Partida Rol por web

El silencio se mantuvo incluso cuando Makoto se fue, los ojos negros de ónix de la chica estaba fija en la mujer que podía ver, y por lo que escucho, dedujo que a aquella mujer solo ella la venia, así como el hombre del que Makoto hacia referencia. Rina levanto las cejas y luego sus brazos se cruzaron en torno a su vientre, Makoto se había ido y le pedía a su compañero que la cuidara, ignorando temerariamente que el verdadero peligro era ella.

- en los momentos de mas oscuridad, es el anunció del alba, espero que este sea el albor de nuestro amanecer - paso su lengua por sus labios - imagino que no puedes verla, ni a la persona que parecía hablar con Makoto- ahora se volvió hacia Janet, ignorando de momento a la joven que veía de kimono - y que aparentemente era como ella-

- comprendo, nuestros orígenes, incluso antes de haber nacido, y es obvio el porqué me temo, no tengo control sobre lo que soy, y por lo mismo he lastimado a las demás personas, y mientras no pueda controlar lo que soy, no quiero estar próxima a nadie que pueda herir, - puso su mano sobre el hombro de Kurt.

- no te sientas atado a la petición de Makoto, yo ya no soy su problema, ni tampoco requiero protección, ustedes necesitan protección de mi, de lo que soy, me despides de ellos, ¿bueno?- le sonríe y se acerca a la mujer de kimono- si tiene un camino para mi, una opción, la tomare, sino, seguiré mi camino, - hizo una reverencia al estilo japonés, recordando las enseñanzas de su abuelo materno, el era shinto, de hecho, era un sacerdote shinto.

"¿Amanecer? ¿Alba? ¿De que me está hablando? ¿De ella?"

Estaba un tanto confundido, pero no más que antes.

-Imaginas bien, no veo a nadie...y no es que me sienta atado por nada-Puse mi mano sobre la suya en mi hombro sonriendo-Es más, en cierta forma...me gusta que la gente me tome de confianza. Así que le agradezco a Makoto por ello.

Entonces, cuando está se alejó, dudé pero terminé preguntando.

-Entonces..¿Quieres que te deje ir? Makoto confió en mi, y aun que tu opines que no debe preocuparse por ti, no le puedes negar ese sentimiento, así que si entras...tendré que entrar... aun....un que...me caiga como las gemelas o a saber que más cosas pueden pasar...

-¿venir conmigo? Pero... ¿Puede ser peligro no?- la joven miro a la japonesa, a ambas, estaba preocupada de que seguirla fuera peligroso- pero puede ser que tarde mucho en volver, no se cuanto tarde... Kurt, es mejor que no, creo que es un viaje que debo hacer sola, el emprendió un viaje solo, yo también por tanto, aunque, en este lugar deberías encontrar lo que buscas ¿no?- volvió a mirar a Jannet, esperando su respuesta.

-Supongo que tienes razón, estoy de acuerdo con que es algo que debes hacer sola...-Me revolví el pelo pensando en que hacer gruñendo- Bueno, pero ten cuidado... me quedaré por aquí esperando... no quiero que me vean allí fuera pensando que os he dejado tirados...y espero que Makoto no me diga nada al respecto-añadí esto último en un tono más bajito.

-Que se le va a hacer...suerte-Y levanté la mano despidiéndome de ella.

Janet asiente a las palabras de Rina y mira a Kurt.

- Debe ir sola, tu no lo ves pero hay alguien con el, yo le veo gracias a la magia, pero tu podras verlo tambien mas adelante.

Mira a Kurt y despues como Rina se marcha por el mismo camino que Makoto unos momentos antes y dice:

- Este lugar es asi, te da visiones del futuro y del pasado, te muestra cual es tu autentica naturaleza, pero nunca sabemos como puede esto cambiar o hacer que cambies.

La mujer señala una puerta que habia surgido a su lado y dice:

- Tu camino esta por aqui, como supondras yo solo soy una imagen de la magia o de tu subcosciente como prefieras llamarlo, la autentica Janet no esta aqui, ahroa dime Kurt, vendras por aqui a comprobar tu pasado para conocer tu futuro o iras al presente?

