Partida Rol por web

-Hermano -dijo refiriéndose a Nimrod- es cierto que fuiste el primero en ser encontrado por nuestro Padre y que comandaste muchas de nuestras legiones hasta que fuimos encontrados -con un gesto abarcó a todos los de la sala, fueran hologramas o no- pero eso era antes, antes de que perdiéramos a cinco hermanos por distintos motivos. Sí, me enseñaste mucho del Imperio y como gestionar una legión; pero eso no te hace estar por encima de nosotros, al menos hasta que Padre diga lo contrario -esbozó una ligera sonrisa- no puedes caer tan fácilmente en las artimañas de Hantei, sabes que siempre intenta hacernos enfadar para mostrar su superioridad por no mostrar emociones -se encogió de hombros- a veces pienso que está más cerca del sacerdocio de Marte que yo mismo.

Se frotó el puente de la nariz, pues sabía perfectamente que siempre que estaban todos reunidos la cosa terminaba mal, por uno o por otro. ¿No podría reunirse simplemente con los que tiene un trato más o menos agradable o al menos saben comportarse?

Eon asintió ante las palabras de Ark´Sul.

- Nimrod, estás por encima de la necesidad de sacar espadas. Sabes que todos te tenemos en gran consideración. Fuiste tú quien me encontró. Fuiste tú quien me acompañó ante nuestro padre. Conseguiste vadear mis maneras salvajes, mis costumbres anárquicas, y nunca desenvainaste tu espada. No lo hagas ahora. Si llevas la voz cantante en este consejo no es por haber sacado un filo de una piedra, sino por haberte ganado nuestra confianza.

Miró desafiante a sus hermanos, esperando a que alguien le rebatiera. Eon de Sycorax podía ser un deslenguado, insolente y desobediente explorador. Podía no tener ningún interés auténtico en la causa imperial. Pero lo que tenía muy claro era que hacían falta mecenas como Nimrod Arcturus que mantuvieran las cosas en orden mientras los demás se dedicaban a sus asuntos.

- Jrun es... solo el comienzo. Mis guerreros no se perderían... Jamás... la oportunidad de arrebatar el Mana de los orkos de las... garras... de tus Corsarios.- Respondió. Una mueca dibujada en los labios del primarca, el atisbo de una sonrisa? 

Leucas se abstuvo de entrometerse en la trifulca. Las palabras no eran su mayor fuerte y había poco y nada, que otros no hubiesen dicho ya, que pudiera acotar con peso o valor alguno. El tiburón se cruzó de brazos y dejó que las cosas sigan su rumbo. Sería el olor de la sangre lo que le llevaría a reaccionar, no los lamentos de las presas heridas. 

Había escuchado a unos y otros, hablando de honor y otros menesteres, se habían levantado ya armas... —¿Y ese arma? —ajusté mi ojo biónico para encuadrarla bien en la imagen y grabar todo tipo de detalles —no la blandiste mucho tiempo junto a los míos antes de que me encontraran —dije en un tono ligeramente molesto, —pero sabes que estaré encantado de estudiarla si me la dejas, no la quiero para mí —moví la cabeza ladeándola, balanceé la mano dando un círculo para volver al tema —los orkos son una plaga. Mata uno y al rato habrá dos. No se puede ir con medias tintas con ellos hay que ir a por ellos en gran número, sin embargo, me perdonaréis queridos hermanos que en estas alturas de la contienda no lance aún a mis compañeros contra ellos. Estoy desarrollando un nuevo arma que espero nos ayude en esas lides, pero antes necesito algunos... materiales, que quizá encuentre en algún planeta cercano —.

El mapa holográfico de la galaxia se desvaneció y en su lugar apareció una figura majestuosa. Su refulgente armadura casi cegó a todos los presentes. El estómago de los primarcas se vio invadido por una agradable calidez al encontrarse en su presencia.

Todos los presentes se arrodillaron y bajaron la mirada.

