Partida Rol por web

La situación cambia de repente, Eddgar parece recobrar el ímpetu para una violencia a la que no sigue, pero que se ha visto arrastrado, su bate funciona como extensión de sí mismo y golpea con tal fuerza la cabeza de la víctima, que la envía en contra de la pared, en un estallido purulento de sangre coagulada y sesos, que destroza la mitad de la testa de la chica, su único ojo observa al vacío, mientras la mitad de su dentadura se mantiene visible aún, la pared, claramente queda con un nuevo tapizado entre rojizo y blanquecino, y desprende un olor desagradable... el cabello pajizo cuelga del cráneo, y cuando Eddgar retira el bate, aún pequeños fragmentos de la cabeza del zombie quedan en su bate.

La muerta se tambalea... si no fuera un cadáver incapaz de procesar las señales de sus neuronas... Auch! aquello le habría dolido!, pero poco tiempo hay de lamentarse, pues Evangelia termina el trabajo dando un golpe seco con el sofá en el cuerpo, que se aplasta contra la pared con un crujido repugnante, mientras la mandíbula se abre grandemente y un chorro de sangre se riega, la media cabeza cae, aunque sus ojos no se cierran. Cuando la sirviente de Yves retira el sofá, el cuerpo se desploma pesadamente... ha manchado la tapicería, y parece más cercano a una marioneta rota que al cuerpo de un humano.

La media cabeza riega algo más de líquidos encefálicos sobre el tapete, junto con sangre, y una rápida revisión, demuestra que no habrá más chorros de ácido. Todos respiran más tranquilos, cuatro muertos que han regresado a su posición original en la cadena, los fiambres deben ser fiambres y no moverse de su lugar.

Al menos han podido superar esta dificultad, solo con algunos rasguños y moretones, que no son mayor problema. A Eddgar le sabrá la boca a sangre, y a Zadkiel le dolerá la mandíbula, pero ahora son humanos...

Más, poco tiempo hay de descanso, a los oídos finos de los ángeles llega un rumor, lejano, pero entendible, en un idioma que es cercano al propio celestial, de música suave...

-Bufff, esto ha ido de poco... Comenta Zadkiel un momento antes de comenzar a escuchar el sonido de voces cantando. ¿Oís eso? ¡Seguro que ya ha comenzado el suicidio colectivo que tenían planeado! ¡Tenemos que movernos!

Sin apenas tiempo de recuperar el aliento tras la batalla que acaban de afrontar, el ángel mira a su alrededor para ver el lugar al que daba la puerta por la que salieron los cuatro muertos, intentando encontrar una salida alternativa a la opción de tirar abajo la puerta con la que les dejaron encerrado un momento antes.

-Hay que encontrar a Constance. Hemos venido como moscas a la miel a la trampa que nos tenían preparada y ella está sola ante el peligro. Les dijo a sus compañeros mientras buscaba el modo de salir de allí.

A punto estuve de ponerme a dar saltos de alegría al ver que, por fín, en mi último golpe había logrado algo. Pero no era cuestión de ponerse a hacer el bobo cuando allá fuera parecía que había empezado lo que precisamente debíamos evitar a toda costa. Había que darse prisa, mucha.

Como si la adrenalina del combate siguiera por las venas de Arnold (posiblemente así fuera) me puse a buscar una nueva salida en la sala en que nos encontrábamos ahora que era casi idéntica a la anterior... pero también con una puerta que daba al pasillo.
Sin decir nada y dándome prisa alargo mi mano para intentar abrir esa puerta.

Una vez tu mano toma la perilla, pareces sacudido y lanzado a un mundo completamente diferente, la velocidad del transcurrir de las cosas lentamente va deteniéndose, hasta que parece quedarse detenido, y la habitación se deforma y desaparece, hasta quedar en un largo pasillo ensombrecido. Puedes sentir a tus compañeros tras de ti, de repente, el pasillo parece tener ángulos agudos y siniestros, junto con algunas entradas...