La chica no dijo nada y empezo a caminar con tranquilidad, un paso tranquilo en silencio, no dijo nada y no respondia a las preguntas de Rina, simplemente caminaba hasta que llegaron a una cueva diferente .

 La sala tiene el techo totalmente helado, sin embargo la temperatura es agradable, un poco de agua se filtra desde el techo, pero en uno de los laterales una pequeña cascada de agua sale y cae en lo que parece un pequeño riachuelo. La mujer sigue caminando y atraviesa el arco de hielo llegando a una zona de la cueva mucho mas amplia, de hecho el techo casi no se ve, pero lo mas extraño es que en su interior hay una pequeña cabaña.

La chica camina hacia el itnerior de la cabaña y deja los zapatos en la puerta, la cabaña de un marcado estilo japones tradicional esta decorada en su interior de forma muy sencilla. La chica se sienta junto a un instrumento musical tradicional 

japones, un Koto el cual se nota que ha sido hecho de forma artesanal, la mujer se sienta al lado del intrumento y se gira un poco para coger dos tazas de te, el te estaba preparado pero humeante, le sirve con cermoniosidad una taza a Rina y se coloca junto al instrumento para empezar a tocar una dulce melodia

La mujer toca tranquilamente y en un momento dado mira a Rina y comienza a hablarle en japones con una voz dulce y armoniosa:

- Eres una de los nuestros....pero tienes demasiado miedo de ti misma y de nosotros...

Rina sentia como la musica le transmitia relajacion y tranquilidad, la mujer le mira de nuevo y dice:

- Dime niña...porque tienes tanto miedo de ti misma, porque viajas sola en un mar de destruccion, porque sientes que eres un ser oscuro cuando en tu alma hay una gran belleza, porque viajas en la oscuridad del bosque cuando tus ojos son capaces de ver la hermosa luz de la luna llena, porque has decidido ... temer lo que eres y desear lo que no eres?

Al ver que Kurt decide hacerle caso, y resignarse a su decisión, Rina cierra sus ojos, y se acerca a él, besándole la mejilla- no necesitas decirle nada, yo respondo por mis  actos, nadie más, hasta cuando nos podamos nos volver a ver... - pasa su mano por su mejilla, dos palmaditas ligeras en esta y se fue siguiendo a aquella mujer.

Con parsimoniosos movimientos, la joven intentaba recordar las enseñanzas de su abuelo, pero parecían ser parte de otra vida, o de algún sueño borroso y poco claro, sin embargo, intentaba tomar la taza y dejaba que la música la relajara, incluso cuando la japonesa la comenzaba a cuestionar, Rina, quien mantenía una postura aletargada y muy callada, cerró sus ojos, y dejó la taza en la mesa, tenía un palito de te flotando, lo que significaba buena suerte.

- es difícil ver la belleza cuando tus manos están manchadas de sangre, y cuando has lastimado a quien amas, y se equivoca, no reniego de lo que soy, pero hasta ahora, ha sido una carga terrible que no hace más hacer que me aleje, y debo hacerlo, si pierdo el control, lastimo, si me contengo, estoy aprisionada, porque siento el fuego dentro de mí, no puede culparme de esconderme, cuando he brillado, sólo causé muerte, de la cual me siento culpable - una explicación sincera,   incluso para ella - y es de esta culpa que me debo hacer responsable... pero siento, que no puedo evitar lo que soy, ni lo que hago, solo trabajar en controlarme y buscar la redención de mi... mis propios actos...

Makoto camina con el hombre durante un rato, los dos caminan en silencio por el sendero, tras lo que parece una eternidad pero no son mas de cinco minutos en realidad. Tras un rato llega a una cueva un poco mas grande, alli el monje toma asiento sobre una roca, mira a Makoto a los ojos, este siente como la intensa mirada del monje le observa mas alla de su propio cuerpo, siente como la mirada penetra dentro de el, como si mirara su alma. Entonces le responde hablando en japones:

- Sientes preocupacion por la kitsune. En tu corazon hay una gran oscuridad y un gran pesar, sientes un dolor que no es fisico, un dolor en tu alma que te llevara a la perdicion

El monje se queda unos segundos callado y dice:

- Pero ella no debe ser la unica preocupacion que tienes, debes dejar que siga su camino al igual que tu debes seguir tu camino...es necesario que mires dentro de ti y encuentres algo mas, que encuentres eso que te define, que es lo que se esconde en tu interior

Ben comienza a caminar por la oscuridad, tras un par de minutos nota como la oscuridad va desapareciendo y ve una cueva, la cueva unicamente le permite continuar por un sendero. Ben por pura inercia comienza a caminar hacia una sala que puede ver, esa sala es mucho mas amplia de lo que parece.