-Aegror, hijo mío, tu coraje me ha complacido-dijo el Señor de la Humanidad-Tu legión ha hecho de la galaxia un lugar un poco más seguro. Sigue así. Tus hermanos deberían estar orgullosos de serlo y seguir tu ejemplo.

Dedicó una breve mirada a los primarcas. Sonrió suavemente. Tenía una presencia cálida y acogedora que contrastaba enormemente con lo que hacía sentir en el campo de batalla mientras escabechaba enemigos a dos manos.

-No os importuno más, hijos míos. Os dejo con vuestro Consejo. Sé que la Cruzada está en buenas manos.

El holograma del Emperador desapareció dando lugar de nuevo al mapa holográfico de la galaxia. La gran sala del Consejo parecía un poco más oscura que antes.

Antaño Magnar Vulkor había sido el último en hablar, esta vez sería el primero y lo haría con consternación.- Hermanos, nos reunimos en este Consejo de Guerra para coordinarnos, planificar nuestros ataques y maximizar nuestra eficacia en lo que a cumplir los deseos del Emperador se refiere. Tal y como pronuncié anteriormente me doblegue al derecho de la palabra, pero no voy a permanecer callado ante movimientos tácticos no declarados. 

Respeté Attila ¿Y para qué?¿Por qué no lo han tomado los Segadores? Ahora pues lo reclamo para mis legiones como un derecho por la dejadez de los Segadores, pero eso es lo de menos. La situación en Catachan me parece una falta de mi hermano Aegron ¿por qué marchaste sobre un mundo sin haberlo declarado? Tú mismo expresaste tus intenciones de explorar el segmento Ultima, con esto has hecho perder el tiempo a mi legión y es algo que no toleraré, por ello delante de todos mis hermanos solicito que se me entregue Catachan junto con los recursos que me pertocan. Dado que el hermano Aegron ha obrado a espaldas de este consejo interfiriendo así en la asignación de ordenes de mis legiones.

Debemos apoyarnos, no entrometernos en los planes de los demás, espero que esta situación nos sirva a todos de precedente y no volvamos a cometer estos errores estratégicos tan flagrantes en el futuro. Esta de más decir que aquellos que han explorado con éxito tienen todo mi respeto y apoyo en la conquista de dichos mundos, pero deberían ser ellos quienes los tomasen o solicitasen el apoyo táctico necesario para realizar dicha tarea.

Por otro lado y por una cuestión estratégica me gustaría solicitar ante este Consejo los planes de la Tempestad Imparable para el planeta Qorriban. En su derecho esta que lo tomen, pues bien se lo han ganado, en caso de no tener interés en dicho mundo me postularía mi interés en él.

Lamento las perdidas de J´run y de Necromunda hermanos, la guerra será dura pero nos hará grandes.-el tono del primarca era duro y serio, no estaba airado como otros ni lo trataba como algo personal.

La aparición del Emperador en la sala fue algo, como poco, impresionante. Ark'sul siempre se sentía como un niño pequeño ante un héroe de un cuento cuando estaba ante él. Giró la cabeza hacia donde estaba la imagen de su hermano Aegror con una ligera envidia al haber comprobado que le habían ido muy bien las cosas, pero no pudo evitar apoyar las palabras de Magnar.

-En eso tiene razón, hermano -apoyó al primarca de la XIV- tenemos que coordinarnos de forma efectiva para no malgastar tropas, munición y tiempo, ¿no es ese el motivo de este Consejo?. Tenemos que hacer la guerra como uno solo, no como muchos compitiendo entre nosotros, por lo que y muy a mi pesar, debo de apoyar a Magnar en esto. ¿Vas a darnos una explicación por tu cambio de planes sin avisar?.

Una vez el Emperador, o su imagen más bien, se hubo marchado mi propia imagen holográfica se incorporó y escuchó lo que Magnar tenía que decir. Una cosa era discutir sobre algún movimiento no declarado y otra realizar un cambio de última hora que había afectado a un hermano.

