Partida Rol por web

|JUGADA MASTER|

|En el barco-castillo...|

La Princesa Farilynn, que seguía caminando por los pasillos, llegó de nuevo a la cuarta planta, donde se encontraba Sirius.
- ¡Sirius! Yo... Quería hablar contigo sobre lo que me dijiste...- empezó a decir, entrelazando las manos, un poco nerviosa-. Sé que tenías razón en todo... Y que debería de haberos dado una explicación a todas las maniobras que estábamos haciendo... Pero tenía razones para no contarlo... Y, por supuesto, las razones de no poder contarlo tampoco puedo decirlas... Sólo pido un poco de confianza...- le dijo, con mirada suplicante.

Mientras tanto, en el comedor ya se estaba preparando todo...
- Se va a llevar una buena sorpresa- decía la voz de Frank, mientras que con la magia iba adornando la estancia. La mesa alargada y las sillas habían desaparecido. Justo en el centro había un pedestal con un sillón muy elegante, bañado en oro, cubierto por una manta de terciopelo roja. Alrededor, un montón de sillas preparadas para presenciar lo que, sin duda, sería el gran acontecimiento del año-. Espero que le guste cómo lo hemos preparado-.
- Seguro que el decorado será en lo que menos se va a fijar, así que no te preocupes- dijo Mark, el director del internado, que también hacía lo posible para adornar las sillas de los invitados-. ¿Crees que su relación con Walgior la va a perjudicar en su reinado? Tú debes saberlo, eres el jefe del consejo élfico...-.
- En realidad, el pueblo elfo aún no sabe la existencia de esa historia de amor... Pero espero que sea bien recibida o ella tendrá dificultades en su reinado... Se arriesga a futuros ataques de rebeldes y republicanos, que los hay- sentenció Frank, concentrado totalmente en su magia.
Mark, abandonó aquella tarea para ir en busca de Farilynn e intentar conquistarla antes de recibir la corona...
Subió al cuarto piso, donde estaba hablando con uno de los jóvenes aprendices.
- Hola, muy buenas Sirius- le saludó el director, con una amplia sonrisa-. Me alegro de verte bien, en la batalla luchaste fenomenal... Enhorabuena. Ahora, si me disculpas, tengo que hablar con la princesa cinco minutos... Puedes esperar aquí si quieres, no tardaremos- dijo el director, agarrando de la mano a Farilynn y entrando en la sala de reuniones.
- ¿Qué sucede?¿Está bien mi madre?- preguntó la princesa, preocupada, colocándose bien el vestido después del agarrón del director.
- Sí, sí... Está todo perfecto... Yo le había llamado para otra cosa... Yo... le... le...- empezó a decir, pero no pudo continuar porque se le había secado la boca de repente, así que se lanzó sin miedo a sus labios. La besó, la besó como nunca había besado a nadie, pero ella se apartó de inmediato.
- ¿Qué demonios haces, Mark?- preguntó la princesa, apartándose unos centímetros de él.
- Mi Lady, os amo...- susurró el director, agarrando la mano de la muchacha, para atraerla hacia él de nuevo-. Olvidaros de ese renacuajo y casaros conmigo... Yo podría daros todo lo que deseéis, absolutamente todo-.
La Princesa Farilynn no dudó en asestarle un bofetón en la cara y en darle un empujón para desprenderse de sus brazos y salir de la estancia, para reencontrarse con Sirius.
Mark, sin embargo, se quedó en la sala de reuniones, entrecerrando los ojos, dirigiendo su mirada hacia la puerta por la que acababa de salir la princesa.
- Te arrepentirás de esto...- susurró, frotándose la mejilla.

