Partida Rol por web

— Caballo alado, con tu permiso, tomaré algo de ese baúl, a menos de que haya una cocina o algo así — Este en respuesta lanzó un relincho intentando llamar la atención de todos y acto seguido golpeó con uno de sus cascos el suelo en el que estaba sentado. Pero, ahora que los vientos habían cambiado, parecía demasiado ocupado como para dejar el timón.

Cuando Oned se acerca y abre el cofre este vuelve a estar rebosante de alimentos que se encontraban frescos, aunque también crudos; allí se podían ver también algunas manzanas manzanas extremadamente jugosas.

Pese a haber nacido con una naturaleza mágica probablmemente lo más cerca que han estado de un objeto mágico real haya sido frente a la vitrina de alguna tienda especializada.
Pese a esto, la certeza de saber que se trataba verdaderamente de un objeto mágico les daba cierta idea de que su coste debía ser muy elevado. Rescataron un vago recuerdo de haber visto a la venta alguna que otra varita mágica las cuales no poseían un poder mágico infinito sino que poseían un número de usos hasta que finalmente ese poder mágico se agotaba y la varita se veía convertida en un simple palo mundano; aunque también habían oído sobre que Magos, y también Hechiceros, podían crear objetos mágicos con su propio poder interno con lo cual podía renovarse... cosa que los volvía especialmente costosos. No podían estar seguros de esto, pero si se trataba de un objeto mágico permanente entonces muy facilmente ese cofre podría valer unas cuantas decenas de miles de monedas de oro, lo suficiente como para comprar al menos una Gran Casa de dos pisos digna de un burgués. Probablemente valía muchísimo más que ese viejo barco entero con todo lo que tuviese dentro.

Nunca habías visto un objeto mágico en tu vida, ni siquiera has entrado nunca a una tienda que se dedique a vender estos objetos; quizás algunas ves te encontrarse con un vendedor en un puesto que decía vender "objetos mágicos" que daban buena suerte.
Aun así, por los rumores e historias que se contaban sobre las compras y ventas que ricos y nobles les hacían a grandes Magos artesanos, crees que podrías comprarte una casa con lo que sacarías por vender ese cofre mágico. Pero tu vida en las calles te advierte que tener algo tan costoso encima, de hacerse notar, muchos podrían fácilmente llegar a matar por tal cantidad de dinero.

Lentamente pasaban las horas sin haber mucho que hacer en aquel barco. Eventualmente a alguno se le ocurrió pasear y así explorarlo.

No había ninguna puerta o escalera que condujera al calabozo que había en el centro del barco debajo de las rejas de hierro algo oxidadas, por lo que solo podían imaginar como colocaban y sacaban a los que encerraban allí... quizás usando escaleras; la pesada reja estaba dividida en tres partes y cada una poseía varias cerraduras que se encontraban cerradas.
En las escaleras, que llevaban al interior del barco que quedaba justo debajo de donde estaba el timón, las de la derecha llevaban a un amplio cuarto sin divisiones que conformaban una cocina con despensa, aunque en ella existía un horno a leña con chimenea y todos los implementos de cocina como platos, ollas y cubiertos, solo se podían encontrar algunos costales de arroz como alimento. En un espacio vacío de esta amplia cocina con despensa se ubicaba una rustica mesa de madera con seis sillas.
Las escaleras del lado izquierdo que conducían al interior del barco llevaban a un pequeño cuarto que parecía haber sido usado como deposito, aunque en ese momento se encontraba practicamente vacío, solo encontrandose unas cuantas cajas de madera vacías y varias sogas gruesas.

Era bastante evidente que nadie había entrado en ninguna de aquellas habitaciones en bastante tiempo, por lo que, teniendo en cuenta además las dimensiones de las pequeñas puertas y el tamaño del caballo, muy seguramente este solo se había mantenido en la cubierta del barco.

