Partida Rol por web

|Jardines - Vestíbulo - Aula de castigos|

Le sonreí y decidí que el muchacho tenía razón, así que le cogí suavemente de la mano, aún empapados por la lluvia, y entramos al vestíbulo.
Las gotas resvalaban por nuestros rostros, nuestros brazos... La ropa las empapaba...
- Vamos a buscar un buen sitio para secarnos mientras conversamos tranquilamente... Que la cosa empezaba a ponerse interesante- dije, susurrando la última frase, agarrándole más fuerte aún la mano y arrastrándole mientras subíamos las escaleras, concretamente a los pisos más altos... Si no queríamos que nos pillaran, lo más seguro era subir arriba, y encontramos un aula que ponía en la puerta "Aula de castigos". Sonreí maliciosamente, abriéndola-. Creo que hemos sido muy malos y nos van a castigar... O yo te voy a castigar a tí, lo que más te guste a tí...- le dije a Mefiroth, sensualmente, mientras le obligaba a entrar y cerraba la puerta detrás de mi.
Apoyé mi espalda contra ésta, cruzando los brazos, mirando de arriba a abajo a Mefiroth, que se encontraba delante mía.
- ¿Sabes? Dicen que es perjudicial secarse con la ropa mojada puesta... Creo que lo mejor es quitárnosla, ¿no crees?- le pregunté, dirigiéndome a uno de los pupitres que habían en el centro del aula, sentándome encima y quitándome las botas negras que llevaba, además de las medias que me cubrían las piernas, y la falda, quedándome sólo con la ropa íntima en la parte de abajo.
Como si fuera lo más normal del mundo, me quité también la camiseta, quedándome sólo con el sostén, y extendí sobre otro pupitre distinto mi ropa, para que tardara menos en secarse.
- Puede que pasemos un poco de frío... ¿Se te ocurre alguna manera de impedirlo?- le pregunté, sentándome de nuevo sobre el pupitre, cruzando sensualmente las piernas, tocándome el pelo mojado, insinuante... Le dediqué una sonrisa maliciosa y un guiño de ojo, incitándole.

NUEVO INTERNADO- AULA DE CASTIGO.

Al ver a la pequeña pero deseable, me sorprendo disimulando inosencia para que esta misma siga tomando las riendas, ya que me estaba gustando el jueguito... La miro de arriba a abajo... sonrio maliciosamente, dicha sonrisa era casi inexpresa, mas bien paresia que no se habia movido mi boca, pero los pensamientos estaban...

Me sorpendia de como sin yo querer, o sin tener a objetivo ligarmela ya lo estaba consiguiendo... Mi mente se empesaba a llenar de morbosidad y de exitasion -eso dicen, supuestamente al juntar los cuerpos se calientan mas rapido...- Me quite toda la ropa, esto debido a que nunca uso pantalonsillos... -Ups, perdone es que nunca uso eso de interiores... me molestan...- lo dije tapandome inosentemente, almenos es lo que queria que pensara.

Me avecine a ella y le insinue que no mirara acia abajo ya que supuestamente me daba verguenza... Presiento que este juego deveras que me va a gustar.

|Mi habitación|

Sonreí maliciosamente, al ver que estaba encontrando mis objetivos.
Empecé a bailar, sensualmente, mientras me empezaba a quitar algunas prendas de ropa... Volví a sentarme encima de Olwë, rodeando su cintura con mis piernas, puesto que tenía un poco de frío al estar en ropa interior. Pero el frío ya empezaba a pasarse, al notar su cuerpo en contacto con el mio...
Empecé a darle suaves besos por el cuello, por el hombro, por la oreja...
- ¿Te estás secando ya o continúo...?- le pregunté, susurrándole al oído, mientras agarraba sus manos y las guiaba hasta mi trasero, siguiendo con los besos que le estaba dando.

|JUGADA MASTER|

Fistandantilus seguía en su empeño de conseguir algo de información, al menos para poder abrir aquella vitrina con los libros misteriosos, esos libros que tanto intrigaban al muchacho...
Pero algo interrumpió su investigación: se trataba de Cassandra, aquella mujer que había llevado al nuevo internado a los alumnos.
- Buenas noches, ¿no crees que mañana tendrás más tiempo para leer? Deberías irte a dormir, muchacho...- le dijo Cassandra, acercándose para ver lo que estaba leyendo-. Hechizos, ¿eh? Dime, ¿qué es lo que estás buscando? Yo podría ayudarte... Tan sólo tienes que decirme lo que necesitas- le dijo, cogiéndole el libro para cerrarlo a continuación y poniendo los brazos detrás de la espalda, para ocultárselo a Fistandantilus.
Cassandra parecía estar dispuesta a ayudarle con cualquier cosa que quisiera hacer... Pero, ¿estaría dispuesta a ayudarle con el tema del arco y la vitrina si Fistandantilus se lo contara?

