Partida Rol por web

¡Han tenido que matar a los que estén en ese coche! No podemos acercarnos más a la boca del lobo. Gira, GIRA.

Corniack hace un amago de abalanzarse sobre el volante para tratar de girarlo y alejarse del lugar.

Ni se os ocurra ir allí. Esa gente está armada. Acabarán con todos nosotros. El ejército nos quiere muertos y si nos encuentran no tendremos ninguna posibilidad.

-Franky?-

Óliver llama al informático de manera débil y dolorida. Aunque intenta moverse no puede. El miedo a terminar de romper alguna parte del cuerpo de manera irreversible es demasiado real. No obstante, esa inmovilidad por parte de los pasajeros del Sedan obra una especia de milagro.

De repente, el helicóptero dirige su foco hacia otro sitio, levanta el vuelo y se dirige de nuevo hacia el sur, hacia el área hospitalaria de donde vino...

Jim parece entrar en una especia de crisis de pánico que está por otro lado totalmente justificada. Habeis podido libraros de milagro del helicóptero que os seguía, y no sabeis si sereis capaces de hacer lo mismo con otro más... Además, disparar contra el ejército, aunque sea en defensa propia, es un auténtico suicidio.

Así que la actitud del veterano estudiante de medicina es todo menos descabellada.

Sin embargo, algo nuevo ocurre de repente. El helicóptero que permanecía estático a unos quince o veinte metros del suelo, mueve su foco de luz hacia otro sitio, levanta el vuelo y da media vuelta en el aire, posiblemente con la intención de regresar a la zona hospitalaria...

Si conseguimos que no nos vean... podremos eludirlos y ver qué ha pasado con Franky y Óliver...

En un momento como este, deseais volver a ser niños, cuando cerrar los ojos os hacía creer que érais invisibles para quien os mirara...

No podían dejar a Franky y a la niña tirados, ni siquiera a Oliver… el al menos no pensaba hacerlo, por mucho que dijese Jim. Wilmor observa con preocupación como el helicóptero se ha parado en un punto, y solo puede pensar que han alcanzado a los otros. ¡Joder, no! Que no le hayan hecho daño a la niña, o juro que…

De repente el helicóptero emprende nuevamente el vuelo.
¡Conrad, para! Apaga el motor y las luces! Que no nos vean. Cuando hayan pasado de largo iremos a ver que ha ocurrido con el otro coche…

Franky había caído de mala manera en la parte delantera del coche. Su cuerpo reposaba en precario equilibrio repartiendo su peso entre el salpicadero por el que había estado a punto de salir y el asiento delantero. No se movía, no hablaba, sus ojos cerrados contribuyeron a que Oliver se pusiera en lo peor...Estaba muerto?

Oliver, o Tom, como le había corregido al informático, tuvo que fijarse más en Franky para ver que, a pesar de la mala postura en la que había caido y de la sangre que empezaba a bañar su rostro y cuerpo, respiraba...Su pecho, sobre el que habían saltado algunos fragmentos del parabrisas, no se movía, pero podía verse como su abdomen se movía ligeramente hinchandose cuando tomaba aire y bajando cuando espiraba. Era una respiracón muy debil pero quizás podría contarlo a pesar de todo...

Conrad se gira desde el asiento del piloto y mira a Wilmor con incredulidad.

¿Sabes lo que me ha costado arrancar este cacharro? es un puente viejo, si quiero volver a arrancarlo tengo que darle otra vez a los cables y aunque creo que tengo dominado el tema, no es un invento para unas prisas.

Conrad frena de repente y apaga la única luz que le queda al coche, aunque el motor sigue ronroneando.

Bajaros los que estáis armados, a oscuras no os verán. Luego les voy a pasar follado con el coche, eso hará que pongan el pájaro en el aire, vosotros os acercáis al coche y veis que ha ocurrido con la niña y Frank, arrancar el vehículo y nos vemos en el túnel. Si no estáis allí en 15 min vuelvo a por vosotros.

Conrad se pasa la lengua por los labios resecos y agrietados.

Es una mierda de plan pero es lo único que se me ocurre.

La idea de Conrad es a la desesperada. A grandes males grandes remedios... o eso dicen; y éso es justamente lo que plantea el encargado de mantenimiento. Detrás, Wilmor y Jeremías están casi dispuestos a seguir el plan saber qué le ha pasado al resto se ha tornado prioritario.

Conrad apaga la luz del chevrolet y desacelera considerablemente. Ambas cosas determinantes para que el helicóptero que ha remontado el vuelo os pase por encima sin percatarse de vosotros... Su foco dirigido hacia la zona hospitalaria se mueve ciego por encima de vuestras cabezas.

De repente os sentís aliviados. Pensar en tener que hacer frente a uno de esos bichos de nuevo os encogía el corazón.

