Partida Rol por web

Logras esquivar el espadazo que ha intentado hacerte el guardia en el pecho, con suma facilidad, Argoth. Te das cuenta de que no es muy diestro en el manejo de su arma, lo más probable es que sea un novato.

Hago un movimiento suave hacia atrás para esquivar el contraataque del guardia y de manera fluida a la vez que avanzo de nuevo empiezo una secuencia de tajos, cortes y punzadas para conseguir superar la defensa de mi rival. Mis movimientos son rápidos y diestros sin gran cantidad de florituras, buscando siempre la efectividad en cada estocada.

El terrorista ante mi parece ser un novato en el manejo de la espada, pero no por eso soy más benévolo, deseo terminar con el de la manera más rápida posible, para poder enfocarme en el resto de guardias, que han decidido matarnos a todos.

El guardia no se espera que vuelvas a atacarle de nuevo tan rapidamente, y sumado a su inexperiencia en un cambo de batalla real, provoca que tu ataque lo reciba de lleno. El filo del estoque se encuentra completamente ensangrentado tras haber traspasado el pecho y salir por la espalda del guardia. Éste deja caer su espada al suelo y su cuerpo se tambalea hacia ti, de su boca emana sangre la cual cae en tu ropa, y luego cae al suelo como si de un saco se tratase.

Al parecer está muerto, y si no fuese así, no le debe de quedar mucho tiempo de vida.

Argoth inexplicablemente se percata de que uno de los guardias del otro extremo de la estancía que lleva ballesta tiene intenciones de dispararle, intenta esquivar el virote, pero le impacta. Por suerte no recibe daño alguno gracias a que sólo ha rasgado ropa el virote.

El Guardia que se encuentra aun vigilando la puerta doble por la cual entrastéis a la estancia, permanece en su lugar.

vitaedo edi essum vita. Vuelvo a entonar en el lenguaje de la magia, mientras gesticulo por debajo de la mesa.

El conjuro de Drenar Vida de Lothar afecta escasamente al Guardia, éste extrañado mira hacia todos lados sin darse cuenta de quien es el causante.

El guardia que había recargado la ballesta antes, dispara al que ha matado a uno de sus compañeros.

Argoth ves al guardia cercano como te apunta y dispara su ballesta intentas esquivar su virote, pero no lo logras a tiempo y el virote se te clava en un hombro, provocandote mucho dolor.

Al verme Suoperado, muevo con presteza mi daga ne dirección al muslo del guardia, a diferencia de los demas, nunca he matado a una persona y no se si tendre el valor.

Kael con un preciso y certero ataque, logra clavar la daga en el muslo del guardia hasta casi la empuñadura. El guardia comienza a gritar de dolor y deja caer la ballesta al suelo, preocupado más por el inmenso dolor que está recorriendo todo su ser que en cualquier otra cosa.

Era su turno. La frase de Lothar resonó en su mente:

No hagas nada espectacular ni visible...

Lilith sonrió cínicamente ante aquellas palabras-hablaría luego con Lothar sobre ellas, debía saber el motivo de su "consejo"-ella no buscaba ningún espectáculo de luces que la descubriera. Aunque le costara controlarse en esos momentos, sabía que ir de frente no le serviría más que para morir como otro de los burgueses del zeppelin, y no iba a ser otro cadáver más con el cual cubrir el suelo del salón.

En sus ojos se podía leer el odio, mientras su mano terminaba de gesticular. Miró fijamente al guardia mientras su compañero se retorcía por extrañas causas. La suerte le había señalado a él.

Tras terminar de recitar y gesticular su conjuro, Lilith obsarva al guardia con ojos maliciosos esperando ver como se ve afectado dicho guardia por su poder mágico.

El guardia que miraba preocupado hacia donde se encontraba Argoth tras ver como su compañero caía casi sin vida al suelo enre un charco de sangre, no se percata de lo que le está apunto de suceder hasta que es demasiado tarde.

De la nada un corte aparece en su hombro derecho como si alguien con un arma afilada le acabase de cortar, una salpicadura de sangre tras abrirse la herida llega hasta la puerta que custodia. Éste extrañado y dolorido lleva su otra mano a la herida, como si no se creyese lo que le acaba de suceder.