Partida Rol por web

Turno 608

La situación era desesperada. No sólo habían perdido dos compañeros sino que el cambio de ruta obligaba a poner en peligro una vez más la salud de la dama Briniel. Cada segundo demorado era un segundo en el que el reloj de la muerte se acercaba más y más a la hora fatal.

La situación se imponía pese a todo. Había que ponerse en marcha.

Vayamos pues con premura. dijo a Gallindum El tiempo discurre rápido y debemos movernos con rapidez o podemos meternos en peores trabajos.

El mago escuchó el comentario de Oin

La dama Briniel morirá si somos descubiertos. No podemos hacer otra cosa. Como dicen los míos, si ves carroñeros busca el cadáver. Se estremeció al escuchar lo que había dicho. No era momento de hablar de tonterías sobre cadáveres ni de dichos de bosquimanos.

No sabemos qué hacen aquí los Sagath pero debemos asimilar pronto esto y sobrevivir tomando la mejor ruta posible y salir cuanto antes.

Reflexionó un momento.

Tal vez Ilidan deba explorar el camino conforme avanzamos, aunque no quiero que te expongas de modo innecesario. No podemos perder más gente. Se dio cuenta de que había comenzado a hablar de lo que debían hacer como si fuese el jefe.

¿ Qué opinas Gallindum ?

Turno 608

El ailgratha se sentía muy debilitado por la perdida de sangre producida por el torniquete. Pero no fue hasta ese momento que se dio cuenta que no había sido muy buena idea. De todos modos poco hubiera podido hacer para evitar que Chaka le hubiera aplicado ese método para detener la hemorragia ya que él se encontraba mareado y semi-inconsciente y el oriental había actuado con manos rápidas y hábiles tratando de curarle. Eso era de agradecer ya que Fréagulf poco podía hacer por el mismo. Afortunadamente, Chaka se había percatado de su error en la aplicación del torniquete y lo había subsanado con un emplaste de hierbas que habían aliviado la herida de Fréagulf.

A pesar de todo la perdida de sangre le había dejado muy debilitado y por un momento empezó a notar como todo lo que estaba a su alrededor se emborronaba hasta llegar a desaparecer. Trato de parpadear y se frotó los ojos con una mano intentando recuperar la vista, pero fue inútil. Un montón de puntos negros se habían colado en su campo de visión y sentía que estaba apunto de caer del caballo. Instintivamente se agachó hasta pegar su cara al cuello del animal. Estaba pálido y ya no escuchaba las palabras de Chaka, ni siquiera sabía que era lo último que le había dicho.

Gracias a los dioses se encontró mejor al hacer ese pequeño gesto de agacharse, su tensión se reguló y logró no perder la conciencia. Aún así estaba demasiado débil para hacer cualquier cosa. Necesitaba descansar, y aquel loco de Chaka quería cabalgar durante dos días hasta Buth Ailgra, él no podía casi ni mantenerse sobre el caballo, ahora más que nunca necesitaba que Ulfer le mantuviera sobre su grupa y no le dejara caer.

Turno 608

- Si, vayamos, no perdamos mas tiempo, iremos al sur, hacia el bosque, despues... ya decidiremos. - dijo Gallindum dando la razon al mago.

- Hay que hacer un esfuerzo, se que estais cansados, pero debemos continuar. - dijo mirando a todo el grupo. Realmente estaban cansados, llevaban casi toda la semana caminando, y ese ultimo dia habia sido muy intenso.

Con sumo cuidado comenzaron a virar hacia el sur, dirigiendose hacia el oeste del bosque en el que habian dormido la noche anterior.

- Ilidan, por favor, adelantate con cuidado, pero esta vez si hay problemas vuelve de inmediato a informar. - Su voz no tenia tono de reproche, si no mas bien de preocupacion, en parte Gallindum se sentia responsable de las muertes de Valdir y Elendur.

- Draupner, debes volver por el camino e ir tapando nuestras huellas, no deben seguir nuestro rastro, ve con... - miraba a los demas intentando decidir quien seria su compañero. Necesitaria a Oin y Arlan para defender la caravana en caso de que fuese atacada, Bolgo y Gelion podrian valer, pero si de alguien podia prescindir, era Groal, y seguro que seria una buena ayuda para al enano. - ...Groal, si, seguro que sabe como hacer eso. - Guiño el ojo al beornida.