- Avisadme cuando terminéis de discutir.

Declaro, pero a diferencia de la vez anterior, no llego a desconectarme y comienzo a teclear en la consola.

No sabía si obtendría respuesta, pero tenía que intentarlo, por lo que conforme la reunión se celebraba escribí un mensaje al mismísimo Emperador.

- Padre. Entre tus hijos hay quienes se creen con derechos sobre los demás únicamente por ostentar algún artefacto perdido. Voy a investigar Marte para enseñarles que poder ostentar algo, no les hace merecedores ee nada.

Concluyo el mensaje y quedo a la espera.

Si Duncan normalmente sonreía con alegría, la aparición del Emperador, aunque fuera en un holograma, ante todos ellos hizo que su sonrisa se ampliara aún más, embargado por la alegría, aunque como todos se inclinó con respeto ante su padre y escuchó lo que tenía que decir. Parecía que Aegror había llegado más lejos que ellos, ganándose su favor. Y no podía decir otra cosa que que se alegraba por su hermano. Los celos no eran algo que debiera cultivarse, pues todos eran hijos del Emperador... Aunque sí lamentó que no fuera su nombre el que pronunciaban sus labios.

Sin embargo, después de la desaparición de su padre, la alegría pareció abandonarle por un momento. La ausencia del Emperador, aún sin haber estado físicamente, tenía una entidad casi palpable, que arrebataba el aliento. Y el asunto tratado a continuación no ayudó a templar los ánimos.

-Aegror, hermano, ¿por qué no avisaste? Tenemos que intentar coordinarnos para llevar adelante el sueño de nuestro padre-dijo, mirando con cierto reproche al primarca. 

Tras la máscara de Aegror se oye un suspiro. Su voz tiene el tono de un maestro explicando una lección a un alumno.

Hermanos, suponía que a estas alturas ya nos conocíamos lo suficiente. Está claro que no es así. Mis Portadores tienen autonomía para hacer y decidir por su cuenta. La mayoría de las veces mis órdenes son "haced lo que queráis mientras sea leal al Emperador". Entiendo que esto es inconcebible para algunos de vosotros, pero es la única manera de que mi legión sea efectiva. Un soldado que se rige por una estricta cadena de mando es útil. Un médico no. Ésta es la razón por la que en todos los ejércitos los oficiales médicos gozan de privilegios que otros de incluso mayor rango no tienen. Un médico debe tener libertad para actuar según lo que crea conveniente en ese momento.

Mis hijos estaban explorando Última, supongo que vieron que la tarea era muy vasta y decidieron utilizar Catachán como base de avanzadilla. No puedo decir nada, salvo que esta vez les salió bien. Otras veces puede que les salga mal y que pierdan tiempo, hombres y recursos. No pienso disculparme por ellos, ni cambiar su manera de actuar ni un ápice, a menos que alguien me traiga pruebas de que lo que están haciendo es traición a nuestro padre.

Entiendo la molestia, y es cierto que esto puede causar problemas, pero mutilar a una legión para que otra prospere es estúpido. No vamos a pedirles a los hijos de Eon (por ejemplo) que abandonen sus prácticas, por escandalosas que os parezcan a algunos, porque eso los convertiría en inútiles para el plan del Emperador. Lo mismo pasa con los míos. Como he dicho, quizás la próxima vez les salga mal y sea yo el que me encuentre con informes de pérdidas.

De todas maneras veo problemas más graves. El primero es que Tempestus parece estar infestado de orkos. Mis felicitaciones por la conquista de Jrun, hermanos, pero parece que se elimina una amenaza y aparece otra. Y no creo que la victoria haya salido gratis.

El otro problema es que en Solar las cosas no parecen ir muy bien. Segmentum Solar debería ser la joya de la corona de nuestro padre, no un osario en ruinas, que es en lo que parece que se va a convertir a menos que hagamos algo pronto.

