Partida Rol por web

Hasta aquel momento el holoproyecto de Magnar Vulkor se había mantenido en silencio, alterado tan solo por las pequeñas oscilaciones gravimetricas ocasionadas por la proyección a tan larga distancia. No pareció reaccionar ante la prepotencia del Hantei, tampoco había cálidas miradas entre él y Nimrod Arcturus.- La palabra del Emperador será cumplida, mis legiones marcharan sobre Cretacia y Catachan antes de que la amenaza crezca, respetaré vuestras asignaciones por el respeto que os profeso hermanos, al igual que espero que en un futuro se respeten las mías.

Que sea este el inicio de la gran campaña que espera nuestro padre, posteriormente centraré mis esfuerzos en la exploración Segmentum Pacíficus junto con mi hermanos de los Robles Eternos, no habrá gloria sin batalla ni paz para los enemigos del Emperador.-no pudo evitar mirar de reojo a los Segadores, aquellas conquistan carecían de valor real pero contaban con un fuerte componente estratégico que no debía ser pasado por alto. Esperaba que las investigaciones de sus hermanos no les condujeran por el mismo camino que otras legiones perdidas.

Ante las declaraciones de Ragnar, la holoproyección de Nicola vuelve a ponerse a escribir algo en la consola.

Instantes después recibes el siguiente mensaje.

Dirígete a Catachan, mis astartes ya han descendido sobre Cretacia.

El mensaje es breve, pero bien podría ser la única opción de replantearse el despliegue.

-Al igual que he respetado todos los movimientos públicos espero que los míos sean respetados. No entiendo porque no declaraste tú interés ante el resto hermano pero ofrezco mi palabra de silencio siempre y cuando te retires, creo que el Consejo apoyará los movimientos declarados y no los subterfugios, pero a mi eso me da igual. Obra como quieras siempre que sea por el bien de nuestro padre.

Ahora te solicito que te retires, al no haberte guiado por las prioridades del cuadro de mando.-no había acritud, ni malos modos en las palabras de Magnar Vulkor. Se guiaba por las ordenes y la jerarquía, no le interesaba el porque su hermano había obrado de aquel modo él no sería quien le juzgará pero consideraba que por tanto el planeta le pertenecía.

La respuesta es inmediata.

Necesito recursos para continuar con la exploración de Pacíficus - insisto en mi declaración inicial - Los recursos de un mundo letal serían suficientes para mantenerla hasta encontrar un lugar habitable en el segmentum.

La declaración inicial confirma lo que había dicho públicamente, pero es evidente que me detengo a pensar un curso de acción, el cual no tarda en idearse.

Mis datos indican un par de sistemas lo suficientemente cercanos con posibilidades reales de ser reclamados y resultar productivos. Proporcióname los recursos de Cretacia hasta confirmarlos y me limitaré a asegurarte las zonas de aterrizaje.

Así que Catachán, eh Magnar? Qué curioso. Pensaba que la primera vez que alguien viniera hasta aquí en Última sería para ayudarnos contra los orkos... no se si os habeis dado cuenta pero tenemos una ligera infestación entre manos. Pero lo primero que se planea es venir hasta aquí para quitarnos los pocos recursos que tenemos. Cuando nuestras legiones acaben diezmadas tras la lucha contra los pielesverdes, o cuando los recursos escaseen tras las exploraciones del sector, ¿quién va a venir a darnos apoyo? ¿quién va a cedernos amablemente a sus guerreros para seguir sirviendo al Emperador?

No, supongo que es mejor que mis legiones se pierdan en el inmaterium y los Dragones mueran mientras otros conquistan y ganan gloria... Igual Hantei tiene razón, y no hay demasiados verdaderos guerreros honorables en esta sala. Mucho hablar del sueño de nuestro padre pero está claro que aquí no todo el mundo lo tiene como prioridad.

Lo explicaré sencillo, para los "soldados": -las palabras de Aegror rezuman desprecio incluso con su voz modificada por su máscara-. Somos pocos para los muchos problemas de este sector, que incluyen entre otros escasez. Si alguien viene a llevarse algo lo mínimo sería que dejase algo a cambio. Eso si sois lo que decís ser, guerreros honorables. Si sois otra cosa, agradecería que se dijese de antemano así nos evitamos problemas más adelante.

-Los orkos son una plaga que debe ser exterminada de raíz o se volverá a reproducir. Charadon, Vrun y Jrun son un grave problema y no creo que ninguno de nosotros en solitario pudiéramos acabar con ellos, al menos rápidamente -se rascó la barbilla- cuando termine con Armageddon, hermano, te ayudaré en la purga de Charadon, aunque sea con unos bombardeos de los que gustan a Nicola y Duncan. Hay que dejarlos tocados antes de lanzarse al ataque para evitar perdidas excesivas. Es más, si veo que la lucha por Armageddon se complica, tal vez os pida algo de ayuda. No competimos entre nosotros, sino que tenemos que unirnos para hacer el sueño de nuestro Padre.

Inspiró profundamente antes de hablar a Hantei.

- Hermano, para ser alguien que presume de honor no veo que des mucho respeto a tus Hermanos y no creo que ninguno haya hecho algo directamente para que no les respetes, ¿o tal vez me equivoco?.

Llevas toda la razón, Ark´sul. La perspectiva de atacar mundos alienígenas siempre mejora el humor de Aegror. De hecho habrá que ver que tal les va a nuestros hermanos en Jrun porque es cierto que Vrun también está infestado. No creo que nadie se oponga a bombardear a esos pielesverdes para facilitar una invasión que va a ser costosa de todas maneras. Veamos cómo van sucediendo las cosas, pero es cierto que hasta que no eliminemos a los orkos de nuestros sistemas vamos a tener una mano atada a la espalda y no vamos a poder centrarnos completamente en explorar y colonizar la galaxia.

