Partida Rol por web

Asentí ante sus palabras y continué siguiendo al as hermanas. Pero cuando estas, de pronto cayeron tragadas por la sangre me quedé de piedra, sin poder moverme. Rápidamente me giré antes de que Janet se fuese.

-Oye, oye, ¿que se supone que debemos hacer con ellas? ¿Las esperamos o...? La verdad...se me han pasado las ganas de seguir andando por este líquido...-terminé llevándome una mano a la nuca acariciándola.

Di un par de pasos hacia donde habíamos parado intentando ir por donde había venido.

-Creo que me quedo con el japones a cuidar de la kitsune-Puse una mano sobre el hombro de Rina mientras miraba a Makoto con una falsa sonrisa debido un poco a la impresión de lo que les acababa de ocurrir a las gemelas-¿Verdad?

Kyara ni si quiera hacía caso ya a lo que hacía la gente a su alrededor, pues la presencia de Janet la había puesto de tal mala ostia que solo podría soltar barbaridades y decir salvajadas, y no iba a ayudar mucho, lo sabía, pero en ese momento fue cuando notó el tirón y todo cambió.

La niña que había delante de ellas les habló, pero Kyara estaba mirando hacia arriba- Os lo dije -dijo con voz de burla a Janet por si podía escucharla, entonces se giró y miró a la niña pequeña y luego a su hermana- se parece a ti -dijo para intentar quitar la sensación malrollera de su cuerpo- ¿No eres como quien, pequeña? -dijo Kyara mientras se acuclillaba ante la niña.

Se giró un instante para encarar a Kurt, moviendo una mano en el aire como si estuviese temblando ante la amenaza de la dificultad para deshacerse de él y, nada más girarse de nuevo hacia el frente siguiendo los pasos de Kyara sintió ese tirón extraño en la pierna y el resto del mundo se volvió escarlata.

¿Qué pintaban ellas ahí? Pues nada. O esa es la impresión que la chica se llevó ante ese secuestro gratuito.

Desorientada, giró sobre sí misma buscando algún punto de referencia que le resultase familiar...tarea que no le impidió replicar a su hermana.

-Yo juraría que se parece más a ti, no pondría jamás esa cara de obstinación-Hablar de otros que estaban presentes como si no lo estuviesen era una especie de habilidad familiar en casa de los Rosseau. Miró a la niña y apoyó las manos en las caderas, examinándola con aire de adulta entendida (o eso esperaba)-Estamos aquí porque nos gusta llevar la contraria ¿y tú de dónde te has escapado señorita?

Rina escucha algo justo detras suyo, la chica ve como una persona camina lentamente hacia donde ella se encuentra, se trata de una mujer asiatica, posiblemente de su misma edad pero lleva puesto un kimono morado y lleva un peinado algo llamativo, la joven camina con tranquilidad usando unas sandalias tipicas de otras eras pasadas.

Con tranquilidad se pone justo delante de los tres chicos que quedaban y mira directamente a los ojos a Rina, esta siente un escalofrio mientras la chica le mira, siente como si realmente estuviera mirando dentro de su alma, con una voz melodiosa y armoniosa habla:

- Asi que tu eres....eres una de los nuestros. No puedo creer en lo que nos convertiremos

Niega con la cabeza, la chica despide una sensacion que Rina no termina de identificar, la mira de arriba abajo y dice:

- Porque te temes tanto pequeña?

Makoto escucha algo justo detras suyo, el chico ve como una persona camina lentamente hacia donde el se encuentra, se trata de un hombre asiatico, posiblemente de su misma edad pero lleva puestas ropas de monje moradas, ademas tiene el pelo rapado y un par de simbolos en la cara pintados, camina con un calzado tipico de madera, mas parecido al calzado de otras eras

Con tranquilidad se pone justo delante de los tres chicos que quedaban y mira directamente a los ojos a Makoto, este siente un escalofrio mientras el monje le mira, siente como si realmente estuviera mirando dentro de su alma, con una voz autoritaria y segura le habla:

- Eres un descendiente del Gran Oni...

