Partida Rol por web

El desayuno se sirvio. Cafe caliente, leche, algo de zumo del que alguien se dejo por no ser natural y unos bollos rellenos que pese a no ser hechos en ese dia, todavia estaban tiernos.

Comida que cualquier hubiera considerado buena pero para la gente rica, era indigna, asquerosa....

Antes de empezar a comer Orphen se acerco y ofrecio la silla de presidencia a su invitado. Antes de que este se sentara lo presento a todos.

 Señores, antes de comenzar el desayuno debo decirles tres cosas importantes. La primera es que contamos con la presencia de una eminencia mundial, el empresario mas brillante de este milenio dijo señalando a su invitado.  El señor Alam Harrisom, llego anoche en helicoptero y se alojara con nosotros un par de dias

Si esperaba que alguien aplaudiera nadie lo hizo, asi que rompio el incomodo silencio. Tambien tenemos otros huespedes. añadio señalando a vuestro grupo.- noto que faltan un par de ustedes, espero que se encuentren bien.- comento con fingida preocupacion y con el mismo tono añadio.- Tambien me gustaria, y con esto concluyo, pedirles que si ven a mi hija me lo hagan saber. Todos conocen que tiene problemas de autismo muy serios y a vuelto a escaparse esta noche. Se que no a salido del hotel, no a podido hacerlo pero aun asi estoy preocupado.

Me mordí el labio sensualmente y mantuve una sonrisa de aire pícaro.

- Pues resulta que sí, al menos de momento. - Entrelacé mis dedos en mi pelo con aire divertido.

Hanna acosto a la niña, la tapo con cariño y salio de la habitacion con Jeremiah. Casi hubiera preferido que se quedara callado... ella lo miro y se encogio de hombros.

- Creo que tendremos que esperar....-susurro cruzandose de brazos. Tomo aire, suspiro... alguien tenia que abordar el tema. Yo tambien estoy confusa... tengo recuerdos en los que podria jurar que me odias y otros en los que... todo lo contrario... pero es como si eso hubiera pasado hace mucho, en otra vida... Tal vez... deberias dejarlo asi. No importa lo que pasara hace tantos años, importa ahora. ¿No crees?

- Digamos que eso puede arreglarse. comento Will apartando una silla para la dama, ocupando justo la de quedaba frente a ella. 

Will no hizo mucho caso a Orphen. Tomo un panecillo y lo mordio con ganas.- Adelante, tomen uno, no estan nada mal. 

Raquel sintio una mirada fija en ella. El señor Harrisom no despegaba la vista de ella.

Alam Harrison... tuve que disimular mi desconocimiento ante el nombre... era increíble cómo la falta de información referente a esta época que teníamos, podía echar al traste todos y cada uno de nuestros planes.

Miré a Peterson por si quería él decir algo o responder a Orphen acerca de la ausencia de nuestros compañeros... y permanecí en un solemne silencio...

Mire sin demasiado interés a Orphen tal y como lo haría un millonario, aprovechando para mirar también a su “invitado”. Mucho me temía que si estaba allí no era por cortesía y no cuadraba con el hombre malo descrito por Berlín aquel hombre miraba con temor a Orphen y no a la inversa.
La verdad es que yo tampoco me encontraba demasiado bien, pero no es nada de lo que preocuparse, tan solo el frio y el cansancio de estar horas metidos en el agua. Nada serio pero me gustaría que les llevasen algo de desayuno a mis dos amigos, alguna pastilla para el dolor de cabeza y síntomas gripales, si es que tienen.
Remarque mis últimas palabras tal como haría un ricachón excéntrico y sin miramientos.
Seguidamente tome un bollo y le di un mordisco, aparentemente sin prestar demasiada atención a nadie más que a mis acompañantes y al deportista que nos acompañaba en el desayuno.
Si alguien tenía que presentarse lo haría por sí mismo, teníamos que parecer importantes y la gente importante no va por ahí presentándose son los demás quien ha de presentarse primero.

No tengo esos recuerdos de odio -puntualizó- de hecho creo que jamás podría a tí no, a algunos del equipo Dios me perdone pero no estoy tan seguro... Asintió ante las palabras de Hanna pero tenía aún algo que decir. Entiendo que quieras dejar el pasado donde está, y que... Este nuevo mundo pueda colmar tus expectativas, no te preocupes -dijo con fingida sonrisa- seguro que es lo mejor.

Se hizo un silencio algo pesado entre ambos, como si la habitación creciera y les separase por momentos cada uno a un lado. Brown resolló y cogió aire.

