Partida Rol por web

Muy bien, tenéis hasta el domingo 14 a las 22:00 para jugar, alargar, dar forma a esa bola de nieve tanto como queráis. 

¡Que disfrutéis de este segundo reto!

Cosita tiró de Stan Junior hasta acercarlo hacia donde se encontraba sentada Ostara. Venga Stan ven, que por aquí hay muchos colores. Le había gustado la mujer floreada y quería ver si olía bien desde cerca, si supiera donde tenía su nariz. 

Stanley fue arrastrado por Stan Jr. hasta la diosa coloreada que había visto en la merienda, y cuya camelia era una flor parlante. Sonrió e hizo una reverencia con la ayuda de su derecha, que se prestó a ello humildemente.

-encantado de conocerla. Muy bellos colores los suyos. 

Si había entendido bien tenían que formular una frase que encadenase palabras y número de letras in crescendo. Y claro, esa frase debería tener sentido. Vaya prueba, aquella merienda estaba resultando todo un reto para el cerebro de Stanley. 

-y bien, como pensáis que podemos empezar a hilar una frase con sentido? 

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Aquello volvía a ser una tarea la mar de curiosa, solo que esta resultaba un poco más compleja que la anterior. El chico que se le acercaba, le hizo una reverencia a lo cual ella no tardó en sonreír y corresponder a la misma con un movimiento de cabeza. Sí, sin duda Ostara además de ser vistosamente muy colorida, el espacio que invadía estaba impregnada de dulces olores florales.

- Un placer también para mí, muchacho ¿Es tan amable de decirme su nombre?

La pregunta hizo que la diosa soltara un suspirito corto, y llevase las manos a su tocado para recolocarlo. Le resultaba extraño no tener a Camelia durmiendo en él o susurrándole cosas de rosas, al oído.

- Con sentido me temo que es complicado, pero podemos intentarlo. Intentemos encauzar la frase con palabras coherentes, sin salirnos de la regla numérica. Si quieres, puedo empezar yo con la primera. - Se relamió los labios y tras parpadear, como pensativa, entonó su voz para sacar de su garganta una preposición corta.

- Y...

-oh si, claro que si. Me llamo Stanley, hijo de la oruga azul, y mi mano derecha se llama Stan Jr.

Respondió amablemente a la señora. Ella empezó la frase y el chico rápidamente pensó como seguirla con algo que tuviera un ligero sentido. Veríamos si ella era capaz de continuarla o si iban intercambiando frases ayudándose para hacerla crecer. 

-y el pez nadó hasta hallar océanos... 

Cosita dio un saltito al ver la de palabras que salían de la boca de Stanley uyuyuyuy que bien pero... correteó por la mesa se apoyó por Stan y subió por el brazo hasta llegar a la orejita del niño de la oruga. Allí, apoyada en su brazo le susurró al oído -de una en una Stanley, de una en una que a poquito sale más bonito el caminito jijiji- Y de inmediato se bajó del hombro, se enganchó de Stan y se puso a acariciarle el pulgar... manita bonita, manita bonita ain ain ain...

Stan Jr. le dio una palmadita a la mano izquierda y luego señalizó con el índice un claro "no, así no" poco a poco, que ambas mentes se conecten. Luego chocó la manita con cosita y movió el pulgar en clara afirmación de si, estoy de acuerdo contigo. 

-oh, perdón... Claro, claro, he sufrido un acelerón de neuronas, jajaja. Pero no me dirá la señora que no le he dejado la frase en un punto interesante. Aún se puede alargar más, bastante más, buscando adjetivos que describan como son esos océanos.- sonrió. 

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Ostara se sorprendió al estar frente al hijo de la oruga. - ¡La oruga azul! Por supuesto, no sabía que tuviera un hijo. Un placer pues, Stan. - Lo que sí la sorprendió fue la mano, que tenía vida propia. Primero se quedó seria, luego rió negando con la cabeza, y suspirando al final. - Ay... estos jóvenes... Un placer también Stan Jr.

Al oír como Stan alargaba la frase de un tirón, volvió a mirarle con ternura y una pequeña risa. Cerró los ojos e hizo un aspaviento con la mano. - No importa, sí, ahora has puesto las cosas fáciles. Entonces me toca, después de tu segunda palabra, que sería "pez"...

- Nadó...

-A ver, a ver, si retrocedemos hasta la palabra nadó... 

Stanley se rascó la cabeza, podía usar la misma palabra de antes o cambiar por una nueva. Sería más divertido probar otra diferente. 

