Partida Rol por web

Mire a mis compañeros y a la mujer que se contoneaba, por un momento tuve el impulso de hacer gala de la muy conocida galantería de los hombres de Texas, pero finalmente me frene recordando que estaba en una misión, lo cual me hizo preguntarme que demonios hacia una mujer como esa en esta unidad y lo que era peor que podía hacer ella por la misión.
Pero a pesar de todo me calle, puesto que no se me había dado permiso para presentarme ni hablar así que continuaba en posición de firmes a la espera de que nuestro oficial al mando diese una orden.

Fueron horas criticas, de incertidumbre.
Mientras unos no sabian que podia acontecer, otros luchaban contra reloj por encontrar el modo de salvar la vida a aquella joven desconocida.

Algunos guardias murmuraron que aquello era normal, ya que la formula que les habian inyectado estaba sacada de una prueba defectuosa, cuyo autor habia fallecido en un reciente atentado.

La noche descendio para todos.

La joven seguia delirando por la fiebre mientras quienes la cuidaban nisiquiera imaginaban como podia resistir tanto un organismo tan joven...
Cada vez que pedian algo se les denegaba, era como si ya tuvieran decido que podian prescindir de uno de sus conejillos de indias.
Contra todo pronostico la chica desperto....
... pero ya no era la misma.

Algo habia cambiado. Ya fuera por la inyeccion o por la accion de la fiebre prolongada.
No dieron tiempo para pruebas

Al llegar el alba sacaron a todos de sus pequeñas celdas y los reunieron en una sala que recordaba a un colegio, con mesas pequeñas de madera frente a un pizarron.
Un general estirado y altivo entro con una carpeta bajo el brazo.
- Tengo malas noticias, señores. El ejercito nazi a acelerado su programa y nosotros vamos a tener que poner el nuestro a funcionar. Se que no tienen entrenamiento pero, dios nos guarde, son lo unico que tenemos.

Estiro la mano e hizo descender un plano de alemania con varios puntos marcados. Señalo la gran X del centro y dijo.- Al caer la noche seran soltados en paracaidas a 15 km de Berlin, su primera mision sera llegar hasta la capital nazi e inflitrarse en las instalaciones secretas que el pequeño megalomano a montado en el interior de la montaña. Una vez dentro, no me importa como lo hagan pero es vital para el mundo que saquen los planos o documentos que encuentren y despues vuelen todo por los aires. La destruccion de la base es una prioridad absoluta. ¿Alguna pregunta?

Jeremiah se mantuvo apartado de todos los presentes manteníendose con los brazos cruzados y aspecto taciturno a medida que pasaban las horas. A medida que el enorme reloj iba mostrando como inexorablemente iban pasando las horas el hombre de color pareció ir poniéndose más nervioso a cada minuto que pasaba.

El sudor fue perlándole el sudor pero aún así no dijo una sola palabra. Cuando escuchó lo del suero y sus efectos se limitó a mirar a los que le rodeaban y a cerrar los puños pero aún así no dijo una sola palabra, era un soldado sabía lo que era y los cabrones de uniforme llevaban toda la vida haciendo aquello a los hermanos pero lo de las dos mujeres... la putilla rubia y la japo deberían estar allí, aquello era cosa de hombres. Cuando la japo parecía haber despertado solo la miró a los ojos y luego bajó la mirada temiendo que su mirada pudiese revelar alguno de sus pensamientos. Negó con la cabeza, aquello no estaba bien, ella no estaba bien.

Cuando el general les reunió se sentó en una de las mesas más alejadas con rostro incómodo, la entra del general provocó que se levantara de golpe y saludara en perfecta posición de firmes hasta que se les ordenase sentarse.

Ante la pregunta del general Brown apretó los puños casi sin creerse que era lo que iba a hacer. Se levantó mirando directamente al techo de nuevo en posición de firmes y con voz propia de una inspección militar adujo.

Señor, no están preparadas.

¡Señor!

