Partida Rol por web

la mujer era perspicaz aunque cualquiera tendría la misma idea al ver a alguien con rasgos como los nuestros,pero nada nos dice que esa mujer sea confiable.

¿Acadamae,que es eso y por que lo piensa?

Le digo mirándola fijamente realmente no puedo confiar en ella.

Eh, yo no firmaré nada de eso. Filo es un gran colega y ya.-digo a la mujer mientras le hago gestos para que comprenda que paso de ella.

Me sorprende su tono y porte, me da la impresión de tener muy mal genio y eso no me era bueno.

Quizás alguien más firmará lo que usted dice, señora Verónica.-concluyo socarronamente.

Por casualidad esa Acadamae no sera la Universidad de Magia de Theumanexus ¿verdad?

Según la carta del anciano, allí se encontraba su amigo el gnomo que nos ayudaría con nuestros problemas. Espero que no sea necesaria una invitación para conseguir entrar, estaríamos en problemas de ser así el caso.

En cuanto a nuestro alado amigo no hay necesidad de preocuparse con el, aun a pesar de su extraña forma dentro se esconde una mente humana sellada en ese cuerpo alado por un terrible experimento de un mago que buscar crear criaturas mágicas a partir de los humanos, si duda vaya y compruebe su intelecto usted misma, por favor.

Si aun así necesitásemos dicha Carta y pagar el impuesto de atraque, yo mismo me ofrezco voluntario a ello.

Confío, pagar ese impuesto no sera demasiado caro; el caballo a sido tranquilo durante esta semana, no creo que ahora me de problemas al llegar a puerto. Lo que me da miedo es que luego no se pueda revocar su condición de bestia mágica, es impropio que tratásemos así al que os ha traído haya aquí.

Al ver que sus compañeros conversaban con aquella mujer el dejo de lado sus profundos pensamientos y entos y rápidamente se acerco a ellos con intención de averiguar de que se trataba su charla aun que ya sospechaba que se trataba de un peaje por entrar en la ciudad

— La Acadamae, la Gran Universidad de Magia — Le responde a Ankiel — ¿No son Tieflings ustedes dos? Los únicos de ustedes que hay aquí o son estudiantes de la Acadamae o son parte de su Guardia privada. — Entonces encara a Oleg y su ceño de frunce — Me da igual si es tu colega, tu hermano o tu padre. Tiene que haber registro y alguien me tiene que firmar. — Entonces ante la pregunta de Lecog esta sonríe un tanto desdeñosamente — ¿Theumanexus? No. La Gran Universidad de Magia Acadamae ha existido por casi 230 años y es tan prestigiosa que puede medirse con Universidades de Cheliax o con las de cualquier otro reino de Golarion, es uno de los edificios más grandes de todo Varisia, casi tan grande como el Castillo de Korvosa, y el predio de su campus, resguardado por sus propias murallas, ocupan más territorio de la ciudad que ninguna otra institución, incluso más terreno que el propio Castillo Real del cual se haya a pocas calles de distancia, en el barrio más rico de la ciudad. — Hace una breve pausa para observar las reacciones de todos, luego de lo cual se apresura en agregar — Yo no tengo nada que ver con la Acadamae, pero es uno de los mayores orgullos de Korvosa. Por otra parte, Theumanexus hace apenas 4 años a cumplido su primer siglo de existencia; ha sido fundada por un Mago que trabajó como profesor de la Acadamae antes de decidir abandonarla cuando esta aceptó con los brazos abiertos la influencia demoníaca. — Luego miró a Arabella y Ankiel a quienes los señaló con el dedo — Ustedes dos podrían tener alguna oportunidad de entrar en la Acadamae, por ser Tieflings, para cualquier otro es muy difícil conseguir entrar por su exigente examen de ingreso, según he oído, y por lo hermética y secretista que es. Los demás si que es mejor que vayan directamente a Theumanexus, esa siempre esta abierta a todo el mundo; se ubica en la Orilla Este. — Entonces, pasando a mirar hacia la ciudad y señalando con el brazo, ella pasa a indicarles — Ahora ustedes están en el Muelle Viejo, tienen que ir por allá para dejar esta pequeña isla. ¿Ven ese primer gran puente que sale de la ciudad? Ese es el Puente Norte, si no quieren atravezar toda la ciudad llena de gente les recomiendo dejar la ciudad tomando ese puente para luego ir caminando por el campo para entrar por las murallas de la Orilla Este, ¿Ven ese asentamiento amurallado del otro lado del río? Allí esta la Universidad Theumanexus. — Luego volviendo a mirar a Lecog ella dice — Todos los que traen animales aquí dicen que los suyos no muerden y hasta recogen sus cagadas del suelo. Me da igual, la ley es la ley y yo tengo que regresar con esto firmado o hacerlos sacar esta galera vieja suya de aquí. Por el tamaño que tiene, y sumando el impuesto por su bestia mágica, debo cobrarles 50 monedas de oro. Esta tarifa es única y asegura que su barco pueda permanecer atracado aquí durante un año, pasado el mismo deben abonarla nuevamente. — Entonces, dejando recostada contra el barco su espada y apoyando los papeles en la baranda del barco, saca un tintero y una pluma y le extiende esta última a Lecog — Si van a quedarse en la ciudad durante unos cuantos años, que si vienen a estudiar en alguna Universidad va a ser el caso, les recomendaría vender este cacharro; si logran graduarse como Magos les será muy fácil hacer dinero para comprarse un barco nuevo si quisieran y en los primeros años de estudio les vendrá bien el dinero, ya saben, para pagar apartamentos o pisos y todo lo que se quieran comprar en las tiendas. Se los digo porque tengo un hermano estudiante.

