Partida Rol por web

|JUGADA MASTER|

- Ha llegado el momento... Prepararlo todo, ya es hora de que pongamos en marcha el plan B- dijo la voz de Markwolf en su despacho, hablando con uno de sus encapuchados...

Desde la gran fiesta montada para la coronación de la Princesa Farilynn, habían sucedido demasiadas cosas...
Habían pasado ya casi dos semanas desde aquella ceremonia, y la búsqueda de aquellas dos mujeres llamadas "El Oráculo" había sido un intento fallido. Sabían que iba a ser bastante difícil encontrarlas, pues no se sabía nada de ellas desde hacía muchísimos años, incluso siglos...

Debido a la gran decepción por el fracaso de aquella nueva misión, dirigieron el rumbo del barco de nuevo hacia el castillo, donde les esperaba a todos los aprendices el curso que habían dejado en pausa por unos días, pero mayor fue la sorpresa para todos cuando vieron que el castillo ya no era lo que ellos recordaban...
Algunas de las torres estaban derrumbadas y habían signos claros de una batalla. Habían demasiados escombros que hacían irreconocible el castillo... Estaba en ruinas...
Todos los presentes, cuando cruzaron la pasarela del barco para pisar tierra firme y vieron lo que tenían delante, se quedaron impresionados... Algunos no pudieron reprimir alguna pequeña lágrima de tristeza pues, aunque llevaban poco tiempo allí, le habían cogido cariño a sus habitaciones. Por suerte, sus pertenencias las metieron los propios enanos en el barco, así que no suponía ninguna pérdida importante.

Debido a que el castillo había sufrido aquel ataque sorpresa, se vieron obligados a volver al barco, pues en aquella isla ya no había ningun otro lugar donde pudieran recibir aquella educación.
Sin embargo, antes de que el barco zarpara, llegó otro barco mucho más pequeño y mucho más sencillo.
- Buenas tardes, Reina Farilynn- dijo una hechicera bastante atractiva, desde el barco que se había quedado a muy poca distancia del barco-castillo, haciendo una pequeña reverencia a la reina elfa-. Vengo a solicitarle trabajo en el internado y de paso traerle a unos alumnos que debieron pasar por alto la carta de convocatoria- dijo la chica, apartándose un poco para dejar ver a cinco jóvenes. Eran Jairon, Mefiroth, Victoria, Neith y Demian, aunque en ese momento estaban bastante más arreglados, para no aparentar lo que eran.
- Sí, claro... Les mandé las cartas y pensé que les habría sucedido algo- dijo Farilynn, permitiendo que la hechicera se elevara en el aire y, con la magia, elevó también a los muchachos recién llegados-. Del puesto en el internado hablaremos más tarde, ¿de acuerdo? ¿Cómo te llamas?-.
- Está bien, me parece perfecto- contestó la hechicera, con una sonrisa que dejaba ver sus perfectos y brillantes dientes-. Me llamo Cassandra, mi señora-.

Habiendo acabado la presentación de la recién llegada y de los muchachos que había trasladado con ella, fueron en busca de un nuevo castillo, consultando mapas antiguos que disponían en el barco... Y encontraron una... En una isla donde se decía que vivían criaturas encantadas, pero no eran del todo peligrosas, aunque todo tenía su límite...

Llegaron al castillo y todos comenzaron a bajar del barco-castillo, algunos encantados de pisar tierra firme de nuevo para quedarse...

Lentamente bajo del barco, junto con Rakkir a mi lado. El mal sabor de boca al ver destruido el internado, se me pasa al instante al ver el nuevo. Mi dragón camina a mi lado mientras los enanos continúan bajando nuestras pertenencias y llevándolas al nuevo lugar.

Ahora tenemos compañeros nuevos, además de estar en una isla, donde según dicen, habitan unas criaturas encantadas. Yo creo que por el momento, pasaré de meterme en líos. He dejado muy descuidada la relación con mi mascota, y visto lo visto, soy mucho mejor luchando con él a mi lado que lanzando hechizos como un poseso.

Palmeo la espalda de mi dragón, el cual suspira contento. Un pequeño hilillo de vapor y fuego sale de su nariz cuando lo hace. Me acerco hasta su cara, y la cojo con ambas manos a los lados. Inmediatamente, me monto sobre él, y salgo volando hacia el cielo para dar unas vueltas alrededor del castillo, admirando el paisaje, sin alejarme demasiado.

