Partida Rol por web

RESOLUCION TURNO 722
Asalto 20

Gelion no se bajaba del árbol, allí continuaba, bien sujeto a las ramas, completamente inmerso en la búsqueda la fuerza que necesitaba, la fuerza de Mandos, la sabiduría del vala comenzaba ya fluir, el mago estaba siendo escuchado. Abajo Dwalin continuaba buscando al mago y a Bolgo, Tardo un poco, pero finalmente descubria al mediano. Estaba agazapado tras un arbusto mientras acaba de lanzar una piedra, La buena vista de los enanos era de utilidad en aquella oscuridad. El enano fue hacia el sin tratar de esconderse, haciendo ruido para que no lo confundiera con otro enemigo. Cuando llego lo saludo y se escondió junto a el.

Oin no estaba lejos de allí, su caída le habia hecho daño, daño en el orgullo. Se habia arrastrasdo hasta los arboles y trataba de recomponerse y recobrar el aliento. Apoyado en el árbol escuchaba como se desarrollaba la acción en la que Draupner parecía tener al oriental.

La pedrada de Bolgo salió con fuerza de la honda hacia su objetivo, el sagath (#8) derribado por los enanos instantes antes y que como buenamente podía trataba de cubrirse con su escudo. Estaba sentado, tenia la pierna herida y no parecía poder moverse. Sin embargo la piedra, sobre todo debido a la oscuridad y a los obstáculos, se estrello contra el tronco de un árbol, saliendo despedida hacia la nada y perdiéndose entre los arbustos. El oriental escucho la tremenda pedrada y se agacho lo mas que pudo hasta quedar bajo la línea de arbustos. Bolgo tendría que acercarse para hacerle blanco.

En el linde norte del claro Draupner corria tras el ultimo sagath en pie (#2) que pretendía huir aun asustado por el oso. Se repuso del miedo al animal, para encontrarse de cara con el enano. Ahora corria, pero para huir del naugrim. Draupner no lo permitiría y lanzaba el hierro contra el sagath una y otra vez. Este corria como buenamente podía, era muy lento y costoso hacerlo por el barro mientras tratabas de no ser golpeado por el martillo de un enano. Logro esquivar el primer golpe, el segundo lo desvio con su espada, que atrasada esperaba en alto a tal efecto. El tercer golpe que Draupner dio de lleno en el hombro, pero la armadura delenemigo era de buena manufactura y pudo absorver la mayoría del golpe, logrando minimizar el daño a un buen moratón. Siguio corriendo el salvaje, atento a los golpes de su oponente.

Peor lo tenia Ilidan. Estaba solo ante el animal. El numenoreano posó su mirada en la del oso, y no la apartó en ningún momento de los segundos siguientes, fue un tremendo error, no hay nada peor que desafiar al animal. Le mostraba así que Ilidan no tenía miedo. Nunca se sabia bien como actuar ante esos animales, no era tan común encontrarse con uno de cara. Los tramperos si sabían como hacerlo y el desafio no era una de las maneras de actuar.

El oso recogió el desafio y levanto la pata para asestar un nuevo zarpazo, pero solo era un aviso. Abrio la boca y enseño sus terroríficos dientes para después lanzar una dentellada. Ilidan interpuso su escudo evitando que le enganchara. El oso no se rindió, meneando con fuerza la cabeza trataba de hincar los colmillos en la carne de Ilidan. Este evito el mordisco con su espada, usándola de tope ante su pierna y logrando asi que los caninos desarrollados del oso tan solo desgarrasen un poco su pantalón e hiciesen un rasguño superficial, podría haberse quedado sin pierna de no haber estado a la defensiva. Tras la ultima dentellada el numenoreano logro dar un timido espadazo al plantígrado, que apenas sin inmutarse continuo en su empeño de cenar carne humana. Habia sido un golpe fuerte dirigido a una zona en la que la gruesa piel del oso lo protegió, tan solo un leve corte se adivinaba tras el pelaje. Ahora, aun encarado al animal, Ilidan esperaba el siguiente lance.