-Querida, te veo preocupada...- le dijo la enfermera a Vana, cuando se acercó a Kith-. Dime, muchacha, ¿te encuentras bien? ¿Te duele la cabeza, el vientre, un brazo, la espalda...? Seguro que yo puedo ayudarte- le sugirió la enfermera, cerrando uno de los botes de medicina, la cual había estado dando a todos los enfermos.
Kith ya empezaba a encontrarse mucho mejor... La que seguía estando bastante grave era Naida, aunque empezaba a recuperar algo de conocimiento... Por lo visto, había estado desde la batalla en coma.
- ¿O... Olwë...?- susurró la joven, retorciéndose en la cama, lo cual llamó la atención de la enfermera.
- ¡Oh, Dios! ¡Es un milagro! -dijo, mientras corría hacia la joven, pidiendo disculpas a Vana con la mano-. No lo puedo creer... Si os soy sincera, queridos, no tenía apenas esperanzas de que se pusiera mejor... ¡Pero parece que reacciona a las medicinas! ¡Es maravilloso! Vuestra compañía le ha servido de mucho, chicos- le dijo la enfermera a Olwë y Fistandantilus.
Inmediatamente se puso a darle más medicación, a tomarle la temperatura, a comprobar su grado de respuesta ante los dolores en cualquier parte del cuerpo, y todo parecía ir bien.

|En la casa lúgubre...|

- La estamos perdiendo poco a poco, mi señor... Ha entrado en un coma crítico...- anunciaba uno de los encapuchados a Markwolf, que se encontraba sentado tras su escritorio, escudriñando con la mirada unos pergaminos.
- ¿QUÉ? No puedes estar diciéndome la verdad...- dijo el señor oscuro, poniéndose en pie, con mirada suplicante-. Dime que no es cierto, ¡maldita sea! ¡No podemos perderla!-.
- Mi señor... Lo siento...- dijo el encapuchado, temiendo que la tomara contra él y finalizara con su vida en ese mismo momento-. Estamos haciendo todo lo posible, pero necesitamos a alguien muy sabio en esta materia... Necesitamos a un experto en medicina y salvamento...-.
Markwolf alzó una mano, apuntando con la palma de ésta hacia el encapuchado, que empezó a ahogarse.
- Mi... mi señor...- quiso decir el hombre, pero no pudo decir nada más. El color de su rostro comenzó a volverse rojizo, después morado, y después blanco.
El cuerpo sin vida del encapuchado cayó al suelo, inmóvil...
El señor oscuro comenzó a tirar todos los pergaminos, todo lo que encontraba por su paso, incluso los cuadros que colgaban de las paredes de su despacho.
Estaba realmente enfurecido. Todo le salía mal, pero seguro que Victoria estaba preparada para hacerle cambiar el estado de ánimo, así que salió a toda prisa del despacho para encaminarse hacia su habitación.
Abrió la puerta de golpe y vio que la muchacha seguía tumbada en la cama, que se despertó al escuchar el ruido del portazo.
- ¿Qué haces aquí? ¿Por qué entras de esa manera en mis aposentos, desgraciado?- preguntó Victoria, casi gritando, aterrada pero enfurecida.
- ¡CÁLLATE!- gritó aún más fuerte, dándole un tortazo, sujetándole fuertemente de las manos, comenzando a besarle el cuello.
- ¡DÉJAME, MALDITA SEA!- gritaba la joven, intentando resistirse, pero la fuerza de Markwolf era diez veces mayor a la suya, además de que estaba empleando la magia para inmovilizar el resto del cuerpo, hasta que tuvo que utilizarla también para taparle la boca.
- Necesito desahogarme y tú vas a ser la joven que me ayudará a hacerlo cada vez que lo necesite, si no quieres que te mate... Acabo de asesinar a uno de mis siervos más fieles, así que no deberías tentar a la suerte...- le susurró Markwolf, mientras seguía besando su cuerpo.
Victoria seguía intentando resistirse, y le parecía bastante extraño, pues en circunstancias normales se hubiera dejado sin dudarlo... Pero en ese momento le odiaba a muerte.
Ni siquiera podía chillar del dolor cuando abusaba de ella sexualmente... Le dolía, no sólo físicamente, también estaba dañando sus sentimientos... Jamás imaginó que pudiera ser capaz de hacer algo así...

|Enfermería|

Me acerqué a Kith cuando me llamó.
- No hagas muchos esfuerzos, anda...- le dije, con tono de súplica. No me gustaba verle de aquella manera-. Estaba preocupada por tí... ¿Cómo estás?- le pregunté, mientras veía como la enfermera acudía rápidamente a una muchacha que decía algo-.