 La sala tiene el techo totalmente helado, sin embargo la temperatura es agradable, un poco de agua se filtra desde el techo, pero en uno de los laterales una pequeña cascada de agua sale y cae en lo que parece un pequeño riachuelo. no se distingue bien pero comienza a escucharse una melodia relajante pero algo triste y misteriosa

La melodia proviene de una zona situada al fondo de la cueva, Ben puede ver como justo tras el arco de hielo la caverna se abre en una gran cupula y en el fondo hay una pequeña cabaña que es desde donde proviene la musica.

La niña empieza a sollozar y dice:

- Yo...esto...no queria que hiciera eso... 

Se seca las lagrimas y dice:

- Yo no queria congelarle el brazo....me asusto y no se porque se le congelo el brazo, pero...pero yo no soy un monstruo, solo le toque, no tengo la culpa

El interior de la cabaña es bastante sencillo, el suelo es de madera y hay una tarima, el interior es el tipico de una tradicional cabaña japonesa bastante sobria.

En el interior hay una tetera que desprende un aroma bastante agradable, al lado de la tetera hay unos cojines para sentarse y al lado hay todo un juego de te preparado para servirse el te y tomarlo.

En un lateral Liz puede ver que es de donde proviene la musica, una joven asiatica con un llamativo kimono morado esta tocando un instrumento que Liz no identifica, la melodia es suave y acompasada, la mujer esta tocando con los ojos cerrados, se mueve acompasadaente y con movimientos muy preparados y meditados, parece que realmente la mujer disfruta tocando el instrumento.

La joven mira a Liz y con un tono de voz suave y profundo, un tono de voz que parece de una persona mucho mas mayor dice:

- Bienvenida seas Elisabeth Freeman, pasa, toma un poco de te, te sentara bien para poder relajarte.

La mujer seguia tocando con tranquilidad, pero ahora tenia los ojos abiertos y miraba a Liz a los ojos, esta siente que la mirada es muy intensa, Liz siente como si le estuviese mirando mas alla de su cuerpo, en su interior, mas alla, en su propia ala. La chica asiente y dice:

- Dime, hay algo que te causa un gran pesar, algo que oscurece tu limpia y hermosa alma, dime, que es lo que te preocupa

La mujer seguia tocando con tranquilidad y con pausados movimientos mientras escuchaba a Rina hablar, cuando esta termina niega con la cabeza y dice:

- Estas confundida, no debes reprimirte, ni tampoco debes liberarte...ni controlarte. Ese ser oscuro y agresivo es parte de ti, eres uno con el como tambien lo eres con la chica dulce y apasionada que eres, la chica que es capaz de hacer feliz a los niños pequeños

Mira a Rina a los ojos, esta siente que esta mirando mas alla de ellos, dentro de su alma, entonces vuelve a hablar:

- Dentro de ti hay un fuego muy intenso y como el fuego es algo bueno pero al mismo tiempo malo, el uso que le des dependera de lo que hace. Ahora tienes miedo, miedo de lo que puedes hacer, tus palabras y tu alma asi lo dicen, pero...no debes temer, el miedo solo alimenta mas miedo y mas odio 

Tras la dspedida de Rina, aguardé a las palabras de Janet, esuchándola mientras pensaba que hacer hasta el momento n que esta señaló una puerta a mi lado, quedándome un tanto confuso. "¿No estaba ahí antes verdad?"

-Así que no eres tu... y se me vuelve a preguntar que quiero... con lo difícil que es saber lo que quiere uno...-me pasé mi mano derecha sobre mi hombro izquierdo, masajeándolo un tanto cabizbajo, indeciso de nuevo.

Supongo que seguiré con el pensamiento de ver el pasado, el presente es muy efímero y el futuro incierto. Creo en el destino, pero también en que cada uno puede modificar el suyo. Sin dudarlo más-"O me rayaré demasiado la cabeza"- elijo pasado.