RESOLUCION TURNO 722
Asalto 20

El hombre estaba solo ante el animal. El humano posó su mirada en la del oso, y no la apartó en ningún momento de los segundos siguientes, fue un tremendo error, no hay nada peor que desafiar al animal. Le mostraba así que el incosciente no tenía miedo. Nunca se sabia bien como actuar ante esos animales, no era tan común encontrarse con uno de cara. Los tramperos si sabían como hacerlo y el desafio no era una de las maneras de actuar. Tambien Groal lo sabia. Nunca habia que mirarlos, habia que agachar la vista, ser sumiso, pero no demasiado. Levantando los brazos, si levantando lo brazos, como hacían los osos, aumentando el tamaño, mostrando se poderoso, era la manera de actuar. Y asi, brazos en alto, comenzar a recular hasta quedar fuera del alcance del plantígrado. Pero el desgraciado hombre no lo sabia.

El oso recogió el desafio y levanto la pata para asestar un nuevo zarpazo, pero solo era un aviso, no golpearía con sus zarpas. Abrio la boca y enseño sus terroríficos dientes para después lanzar una dentellada. El edain interpuso su escudo evitando que le enganchara. El oso no se rindió, meneando con fuerza la cabeza trataba de hincar los colmillos en la carne del hombre. Este evito el mordisco con su espada, usándola de tope ante su pierna y logrando asi que los caninos desarrollados del oso tan solo desgarrasen un poco su pantalón e hiciesen un rasguño superficial, podría haberse quedado sin pierna de no haber estado a la defensiva. Tras la ultima dentellada, el humano logro dar un timido espadazo al plantígrado, que apenas sin inmutarse continuo en su empeño de cenar carne. Habia sido un golpe fuerte dirigido a una zona en la que la gruesa piel del oso lo protegió, tan solo un leve corte se adivinaba tras el pelaje. Ahora, aun encarado al animal, ambos esperaban el siguiente lance.

TURNO 723 (Asalto 20)

Draupner se mantenía detrás del Sagath sin permitirle que se alejara mientras seguía intentando alcanzarle con su martillo, atento no obstante a un cambio de dirección de su enemigo, pues no quería verse ensartado en su espada por el ímpetu de su carrera. Este parecía defenderse bien de sus ataques, por ello continuó intentando abrir su defensa, para acabar con él.

Vio a su izquierda como el eorlinga corría más o menos en su misma dirección así que trató de orientar su carrera - ¡FREAGULF AQUÍ! - gritó para llamar su atención - Intercéptale más adelante.-

Turno 723 Asalto 20 Gelion lo centró todo, lo enfocó vaciándose. Momentos antes había visto cómo una de las garras del animal desgarraba el pantalón del montaraz de modo que no pudo esperar más. La vida de su compañero corría peligro. No le quedaban recursos, vació por completo toda su esencia, su mismo yo se volcó, su voluntad se extendió cubriendo los metros que le separaban del animal y se cernió sobre el oso. Gracias Mandos dijo y se quedó allí esperando que su sortilegio hiciese efecto. ¿Sería suficiente?

Turno 723

El oso no lo dudo, se incorporo rapidamente para lanzar un fuerte zarpazo sobre su presa, usando todo su peso para imprimir la fuerza necesaria para sesgarle la vida a su objetivo. La vision del oso junto a Ilidan era brutal, su embergadura hacia parecer al nunenoreano un niño en cuanto a tamaño. Las garras bajaban directas a la cara.

Turno 723

Oin se maldice y maldice por lo bajo a todos los malditos osos de todas las malditas montañas.

Finalmente, le echa valor y decisión y se levanta oteando el panorama desde su escondite improvisado. Agarra el escudo y el martillo, toma aire y pega un fuerte grito hacia el oso e Illidan.

- EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!! OSO MALDITO!!!! AAAQUUIIIIIIII!!!!! ESTE ENANO ESPERA-TÉ!!!!!

