Partida Rol por web

El pueblo le daba tanta confianza como meter la mano desnuda entre dos cables de alta tension. Por lo que la mejor opcion era el bosque. Segun recordaba, el tipo de la guitarra dijo que alli habia dos compañeras de él, quizas pudieran ayudarles. Ahora tenian una niña con ellos y eso les atrasaria.

Alek la levanto, notandola terriblemente liviana, eso daba cuenta de la hambruna que debio pasar la pobre.

-Tranquila niña, te sacaremos de aqui y buscaremos a tus padres- o a alguien que estuviera dispuesto a cuidarla. Alek sabia que él no era el mas indicado para eso, ni siquiera le gustaban las personas.

Hernán apuntó al estilo gangster, con la mano girada, una posición de disparo totalmente inútil y desaconsejada.

- Maricón - se le oía decir entre los fuertes sonidos de los disparos. Ya tenía ganas de pegarle tiros a algo, y esa mierda deforme le iba a servir para desfogarse.

Pete siguió el ejemplo de aquel chico latino lleno de tatuajes y sacó sus armas para acribillar a la cosa no muerta que se les echaba encima. Pero la fortuna no parecía estar de su parte...

Había llegado el momento metí las manos en mi chaqueta y saque mis pistolas, no quería usarlas a la ligera pero aquella era una situación idónea…

Hernán dispara con habilidad a la monstruosidad, los impactos de las balas hacen que de esta salte pus y sangre pero al horrendo zombie no parece importarle y sigue avanzando.

Cuando os queréis dar cuenta, ¡el sargento ha desaparecido! ¿Pero donde se ha metido en un momento como este?

Pete, por su parte, intenta imitar a Hernán pero no le sale, encasquillando una de sus pistolas y quedándose algo indefenso...

El monstruo ya se encuentra a la altura de Hernán, Pete y Harry, dispuesto a atacar.

Harry, le dispara pero ¡falla el disparo!

Parece que la fortuna no está de vuestra parte...

Te alejas del combate, dejando a tus compañeros bastante indefensos, con la intención de encontrar un sitio donde parapetarte y disparar, pero el pueblo parece ahora mismo una gran explanada totalmente vacía. Tendrías que subirte al tejado de una de las casas para poder hacer lo que pretendías. Tardarías demasiado, quizás cuando lo logres tus compañeros ya estén todos muertos...

Y en ese momento, puedes ver como en el bosque, que se encuentra a las afueras, algo parece moverse, pero no se acerca al pueblo, sino que se aleja y se adentra entre los arboles...

A cada paso que dais, adentrandoos mas en el bosque, os da la sensación de que hacéis mas y mas ruido.

De fondo os acompañan los disparos y gritos de vuestros compañeros, que se van volviendo cada vez mas tenues...

El bosque está oscuro y parece poco acogedor pero, de momento, no parece haber peligro alguno y, sorprendentemente, la pequeña Clementine se queda dormida en los brazos de Alek.

El Sargento se detiene y rueda por el suelo, girándose hacia dónde se encuentra el enemigo.

No iba a permitir que sus amigos murieran y si puede llevarse el peligro lejos de ellos, sería todo un heroe de acción.

Hincó su rodilla en el suelo y apuntó a la cabeza del bicho, preparándose para disparar.

Lorenzo sale detrás de Alek, va echando rápidos vistazos hacia atrás... temeroso de que alguien o algo les siga. ¿donde vamos?- se preguntaba a si mismo a la vez que aceleraba el paso con cautela.
-Tenemos que buscar algún sitio seguro...- susurra a la vez que mira a la pequeña dormida.

Estaban haciendo mas ruido del que debian, lo cual no era raro teniendo en cuenta que solo eran un viejo cansado y un cura que el unico ejercicio que hacia era levantar la Hostia. Pero con el escandalo que hacian sus compañeros, unas cuantas hojas apenas molestarian.