Turno 608

- Esperad!! - Grito la enana. - Coralak, ayudame a buscar.

La enana se dirigio al caballo de Valdir, donde aun se encontraba el cuerpo ensangrentado y sin vida del rohir. Señalando y hablando con el joven, le indico que buscara en las alforjas. 

- Espero que pudiera conseguir alguna de la hierbas - El resto habia olvidado mirar si la muerte de Valdir habia valido para algo.

Turno 608

Coralak no tenia problemas para lelgar a las alforjas. El caballo de guerra de Valdir era inmenso para la enana, pero no asi para el esgarothiano. Revolvio entre algunas cosas. En uno de los bolsos de la alforja habia un cofre de madera, en el otro algo de comida y agua, ademas de un pequeño atillo de tela.

el muchacho saco el atillo y lo abrio. Dentro habia varias bolsitad de cuero. Se las tendio a Marga.

- Ten Marga, deben ser las hierbas - la dijo contento.

Marga echo un vistazo a su interior y se mostro mas que conforme. De inmediato la enana fue hasta el carromato y desaparecio dentro de el, Valdir habia muerto, pero tambien habia cumplido su mision, Briniel tendria alguna posibilidad.

Turno 608 (II)

Gelion intervino de pronto.

Algo sé de seguir rastros, y quien sabe seguirlos sabe apagarlos.

El bosquimano se ofreció para ayudar a ocultar su rastro.

Turno 608

- Gracias Gelion, pero tus artes pueden sernos de mas ayuda que Groal, prefiero que sea él el que ayude en esa tarea - Desde que Groal habia decidido abandonar su enorme hacha y dedicarse a una vida sin violencia, no le tenia en gran consideracion, era noble, pero no tenia mucha utilidad como defensor.

Turno 608

- Tranquilo Gelion, yo lo hare - dijo con voz grave el enorme hombre. 

y no dijo mas, sencillamente se coloco junto a Draupner. El no era de la escolta, no tenia por que recibir ordenes, pero si era cierto que era mejor que no los descubrieran, y por tanto ayudar.

Turno 608

- Ahora vayamonos!! - Gallindum encabezo la comitiva. - Permanced atentos... Bolgo, podrias conducir tu el carromato?, seras mas util desde una posicion elevada, y Coralak a caballo nos sera mas efectivo. - no espero la respuesta

Armado y con su escudo embrazado, comenzo a caminar.

Turno 608 (Continuación)

- Bien.- Asintió afirmativamente a la nueva tarea de la que le hacía cargo Gallindum.- En cuanto haya revisado mis pertenencias partiré a explorar.- Además, así podría descansar para que se le pasará definitivamente el dolor que había vuelto a sentir en su herida.

Mientras revisaba que tuviera la cantimplora llena y contaba las flechas de las que aun disponía, el numenoreano escuchó la conversación sobre las hierbas entre Marga y Coralak. Al conocer la existencia de las hierbas en lo fardos de Valdir, al menos el rohir había dado su vida para que la de Briniel tuviera por ahora un futuro, se dispuso a partir. No, sin antes de coger algo de comida,  tras consultarlo con los comerciantes.

Se subió a su montura, y tras avisar a Gallindum que ya iba a salir a realizar las labores de exploración, por si quería darle alguna consigna más, Ilidan espoleó a su caballo en dirección aproximada a la zona del bosque por la que había indicado el enano que se adentrarían en él.

Turno 608 (Continuación)

Durante el camino, el sureño se mantenía alerta extremadamente, más si cabe a lo que había vivido ese día, parándose un instante en cada loma a la que ascendía para cerciorarse bien que hasta donde le alcanzaba la vista no había nada extraño, y también para explorar el terreno que recorrería después, por donde continuaría la marcha.

A su vez, entre esos altos, también seguía revisando los alrededores y prestando atención a cualquier huella que descubriera en el terreno, para después estudiarla.

