Partida Rol por web

[ Deeteth ]

Cita :
 

Sus palabras retumbaron en mi cabeza una y mil veces.

Eso mismo deseo yo.

Terminar por Markwolf, sólo, para que ella se quede conmigo para siempre.

- Yo haré que eso suceda, mi amor. - Le dije acariciándole el pelo. - Con tu ayuda, claro. -

[Lago - paseando]

"Lo cierto es que Dana y yo nos llevamos muy bien.  Ella es... muy especial, no me cabe duda.  La lucha contra Markwolf segará vidas nuevamente, de eso estoy seguro.  Es una batalla sin cuartel.  Incluso cuando parece que estamos en un impase de tranquilidad, él sigue maquinando, no cabe duda.  No obstante me gustaría hablarte con franqueza.  La venganza debe ser un fin, no un medio.  Piénsalo detenidamente, pues hay una gran diferencia.  Si nos precipitamos nos aniquilarán.  Te han quitado algo muy preciado, y lo saben."

La reina aminoró la velocidad un instante, poniendo la mano en su vientre.  Miré de reojo, discretamente.

"Quizás haya algo más... por lo que luchar.  Confío en que tomarás la mejor decisión."

| Deeteth |

Le sonreí a Sirius, dándole un nuevo beso en la mejilla.

- Amor, no te precipites... Por favor- le supliqué, deseando que no estuviera pensando en hacer una locura. Me aferré de nuevo a su cuerpo y noté los latidos de su corazón-. Sirius... Todo se solucionará, no te preocupes... Seguro que pronto todo acabará y podremos estar juntos para siempre...- le susurré al oído, poniéndome de puntillas para alcanzarlo.

Seguimos paseando y a lo lejos pudimos ver a Fist paseando con la Reina Farilynn. Parecían estar hablando de algo importante, así que no quisimos intervenir todavía.

| Deeteth |

Sonreí amargamente. Fistandantilus era un chico de lo más curioso y observador, así que no era de extrañar que hubiera reparado en el gesto de mi mano.

- Sí... Hay algo más por lo que merece la pena luchar, es cierto- le confesé, mientras seguíamos caminando-. Pero nunca debemos olvidar por lo que realmente luchamos... Si nos olvidamos de eso, nos olvidaremos de lo que somos y para lo que estamos metidos en este embrollo- añadí, sin apartar la mano de mi vientre.

Caminamos un rato en silencio y reflexioné en la conversación mantenida con Dana hacía tan solo unas horas.

- Estoy segura de que cuidarás bien de ella... Ni yo misma sé qué se trae entre manos con Grey y Nacilë, pero nunca la dejes sola...-le pedí, mientras le sonreía de nuevo, amargamente y me despedía con una pequeña reverencia. Seguidamente, me marché de allí hacia la casa que había elegido para mi.

[Deeteth]

Asentí a cada palabra que la reina me dirigió.

"Así lo hare.  Procura descansar, pues los últimos han sido unos días muy duros."

Me despedí con una reverencia y vi que se marchaba.  Me quede algo extrañado.  No sabía si sus palabras sobre no dejar sola a Dana tendrían un doble sentido.  ¿Acaso corríamos algún peligro aquí?  Mal asunto sobre el que preocuparse - pensé -, especialmente en un lugar en el que los habitantes que me rodean podían leer mi mente.

A lo lejos divisé a Sirius y Hëndel.  Me encaminé hacia ellos, sin saber exactamente para qué.

[ Deedeth ]

- Sí, lo sé. - Le respondí a Hëndel mientras miraba como se acercaba a nosotros Fist.

Lo salude con un movimiento de mi cabeza y un ademán de mi mano, al mismo tiempo que intentaba sonreir.

- ¿Cómo lo llevas, Fist? Hace mucho que no hablamos, amigo. -

[Deeteth]

Respondí al saludo de Sirius con agachando la cabeza.

- ¿"Qué tal pareja?  Bien, gracias por preguntar.  Poniendo orden en mi vida, supongo.  Oye, se que sonará raro, pero necesito que hagas lo que te digo.  Sin preguntas, cuanto menos sepas mejor.  Aquí la gente...  Déjalo.  ¿Sabes si Dana está con Nacilë?  Es una mujer joven de aspecto... No se si sabes quién es.  No importa..."

Me imaginaba que por momentos debía estar saturando su mente de información.