Es hora de hacer historia...

| Fuera del castillo, cerca de la puerta principal |

Bajé a tierra firme, algo que agradecí. Miré al grupo de alumnos recien llegados. Se podría llamar refuerzos de alguna forma. Se me pasó por la cabeza la hechicera que llegó con ellos, realmente atractiva y bella. Me quité aquel pensamiento de la cabeza, molesto conmigo mismo por simplemente pensarlo. Miré a Farilynn, que parecía tranquila despues de aver visto el viejo castillo destruido, una autentica pena aquello. Me encaminé hacia la puerta principal, pero antes de subir los grandes escalones ví a Hëndel, me paré en seco. La miré por largo rato, pensativo y al final me decidí.
-Hola.-saludé, sin poder evitar aquel tono simplon y sin ningun afecto.-¿Cómo estas?.-le pregunté con sinceridad y con verdaderas ganas de saberlo, pero otra vez y como siempre en mi, mi tono no lo demostraba. Tampoco quería quedarme hablando amigablemente con ella, seguía dolido por lo ocurrido tiempo atras.

LUGAR DESCONOSIDO

Ya estaba extasiado al saber que nos infiltrabamos en la casa del enemigo... me encantaba esto... gozaba cada momento y cada instante... miraba para todos lados tratando de aprender todo lo que podia lo mas rapido posible.

Tenia mi fenix envuelto en su tipico manto de fuego, el cual no me hacia ningun efecto ya que soy su dueño, posado en mi ombro. Lo acarisiaba casi todo el tiempo para darle confiansa, ya que este era muy timido ante situaciones como estas... mudanza, a el no le gustaba como sonaba eso pero a mi si, ya que esto determina cambios en las vidas de queines se arriesgaban a hacerlos.

El cambio era lago que me gustaba mucho, era ademas un experto en eso y en la simulacion. Me sentia verdaderamente exitado, sonrreia de oreja a oreja dando la apariencia de una persona injenua, media tonta y que se sorprende con cualquier cosa... justo la imajen que queria dar, ademas de ser el bufon de todos... de esa forma pasaba por invisible, que era mi papel favorito.

Al entrtenar tento sentima mucha confiansa en mi mismo y en mis poderes adquiridos y perfeccionados. Mis lazos de amistad no habian avanzado mucho, imajinense una babosa tratando de correr un Kilometro y con un tiempo limite de 4 minutos, si saben que no abarcaria casi nada de distancia en este tiempo, pues es eso lo que he mejorado en mi relacion con los demas exepto con Vitoria, la cual le coji mucho apresio, aunque la veia un poco frustrada despues de lo la mañana en que la encontre tambaleante. Ella era parami toda la amistad que necesitaba, siempre comportandome como un caballero con ella, aunque esto era para molestar pero megustaba hacerme el papel de lo que no soy, ni sere.

Ansiaba comenzar a entrenar deveras y demostrar mis nuevas aptitudes.

| Bajando del barco |

Al fin lo bueno... Aunque tenía entendido que seguríamos aprendido en aquel castillo, pero con aquella y eso era una ventaja, ver lo que eran capaces de hacer y yo no pondría mucho empeño, sabia luchar con la espada y lo unico que quería saber de mágia era como poder vencerla... Miré a la hechicera que nos trajo hasta el barco, a decir verdad no le quité ojo en todo el viaje. Pero que buena estaba... Cuando su mirada se cruzó con la mía le dediqué una sonrisa de medio lado y aparté la mirada antes que ella lo hiciese, tampoco tenía que parecer que me importaba demasiado... Andé entre los chicos y chicas del bando enemigo. Que bien me lo iva a pasar, sonreí con malicia.

|Nuevo Internado|

Bajé del barco-castillo bastante sorprendida al ver el nuevo internado, pues me había quedado bastante apenada al ver el antiguo destruido... Aunque quizá era bueno pues, a la vez, habían destruido todos los recuerdos que quedaron de mi relación con Walgior. Éste se me acercó, a pesar de que no parecía tener interés en entablar una conversación conmigo, y eso no lo iba a entender jamás.
- Bien, gracias- dije, igual de sosa y seca que él, sin mostrar tampoco interés-. ¿Y tú? Seguro que fenomenal- le dije, mirándole de vez en cuando a los ojos, pero buscando con la mirada a Kith y Sirius, con los que había empezado a mantener una relación bastante amistosa.