TURNO 608:

Ya giraba la grupa, sin remordimiento alguno, sin rastro de sentimentalismos hacía aquel testarudo hombre que en su locura, seguramente provocada por la perdida de sangre, quería investigar a un ejército del que él tenía toda la información, información que ofrecía solo a cambio  de algo tan simple como poner tierra de por medio entre él y sus frustrados captores. 

Pero bueno, no podía obligarle a volver. En realidad si podía pero, incluso sabiendo que ir en compañía de un soldado de Burh Ailgra le podía ahorrar muchos dolores de cabeza, no estaba dispuesto a usar la fuerza para forzar al ailgratha a seguirlo. Chaka no era estúpido, sabía perfectamente el aspecto que tenía. Aunque no era un oriental había compartido la mayor parte de su vida con ellos, tanto que su lengua materna, y el oestron, se le habían oxidado y habían adquirido un acento que delataba su procedencia. Además las pocas ropas que llevaba, salvo su improvisado poncho, eran de corte oriental. Todo en él olía a hombre del este, todo menos el color de su pelo y ojos. Allí, solo allí, se encontraba el indicio de su verdadero origen.

De ahí su insistencia, por aquella razón había intentado que el éothéod le acompañase. Por aquella razón y también por la certeza que tenía de que si se quedaban allí el hombre no sería capaz de sobrevivir. Sus heridas eran graves, gravísimas, no eran de las que se arreglaban con dos hierbas y una venda. Aquello podía retrasar el fatal desenlace pero no evitarlo. Las suyas, al contrario, aunque eran más escandalosas solo necesitaban limpieza y que no se infectasen; sobretodo las de la espalda ya que la del ojo estaba cauterizada a conciencia. 

De todos modos, el tuerto Chaka intuía que Frëagulf imaginaba cual sería su destino si se quedaba, y aún así seguía igual de obstinado. Aquello le hacía sospechar que sus órdenes no se limitaban solo a la vigilancia y la exploración: tenía que haber algo más, por fuerza. Si no era así aquel hombre era, simplemente, un inconsciente y, en la Tierra Media, los inconscientes mueren con rapidez.

Necesitaba que el ailgratha atendiese su petición y mandase una paloma informando quien era el tuerto con pinta de oriental que se acercaba a las  puertas de Burh Ailgra. Si no lo hacía su huída hacia la ciudad podría, contrariamente a lo que el esperaba, meterle de nuevo en una situación similar a la que acababa de dejar atrás. Eran tiempos convulsos, tiempos de guerra, tiempos en los que confiar en un desconocido era un riesgo que muy pocos estaban dispuestos a asumir. 

Por lo menos esperaba que el hecho de haberle salvado la vida sirviese para que el éothéod tuviese a bien devolverle el favor. Y no solo por haberle ayudado con su agresor. Al fin y al cabo este le buscaba a él y la intervención no había sido del todo desinteresada. Sin embargo después le había  curado y dado remedios que había reservado para sus propias heridas. Tenía que confiar en la gratitud de Frëagulf, no había vuelta atrás, si quería aumentar sus posibilidades de sobrevivir. Si no era así podría acabar pasándolo tan mal como el propio jinete.

Y en aquel instante, justo cuando su recién adquirido caballo emprendía la marcha, oyó como el semental del éothéod relinchaba. Aquello le llamó la atención e, instintivamente, hizo girar su montura. Entonces lo vio, blanco como la muerte, tanto como lo había estado justo cuando lo encontró en medio de la contienda a punto de morir desangrado. Se mantenía aferrado al cuello de aquel magnífico animal que, sin duda, comprendía los apuros en los que se encontraba su jinete y parecía estar sosteniéndolo para que no cayese.

- "Maldita sea." - masculló. No necesitaba ser un experto curandero para comprender que Fréagulf sería incapaz de recorrer unos pocos metros sin dar con sus huesos en el suelo, incluso con la ayuda de su caballo. Iba a perder el conocimiento, si no lo había hecho ya, y, finalmente, morir irremisiblemente por desangramiento. Y con su muerte se desvanecían la mayor parte de sus esperanzas de ser recibido en Burh Ailgra pues el ailgratha ni siquiera estaba en condiciones de mandar la paloma con el  mensaje que él tanto necesitaba. 