Mirais hacia adelante, con las pupilas dilatadas en la oscuridad de la noche bajo la lluvia que no cesa. Distinguís en la pate izquierda de la carretera, sobre la acera y en posición extraña, un vehículo como accidentado. Salido de la vía. Parece el sedan de Óliver.

No me jodas que han tenido un accidente!!!

Desde esta distancia no podeis evaluar la gravedad, pero desde luego no parece leve...

Afortunadamente, el alocado y desesperado plan de Conrad no va a ser necesario. El helicóptero pasa de largo y parece no haberles visto ni escuchado. Si así ha sido, ha preferido obviarles y regresar hacia la zona donde pareció comenzar toda la pesadilla. Un inevitable suspiro de alivio se escapa de la oronda papada del pizzero, que por un instante parece olvidarse de lo demás.

Un segundo más tarde, el momentáneo sosiego vuelve a convertirse en preocupación al comprobar que el coche que conducía el niñato con el informático y la niña a bordo parece haber sufrido un accidente. Permanece a un lado de la carretera, y desde donde están no consiguen ver si hay alguien dentro, bien sea vivo o muerto.

- Mierda, chispas, acelera...

joder... mis músculos se relajan unos segundos al confirmar el estado de Franky, rindiéndome a la inmovilidad que me recomienda mi cuerpo.
No me tranquiliza el hecho de que no me responda pero al menos parece que está vivo. Durante un instante me gustaría ser estudiante de medicina de verdad. Poco puedo hacer.

Tras unos segundos en los que me concentro en respirar vuelvo a tensar mi cuerpo, tratando de salir del coche. La niña...

El helicóptero que os seguía parece que os ha dado por muertos. Ha terminado de levantar el vuelo y se ha marchado. El ruido de sus motores y la ceguera de su potente luz se marchan para descanso de vuestros saturados sentidos...

Los segundos parecen minutos, ocupados íntegramente por el repiqueteo caótico pero rítmico de las gotas de lluvia cayendo sobre el coche.

Al fondo, muy al fondo, entre la neblina del subconsciente y la realidad, llega a vuestros oídos un nuevo sonido, un coche...

Dentro del Dodge Sedan nadie se mueve. Nadie puede moverse. Sólo Óliver está un poco más conectado a la realidad...

Conrad acelera suavemente para llegar pronto al lugar de lo que parece un accidente. A través de la lluvia y la oscuridad podeis ver el Dodge Sedan de Óliver empotrado contra una oscura farola. El coche ha chocado contra una acera para posteriormente colisionar contra la farola. Esto ha provocado que la parte delantera del vehículo se parta en dos, quedando con la farola media inclinada sobre el coche. Aún sale humo del motor...

El Chevrolet llega a su altura envuelto en tinieblas, con todos sus ocupantes en un tenso y agobiante silencio, temiendo mirar al interior. No hay cristal delantero, ni trasero; y los agujeros de bala de gran calibre son visibles por toda la chapa.

Dentro está lo más dramático.

En la parte trasera Óliver, entre los asientos delantero y trasero, encajonado y en una mala postura. Sangra por algún punto de su cuerpo. Su mirada está perdida, aunque parece vivo.

Delante, el airbag ha saltado. Franky se encuentra en diagonal con las piernas hacia la parte de atrás y su cara contra el salpicadero del vehículo. Su cuerpo pasa por encima de los asientos delanteros. Su cabeza forma un extraño ángulo hacia atrás contra el airbag reventado y el volante. Sus manos caen inertes hacia el suelo, y de su cara gotea abundante sangre. Sus ojos cerrados presagian lo peor. Mirando detenidamente su cuerpo podeis observar que respira muy débilmente. Su estado es grave, extremo.

De Ann Marie no hay rastro. Solo un pequeño zapatito cerca de Óliver. Se os hace un nudo en la garganta ante la quietud y violencia de la imagen. Dramática. El cristal delantero y la posición de Franky os llevan a mirar delante del Sedan. Ahí está Ann Marie. Hecha un trapo, boca abajo con la cara contra la acera en una postura antinatural. Descalza de un pie, mojada por la lluvia y por la sangre que mancha las baldosas vecinas.

Contemplais la escena estáticos bajo la fría lluvia que cae sin piedad. Frágiles vidas humanas zarandeadas por el destino. Ahora dan igual los helicópteros, los zombies o los soldados. Ahora solo hay pena y dolor.

Mierda, mierda, mierda…
Wilmor salta de la parte trasera de la furgoneta en cuanto Conrad para junto al accidentado coche. Corriendo todo lo que su maltrecha rodilla le permite llega hasta el coche, para observar la dramática escena del interior. Tanto Franky como Oliver parecen estar aún vivos, aunque tal vez no por mucho tiempo. ¿Pero y la niña?