Cita:

Y allí me encontraba yo, sin poder decir nada. Esperaba que la princesa pasara otra vez de mí y sin embargo, abrió su corazón y me contó justo lo que yo quería oír.

- No te preocupes, Princesa... -, le digo sonriente. - Estas simples palabras me dan mas fuerzas para enfrentarme al mal que nos acecha. -

En ese momento llegó el director, que me pidió cinco minutos a solas con Farilynn los cuales les cedí sin rechistar. Acto seguido, el director la coge de una de las muñecas y se meten juntos a la sala desde donde salió la Princesa.

Sólo logré escuchar una serie de murmullos, y después, un ruido seco, como si de un golpe se tratara. La Princesa salió de la sala un poco acalorada, pero tranquila después de todo y se acercó hasta mí.

- Princesa, -, vuelvo a decirle con una sonrisa. - ¿Me dejáis acompañarla hasta el salón, que es en donde hemos preparado la ceremonía? -, termino haciendo una reverencia.

No debemos descuidarnos, el enemigo puede volver a atacar en cualquier momento, y más después de la derrota del otro día. Debo estar alerta, con todos los sentidos puestos sobre la princesa. Rakkir seguía sobre el barco castillo, en la torre más alta, mirando al horizonte en busca de peligros. Hasta ahora, nada.

[Enfermería]

Naida abrió los ojos.  Al fin.  Al parecer la enfermera había hecho un buen trabajo.

-Buenos días - le dije -.  Despues, con voz socarrona, añadí: "ya iba siendo hora..."

La mire fijamente a los ojos, todavía entrecerrados, y suspiré.

- Eh, Olwë -el joven estaba absorto en sus pensamientos-, espabila, que solo nos falta que ahora te ausentes tú en espíritu.

|Pasillos cuarto piso - Comedor|

- Está bien, vayamos al comedor... Tengo que buscar a unas cuantas personas para tener una conversación larga y tendida...- anunció la princesa, mientras comenzaban a caminar hacia el comedor-. Hemos tenido bastante suerte en la batalla, dentro de lo que cabe... El objetivo estaba claro, y era rescatar a la reina Hanless... Ahora ya no puede chantajearnos con nada, porque tanto ella como Melpénome están a salvo... Parece que la suerte está de nuestro lado últimamente- comentó Farilynn, con las manos metidas en las mangas de su túnica, que eran verdaderamente anchas.
Cuando llegaron al comedor, ésta se llevó una sorpresa al ver el decorado. Sus ojos como platos recorrieron toda la estancia y se detuvo en el sillón colocado justo en el centro.
- No puede ser... No puede ser que lo hayan decorado ya. Pensaba que se haría más tarde- comentó la princesa.

Mientras acompaño a la Princesa hacia el comedor, escucho sus palabras con gran atención. Casi nunca había hablado conmigo y en estos dos días, me ha dicho más que desde que la conozco.

Cuando llegamos al comedor, ella se adelantó asombrada al ver como había quedado el comedor. Yo me quedé a un lado, junto a ella, esperando a ver si quería algo.

- Espero que la suerte siga de nuestro lado. -, le digo en voz baja. - No creéis que es probable que los enemigos conozcan vuestros planes y ataquen en la mitad de la celebración... Creo que deberíamos estar preparados para cualquier cosa. -

Cuando cansado ya de dormir desperté, baje al comedor, ayí ya habia gente incluso estaba la Princesa con Sirius, me quede detras de ellos sin decir nada y observando el magnifico decorado, sin saber por que lo habían hecho.

[En la enfermería]

-Buenos días... - saludé educadamente al joven (Kith) - Sólo quería saber qué tal se encuentra. Yo ayudé a traerle hasta la enfermería, parecía muy grave... Me alegra saber que ha conseguido recuperarse de aquella herida.

Fue entonces cuando la enfermera se ofreció a ayudarme, y mi primera reacción fue negar con la cabeza educadamente. Estaba a punto de explicarle que me encontraba bien, cuando muy alterada se acercó a una de las enfermas, que parecía haber mejorado milagrosamente. Siempre era una alivio saber que una vida salía adelante, aunque no conociese a la joven.