Sirius y Hëndel seguían encerrados en aquella estancia con paredes y suelo de piedra, que les provocaba un frío descomunal... Pero intentaban combatirlo con abrazos y su calor corporal, por muy poco que fuera.
Las preguntas del muchacho no obtuvieron respuesta, pues no parecía haber nada ni nadie en aquella habitación. Estaban completamente solos y no parecía haber ninguna manera de salir de allí...
De repente les vino una pregunta a la cabeza: si ellos estaban dentro era porque habían entrado por algún sitio... Pero, ¿por dónde?

Neith y Mefiroth estaban en el aula de castigos, disfrutando de aquella intimidad... Parecía que nadie iba a molestarles, pues mucha gente ya se había ido a descansar y no iban a pasearse por el internado, a contrario que ellos...
Aquella manera de combatir el frío se estaba poniendo de moda en los jóvenes con las hormonas alteradas y todos parecían sentirse muy agusto con aquella moda.

Olwë y Naida era otra pareja que había recurrido a ese método, aunque ellos van más adelantados que el resto... Naida estaba protagonizando un bonito y sensual baile, intentando que Olwë se secara después de haber estado expuesto a la lluvia.
A pesar de su diferencia de edad, parecían sentirse muy agusto... Desde luego, aquel factor no era una barrera para ellos, sino todo lo contrario. Naida se lo estaba tomando como una ventaja para mostrarle cómo era el mundo teniendo relaciones sexuales con la pareja.

Walgior, tras ver cómo Mark intentaba entablar conversación con Farilynn, controla sus impulsos y decide marcharse a su habitación, ante la mirada atenta de la joven, que hacía caso omiso de la conversación que estaba intentando mantener el director.
Walgior se tumbó en la cama, desnudo, pues así era como se sentía más cómodo... La habitación estaba oscura, no había ninguna luz que alumbrara la estancia, así que no pudo ver lo que se le venía encima...
Escuchó un ruido al lado de su cama y, lo único que pudo ver fue una silueta, entre la oscuridad...
A continuación, recibió un golpe en la cabeza, otro en el estómago... Le agarró fuertemente del brazo y lo lanzó al suelo, repitiendo los golpes... Parecía que si Walgior se defendía, le iba a resultar bastante difícil...

| Habitación |

Me encontraba ya acostado, medio adormilado. Un ruido me alertó, pero no fuí lo suficientemente rápido como para moverme antes de recibir los golpes.
Una vez en el suelo creí que tendría tiempo de reaccionar, pero por culpa de la oscuridad y la desorientación a causa de los golpes, el atacante siguió golpeandome. Empecé a agobiarme por no poder hacer nada, incluso por no poder apenas moverme. La unica opcion viable que acudió a mi mente era aferrarme al cuerpo del enemigo, evitando sus golpes y aprovechar para dar yo algunos. Me avalancé hacia el con todas mis fuerzas, aguantando sus golpes en mi cuerpo.
 

[ Habitación Extraña ]

Mis ojos continúan paseando por la habitación. Las paredes de piedra no muestran ningún signo de entrada o de salida, sin embargo, si no nos han metido aquí usando magia, debe haber una entrada en algún sitio, aunque sea en el alto techo.

Cierro los ojos y comienzo a concentrarme en cada una de las piedras que forman las paredes, buscando algún tipo de espacio o cosa extraña en las rocas de la que están formadas. Abrazo más fuerte a Hëndel mientras mi aura se va extendiendo hacia todas direcciones, buscando algo raro...

|Habitación extraña, encerrada|

Sirius intentaba de todas maneras averiguar algo de cómo salir de allí, pero de momento no lograba ver nada...
A pesar de que seguía abrazándome, me concentré en mi magia, en mi conejo que estaba tan lejos y solo...
Me concentré en detectar magia, presencia, o alguna salida oculta por magia... Cualquier cosa iba a servir si conseguíamos averiguarlo.

|NOTA MASTER|

A partir de ahora hay un cambio con respecto a los dados. En lugar de poner nivel 15 no pongáis ningún nivel y ya interpreto yo según los resultados y les pondré niveles a las diferentes situaciones en las que os encontréis, ¿de acuerdo? Esta noche pondré master con los resultados de las jugadas anteriores y las posteriores a este mensaje. Aunque ponga fracaso en las que habéis hecho antes de este mensaje, debéis saber que quizá tenga resultados beneficiosos para vosotros.
Un saludo.

NUEVO INTERNADO-CUARTO DE CASTIGO.