Acto seguido hago el amago de abrir y pasar por la puerta, mirando a aquella Janet fruto de mi subconsciente, como esperando una confirmación de que debo cruzarla ya.

Kurt comienza a caminar por la oscuridad que hay tras la puerta, Janet no dijo nada cuando paso, tras un par de minutos nota como la oscuridad va desapareciendo y ve una cueva, la cueva unicamente le permite continuar por un sendero. Kurt por pura inercia comienza a caminar hacia una sala que puede ver, esa sala es mucho mas amplia de lo que parece.

 La sala tiene el techo totalmente helado, sin embargo la temperatura es agradable, un poco de agua se filtra desde el techo, pero en uno de los laterales una pequeña cascada de agua sale y cae en lo que parece un pequeño riachuelo. no se distingue bien pero comienza a escucharse una melodia relajante pero algo triste y misteriosa

La melodia proviene de una zona situada al fondo de la cueva, Kurt puede ver como justo tras el arco de hielo la caverna se abre en una gran cupula y en el fondo hay una pequeña cabaña que es desde donde proviene la musica

-Claro que no eres un monstruo-saltó a la defensiva adelantándose a su hermana-Eres una niña, una niña que se pone fea cuando llora ¿hm? Eres... una princesa, ya sabes, aún eres muy pequeña para ser reina pero las princesas tienen derecho a asustarse y tener miedo...y que pasen cosas sin quererlo, pero eso no las hace peores sino más fáciles de querer porque necesitan que se las cuiden... y si puedes congelar sin querer piensa que en verano podrás hacerte tus propios helados...o patinar o hacer muñecos de nieve que les gusten los abrazos, como en la película de Frozen.

Hizo un gesto a su hermana para que echase una mano verbal al asunto porque a ella se le iba de las manos.

-No eres un monstruo, los monstruos no lloran por hacer cosas sin querer.

Al entrar pude comprobar que se trataba de una cabaña de estilo oriental, bastante sobria, pero espléndida dentro de su sencillez. Lo primero que vi fue la tetera y los cojines, junto a aquel juego de té, pero rápidamente me di cuenta que en un lateral se encontraba la fuente de aquella atrayente melodía. Una chica con kimono se encontraba allí tocando, con los ojos cerrados, moviendo su cuerpo al compás de la música que ella misma creaba con aquel instrumento desconocido para mí.

A pesar de la incertidumbre que sentía ante lo que me esperaba allí, no pude evitar sonreír ante aquella estampa. Me sentí inmediatamente identificada con la chica, que al igual que yo, parecía vivir la música de manera muy intensa. La chica no tardó en dirigirse a mí, sabía mi nombre, y me invitó a tomar algo de té.

Ni siquiera intenté adivinar por qué sabía mi nombre, no tenía caso, así que me limité a servirme algo de té y sentarme en uno de aquellos cojines. Era curioso como a pesar de encontrarme en un ambiente totalmente oriental, todo aquello me recordaba a mi casa, la música, el té… Tenía la costumbre de tomar el té todas las tardes, pero desde que llegara al Castillo no lo había probado.

-G-gracias. – dije tras tomar el vaso con ambas manos y darle un pequeño sorbo.

La joven continuaba tocando, pero ahora con los ojos abiertos, mientras me miraba. Yo le sostenía la mirada, sintiendo su mirada clavada en la mía, como si pudiera ver en mi interior. De pronto comenzó a hablarme, preguntándome qué era lo que me atormentaba.

-Un gran pesar… - musité, tratando de indagar en mi interior, cosa que ahora parecía más sencilla.

Desde el sueño que tuve la primera noche en el Castillo había comenzado a sentir una responsabilidad que no había tenido antes. Había sentido la necesidad de hacer algo, de intervenir de alguna manera. Al enterarnos de lo sucedido en Kyoto esto pareció transformarse en miedo, dando por hecho que no era capaz de hacer nada ante eso, simplemente temiendo por nuestras vidas y esperando que los demás se ocuparan del asunto. Quería hacer algo, ayudar, pero no podía, o eso era lo que creía, que no era capaz. Pero ahora…

-Temo no poder hacer nada si algo sucede, no ser capaz de ayudar, o al menos poder defenderme a mí misma para no ser una carga para los demás. – Especialmente para Ben. – Yo… No sé si de verdad valgo para esto. – A fin de cuentas no conseguí evocar nada.