Pronto acabó llegando la noche, aunque a todos les resultaba un tanto difícil conciliar el sueño ahora que estaban despiertos y enterados de que estaban en una caja de madera constantemente bamboleandose con las olas, además el probablemente largo sueño que habían llevado los predispuso bastante a trasnochar. Los candelabros de los camarotes estaban vacíos pero revisando en la cocina se podían encontrar varias cajas llenas de velas.
Al cabo de varias horas y de haber comido bien, ya sean frutas y verduras cocidas y/o arroz, el sueño por fin empezó a llegar y los que así lo quisieron se retiraron a las austeras pero suficientemente confortables camas, que, debajo de cada cual, se podían encontrar bacinicas. 

Los que durmieron se despertaron bastante entrado el día, casi ya sobre el mediodía, la luz no penetraba en esos cuartos sin ventanas; los que se desvelaran, aunque fatigados, pudieron ver como el caballo había encontrado un método de trabar el timón con un grueso madero para así poder dormirse por unas cuantas horas, aunque era claramente un sueño incomodo e intranquilo que constantemente era interrumpido.

Así pasaron casi una semana viviendo en ese barco hasta que en la mañana de un día nublado divisaron una linea de tierra firme aparecer del horizonte, evidenciando que el continente se curvaba abruptamente hacia la izquierda. El caballo parecía cada vez más concentrado y excitado desde que surgió esto y, aunque muchos pensaron que seguiría la curva que describía el continente, poco a poco comenzó a dirigir el barco hacia la derecha justo hacia el punto donde el borde del continente giraba abruptamente.

Ya muy entrada la tarde vieron como el barco se dirigía a un gran puerto natural. A ambos lados del estrecho pasaje se veían edificaciones que lucían como puestos de vigilancia atendidos por soldados y un tanto más allá del edificio de la costa se divisaba un poblado. Conectando a ambos vieron una impresionante maravilla de la ingeniería a gran escala: una imponente cadena gigantesca conformada por enorme y gruesos eslabones, desde ese lugar era sencillo deducir que debía tener millas de largo; en el lado opuesto a donde estaba el poblado se distinguía que la gigantesca cadena estaba bien anclada en una repisa de basalto. Un inmenso cabestrante permitía, valiendose de la fuerza de muchos pesados animales, recoger y soltar la cadena para abrir o cerrar el pasaje a la bahía aunque en ese momento se hallaba baja permitiendo el pasaje del barco. 

Continuaron navegando unos cuantos minutos más hasta que finalmente divisaron una gran ciudad, como pocas veces habían visto si es que alguna vez habían visto una gran ciudad, fortificada. 

El cofre vale exactamente 45000 po

Lecog, me di cuenta que leíste lo ultimo pero aun así no posteaste. Si ocurre algo por favor dime, como esto es solo la introducción a la historia no tuve problemas en ignorar tu falta de post para continuar y así poder empezar la historia, pero muy pronto con la historia iniciada tus turnos si importaran. Si leiste pero no posteaste porque te pareció que tu personaje no tenía nada importante que hace o decir... por favor aunque sea postea escribiendo eso. Por más que sea solo una oración, prefiero eso al abandono. Si hubiera sido que no posteaste porque no te conectaste o no viniste a leer ahí te habría preguntado si es por una cuestión de que el ritmo es muy alto, y con lo cual propondría al grupo reducir mis actualizaciones a cada dos días, pero no es el caso (además de que si veo que estas entrando a comunidad umbria pero no vienes a la partida sería ya más grave el asunto).
Desde ya gracias por entender.

Después de varios  días sin ver nada mas que agua salada y una silueta de tierra irreconocible  por fin maximus pudo apreciar  majestuosa ciudad del cual su nombre aun no conoce,desde su posición  la cual solo abandono para comer y dormir, al costado del barco  se puede ver el puerto y lo que parece una isla separada por un pequeño río de la ciudad principal al la cual esta unida por gran cantidad de puentes,mientras maximus observaba este esplendido y tranquilizador panorama para sus nervios apunto de explotar,

mientras pensaba en todo el conocimiento que estaría esperando para que el lo descubriera,las rarezas que el mercado poseería, y las muchas historias que tendrían esos edificios y calle recordó que siendo honestos sus fondos no eran tan amplios como podrían serlo y que aquel cofre mágico era un objeto de incalculable valor que no solo lo beneficiaria a el sino a todos sus compañeros.

y no tardo mucho en preguntar en vos alta asegurándose de que todos lo escucharan:

puede que lo que valla a decir sea para muchos una barbaridad pero ¿y si vendemos el cofre?

