La mujer se queda unos segundos pensando y dice:

- Realmente no os lo puedo decir seguro, por lo que he podido averiguar hasta ahora los Kitsunes son seres que estan entre lo material y lo espiritual, en algunos lugares de Japon, porque solo se les conoce ahi se les considera incluso dioses por sus poderes los que incluyen la posesion como comentas

Se muestra ahora preocupada y añade:

- Lo que me preocupa un poco es que en casi todos los textos mas antiguos hablan de una lucha interior entre el espiritu mas oscuro del Kitsune y la esencia de humano, lo dicen en varias formas se dice siempre de una lucha interior entre las dos caras o las dos almas del Kitsune

-Entiendo -dijo la chica a los datos ofrecidos por la bibliotecaria- asi que supongo que será ella la que tenga que dominarse a sí misma -y por lo que había visto, iba a tener que entrenar mucho si querían sobrevivir- esta noche party-hard -comentó a su hermana- muchas gracias, si encuentra algo interesante, ¿podría decímelo? Es que soy muy cercana a esa chica -y tenía que estar preparada si le hacía una visita su nueva "super-amiga".

Dejando a la bibliotecaria que siguiera con lo suyo, Kyara se dispuso a buscar varios libros en los que se mencionaran a las Veelas, leyendo lo que encontraba- joder, según esto tengo más formas que los gemelos esos que se convertían en animales, ya sabes, los que tenían anillos y un mono de compañero -dijo a su hermana mientras seguía leyendo- ¡JA! -la carcajada se la escapó y puso cara de susto, no quería que la señora las echara- Bueno, pues si que voy a ser una guarrilla bailonga, ¿eh? -siguió mirando libros pero no encontró nada que digera por qué no podía leerla la mente- bueno, puede que tenga un vínculo con Rina por la parte de espíritu animal, pero no pone nada de ser inmune a la telepatía -se dio golpecitos en el labio- puede que la kitsune mala bloqueara los poderes del Director... ¿Tú has encontrado algo sobre eso o algo interesante? Si quieres podemos buscar algo sobre ti.

-mneh, básicamente lo mismo que tú- dijo cerrando uno de los libros y deslizándolo por la estantería- quita quita, eso de "manejar hielo" es demasiado general, lo mismo esta tarde tengo suerte y en la cueva del yuyu eterno me despejan las dudas y me ponen un sello en el dorso de la mano que ponga "no eres absolutamente nada"- pestañeó y se volvió hacia la bibliotecaria.

-Señora Lagrange, ¿usted ha ido a la cueva del esclarecimiento esa a la que vamos a ir después de comer?

La mujer asiente a las preguntas y dice:

- Si os avisre cuando descubra algo sobre los Kitsunes y sobre los vampiros que la verdad no sabemos demasiado real sobre ellos en realidad.

Cuando le preguntan sobre la cueva asiente y dice:

- Si, se puede decir que hemos ido todos pero siempre cuando hemos tenido un poco mas de experiencia en nuestras habilidades, la verdad es que me sorprende un poco que vayais tan pronto, pero si el director lo ha decidido es porque estais preparados para poder ir a la cueva, realmente no es algo peligroso es un poco, viaje itnerior por asi decirlo

Se acercó hasta la mesa donde se encontraba la señora y apoyó las manos en la mesa.

-¿Y ahí sabré qué soy?- hizo un mohín infantil por su pequeña frustración, seguramente producto por aquella envidia inherente a que su hermana ya sabía cuál era su naturaleza y ella no... como cuando de pequeñas le regalaban a una cosas y a la otra no.

-¿Y usted... qué hace?-acabó por preguntar con genuina curiosidad.

La mujer asiente y dice:

- Si, ahi averiguaras cual es tu autentica naturaleza de hecho ahi fue donde yo misma lo descubri.

Sonrie y dice:

- Supongo que se puede decir que no es algo que pueda imaginarse cual es mi naturaleza pero tengo sangre de sirena

La mujer sonrie levemente como esperando alguna reaccion de sorpresa las cuales eran las que estaba acostumbrada a escuchar cuando le decia a alguien su autentica naturaleza

Kyara no pudo evitar escuchar la conversación de su hermana con la bibliotecaria, en la que corroboraba que las avisaría y hablaba sobre la excursión. Cuando desveló su naturaleza, Kya no pudo evitar sorprenderse- ¿De esas que cantan y encandilan a los hombres para ahogarlos y comérselos? -una risita se le escapó- eso mola -dijo sonriendo.