-y el paz nadó... LEJOS...ehm no, esa no... Mejor otra. Y el pez nadó CINCO... Jajajaja tiene gracia que la quinta palabra sea el número cinco. 

Dando saltitos sobre la mesa llegó la liebre y aunque no había llegado aún marzo estaba para encerrar así que le dio un cadazo al niño de la oruga -yA vEO qUE pOr AquÍ nO StAn nAdA pEz... jIjAjE...-

Miró a Ostara y los ojitos le hicieron chirivitas -sOlO pAsAbA A sAlUdArlA o sÓlO pAsAbA A sAlUdArlA... ÁmbAs IgUAlEs, ÁmbAs dIstIntAs... qUE cOsA mÁs LocA... -pero fue mirar la última palabra con forma numérica que salió de la boca del chico y echarse a reír -¿cIncO? ¿hAs dIchO cIncO?... jAjEjIjO... -no rimó nada pero se fue dando un brinco.

La diosa frunció el ceño y movió la cabeza confusa. - ¿Por qué tiene gracia la palabra "cinco"? - Preguntó de forma inocente, no tenía ni idea del significado que le daba a los hombres. Y si la tenía, le parecía algo anticuado... O quizá ella era muy muy muy mayor, la Liebre de Marzo apareció para reír la gracia de aquella palabra.

Ostara miró a la liebre alzando las cejas y arrugando su frente de forma severa. - Ah, así que es a eso a lo que te dedicas cuando no trabajas en pascua... a golfear y gandulear. Serás gamberra... - Estrechó los ojos y sonrió al momento.

- De acuerdo, así que por ahora tenemos: Y el pez nadó cinco. Mi próxima palabra es... sendas.

Cinco lobitos tenía la loba... XD

Stanley estalló en risas tras escuchar a la liebre de Marzo. La palabra cinco rimaba con cierta parte del cuerpo humano. Aunque el joven chico era apenas un niño en proceso de adulto, conocía bien esa rima. Miró a la mujer sintiéndose algo culpable, pero mejor así, que ella no entendiera el significado oculto. 

La siguiente palabra estaba servida. Asique Stanley se puso a pensar como continuar con una palabra de siete letras. 

-y el pez nadó cinco sendas "rocosas"... 

Las cejas de Ostara se alzaron de nuevo ante el curioso adjetivo que Sanley había encontrado.

- Un pez nadando en sendas rocosas... - Y comenzó a reír. ¡Esa es la clase de cosas que hacían reír a una diosa como Ostara! Cuando recuperó el aliento, dijo su siguiente palabra:

- Abruptas...

-claro! Sendas de coral... Rocosas! - sonrió y apuntó la siguiente palabra. Entraban en el terreno de las descripciones. 

-abruptas, eh? Bueno sigamos por ahí... "Tortuosas"... 

- Tortuosas... uuuhhh, tremendo camino para el pez. - Ostara puso gesto de dolor y volvió a reír. - Esto comienza a complicarse, Stan.

Estrechó la mirada, pensando en el número de letras de su siguiente palabra.

- Escabrosas.

Y tanto que la frase se complicaba! No solo la frase, el camino para el pobre pececillo. Stanley y su mano volvieron a rascarse la cabeza. Tras unos segundos pensando volvió a mirar a Ostara, pasándole la nueva palabra de once letras. 

-y el pez nadó cinco sendas rocosas, abruptas, tortuosas, escabrosas, "ligeramente"... 

Optará puso un gesto de emoción. Frunció el ceño pero no perdió la sonrisa. Le costó encontrar la próxima palabra, estuvo contando incluso con los dedos mientras movía la boca.

- Desconsolado. Y el pez nadó cinco sendas rocosas, abruptas, tortuosas, escabrosas, ligeramente desconsolado.

Uh. La siguiente palabra tenía que ser de trece letras y el último adjetivo que dijo Ostara no dejaba mucho margen. Stanley imaginó unos cuantos adjetivos "preocupado" como debía estar el pececillo intentando salir sano y salvo de ese laberinto de rocas en que se había metido. 

-Y el pez nadó cinco sendas rocosas, abruptas, tortuosas, escabrosas, ligeramente desconsolado, "apesadumbrado"

La diosa parpadeó seguidamente, sin apartar la sonrisa de sus labios. La cosa se ponía melancólica para el pez y difícil para ellos.

-Y el pez nadó cinco sendas rocosas, abruptas, tortuosas, escabrosas, ligeramente desconsolado, apesadumbrado, "enamoradamente".

Frunció el ceño por lo raro que sonaba, pero había cumplido al menos, con su palabra de 14 letras.