Ark'sul dio una palmada en la mesa que no sonó, pues era un holograma, pero en su nave podria haber retumbado por todas las cubiertas.

-Eso no es ninguna explicación y tú debes de pagar por las molestias a nuestro hermano. Si solo es una "base de avanzadilla" no tendrás problema en ceder el control del planeta a Magnar, que es el que recalcó ese objetivo.

Se tranquilizó un poco.

-Un oficial puede tener cierta libertad, pero tu legión no puede ser un descontrol. Tenemos que coordinarnos y si no vas a avisar a ninguno de nosotros de tus objetivos para no malgastar recursos tendremos un problema grave.

Se paso un dedo por una de las cejas antes de hablar del segmentum Solar.

-Yo no he visto que sea un osario, hermano, no estamos destruyendo esos mundos, solo conquistándolos. Céntrate en controlar a tus soldados y deja de intentar echsr balones fuera para que no nos centremos en el enorme error que has cometido.

"¿Enorme?" Nadie ha muerto, nadie ha resultado herido. La galaxia está más controlada que antes. No veo la enormidad por ningún sitio. El tono de voz de Aegror continúa tranquilo.

Quizás deberíamos hablar de por qué todos los habitantes de Necromunda están muertos y el planeta no está bajo nuestro control, quizás deberíamos hablar de por qué Armaggeddon sigue intacto a pesar de tus famosos bombardeos, Ark´sul. Veo esos errores bastante más grandes que el que una legión haya perdido el tiempo, y sólo el tiempo, en un viaje sin beneficios.

No nos olvidemos de un par de cosas: nuestro padre nos dió privilegios únicos a todos. A tí por ejemplo, Ark´sul, te permitió estudiar en Marte a pesar de que ese planeta está prohibido para el resto de nosotros. No es justo ni injusto, es decisión de nuestro padre y sólo de él. Es el único que tiene derecho a decirme cómo he de comandar mi legión, y ha hablado hace unos minutos y yo no he oído ningún reproche. Nadie más tiene potestad para decirme cómo he de dirigir a mis Portadores o cómo deben comportarse. No fue algo planeado ni con intención de perjudicar los planes de nadie, salió así. Las palabras de Aegror parecen sinceras, pero es difícil juzgarlo con su rostro completamente tapado. Comunico lo que tengo planeado, pero a veces los planes cambian, no hay dobles intenciones o planes ocultos. Esta conversación se ha terminado, no pienso deshonrar a mis hijos muertos en combate con discusiones o rencillas. Ójala todo lo que se pierda en esta cruzada sean unos días de viaje y todo lo dañado sea el orgullo.

-Nuestro victorioso hermano Aegror tiene razón-dijo Hantei con un gesto-Los logros de los Portadores de la Agonía son indiscutibles aunque su señor sea incapaz de controlarles. Una fuerza así no tiene cabida en un Imperio unificado pero mientras dure nuestra cruzada contra las fuerzas de la oscuridad su eficiencia está fuera de toda duda. Tienen un potencial... intenso.

-No voy a entrar a darte explicaciones Aegror de como organizar a tú legión, pero el dejarlos correr descabezados es un problema que debes asumir tú y no las demás legiones dado que eres su primarca. No señales los problemas de otros mientras tratamos el tuyo, da la cara afronta tú error y luego podremos pasar a los siguientes temas.

Para mi el tiempo es un tesoro y no te concedo ni a ti ni a tú legión el derecho de malgastarmelo, mi palabra ha sido clara y no cederé. Me entregarás ese planeta junto con sus recursos por el error táctico que ha cometido tú legión, como decidas reprenderles o no es asunto tuyo. Aquí no tratamos de justicia o injusticia sino de cuestiones tácticas a las cuales tú has faltado y por tanto debes subsanar tú error, me parece una bajeza el que ataques a Ark'sul de forma personal tan solo por que no aplauda tus caóticas tácticas.