Lamento no haber posteado, actualmente estoy en un momento un poco complicado de mi vida tanto emocionalmente como a la hora de gestionar mis horarios ya que tengo un familiar ingresado en el hospital y paso allí la mayor parte del día. Acostumbro a mirar las partidas que tengo desde el móvil pero jamas escribo nada desde ahí ya que el editor de móvil me parece que no esta adecuadamente optimizado o simplemente sera que me llevo mal con el; en cuestión y para resumir siempre posteo desde ordenador y acostumbra a ser por la noche, estos días ademas me están exigiendo mucho físicamente por lo que siento decir que simplemente se me paso escribir algo debido al cansancio.

En cuanto a la situación en si, no espero que dure más de una semana (seria menos pero por asegurarme) así que no espero que haya ningún problema con los turnos y la calidad de escritura. Una vez más reitero mis disculpas por no haber posteado.

-¡Al fin!

Tras una semana y dios sabe cuanto tiempo a bordo de este navío, por fin llegaban a puerto, una cosa que agradecer junto a que la mayor parte del viaje la paso dormido; hubiese sido un tormento tal larga espera.

Lecog no había hecho otra cosa que comer y dormir en su camarote durante la semana que les costo llegar a Korvosa; nada despertaba su interés después de inspeccionar el barco el primer día y no ver nada de atractivo en el. Ciertamente Lecog no era un hombre de mar sino fuese tan extrovertido sus compañeros estarían hartos de oír sus quejas sobre la comida, el vaivén del barco, etc.

Solamente y después de una semana Lecog salio de su camarote esta vez no para comer sino para mirar la ciudad que tenia ante sus ojos, las dimensiones de la misma hablaban por si sola y sin embargo en lo único que podía pensar Lecog es que por fin podría dejar atrás las malditas verduras y comer algo de carne.

-No creo que sea lo más propicio vender el cofre; no nos darán suficiente por su valor; después de todo de ese cofre pueden comer 3 personas y sin embargo el caballo se come uno el solo, nos saldrá más barato con el tiempo mantener el cofre para nosotros.

Hablando del caballo, aunque en la carta decía que estas tierras eran incivilizadas, salvajes y que no cazan hechiceros, no seria raro que nos atacasen después de ver que el capitán del caballo es un equino con alas que no puede hablar. Después de todo el hombre teme lo desconocido y muy a mi pesar este barco es único por sus rarezas...

Aproveché el tiempo en el barco para deambular y buscar un lugar en el cual acurrucarme por las noches mientras esperaba a quedarme dormido mientras veía hacia el cielo. No me importó si era menos cómodo, simplemente me sentí con una melancolía y miedo hacia el nuevo destino, y quería que la luna me arrullase.

Y así fueron mis días hasta cuando se divisó tierra. Yo disfrutaba de una manzana mientras veía al caballo timonear. Antes del momento en el que visualizamos tierra me decidí a finalmente decir mi nombre.

Me llamo Oned.-dije en voz alta ante el grupo que yo desconocía.

¿Cuáles son sus nombres?-dije en el mismo tono y sin ver a nadie.

había pasado ya tiempo desde que despertamos casi todo el tiempo la pase en la borda admirando el mar,era la misma rutina una y otra ves era un cambio agradable a mi día a día habitual.

Alguien menciono sobre vender el cofre un pensamiento de avaricia a mi parecer.
-Bien véndelo a ver cuanto te dan,me pregunto que servirá mas un par de monedas o un cofre que da alimento a diario sin nada a cambio.

Dije con la mayor tranquilidad a ver si reaccionaba después otro simplemente pregunto nuestros nombres

Ankiel.

Dije con una vos sin expresión ya ni recordaba quien me había colocado el nombre o su significado.