El hombre parecia molesto con Makoto y dice:

- No eres merecedor de ese nombre ni de esa sangre, eres debil...muy debil y no eres para digno de esa sangre

señala el brazo de Makoto:

- Y tu quieres estar al lado de una Kitsune, eres patetico

Kurt puede ver como los dos asiaticos se quedan ensimismados mirando hacia un mismo punto, el no sabe que es lo que han podido ver pero no ve nada que le llame la atencion mas alla de un pasillo que continua al final de la sala, pero para llegar tendra que pasar por la zona por la que las dos hermanas desaparecieron

Al ver que los japoneses miraban algo más adelante, más allá de por donde pasaron las gemelas me giro a mirar sin ver nada y la verdad no me hacía mucha gracia acercarme a averiguarlo por is me pasaba lo mismo.

-¡¿Qué miráis de esa forma?! No hay nada, ey...¡ey! ¿Hay algo ahí?

En mi cara se podía reflejar un tanto mi nerviosismo, no era miedo del todo pero mi pulso empezó a acelerarse un poco, la verdad es que japoneses asustados mirando cosas donde no hay nada me recordaba a las películas de terror japonesas donde estan todos como una cabra y nunca terminaban bien esas escenas.

La otra Liz la mira a los ojos y niega con la cabeza mientras se acerca a ella:

- No lo entiendes...no estas preparada para lo que viene...eres demasiado ingenua aun...

Se pone a apenas un par de centimetros de ella y dice mientras le toca la cara:

- Ese chico es demasiado...pausado, no comprendes tus poderes no eres como el director que es capaz de introducirse en las mentes, tus habilidades son mas....cercabas a los sentimientos...lo sientes verdad?

Acaricia la cara de Liz, esta nota como se le eriza todo el cuerpo, y lo mas vergonzoso para ella, se siente muy excitada su otro yo dice:

- lo notas verdad? y no lo entiendes, porque estas como cuando estabas con el, con Ben?

Le agarra con las dos manos la cara y dice:

- Conoces la evocacion de sentimientos y sensaciones? 

Se aparta unos pasos y da la espalda a Liz para decir:

- Tienes que empezar a madurar...

Caminamos un rato, sin que ocurra nada destacable, hasta que llegamos a un lago, molón, bonito, pero no demasiado impresionante para alguien que haya estudiado un par de asignaturas de geología.

Sin embargo, sobre la superficie del lago, algo ocurre. Una imágen se forma poco a poco. No puedo evitar alzar las cejas con cierta sorpresa. Pero es entonces cuando se empiezan a oír pisadas, chapoteos y ruídos. Y en menos de veinte segundos estamos rodeados de putos SWAT. Joder, de puta madre.

Estar encañonado no es la puta cosa ante la que suelo reaccionar bien. Por eso, durante unos segundos, sólo puedo mirar a mi alrededor. Las voces de la enana y de Ben me hacen centrarme, y al hacerlo, mi cabeza empieza a pensar a toda velocidad.

Alzo las manos, mientras una parte de mí, que no se acaba de creer esta movida, me dice que esto podría ser algún tipo de prueba o ilusión provocada por la sala. Ignoro esa parte de mí.

Apretando la mandíbula, evaluo mis posibilidades. Podría invocar un pájaro y mandarlo hacia Manuel, pero nada más lo vean estos tíos nos van a ametrallar. Y no es que vayamos a tener muchas posibilidades si nos damos de hostias con ellos.

Mientras pienso todo esto es cuando comienza la mierda realmente rara. Una barrera de hielo se levanta a nuestro alrededor, y entonces una voz habla en mi cabeza. Habla en plural, así que asumo que todos la oyen. Y por supuesto, habla en acertijos. Y luego, el suelo se rompe y caemos.