- "Decidme solo una cosa, ¿Alguno de los dos ha visto hacia dónde se dirigía? - Les miraba serio - señalad la dirección y olvidaros del tema, ya os lo explicaré, más tarde."

Intenté despejar mi mente el máximo posible, esperando su respuesta.

Las últimas palabras de Farilynn me obsesionaron en apenas unos minutos.  Quizá simplemente me estaba volviendo loco.

| DEETETH |

De repente, Fistandantilus se acercó a nosotros cuando Farilynn se marchó.

- Pues... No, no la hemos visto- dije, mirando a mi amado Sirius. ¿Cómo íbamos a verla si nos habíamos pasado todo el tiempo en la casa árbol disfrutando el uno del otro?-. Estábamos contemplando la isla... Y no la vimos por ningún sitio... ¿Por qué? ¿Qué pasa?- le pregunté, intrigada por aquella preocupación que reflejaba su mirada. Solté a Sirius y puse una mano en el hombro de Fist-. Podemos ayudarte a buscarla si quieres... ¿Por qué es tan urgente?-.

[ Deedeth ]

Intenté levantar la mano para decir algo, pero Fist se arrebato con sus palabras y comenzó a llenarme la cabeza de cosas de las cuales ni siquiera entendía.

Traté de decir algo, pero sólo salió un murmullo de mi boca, mas en ese momento, mi amada se adelanta para intentar hablar con nuestro amigo.

Espero que ella saque algo en claro, por que yo...

[Cerca del lago en el césped]

Estábamos los cuatro tumbados en el césped, que resultaba bastante cómodo. Lo cierto esque nos venía muy bien descansar un poco despues de bucear, almenos amí, que estaba bastante agotada.

-¡Vaya!- Exclamé sorprendida cuando los mellizos terminaron de contar su procedencia- Que interesante- continué con el mismo tono, entusiasmada por la historia, no sabía hasta que punto eran sinceros pero me divertía la conversación y decidí seguirles la corriente- Eso significa que ahora mismo entre nosotros, podría estar el futuro gobernador de la isla y el adivino mas sábio.- dije mirando a los dos hermanos y después miré a mi amiga Naida buscando su complicidad- ¿No te parece emocionante?- le pregunté a mi amiga con una media sonrisa para escuchar su opinión.

[Deeteth]

No debían haberla visto.  Estarían ensimismados el uno con el otro, no había que fijarse demasiado para darse cuenta.

"No, no pasa nada, de momento.  Era curiosidad.  No me hagáis mucho caso.  Iré a buscarla, gracias."

Me alejé despacio, observando mi alrededor, perdido y sin saber hacia dónde habría ido ella.  A mi cabeza acudieron los recuerdos de la última vez que desapareció y unas nauseas terribles me hicieron doblegarme, con el estómago hecho un nudo.

"Seguro que no es nada, pura imaginación" - me decía a mí mismo.  "Me sentaré cinco minutos y se me pasará."

| LAGO |

La experiencia había resultado ser excitante. Lilith y yo lo habíamos pasado genial con los gemelos Jencks aquella tarde, disfrutando de las profundidades del lago y de sus misterios. Pero tanto bucear nos había cansado a las dos, al contrario que a los gemelos, que parecían estar muy frescos y descansados.

- Sí, es muy interesante...- murmuré, apoyando la cabeza en el pecho de aquel muchacho que me había alegrado la tarde. Recorrí el lago buscando la mirada de Cambaral, pero no le vi y fue entonces cuando me pregunté qué hacía buscándole.

| Deeteth |

Leirith y yo íbamos paseando por la isla, vigilando cualquier movimiento que pudiera resultar extraño o fuera de lo normal, pero no parecía haber nada en aquel lugar tranquilo y pacífico.

De pronto, nos encontramos con Fistandantilus que parecía algo nervioso. Nos acercamos a él, sin apartar todos nuestros sentidos de los alrededores de la isla, para seguir vigilando.

- ¿Qué sucede, Fistandantilus?- le pregunté, mirando a Leirith para después mirar de nuevo a Fist.

[Deeteth]

Mire a Meirith, sin saber cómo explicarle nada.