Se quedó un segundo pensando antes de continuar- pero... si solo llevamos tres días aquí, ¿cómo vamos a estar preparadas? -preguntó en general.

La mujer asiente y sonrie y dice:

- Algo asi, pero ya esa dieta la he dejado por el momento, ahora solo los como una vez al mes

Termina sonriendo levemente y a la siguiente pregunta dice:

- No es que sea un sitio peligroso, pero que me extraña que vayais tan pronto, pero no te preocupes, estareis bien si llevais comida y demas porque eso siempre es bueno, llevar comida por si acaso

-Uouh-dijo con sincera admiración-¿y está bien?...-dejó escapar una risilla divertida ante la mención de que solo come hombres una vez al mes-claro, la operación bikini si se es una sirena es incluso más importante-lo que no se esperaba era lo de llevar alimentos, frunció los labios consternada-¿Se puede alargar la cosa y llevar horas? 

La mujer asiente y dice:

- Si, depende del hombre

Entonces mira a las dos chicas y dice:

- Lo cierto es que no se lo que puede alargarse, pero quizas llegueis por la noche y ya que usareis habilidades nunca viene mal llevar comida para poder recuperarse del uso de las habilidades

-Hm, entonces le haremos caso y cogeremos algo para comer, que esta mañana ya he probado el sabor del cansancio por eso y no me ha gustado nada- miró a su hermana esperando que terminase de hablar o que decidiese por salir de la biblioteca para empezar a moverse.

Kyara no pudo evitar sonreír ante el comentario de la operación bikini- sí, por que te vuelves una sirena como Patty y Selma de los Simpsons... malo -comentó haciendo referenca al capitulo de los Simpsons en el que parodian la Odisea.

Asintió ante lo de la ropa de abrigo y la comida y poco a poco asomó una sonrisa en la cara de Kyara- Nya, ¿quieres un vestido sexy de guarrilla fresca? -la sonrisa se hizo más grande recordando el vestido de fiesta que llevaba Elsa en la película de Frozen.

-Venga, vamos a irnos ya -esbozó una sonrisa hacia la bibliotecaria- hasta otra, Yaya cantarina -dijo poniéndole nuevo mote a la bibliotecaria.

Lia entró a paso vivo. Aún llevaba todo encima, así que dejó la mochila cerca de la puerta y encima la chaqueta. Por suerte dentro del castillo no hacía frío, así que sentía como sus mejillas sonrojadas delataban que la sangre caliente volvía a circular sin problemas. 

Quedó algo enmudecida ante toda la cantidad de libros. Se tomó unos segundos para admirar la biblioteca y luego se dirigió a uno de los ordenadores, donde tecleó dubitativa en la pantalla.

-Síl....Sílfide. Así me llamó...-murmuró para sí. Esperaba encontrar información sobre... bueno, sobre ella misma.

Tras un buen rato buscando encuentra, extrañamente la encargada no estaba en la biblioteca:

Sílfide

 

 

 

 

Representación de Próspero y Ariel(izquierda) de La tempestad de Shakespeare, por William Hamilton(1797). Algunos identifican a Ariel con un silfo, si bien esto no aparece en el texto.

La sílfide es un espíritu femenino del aire según la tradición hermética europea.¹ Están relacionados etimológicamente con los elfos pero, a diferencia de éstos, no existen mitos explícitos sobre ellos. Su forma masculina es el silfo.^2 3 4

El término, en especial su versión masculina usada como genérica, se origina en la obra del médico y alquimista Paracelso, quien los describía como seres elementales del aire, es decir espíritus ligados al aire en cuanto uno de los Cuatro Elementos de la Naturaleza.⁵ Dado que la alquimia moderna derivó de Paracelso, los alquimistas y otros grupos esotéricos (como el rosacrucismo) volvieron a menudo al tema de los silfos y las sílfides en su literatura hermética.