Estoy boca abajo en el suelo, puedo oír a los demás incorporándose a mi alrededor. -Joooder.-gruño, levantándome.-Vaya con la puta excursión de los cojones.-recorro con la mirada a mis compañeros, a ver si están bien. Está oscuro de cojones, así que instintiviamente entorno los ojos. Gula y la niña ahí andan, y Ben y su churri también parecen enteros.

La pelirroja saca su móvil. Es buena idea. La imito. La débil lucecita no me permite ver mucho. Pero tampoco hay mucho que ver. Es una sala vacía, con un espejo. -Deberíamos movernos, buscar una salida o algo. Si los SWAT tiran cuerdas o algo aquí abajo estamos jodidos.-dejo que la chica se quede ante el espejuelo, y yo me dedico a acercarme a las paredes con la luz del móvil, buscando algún tipo de salida.

Una risa bastante sonora sale de la boca del Ben adulto, y le mira fijamente a los ojos, Ben siente en ese momento como los ojos adoptan un aspecto reptiliano, el hombre mueve el cuello y lo hace crujir:

- Jajajaja, chaval has visto o mejor dicho he visto demasiadas peliculas de superhores, que bonito, que bonito es todo lo que dices...me encanta y encima crees que podras amenazarme cubriendo tu brazo de escamas?

Da un paso hacia delante y Ben puede ver como casi instanteamente el cuerpo se cubre totalmente de escamas, el hombre dice.

- Eso lo aprendi hace mucho tiempo y fue gracias a esa Kitsune loca si, ella si que es poderosa y si que esta bien, una lastima lo que paso con ella.

Da otro paso acercandose, y dice:

- Eres mas fuerte? te ha hecho mas valiente? pero que puedes hacer? que puedes hacer si nisiquiera eres capaz de protegerte a ti mismo, ni siquiera eres capaz de hablar con mas gente de forma normal, solo eres un paleto de pueblo que ha tenido suerte de que Liz se enamore de ti

Se rie con fuerza y añade:

- Si nisiquiera eres capaz de darle placer jajajaja, seguro que ella misma puede hacerlo mejor y queda mas satisfecha que estando contigo

La niña mira a las dos hermanas algo asustada y dice:

- Yo no soy un monstruo, yo no le hago daño a la gente, yo soy una niña normal, lo que paso con Rony fue un accidente.

Mira a las dos y se aleja un poco mientras dice:

- No me toqueis, no quiero que me toqueis, dejadme, quiero estar sola

Parecia mas asustada que otra cosa la niña

La chica del reflejo, esa supuesta yo, no parecía dispuesta a responder, y se limitó a negar con la cabeza mientras se acercaba a mí. Me miró a los ojos para decirme que no estaba preparada, que no entendía nada, y después me tocó la cara, diciéndome que Ben era demasiado pausado y explicándome algo más sobre mis poderes.

Me acariciaba el rostro mientras volvía a sentirme excitada. Aquello lo estaba generando ella, e hizo referencia a si conocía la evocación de sentimientos y sensaciones sujetándome la cara.

-Y-yo… ¿Es esto… lo que podré hacer? – dije con la respiración entrecortada, emitiendo un pequeño gemido al final.

Entonces me dio la espalda, diciéndome que debía madurar.

-Tienes razón, no lo entiendo… No sé que tiene de malo Ben, ni el que sea “pausado”, sea lo que sea lo que quieras decir con eso… No entiendo que tiene que ver Ben con eso que dices que está por venir. Deberíamos ser más fuertes todos juntos, ¿No?

No entiendo nada…

Cada nueva palabra me arrebata un poco de ese valor que he encontrado, el cual resulta ser más momentáneo de lo que creía. Y sin embargo, las palabras hirientes y los gestos amenazantes, incluso el despliegue de poder que muestra ante mí mientras se acerca, no me causan temor.

