Partida Rol por web

La bruma te envuelve y si no fuera por el cabo que te une al señuelo de la orilla estarías sumida en un mar de espuma... los párpados te peeeesaaaaaan,

... ves una luz de frente y te dejas llevar en pos de ella, entre la niebla aparece una puerta con vidrieras de colores. Te asomas a ella y ves  dentro líneas largas de estanterías llenas de libros que se alzan hasta un techo que no tiene fin. Lomos de los más diversos temas y procedencias y tu avidez por leerlos todos te hace internarte en la infinita biblioteca. Ves los libros que tenía tu padre. "¡Qué gran hombre!".

coges un libro y ves que tus manos están llenas de arrugas y manchas de vejez. Te tocas la cara ya no es tersa. "¿Cuánto tiempo he pasado aquí dentro?". Vuelves sobre tus pasos pero solo ves un pasillo cullas hileras se unen al final...

Tirada de angustia. o sombra. NO 16...

¡Un elfo! ¡Y acompañado! Es toda una suerte encontrar a alguien de mi pueblo por aquí. No sabía que había grupos viajando tan al sur del Reino, pero si han estado por aquí desde hace días, entonces quizás hayan avistado a los enanos.

-Mae Govannen! -les saludo en nuestra lengua- Soy Falenthal Linduin, del Reino del Bosque. Me alegra haberos encontrado en estos parajes abandonados. ¿Podríais ayudarnos a mi compañera y a mi? Nuestra tarea está resultando más esquiva de lo que habíamos previsto...

A esas horas cualquier intromisión en el perímetro de seguridad es motivo de respuesta defensiva.

-¿Quién va? -dice después de emitir u  silbido de alerta-. ¡Detente!

Les hablas como si estuviérais a plena luz del dia en pleno camino, cosa que desconcierta al vigía.

-¿De dónde dices que vienes? y ¿quién eres?

En seguida se ven sombras llegar. y te ves rodeado por una compaía de elfos que te escrutan desde las sombras. Se los nota enfadados por habérseles interrumpido el descanso.

-dice que se llama Falenthal, del Reino del Bosque, -dice el vigía a sus compañeros-. Y que está acompañado por una humana. Están atravesándo las ciénagas... Buscan a alguien.

Un elfo le susurra algo al oído al jefe de la compañía. después de unos segundos.

-HUMMMMM. Os llevamos siguiendo desde que entrásteis en las ciénagas, puesto que habéis dado con nosotros, atrevido elfo del bosque, os llevaremos ante nuestro capitán. Ldos de mis hombres te acompañarán al río.

No sé si mi mente me engaña y he entrado en un estado de locura o si estoy bajos los efectos de algún extraño sortilegio...

Wynna está todavía durmiendo cuando aparezco en nuestro improvisado campamento acompañado de dos elfos armados. Portan un semblante serio, pero yo despierto a Wynna con cuidado. 

-Wynna, buenas noticias. Algunos de los mios estaban en el bosque de patrulla, siguiéndonos. Están dispuestos a llevarnos ante su capitán. Puede que nos puedan dar información sobre los enanos: si nos han visto a nosotros, seguramente también vieron a los enanos cuando pasaron por aquí.

Espero a que la chica se despeje para acompañarnos al resguardo del bosque, siguiendo a los dos elfos guardianes hacia su capitán.

Consigues refrenar la angustia del momento y gritas -¡BASTA!

de un sobresalto te despiertas y comienzas a tirar apresuradamente del cabo que te une con el punto de encuentro. Te habías alejado por no ser un blanco fácil. y cuando llegas oyes cómo se acerca un grupo... de elfos... o eso  quieres creer.
 

Te reconforta saber cuán grande es tu capacidad para hacer frente al cansancio y a la sugestión del inconsciente, la fuente de tus temores. (El gran éxito lo tendré en cuenta si se da una situción parecida)

buena tirada.

Después de las presentaciones y de despejar el austero campamento os ponéis en marcha. Se oye algún bostezo pero los únicos pasos que se perciben por su pesadez, son los de la humana. Los elfos silvanos se mueven como una brisa entre las ramas por el bosque negro, otrora llamado Bosqueverde El Grande. Antes de que la sombra ocupara la parte meridional y arrinconara a los elfos del bosque al Norte.

