Partida Rol por web

| Deeteth |

Asentí ante las palabras de la Reina de los Elfos.

Es verdad, amaba a Hëndel y eso impediría que le haga daño... ¿pero a los demás?

Tendré que tener cuidado con ese tipo de cosas.

Mas después, continué escuchando las palabras de Farilynn y sonreí.

- Pero mi Reina, habláis de luchar, pero no me habláis de cómo, ni de cuando, ni de con quién. - Dijo Sirius mientras presionaba la mano de Hëndel. - No deseo ser impertinente, mi Reina, pero... ¿es qué no puede confiar en nosotros y contarnos lo que se propone? -

| Deeteth |

Asentí, entendiendo al muchacho. No sabían casi nada y sin embargo aguantaban tener que permanecer en la ignorancia.

- Sirius... Sabes con quién luchamos, lo que no sabes es cuando- le rectifiqué. Todos sabían que luchaban contra Markwolf, aquella fue la única parte de esa frase que no entendí de Sirius-. Lo que intentamos es tenderles una trampa... Ésta isla sólo pueden verla aquellos que ya hayan estado aquí... Nosotros entramos porque íbamos con Dana- le expliqué, con una agradable sonrisa-. Las victorias conllevan estrategias y la nuestra es vigilar el internado desde aquí para cuando lleguen. Meirith y Leirith se encargan de la vigilancia, con la ayuda del águila de... - me paré a mitad de la frase, incapaz de pronunciar a Walgior-. Cuando lleguen estaremos preparados-.

| CASA LÚGUBRE |

- Bien, pues esa será nuestra estrategia- dije, después de que terminaramos todos la cena. Habíamos estado tratando el tema del próximo ataque, el que sería letal para ellos, claro-. Mae y sus clones quedarán rezagados y, cuando estén fuera de su escondite, atacarán... Yo iré también en el grupo que hará de cebo, sino no se lo creerán- expliqué, entrelazando los dedos de mis manos-. Puede que éste ataque sea el definitivo, así que nada puede fallar... Cuento contigo, Jairon... Eres el mejor aprendiz que he tenido-

| Deeteth |

- Siento que no me haya explicado bien, mi reina. Me refería a quienes lucharán a nuestro lado en la batalla, pero bueno, eso ahora no importa. Lo que ahora importa es saber cuando y como van a atacarnos. - Dijo el mago mientras miraba el firmamento. - ¿Tenemos alguna forma de saberlo? ¿O es simplemente sentarnos a esperar? -

No podía estar de brazos cruzados, no era su mejor capacidad.

Necesitaba luchar, y defender a muerte a su amada, y sobre todo, vencer.

Esa era la única forma de vivir en paz y armonia.

[Deeteth]

Abracé a Dana cuando se me echó encima, no sin cierto sentido de culpabilidad.

"Lo siento... no tenía derecho a pensar algo así de tú gente.   No debí decirtelo."

Me separé unos momentos de ella para mirarla a los ojos.  Puse una mano en su nuca, la besé y la apreté nuevamente contra mi hombro, pidiéndo perdón.

"No me lo tengas en cuenta, por favor.  Debí imaginar lo que pasaría."

Dana confiaba en ellos plenamente.  No tenía derecho a ponerles en duda.  Levanté la mirada y vi el lago, no muy lejos.

"Ven.  ¿Te apetece darte un baño?"

| Casa Lúgubre |

Sonreí satisfecho y asenti a Markwolf.
-Es un gran honor, mi señor. No le defraudaré, se lo aseguro.-no quité mi sonrisa, mientras le miraba a los ojos.-Si me disculpais, iré a mi habitación por si consigo ver algo más, aunque lo dudo mucho...-me levanté, haciendo una pequeña reverencia hacia Markwolf, Mae y con menos ganas a Cassandra. Al subir a mi habitación me acosté, cerrando los ojos.

| Deeteth |

Me quedé pensativa, mirando a la pareja. Tenía ganas de terminar con la conversación y marcharme de allí, para estar un rato sola.

- Verás... Contamos con Dana y sus dotes de adivinación, pero creemos que algo no va bien- confesé, entrelazando mis manos detrás de mi espalda-. No es capaz de ver los próximos movimientos del enemigo, y no sabemos exactamente la razón... Puede ser que Markwolf haya conseguido nublar sus visiones o que lo haga alguna especie de protección de la isla... Pero ella no recuerda ningún tipo de escudo que no permita ver más allá de Deeteth, pero tengo que hablar con Grey para aclarar el asunto... Si es Markwolf el responsable de que Dana no tenga visiones es porque ya planean atacarnos y posiblemente se estén acercando pero debéis descansar- les pedí, dejando caer mis brazos a los lados-. Si vemos algo os haremos llamar, no os preocupéis... Y Sirius, no creo que te de tiempo a poder controlar el don...-.