Turno 723, Asalto 21

El enemigo insistía en resistir los embates de la bestia, lo que solo servía para enfurecerlo más. Los dientes habían resultado poco efectivos, dado que el ser tenía una especie de protección, y sus garras de metal seguían siendo temibles. Por eso, decidió cambiar su ataque y usar su envergadura para su ventaja. Se abalanzó, usando todo su peso sobre el enemigo, para tratar de desestabilizarlo y derribarlo, y atacando al mismo tiempo con sus filosas y terribles garras. La oportunidad de huir del ser habían quedado atrás. Ahora, la bestia no se detendría hasta despedazar a su enemigo.

Turno 723

A pesar de todos sus esfuerzos de zafarse del oso, Ilidan acabo con una dentellada en la pierna que no acabó en más de milagro. Quizás lo de desafiarle con la mirada no había sido tan buena idea, pero en aquel momento no sentía miedo, e iba a volver a hacerlo, era ilógico, igual eran los retazos de valor infundidos por El Guerrero durante sus plegarias divinas instantes antes; aquellos que podrían llevarlo a la tumba.

El animal volvía a arremeter con fiereza, abalanzándosele mientras lanzaba un zarpazo. El numenoreano, sin mucho tiempo a reaccionar, echó un paso hacia atrás a la vez que la cabeza mientras interponía su espada por delante.

Turno 723, Asalto 21

La intención de Fréagulf era continuar, ahora que había regresado al claro tenía más fácil situarse y podía seguir hasta el lugar donde se encontraba antes, recoger sus cosas, buscar a Temüdyin y continuar su camino. Aún cuando vio al enano intentar dar caza al sagath, que huía pavorosamente de él, su intención era continuar.

Sin embargo el enano deparó en su presencia, e incluso le llamó por su nombre, haciéndole señas y diciéndole que interceptara al sagath. Fréagulf los miró y dudó durante un instante. Ya se había involucrado demasiado con aquella gente, su cabeza le decía que debía seguir, su pueblo corría peligro, el tiempo era valiosísimo, cada segundo que pasaba se descontaba del tiempo que tendrían para prepararse. Pero no podía abandonarlos allí a su suerte...

-A la mierda. - Murmuró recordándose mentalmente lo idiota que era. Desenvainó la espada y se acercó hasta el lugar, tratando de ocultarse entre los árboles, aunque si el enano le había visto puede que el sagath también lo hubiera hecho.

Trató de ir al encuentro, cortándole el paso al sagath y buscando una posición ventajosa desde la que distraerlo lo suficiente para que el enano le pudiera dar un buen golpe. Tampoco era cuestión de salir a lo loco y acabar ensartado por el enemigo.

TURNO 723 (Asalto 20)

Bolgo masculló algo entre dientes al ver errar su disparo. Fastidiado, se acercó algo más para tener un mejor ángulo de lanzamiento. Fue allí donde vio la inmensa figura que se movía en el claro. En un primer momento no se dio cuenta de qué criatura era, pero tras un segundo de estupefacción comprobó que se trataba de un oso enorme que atacaba a unos y otros con fiereza.

Dejando de lado al oriental al que se disponía a disparar, el mediano cargó su honda apuntando hacia el gran oso. Apuntó a la cabeza buscando aturdirlo, pues resultaría muy difícil abatir a aquella bestia con las pedradas de su honda.

RESOLUCION TURNO 723
Asalto 21

El oso se alzo de nuevo sobre sus patas traseras ante Ilidan. El numenoreano veía lo que se le venia encima y se preparo para recibir el zarpazo del animal. Carecia de escudo, por lo que interpuso su afilada espada ante el para intentar desviar la nanaza del plantígrado.

Bolgo cargaba su honda con una nueva piedra. Saco de su bolsa una de esos escogidos proyectiles. Eran todos mas o menos del mismo peso, casi lisos y de una forma esférica casi idéntica en todos. Eso los hacia perfectos para lo que el hobbit quería. Si usaba alguna otra piedra se veria obligado a calcular el equilibrio y la fuerza necesarias. No tenia de que preocuparse, habia conseguido bastantes antes de salir. Asi pues, coloco la piedra en el cesto y comenzo a girar y girar adquiriendo cada vez mas fuerza.