-No esperéis una grata bienvenida por parte de nuestro capitán... -le susurra el vigía por encima del hombro a falenthal.

(si te sale una tirada de perspicacia NO12 el joven vigía elfo se va un poco de la lengua para esclarecerte el poco humor de su capitán: los dos tenéis la misma edad, podríais ser compañeros de infancia)

Después de una terrible noche, donde sin duda pensaba que iba a perder la cordura, me agrada este despertar. Al fin veo caras nuevas. Falenthal parece haber encontrado a una patrulla de los suyos... o más bien ellos nos han encontrado a nosotros. Pero lo mejor de todo es que al fin parece que vamos a tener algo de ayuda.

Entre elfos no creo que sea conveniente que yo intervenga, así que de momento me dejaré conducir hasta ese malhumorado capitán de los elfos y veremos qué nos espera.

Sigo a la patrulla pero sin alejarme de mi compañero...

Conforme te habla una vocecilla en su interior le dice "¡Deberías tener la boca cerrada! ¡No lo conoces de nada!" , e interrumpe lo que te iba a comentar de su capitán.

después de una hora internandoos por eñ bosque accedéis a un pequeño claro situado al amparo de unas rocas sobre las que se posan las raices de altos árboles, como si éstos fueran el cabello revuelto de cabezas de gigántes. En tre las rocas discurre un pequeño arroyo. Agachado y dándoos la espalda, refrescándose la cara un elfo de cuclillas se asea mientras otro le sujeta una chaqueta y un paño.

(buen momento para que hagáis vuestras ( tiradas de perspicacia NO14)

El lugar al que nos llevaron parecía claramente uno de los innumerables pequeños refugios que los elfos tratábamos de mantener por el bosque, para facilitar tener puntos de referencia y lugares de descanso seguro durante las patrullas. Yo mismo nunca había estado de patrulla, habiendo pasado casi la mayor parte del tiempo en las Estancias de Thranduil, aprendiendo sobre la historia y el legado de mi raza.

No me sonaba de nada el capitán. Quizás nunca nos habíamos cruzado, o nunca nos habíamos prestado atención el uno al otro. La cuestión es que no sabía si debía dirigirme a él de algún modo en particular.

Por tanto, decidí presentarnos a Wynna y a mí de una manera formal y habitual entre los elfos, sin arriesgarme a usar palabras grandilocuentes o maneras excesivamente serviles.

Desde la prudencia, observo como se desenvuelve este primer encuentro entre los elfos.

El elfo de mandíbulas anchas y ojos grandes como nueces a cuyo alrededor se forman arrugas que denotan su mediana edad, se termina de secar las manos mientras escucha el saludo  del joven elfo.

-Bien joven falenthal -dice sin demasiado esmero-. No es frecuente ver por esta parte del bosque a viajeros como vosotros. -Se le acerca  al elfo frunciendo el ceño y haciendo gesto de olfatear-.Dime, ¿por qué se mezcla un elfo con los humanos... y con enanos? -escupe al suelo al decirlo.
 

No parece que la conversación vaya a ser tan amigable como Falenthal imaginaba. En el momento de encontrar una patrulla de elfos bajo el dosel de esta zona asolada, se había sentido seguro y protegido, entre amigos.

Pero ni el capitán ni sus soldados parecían mostrarse más amigables hacia él de lo que se hubieran mostrado ante cualquier otro extranjero. Falenthal no sabía qué podía estar molestándoles tanto, pero sin más información al respecto prefirió ser cauteloso y mantener las distancias.

- Mi compañera humana se llama Wynna, y viene de la ciudad de Valle. Ambos hemos sido contratados por Glóin el Enano, enviado de Erebor a Esgaroth, para buscar y quizás rescatar a unos familiares suyos. -Falenthal veía el gesto de desprecio que se iba formando en la cara del capitán, y decidió jugarse su carta ante tal reacción-. Cualquier elfo instruido en la historia de nuestro pueblo -dijo poniendo un especial énfasis en vulgarizar el "cualquier"- sabe que fue la colaboración con otras razas lo que nos mantuvo a salvo de vivir rodeados de orcos, trasgos y otros males. No hace falta una buena memoria para recordar lo que pasó en la Batalla de Cinco Ejércitos. Ni tampoco es conveniente olvidar que no fue culpa de enanos o humanos que nuestro bosque se oscureciera, todo lo contrario: de no ser por el comercio y la ayuda mútua con la Ciudad del Lago, nuestro refugio en la floresta hubiera sido absorbido por las tinieblas hace tiempo.

