuevo y pese a que su mejor amigo se encontraba a escasos centímetros de su cuerpo, Luca sintió por primera vez aquel vacío. Soledad.

Era terrible, fría y a la par ardiente, corroía los bordes de la realidad misma haciendo que todo se redujese a un sueño, a una mera pesadilla... Pero no tenía tal piedad. Pese a lo sencillo que habría sido enloquecer, algo dentro del muchacho le hacía aguantar mirando el cuerpo. 

Había algo, que sujetaba a Luca, quisiese el o no, en lo que podría haber sido una caída por el terraplén de la locura.

Una promesa.

Tras una exhaustiva busqueda por cualquier ingrediente que pudiese ayudar a curar al amigo de Luca, pude comprender finalmente que era un esfuerzo en vano. No podía ofrecer ayuda en este tipo de situaciones por mi poca experiencia en el campo de la medicina. No obstante, me sentía impotente ante lo ocurrido. "Me parece que no vas a poder dormir mucho esta noche" pienso mientras salgo de la cocina de la taberna, cabizbajo. 

Al ver al muchacho, destrozado emocionalmente y con una mirada tan triste, al lado de su amigo, se me enocogió el corazón. No sabía como reaccionar ante aquesta situación. No podía mostrar mi lado sentimental y débil, no cuando alguien necesita a alguien para sustentarse, como necesitaba Luca ahora.

Así que, lenta y cuidadosamente, acerco una silla de la taberna y la coloco al lado de Luca. Con una mano en su hombro, intentando consolarle sin decir una palabra, sentándome al lado suyo, esperando que el dolor se vaya, poco a poco...

Después de dar varias vueltas por el distrito Oeste buscando alguna tienda en la que pudiese comprar útiles para la misión me entra el hambre y decido caminar hasta el distrito Oeste, que me habían dicho que se podía conseguir buena comida y también algunos recursos para llevar, igual podía preparar la comida o incluso encontrar lo que buscaba.

- Vamos a ver lo que hay por estas tiendas - digo mientras me acerco a donde más ruido se escuchaba para ver que era lo que vendían.

Al salir a la calle con cierta tranquilidad para ver qué demonios es lo que estaba ocurriendo me encuentro con una extraña situación... Pero cuando miro bien para saber quienes podrían estar implicados me encuentro con algunos de mis alumnos y un chico que había estado en la reunión estratégica para defender la ciudad... Al recordar la situación vuelvo a maldecir a Yurei, la que lió solo para divertirse y poner a algunos a prueba... matarlo era poco, de verdad.

- Hey chavales.- Espeto acercándome a los chavales.- Qué se supone que está pasando? No me digáis que también alguien se ha atragantado con el queso como el Balander...- Sus rostros no eran precisamente muy buenos que digamos, pero preocuparme en estos momentos solo haría que actuase de forma errática y eso no es bueno en ninguna ocasión.- Si es algo grave alguien me puede explicar porqué estáis a grito pelado y no llamáis a la guardia o al gremio de hechiceros para que vengan a ver qué pasa?- Espeto ya en un tono mayor para que me escuche la gente alrededor. Ficho a uno de los chavales del gremio de combate, ya que allí soy conocido y no van a rechistar ninguna orden mía por las buenas.- Tu! Coge a algún compañero y corred a avisar de lo sucedido.- Aunque todavía no se ni lo que es, pero parece que hay algún muerto.- Uno a la guardia y otro a junto los hechiceros. Venga va! Que no es para todo el día!!

- Y vosotros.- Dirigiéndome directamente a Sora y Kalirath.- Donde demonios os habíais metido? No habíamos quedado en la posada cuanto antes?