Esto no es miedo.

Le miro con gesto descompuesto, pero no retrocedo. Al contrario, doy un paso al frente mientras observo con detalle cada parte de su poderoso cuerpo. Las escamas, los ojos, su altura y complexión. Es un poco más alto que yo, y más corpulento, pero es su expresión y las cosas que escupe por su boca lo que más me asusta. Lo último que dice, entre risas, es la gota que colma el vaso, lo que destroza del todo mi corazón. Y no por miedo, en realidad. No temo lo que pueda hacerme. Porque él soy yo, el yo en que puedo convertirme. ESO es lo que me duele.

Eres fuerte -Admito- Has tenido mucho tiempo para aprender y entrenar, para hacerte poderoso. Un tiempo que yo tendré. Pero mira en lo que te has convertido -Digo mirándole a esos ojos reptilianos, con mirada perdida- Cómo hablas de Rina. Cómo hablas de Liz. Cómo me hablas a mí -Parpadeo un par de veces, y me paso el guante por los ojos, secándomelos- No se si llegaré a ser tan poderoso algún día. Tampoco se si lo mío con Liz saldrá bien o no -De repente, me siento más calmado, más distante respecto a esta imagen distorsionada de mí mismo que tengo delante. Me invade una profunda tristeza, pero también cierto aire de tranquilidad, de decisión- Pero sí se una cosa, no voy a ser como tú. Puede que sea un "paleto", pero no me he criado para terminar así, no me han educado de esta manera. Me das lástima -Le miro de arriba a abajo, con el gesto torcido- La broma ha terminado ¿cómo se sale de aquí?

La Liz adulta niega ocn la cabeza y dice:

- Sigues sin entenderlo, estoy evocandote un recuerdo concreto pero eso no quiere decir que solo puedas hacer esto. Con mi habilidad puedo entrar en tu mente pero no puedo leerla, puedo hacer que revivas algo que ya has vivido...si no eres capaz de comprender esto no seras capaz de desarrollar tus capacidades..

Se gira encarando a Liz y dice:

- Te dare una oportunidad para probarme que si estas preparada... evoca un recuerdo que tengas un sentimiento que haga que salgas de ese estado en el que estas en el que no creo que aguantes mucho ya que incluso estas empezando a sudar.

Le mira al pantalon a la zona de la entrepierna mientras dice:

- Si lo consigues te mostrare algo que te traera mucha mas luz, si no lo consigues me daras la razon en que no estas preparada

Ben adulto sonrie con maldad y dice:

- Vaya, asi que esas tenemos no?muy bien...

Se acerca caminando a donde esta Ben y le dice:

- Parece que no eres tan tonto como pareces...has pasado la primera parte de mi prueba, has sido bastante acertado en t forma de pensar

Poco a poco las escamas iban desapareciendo y los ojos volvian a la normalidad, una vez ya normal mira a Ben y dice:

- Pero ahora deberas de decidir, protegeras a Liz de cualquier cosa? incluso de ti mismo? y dime Ben, como pensabas protegerla de esos hombres de antes, como pensabas proteger a la mujer que amas de algo parecido a lo que paso en Kyoto?

Efectivamente, no había comprendido lo que sucedía hasta que me lo dijo claramente. No se trataba de que estuviera generando en mí el sentimiento que ella quisiera, sino que estaba haciendo que recordara algo vivido.

La excitación continuaba presente en mí, haciendo que me estremeciera repetidas veces y teniendo que ahogar los gemidos que luchaban por salir de mi boca. Me encontraba realmente avergonzada, pero no podía hacer nada por detenerlo, o al menos eso creía. La otra Liz se me encaró, retándome a detener esto que tanto parecía divertirle.

Acepté el desafío, ya no sólo por tratar de parar lo que sentía, sino porque me había prometido mostrarme algo importante.

-Lo… Haré. – dije antes de volver a jadear.