Esa mujer era simplemente desagradable,aun así parecía confiable...un Tiefling eso es lo que soy,jamas había escuchado ese nombre.

Me dirijo a los otros -deberíamos pagar entre todos,y si queda cerca podríamos vivir en el barco claro si todos aceptan.

Vender el barco no parecía conveniente después de todo quedaríamos atrapados sin el.

50 monedas... ojala Lecog supiese el valor de las monedas con algún referente de vida común como una espada o una ración...

-Aquellos que deseen mostrar gratitud al equino por traernos a buen puerto sin complicaciones, que se acerquen y aporten 7 monedas de oro; yo aportare el resto de monedas que falten y asumiré la responsabilidad de los actos que cometa.

Podría preguntarle al caballo alado si también dispone de monedas, pero habiendo cuidado de nosotros mientras estábamos inconscientes, creo que ya ha hecho bastante como para pedirle que pague por su propio desembarco... pagar todos sera una buena forma de pagar nuestra deuda.

Mientras dice eso, Lecog se aproxima hacia la guardia portuaria y toma la pluma, después de mojarla en el tintero realiza una firma rápida compuesta de poco más que su nombre junto con un dibujo parecido a un patrón hexagonal que dibuja encima.

-Con esto y el pago ya puede retirarse de nuevo a sus quehaceres.

rápidamente camilo aporta 20 monedas de oro a la colecta y le dice a sus compañeros

aportare este dinero, pero creo que deberíamos vender el barco, no creo que lo utilicemos y no esta en las mejores condiciones, no se cuanto cueste mantener y seguro necesitara reparaciones, y a no ser de que alguno de nosotros tenga conocimiento de carpintería no saldrá barato.

pienso que si todos aportamos podriamos facilmente alquilar un apartamento y yo no se ustedes pero el conseguir conocimientos mágicos es algo que me llama la atención y lo prefiero por mucho a irme a navegar sin rumbo por el mundo.

espera al lado de sus 2 compañeros y la guardia del puerto  

Ikanmes se aproximo a sus compañeros, le sorprendia la buena actitud de lecog ante filo -yo aportare 10 monedas a la causa, suena buena la idea de vender el barco y conseguir uno mejor, pero si creen que por lo menos entre todos podríamos lograrlo, aunque no consiguieramos dinero con magia, yo trabajaba antes de donde provengo, así que por mi esta bien.

Supongo que debemos sentirnos agradecidos de poder estar en esa academia, incluso un "aasimar" como yo. 

Se voltea y se dirige al caballo -filo, ¿podríamos llevarnos el cofre? Con lo que comes también nod vendría de ayuda haha. 

- (suspiro) Bien parece que el barco sera vendido entonces debemos buscar que el lugar para quedarnos este cerca o incluso si hay forma de vivir donde estudiemos,alguien como tu no creo que deba gastar el dinero tan fácilmente,yo aportare las 20 monedas para completar las 50.