Wilmor mira fuera del coche, y su mirada se encuentra con el bulto que parece ser Ann Marie, tirada en la acera. El corazón se le para por un momento… ¡La niña no, joder! Entre lágrimas que se camuflan con la lluvia, Wilmor corre hasta el cuerpo de la niña, rezando para que siga con vida. Con sumo cuidado, le toma el pulso.

¡Jim! Jim, por tu madre, ven aquí rápidamente! Mira a ver si puedes hacer algo por Franky y Oliver… ¡Creo que todavía están vivos!

Anne Marie!...donde estas?...Tom, Tom...pobrecita...ayudala Tom!!!Era una terrible sensación...querer y no poder...

No podía moverse, no podía hablar y ni siquiera era capaz de abrir los ojos pero estaba seguro de una cosa: seguía vivo. Lo sabía porque a pesar de todo aún tenía activos sus sentidos...podía sentir la sangre brotando sobre su rostro, el ruido de los motores del helicoptero alejándose y recordaba perfectamente todo lo ocurrido. Por eso se esforzaba, intentando hacer acopio de todas sus fuerzas para moverse o, al menos, para emitir algún sonido que alertara a Oliver. Tenía la imagen de aquella niña saliendo proyectada a través del parabrisas grabada a fuego en su mente y deseaba auxiliarla.

No dejaba de estar en una extraña situación...no estaba muerto pero estaba en una especie de limbo en el que ni siquiera sentía dolor, ni siquiera sabía con seguridad la posición que tenían sus miembros y la postura en la que había acabado después del accidente. Supuso que su vida se encontraba suspendida por unos finos hilos, una de esas urgencias en la que la más mínima demora suponía la perdida del paciente. Su cerebro aún no se habría apagado por completo pero puede que ni siquiera respirara o que su corazón llevara ya un buen tiempo parado y que necesitara ser resucitado con algún desfibrilador en algun quirófano o en alguna ambulancia. No puedes ayudarla...ni siquera tú puedes moverte...
Si estaba en lo cierto, debería ir preparandose para lo peor. Nadie lo ayudaría, de donde iba a salir una ambulancia? quien iba a dar la voz de alarma? la ciudad estaba desierta y los únicos que la recorrían eran esos horribles monstruos. Estaba perdido pues no había señales de vida aunque...ese sonido?

Ha llagado la caballería, pensais esperenzados. Vuestras almas se alivian tremendamente. Aún podemos salir de esta.

Por un instante volveis a tener esperanza, y más cuando, sin verlo, escuchais perfectamente la voz de Wilmor y del resto desplegándose a vuestro alredeor. Alarmados sí, pero están aquí. La escena vista desde fuera debe ser terrible. Un accidente de coche de gente conocida... Por un momento os volveis a sentir con ganas de vivir.

En cuanto la Chevrolet se para junto al Dodge Sedan accidentado, Wilmor se baja de la parte trasera dando un salto sin acordarse en lo más mínimo de su dolorida y vieja rodilla.

Proteger y servir. Eso está grabado a fuego en su corazón, y se expresa al máximo en una urgencia civil como ésta.

El agente de seguridad sale disparado directamente hacia Ann Marie, que parece la más grave; dando la orden a Jim, el único con conocimientos médicos avanzados, a que se haga cargo inmediatamente de Óliver y de Franky.

Corres hacia Ann Marie. No te atreves a moverla. No sabes si ha impactado contra la farola, o contra el suelo o contra cuantas cosas más. Le tomas el pulso con el alma en un puño, acongojado.

Hay pulso... pero es muy débil. Demasiado débil.

Llegas apesadumbrado a la terrible conclusión: no sobrevivirá.

Arrodillado junto a ella te lamentas de lo sucedido y te rebelas contra el maldito destino. La niña está empapada y helada. Debe haber perdido mucha sangre, y me temo que la mayor parte de ella no ha salido al exterior.

No tienes demasiados conocimientos médicos, pero si que tienes experiencia en la vida. Accidentes de tráfico y tiroteos has visto muchos... y muchos también acaban con un inocente tirado en el suelo. Pero esta vez te ha tocado a ti llegar el primero a la escena y llevarte la parte desagradable.

Corniack baja del coche. El paisaje no es el mejor que podría plantearse. Apoya su pie derecho en el suelo, se apoya en el marco de la puerta para levantar su cuerpo que ahora le parece realmente pesado y sale. Está pálido y obedece las órdenes del gordo sin decir nada.

No creo que pueda hacer nada gordo. Esta ... esta gente. ¿Cómo podría decirlo?-Corniack traga saliva, sigue totalmente pálido.-Usando terminología médica, están jodidos.

Corniack se acerca a Franky en primer lugar para comprobar que está difunto o no y así poder auxiliar a Oliver sin cargo de conciencia.