Y frente a ti (y al grupo), cinco siluetas aparecían, no podías ver sus ojos, pero todos estaban estáticos, portaban algo que apuntaba hacia ti, y de repente, como una lluvia de fuego y relámpago, atronadores ruidos irrumpieron en la escena coronada de fondo con el persisten coro, lo que sea que llevaran aquellas siniestras figuras, escupía sombra y dolor, pues pronto estabas rodeado de estos proyectiles rasgando el aire y estallando contra ti y contra los tuyos, las voces de los coros sonaban con más intensidad, mientras tu pecho ardía de dolor, y olía a hierro cálido, a humo...

Cuando la visión se desvanece, tu mano apenas acaba de cerrarse sobre la metálica perilla. Estás agitado y aún quedan rezagos de aquellos fragmentos de percepción que tuviste. Tus compañeros siguen como si nada, y quizás no haya pasado demasiado, pero la sensación es equivalente a la que tuviste antes de que los tres muertos les atacaran...

Cuando Eddgar estira el brazo, duda unos segundos, parece estar pensativo y luego empieza a respirar agitadamente, da un giro rápido solo para comprobar que está asegurada también desde afuera, lo que deja dos puertas hacia el pasillo aseguradas, un coro de fondo y la prisa de la incertidumbre.

Observo el cadáver de la escupidora, y planto el sillón justo en su cabeza machacando su cráneo, camino hasta la pared y recogiendo algunas aceitunas me las meto en la boca saboreando la salada victoria

Es entonces cuando oimos el místico sonido, ¿suena a coro? ¿es una sola voz?

No pueden ser ellos iniciando el ritual, hemos llegado pronto y aún no habia nada preparado, ellos aún estaban por llegar

¿Será Anastacia?

Eddgar trata de abrir la puerta

Las damas primero

Me arremango un poco la falda, y levantando la pierna y enseñando muslo doy un patadón a la puerta que la dejo tibia, sin ninguna duda, el cuerpo de Dorothy está siendo usado por Evangelia al límite, sin duda Evangelia es un ángel no muy bien hecho, ruda en sus métodos, y vista su actuación en combate, poco efectiva, sin embargo, ella pone la mejor de sus voluntades. La pared tiembla por la gran patada y los cuadros suenan al levantarse unos dedos de la pared y volver a caer en su posición, y la puerta....

-¿Estás segura? Preguntó Zadkiel a Eva con el cuerpo lleno de duda.

El moreno vio como sus compañeros se preparaban para salir de aquel lugar en el que los habían encerrado y se quedó a un lado para dejarles hacer. Mientras observaba los intentos de abrir la puerta, pensó en todo lo que habían hecho hasta ese momento y en la situación en la que se encontraban.

Nada. No hemos hecho nada. Solamente dejarnos atrapar viniendo directamente aquí. Espero que no duela mucho cuando nos envíen de vuelta allá arriba si es que Ewald no llega a tiempo para el rescate que necesitamos urgentemente.

- No... no sé si es buena idea tratar de abrir esta puerta... - alcanzo a decir tras la nueva visión que ha llenado mi mente y cuerpo durante un momento antes de tratar de abrir la puerta de esta segunda habitación. Inconscientemente intento girar el pomo a pesar de todo pero no se abre y casi respiro aliviado.

Pero es pronto para alivios, Eva ya ha comenzado la tarea de echar la puerta abajo y sólo rezo en silencio porque lo que acabo de ver no sea real como lo habían sido los no-muertos tras la puerta que unía ambos cuartos.
Noto que Zadkiel me mira tras mi tartamudeo y, aunque no sé si ya es tarde, alzo la voz para decir:

- ¡No lo hagas! Acabo de ver cinco personas llenándonos de metralla a los tres tras esa puerta... - digo abriendo los ojos de puro miedo ante la visión tenida.

Los cuatro disparan, solo el tercero da, con un daño de 6+4 = 10 daños. Son 3 puntos menos de Fuerza, y 1 extra.

Pero era tarde, la puerta cedió ante la patada de Evangelia con un estruendo sólido, quebrándose en varios pedazos, y haciendo que la efusiva servidora de Yves, hiciera una nueva salida junto con varios pedazos de astilla y mucho ruido. Una vez la puerta es destrozada, los coros llegan con mayor fuerza, casi ahogando cualquier otro sonido.