Oin veía como las cosas se le ponían mas que difíciles a su compañero Ilidan, por lo que comenzo a gritar al oso para intentar atraerle hacia el. Una valiente maniobra que resultaría estúpida si de verdad el animal se plantaba junto al enano. Pero el plantígrado tenia mejores cosas que hacer, tenia que matar.

Cuando el oso estaba completamente arriba, gruñendo y enseñando los diente, cargo su pata hacia atrás para coger el impulso que su ataque necesitaba. En ese momento un leve susurro se escucho en el aire, casi inaudible. El oso comenzo a menear la cabeza, algo le ocurria, sin lanzar sus garras se vio obligado a volver al suelo, movia la cabeza una y otra vez como si quisiese quitarse algo de la cara. Con su pata derecha acariciaba su cara en busca de algo que no encontraba. Unos gruñidos después el oso yacia en el suelo. Su cuerpo subia y bajaba, aun respiraba, lo hacia entre ronroneos, estaba completamente dormido. Gelion, desde su posición elevada, aun mantenía su brazo estirado en dirección al animal, incluso aun recitaba las palabras que, en susurros, eran llevadas por el viento hasta los oídos del oso. Justo cuando Ilidan miro en su dirección, el mago ceso para volver a agarrarse a las ramas, no quería caer.

Al norte del claro Draupner continuaba persiguiendo al sagath, que como podía esquivaba las ramas y arbustos. El enano lo acosaba incansable dándole varias veces con el martillo en la armadura sin apenas causarle daño, debido en gran parte a la carrera que mantenían. Pero en un cambio de sentido al saber que Freagulf se acercaba, si bien no sabia de donde, el oriental bajo la guardia. Draupner dio un pequeño salto y golpeo con tremenda fuerza el cuello del salvaje, haciéndolo caer de inmediato al suelo. Lo hizo de cara sin intentar siquera detener la caída. Ahora yacia muerto mientras Draupner recobraba el aliento.

La noche seguía impertérrita, inmutable, con la oscuridad y el viento acompañando los muertos mientras los vivos. Ningun sagath quedaba con vida, salvo el que habia dejado malherido Draupner hacia unos instantes. Con la pierna rota se arrastraba por el suelo sin saber que era el ultimo con vida.

Junto a Ilidan el oso entro en un profundo trance, dormía plácidamente olvidando su sed de sangre, ahora a la leve luz de la luna, parecía un ser apacible, cosa que habia demostrado no ser.

RESOLUCION TURNO 723
Asalto 21

El oso se alzo de nuevo sobre sus patas traseras ante el hombre que tenia delante, este veía lo que se le venia encima y se preparo para recibir el zarpazo del animal. Carecia de escudo, por lo que interpuso su afilada espada ante el para intentar desviar la nanaza del plantígrado.

Alguien comenzo a gritar como un loco al oso para intentar atraerle hacia el. Una valiente maniobra que resultaría estúpida si de verdad el animal iba hacia la voz. Pero el animal tenia mejores cosas que hacer, tenia que matar.

Cuando el oso estaba completamente arriba, gruñendo y enseñando los diente, cargo su pata hacia atrás para coger el impulso que su ataque necesitaba, caería con todo su peso sobre su victima. En ese momento un leve susurro se escucho en el aire, casi inaudible. El oso comenzo a menear la cabeza, algo le ocurria, sin lanzar sus garras se vio obligado a volver al suelo, movia la cabeza una y otra vez como si quisiese quitarse algo de la cara. Con su pata derecha acariciaba su cara en busca de algo que no encontraba. Unos gruñidos después el oso yacia en el suelo. Su cuerpo subia y bajaba, aun respiraba, lo hacia entre ronroneos, estaba completamente dormido.