He averiguado algunas cosas, Orphen está metido en porquería hasta las cejas, trabaja para alguien -un escalofrío le recorrió la espalda- que quiere el cubo. Está escondido en una caja de música y Orphen trajo aquí a nuestro amigo escritor porque una vez la pudo abrir. Quizá los otros invitados estén relacionados con el cubo de algún modo.

Sentada, con las piernas cruzadas, y la espalda recta ligeramente inclinada hacia delante, cogí el pan cuidadosamente, corté un pedazo y me lo lleve a la boca sensualmente. Matuve mi atención fija en Will, el chico me gustaba.

- Bueno señor West, hablémos un poco de usted, no suelo estar en compañía de celebridades. - Sonreí aún más ampliamente.

Por un instante lanzé una fugaz mirada a Harrisom, fruncí el ceño al mirarle algo confundida tratando de recordar algo más de él.

- Creo que todos los que estan aqui han sido reunidos con algun tipo de proposito. Si lees sus fichas no tiene ningun sentido que coincidieran al mismo tiempo y que todos se salvaran. Alguien sabia que iba a pasar y les quiere por alguna razon. Tal vez sean personas capaces de controlar la caja... potencialmente. No todo el mundo puede... yo una vez pude... yo recuerdo que la haberla tenido en la mano y abrirla..

Hanna resoplo y se cayo un segundo pero algo le comia por dentro que no podia callar.- Tu decidiste dejarlo.... hubo algo entre nosotros pero tu pensabas que el mundo no aceptaria que un... hombre de color  y una chica blanca.... Al menos eso dijiste. A mi no me importaba pero... creo que fue una excusa, que en realidad no me amabas. Quererme si. Me querias mucho pero... no del mismo modo que yo a ti.. eso recuerdo.

Hanna guardo silencio esperando la respuesta de Jeremiah

Las palabras de Hanna sobre la caja pasaron por su mente con absoluta levedad. Solo tuvo por un momento la tentación de gritar "¡No se leer!" y terminar con una parte de los secretos que le hacían sentirse inferior a todos los blancos que estaban allí. Todos tan cultos, tan educados, tan... perfectos. Él no era más que un humilde chico de Harlem que había sido maldecido con la desgracia de que no era nada fácil matárle.

Pero todos aquellos pensamientos se derritieron con las siguientes palabras de la chica. Sintió por un momento que el corazón se le paraba. Hacía mucho tiempo que la veía como a algo más que a los demás compañeros de la unidad, de hecho no era necesario recordar para sentir aquello. Si bien arriesgaría la vida por los allí presentes sabía desde que la vio de nuevo en aquel loco tiempo que tambien mataría a sangre fría por Hanna Amuro. Ella le correspondía... era increíble pero ella seguía sintiendo algo por él. Miró al suelo avergonzado, negó con la cabeza. Él seguía siendo negro y ella una muchacha blanca, aquello jamás podría funcionar. Y si seguían juntos la que lo tendría peor sería ella. Allí estaba Jeremiah Brown delante de las murallas de su propia educación y prejuicios, murallas tan altas como las de Jericoh solo que para él Yaveh no haría tocar las trompetas a sus ángeles para derribarlas, ni ahora ni nunca.

Tienes razón -respondió con un hilo de voz y sin poder mirarla- no te amaba como tu creías. Jamás podré hacerlo -mintió sintiendo como el corazón se secaba quizá otra vez hasta quedar reseco y muerto- siento si te hice daño en aquel momento o si te lo hago ahora.

Las paredes se cerraban en torno a él como un cepo, tenía que huír de allí, lejos de ella, de su rostro, de su olor. Tragó saliva, el trago más amargo que recordaba.

Voy a asegurarme de que todo esta bien y de que nuestro amigo sigue inconsciente. Cuida de Berlin, nos vemos en el almuerza, hay que... Avisar a los demás.

- Soy como cualquier otra estrella del baloncesto, no tengo mucho de especial.-dijo bromeando. Arqueo la ceja al ver como comias aquel trozo de pan.

Solo en un parpadeo Harrisom se encontraba a vuestro lado, junto a Rachel. Ninguno noto que se hubiera levantado pero alli estaba.

- Cuidado señorita. El pan es el cuerpo de Cristo, segun dicen... no querra... pecar con algo tan sagrado.- dijo con una sonrisa medida, un tanto socarrona.- No me informaron que habria mas huespedes, es un placer... inesperado el de su presencia y se lo dice alguien al que hace tiempo que dejaron de sorprenderle muchas cosas.