-Hay que buscar donde ocultarnos- murmuro jadeando mientras la niña dejaba caer todo su peso sobre él. Al percer se habia quedado dormida... vaya cansancio que con tanto ruido y corrida duerma tan placidamente. Se sorprendio al decirlo al mismo tiempo que el cura, al menos pensaban en lo mismo-. Si tengo que subir a un jodido arbol lo hago- aunque caiga y se quiebre varios hueoss, no le importa, solo queria descansar y evitar a los zombis.

Trato de encontrar algo, lo que fuera o de verificar que no hubiera zombis. Las mujeres que esperaba encontrar no aparecian por ningun lado, seguramente habria huido en cuando escucharon tanto disparo.

No hay nadie en el bosque, al menos eso le parece a Alek. El único sonido que se oye es el del ajetreo y combate del pueblo.

Podrías refugiaros entre unos matorrales a descansar o incluso subirse a un árbol no parece tan mala idea.

En todo caso, si sois silenciosos nada debería ir mal...

Alek observó los arbustos, era como protegerse con papel higienico, en cambio, el arbol era algo mas aceptable... aunque podria caerse y quebrarse. Miles de veces habia hecho equilibrio en devencijadas escaleras para pasar cables o arreglar algun ventilador de esa vecina tan buena. La diferencia es que ahora lo hacia para que nada le mordiera el trasero.

-Me subiré al arbol... mierda- la niña continuaba dormida y no sabia si despertarla o no. Seria mas facil si ella se colgara de su cuello. Maldiciendo por lo bajo, se quitó la chaqueta y la uso para sujetar a la niña a su espalda, pasando sus delgados brazos por su cuello-. ¿Por que siempre tengo que hacer cosas como estas?

Suspiro maldiciendo a cualquiera que cruzara por su mente y comenzó a escalar.

Alek comenzó a trepar por el árbol con Clementine a su espalda. Poco a poco fue aumentando su altura y cuando creía que ya había alcanzado un sitio mas o menos estable, pisó una rama frágil y perdió completamente el equilibrio, estrellándose contra el suelo, sin remedio, ante la atónita mirada de San Lorenzo.

Alek no se hizo demasiado daño, aunque si que se sentía un poco dolorido, quizás mas en su orgullo. En cambio, Clementine abrió levemente los ojos y comenzó a llorar mientras se agarraba el brazo.

Una cosa estaba clara: aquello había hecho un ruido considerable...

-Te estas divirtiendo ¿verdad?- murmuró hacia los cielos con una sonrisa aguada en el rostro. Se fijo el brazo de la niña intentando tranquilizarla, no queria tener una sirena atrae zombis en los brazos-. Shhh tranquila, se que te duele, pero tienes que tranquilizarte y dejar de llorar- por mas que intentara ponerle un tono dulce a su voz salia esa voz gruesa y desagradable que tenia siempre, tampoco ayudaba su rostro ceñudo y barbudo-. Las cosas malas vendran si siguies gritando..

Pete era un tirador nato. Estaba seguro de ello. Lo había demostrado en el Call of Duty, y en el Counter Strike multitud de veces. Donde ponía el ojo ponía la bala. Pero claro, eso era si la pistola decidía disparar.

Clack

Y ésta decidió no hacerlo.

Un sudor frío recorrió la espalda del cantante. No era sólo el sudor frío del miedo. Era algo más. Ya hacía demasiado tiempo desde que no se había fumado un nevadito, o esnifado algunas rayitas. Y aquel ser monstruoso que tenían delante no tenía pinta de dejarle tiempo para hacerlo. No, no. Estaba claro.

Si quiero meterme unos tiritos tengo que salir vivo de esta.

Pete miró a su lado. Junto a él la chica, Elise, temblaba de miedo.

Joder, qué buena está. Seguro que se muere por mis huesos. Tengo que salvarla, la pobre no puede morir sin haberse acostado conmigo, al menos dos o tres veces. ¡Coño, que soy Pete Doherty!

Pete enfundó sus pistolas y aferró del brazo a la joven, tirando de ella para hacerla salir del trance.

¡Elise, despierta, maldita sea! ¡Te sacaré de aquí! El sargento puede encargarse de eso sin mi ayuda, ¡vamos!