No te equivoques Aegror nadie te dice como comandarlos pero si que debes asumir sus faltas y por otro lado no eres tú quien decide cuando acaba esta conversación. Si debes deshonrar a tus muertes sea así, en el futuro se lo pensarán dos veces antes de entrometerse en las ordenes declaradas ante este Consejo, si solo piensas escuchar la palabra del Emperador ¿qué haces aquí sentado entre iguales? Ten por seguro que sino entras en razón y este Consejo se me muestra favorable será el mismo quien te reprendra seguro que con mayor severidad que yo mismo, dado que solo te pido lo justo.

Hantei hermano nadie pone en duda sus aptitudes pero si la capacidad de trabajar codo con codo con las demás legiones, entorpeciendo así el avance de la campaña.- 

Magnar... ¿primero me dices que "esto no trata de justicia ni injusticia" pero luego me exiges que entregue un planeta porque "es lo justo"? Tus capacidades dialécticas no están a la altura de las marciales, hermano.

Lo dejaré aún más claro. Lo único que ha perdido la XIV es tiempo y la oportunidad de conseguir gloria. Ambas cosas son insignificantes dado que tendremos miles de oportunidades de ganar gloria, y miles de años para vivirlas. Incluso el más débil de nuestros hijos es capaz de servir durante milenios. Lo que la IV ha perdido han sido vidas. No voy a deshonrar eso, y cualquiera que sea digno de llamarse hijo del Emperador no lo pedirá tampoco, ni se le ocurrirá pensarlo siquiera. Si sois la mitad de guerreros de lo que decís ser lo entenderéis, si no, podemos llamar a nuestro padre si tantas ganas tenéis de consultarle, a ver que opina.

Y si, puedo acabar esta conversación cuando quiera, como nuestro hermano Nicola ha demostrado. Citándole a él, "avisadme cuando acabéis de discutir" y haya cosas más importantes que tratar. El primarca se gira hacia una de las pantallas de su silla de mando y se pone a estudiarla. Su holograma permanece en el consejo pero ahora su atención está en otros asuntos.

Por cierto Hantei, tienes razón en una cosa. En un imperio unificado los Portadores como ejército son impensables. Por eso espero que cuando la Gran Cruzada acabe nuestro Padre me de permiso para reconvertir mi legión en una fuerza exclusivamente de medicina e investigación. Somos guerreros ahora porque es lo que es necesario, no porque lo disfrutemos. Creo que hay otros mucho más capaces de llenar ese rol que nosotros.

Radius, el soldado, buscó con la mirada al primarca de la XIX legión y acercándose le hizo algunas observaciones sobre sus (magros) resultados en la conquista de los planetas del segmento SOLAR

- Quizás deberíamos hablar sobre apoyarnos en esta tarea - comentó - no me gusta haber fracasado en el primer intento de conquista luego del pedido del emperador. Intentaré obtener ese Planeta - añadió, refiriéndose a Necromunda - lo antes posible, pero quizás necesite algo de ayuda económica para conseguirlo.

- Os interesan algunas legiones especialmente entrenadas como mi aporte a vuestras misiones? Quizás justifiquen vuestra ayuda monetaria a la colonización de ese que fuera un paraíso de rebeldes -

-No voy a entrar en tus triquiñuelas o intentos de desprestigiar mi gloria con tú emponzoñada lengua. La memoria de tus hombres me la trae sin cuidado, al igual que a ellos no les importó saltarse la cadena de mando. Su muerte es fruto de la indisciplina que caracteriza tú legión, no hay nada de honorable en esa muerte por mucho que tú se la pretendas atribuir. Esos insensatos tan solo han creado una herida entre nosotros y tú te empecinas en mantenerla abierta, esperaré al que se pronuncie el resto del Consejo por respeto a ellos para luego tomar una decisión pero ten por seguro que esto no quedará así.-