- "Hace unos minutos he hablado con Farilynn.  Por lo visto ni ella sabe qué asuntos tiene Dana con Grey y Nacilë, y de hecho no me importaría.  Pero también me ha dicho que no la deje sola, y eso me preocupa.  Es contradictorio.  Se supone que aquí no hay nada que temer, ¿no?  Además, la reina... no creo que hable por hablar.  Es una persona con juicio.  Algo sabe, y si algo corre por su mente, los habitantes del lugar lo saben."

| Deeteth |

Miré detenidamente al muchacho. No tenía demasiada confianza con él ni con aquella mujer de la que hablaban, Dana. Tampoco la tenía con Farilynn, pues había pasado poco tiempo desde que había salido del conjuro que me poseía continuamente.

- Mira... Aquí estamos seguros, de eso puedes estar tranquilo- dije, mostrando una pequeña sonrisa-. Quizá ella teme que, regresando a su pasado, pueda hacer alguna estupidez... La gente que habita en Deeteth tienen buenas intenciones, lo hemos visto en sus mentes- añadí para tranquilizar al muchacho, mirando a Meirith para que afirmara aquella nueva información-. Y, a no ser que encuentren un adivino que haya pasado su vida aquí y pueda encontrar la isla, no vendrán... Y no creo que eso suceda, porque sino ya harían venido hace tiempo-.

[ Deeteth ]

- Hëndel... cielo... ¿Qué hacemos ahora? - Le pregunto a mi amada mientras miro al horizonte. - Al parecer, todos están ocupados con sus cosas y nadie tiene tiempo para nosotros... -

Es extraño como todos han pasado de nosotros.

Cada uno tiene sus problemas, lo sé, pero un poco de ayuda nunca viene mal.

| JUGADA MASTER |

Los minutos pasaron y la cena estaba preparada ya en ambos lugares.

En Deeteth cenaban todos los habitantes en la misma casa, en la más grande de toda la isla, donde vivía el más sabio del lugar... La casa simulaba un castillo blanco, aunque no era tan grande.
El interior estaba repleto de figuras y cuadros increíblemente valiosos, pero sobretodo estaba lleno de plantas hermosas que trepaban por las paredes de piedra.
En la primera planta estaba el comedor y justo en el centro había una larga mesa, con un centenar de sillas rodeándola. Sobre la mesa había fruta, carne cocinada al punto y verdura fresca, con algunas salsas hechas a base de frutos del bosque.

Todo estaba perfectamente iluminado con candelabros plateados, situados estratégicamente a lo largo de la mesa, procurando que nadie comiera a oscuras.

Grey, Nacilë y Dana ya se encontraban sentados en la mesa, esperando a que todos llegaran. Los habitantes iban entrando en la casa, acostumbrados ya a aquella actividad. Sin embargo, los recién llegados aún no habían tenido la oportunidad de cenar en Deeteth.

En la casa lúgubre era una noche más como otra cualquiera, aunque era la primera que Mae y Jairon cenaban junto a Markwolf, siendo entonces traidores a su señor.
En la mesa había carne y verduras, preparadas por las ancianas, que cada vez lo hacían mejor. La presión que ejercía Markwolf sobre ellas estaba dando resultado y parecían recibir mejor a las personas.
Markwolf, Mae y Cassandra ya estaban en el comedor, esperando a los muchachos. Poco después, llegaron todos y comenzaron a cenar.

De vez en cuando, Mae le dirigía miradas fugaces a Jairon, dedicándole leves sonrisas.

| Deeteth - Comedor |

Entré en aquel comedor despues de una ducha bastante placentera. Llevaba una camisa blanca abierta casi entera que mostraba mi espectacular cuerpo. Mi cabello largo, brillando y con un olor que podría recorrer aquel comedor si fuese necesario. Alguna que otra vez respiraba profundamente para poder apreciarlo.
Me senté por el centro de la mesa y esperé a que todo el mundo llegase.

| Comedor |

Empecé a cenar con tranquilidad. Me dolia un poco la cabeza por todo el esfuerzo que hice en mi habitación en concentrarme.
-Lo unico que pude ver es lo que ya sabemos.-empecé a decir, sin dejar de comer con maxima tranquilidad.-Se fueron del castillo pero aún no logro ver a donde, mi señor.-ahora si miré a Markwolf a los ojos, poniendo cara de preocupación.-¿Usted que cree? No creo que escapasen y no quieran luchar más... El irse del castillo debe de significar que tienen un plan mejor o simplemente otro escondite.