Sus opciones se reducían, y con ellas la posibilidad de salir airoso de aquella encrucijada. Requería de la ayuda del éothéod casi tanto como el éotheód de la suya. Por un momento pensó en atarle a la silla y asir las riendas de su caballo para llevarlo donde quisiera. Al fin y al cabo Fréagulf no podía resistirse y lo podía hacer sin esfuerzo alguno. Sin embargo sabía que una larga cabalgata, por muy relajada que fuera, era una invitación a reabrir la herida de su brazo y a matarlo irremisiblemente.

No había alternativa posible. Si quería que el ailgratha mandara aquella paloma primero tendría que ayudarlo a recuperarse. Y eso significaba buscar un sitio discreto, apartado y difícil de encontrar. Allí, con tranquilidad, podría intentar reanimar a su compañero y dejarle descansar durante unas horas para que recuperase un poco el resuello. Aún le quedaban hierbas, y también comida, y sabía que eso le ayudaría en su cometido. Además, si tuviese la suerte de encontrar una cueva, o similar, donde encender un buen fuego, podría calentar agua para limpiar las heridas, tanto las suyas como las de Fréagulf. Eso y también calentar sus agotados cuerpos pues la noche era realmente fría, helaba los huesos  y entumecía los músculos.

Estaba decidido. Rápidamente cogió su cuerda y ató con suavidad al éothéod a la silla y al cuello del caballo. Después hizo lo mismo con las riendas de la montura del herido: las anudó a su propia silla y se puso en marcha. No conocía la zona así que decidió buscar el pinar hacia donde pensaba ir Fréagulf. Una vez allí, intentaría dar con alguna cueva, y si no era posible, simplemente, buscaría el sitio más resguardado que encontrase y se arrebujaría contra el cuerpo del herido después de haberle hecho tragar unas hierbas, comida y algo de agua.

Y dormiría. Sabía que era una locura pero tenía claro que su cuerpo tampoco aguantaría en cansancio y lo necesitaba, al menos durante un par de horas. No lo haría al principio, antes se aseguraría de que su compañero se encontrara bien, dentro de la gravedad. Después prepararía el perímetro para poder entregarse a los brazos de Irmo con ciertas garantías de no ser sorprendido por visitas desagradables. Sabía cientos de trucos y artimañas para lograr su objetivo. 

Lo demás lo tenía más que claro:  si todo transcurría según el plan ya no iba a pedirle al ailgratha que le ayudara, se lo iba a exigir. Al fin y al cabo le debería eso y mucho más.

Turno 608

En cuanto se ponen todos en marcha, Oin ocupa su lugar en la escolta, junto al herrero y al lado del carro. Esto se pone feo así que el enano se encomienda a Durin y avanza con sus armas dispuestas. De vez en cuando, echa miradas en derredor y a Draupner que intenta borrar las huellas.

Turno 608

Draupner se limitó a asentir a la petición de Gallidum. Ya había propuesto aqueña mañana no detenerse y continuar camino cambiando de ruta para evitar un posible campamento enemigo. Tras un día entero perdido, al final era lo que iban a hacer. No obstante, cuando hizo el comentario de adentrarse en el bosque intervino. - La idea de adentrarnos en el bosque creo que no es viable con un carromato como este, tarde o temprano tendríamos que abandonarlo o volver sobre nuestros pasos con la consiguiente pérdida de tiempo y ese es un lujo que no nos podemos permitir.  -

El enano se preparó para ocuparse del rastro dejado, sin embargo, antes de que partiera el grupo y tras ver las huellas dejadas le dijo a Gallidum - Gallidum, pese a que me gustaría, está más allá de mis competencias el ocultar el rastro de una carreta pesada en una pradera húmeda como esta. Los surcos que dejan sus ruedas son profundos y la vegetación que aplasta a su paso es imposible recuperarla. Se dice que había montaraces capaces de hacerlo, pero yo no soy uno de ellos. Confiemos en que tarden en descubrir nuestro rastro, porque hasta que no lleguemos a un terreno más solido no podremos ocultarlo. -

Turno 608

- Supongo que llevas razon Draupner, como siempre. - dijo Gallindum mientras intentaba pensar otra opcion.