Sumergirse en la silenciosa oscuridad invita a pensar, pero trato de no hacerlo. Demasiadas cosas se agolpan en mi cabeza, preocupaciones sobre mi futuro, y el de Liz, la difícil comprensión de todo lo que ha pasado, lo que me ha revelado ese yo adulto. Y también preocupación por el presente, por no saber donde está Liz o por lo que estará pasando.

¿La habrán hecho sufrir, como a mí?

La luz me muestra mi llegada a una sala helada con un riachuelo. Es entonces, cuando me acerco a tocar una estalactita helada, cuando me doy cuenta de que mis manos continúan convertidas en zarpas de grandes y afiladas garras. Mi mano izquierda, además, aún tenía el guante puesto cuando surgieron, y se ha visto atravesado.

Inspiro profundamente el agradable aire de la cueva, cerrando los ojos y elevando mi rostro hacia el techo. Cuando libero el aire, las garras y las escamas de mi brazo han desaparecido.

En ese instante, me llega el sonido de música, una agradable melodía llena de tristeza, que hace que me fije en una cabaña que se encuentra al fondo, tras un arco de hielo.

Inmediatamente pienso en esa misteriosa mujer, la que no es mujer en realidad. La que mi yo adulto del futuro me dijo que me enseñaría tantas cosas. Comienzo a caminar a grandes pasos hacia la cabaña, en busca de respuestas.

El interior de la cabaña es bastante sencillo, el suelo es de madera y hay una tarima, el interior es el tipico de una tradicional cabaña japonesa bastante sobria.

En el interior hay una tetera que desprende un aroma bastante agradable, al lado de la tetera hay unos cojines para sentarse y al lado hay todo un juego de te preparado para servirse el te y tomarlo.

En un lateral Ben puede ver que es de donde proviene la musica, una joven asiatica con un llamativo kimono morado esta tocando un instrumento que Ben no identifica, la melodia es suave y acompasada, la mujer esta tocando con los ojos cerrados, se mueve acompasadamente y con movimientos muy preparados y meditados, parece que realmente la mujer disfruta tocando el instrumento.

La joven mira a Ben y con un tono de voz suave y profundo, un tono de voz que parece de una persona mucho mas mayor dice:

- Bienvenido seas Benjamin Foster, pasa, toma un poco de te, te sentara bien para poder relajarte.

La mujer seguia tocando con tranquilidad, pero ahora tenia los ojos abiertos y miraba a Ben a los ojos, este siente que la mirada es muy intensa, Ben siente como si le estuviese mirando mas alla de su cuerpo, en su interior, mas alla, en su propia ala. La chica asiente y dice:

- Dime, hay algo que te causa un gran pesar, algo que debilita esa poderosa alma de dragon que posees, dime que es lo que te aflige?

La mujer sigue tocando con habilidad mientras mira a Liz, entonces empieza a hablar, la voz de esta sonaba como si estuviera hablando al ritmo de la musica, su voz parecia juguetear con las notas musicales como si fuera de una suave melodia, como si su voz fuera parte del sonido del instrumento, una voz aterciopelada, agradable y melodiosa, pero al mismo tiempo cargada de sabiduria y seguridad:

- No puedes... tu poder esta en tu mente y tu mente es debil...pero es debil porque tu lo deseas

Realiza una larga pausa y añade:

- Eres capaz de ver el futuro y el pasado posees un gran don que no pueden poseer todos, eres un ser muy especial pero no eres capaz de verlo. No entiendes tu propio lugar. Acaso la gacela caza para los leones? o es al contrario? porque la grulla debe elegir caminar por la tierra cuando puede volar?

La mujer niega con la cabeza y dice siguiendo su tono melodioso:

- No...el corazon no debe ser aquel que ejecute la accion, el corazon es el que existe para sentir, para guiar y para dar sentido al cerebro... no ... Elisabeth... tu no eres el leon tampoco eres el brazo pero te esfuerzas en serlo