Turno 724, Asalto 22

Oscuridad. La bestia se apagaba. La ira se desvanecía. La sed de sangre y muerte amainaba. Mientras la conciencia animal se sumía poco a poco en la negrura de la nada, todo lo que hasta hace unos segundos era impostergable, el destruir las amenazas, ahora se disipaba. La bestia ya no era. Su idea de sí misma dejaba paso a la inconsciencia. Pero en ese cúmulo de vacío de identidad, algo comenzó a debatirse. Otra conciencia, más originaria, trataba de surgir. El yo que no era bestia trataba de recuperarse a sí mismo, de volver a ser. Groal buscaba emerger.

Nada más. No había nada más que pudiese hacer con su magia de modo que se quedó allí, respirando ligeramente ahogado por el esfuerzo, sorprendido de haber podido doblegar la voluntad del animal.

Todavía seguían en situación peligrosa y quién sabía si llegarían refuerzos. Era momento de bajar del árbol pero él mismo no confiaba en su capacidad para hacerlo. De modo que lo hizo poco a poco, con mucho cuidado.

Una de las ramas en que se apoyaba cedió bajo su peso y al intentar agarrarse a otra perdió pie... Gelion se balanceaba a punto de caer...

Turno 723

Oin respira aliviado al ver al oso caer al suelo inexplicablemente dormido. Se adelanta un poco e intenta llamar la atención de Illidan sin despertar al oso.

 - !!!Chsssstttt!!! Aquí, rápido....

Mantiene sus armas listas por si acaso.

Turno 724.  Asalto 2

Caído su oponente Draupner, se detuvo tratando de escuchar lo que ocurría en su entorno para hacerse una idea de como estaba la situación. 

Mentalmente hizo recuento de cómo iban, y si sus cálculos no eran erróneos habían terminado con los sagath, salvo con uno al que interrogarían. Necesitarían al extraño individuo con el que se habían encontrado unas horas antes con Freagulf pues hablaba su idioma. Por su lado habían caído Gallidum, Arlan y Coralak que él supiera, aunque le preocupaba el hecho de que ni Marga ni los demás hubieran dado muestras de vida tras su llamada al combate.

- Este ya está listo Freagulf - le dijo al eorlinga. - Reagrupémonos, tenemos un prisionero al que interrogar, cuerpos que registrar y un oso del que cuidarnos. -

Draupner volvió al claro, y allí dijo - Creo que ya está. Es momento de reagruparnos y decidir qué hacer. Oín arrastra hasta aquí a ese malnacido, seguro que tiene cosas interesantes que contarnos. -

Iba a seguir dando instrucciones, sobre todo pensando en alguna tarea para mantener al mediano activo, Bolgo estaba anímicamente tocado y aunque había reaccionado como un campeón ante la situación, no era conveniente todavía que la adrenalina del combate se diluyera por sus venas, sin embargo al ver los cuerpos de Gallidum y Arlan no pudo evitar acercarse a ellos y arrodillarse para cerrarles los ojos. 

Tras ello esperó a que la gente fuera apareciendo.

Turno 724.  Asalto 22

Bolgo observó cómo el oso se agachaba como si estuviese perdiendo fuerza y cayese al suelo saliendo de su campo de visión, tapado por los arbustos. El mediano, sin un objetivo al que disparar, caminó con la honda aún dando vueltas sobre su cabeza hacia el claro buscando algún enemigo que siguiera con vida. Al ver que sus compañeros permanecían en el claro y parecían haberse relajado, dejó que la honda fuera perdiendo fuerza hasta enroscarse en su propio brazo. Cuando se detuvo, guardó la piedra pero no soltó el arma.

Echó una ojeada y no pudo evitar sentir un amargo sentimiento al ver los cuerpos de algunos de sus compañeros tirados en el suelo. Draupner se había acercado a atenderlos de modo que Bolgo decidió dedicarse a otra tarea: buscaría las piedras que había disparado para intentar recuperar las que pudiera.