Pero que la enfermera se fuese me dio tiempo a replantearme mi negativa. Yo no había sabido obtener respuesta a lo que me había pasado durante la batalla... pero quizás ella sí. No quería darle mayor importancia... pero... toda distracción en momentos así podía pagarse muy cara ¿Y si me volvía a pasar? ¿Y si empeoraba?

Tomé la decisión sin meditarlo más a fondo. Sabía que o lo hacía así, o jamás me decidiría. Era tan humillante reconocer que "oía voces"... Me incorporé, y sonreí al joven (Kith):

- Si me disculpáis un momento...

Fui hacia la enfermera, y permanecí a unos metros detrás de ella, erguida, con los brazos caídos pero con las manos entrelazadas delante de mi; sin interrumpir su trabajo ni molestándola diciendo nada, pero de forma que viese que, cuando tuviese tiempo, quería hablar con ella.

[En cubierta - Habitación - Sala de entrenamiento]

"¡Qué aburrimiento!" llevaba ya un rato mirando al mar, y la inactividad acababa con mi paciencia. Decidí subir a mi habitación, a recoger a Kraki, mi mono. El muy vago pasaba siempre todas las horas posibles durmiendo... tenía un don innato para despertarse para las comidas y para la acción. Y efectivamente... estaba durmiendo. Le sacudí sin miramientos, a la voz de "¡despierta, gandul! ¡Lo que me llevé de la selva fue un mono, no una marmota!". Pareció algo molesto cuando se subió a mi hombro, pero se le pasaría. Siempre era lo mismo.

Bajé hasta la sala de entrenamiento... Algo tenía que hacer para matar el tiempo... A ver si venía alguien y así al menos tenía algo que hacer... Por el momento, cogí un arco y empecé a intentar mejorar mi tiro...

|JUGADA PERSONAJE MASTER|

|Enfermería|

La enfermera, ilusionada de ver a Naida despertando y respondiendo a lo que ella le hacía (golpes suaves en la rodilla, pinchazos en los brazos, etc), comenzó a retirarle algunos de los medicamentos más fuertes y comenzó a darle unos más suaves, ya que lo peor había pasado.
Cuando hubo terminado, se dio cuenta de que la joven Vana la estaba esperando.
- Dígame, jovencita- le pidió la enfermera, mientras terminaba de enroscar los tapones de los botes de medicinas-. ¿Sigue preocupada por el mismo asunto de antes?- le preguntó, mientras se dirigía al armario más alejado de las camas, donde guardó los botes y se quedó parada, mirando a la joven, esperando que se lo contara.

|Comedor|

- Sí, sí, claro... Tendremos que aumentar la vigilancia, aunque no creo que estén dispuestos a atacarnos... Ambos bandos hemos sufrido muchos daños personales y creo recordar que Hilary, su hermana, fue el blanco de muchos ataques y creo que no salió bien parada... La vi bastante grave- comentó la princesa-. Y ella es uno de los pilares fundamentales de Markwolf... Sin ella no puede avanzar porque sería una pérdida de tiempo y de hombres...- paró de hablar un momento, aunque no dejó de mirar aquel sillón tan elegante del centro del comedor. Se rascó la barbilla, pensativa-. Pasaremos unos días bastante tranquilos... A no ser que Hilary se recupere antes de lo previsto...-.

|CONJUNTA ENTRE MARKWOLF Y VICTORIA BROWSE|

|APOSENTOS DE VICTORIA|

Markwolf: Por fin habíamos terminado... Me dejé caer sobre su cuerpo, aún inmovilizado con mi magia, exhaustos los dos.
- Otro día también necesitaré de tus servicios y no pienso permitir que te niegues... Debes servir siempre a tu señor, sea como sea- le susurró Markwolf, volviendo sus ojos rojizos.

Victoria: No podía creer que aquello estuviera pasando... Dejé asomar una lágrima por mis ojos que se deslizó por la sien y llegó hasta mi oreja, debido a que estábamos aún tumbados en la cama.

Markwolf: Vi que comenzó a llorar y sollozar. Aquello, en circunstancias normales, quizá hubiera conseguido ablandarme, pero estaba realmente furioso y no había nada que me tranquilizara, ni siquiera el sexo de Victoria.
- No me gusta que llores- dijo el señor oscuro, haciendo desaparecer aquella fuerza que inmovilizaba a la muchacha. Se levantó de la cama-. Ya nos veremos- dijo, saliendo de la habitación.