Cerré los ojos y traté de concentrarme, cosa que no me resultaba sencilla en mi estado, pero intenté hacer todo lo posible por conseguirlo. Traté de pensar en un momento triste, desagradable, y recordé el día en que intenté besar a Brad para demostrarle lo que sentía. Pensé en cómo me detuvo, en cómo me rechazó, y cómo fueron los días posteriores. La tristeza, la angustia, la desesperanza.

Cuando la Kitsune manifestó su deseo de abandonarles, algo se rompió dentro de Makoto.

- Pero... Rina... - dijo apenas con un hilo de voz, derrotado. Kurt pareció aceptar ese hecho.

Aún estaba asimilando aquello cuando Kyara y Nyara fueron engullidas de forma inexplicable.

- ¡ No ! - todo se estaba torciendo y él se sentía completamente inútil.

Esa sensación no era nueva para él. Si hubiera sabido reaccionar cuando les atacaron en Kyoto, hoy Rina no estaría sufriendo todo ese dolor.

- Eres un maldito inútil. Ni siquiera puedo...

Y entonces sucedió.

Quizá fue provocado por su dolor, su impotencia, su rabia o simplemente por ese maldito lugar. El caso es que ahí estaba ese monje de extrañas pinturas y una mirada que penetraba hasta lo más profundo del corazón, y le reveló la verdad.

- Descendiente de... - sus palabras salían titubeantes des de su garganta. No fue capaz de terminar la frase. Sus músculos se tensaron y su expresión se tornó en algo parecido al pánico.

Tras la acusación del monje que tenía frente a él, sintió su sangre hervir como si fuera a entrar en estado de ebullición.

Su gesto de pánico inicial se transformó en un rictus parecido a una sádica sonrisa provocada por la rabia y la furia del siempre comedido Makoto.

Su alma y su orgullo habían sido heridos en lo más profundo cuando el monje le hizo darse cuenta de que su debilidad era la causante de que Rina le hubiera herido. Su debilidad era la culpable de todo lo malo que les había acontecido hasta entonces. Las palabras del monje provocaron un cambio en Makoto.

Levantó la cabeza y miró al monje directo a los ojos, furioso y... agradecido. Aunque doliera, ahora lo comprendía.

- Débil... - apretó los puños con ira, de tal manera que sin darse cuenta hizo correr un pequeño hilo de sangre por sus manos - he sido débil Sohei-sama - dio un paso hacia el monje.

- Pero acabo de comprender lo equivocado que estaba - le hablaba con furiosa sinceridad - siempre me mantuve en la sombra temeroso de estropear la ingenua perfección en la que creí vivir - dio otro paso hacia al monje apretando aún más los puños y ahora haciendo correr bastante sangre entre sus dedos y, cuando parecía que la intención podía ser la de golpear al erudito, se arrodilló completamente apoyando la frente en la sangre del suelo muy cerca de los pies del monje.

- Gracias Sohei-sama - dijo con un tono completamente en calma - sé que ahora estoy preparado para afrontar mi destino como Gran Oni - comprendió entonces que era la única forma de poder convivir con la Kitsune. Cómo no se había dado cuenta antes - si aún ahora mis ancestros se sienten ofendidos, orgulloso aceptaré morir siendo poseedor de la verdad. - Se sintió en paz consigo mismo.

Liz se siente cada vez peor, mas excitada, frente a ella su version adulta niega con la cabeza y chasquea los dedos, en ese momento Liz deja de sentirse excitada, la Liz adulta dice:

- Lo ves...no has conseguido hacer nada...ahi tienes la prueba de que estas demasido verde

Se acerca a Liz y dice:

- Si no llego a suprimir ese sentiiento dentro de ti estarias en el suelo como una perra en celo, que humillante, tan patetica era cuando tenia tu edad? no me lo puedo creer...

Se gira y comienza a caminar hacia la oscuridad, se notaba realmente decepcionada