Dicho aquello decidí que lo mejor era marcharme para que asimilaran la información. Por mis venas corría la sed de venganza y estaba deseando poder encontrarme con Markwolf... Yo misma le mataría.

Me encaminé hacia la casa de Grey...

| Deeteth |

Después de la conversación mantenida con la Reina Farilynn, me giré y me coloqué justo delante de mi amado, mirándole directamente a los ojos.

- Tengo un plan... Si de verdad están cerca, no tenemos mucho tiempo...- le dije, sabiendo que la idea que se me acababa de ocurrir no le gustaría. A mi tampoco me hacía ninguna gracia, pues era correr demasiados riesgos, pero querí hacerlo, aprovechar lo que se me había otorgado-. Me convertiré en Farilynn... Quizá podría convertirme en otra persona, pero no controlo mi don demasiado... Seré un cebo, una trampa para que la verdadera Farilynn pueda matar a Markwolf cuando esté desprevenido... Tranquilo, no me pasará nada, estoy segura- mentí, besando lentamente a mi amado. Tenía miedo y estaba asustada, pero tenía que hacerlo paa ayudar lo máximo que pudiera.

Sentí terror por pensar que me podían separar de Sirius, pero con aquel gesto también le ayudaría a él... Si Markwolf caía, caerían todos.

| Deeteth |

En ese momento me sentí culpable por provocar en Fistandantilus remordimientos. Le abracé con fuerza, limpiando mis lágrimas en su túnica.

Escuché atentamente sus palabras, pidiéndome perdón cuando no tenía que hacerlo... Le cogí suavemente las manos y le miré a los ojos. Puse uno de mis dedos índices en sus labios.

- Fist... No me has hecho llorar de tristeza... La felicidad no es nada malo- le dije, sonriendo. Las lágrimas ya habían dejado de salir, y lo agradecí-. Te amo, Fist... Nunca he amado tanto a alguien... Y puedes estar tranquilo, te puedo asegurar que mi "prometido" tampoco quiere casarse conmigo-.

| Deeteth |

Miro a Hëndel mientras sonrío y escucho su plan, y dejo que me bese. Pero cuando termina de hablar, la cojo por los brazos y la miro a los ojos.

- No. - Digo secamente. - Lo que pretendes hacer es un suicidio y tu sola no podrás. Aún no controlas el poder y si algo te ocurriese, no me lo perdonaría. Si quieres, podemos intentar otra cosa, pero tu sola no vas a ningún lado. ¿O pretender morir joven? -

En realidad, la idea me parecía excelente. Una idea maravillosa... salvo por el hecho que era mi amada la que tenía que realizar el plan.

| Deeteth |

Negué con la cabeza, contestando así a la pregunta de mi amado.

- No, Sirius... No pretendo morir joven, pero sabes que es genial la estrategia- dije, acariciando su mentón, dándole un suave beso en los labios-. Da igual que no lo controle, da igual que me descubran... Lo importante es distraerles, amor... Simplemente tendrás que vigilar y si ves que mi apariencia me pone en riesgo, avisar a Farilynn para que ejecuten un ataque sorpresa. ¡Vamos, Sirius! Sabes que es un plan perfecto y, aunque perdiera la vida en el intento... Lo único que quiero es ayudar a Farilynn para que pueda vengarse y ayudarte a ti... Si consigo salvarte seré la mujer más feliz del universo...- susurré, besándole tiernamente.

| Deeteth |

- Hëndel... no pienso dejarte que lo hagas sola. Lo sabes. Iré contigo donde sea y si tengo que avisar, avisaré. Para algo esta Rakkir, para avisar si hay problemas. Él puede viajar mucho más rápido que yo. - Le digo mientras la cojo de las manos. - El plan es genial, pero no lo harás sola. Lo harás conmigo. -

Acerco mis labios a los suyos y la beso. La beso como si fuera la primera vez... la primera y la última.

- Ahora, planeemos todo a la perfección. -

[Deeteth]

La cogí de la mano, expresándole todo el cariño que pude.

"La verdad es que me consuela bastante.  Mucho.  No sabría qué hacer sin tí."

Hice una pausa y la abracé.