Mientras abrazaba a Neith, que de inocente no tiene nada, empese a sentir como mis ormonas llenaban el cuarto y la exitacion sonrojaba mi cara... puse mis labios cerca de su oido derecho y le mormure muy pausada mente, incitandola a dar el siguiente paso.

-Creo que aun tengo frio, que podemos hacer para calentarnos mas???

[Biblioteca]

Aquella mujer, la hechicera, me arrebató el libro.  Era realmente grosera.

Me levanté del asiento y crucé las manos dentro de las mangas.

"Ciertamente mis asuntos son cosa mía. No he pedido ayuda a quién conozco, cuánto menos te la pediré a ti, que eres una extraña.

Ahora, por favor, devuélveme el libro.  No me gusta que interrumpan mis estudios innecesariamente.  Además, si mañana tendré tiempo o no para leer es cosa mía.  Si tengo tiempo ahora, no veo otra cosa en la que invertirlo.

-Extendí  mi mano izquierda - El libro, por favor".

|Aula de castigos|

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando Mefiroth me susurró al oído aquellas palabras tan sensuales y provocadoras...
- Podemos hacer alguna cosita... Seguro que nos íbamos a calentar bastante... Aunque también podemos optar por hacer lo que tú quieras, claro- le dije, guiñándole el ojo, animándole a que él fuera también quién tomara la iniciativa, aunque a la vez le estaba rodeando la cintura con mis piernas desnudas, acariciando su cabello con mis manos.

|JUGADA MASTER|

Cassandra le puso mala cara a Fistandantilus y no parecía que tuviera la intención de darle el libro.
- Sí que me importa que te quedes aquí hasta tarde... Te recuerdo que probablemente acabe siendo profesora y más te vale que en mis futuras clases rindas al máximo...- le dijo, a modo de advertencia, tendiéndole el libro de nuevo.
Parecía que Fistandantilus acababa de ganarse una enemiga, y no parecía que eso le fuera a beneficiar mucho...
Cassandra abandonó la estancia, después de devolverle el libro y dedicarle una severa mirada.

Walgior consiguió propinarle un golpe al agresor, pero eso no impidió que siguiera golpeándole... Al contrario, su mente se llenó de ira y siguió golpeándole, cada vez más fuerte... Hasta que, de repente, alguien tocó a la puerta y consiguió que aquella persona dejara de darle aquella tremenda paliza.
Salió por la ventana, aunque Walgior no pudo verlo...
- ¿Walgior? ¿Estás ahí?- preguntó la voz de Farilynn, al otro lado de la puerta.

Los hechizos de Sirius y Hëndel no funcionaron, aunque Sirius pudo detectar algo extraño justo en el techo, que no podían divisar desde donde se encontraban, pues el techo era demasiado alto.
Parecía la presencia de alguna ventana o algo que les ayudaría a escapar de allí, pero, ¿cómo?

Neith y Mefiroth seguían jugando en el aula de castigos, jugando a que sus cuerpos se tocaran y a provocar al otro para que tomara la iniciativa... Aquello iba a acabar bien para ellos.

[ Habitación Extraña ]

Mis sentidos encontraron una pequeña abertura en el techo, por la que podríamos escapar. Aunque todo está demasiado oscuro y no logro ver nada, sé que el techo está demasiado alto como para intentar escalar. Además, no quiero que le pase nada a mi princesa y sobre todo, sobre todas las cosas, quiero descubrir quién ha sido el responsable de encerrarnos aquí.

Sé que ambos podemos utilizar la magia, pero cualquier fallo en un hechizo, puede hacer que nuestros cuerpos se resientan y necesitamos estar alertas y con todas nuestras fuerzas para salir de aquí.

En ese momento, se me ocurre una idea. No pretendo todavía salir de aquí, no si la vida de Hëndel corre peligro, por lo que intento concentrar toda mi energía en una bola de luz, la cual nos permitirá ver toda la estancia y además, nos dará calor. También, me dejará ver mejor la ventana y descubrir si por allí podría entrar algo más grande que nuestros cuerpos.

Continúo abrazando a mi hermosa compañera mientras que levanto una de mis manos por encima de nuestras cabezas. Aún sin la ayuda de Rakkir, mi magia es lo bastante poderosa para poder crear un hechizo tan simple como este, sin embargo, en la situación en la que me encuentro, todo puede pasar.

| Habitacion |

Aquellos golpes me estaban dejando inmovil, impotente... Nunca antes me habia sentido de aquella manera y no me estaba gustando... De repente paró y no supe porque, pero lo agradecí. Aunque pude atacar, no tube fuerzas para ello, me quedé tumbado en el suelo. Mi cuerpo desnudo mostraba multiples contusiones, moratones, sangre... Me arrastré hacia la puerta al escuchar a Farilynn tras la puerta. No quería que me viera así, me intenté levantar pero caí al suelo de rodillas.
-Farilynn...-susurré mientras me acercaba a gatas hacia la puerta, apollaba la mano en el pomo y abría para luego caer a los pies de mi amada.

| Habitación de Naida |

Me sentia incomodo en esta situación, nunca me habia visto en una situción ni lo más minimo parecida y no sabia desenvolverme como desearia, el corazón me latia a un ritmo descomunal y los nervios me podian jugar malas pasadas.