Y para sorpresa de los ángeles, la profecía se realiza. Hay cinco hombres vestidos de negro, como los guardias de la entrada, cada uno con un fusil en su mano, apuntando hacia Evangelia, a su espalda, la última puerta de final del pasillo. Uno se adelante, de bufanda y sombrero, lo que se puede ver de su piel es una palidez mórbida.

-Os movéis un centímetro y me daréis la promoción automática- dijo y era obvio que sonreía -¡A quien le importa!... FUEGO!- las voces de los coros suben y todos los cuatro restantes se adelantan, quitan los seguros y empiezan a llover balas. La pobre Evangelia se levanta, pero no alcanza a usar su agilidad sobrehumana bien, al tiempo que los tonos del coro se elevan, ocultando por completo las ráfagas, Eddgar y Zadkiel pueden ver con horror como decenas de proyectiles atraviesan el pasillo, dejando varias esquirlas de madera y pared volando por los aires.

Y Evangelia recibe uno de los impactos, su cuerpo se curva y sale disparado hacia atrás tras recibir varias balas sucesivamente en todo su cuerpo, pesadamente, la que fuese la más impulsiva, ahora yace en el suelo, su pecho humea mientras el olor a pólvora se funde con el de sangre y carne quemada... la sangre mancha la túnica, aunque no se percibe.

El dolor es indescriptible, de haber sido una humana, estaría en encuentro con su creador, pero los servidores del señor son más resistentes, no obstante, con plomo en sus costillas y vísceras, con ese ardor insistente en su tronco, apenas si puede gemir un poco, y su visión solo abarca el techo de aquel pasillo.

Mala hora la que había decidido tirar la puerta abajo, antes de que Eddgar terminara su funesta advertencia...

Maldita sea... ¿así que con estas visiones me ha beneficiado mi querido Novalis? Demasiado tarde, esta mujer es muy impulsiva... pienso al ver tras la puerta tal como esperaba a cinco hombres de negro y me aparto con rapidez al ver que nos apuntan con sus armas de fuego. Sin embargo veo con horror que Evangelia no logra moverse de su sitio a tiempo y le llueven balazos dejándola en el suelo sangrando profusamente... Si no fuera quien es la que está dentro de ese cuerpo, ya no habría Dorothy...

- ¡Ayúdame a sacarla de en medio! - grito a Walton a la vez que comienzo a tirar con fuerza del cuerpo de Dorothy desde una posición agachada en el suelo e intentando parapetarme detrás del muro que queda junto a la puerta.

A Zadkiel no le dió tiempo de asimilar lo que sucedía, y al igual que sus compañeros, se vió desbordado por la frenética sucesión de acontecimientos.

Su impetuosa compañera abrió la puerta de una manera poco sutil, pero el problema no era ese, si no que habían salido de la sarten para caer en las brasas. Ahora habían pasado de enfrentarse a cuatro tambaleantes muertos, a enfrentarse a cinco tipos armados con fusiles.

Lo primero que vió fue a Eva volar atravesando la habitación mientras era impactada por las balas disparadas por uno de los... ¿Hombres? Luego Edggar le instaba a ayudarlo a sacar de allí a su compañera, pero ya era tarde, Zadkiel comprobó que los hombres los agujerearían antes de que les diera tiempo a nada.

Encomendándose a Juan, se concentró y actuó utilizando lo único que tenían para enfrentarse a aquello y cubrir a sus compañeros, sin mucha certeza de que fuera a funcionar.

Trato de recoger la puerta pero los brazos me flaquean, necesito un mínimo de reposo, echandome a un lado de la puerta me aparto de la trayectoria de las balas y observando la habitación pienso en que estamos encerrados en una habitación, y unos tipos con ametralladoras nos están  cosiendo a  balazos.... ya está todo más escrito que las piedras de Moisés.

Coloco las manos sobre mi herida retorciendome de dolor y observando la sangre que de ella emana sin parar pensando en las alternativas que nos queda

El equipo se coordina en medio del pánico y la falta de sincronía, la situación empieza a tornarse fea y Eddgar y Zadkiel atropelladamente se disponen a hacer frente. El sujeto de la bufanda y el sombrero, completamente de negro, mira y apunta su fusil, los otros parecen responder de forma automática. La pared y la puerta del fondo está agujereada, dejando ver apenas apartes de uan habitación oscura del otro lado. Madera y fragmentos de pared en el suelo y sobre Evangelia, quien no dice nada y parece estar adolorida. El dolor no es algo a lo que los ángeles están acostumbrados inicialmente...