Pero no estaba concentrado. La batalla estaba demasiado reciente, y cada vez que el viento removía algún arbusto cercano, el mediano se tensaba echando una mano a su bolsa de piedras. Además, prefería evitar salir del claro, pues algún enemigo agazapado podía acecharlos en cualquier momento. Se limitó entonces a recoger las piedras que localizó en el claro.

Turno 724, Asalto 22

Cuando vio como el oso comenzaba ante todo pronóstico a calmarse, Ilidan no pudo desaprovechar la oportunidad para de forma muy lenta retroceder, poner más espacio de por medio. Aun más grande fue su sorpresa cuando percibió que estaba plácidamente dormido, y aquello solo tenía una explicación, Gelion había debido de utilizar alguno de sus trucos.

Así que lo busco con la mirada y sonrió hacia él por la ayuda que le había prestado sin pensar que el bosquimano no podría discernir su expresión. - ¿Qué debo hacer con el oso?...Lo mejor será dejarlo tranquilo e irse antes de que despierte.- Volvió a centrarse en el problema del oso, y tras meditarlo llego a lo que él pensaba que era la mejor opción para el cansado grupo. Basta de luchas, el combate había finalizado. Ahora debían juntarse con el resto de la caravana, de la cual no habían tenido noticias en un buen rato, y dado que los sagath parecían haberse divido en varios grupos, nada podían certificar sobre su seguridad. Y más teniendo en cuenta que no eran combatientes, no como otros que yacían muertos, para su pesar.

Iba a marcharse a ver que como se encontraban, cuando Oin apelo a que se acercará hacia él, alejándose así más del oso. Era una buena idea, el no pasar muy cerca del actual inofensivo animal, así que ahí fue, junto al enano, que además sería un buen compañero junto al que luchar si se despertaba la bestia.- Gracias por tu intento de distraerlo, Oin.- Le había terminado de agradecer en un volumen entre normal y bajo, cuando Draupner le sugirió que fuera a por algún enemigo superviviente, que él desconocía, para interrogarlo. Antes de que se fuera a cumplir con la tarea, el numenoreano le habló sobre lo que iba a hacer a continuación.- Yo iré a mirar cómo se encuentran Briniel y los demás...-

-...Aunque antes iré a ayudar a Gelion.- Volvió a surgir un leve imprevisto que le retrasaría en ir a investigar, Gelion se encontraba al borde de caerse del árbol. Como compañero, y como plus de agradecimiento por su ayuda con el plantígrado, Ilidan se acercó para auxiliarle. Aunque no tenía seguro el llegar a tiempo.

Turno 722

Tras ver que Illidan se aleja del oso, suspira aliviado y escucha a Draupner antes de dirigirse hacia el sagath herido. Se mantiene lejos de él pero lo suficientemente cerca para que le oiga.

- Tu arma suelta, amigo!!! - el balanceo de su martillo es suficiente amenaza.

Turno 724, Asalto 22

La pequeña distracción de Fréagulf había sido suficiente para que el sagath se preocupara más por él que por el enano. Craso error. Al hacerlo descuidaba al enano, y uno nunca debía descuidar a un enano, sobretodo si te persigue blandiendo un martillo. El golpe en el cuello fue brutal y el pobre infeliz había muerto antes de tocar el suelo.

El enano quería que se reagruparan para encargarse del oso. A Fréagulf aquella idea no le hacía mucha gracia, sobretodo por el oso, y sentía cierta reticencia a estar junto a aquella terrible bestia que había superado su paciencia hacía unos minutos. Además tenía que volver al lugar donde estaba su compañero.

-Yo voy a buscar a Chaka. -  Le dijo al enano, y en lugar de seguir su camino hacía el centro del claro, continuó por el borde para ir al lugar donde había dejado a Temüdyin machacando hierbas curativas. - Y luego ya veremos. - La prisa seguía incordiando la cabeza del rohir. Tenía que regresar a su pueblo, ya era la enésima vez que sentía ese deber.