Escuché atentamente las instrucciones del general. Llegar a Berlín, infiltrarse en las instalaciones, robar planos y documentos, y sobretodo, destruir el complejo. Bien, nos daba mucha libertad de acción pero el objetivo estaba claro. No tenía muchas preguntas, me habían dado unas órdenes y estaba bien entrenado para cumplirlas.

Casi era como un perro al que le señalas un hueso para roer, y lo persigue y lo roe hasta la médula.

Me vinieron a la mente en ese momento las palabras del capitán Stevens y eché un vistazo a todos mis compañeros, pero las palabras del cabo me sacaron de mi ensoñación. Coincidía con él, al menos la rubia no parecía estar preparada para una misión así. Si querían que se hiciera un buen trabajo, y que lo hicieran profesionales... no entendía que hacía una pija hija de papá en la misión. Pero no era mi misión discutir así que esperé a que respondieran al cabo Brown, después de todo yo no era más que un soldado raso.

Me mantuve perpleja sin decir nada. Desde luego, no estaba preparada para ir a hacer una misión en alemania, pero al menos era de infiltracion, que pensé que se me daría mejor que ir estar en primera línea de fuego. Desde luego nunca había sido cobarde, aunque no estaba nada segura de que eso fuera a salir bien.

- Es cierto, señor. - Dije corroborando lo que dijo mis superior, sin ser muy consciente de si se me permitía o no hablar. - Pero estoy dispuesta a intentarlo, señor. - Al menos sería mejor que estar corriendo sin parar en un entrenamiento, por lo menos esto tenía emoción...

Con todo el respeto. Por la actitud mostrada con ella veo que para ustedes nuestras vidas no significan una mierda y estoy seguro de que les da igual lo que nos pase.

La misión es demasiado importante, así que personalmente iré. Sé las consecuencias que puede tener si fracasamos, pero no nos conocemos de nada, no sabemos de que es capaz cada uno.

Se nos manda como una unidad que debe estar compenetrada cuando ni siquiera nos conocemos. Es más,  la mitad de ellos no parece estar preparado, solo él parece tener el conocimiento militar necesario. -Dijo señalando a Jeremiah

Brown no dijo nada, permanecía en posición de firmes pero giró los ojos para mirar a Hoover. Se limitó a apretar las mandíbulas sin que su expresión cambiara.

-Disculpenme.... realmente para mí esto eso una sorpresa. Tan sólo son un ingeniero de comunicaciones. Pero lo que está claro es que en primer lugar si se les ha elegido es porque reúnen algún tipo de cualidad que les hace imprescindibles para la misión. Incluso la señorita japonesa de la que hablan.... ¿han pensado que el ejército alemán mantiene comunicaciones con el japonés? Quizás la señorita pueda intervenir como traductora o incluso como infiltradora. Como el señor Stark siempre dice debe aprovecharse la sinergia del grupo para conseguir un objetivo mayor. Un buen soldado, un buen líder, sabe aprovechar las cualidades de todos los materiales para crear algo de mayor calidad. Piensen si no en el proceso de creación del acero.

-Oh y discúlpenme si no me he presentado.... soy el soldado Taylor, Jack Taylor.

- Bueno hijo, la señorita no es japonesa, fue adoptada por un ciudadano norteamericano de origen japones. Si, el idioma lo habla pero no se hasta que punto su vision de la mision puede ser correcta. No tenemos constancia de que los nazi pidieran explicaciones a nadie para este proyecto en concreto... nunca se sabe, naturalmente...-dijo dejando la puerta abierta y siendo demostracion de que realmente no sabian demasiado.

Sus vidas, señor, son las mas valiosas en este momento. Si mueren toda la humanidad pagara por ello. Asi de valiosos son para nosotros.- el general sonrio y mostro su lado mas ironico diciendo.-no se quejen tanto, a menos ustedes no llevan un traje azul con barras y estrellas, o un pasamontañas con alitas.

Conforme que no se conocen, para eso tienen unas cuantas horas de avion, aprovechenlas bien.