Es entonces cuando Eddgar intenta moverla, pero sin resultados (esa mujer es más fuerte de lo que parece), y Zadkiel se para haciendo frente a los cinco, él solo. El corredor se llena de estática, los cabellos del moreno empiezan nuevamente a responder a la electricidad, y los vellos de Eddgar se erizan. Los ojos del soldado de Juan se blanquean, mientras intenta concentrar su poder lo mejor que recuerda, ambas manos apuntan y casi parece brillar ligeramente.

De repente, una serpiente azul surge, dos rayos de cada mano, que se unen adelante. La falta de tranquilidad y concentración superó al ángel, y con un sacudón en sus manos, el rayo de energía eléctrica se mueve fuertemente y da en el techo sobre los guardias, extendiéndose en varios hilos sobre el techo. El sitio donde dio el rayo queda negro y chamuscado. Los cuatro guardias de soporte observan algo asustados, pero parece que el liderazgo del carismático sujeto del sombrero es suficiente para tenerlos allí.

-Os dejaremos como un colador... - dice mientras se adelante, y todos se disponen a otra ráfaga sobre los ángeles

-Eres una gatita malcríada, gruñes mucho... pero rasguñas poco... y sabes...- dice acercándose a tu oído nuevamente -... te voy a hacer cosas que están prohibidas en tu cielo... no sabes como me muero por ese culito tuyo- dice mientras su mano baja por tu espalda de forma atrevida, y el filo del cuchillo se mantiene siempre amenazante. -Vamos a disfrutar mucho... oh al menos... yo lo haré- dice y su lengua toca tu lóbulo, produciéndote un escalofrío.

Ya ni siquiera se esforzaba por ocultar su naturaleza real, sino que se mantenía lascivo y lujurioso siempre, ni rastro del carismático pastor, y solo el desasosiego de estar atrapada y sin salida. La hoja se siente en tu espalda, la punta toca algún sitio, y luego sube lentamente sin lastimarte, al tiempo que oyes el sonido de la tela de tu camiseta rompiéndose. Con suavidad, pero con ansías, el pastor te retira por el brazo libre parte de la camiseta, descubriendo gran parte de tu torso, y dejando solo el sostén como la última barrera.  La camiseta queda colgando por la manga del otro brazo. La mano del pastor acaricia tu espalda con suavidad, parece disfrutarlo mucho. -Me pones Constance...- dice con un suspiro cálido y desagradable en tu cuello.

Luego da un paso hacia atrás. -Ahora, cariño, tu te quitarás solita tu pantalón. Lo harás despacio, y te moverás de forma sensual, quiero disfrutar cada momento... y no intentes nada- y te muestra el puñal nuevamente -o te quitaré algo que no podrás volver a ponerte...- y ríe ante su chiste.

Justo después, empieza a sonar un coro en el exterior, aunque apaciguado por las paredes, su eco llega a través de tus sentidos sobrenaturales.  Parece sonar a gran volumen en algún lugar allá afuera. El pastor mantiene su sonrisa.

-Eso, son malas noticias para tus amigos, mi amor- explica.

Cuando todo parece perdido, cuando aquella servidora de Guy parece haber sido desamparada por su protectora y los suyos, algo parece liberarse de forma contundente. Anastacia se fija en la túnica que ha caído, por un momento es capaz de sentir que a pesar de su situación, es capaz de hallar una solución... no pierde la esperanza, por mucho que parezca que no hay revés para aquella tragedia. El puñal en mano de Michael, y su deseo de satisfacer su carnalidad con el ángel en el cuerpo de la joven chica.

Tu ceño se frunce, la túnica parece temblar, y cuando se relajan los músculos de tu rostro y volteas a mirar al pastor. Todo sucede rápido, obedeciendo a alguna fuerza invisible, la túnica se levanta sola y es disparada, justo contra el rostro de tu enemigo, enredándose un poco alrededor, quien queda desconcertado.

-Maldita bruja...- dice mientras blande su puñal contra un enemigo invisible, desorientado por lo ocurrido...