En su estancia en el barco se dedico a recorrer los corredores del mismo, preguntandose como debio verse en sus mejores días. Se abastecio de comida y frutas durante la estancia, pero supongo que todos los días puede molestar algo. Aveces se dedicaba a practicar su canto sin importarle quien estuviera, y de noche miraba al cielo y al mar, preguntandose si era igual estar en el cielo que en mar.

Al llegar a la ciudad se sorprendió, el lugar era mucho mayor del que provenía y más maravilloso. 

Vender el cofre? No creo que sea buena idea, al fin y al cabo no es nuestro, podríamos ser tachados de ladrones y sin mucha ganancia por lo menos, seria mejor concervarlo como un recurso extra

Al escuchar aquel muchacho dijo: kushikime, un... gusto, nuevo camarada

Poco a poco van introduciendose por la ruta descrita por aquel angosto pasaje que forma el río que rodea la ciudad. Al pasar frente al borde de la pequeña isla ven un gran Palacio bellamente decorado con esculturas y decoración exótica, más allá se ve un muro y del otro lado de este se distinguen cientos de asentamientos precarios hechos de madera apilados unos contra otros y sobre otro dándose un extraño y marcado contraste entre un lado rico y otro muy pobre.

Mientras van rodeando a esta pequeña isla ven otras embarcaciones más bien del tipo comercial que se van acercando a un muelle allí mismo en donde atracan. Imitandolas, pues, aproximan el barco hasta que se detiene en uno de los puertos de atraque y enseguida varios hombres se ponen a trabajar lanzando cuerdas dedicandose a amarrar la embarcación.

Entonces, una mujer rubia de aspecto severo y resuelto, delgada pero de fibrosa complexión y aspecto de estar bien entrenada en el combate, se acerca al barco y llama para que la tripulación de este se presente frente a ella. Las prendas que lleva son claramente militares.

— ¡Aquí la Guardia de Korvosa! Bajen el puente para que pueda subir — Dice ella.

Mirando a los alrededores, no recordaba haber visto algo parecido, pero decide comentar: No creo haber visto algo así, pero recuerdo que en la cocina o bodega hay unas cuerdas que podríamos usar para que suba o nosotros bajemos.

Ignoraba si "filo" sabría que hacer en esa situación, al fin y al cabo el volaba

Sentía los labios salados por haber estado tanto tiempo en el mar. El contraste de la ciudad me asombró, me parecía injusto esa manera de vivir.

Estaba pensando en eso cuando una voz fuerte me interrumpió. Una mujer militar quería subir. Yo no sabía cómo, pero decidí que finalmente mi período de inactividad debía acabar, y entonces debería ser más activo.

¡Buscaré a Filo!-dije mientras corría sobre la borda y me dirigía a buscar cuarto por cuarto a Filo, ya que él sabría qué hacer de seguro.

Al escuchar la respuesta de Kushikime la mujer responde con un gestó de hastío, y llama a uno de los trabajadores del puerto al que le dice algo tras lo cual sale deprisa para regresar poco despues, junto con otros tres, cargando una larga plancha conformada por varias tablas de madera la cual la encastran en uno de los costados del barco conformando así un puente.

Aunque empinado la mujer sube por este con soltura y aborda el barco.

— En nombre de la ciudad de Korvosa les doy la bienvenida. — Les dice a modo de saludo rutinario, luego hace un rápido repaso a cada uno de ustedes, deteniendose especialmente en Lecog y el caballo alado que se acercaba a la mujer junto con Oned que lo había llamado — Mi nombre es Veronica y soy parte de la Guardia del Portuaria. El trafico de bestias exóticas tiene un costo adicional al impuesto de atraque, y deben firmar una Carta Comprobante haciéndose responsables por ella, tanto si es su mascota o montura como si solo la transportan con fines comerciales — Dice al tiempo que saca unos papeles — Por otra parte, es bastante evidente que son extranjeros, ¿Cual es el motivo de su visita? ¿Puramente comercial, puramente turístico o ambos? — Entonces detiene la mirada un momento en Ankiel y Arabella y agrega — ¿O quizás vienen a matricularse en la Acadamae?

El barco puede venderse por 7500 po pero les ofreceran 7000 pudiendo regatear con el comprador.