Miré al general tratando de frenar mi nerviosismo, mientras retenía los dejes de rebeldía y las ganas de matar a ese cabrón. La última vez que nos encontramos no fue la conversación más políticamente correcta, creo yo... Le miré fijamente esperando ver algún tipo de reacción,  traté de frenarme de nuevo para no decir ninguna gilipollez. Ahora tenía que pensar que mi misión suicida y en cómo sobrevivir.

Me mantuve firme. Las órdenes habían sido muy claras. No tenía mucho sentido discutir o conversar más con el general o ninguno de sus subalternos. Esperé callado mientras alguno de mis compañeros hablaban y aguanté hasta que nos dieran permiso para retirarnos o ir al avión. 

Realmente no tenía mucho interés en conocer a mis compañeros de misión, ni ellos tendrían interés en conocerme a mí.

Hanna estaba muy callada, parecia ausente. Miraba con la vista perdida los objetos mas comunes como si los descubriera por primera vez. La fiebre habia causado un problema en su cerebro, no era algo muy evidente, podia hablar y relacionarse pero ya no veia necesidad en acerlo.

El reflejo de la luz en la madera de su mesa la maravillo. Coloco su mano bajo el rayo de luz y lo observo de nuevo. De pronto llego un tipo raro y hablo muy serio de cosas que carecian de importancia para Amuro, que tenia su atencion puesta ahora en los bonitos galones del general.

Luego todos se levantaron y Amuro les siguio, igual que el cachorrillo que tiene curiosidad por ver donde va su amo. Mientras andaba estiro la mano para tocar la textura de la pared y despues sintio curiosidad por la piel oscura de su compañero y con un dedo rozo su cuello solo por comprobar si el tacto era el mismo.

Os llevaron por el pasillo hasta el angar de la nave. Conforme os acercabais escuchabais una musica de fondo, animada y muy poco apropiada del momento y el lugar.

Cada vez sonaba mas fuerte y alta.

El general redoblo el paso con gesto de estar profundamente enfadado. Entre dientes gruño - Stark....

A poco metros del angar visteis curiosos soldados, atonitos con la fiesta que estaba teniendo lugar en el interior y la musica de un gramofono demasiada alta.

El general abrio la puerta y visteis al multimillonario mas escentrico del planeta con la camisa manchada de grasa, terminando de ajustar el motor de un impresionante avion de transporte de tropas.

El avion en cuestion era un "Connie", como le bautizaron los soldados. En realidad era un avion de uso civil de pasajeros requisado por motivos belicos y modificado por un tipo que, meses antes, juraba que el futuro los coches volarian y a los 30 segundos, dicho prototipo se desplomaba en el suelo.... Lo cual no era muy alagueño.

El general paro la aguja haciendo que el disco se rallara.- Señor, esto es un area militar, no un club nocturno.- Le reprendio

- Eso explica la baja calidad de whiskie.- dijo con una sonrisa. Se limpio las manos en un trapo y se acerco raudo para saludar a las damas.- Señoras, si hubiera conocido la belleza de las mujeres del ejercito habria meditado la opcion de alistarme.

Tomo la mano de Rachel especialmente y la beso.-  Tal vez aun pueda convencerme de ello.

Los dientes del general rechinaron como si fueran metal, lo que parecio hacer feliz a Stark.

Con cierto interés examiné con la mirada el avión en el que se suponía que nos íbamos a adentrar en territorio alemán. El excéntrico millonario era un amante de la fiesta y los excesos... me desagradaba que no tuviera ningún tipo de disciplina, pero no era asuto de mi incumbencia. Si había arreglado el aparato para que nos llevara hasta nuestro objetivo, había cumplido su misión.

Ignoré por completo la música y los ruidos de alrededor, y esperé pacientemente y en silencio nuevas órdenes. Pronto tendría que soportar pacientemente unas cuantas horas de viaje con aquellos desconocidos que tan poco me importaban. No teníamos órdenes directas de conocernos mejor, pero no me vendría mal saber las habilidades y aptitudes de mis nuevos compañeros.