-Si creo que ya estoi lo suficiente seco.- dije mientras la retiraba un poco de mi.
-¿Estas segura de lo que quieres hacer esto?- Susurre

[Biblioteca - habitación]

Mi cara dibujó aquel rictus cínico que tanto me gustaba, torciendo el labio en una mueca de satisfacción.  Ciertamente la había enfadado, pero no me importaba.  Por el momento no era nadie importante para mí, y eso es lo que contaba.

Mire nuevamente el libro y decidí que seguiría al día siguiente con él.  No obstante, dado el repentino interés de aquella arpía, en vez de dejarlo en la biblioteca lo llevé conmigo a la habitación.

Estaba rendido.  Quizás un poco de descanso me sentaría bien para continuar mis investigaciones.  Me quité la túnica y la dejé cuidadosamente doblada sobre una silla.  Acto seguido me metí en cama, reflexionando en todo el asunto, esperando que el agotamiento me invadiera.

NUEVO INTERNADO- CUARTO DE CASTIGO.

En aquellas sircunstancias en la que estaba, me abrumo un repentino deseo y ganas de satisfaccion corporal, como unca antes la habia sentido, queria destrozarme en pedazos si podia... no dude ante sus sabias palabras en aremeterme contra ella y dar todo de mi, esmerandome en un 300% lo que nunca antes habia hecho... No entendia el porque del asunto, no entendia por que estaba tan exitado y con tantas ganas... que las habria provocado... todo esto empeso como un juego, no lo entendia...

|Mi habitación|

Me quedé bastante sorprendida cuando me apartó de él, después de decir que ya estaba bastante seco... Me había dejado bastante chafada, por no decir desilusionada.
- Ehm... Sólo queríamos eso, ¿no? Que te secaras...- le dije a Olwë, habiendo cambiado la expresión de mi rostro. En ese momento me sentía triste, pero sabía que lo hizo sin querer. Aún así, comencé a vestirme con un camisón, preparándome para irme a dormir-. ¿Vas a quedarte o prefieres irte a tu habitación?- le pregunté, frunciendo ligeramente el ceño.

|JUGADA MASTER|

Sirius consigue que su hechizo surta efecto, pero no el deseado... Lo único que consigue es que una pequeña luz alumbre un poco la estancia, pero no lo suficiente para que alumbre el alto techo, y mucho menos para poder ver aquella ventana que les ayudaría a escapar de allí.
A Hëndel se le ocurre una idea y es la de realizar un hechizo para trepar por las paredes y poder llegar al techo.

Walgior consigue abrir la puerta y Farilynn pegó un grito de terror cuando vio a su amado tirado en el suelo, lleno de moratones y heridas. Sangraba bastante, y la reina se arrodilló a su lado de inmediato, cogiéndole la cabeza con cuidado.
- ¡Oh, no! ¿Qué te han hecho? - preguntó Farilynn, casi gritando-. ¡Maldita sea! ¡Sabía que algo así pasaría! Lo siento, amor mio... No me ha dado tiempo a venir antes, me entretuvieron en el comedor...- le dijo, abrazándole, intentando no hacerle demasiado daño.
Poniendo las palmas de sus manos sobre sus heridas y con un hechizo, consiguió que las heridas cicatrizaran, pero los moratones no se le iban a ir con magia... Se le irían con el tiempo, al igual que el dolor de los golpes.
- ¿Qué ha pasado, Walgior?- le preguntó, una vez que acabó de curarle las heridas más graves.

Mefiroth seguía con Neith, en su juego de adolescentes, pero cuando la muchacha vio que el chico empezaba a entregarse, se alejó de él y se puso de pie.
- Vaya, creo que acabo de acordarme de un asunto muy importante... Sí... Irme a dormir- le dijo la muchacha, comenzando a vestirse, con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro-. Encantada de haber estado en esta situación contigo... Aunque no haya podido terminar la faena- añadió, soltando una carcajada. Le acababa de gastar una jugarreta a Mefiroth.

Olwë y Naida empezaban a empeorar con su objetivo... Parecía que, o todos se animaban a hacer lo mismo o todos lo dejaban de golpe.