- Tendremos que dejar el carromato antes o despues, solo espero que en la proxima ciudad demos con algun metodo para lelvar a Briniel, tal vez una silla mas comoda para uno de los caballo... no se me ocurre nada. - se estrujaba el cerebro mientras caminaba. - Iremos rodeando el bosque, solo espero que no nos descubran.

- Draupner, Groal, dejad eso, vayamonos y recemos por que no encuentren nuestro rastro. - La cara de Gallindum denotaba una gran preocupacion.

Efectivamente Draupner tenia razon, el carromato era un gran problema, lento, voluminoso y necesario.

RESOLUCION TURNO 608

El grupo no tardo en ponerse en movimiento. Gallindum habia hechado un rapido vistazo al mapa, y sopesado las rutas mas seguras. El consideraba que atravesar el bosque, o al menos rodearlo, seria la manera mas segura de alejarse de los sagath y continuar su viaje hacia el suroeste. Lamentablemente tenian dos handicaps importantes en adelante. Uno era la falta de provisiones, no llegarian para alcanzar la ciudad de Burh Waldlaes, de paso casi obligado. Esa ciudad se encontraba en el Men-i-Arraw, en su vertiente sur. Esa ruta podria llevarlos rapidamente lejos de la belica zona. Fuera como fuese, Burh Waldlaes distaba al menos tres o cuatro dias de viaje, eso si lograban mantener un ritmo fuerte, diferente al de los ultimos dias. Solo tenian provisiones para un dia, y eso si lo racionaban bien. La otra dificultad, era la vida de Briniel, el carromato. La dama no podria sobrevivir si no recibia sus medicinas, y estas solo retrasarian su agonia, el tiempo corria en contra de la compañía de viajeros. Por otra parte debia viajar en carromato, lo que sin duda alguna los retrasaba sobremanera, mas aun cuando intentaran cruzar el bosque. Briniel no podria aguantar un viaje a caballo, necesitaba el carromato.

Ilidan hablo, estaba preocupado y transmitio su preocupación al resto. Debian marchar, y debian hacerlo cuanto antes. Si echaban de menos a los dos jinetes, que el numenoreano supuso exploradores, saldrian a buscarlos, y eso traeria problemas. Oin secundo la idea de marcharse, pero ademas alerto sobre la salud de Briniel, el enano dudaba que sobreviviese de no llegar a Burh Ailgra. Gelion algo nervisoso, o al menos todo lo nervioso que puede ponerse un hombre tranquilo como el, tambien deseaba marcharse de alli. Se estremecio al contestar a Oin sobre la salud de la dama. Si no se movian de alli, moriria tambien, a manos de los sagath al ser descubiertos. Ademas sugiro una idea que Gallindum acogio de buena gana, mandar a Ilidan de avanzadilla, para asegurarse que no hubiese mas enemigos por delante.

El jefe de la escolta tomo la idea de Gelion de mandar a Ilidan por delante, pero ademas tenia en mente que Draupner fuese borrando los rastros tras ellos. Asi se lo comunico a todos, en forma de ordenes que al parecer nadie discutia, el enano se estaba ganando su puesto, era respetado.

Entonces Marga cayo en la cuenta de algo. Tal vez Valdir estubiera de vuelta, era lo mas seguro, y si asi tal vez hubiera conseguido las hiervas para Briniel. Con la ayuda de Coralak registro las alforjas del rohir, y hallo lo que buscaba. Un atillo de tela, con saquitos en su interior. En ellos casi todas las hierbas que le habia pedido, no las mas potentes, pero si algunas que aliviarian a la señora. De inmediato la enana se metio en la parte posterior del carromato, para aplicar enseguida las hierbas.

Gallindum se puso en marcha, y con el todo el grupo. En el carromato solo iban Marga y Briniel en la parte posterior y conduciendo el carromato Bolgo. Atados detrás estaban los caballos con los cadáveres. Por delante marchaba Gallindum. Oin caminaba cerca de Dwalin, ambos por el flanco izquierdo, el obstinado caraquemada de Oin no cesaria en su mision de defender la cota de malla. En el flanco derecho caminaba Coralak a caballo, por detrás Gelion y los esgarothianos.