Descripción

Los silfos, como espíritus elementales del aire, aparecen mencionados en la obra del alquimista Paracelso, pero no se los describe. En 1670, el francés Nicolas-Pierre-Henri de Montfaucon de Villars, más conocido como "el abad de Villars", escribe una novela titulada “Le Comte de Gabalis ou Entretiens sur les sciences occultes” en el cual describe a estos espíritus: «El aire está lleno de una multitud de gentes [se refiere a los silfos] de aspecto humano, un poco feroces en su apariencia, pero dóciles en realidad: grandes amantes de las ciencias, sutiles, solícitos para con los sabios pero enemigos de los necios y de los ignorantes. Sus mujeres y sus hijas son de una belleza varonil, tal como se representa a las Amazonas.»⁶

En la literatura inglesa las sílfides aparecen en El rizo robado (Rape of the Lock) de Alexander Pope. El autor satiriza los textos alquímicos y elabora una teoría sobre el origen de las sílfides; según la cual éstas son la condensación química de los humores de las mujeres antipáticas.

En el poema de Pope, las mujeres llenas de rencor y vanidad se convierten en sílfides cuando mueren porque sus espíritus están demasiado llenos de vapores oscuros como para subir al cielo. Belinda, la heroína del poema de Pope, es asistida por un pequeño ejército de sílfides, que fomentan su vanidad y defienden su belleza. En una ligera parodia de la batalla divina en el Paraíso perdido de John Milton, cuando el Barón del poema intenta cortar un mechón del pelo de Belinda, las sílfides interponen sus aéreos cuerpos entre los filos de las tijeras (sin efecto alguno). La jefa de las sílfides en El rizo robado tiene el mismo nombre que el siervo de Próspero, Ariel, en La tempestad de William Shakespeare.

El término sílfide ha pasado al lenguaje común para referirse a los espíritus menores, elementales o hadas del aire y, figuradamente, a las mujeres delgadas, graciosas y de gran belleza. Esta última derivación se debe a su asociación con el ballet La Sílfide (La Sylphide), donde son identificadas con las hadas de las leyendas medievales y con con otros «espíritus del aire», por ejemplo, los que aparecen en El sueño de una noche de verano de Shakespeare.

Este uso ha influido en la literatura fantástica donde las sílfides, los silfos y otros seres similares aparecen como protagonistas.

En la música

Numerosas obras musicales, de diversos géneros, evocan a las sílfides en sus letras y títulos.

Leyó atentamente, sorprendida. Así que era éso lo que había dentro de ella... no. Lo que era ella. Intentó respirar con calma, asimilándolo.

En el poema de Pope, las mujeres llenas de rencor y vanidad se convierten en sílfides cuando mueren porque sus espíritus están demasiado llenos de vapores oscuros como para subir al cielo.

Levantó una ceja, mirando con escepticismo la información. ¿Así que rencor y vanidad? No era muy buena pista. Per a resumidas cuentas, era un ser del aire, un hada casi. Suspiró. No había nada de peligroso en ello. De hecho, sonaba inofensiva. Una pequeña parte de ella se desilusionó por no ser una gran y poderosa criatura, pero mayormente se sintió aliviada.

No quiso tomar ningún libro sin la encargada presente. Volvería en otro momento y lo sacaría con permiso. Aunque vivía allí ahora, habían ciertas normas y lo último que le apetecía era buscarse problemas.

De hecho, le apetecía relajarse. Pensar y distraerse. Y no había mejor modo que el suyo.

Apagó el ordenador, volvió a por sus cosas y se las cargó a la espalda, aunque por alguna razón se sentía más ligera. Se había quitado un peso invisible de encima.

Entramos a la biblioteca de la mano. No parece que la bibliotecaria esté por aquí, pero el ordenador de la entrada está encendido, así que me acerco tratando de recordar el nombre.

Y es un nombre complicado...

Tecleo una vez en la pantalla, pulsando intro. No encuentra nada. Seguro que lo he escrito mal. Vuelvo a intentarlo, una y otra vez.

No se si lleva h intercalada, o si repite alguna vocal... La verdad es que menudo nombre, con lo sencillo que es Smaugh... Ah, ya está.

La pantalla muestra un ejemplar, "leyendas de la mitología Séneca". Leo la codificación y salgo corriendo hacia el fondo de la biblioteca, revisando el ultimo estante. El libro es pequeño y por el color de las hojas debe ser un poco viejo, pero es el que busco. Regreso junto a mi novia sonriente, satisfecho.

Ya está, te dije que sería rápido, entrar y salir. -Le digo mostrando el libro- Para conocer mi árbol genealógico, jaja, ¿nos vamos? O si quieres buscar tú algo...