-Bla, bla, bla -dice con sorna Galion mientras rodea a falenthal y se dirige a la humana-. Yo necesito algo más que eso... joven. Yo estuve allí, en la batalla. -te giras y ves una cicatriz que comineza en la base del cuello-. No sé si me explico... necesito algo más de información; detalles: ¿adonde iban? ¿cuál era su misión? estoy seguro de que algo más sabéis -carraspea.

Mientras comía un poco de guiso alrededor de la fogata vio como un elfo se acercaba al círculo. Jamás había visto uno y rápidamente las historias de su abuelo se le vinieron a la mente, sin dudas, sobresalía entre todos los presentes y tenía un aire a trascendental que le era difícil explicar. Seguramente Griffo fue tomado por un niño, como era la costumbre de estas gentes grandes, lo que hizo que pudiera escuchar de cerca lo que parecía la misión del elfo y de una mujer que lo acompañaba: encontrar unos enanos perdidos. Elfos, enanos y gente de la ciudad del valle era una ecuación que antes ya había dado como producto un gran tesoro, y Griffo no quería perderse eso. Si a Bolsón le había resultado, ¿por qué a él no?

A la mañana siguiente se dio cuenta que, habiéndose dormido, el elfo y la bárdida se habían ido hacia el sur, por lo que comentaban los pescadores. Improvisando un bote con un nenúfar se dirigió río abajo en busca de quienes podrían darle alguna pista de reliquias perdidas. Tardó en lograr divisarlos, cuando por fin lo hizo, pudo ver como un grupo de elfos los escoltaban adentrándose en el bosque, Griffo estaba aún más entusiasmado y recordó las historias de su abuelo en donde se encontraba con estos seres. En tan poco tiempo que había salido de su pueblo, ya podía cruzarse con estas gentes que hasta no hace poco eran de dudosa existencia para sus familiares.

El pequeño hobbit los siguió hasta un claro en donde parecía que los esperaban más elfos y donde uno de ellos era claramente el líder del grupo escolta. Lo único que pensó fue en esperar y ver como se desarrollaba la situación.

No encuentro razones para ocultar la información a Galion, pero parece que está tomando una posición y actitud que no me gusta. No sé cuáles son sus motivos para mostrarse tan despectivo, pero remarco que nuestra tarea es de importancia, y que hay grandes personalidades de las Tierras Ásperas implicadas. [Uso Impresionar]

- Navegamos hacia el sur, en dirección al Viejo Camino del Bosque. Una pareja de diplomáticos enanos se han perdido en el trayecto, quizás incluso antes de salir de las ciénagas. Sea cual sea tu opinión sobre los Naugrim, estos habían sido enviados por el propio Rey Bajo la Montaña, para entregar una invitación al Señor de las Águilas. En breve se celebrará una reunión conmemorativa de la Batalla de Cinco Ejércitos y ambos son aliados de nuestro Rey Thranduil, luchando codo con codo contra los trasgos y lobos. Así que no creo que le gustase enterarse que no hemos prestado toda la ayuda posible a sus amigos. 

El las palabras del elfo había un tono acusador poco escondido.

-Bien bien o sea que tenemos a un "elfo amigo de los enanos". ¿Qué os parece? -dice alzando la voz para que la compañía se chance-. Lo cierto es que hace unos días vigilaba a Balin, ¡el hijo del viejo cascarrabias Fundin! -dice frunciendo el ceño-  y a su compañero, mientras se dirigían al sur en un pequeño bote. Les seguimos durante muchos kilometros, hasta que una noche los dos enanos simplemente desaparecieron de su campamento. -Después de un breve silencio, durante el cual rumiaba Galion algun pensamiento...-. Yo creo que debieron de darse cuenta de que les seguíamos y se escabulleron. Entinces decidí volverme con mis hombres; puesto que esas partes de las ciénagas están demasiado cerca de las montañas del Bosque Negro como para entretenerme demasiado.