Draupner y Groal se habian quedado retrasados para llevar a cabo el trabajo encomendado por Gallindum. Ilidan ya se adelantaba al galope, dejando atrás a sus compañeros. Pero entonces Draupner dsenmascaro la dificultad del plan, y no le faltaba razon. Gallindum era un enano de accion, poco sabia de las artes de ocultación de pruebas. La idea del enano era complicada, como bien le expuso Draupner. No se podia ocultar los grandes surcos dejados por el carromato, y tambien era complicado ocultar las huellas de tantos caballos y enanos caminando en formación abierta. Si lograban dar con ese rastro, seguramente darian con ellos.

Asi pues, todos fueron direccion suroeste, todo lo aprisa que podian, teniendo en cuenta el cansancio acumulado de dias anteriores. Caminaron y caminaron, cuando alguno cansaba se subia junto a Bolgo, en el carro, y tras descansar lo relevaba otro compañero. Avanzaron cuanto pudieron. Bien entrada la noche, la luna ya comenzaba su viaje hacia el horizonte, se dieron por vencidos, no podian ir mas alla, y tubieron que detenerse. Faltarian tres o cuatro horas para la salida del sol.

Entonces vieron un jinete al galope ir hacia ellos desde el sur, alarmados se dispusieron a la lucha. Por suerte era Ilidan, el camino estaba despejado hasta el bosque, tal y como informo el numenoreano. Solo necesitaban unos minutos mas, pues tras el siguiente repecho se alzaban los arboles.

Hicieron ese ultimo esfuerzo, y completamente agotados llegaron hasta la vegetación. Era un pinar, con el suelo bien cubierto de helechos, arbustos y pequeños retoños. Los pinos tenian ramas bajas y frondosas y protegían bastante bien de las miradas ajenas, pero estaba el carromato…

Resolucion Turno 608
Percepcion Ilidan
(Exploracion)

Te llevo al menos tres horas, en las que cabalgando fuiste al sur, hacia el bosque, para luego volver. No habia nada en el camino, o al menos nada que tu pudieras ver. El camino estaba despejado hasta el bosque. Sin mas miramientos te volviste tan rapido como habia llegado, a pleno galope hasta dar de nuevo con tus compañeros.

RESOLUCION TURNO 608

Freagulf desfallecia por momentos, estaba muy debil. El torniquete habia ayudado en su momento, pero después casi acaba con el. Habia perdido mucha sangre a causa del provisional remedio, aunque sin duda fue decisivo.

Freagulf se habia subido al caballo ayudado por Chaka. Cuando ya se marchaban, cada uno en un caballo, dejando el cadáver desvalijado en mitad del camino, Freagulf estubo apunto de perder la consciencia. Se agacho, se aferro al cuello de su fiel montura y resistio como pudo los envites del sueño. No debia caer, y por ello empeño todas las fuerzas que aun tenia.

El ailgratha necesitaba descansar, y necesitaba hacerlo bien. Su intencion era la de llegar al pinar, donde ya habia pasado la noche anterior. Pero Temudyin pretendia ir hasta Burh Ailgra, a toda costa, ponerse a salvo de aquellos que lo intimidaban, lo buscaban para matarlo. Pero el tuerto recapacito. Antes de llegar a la ciudad necesitaba que Freagulf los pusiera en preaviso, si no podria tener problemas. Chaka era oriental, no de nacimiento, pues sus rasgos no se identificaban con ese pueblo, pero si en su manera de actuar, de vestir y sobre todo de hablar. El hombre no pronunciaba el oestron a la perfeccion, le salia el claro acento oriental en sus palabras. Anda que impidiera comunicarse, pero si que delataba de donde provenia.

Temudyin por tanto se vio obligado a poner a buen recaudo al nuevo compañero, al que habia salvado matando a us rival y al que después habia curado. Lo necesitaba. Se bajo de su caballo, cogio la cuerda que aun pendia en la grupa del caballo y con ella ato a Freagulf a su caballo. Lo sujeto fuertemente a la silla, pero tambien al cuello del animal. El bueno de Ulfer, pues asi se llamaba el jamelgo, se dejo atar estandose quieto. En el fondo el animal sabia por que el tuerto lo hacia.