|Bajando del barco|

Miré de reojo a Mefiroth, aún acordándome de la conversación que habíamos mantenido dos semanas antes...
Bajamos del barco, observando a todos los presentes, que también nos observaban.
- Esto es bastante vergonzoso... No me gusta que tanta gente me esté mirando...- le dije a Jairon, pues me había adelantado un par de pasos para alcanzarle y dejar atrás a Mefiroth, con el que de momento no tenía ningún interés en hablar. Él me vió en aquellas circunstancias y quería evitar sus preguntas.

|Exterior del Internado|

Bajé del barco, bastante contenta. Durante la penúltima batalla me habían herido de gravedad y había estado en reposo durante todo ese tiempo, intentando recuperarme de las heridas. Por fin estaba ya dispuesta a luchar y hacer lo que sea por mi señor.
- ¡Qué bien cambiar de aires!- exclamé, poniéndome al lado de Mefiroth.

|NUEVO INTERNADO|

Doy un par de vueltas alrededor del castillo hasta que en una de las pasadas cerca de los chicos que están descendiendo mi mirada se cruza con la de Hëndel. Sonrío mientras desciendo lentamente hasta posarme a unos pocos metros delante de ella.

Hace unas semanas, en la Ceremonia de Coronación, he tenido el placer de cruzar unas pocas palabras con ella y me ha caído muy bien. Me bajo de Rakkir ágilmente y comienzo a caminar hacia ella mientras inclino un poco mi cabeza hacia uno de mis hombros sonriente.

- ¿Cómo estás? -, le digo mientras me quito el pelo de los ojos. - Hace mucho tiempo desde nuestra última conversación... -, continúo mientras observo como la luz del sol al amanecer incide sobre su rostro dándole un brillo que la hace parecer aún más hermosa de lo que es. ( Lo cual no es poco )

|Exterior del Internado|

Baje del barco con mi halcon en el hombro y una gran sonrisa, estaba feliz de volver a pisar tierra. Aunque estaba un poco triste por la dectrucción del antiguo castillo, pero este tampoco tenia mala pinta.

Mire para todos los lados intentando localizar a Naida, llebaba ya demasiado tiempo sin verla, y aún le debeia una disculpa por lo ocurrido en la fiesta. Aunque no sabia como hacerlo, parecia no haber bajado del barco todabia, o quizas no la pude ver por la gran multidud de gente que habia ya abajo. Asique decidi seguir al resto de mis compañeros, ya habra tiempo de disculparse mas tarde pense.

Obnubilado por la belleza de Hëndel, no reparo en la persona que se encuentra a su lado. Es Walgior, el "novio" de la Princesa. O por lo menos eso es lo que se comenta por los pasillos. Aunque mi mirada se refleja en los ojos azul cielo de Hëndel, palmeo la espalda de Walgior con mi mano mientras le pregunto que tal está él también.

| Exterior Castillo |

Miré a Hëndel sin decir nada, sin apartar mi mirada de la suya. Cuando llegó un chico [Sirius] ni le miré, me fuí de allí sin decir nada, disgustado por su reacción. ¿Qué diablos pasa? El que estaba enfadado y el que tiene motivos soy yo, no ella. Subí las escaleras de la puerta principal y entré al vestibulo. Me quedé parado un momento, observandolo, aunque enrealidad lo que hacia era pensar... Menudo cambio habia dado Hëndel hacia mí...

| Exterior Castillo |

No me dí ni cuenta que Victoria se puso ami lado. Sonreí con lo que dijo.
-No te preocupes, esto no durará mucho, se acostumbraran de nosotros pronto.-le expliqué, mientras sigo mirando a los chicos y chicas de allí.-Mientras tanto te aconsejo que hagas lo mismo que ellos y te vayas quedando con sus caras y armas... Algunos son bastantes peculiares....-terminé de decir cuando mi mirada reparó en el mango de una espada de una piel oscura, igual que la mia... Aquel chico que tenía aquella espada habia entrado al castillo poco despues de yo ver aquella espada. Pura casualidad, pensé.