Conocía la fama de mujeriego y juerguista de Stark, así que espero a que terminara su numerito ante las féminas antes de proceder.

Señor Stark, mi nombre es Anthony Castle, es un placer conocer a un genio como usted - Anthony, un seguidor de los trabajos de Stark no esperaba que éste le conociera, sus conocimientos a pesar de ser muy buenos estaban a años luz de aquel genio, y a pesar de haberse carteado con muchas de las mentes más brillantes del planeta nunca hubiera creído posible poder conocer a Stark en persona. 

Inteligente, rico, guapo, apuesto, reblede... Al fin tenía oportunidad de conocer al señor Stark, el gran señor Stark, el olor a dinero y fama se sentía en todo el lugar y la rebeldía le hacía aún más atractivo. Sonreí con dulzura.

- Se me ocurren varias manera para convencerle, señor Stark... - Dije mirándole de manera lasciva, mientras disfrutaba del saludo. La idea me parecía de lo más interesante. - Es un verdadero placer conocerle.

Hanna escucho la musica. Le gustaba, era bonita pero aquel hombre de uniforme la fastidio. Mientras los hombres hablaban Hanna volvio a poner el disco en marcha.

La aguja casi lo habia rayado pero aun asi podia oirse bastante bien. Hanna se quedo mirando como el disco giraba pasando por la aguja una y otra vez. Pequeñas motas de polvo se posaban en su negra superficie y era como estuviera descubriendo un mundo fascinante en cosas insignificantes que todo el mundo ignoraba.

Desde las palabras del General Hoover  el Cabo Brown se limitó a dar la callada por respuesta. Si las órdenes eran las órdenes no tenían nada que hacer o decir, eran los nuevos juguetes del ejército y el que les comparasen con el Capitán América y toda su mierda fascista blanca.

Al salir de la sala y empezar a seguir a los demás por puro instinto se colocó al lado de la japo. Estaba cambiada, no hablaba y actuaba como si ya no formase más de aquel puñetero mundo. De algún modo se sentía responsable, si a él le habían puesto como responsable de las dos mujeres había fracasado nada más empezar. Siguió a los demás andado detrás de la muchacha y la conminaba suavemente a andar cuando se quedaba rezagada.

El avión podía resultar sorprendente pero el teatrillo de Stark le resultaba molesto e incluso insultante, el descarado coqueteo con la señorita Hoover le indicaba muy bien la catadura moral del señor millones, se sorprendió pensando en silencio como habría sido la vida de aquel tipo trajeado si hubiese nacido en su barrio y no rodeado de trajes caros y mujeres de baja catadura moral.

-¡Señor Stark!

Taylor sonrió abiertamente y se dirigió hacia Stark dándole un profuso abrazo.

-¡Cuánto tiempo sin verle! ¿Supongo que será cosa suya haberme metido en todo esto verdad?

El soldado soltó a Stark y le miró con una sonrisa en la boca y una franca mirada.

-Bueno no importa, ya sabes que por mi país haré lo que sea necesario. Pero le pido por favor que cuide de mujer....sé que lo hará. Pese a su fama de mujeriego es todo un galán. Además,..... ¿qué iba a hacer sin su secretaria? Ja ja ja ja. Además.... debo confesarle que.... está embarazada...... - Taylor sonrió una vez más - Ella dice que en esta ocasión cree que va a ser un niño. No sé por qué pero me da la sensación que este niño va a cambiar muchas cosas en el futuro.

Taylor desvió la mirada hacia el avión.

-Así que ya ha estado retocando otra máquina. Me pregunto qué sorpresa vamos a encontrarnos en ella en esta ocasión. Ahhh, echo de menos a la gente del equipo. Siendo soldado sirvo al país de una forma distinta, pero no hay nada como trabajar en grupo y llevar a cabo la meta que uno se ha fijado.