Victoria: Apreté la almohada contra mi pecho, sollozando. Acababa de ser víctima de una violación de la persona que amaba, ¿cómo era eso posible?
Salí de la habitación, tras esperar unos minutos para que Markwolf se alejara de allí, y fui caminando por el pasillo poco a poco, temblando de arriba a abajo, sin dejar de sollozar... Necesitaba ver a Mefiroth.

 [Enfermería]

Recordé entonces quién era la chica (Vana), me la había encontrado en el comedor el otro día. Iba a comentárselo cuando Hëndel decidió acercarse.

-No pasa nada... Estoy perfectamente-le dije sonriente, pese a que aún me dolía y no quería experimentar el dolor si me movía-. Sobre todo con tanta compañía. Me alegra que os hayais acercado un momento a verme.

La otra elfa pidió permiso y se alejó, respondiéndole con una afirmación de la cabeza. Me sorprendía y alegraba que hubiera tan pocos heridos graves. Entonces recordé aquello tan extraño que me había sucedido durante la batalla. Quizás era normal al usar magia... No solía hacerlo cuando vivía en el bosque.

-Oye, Hëndel-llamé su atención-, ¿es normal que de pronto, sin usar ningún hechizo, aparezcan copias de tu cuerpo que te obedecen...?

Si era algo normal, ella debía saberlo.

[Enfermería]

Me acerqué más a la enfermera, para poder hablar en voz lo suficientemente baja como para que sólo ella me oyese:

- Verá... Ahora mismo estoy bien, no tengo ningún problema... siento molestarla cuando tiene que atender a gente que sí esta grave pero... estoy preocupada porque... - siento como me sonrojo al estar a punto de decirlo. "Va a pensar que estoy loca... y seguramente tenga razón" - durante la batalla yo... oí voces. - "¡Qué estupidez! Estabas rodeada de gente, ¿cómo no ibas a oírlas?" me reprendí a mi misma.

- Quiero decir que... dentro de mi cabeza... oí como si alguien me hablase. Dos voces, de hecho. Pero no había nadie a mi alrededor. Una gritaba de dolor, y pedía ayuda. La otra dijo algo sobre que no matarían a su... jinete - "Ya está dicho. Prepárate para que te aten a una cama y te traten como a una demente de ahora en adelante".

- Supuse que sería por el agobio de la pelea pero... no quiero arriesgarme a que me vuelva a pasar. Necesito saber qué es... si me estoy volviendo... ya sabe. Si estoy trastornada...

|Enfermería|

estaba sumido en mis pensamiento, cuando escuche la voz de la enfermera, no me habia enterado de lo que dijo, entonces vi como Naida se movia, seguido escuche la voz de Fistandantilus, nole habia prestado atención en todo este tiempo, estaba demasiado preocupado por Naida, y no pensaba hacerlo ahora, asi que no prestando atencion al chico me hacerque un poco mas a Naida y dije:
-¿como te encuentras?-

|Cubierta - mi habitación|

Tras estar buscando varias oras a olwë en cubierta sin exito decidi dirigirme hacia mi habitación, estaba muy cansada ya hablaria con olwë otro dia. Asi que me dirigi hacia mi dormitario y me acoste.

|JUGADA ENFERMERA MASTER|
|Enfermería|

La enfermera le puso una mano en el hombro a Vana, para evitar que siguiera preocupada por lo que ella pudiera pensar sobre lo que acababa de contarle.
- Querida... No creerás que iba a pensar que estás loca, ¿verdad? En este mundo lleno de magia todo puede ser posible... Pero la verdad es que yo no entiendo sobre esas cosas... Pero no te preocupes, no voy a ingresarte en un manicomio... Sólo puedo aconsejarte que vayas a visitar a la profesora de adivinación, la profesora Dana. Seguro que ella puede ayudarte- le dijo la enfermera, con una agradable sonrisa, alejándose de ella para seguir ordenando los tarros de medicinas que tenía en los armarios.