Jeremia dejo a Hanna con la niña un segundo y salio a ver al escritor.

El escritor no solo estaba consciente sino que le habia oido. Jeremiah sintio que habia pegado el oido a la puerta cuando la abrio por la cercania que tenia con esta.

- Asi que es eso... de algun modo.... yo he escrito su historia y la caja tiene alguna especie de poder raro ¿Verdad? ¡No pasa nada! no lo contare... nadie iba a creerme... pero oiga... Los tiempos han cambiado, la gente de color se casa con quien quiere, como todo el mundo. Toda esa mierda de la segregacion racial se termino hace años.

Ni siquiera había visto al tal Harrisom levantarse, aun así mantuve la calma pero definitivamente aquel tipo no me gustaba había algo en el algo que me decía que no era buena idea hacerse amigo suyo.
Lo mire como el que mira una pared sin demasiada atención mientras tomaba un sorbo de café, tal y como de pequeño hacían algunos amigos de mi padre al pasar a mi lado, así que había que poner en práctica lo que había visto en ellos.
Podríamos decir lo mismo señor Alam… la verdad es que casi teníamos asumido que pasaríamos una temporada en algún campo de refugiado o algo por el estilo.
Pero tengo que reconocer que el Sr. Orphen ha conseguido continuar dando un servicio más o menos normal a pesar de la circunstancias, ¿no lo cree así Sr, Alam?
Levante la taza y tome otro sorbo sin tan siquiera mirarle.

¿Pecar con el cuerpo de Cristo? ¿Algo tan sagrado? ¿De dónde demonios había salido aquél mogijato?

- ¿Es usted sacerdote o algo parecido, señor Harrisom? - preguntó Ryan mirándole directamente a los ojos sin temor. - Sus palabras me recuerdan al cura de mi pueblo. - una sonrisa asomó al rostro de Murphy.

Una alarma había saltado en el interior de Ryan... no haberse percatado de cómo Harrisom se desplazaba hacía que se le pusieran los pelos de punta... el tipo no era de fiar seguro. Había que tenerlo controlado, quizá bajarle los humos... o que se centrara en Ryan como enemigo y dejara tranquilos a Rachel y Peterson.

- Creo que es mejor no mencionar la política o la religión en la mesa... - comentó Ryan con un brillo de malicia en los ojos. - o conseguirá que todos discutamos por ello. Es lo que tiene la libertad de religión y las diferentes opiniones políticas, ¿no cree? Que cada uno puede creer lo que quiera... Para usted eso es el cuerpo de Cristo... pero desconoce las creencias de la señorita Rachel... -

Ryan miró el trozo de pan. - Para mí eso no es más que un pedazo de comida. Sin ánimo de ser grosero le recomendaría que se guardara sus comentarios religiosos. -

No se meta en asuntos que no son de su incumbencia señor Newman o su salud podría empeorar de un momento a otro. Jeremiah no era un hombre violento pero desde que pisara la casa se sentía como un animal atrapado.

Contésteme solo a una pregunta. Donde está la caja de música o donde la puede tener. De sus respuestas dependerá su futuro inmediato señor, piénselo con detenimiento por favor.

El hombre rio a carcajadas cuando se le comparo con un cura. Su risa ponia los pelos de punta. Orphen miro la escena con preocupacion, no sabia si era bueno que riera.

- Por supuesto, por supuesto. No pretendia importunarles con las anticuadas creencias, solo pretendia puntualizar que un hasta un pedazo de pan inocente puede parecer un pecado en las manos de una mujer tan arrebatadoramente bella  dijo dedicando su sonrisa a Raquel.

Despues miro a Ryan.- Siento haber ofendido su ateismo con mi.... mitologia. ¿Me aceptarian una invitacion a una copa para paliar mi falta de atino? Mas tarde, despues de la comida... en mis aposento, si les parece bien.

Steven levanto las manos rindiendose.- Lo siento, lo siento.. solo pense que podria ayudarle. ¿La caja? Si, la caja la tenia Orphen, debe estar en su cuarto. No se separa de ella. Ahora que estan todos abajo, desayunando... podria decirle en que cuarto se hospeda.- dijo y supiste que habia algo mas.-pero quiero algo a cambio, quiero el final de mi historia...¡Dios! tengo a los protagonistas de mi novela en carne y hueso...me gustaria que contextaran algunas preguntas.... me parece un trato justo despues de que me secuestraran.