Despues Temudyin volvio a montar y atando las riendas de Ulfer a su propia silla, comenzo a marchar hacia el oeste, siguiendo el Men-i-arraw. Freagulf no estaba inconsciente, solo extremadamente debil, por lo que pudo ir indicandole un buen lugar para descansar. Temudyin miraba hacia todos lados, fuscando un buen lugar donde esconderse, una cueva, una hondonada, algo asi, pero los montes estaban lejos, y para cuando pasaron cerca las estribaciones de unos montículos que discurrian al sur, se dio cuenta que o se escondia tras alguna roca, cosa no demasiado segura, o le hacia caso a Freagulf e iban al pinar.

Cuando habian cabalgado durante casi cuatro horas, a galope en ocasiones, al trote en otras, y solo de cuando en cuando al paso para recuperar, se salieron del camino. Lo hicieron en en direccion norte, era como si quisiesen ir directamente hacia los sagaths. Al poco se toparon con un enorme bosque de pinos bajos, cubiertos de una poblado sotomonte a sus pies. Alli se adentraron, casi hasta el mismisimo centro. Freagulf ademas le sugirió a Chalka la idea de ir por uno de los arroyos que bajaban de los montes, en direccion al bosque. De esa manera ocultarian sin problemas las huellas. Se adentraron en ese bosque. Solo quedaba una hora, quizas algo mas, para el amanecer, cuando se dieron por vencidos. El propio Chaka estaba realmente cansado, pero Freagulf, el ailgratha estaba al borde del colapso, estaba mas que agotado, las fuerzas le abandonaban. Temudyin desato al ailgratha y ayudo a que se bajase, cerca del arroyo, en un pequeño claro, si se podia llamar asi a ese pequeño terreno en el que los caballos y los dos hombres estaban sin demasiado sitio. El suelo no tenia vegetación en ese lugar, salvo la hierba baja y algun matorral despistado. Dejaron a los caballos pastando, atados a un arbol cercano y sencillamente se sentaron o tumbaron durante unos minutos, el puro agotamiento habia podido con ellos.

Turno 609 El viaje se le hizo penoso al hechicero. El fuerte ritmo y el cansancio se le apoderó hasta tal punto que durante muchos trechos del camino se vio obligado a subir al carromato. Aún peor, ni siquiera cuando llegó la noche el grupo decidió pararse sino que continuaron avanzando durante bastante tiempo. Gelion comprendía todo aquello pero simplemente su cuerpo no podía más así que en el momento que pararon se dispuso a dormir. Se tumbó tal cual era. Estaba a punto de conciliar el sueño cuando se acordó de los turnos de guardias y de reconocer los alrededores. Había olvidado qué le tocaba hacer aquella noche. El súbito recuerdo de Elendur acompañándole en los recorridos de exploración del terreno alrededor del campamento le asaltó con ferocidad. Una lágrima acudió a sus ojos, empañándolos de forma traicionera. Apretó los dientes el bosquimano y preguntó a Gallindum. ¿ Qué guardia me toca ? ¿ Quién hará la exploracion del terreno circundante ? Cuando le dijeron sus deberes se dispuso a dormir.

Turno 609

Bolgo se hizo con las riendas del carro cuando reanudaron el viaje. El mediano seguía muy afectado por la doble pérdida que habían sufrido de modo que realizar aquella tarea le ayudó a volver a la realidad. Requería su atención, pero no resultaba tan complicada como para que le resultase un problema su apesadumbrada cabeza.

A lo largo del día su mente se fue asentando y asimilando la tristeza que la invadía. Cuando se detuvieron, ya había recuperado la cordura, pero se mantenía callado y cabizbajo. Se iba a preparar para dormir cuando reparó en la presencia del inmenso carromato que llamaba poderosamente la atención.

- Sería bueno que ocultar como podamos el carromato -dijo sin emoción -¿Lo cubrimos con ramas y hierbas, Gallindum?