"Vamos a descansar, debes estar agotada."

| Deeteth |

Dibujé en mi rostro una agradable sonrisa al ver la suya y le abracé fuertemente, acercando mi nariz a su cuello para olerle. Me gustaba tenerle cerca, me encantaba, me hacía sentir bien... Hacía que me sintiera segura sabiendo que estaba a mi lado. Mis manos se deslizaron por su nuca y después por su cabello, acariciándolo.

- Sí, vamos a descansar... Ha sido un día demasiado largo para todos... Vamos a tu casa mejor- le dije e inmediatamente protegí su mente y la mía para que nadie supiera dónde estábamos. Si acudíamos a mi casa corríamos el riesgo de que fueran a buscarme allí, así que era mejor estar en la de Fist.

Una vez que llegamos me desprendí del vestido y me quedé con el camisón que siempre llevaba debajo de él, para no pasar frío, y me tumbé en la cama. Cerré los ojos y esperé a que Fist se tumbara al lado mío. Después apoyé mi cabeza en su pecho, para escuchar sus latidos...

| Deeteth |

Asentí, rindiéndome a lo que era imposible: convencerle de que eso tenía que hacerlo yo sola. Aunque planeáramos algo juntos, si eso llevaba a arriesgar su vida no iba a cumplirlo, eso lo tenía claro.

- Está bien... Mañana decidimos lo que hacemos, ¿te parece? - le pregunté, mientras le cogía de la mano, preparada para ir a descansar.

| Deeteth |

- Muy bien. Será mañana entonces. - Le digo a mi amada mientras nos dirigimos a la casa que nos habían prestado en la ciudad. - ¿Te quedas otra noche más conmigo? -

[Deeteth - casa]

Me quité la túnica y me tumbé en la cama.  Dana se recostó sobre mí y yo acariciaba su cabeza.  Eran esos momentos los que valía la pena vivir y por los que luchábamos.

Respiré hondo y expulsé el aire.

"Cariño... - sentí un leve cosquilleo al llamarla así, nunca lo había hecho - ¿sigue en pie el intentar una regresión?  Le estoy dando muchas vueltas.  Estoy indeciso.  A veces es mejor dejar el pasado donde está... pero eso no se sabe hasta que se ha buscado en el...  ¿Qué opinas?"

Besé su pelo, la miraba lleno de amor.

| Deeteth - Casa del árbol |

Asentí, sonriendo. Era el momento que más me gustaba del día, poder dormir junto a mi amado. Deseaba poder hacerlo para siempre pero no sabíamos si la muerte nos separaría. Acaricié suavemente su mano y empezamos a caminar hacia nuestra casa, la que nos habían prestado. Subimos por las escaleras improvisadas del tronco del árbol y solté el lazo que recogía las cortinas, para tener mayor intimidad.

- Me quedaré todas las noches contigo, mi amor... Eso nunca lo dudes- le susurré a Sirius, dándole un beso en la mejilla. Después de llevar unos minutos andando, llegamos a nuestra casa y rebusqué en mi baúl, encontrando el camisón de seda que me ponía para dormir. Me cambié la ropa y me acosté en la cama, esperando con una sonrisa a que Sirius también se acostara.

| En la casa lúgubre |

Subí las escaleras hasta llegar al pasillo donde se encontraba la habitación de Jairon. Me había dejado bastante preocupada después de marcharse del comedor... Se estaba esforzando demasiado por tener visiones y eso tampoco era bueno. No tenía que obligarse tanto.

Toqué con los nudillos en la puerta un par de veces, pero no pedí permiso para entrar. Abrí la puerta y lo vi tumbado en la cama.

- Hola, espero no molestar... ¿Te encuentras bien?- le pregunté, preocupada, sentándome al borde de la cama.

| Casa de Fistandantilus |

Suspiré al escuchar las palabras de Fist. Se encontraba confuso con respecto a las regresiones, al igual que yo. No sabía si sería lo adecuado, pero se me ocurrió una idea para darnos más tiempo y poder asimilarlo.

- Fist... Podemos hacer una cosa- empecé a decir, mientras apoyaba el codo en la cama para poder apoyar mi cabeza en la palma de la mano. Con la otra que tenía libre empecé a acariciarle el pecho y el vientre, con deseo-. Someterte a una regresión puede acarrear complicaciones si lo hacemos justo ahora... Si la cosa no saliera bien, no podrías luchar y serías un blanco fácil...Asi que, si tú quieres podemos dejarlo para cuando todo ésto acabe y si, cuando llegue el momento, te sientes preparado... ¿Te parece mejor así?- le pregunté, sin dejar de acariciarle. Me acerqué a sus labios y los besé con ternura. Después me separé y esperé su respuesta.