Las palabras de Aegor me hacen dejar de prestar atención a la consola.

- En Última ya tenéis suficientes legiones desplegadas o en camino. Es cuestión de tiempo que acaben con todos los orkos de sus planetas.

Parecía una obviedad, pero visto lo visto.

-Cálmate, Hijo del Sol-dijo Nimrod incorporándose. Cubierto por su armadura centelleante resultaba casi tan corpulento como Nekriam. Sus ojos azules brillaban desde las profundidades de su yelmo-Nadie ha puesto en entredicho tu forma de hacer la guerra. Todos venimos de lugares muy diferentes y entendemos las cosas de distinta manera. Ahí afuera hay suficientes enemigos para todos, no hay necesidad de enfrentarnos entre nosotros. Ya hemos sufrido tragedias así antes, con la X o con la XX... o con nuestro desdichado hermano Artanius. No permitiré que haya más enfrentamientos entre legiones, no bajo mi mando...

-¿Bajo tu mando, dices? ¿Y quién te ha nombrado a ti Señor de la Guerra?

-¡El poder de esta espada!

Dicho lo cual, Nimrod Arcturus arroja sobre la mesa la legendaria Es-Ka-Boor, un filo de casi dos metros de largo que ha blandido desde los inicios de la Gran Cruzada. Innumerables enemigos han caído bajo su hoja. Su sola visión, vibrante de pulsantes energías, es sobrecogedora. La espada es una reliquia de origen desconocido sobre la que circulan muchas historias extrañas. El Alto Rey cuenta que la arrancó de una piedra en lo más profundo de la Cueva del Dragón Jottumjëin antes de ser coronado Señor de Neo Avalonis.

Se hace el silencio.

En ese momento el introspectivo Nelpheim se alza dando un manotazo a la mesa llamando la atencion de los presentes.

- ¡Hermano Nimrod, controlate! Recuerda donde estas y con quien estas, esta es una mesa de iguales, todos somos hijos de nuestro Emperador y solo el esta por encima nuestro.

El rictus tranquilo y pacifico que habia mantenido hasta el momento se habia tornado en una mascara de severidad dirigida a Nimrod. Era evidente que no le hacia ninguna gracia aquel gesto.

- Asi que blande esa espada nuevamente y te solicito que guardes tus animos para el campo de batalla.

-Me resulta curioso que aquel que ha reclamado Cadia y Attila sin ninguna resistencia sea quien ve pegas en que limpie los planetas que otros no han querido pero eso carece de importancia. Mis legiones están dispuestas para enfrentarse a los orkos en cualquier sector, si mi ayuda es necesaria tan solo mencionadlo Aegror y os apoyaré en vuestras campañas sin demora mientras realizaré las tareas que los demás no han querido.-miró en silencio las brabatadas entre Nimrod y Hantei sin prestarle mayor atención, las palabras se las llevaba el viento.

-Hemos crecido juntos como hermanos y con las mismas cualidades los míos también pueden dar vida a los yermos más inhóspitos. En aras de la hermandad que no une os ofrezco la producción de Cretacia y mi apoyo  en la exploración del sector Pacificus pero no las tropas que me reclamais, amistad apoyo y colaboración pero no puedo aceptar todas vuestras exigencias ante un movimiento oculto que me ha perjudicado claramente.-

Te estás liando, Aegror es el de los Portadores de la Agonía, no el de los Segadores ;)

Su declaración en el consejo de guerra ha sido explorar Última.

No me gustó la reacción de Nimrod y su estallido de la violencia tiene otra repercusión aparte de las ya presenciadas.

- Sea pues.

Declaro e inmediatamente se produce la desconexión de la imagen verde.

A pesar de la desconexión de la sala del consejo, recibes otro mensaje.

- Gracias. Lo tendré en cuenta e igualmente os pido que recordéis vuestras palabras. Nimrod ha ido demasiado lejos y pienso mostrarle hasta dónde.

No acostumbraba, ni me gustaba, discutir y la situación que se había levantado en el consejo invitaba a ello, de ahí que me hubiera desconectado, pero estaba a raíz del escrito estaba claro que iba a hacer algo al respecto por el bien del balance de poderes.

- ¿Forajido? Hasta la médula. Y sin embargo nuestro Padre parece apreciar mis métodos shinobi, sea lo que sea eso.

Eon había dejado que la situación escalara mientras acariciaba a su gyrinx. Estaba muy acostumbrado a las peleas y los dimes y diretes. Uno no ascendía en el escalafón de una flota pirata sin un poco de espectáculo.

- Sin embargo, no creo que el Tiburón sea un forajido. Más bien diría que es un depredador y que sabe apreciar un plan inteligente cuando lo ve. Cada vez que te empeñas en poner reglas a la guerra matas a tus hijos, Hantei.

No hizo mención al resto de rencillas. Le traía sin cuidado quién se creyera el favorito del Emperador. Le era indiferente quién se quedara con Attila, Cadia o cualquier mundo insulso. Jrun era la joya que le cautivaba en aquel momento, el resto le importaba más bien poco.

- ¿Te parece bien luchar juntos y en equilibrio, Leucas? ¿O deseas que sea yo quien envíe a la vanguardia? Tal vez sea lo justo, y soy un forajido con principios.