Bueno estaremos atrapados rodeados solo de mar pero tal ves no sea tan malo parece que los otros con los que fui traído a este lugar son buenas personas.

Oigan, no me dejen de fuera. Que le tengo cierto aprecio a Filo. Es un sujeto callado, aunque simpático.

Saco de mi bolsa 15 monedas y se las extiendo al sujeto que firma.

Aunque..., si vamos a buscar un lugar deberíamos juntar todos un poco de dinero para tener un fondo común. Sólo aportamos un poco y cada quien se queda con otra cantidad para hacer lo que quiera.

Me posiciono al centro y me cruzo de brazos.

¿Aceptan?

— No hace falta pasarse, ¿No? — Dice de pronto Kristof salido de quien sabe donde — No sé que hay con Arabella, pero si yo pongo 8 monedas y ustedes también llegamos a 48. Que Ankiel y Maximus pongan 1 moneda más cada uno ya que se ofrecieron a poner 20, jajaja.

Resuelto esto, luego de la firma de Lecog en ambos papeles, la mujer sacó un sello que mojó en el tintero y estampó en ambos, tras lo cual los sopló un par de veces para luego enrollarlos, despedirse y marcharse. 

El caballo alado, que respondía al nombre de Filo, no parecía tener reparos en la propuesta de llevarse el cofre del barco pero como el peso y el tamaño del mismo debía ser cargado entre dos acabaron decidiendo entre todos que al menos por ahora lo dejarían allí; aunque, atendiendo a la cautela de Kushikime, lo quitaron de la cubierta para dejarlo en el interior del barco más resguardado.
Tras ello todos juntos bajaron de la galera y caminaron por angostas calles rodeadas por doquier por casas precarias de madera que a todas luces parecían conformar el paisaje del barrio más pobre de la ciudad, llena con mucha gente de no muy buen ver. Luego de cuatro calles así llegaron a una más ancha y larga la cual una calles más hacia la izquierda conducía hacia un corto puente de piedra que unía la pequeña isla con el resto de la ciudad. Cuando dejaron la isla, atravesando las murallas de la ciudad propiamente dicha, el paisaje cambió notablemente a uno más urbano y de buen ver con casas hechas de piedra. Avanzaron cuatro calles más más allá del puente corto y atravesaron la puerta de lo que parecía un viejo muro más pequeño que el que rodeaba a toda la ciudad, seguramente los restos de fuertes coloniales de los primeros años de la fundación de la ciudad. Tras esto llegaron a una gran plaza, en ese punto los más pueblerinos empezaron a sentirse inseguros respecto a si se habían perdido o no en medio de tanta gente y edificios pero preguntando fácilmente todos supieron que habían ido muy bien y que de allí tenían que girar hacia la derecha y seguir recto por la avenida por nueve o diez calles más tras las cuales llegaron a las puerta de la muralla y al atravesarlas cruzaron el Puente Norte, que debía medir unas nueve calles de largo, hacia el exterior de la ciudad, siguiendo luego el camino de tierra que se alejaba de la civilización. 

En ese punto por un lado pudieron admirar la gran ciudad y por el otro verdes tierras que se extendían hasta más allá del limite de la vista, con varias manchas de bosque aquí y allá a lo lejos, mientras los acariciaba un fresco viento; aunque ya estaba muy cercano el anochecer por lo que se voltearon y apremiaron el paso. Llegaron entonces a un cruce de caminos en donde giraron a la derecha, este camino curvo los iba conduciendo hacia la fortaleza externa a la ciudad en si, pareciendo algo así como una ciudad al lado de otra más grande. Cuando ya estaban llegando a las puerta de Orilla Este ya había caído la noche envolviendolos en una completa oscuridad solo combatida con las luces que salían de casas solitarias aquí y allá y especialmente del aglomerado de la ciudad al otro lado del río; en esos caminos largos de tierra no habían divisiones pero suponían que de seguro habían caminado más de treinta calles más.
En las puertas se encontraron con varios guardias que vigilaban pero sin muchos problemas los dejaron pasar, también preguntando sobre la Universidad Theumanexus les indicaron que estaba justo al lado de las puertas.