Bajé del barco esperando poder pronto acomodarme en el nuevo castillo, pero antes buscando alguien con quien hablar, por lo uqe me acerqué a los nuevos alumnos por si alguno sentía simpatia por los enanos.

Me acerqué a ellos y dije: Saludos nuevos compañeros, como os llamais? deseando de empezar las clases supongo no?

[Bajando del barco]

Todo había quedado destruido.  No sabía quién había hecho eso pero desde luego estábamos en el punto de mira del alguien.  Presuntamente, a juzgar por lo acontecido anteriormente, Markwolf. 

Eché un vistazo a todos, los antiguos compañeros y los nuevos.  La verdad es que era bastante indiferente hacia ellos.  Tampoco me importaba mucho por el momento.

Estiré los musculos un poco, ya que en el barco parecía estar uno atrapado, y di un pequeño paseo con mi gato Magnus. 

menudos torpes, no saben nada estoy cansado enano, no tengo ganas dehablar ok me aparto y busco un lugar donde recortanme mientras recivimos ordenes

Al llegar al castillo palidecí. Había dejado a Arnor allí, no quería exponerle a un viaje en barco, no eran de su agrado, contando con que a la vuelta todo estaría igual. Le había dejado suelto, quizás no le había pasadado nada, pero... Empecé a temblar, y silbé con fuerza una y otra vez, ajena al resto de la gente. Ni siquiera pensé en el castillo en ruinas, ni en por qué estaba así, ni...

Volví a silbar, y sentí que las lágrimas me asomaban a los ojos. Me daba exactamente igual llorar delante de toda aquella gente. No era porpio de mi, no era digno, pero todo daba igual. Estaba desesperada por encontrar al que había sido mi único amigo hasta el momento en aquel lugar.

Me rezagué hasta el último momento cuando todos emprendieron la vuelta al barco. Ignoré la llegada de nuevos alumnos, aunque permanecí junto al grupo, cabizbaja, con varios mechones de pelo calléndome por la cara, pálida, con los ojos enrojecidos, y una mirada de infinita tristeza. A cada mínimo ruido diferente elevaba la vista al cielo, esperando que Arnor apareciese entre las nubes...

Por primera vez me sentía infinitamente sola en el mundo. Mis padres habían muerto. Quizás Arnor también. No tenía a nadie en aquel lugar, ni siquiera un solo amigo... Sentí que todas mis fuerzas flaqueaban. Empecé a preguntarme qué hacía allí, qué sentido tenía aquello... Volví a mirar al cielo... nada... Sentí que nada me costaba tanto como permanecer de pie. Fui plenamente consciente del asesinato de Madre y Padre, y la sangre se me heló. No había pensado en ello profundamente desde que había ocurrido, obsesionada primero con llegar aquí, y despues con la vida en el internado. Pero ahora...

"¿¡Para qué quiero un estúpido don si no puedo encontrar a Arnor!?"

Descendí del barco dejándome llevar por la gente. Sin ser consciente de nada. Ni siquiera miré a mi alrededor. Busqué un árbol alto, el más alto que hubiera, y me dispuse a treparlo. Esperaría ahí días y noches enteras, hasta que Arnor llegase...

 [Afueras del barco-Puertas del castillo]

Salí del barco con mis cosas en las manos, y miré a mi alrededor en busca de Bella. Todavía no estaba allí. Disgustado, observé la isla en la que nos habíamos asentado. Estaba llena de vegetación, no estaba nada mal. El castillo me recordó al antiguo castillo del que veníamos.

Sin más divagar, me dirigí hacia las puertas, echando una efímera mirada a los nuevos alumnos.

 [Isla]

Todavía tenía el cuerpo un poco dolorido por la herida de la última batalla, pero no era prácticamente nada. Salí del barco corriendo y mirando hacia todos lados. 

Kith: ¡Verde! ¡Plantas, bosque, de todo!-grité emocionado corriendo hacia la flora de la isla, observando árboles y plantas, oliéndolas y tocando las que no parecían venenosas ni tenían espinas.

Entonces vi a la chica que había ido a la enfermería, la que había conocido en el comedor (Vana), subirse a un árbol. Sonreí mientras la veia trepar, y me encaramé hacia aquel tronco, subiéndome velozmente. Eso ya era tarea fácil para mí, tras toda mi vida en un bosque. La alcancé, y le tendí una mano de apoyo.

Kith: Buenas vistas, ¿eh?