Al entrar en el predio del campus levemente iluminado por las luces de casas cercanas pudieron ver que no habían muros ni vallas de ningun tipo dando una sensación de libertad pero también de que era algo improvisado, como si la universidad no era más que varias casas grandes usadas por una misma institución. Entonces vieron una extraña casa muy estrafalaria: tenía varias partes que eran mucho más pequeñas que el resto del edificio como si se hubiera construido sin decidirse si se estaba haciendo para alojar a personas pequeñas (como Gnomos, Medianos o Goblins) o para alojar a personas de tamaño humano... o si hubiera sido empequeñecida a medias. Cerca de esta se hallaba una magnifica mansión muy bella casi completamente blanca, de un aspecto aburguesado y clásico, con muros recubiertos, aleros decorados recargadamente y enormes ventanas en arco. Enrejados ocultos por rosas trepadoras recubren la mayor parte de tres de los muros del edificio.
A todas luces este parecía ser el edificio principal por lo que decidieron ir a tocar allí. Luego de un rato finalmente la puerta se abrió la puerta...

- ¿Si? - Dijo una joven de tan sobrenaturalmente oscura piel que esta brillaba plateada con la luz.

Creo que buscamos a un gnomo-digo confianzudo.

Me sentía algo agotado por el viaje y ya deseaba poder descansar un momento.

Después de hablar vi al sujeto que abrió la puerta y reaccioné tarde. Me brillaban los ojos al ver su piel.

¿creés? No seas tan elocuente - dice en forma burlona

pasa la mirada a cada uno de ustedes como si intentara adivinar de donde venian

Todo el tiempo que el barco bordeo la entrada al puerto entrando en la ciudad yo guardaba silencio. No me gustaban las calles concurridas, demasiadas malas experiencias acumuladas junto con aquel fatídico suceso que marco mi niñez.

La entrada de aquella mujer guardia me había dejado una malísima impresión, tanto que alejada del grupo que se adelantó para dar explicaciones yo me había separado  midiendo a la tal Veronica con ojos aguzados impregnados en desconfianza. Ya para cuando nos señaló con el dedo a mí y Ankiel,el otro chico de los pequeños cuernos, mi arisca disposición para con los soldados quedo en visto con un leve rugido de desaprobación en mi garganta. Saltarle al cuello no era una opción así que preferí hundir las uñas en el madero y concentrarme en mirar más allá de la ciudad hacia  las colinas donde la naturaleza virgen y salvaje me llamaba.

Otra vez hablaban y después de tantos “atrás y adelantes” sin decir nada extendí el brazo aportando el precio justo que se había acordado dividido entre todos para luego bajar del barco cruzada de brazos anhelando poner distancia de tan concurrido puerto y de los soldados mirándoles con aprensión.

Dando rodeos por la ciudad al final llegamos a lo que parecía nuestro destino. Estaba cansada, y sin ánimos de dar rodeos, la paciencia agotada me llevo a cubrir el rostro con la mano frotando la frente un poco para deslizarla pesadamente.

-Ay, como si a estas alturas no supiera usted quien, el decano y nos espera.no estaba segura si el gnomo sabia que vendriamos pero decidi jugarmela. Aspire profundo entrecerrando los ojos obviamente corta de paciencia, tronando el cuello un poco al mover la cabeza levemente a derecha e izquierda. Finalmente deje la cabeza ladeada mirando a la mujer de llamativa piel con una expresión obvia de incredulidad  y hastió reflejada en mi rostro.

 ¿En serio íbamos a comenzar con rodeos?

Por un momento me replante seriamente entrar en la escuela, siempre podría irme a los bosques o la montaña, vivir libre sin restricciones de leyes ni ciudades donde ser perseguida.

Mujer, mas cuidado como se dirige a mí - dice poniendose un dedo en la boca en señal de silencio

Porfavor presentense, es lo minimo que podrian hacer entrando así a la institucion de Korvosa - se pone las manos en la cintura esperando respuesta, como si hubieran cometido una falta de respeto

Esa mujer era la descripción perfecta de orgullos y prepotencia,pero parece que debíamos agachar la cabeza para poder seguir nuestro camino.

Me llamo Ankiel,un gusto.

El blanco caballo alado, que había andado todo el camino con el resto del grupo, se adelantó hacia aquella joven y frente a esta hizo su ya conocida reverencia, flexionando la pata delantera derecha e hincando la rodilla de la pata delantera izquierda a la vez que inclinaba la cabeza. Luego de la cual se incorporó y respiró profundamente el aire cerca de aquella.